Disclaimer: League of Legends y sus personajes no me pertenecen... han pasado 84 años :v


Nota del autor:

Lamento haberme tardado, he tenido muchas cosas en mi cabeza. También me di cuenta que quería darles algo que mejorara al último capítulo y… nada va a mejorar ese último capítulo, el extra, XD lo hice muy bueno hey. Y esperando algo que me inspirara a escribir mejor… me tardaba más… me frustraba mas.

Lo lamento. Si tengo que ser sincera con ustedes he estado realmente "Cansada"

Esta ha sido una buena historia, la amo, desde lo profundo de mi corazón, la amo. Ame escribirla y creo que es muy buena, de lo mejor que he escrito, y me va a costar mucho superarla, pero con el tiempo lo hare. Me volveré mejor y escribiré mejores cosas.

Tenía que darle un final y poner el "complete" para seguir avanzando.

Es imposible seguir adelante dejando cosas inconclusas atrás.

Ojala disfruten el pequeño epilogo, no es la gran cosa, es solo un cierre.


Epilogo


La recompensa de los audaces


Un grupo de jóvenes, de edades variadas pero en su mayoría niños, se reunían en el patio trasero de la rustica casa, rodeando a un par de caballos, concentrados mas en la yegua al lado izquierdo, ambos descansando en el pequeño establo de la residencia.

-Muy bien, como lo practicamos Shuzan.

-Oh… sí- contestó una de las niñas a su tutora. Era la más grande del grupo, una joven con el cabello trenzado, castado, de no más de 9 años.

La niña se concentró en el charco más próximo a donde estaban y apuntándolo con ambas manos logró que el agua se levantara en grandes burbujas. Con lentitud pero sin pausa ahora las acomodaba rodeando el estómago hinchado del animal.

Lux puso ambas manos en el hocico de la hembra, acariciándola, calmándola en caso de que algo saliera mal y su nerviosismo afectara la clase.

-Haz una fina capa, en contacto con su piel- indicó a la niña y esta asintió aun concentrada en lo que hacía, el resto de los niños la miraban expectantes, en silencio- piensa en el agua como una extensión de ti… ¿Qué sientes?

-Aun nada- admitió con algo de pena la menor.

-Concéntrate.

La niña lo volvió a intentar. Sabía lo que buscaba, lo había sentido antes, como vibraciones en el agua, formando un sonido que solo ella podía escuchar.

-Encontré su corazón- admitió finalmente, escuchando finalmente el golpeteo de la yegua-esta acelerado.

-Ribosa nunca ha tenido tanta audiencia en silencio concentrada en ella- comentó la Rubia volviendo acariciar su hocico- es normal que este nerviosa.

Los niños parecieron comprender y retrocedieron unos pasos, dando más espacio al animal.

-¿Qué más, Shuzan?- animo Lux una vez que vio la expresión de asombro que se había formado en su alumna de repente.

-Son dos… van a otro ritmo.

-¡¿Puede sentir el corazón de la cría?!

-¡Shhh!- reprendieron al menor que había gritado.

-No…- volvió a hablar la niña- ya lo había sentido antes es solo que… son dos diferentes… aparte del de la madre, vana un ritmo más pausado pero no coordinado, estoy segura.

-Bien... ¿Y eso que significara?

-Que hay tres corazones…- contestó con duda la niña.

-¡Que está embarazada de mellizos!... ¡O de gemelos!- exclamó el mismo alborotador- ¡O de un solo caballo abominable con dos corazones!

Al último comentario los demás chicos rieron.

-Son dos crías… embriones… los que está gestando- terminó concluyendo Shuzan y Lux asintió, mirando luego al caballo que se encontraba al lado, dirigiéndose a él para tocarle la cabeza.

-Parece que vas a ser padre por doble, Cacaó- le expresó la rubia y el animal largó un pequeño bufido acompañado de unos toques con una de sus patas delanteras.

-¡Woah! ¡Se movio!- gritó asustada Shuzan, haciéndose hacia atrás y rompiendo la concentración con el agua que sentía al sentir algo extraño en el agua.

Lux temio que por el repentino impulso de que el animal reaccionara de forma desfavorable para los chicos, pero antes de que algo pudiera pasar, otro de sus alumnos, sostuvo la cabeza de la yegua.

El equino parecía tan tranquilo como nunca en su vida, agachando inclusive más su cuello para apoyar su frente en la chomba del muchacho.

-Gracias Thumps.

El color del cabello del chico era tan blanco, y lo suficientemente largo en frente para cubrirle los ojos por completo, pero asintió sonrojándose al agradecimiento de la rubia.

-Shuzan, no debes asustarte por algo así, a las madres hay que tratarla con mucho cuidado, más aun ahora que sabemos que lleva a dos. Ya deberías manejar mejor tu autocontrol, más aun estando en tu elemento.

Lux miró al chico que reprimía a su alumna, era otro de sus alumnos también a fin de cuenta, aunque esta tuviera cierta especialidad.

-Lo lamento, lo lamento- se disculpó apenada la chica.

-No seas tan duro- recomendó Lux acercándose al muchacho, el niño lejos de ablandar su postura le clavó sus ojos verdes con detenimiento.

-No estoy siendo duro- discutió el menor, rascándose con pereza su cabeza, haciendo que sus negros cabellos se movieran con el brillo del sol de ese día- ella es muy capaz y ya sabe estas cosas, no debería retroceder en sus conocimientos por asustarse simplemente.

Lux sonrió de lado viendo el enojo del chico y lo tomo de la barbilla para contemplarlo más.

-¿Q…que?- preguntó finalmente incomodándose.

-Tiene una mirada que me recuerda muchísimo a alguien- confesó la maga observando con cariño los verdes- ¿Sabe? Si alguna vez tengo un hijo me gustaría que tuvieran esos ojos… me la recordaría todo el tiempo.

-¿Pero que dice, maestra?- exclamó ahora sonrojado, zafándose de sus dedos.

-Tenga en cuenta, por favor- siguió hablando la maga viendo como el chico prestaba atención a otras cosas del jardín- que Shuzan aún está aprendiendo, todos aquí y usted también… y equivocarse es bueno, príncipe. "Aprendemos más de nuestros errores…"

-"...que de nuestros aciertos" Lo sé, mi madre suele decir eso.

-Y a la Reina le encantaría que se la escuchara ¿No es así?- preguntó, y aunque el menor no volvió a mirarla, pudo comprobar que asentía- bien, es todo por hoy- anuncio al grupo- Shuzan quédate unos minutos, ve a la sala si quieres, hay algo que quiero que veas. Thumps, muchas gracias, tu hermana pasara a retirar unas cosas, puedes esperarla aquí si así lo deseas.

El niño, que aun acariciaba el rostro del caballo, asintió.

-Me encantaría que me ayudaras en el parto cuando ocurra, seguro será muy enriquecedor para tus habilidades y ayudaría mucho a Ribosa- comentó Lux antes de retirarse con los demás muchachos- ¿Te gustaría?

Por respuesta el niño asintió varias veces a gran velocidad, emocionado por la propuesta.

-Bien, no tardes mucho con los caballos.


La doncella paso la entrada del frente, la cual daba a un espacioso jardín delantero y la pequeña casa, aunque de dos pisos, se podía ver al final del camino.

No era muy diferente al estilo de las demás casas de la región, predominante de rocas pulidas y roble, de dimensiones espaciosas y de un vistoso agradable, acogedor. Lo único que difería de las demás casas era lo alejada y aislada que esta estaba del resto del reino.

La mujer siguió avanzando conociendo el camino, con confianza, no le sorprendieron ver a los niños jugando en la entrada, las cuales la saludaron y tocó la puerta.

-Esta con Shuzan en la sala, aun le está enseñando algo- comentó uno de los niños y la doncella entendió que sería mejor entrar sin interrumpir.

Desde la primera vez que había entrado en la casa, aun cuando su dueña diseñaba las salas interiores, le había gustado.

Apenas entrar por la puerta, uno era recibido por una sala que tenía como principal objeto una enorme chimenea, la cual era rodeada por sillones y un mullido sofá. A uno de los costados una biblioteca tan llena de libros que varios descansaban apilados a la par desde el suelo, junto con un pequeño estudio. Una gruesa escalera de madera era lo único que deba a las habitaciones de arriba. Del lado contrario había un portal que conectaba con la cocina comedor, de donde se podían escuchar las voces de las chicas.

La doncella siguió los sonidos y entro con cuidado a la sala, tratando de no interrumpir.

Llegó justo para ver como la rubia atrapaba en una botella de metal una abeja, con mucha facilidad, como si el insecto lo hubiera hecho a propósito, pero luego este comenzó a zumbar violentamente adentro.

Lux puso la botella en la mesa y luego con un gesto de mano hizo que el agua, encontrada en un recipiente en la mesa, se elevara y envolviera la botella. No tardó nada y sobre esta una pequeña gota de agua se formó, con la forma de la abeja.

-Si puedo hacer eso- comentó Shuzan, viendo la tarea bastante sencilla por el fuerte sonido que emitía el insecto adentro.

-No es a esto a lo que debes llegar… si no a esto- comentó Lux y esperando unos segundos la abeja dejo de luchar, ahora la burbuja arriba volvía a ser redonda, pero no lo fue por mucho tiempo, poco a poco comenzó a tomar la forma de la abeja, esta vez más calmada, como si explorara a su alrededor.

-Casi no se escucha su sonido- se quejó apenas la más chica, no teniendo idea de cómo lograría una imagen del insecto no hacia el suficiente ruido para ser detectado- no puedo hacer eso.

-No, no puedes…- concordó Lux- pero podrás. Quiero que te concentres y lo practiques. El agua, como elemento, requiere mucha concentración, más que todos los demás elementos que voy estudiando, pero una vez que encuentras el equilibrio…- explicó poniendo ambas atención al insecto de agua- podrás.

La doncella se aclaró la garganta para hacerse notar y ambas chicas voltearon a mirarla.

-Buenos días, Loret- saludo Lux sin sorprenderse por la presencia de la chica.

-Buenos días- devolvió el saludo con respeto y simpatía la mujer- esperó no estar interrumpiendo nada importante.

-Ya terminábamos aquí- dijo al tiempo que se despedía de su alumna, indicándole que se podía retirar, la niña obedeció al instante- Thumps está en el fondo con los caballos, no tardara en venir, y yo… tengo aquí justo lo que necesitan.

Lux se encamino a uno de los estantes, sacando dos frascos llenos de algo parecido a jalea de un color verde agradable, luego se volvió a dirigir a la doncella.

-Lo ideal es que se lo aplique 3 vece al día, al inicio de este, cuando despierta, luego del almuerzo y por ultimo antes de dormir- explicó la maga- Thumps puede ayudar, sabe más de lo que él piensa sobre estas cosas… aprende muy rápido.

-Tiene una excelente tutora- contestó sin titubear la mujer, haciendo que un leve sonrojo apareciera en las mejillas de la rubia.

-Bueno… me esfuerzo, aunque a decir verdad la magia que el maneja es muy nueva para mí, y debo admitir que no es un elemento que se me dé muy bien. Puedo orientarlo… pero no tengo duda que no pasara mucho tiempo hasta que me supere- comenzó a explicar con rapidez, aun avergonzada por el cumplido.

-No se esfuerce tanto- recomendó con una sonrisa la mujer y Lux reconoció el aire de consideración y bondad que solían rodear a las doncellas de la reinas.

Desde que llego el trato con la realeza había sido de inmediato muy bueno, y mientras más conocía a los habitantes del palacio más notaba como era la influencia de la reina en sus subordinados.

"Es un lugar muy extraño aun así" Ya no recordaba la cantidad de veces que ese pensamiento había aparecido en su cabeza respecto al reino.

-A mi madre le gustaría su visita uno de esto día- confesó la doncella- está nerviosa por el embarazo. No tiene porque, ya se lo dijimos, pero quizás las palabras de alguien como usted logre tranquilizarla más.

-Claro… aunque debo insistir, la magia medicinal no es mi fuerte… se realmente poco sobre fertilidad y… vida.

-Entonces bastaría con que no acompañe un té- insistió la doncella- ha ido muy atenta con mi hermano, y también haciendo favores a mi madre… déjenos agradecerle por eso invitándola un té.

-Claro… sí- aceptó la maga no encontrando forma de rechazar una oferta tan amable y correcta como esa.

"La reina hace lo mismo. Habla de una forma que es imposible decirle que no" pensaba mientras acomodaba el estante de donde había sacado los frascos.

-¿Y qué hay de usted?

-¿Perdón?- se disculpó mirando de nuevo a la chica, sin entender a que e refería.

-Dice que no sabe mucho sobre fertilidad pero la reina nos comentó que ha estado interesada en esos tipos de libros de la biblioteca real y que incluso le pedio consejos para orientarse en la materia.

"¡Eso también tiene la reina! ¡Es tan poco… discreta!... como le gusta hablar a esa mujer…" pensó al momento que la imagen de una reina ideal se desvanecía de su cabeza.

-¿Piensa tener un hijo?

-… ¿Eh?

-Por los libros… y los consejos sobre fertilidad… ¿Está pensando en tener un hijo?

-¿Un hijo? ¿Quién? ¿Yo? ¡No!- comenzó a cuestionar todo rápidamente- no, no, no, no… Bueno… no… es decir… no es que no quiera… es que… no lo he pensado… bueno… si lo he pensado, ya sabe, si pensé alguna vez en eso ¿Quién no? Pero no… ahora-se detuvo para tocar su cien con los dedos- los libros son solo para la clases y eso… nada mas- explicó un poco más tranquila.

-Ya veo- exclamó, ahora divertida, viendo como la maga parecía aturdida por tan simple pregunta- Pero entonces si le gustaría tener hijos algún día ¿No es así?

-¿Quién? ¿Yo? Oh… si, eso creo… supongo que me gustaría… algún día.

-¿Y a su pareja?

-¿Mi pareja?- preguntó y la doncella solo le miró la mano, donde un anillo de gemas rojas brillaba en su dedo anular.

-Oh…- exclamó contemplando el anillo.

-¿Él quiere hijos?

-No lo sé… no lo creo… ella nunca dijo nada sobre…

-¿Es una chica?- preguntó interrumpiéndola, viendo como el sonrojo volvía a la maga- Bueno… "ella" es muy afortunada entonces- explicó con rapidez temiendo que se le malinterpretara por el tono de sorpresa con el que había salido la pregunta.

-Sí, es una chica- explicó la maga tratando de normalizar la charla- y no, no hablamos sobre tener hijos… aun.

-Bueno, el que sea una mujer no es una desventaja para lo avanzada que esta la magia, ahora tiene sentido el que averiguaras tanto sobre fertilidad y esas cosas…

-Que no… que no lo hice para eso…- explicó con cansancio, dándose cuenta que no podía zafar de esa incomoda charla y pensando que el té con la madre embarazada seguirían esta línea.

-Podrías invitarla a tomar el té en tu visita.

-No creo que pase.

-¿Por qué no?

"Quizás ebria iría" pensó y la idea le dibujo una sonrisa.

-Hace mucho tiempo que no la veo, no sé cuándo regresara- contestó aun con humor- no es de aquí.

-¿De Demacia?

-Oh no, definitivamente tampoco es de Demacia- explicó con gracia, provocando confusión en el rostro de la doncella- Ella es de Noxus.

-¿De Noxus?- pregunto aún más confundida, Lux asintió aun sonriendo- vaya… esa sí que debe ser una interesante historia.


-Dijo que le gustan tus ojos.

-Dijo que mis ojos le recordaban a alguien, no que le gustaban- contestó de mala gana el niño a la burla de su amigo.

-Salas esta celoso- contestó Shuzan en el mismo tono burlón haciendo que el niño mirara hacia arriba con aburrimiento.

-No estoy celoso.

-Sí lo estas.

-No lo estoy.

-No lo molestes- lo defendió otro de los chicos poniéndole una mano al príncipe en su hombro- ¿No ven que está sufriendo porque el amor de su vida no le corresponde?

-No es el amor de mi vida…

-Pues parece que no, ya es el amor de otra vida.

-¿Podrían callarse de una vez?

-¿Se acuerdan que fue lo que dijo la primera vez que lo vio?- preguntó Shuzan haciendo el niño bufara de molesto.

-"Eres hermosa"- contestó su amigo imitando su voz, recordando la primera vez que conocieron a Lux- solo te faltaba agregar "Te amo"

-No la amo- se quejó el príncipe- y no es… bueno si es bastante… bonita… supongo.

-Ya lo creo. El otro día el hermano de Rose le llevo flores.

-¿Ah sí? ¿El hermano de Rose?

-Sí, ese que es altísimo y musculoso.

-Se quién es… es uno de los mejores caballeros de mi madre… es hábil con su hacha… no es la gran cosa.

-¿No es la gran cosa dices? Hasta mi hermana suspira por él.

-Pue no nuestra maestra ¿Sabes?

-¿Ah no?

-No… le devolvió las rosas y lo rechazo. Lo vieron ahogando sus penas en la taberna esa noche.

-¿Lo ven? Les dije que no es la gran cosa.

-No es que no sea la gran cosa, Salas… es que la maestra ya es el amor de otra vida ¿Qué acaso no me escuchas?- se quejó su amigo aun colgado de su hombro.

-¿Dices que ella ya está enamorada?

-Mhm

-¿De quién?

-De…- comenzó a decir poniendo suspenso al asunto, haciendo que los demás chicos alentaran el paso para escucharlo- un mounstro.

-¿Un… mounstro?

-Sí. Es lo que se rumorea. Que la maestra se desvela por las noches esperando la horas elevadas para invocar al demonio quien la tiene esposa, haciendo un ritual macabro donde se mezcla su bondad con la crueldad de la criatura. Todos andan diciendo que para la décima luna de este mes trataran de concebir un hijo. Es por eso que la maestra se interesa en la fertilidad últimamente. Quiere que todo salga bien para engendrar a… "la bestia"

-… Estas inventando todo esto ¿no es así?

-Claro que lo estoy inventando, idiota ¿Cómo se te ocurre pensar que la maestra anda por ahí besando demonios para concebir bestias?

-¡Tú eres el idiota!

-No peleen…

-Aunque si hay algo de cierto en esto- se animó a decir el niño- la maestra si rechaza a sus pretendientes porque está enamorada.

-¿Cómo lo sabes?

-Es lo que le dijo al hermano de Rose. Que ya tenía a alguien especial.

-Bueno… ella tiene un anillo.

-Y mi tía la solterona tiene uno en cada dedo. ¿Acaso alguno de ustedes vio un príncipe encantando en su caballo estacionado en la puerta de la casa de la maestra alguna vez?

-Quizás porque no es un príncipe encantador.

-Porque es un… mounstro…

-¿Puedes dejar de ser un idiota?

-Mmmm está esta chica que la vino a visitar esa vez…- comentó Shuzan.

-¡Valor!

-Así se llamaba la gallina.

-¡Águila, torpe!

-Se llamaba Quinn… y era su amiga- contestó con seguridad el príncipe- era una amiga de Demacia.

-No… una mujer. De hecho la vi varia veces. Pero no había pensado en ella como algo de la maestra… pero…

-Hay una foto- comentó de repente el de ojo verde, recordando uno de los estantes cerca del hogar- bueno… la maestra tiene varias fotos.

-Sí, la mayoría con su armadura demaciana y soldados.

-Sí, pero hay una que es diferente- siguió el chico recordando la imagen.

-¿Diferente?

-Sí, no lleva armadura y esta con una chica, llevando unas bolsas de compras de papel, no es una foto tomada aquí tampoco, parece de esas fotos que se las toman a las personas que pasan al caminar y se las convence luego de que se las compren. Ambas sonríen pese a estar cargando cosas…

-¿Qué tiene de especial?

-La chica que va con ella… tiene ojos verdes.

-¡Es verdad! Ahora lo recuerdo, esta mujer que la visita también tiene ojos verdes… ¡Y pelo rojo!

-Sí, la mujer de la foto es pelirroja… y alta… es más alta que la maestra.

-¿Están diciendo que el príncipe encantador de nuestra maestra es una chica pelirroja alta?... me gustaba más mi historia del mounstro.

-Deberíamos simplemente preguntárselo la siguiente clase… seguro nos diría y dejaremos de estar suponiendo cosas.

Los chicos siguieron caminando unos cantos metros sin decir nada más, cada uno metido en sus propias ideas respecto al tema.

-¿Y era bonita?

-¿Eh?

-La chica de la foto ¿Era bonita?

-Oh… no lo sé.

-Seguramente lo es. Debe ser muy bonita para que la maestra se fijara en ella.

-Quizás no le atrae como luce… quizás es muy inteligente… o sabe contar buenos chistes.

-O sabe cocinar muy bien.

-¡O sabe matar mounstro muy bien!

-La maestra puede matar ejércitos, no necesita alguien que la proteja de mounstros…

-Salas esta celoso de nuevo…

-¡No estoy celoso!- reprochó el chico de nuevo, pero antes que pudiera seguir negando algo paso a su lado a gran velocidad, haciendo que el grupo de chicos se quedaran quietos.

Todos podían ver ahora como un enorme perro corría dejándolos atrás, sus patas se movían veloces por el camino, dando la sensación de que volaba.

-¿Ese no era Daga?- preguntó uno de los chicos reconociendo al perro de Lux.

-Creo que si…

Todos siguieron la línea del camino, a los lejos se podía ver la silueta de una persona, solo se distinguía su sobretodo con capucha, pero al darse cuenta que el perro se dirigía hacia él, entro en alerta tratando de calmar a la bestia con gestos de manos delante de su pecho.

-Eso no lo va parar…

Y todos comprobaron que era verdad al ver como el enorme animal embestía con fuerza al sujeto, tirándolo varios metros hacia atrás.

-¡Vamos!

Los chicos corrieron a socorrer al caminante, pero a medida que llegaban a donde estaban comenzaba a ser evidente que el animal no estaba atacando a su víctima, movía la cola y parecía hasta estar jugando con él.

Shuzan agarró el bolso de cuero del suelo, que por la embestida había quedado lejos de donde se encontraba la persona, a levantar su vista pudo ver a su compañeros rodeando la escena, mudos y quietos. Al acercarse quedo en el mimo estado que ellos.

La mujer terminó por acariciar la cabeza del animal hasta que esté bajo un poco su entusiasmo y luego se puso de pie, sacudiéndose la tierra de sus prendas con paciencia.

Miró uno por uno a los chicos que la rodeaban sin entender el estado de su mutismo y asombro. Su vista se posó rápido en su bolso y en la chica que lo sostenía, se dirigió a ella con una sonrisa de lado.

-Creo que eso es mío- comentó refiriéndose al bolso y Shuzan asintió extendiéndoselo de inmediato- muchas gracias.

La pelirroja, ahora sin la capucha, se acomodó sus pertenencias y se siguió sacudiendo la tierra con una mano, mientras retomaba el camino. Daga la seguía a su lado, golpeando con su hocico el dorso de su otra mano, buscando atención.

-Bueno… no es un mounstro…- comentó la niña haciendo que sus compañeros asintieran.

-Es hermosa- agregó otro consiguiendo nuevamente el asentimiento unánime.


Lux podía sentirla.

Por eso solo se dedicó a mirar a Daga que descansaba en el suelo, preguntándose cuanto tardaría el animal en sentirla también. Solo le llevo unos minutos más. Levantó sus orejas en una posición de alerta y salió despedido por la entrada.

La maga suspiró y se encaminó a un pequeño espejo que descasaba cerca del hogar, se miró en él y acomodó un poco sus cabellos.

Su mirada se desvió luego a las fotos que descansaban en el mismo estante.

Tenía varias con sus compañeros demacianos, en grupo. Una gárgola y su amigo fiel de la lanza.

Una con Quinn que vino a visitarla una vez en todo ese tiempo y quien era su mayor confidente con respecto a todo lo que pasaba en Demacia.

Tenía la foto familiar con su padre y su hermano, aun cuando ambos eran muy jóvenes y la familia era una de las más envidiadas de su nación.

Garen tenía una foto especial en ese estante, una que solo estaba con ella y ambos se estiraban las mejillas, de niños, cuando los problemas se resolvían muy fácil. Diferente al ahora que llevaban un solo problema que no se pudo resolver entre ellos. Lo extrañaba tanto.

Le costó despegar su vista de esa foto a la que estaba detrás, casi escondida de entre las demás.

Solo verla el olor a naranja la invadía.

Recordaba ese día, no mucho tiempo después de llegar al reino. Sabía que Katarina estaría en un pueblo no tan cercano, pero que podría llegar hasta allí.

Viajo hasta encontrarla, y como venía siendo habitual en su relación cuando mucho contarían con ese día antes que sus obligaciones la obligaran a separarse.

Hicieron que valga la pena.

La foto la tomó un sujeto que las hacia a las persona que pasaban por unas cuantas monedas. La calidad no era muy buena y no es que estuvieran haciendo algo significativo tampoco.

Acaban de comprar lo que necesitaban para cocinar y cenar en la pequeña habitación de hotel que habían conseguido. Salían con las bolsas mientras charlaban con los rayos del sol iluminándolo todo cuando apareció el fotógrafo cortándoles el camino.

Recordaba que el tipo había dicho una broma por la cara de pocos amigos que le puso Katarina al ver como la interrumpían.

Lux solo tuvo que sonreírle para que cambiara de actitud.

La foto terminó siendo una de ambas, abrazando unas bolsas, pero sonriendo a la cámara.

Se podía ver en la bolsa que cargaba Katarina unas naranjas. La pelirroja las había cortado en gajos y las comía mientras observaba como ella cocinaba.

Razón por la cual sus besos sabían a naranja, y la habitación y ella esa noche olían mucho a ese peculiar olor también.

No era fácil.

Y nunca había esperado que lo sea.

Pero aun así, pese a todas las cosas malas por las que tuvo que pasar, y por las que aun pasaba, no podía evitar sentirse afortunada. Más en momentos como este. Más cuando la sentía tan cerca.

Se acercó a la entrada y sin dudar abrió la puerta.

Un rostro sorprendido, aun con la mano extendida por haber querido llamar, la recibió.

Katarina relajo sus facciones ante la sonrisa cálida que recibía. Se sentía cansada y estaba segura que su cara lo reflejaba, pero se las ingenió para devolver el gesto antes de dar dos pasos más hacia Lux, dejando caer el mentón en su hombro y luego todo el peso de su cabeza, que le parecía ridículamente demasiado.

Podía sentir los brazos de la menor rodeando su espalda y creyó que podía dormirse allí mismo.

Le besaban el rostro, cerca de la oreja, tratando de llegar a la mejilla, y reconociendo las intenciones, se alejó un poco, sintiendo el camino de besos hasta que estos encontraron sus labios.

Se alejó con pereza, aun sintiendo que recargaba mucho de su peso en el cuerpo de la menor, pero lejos de parecer importarle, Lux la examinaba con detenimiento, como si tratara de convencerse de que estaba allí, con los ojos cargado de nostalgia y felicidad al entender que era de verdad.

-Bienvenida- dijo finalmente, acariciándole el rostro y acomodando uno de sus mechones rojo hacia atrás.

-Oh… es verdad- comentó dejándose invadir por la calidez- ya estoy en casa.


Fin


Mi naturaleza es fuego y yo incendiare a este mundo

- Andrea P. Lancer