Conejitos de pascua

Este fic participa en el Reto "¡A la caza de los huevos de Pascua!" del foro "El Mapa del Mortífago".

Disclaimer: Ninguno de los personajes me pertenece, qué más daría yo por tener una mente tan creativa como J.K. Rowling.

Summary: Astoria Malfoy tiene una vida perfecta: un hijo maravilloso, un marido atractivo y un matrimonio feliz, por eso se esfuerza tanto en organizar su tradicional evento del día de Pascua.


Conejitos de pascua

Conejita engañada

—Sexta fiesta anual de Pascua—

Como todos los años, el grandioso jardín de la mansión Malfoy se veía espectacular, coquetas mesitas blancas lucían hermosos arreglos florales sobre los cuales volaban unas preciosas maripositas multicolor y en cada una de las sillas que las rodeaban se encontraba una canasta adornada con hermosos listones; también los árboles estaban arreglados encantadoramente y entre dos de ellos estaba dispuesta una mesa rectangular llena bocadillos que a simple vista se veían deliciosos además de ricas bebidas refrescantes, un mangar no solo para el paladar sino también para la vista.

Después de la guerra —no sin dificultad— la comunidad mágica dejó atrás los perjuicios de los que se aprovechó el-que-no-debe-ser-nombrado, para sembrar el caos; así, empezaron a estrecharse las relaciones entre las familias sangre pura de renombre, las que no lo eran tanto y las cada vez más frecuentes familias mestizas; por lo que no era raro que en la reunión que se celebraría en el jardín de la mansión, se encontraran conviviendo tanto los Nott y los Zabini, con los Weasley y los Potter.

Entre todas sus virtudes, estaba la de ser una excelente anfitriona y la imagen de su jardín era una pequeña prueba de ello, era simplemente magnífico y adecuado para la reunión que tendría lugar en pocas horas.

Siempre se esforzaba por ser perfecta, para que su hijo se sintiera orgulloso y con la esperanza de que su esposo se diera cuenta que ella valía más que su amante.

Así es, su esposo Draco Malfoy tenía una amante y era nada más y nada menos que Hermione Granger, la heroína de guerra, integrante del trio dorado o como a ella le gustaba llamarla la "zorra casada coge maridos ajenos", obviamente omitía expresarse de esa forma frente a los demás, no por nada se esforzaba tanto tratando de evitar que alguien más se diera cuenta de la aventura que vivía su marido, la cual descubrió por casualidad justo en la celebración anterior.

—Quinta fiesta anual de Pascua—

¡Le encantaba el Día de Pascua! Por quinto año consecutivo, la familia Malfoy organizaba el evento denominado "A la caza de los huevos de pascua", era una competencia en la que no mediaba un premio monetario de por medio, pero si mucha diversión y alarde por parte de quienes encontraran más huevos, los cuales eran escondidos por unos simpáticos conejitos encantados, con lo que se aseguraban que los Malfoy's también podían participar sin tener ventaja sobre los demás.

Amaba decorar su jardín en donde se llevaría a cabo la búsqueda, ella se encargaba personalmente de cada uno de los detalles, pues le era gratamente satisfactorio que todos los invitados se maravillaran al verlo, también se encargaba de dirigir a los elfos que prepararían los bocadillos, no había quien se fuera insatisfecho de la recepción, y los detalles de tan magnifico evento perduraban en las páginas de "El profeta" y "Corazón de bruja", hasta la celebración del cumpleaños de su marido, porque ésta era otra gran oportunidad de demostrar lo perfecta que era.

¡Su vida era perfecta! Su cuento de hadas personal se había hecho realidad, sus padres lograron que se casara con un hombre terriblemente guapo y rico, quizá un poco frio, pero que la hizo la matriarca de una de las familias sangre pura de más renombre, ama y señora de una mansión hermosa y que le dio un hijo divino, su Scorpius que era a quien ella más amaba en el mundo.

Exquisitamente arreglada y junto a su elegante hijo, se dispuso a esperar a que llegaran sus invitados, su marido aun no regresaba de su viaje de negocios, había tardado una semana más de lo previsto, pero ella confiaba en que de un momento a otro lo vería entrar; poco a poco fueron arribando sus comensales a la mansión y haciendo gala de sus finos modales, recibió a todos con una hermosa sonrisa.

Poco después de la hora acordada, todos quienes fueron invitados se encontraban ya en la mansión, disfrutando y compartiendo los bellos detalles que ella se esmeró en preparar para su disfrute, no le sorprendió ver una mesa llena de cabezas pelirrojas, siempre llamó su atención como era posible que Molly Weasley hubiera podido tener tantos hijos; también estaba ahí el famoso Harry Potter —al que le estaba eternamente agradecida de haber salvado a su marido en la sala de los menesteres, aunque era algo que nunca se lo diría — con su esposa Ginny y sus hijos; junto con ellos se encontraba Ron Weasley, con sus pequeños hijos, pero sin su esposa, la famosa Hermione Weasley.

Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando su elfa le comunicó que precisamente la Sra. Weasley acababa de llegar a la mansión, pero cuando se dirigía al interior a recibirla, Draco ya venía con ella a su lado, fue una grata sorpresa, pues se alegró de que por fin hubiera llegado ese hombre al que amaba tanto.

Se dirigió a encontrarlos a ambos, su esposo si acaso rozó sus labios en su frente, frio como siempre, ella la saludó apenada, disculpándose por la tardanza y preguntando por su familia; charlando cordialmente la guio hasta donde se encontraban sus hijos, los cuales al verla se abalanzaron sobre la castaña, Ron también corrió a abrazarla y a darle un efusivo beso; en ese momento Draco se excusó diciéndole que iba a cambiarse porque venía cansado del viaje y que regresaría en cuanto estuviera más repuesto, a ella no le importó, aún era muy temprano y la búsqueda siempre se prolongaba hasta muy entrada la tarde.

La reunión transcurría con creciente alegría, no le pasó desapercibido lo bien que Scorpius se llevaba con los Weasley, era increíble lo fácil que se adaptaban los niños; en ese momento su hijo lanzó muy lejos la pelota mágica con la que estaban jugando, la cual pasó del otro lado del perímetro del jardín donde se llevaba a cabo la fiesta, ella se ofreció a ir a buscarla.

Caminó disfrutando del sol y la suave brisa que corría, su hijo era muy fuerte, pues la pelota mágica se encontraba a una gran distancia; cuando la tomó y se disponía a regresar, observó que una mujer estaba parada frente a una de las fuentes en la parte más alejada del jardín, no la culpaba, ese lugar era hermoso y aunque no formaba parte de donde se realizaba la búsqueda de pascua, no faltaba quien gustara de conocer toda la propiedad.

Así que decidió acercarse a ella, quizá para contarle alguna de las historias relacionadas con el lugar; cuando casi la alcanzaba vio como una figura masculina llegaba a abrazar por detrás a esa extraña, no podía creer lo que veía, el color de cabello era inconfundible, quien estaba abrazando a esa mujer no podía ser otro que su marido.

Prácticamente se paralizó al ver la escena, quiso alejarse o hacer algún ruido para que se dieran cuenta de su presencia pero no lo logró, no pudo dejar de ver como su marido besaba el cuello de esa mujer, como sus manos dejaban su cintura para acariciar su cuerpo, como se pegaba más y más a ella, quien ante las caricias recibidas no podía quedarse quieta.

Para Astoria el tiempo se detuvo y los sonidos se amplificaron, pues juraría que escuchó cuando su marido bajó la cremallera de su pantalón, para después inclinar ligeramente a su amante hacia adelante, levantarle la falda que vestía y penetrarla; en un lento vaivén la estaba llevando al éxtasis, los gemidos de ambos llegaban hasta sus oídos; sus movimientos dejaban ver que no era la primera vez que estaban juntos, existía entre ellos una sincronización perfecta; tras un largo tiempo él cubrió la boca de esa mujer para amortiguar los sonidos que acompañaban su orgasmo, a la vez que él le mordía el cuello para callar los gemidos de su propia liberación.

Lo que terminó de romper su corazón y su vida perfecta, fue ver como su marido realizaba un hechizo para limpiarlos a ambos, recomponía sus ropas y volvía a abrazar a su amante con una ternura infinita, con un amor que a ella jamás le había demostrado ¡Ni siquiera el día de su boda!; lo vio perderse entre esa cabellera castaña, mecerse al compás de una música que sólo ellos podían escuchar y susurrarle lo que ella pensaba que debían ser palabras de amor, pues la mujer en un delicado movimiento dejó de darle la espalda, para abrazarlo de frente, pasar sus brazos por su cuello y besarlo apasionadamente.

Fue ahí cuando vio que era Hermione Weasley quien estaba besando a su marido.

—Sexta fiesta anual de Pascua—

Había pasado un año desde que los descubrió, ahora entendía los frecuentes retrasos de su marido cuando salía de viaje o las juntas extraordinarias cada vez más frecuentes que lo hacían llegar de madrugada; también entendía porque en las esporádicas veces que hacían el amor se empeñaba en apagar la luz, en su corazón sabía que él se imaginaba que estaba con su amante.

Pero ella lo amaba y estaba dispuesta a aguantar todo por ese amor, incluso que Scorpius llegara y le contara que su papá lo llevó a jugar con Hugo y Rose y que "Mione" le decía que lo quería mucho.

También pasó por alto, el que su hijo se sintiera orgulloso de que su papá le pidiera su opinión antes de comprar la casa que le regalaría a "Mione", alegremente le contó que no era tan grande como la mansión, ya que solo tenía cinco habitaciones y que su papá le había dicho que él, Hugo y Rose tendrían cada uno su propio cuarto, que otra era para su papá y "Mione" y que la quinta habitación era para cuando llegara su nuevo hermano o hermana, en su inocencia, cuando Scorpius vio los ojos de su mamá llenarse de lágrimas la abrazó y le dijo que no se preocupara, que si también quería mudarse a la casa nueva, entonces le diría a su papá que él le dejaría su cuarto y de buena gana compartiría habitación con Hugo.

No podía dejarse vencer, no iba a permitir que esa mujer destruyera su familia perfecta, solo porque su vida al lado de Ron Weasley era probablemente un asco, por eso se esforzaba continuamente para que todo el Londres mágico se diera cuenta que eran felices y que nunca dejaría de ser la única señora Malfoy.

Y ahí estaba, elegante, impecable, imperturbable, recibiendo a sus invitados junto a su esposo y su hijo, como la perfecta y feliz familia que eran y no dejó de sonreír, a pesar de que cuando la vio llegar, observó que su vientre mostraba ya un ligero abultamiento.


¡Gracias por leer! ¡Se aceptan opiniones, siempre serán bienvenidas! Preferí dividir la historia en capítulos pequeñitos, un capítulo por cada conejito, ojala les guste.

P.D. Mil gracias a quienes tuvieron la gentileza de leer "Soy el orgullo de mi padre", primero me disculpo por los errores más que garrafales, demasiado tarde me percaté que me "comí" algunas palabras, segundo, les comento que las escenas que suprimí de esa historia, las voy a colocar como un capítulo extra pero hasta abril, pues mi humilde fic está participando en el reto "poliamoroso" del foro "El Mapa del Mortífago", por lo que no sería correcto agregarle algo más sino hasta que terminen las votaciones de ese reto.

¿Continuarla? Quizá, porque sí me gustaría escribir un poquito sobre las reacciones de todos los involucrados.

Muchas gracias otra vez