LA PROMESA

CAPITULO 4

Albert y yo nos tomamos de la mano y seguimos al Dr. hasta su consultorio, estando ahí nos invito a sentarnos, enseguida el Dr. comenzó a decir –

- Sres. Andrew, no es fácil lo que voy a decir, así que quiero que tomen las cosas con calma

- Dr. Stevens, nos esta espantando – dijo Albert nervioso.

Después de algunos minutos que me parecieron una eternidad, escuche al galeno carraspear un poco para enseguida decir -

- Su hijo se encuentra grave, se le formo un coagulo en su pierna izquierda, que le ha ocasionado una severa trombosis en la misma, por eso tiene la pierna hinchada, es necesario hacer un procedimiento quirúrgico, (abrir la piel por capas para liberar las arterias) para evitar que los tejidos se comiencen a necrosar

- ¿Y que pasa si no lo hacen?

- Hay un alto porcentaje de que tengamos que amputarle la pierna, así que necesito que de inmediato consigan donadores de plaquetas, hemoglobina, y plasmaaféresis

- Las conseguiremos lo más rápido posible Dr. – menciono Albert

- Dr. ¿Qué pasa si no alcanzamos a conseguir a tiempo lo que usted nos esta pidiendo para hacer el procedimiento quirúrgico?

- No se angustie Sra. Andrew, afortunadamente el hospital cuenta con lo necesario, sin embargo es requisito que consigan los donantes para reponer lo que vamos a ocupar en la cirugía.

En mi interior di gracias a Dios de que en el hospital hubiera lo necesario para la cirugía de David, sin embargo no podía dejar de sentir que las palabras del Dr. me eran ajenas, ya que sentía como si el estuviera hablando de otra persona, no de mi hijo, no de mi David, toque mi pecho para tratar de tranquilizarme, sentía que me daba trabajo respirar, y que la vista se me comenzaba a nublar, así que aspire profundo y apenas en un hilo de voz dije –

- Doctor… nuestro hijo se va salvar ¿verdad?

- Sres. Andrew les aseguro que haremos todo lo posible, traten de estar tranquilos, se que no es fácil, pero confíen en Dios, ahora por favor consigan los donantes, con su permiso, voy a ver a su hijo y a prepararlo para la cirugía

- ¿Podemos verlo? – interrogue antes de que el Dr. saliera del consultorio

- Lo siento, pero en estos momentos no será posible, pero les prometo que en cuanto salga de la cirugía, les informare de inmediato.

Albert y yo vimos al galeno salir rápidamente, una sensación indescriptible se apodero de mi, si bien en otras ocasiones me había sentido angustiada y temerosa, en aquellos momentos me sentía peor, algo dentro de mi ser se agitaba como una tormenta, alcé mi vista para tratar de encontrar consuelo en los azules ojos de mi esposo, sin embargo no fue así, sus ojos estaban cristalinos, a punto del llanto, tenía los labios apretados como si tratara de controlarse, pero pese a eso, acaricio mi mejilla y luego mi cabello mientras decía –

- Vamos a conseguir los donantes

- Si, vamos.

Llamamos a la familia y amigos para conseguir los donantes, afortunadamente lo conseguimos más rápido de lo que esperábamos, en cuanto entregamos los comprobantes de las donaciones, nos dijeron en que sala esperar noticias, no supimos cuanto tiempo transcurrió, lo que si, es que tanto a Albert como a mi, nos pareció una eternidad, finalmente el Dr. Stevens salió y yo ansiosa pregunte –

- ¿Cómo esta David?

- Hay que esperar

- ¿Qué hay que esperar?

- A ver como reacciona al procedimiento, por el momento lo vamos a trasladar al área de shock (área especial para pacientes graves)

- Dr. por favor… permítanos ver a nuestro hijo

- Esta bien Sra. Andrew, pero solo unos momentos, síganme por favor

- Gracias Dr.

Creo que tanto Albert como yo, sentíamos que caminábamos a ciegas en aquel enorme pasillo, finalmente llegamos, la cama se encontraba vacía, mire al Dr. de forma interrogativa y el comprendiendo mi pregunta muda dijo –

- En unos momentos lo van a traer, un enfermero va estar aquí cuidándolo toda la noche para ver como evoluciona

- ¿Puedo quedarme? Le prometo que no molestare Dr.

- Lo siento mucho Sra. Andrew, pero esta es un área restringida, comprenda por favor.

¿Qué comprendiera? ¡Por Dios! ¿Qué madre se quiere separar de su hijo en unos momentos así? ¿Quien mejor si no una madre para cuidar de un hijo? El amor de una madre no conoce los límites, un profesional no lo iba cuidar con el mismo esmero que yo, pero las órdenes del galeno habían sido más que claras, de pronto la puerta de la habitación se abrió y entraron con David en una camilla, estaba dormido, estaba muy pálido, vimos como lo depositaban en la cama, y me pareció mas delgado que nunca, quería acunarlo en mis brazos, trasmitirle mi calor, mis fuerzas que francamente ya no eran tantas, vi su pierna que estaba mas hinchada que cuando llegamos, era como si trajera un yeso, me acerque y acaricie sus mejillas mientras le decía en un susurro cuanto lo amaba, Albert también hizo lo mismo, y el apenas abriendo sus ojitos nos dijo –

- Me siento muy cansado

- Pronto estarás bien y te llevaremos a casa a descansar – prometí mientras acariciaba su frente.

El Dr. le estaba dando algunas instrucciones al enfermero, y luego se dirigió a nosotros para pedirnos que saliéramos, le mire suplicante y nos permitió estar en el pasillo de esa área.

No se cuanto tiempo estuvimos parados esperando saber de nuestro hijo, lo que si se, es que cada minuto era eterno, me sentía inquieta, ya no pudiendo soportar mas, le pedí a Albert que me acompañara a verlo, quería saber como se encontraba, estábamos mirando por el ventanal de su habitación, notamos que el enfermero estaba tomando su presión, pero hubo algo en su expresión que no me gusto, sin pensarlo abrí la puerta y angustiada pregunte –

- ¿Qué pasa?

- No sé, creo que se le termino la pila a este aparato, no me esta marcando la presión, voy a cambiársela.

No se porque, pero aquello hizo que la sangre se me congelara de miedo, aún así, trate de tranquilizarme, volví mi vista a Albert y el en una sonrisa nerviosa me dijo –

- Seguro es la pila Candy, no te asustes.

Asentí tratando de convencerme, el enfermero rápidamente entro con otro aparato y volvió a tomar la presión, pero tampoco le marcaba nada, entonces rápidamente toco un botón rojo y nos dijo que saliéramos, vimos entrar a un grupo de médicos que de inmediato rodearon la cama de David, ni Albert ni yo alcanzábamos a comprender lo que decían, vimos pasar rápidamente al Dr. Stevens quien ordeno que lo trasladaran de inmediato a terapia intensiva, pero antes de esto nos sacaron de la habitación y cerraron las persianas, Albert y yo estábamos muy asustados, a los pocos minutos vimos como trasladaban a David, los seguimos hasta donde se nos permitió, ¿Por qué no nos decían que era lo que estaba sucediendo? Una enfermera al verme tan alterada me dijo –

- Por favor señora, trate de tranquilizarse

- Es que no puedo, ¿Por qué no nos dicen nada de nuestro pequeño?

- Porque lo están estabilizando, cálmese por favor

- No puedo calmarme, quiero saber que es lo que esta pasando con el.

De pronto vimos al Dr. Stevens salir, caminamos rápidamente hacía el y yo desesperada le pregunte –

- ¿Qué paso Dr.? ¿que tiene mi hijo?

- Acompáñenme a mi consultorio por favor

- ¿Pero porque?

- Porque es necesario – dijo el galeno tajantemente.

En cuanto estuvimos dentro del consultorio nuevamente nos dijo –

- Nos vimos en la necesidad de intubar a David ya que tuvo un paro respiratorio, también tuvo un derrame cerebral, y se le formo un coagulo en el pulmón, además…

- ¿Además que doctor Stevens? – interrogo Albert desesperado

- El procedimiento quirúrgico no funciono, los tejidos de su pierna están muertos y acabamos de descubrir que tiene un tumor en el cerebro que es inoperable.

No sabía como reaccionar, estaba muda de dolor, quería decir tanto, preguntar tantas cosas, pero un nudo en mi garganta me lo impedía, solo sentía correr lágrimas por mi rostro mientras apretaba la mano de Albert, este con apenas voz audible pregunto –

- Dr. Stevens, ¿Qué va pasar con nuestro hijo?

El galeno se levanto y se paso la mano por la densa cabellera mientras decía –

- Lo siento… pero su hijo no va sobrevivir, creo que no va salir la noche, creo que llego la hora de que se lo entreguen a Dios, el esta sufriendo mucho, esta muy cansado, y aunque no lo parezca esta consiente y siente el dolor y la angustia de ustedes

- No quiero que se vaya, no quiero, no quiero entregárselo a Dios – grite mientras corría como loca por todo el hospital, creo que mi mente estaba nublada por tanto dolor, creo que mientras corría seguía gritando, porque la gente que estaba dormida en el pasillo se despertó, de pronto sentí que unos brazos fuertes me sujetaban mientras una voz conocida me decía –

- Cálmate Candy por favor, estas despertando a la gente

- ¿Y que me importa la gente? Nuestro hijo se esta muriendo Albert, no quiero que se muera, no quiero, no quiero… - grite mientras caía de rodillas apretando los puños

- Yo tampoco quiero que se vaya… - dijo Albert sollozando.

Estuvimos unos momentos abrazados, siendo uno solo, sintiendo el mismo dolor, de pronto Albert limpiándose las lágrimas dijo –

- Hay que llamar a la familia y a Eleanor, pero ahora ven, vamos al lado de nuestro hijo.

Mientras caminaba al lado de mi esposo, sentía como si flotara, como si no fuera yo misma, cuando estuvimos a su lado, el dolor que sentía se intensifico, saberlo tan grave me dolía, pero no tanto como saber que esas eran las últimas horas que el estaría con nosotros, que ya nunca mas podríamos tocarlo, mirar su franca sonrisa, y hasta sus berrinches, ¿como olvidar los maravillosos nueve meses que estuvo dentro de mi? saber que se alimentaba de mi, el sentir sus primeras pataditas cuando estuvo en mi vientre, ya no podría contarle cuentos por las noches, ni le cantaría, era mi carne la que estaba sufriendo y yo no podía hacer nada para evitarlo, ¿Por qué no podía cambiar mi lugar por el de el? Antes de entrar a la habitación, Albert enjugo mis lágrimas con la yema de sus dedos, para luego darme un fuerte abrazo tratando de reconfortarme, luego me dijo –

- Entra tu primero, yo voy a avisarle a la abuela y le voy a pedir a Eleanor que venga

- Si.

Ver a mi hijo conectado a todos esos aparatos me dolió muchísimo, realmente se veía muy cansado tenía enormes ojeras y el semblante pálido, sentí como mi corazón se estrujaba, ¿Cómo iba dejarlo ir? ¿Podría hacerlo? debería ser una regla de la vida que los padres nos vayamos antes que los hijos, no al revés, suspire y luego tome su delgada mano y deposite un beso en ella, mientras le decía –

- Mi niño, te amo tanto, eres parte de mi alma, de mi corazón, has sido un niño muy valiente, muy bueno, has sido un guerrero, ¿sabes que cada sonrisa tuya ilumina cada uno de mis días? ¿Quieres que te cante tu canción favorita? Se que si, pon atención mi niño.

Se que hay en tus ojos con solo mirar, que estas cansado de andar y andar,

Y caminar, girando siempre en un lugar, se que las ventanas se pueden abrir,

Cambiar el aire depende de ti, te ayudara, vale la pena una vez mas, saber que se puede…

Mi voz se quebró, no pude continuar, el dolor me estaba volviendo loca, de pronto entro Albert y poso sus manos sobre mis hombros, mientras decía –

- Eleanor ya viene para acá, ya avise a la abuela y a los demás familiares.

Mire como Albert se acercaba a David y comenzaba a acariciar su frente, también le estaba diciendo cuanto lo amaba, lo que significaba para nosotros, ¿Cómo puedo explicar que momentos antes los minutos me parecían eternos y que ahora era todo lo contrario? Tal vez así era, estuvimos un buen rato con el hasta que un médico nos saco para revisarlo, mientras esperábamos en el pasillo, vi un hombre que me ofrecía los brazos y yo sin dudarlo me arroje a ellos, era Dios quien me estaba ofreciendo sus brazos, y lo sé porque su abrazo me hizo sentir un consuelo y una paz que nunca en toda mi vida había sentido, luego escuche la voz de Eleanor que era quien ahora me abrazaba, decir –

- Tranquila Candy, Albert, ya estoy aquí para apoyarlos

- Eleanor… el Dr. Stevens nos dijo que ya no hay esperanzas… que se lo entreguemos a Dios, ¿Cómo se hace eso Eleanor? ¿Cómo podemos entregar a nuestro hijo sin que se nos desgarre el corazón? ¿Cómo dejarlo ir?

- Se que es difícil, y muy doloroso esto que esta sucediendo, pero quiero que recuerden que somos cuerpo, mente y espíritu

- Es que si tu lo hubieras visto conectado a todos esos aparatos, tan pálido, tan delgado…

- Miren, David esta con nosotros aquí espiritualmente, vamos a tomarnos de las manos y hacer una oración para entregárselo a Dios, se que no va ser nada fácil, pero es necesario., ahora vamos a cerrar los ojos.

Nos tomamos de las manos y escuche a Eleanor decir –

Ayúdanos señor a soportar este momento tan doloroso,

permítenos entregarte a nuestro hijo David con todo nuestro corazón,

no permitas que nuestro dolor nos haga egoístas, en estos momentos de angustia,

permítenos reconocer que esta enfermedad que le has mandado a nuestro hijo, es para

darnos cuenta que la vida es breve y que las cosas de este mundo en si, son de poco valor.

Eleanor abrio los ojos y me dijo –

- Candy, por favor.

Cerré mis ojos y tarde unos minutos, estaba rememorando desde el día que nos dijeron que estaba embarazada de el, luego el día que nació y lo tuve entre mis brazos, cuando jugueteaba con Alex y con burbuja, cuando le hizo prometer a Albert que todos los días me iba regalar flores, luego la noticia de su enfermedad, el beso fugaz que le robo a Patty, tantas cosas… tantas, pero me dolía verlo sufrir de aquella manera, así que si Dios me había prestado ese ángel, y el lo estaba llamando para estar a su lado en el paraíso, y yo se lo tenía que entregar de corazón, así iba a hacer., así que tome una bocanada de aire y comencé a decir –

- Hijo, yo no quiero verte sufrir, te quiero mucho y sabes que fuiste un hijo muy deseado, ve con la virgen y nuestro padre Dios que te están esperando, Sr. te entrego la mitad de mi corazón, gracias por haberme permitido tener en mi vientre y en mi vida un ángel tan bello.

Luego escuche a Albert decir una oración, la verdad es que no recuerdo muy bien sus palabras, cuando finalmente terminamos de orar, entramos a la habitación de nuestro hijo, ya solo quedaba esperar a que el partiera, Eleanor se retiro y nos dejo solos, sin embargo David paso la noche, eso nos daba una ligera esperanza, tal vez… tal vez el lograra sobrevivir, entro el Dr. Stevens y comenzó a revisarlo, luego nos dijo que lo acompañáramos , en cuanto entramos al consultorio nos dijo –

- No comprendo que es lo que esta pasando

- ¿A que se refiere doctor?

- En la madrugada les pedí que le entregaran su hijo a Dios, les dije que el esta sufriendo ¿Por qué son tan egoístas? ¿Por qué no lo han entregado?

- Es que si lo entregamos doctor, tal vez exista la posibilidad de hacer algo por el y se pueda salvar

- Miren las cosas están así, su hijo tiene la pierna necrosada, un tumor inoperable, un coagulo en el pulmón, un derrame cerebral, ¿es así como quieren tener a su hijo? Comprendan no hay nada que hacer, entréguelo de corazón, no lo estén deteniendo

- Es que ya lo entregamos – mencione un tanto alterada

- Cálmese señora Andrew, entonces alguien le esta mandando energías, el niño las siente y no se puede ir, alguien lo esta deteniendo

- ¿Lo estas deteniendo tú Candy?

- No Albert, yo de verdad lo entregue de corazón, ¿y tú?

- Yo también lo entregué de corazón

- Sres. Andrew, por favor investiguen quien lo esta deteniendo, tal vez alguien de su familia

- Así lo haremos doctor.

Llamamos nuevamente a Eleanor para informarle, entonces ella nos dijo –

- No comprendo, Candy es cierto lo que comenta el Dr. Stevens, alguien le esta mandando energías, tal vez la abuela Elroy, tus demás familiares, piensa, algo que hayas comentado con alguien piensa.

Fue entonces que recordé.

FLASH - BACK

Cuando Alex contaba con casi cuatro años, yo tenía 6 meses de embarazo, todo parecía ir de maravilla, pero una noche sentí un fuerte dolor y Albert de inmediato me llevo al hospital, no hubo nada que hacer, perdí a mi bebé, como estuve algo delicada el Dr. Leonard me dijo que tal vez no iba poder tener mas bebés, Alex estaba mas que emocionado por un nuevo hermanito, ¿Cómo iba a explicarle? Se lo comente al Dr. Leonard y me dijo –

- No te preocupes tanto Candy, a esa edad es muy fácil que los niños no le dan tanta importancia al asunto, le puedes decir que Dios necesitaba de un ángel y que tú se lo regalaste

- Tiene razón Dr. seguro que el entenderá.

En cuanto llegamos Alex me miro extrañado y pregunto –

- ¿Dónde esta mi hermanito?

- Hijo, mira Dios necesitaba de un angelito y yo le regale a tu hermanito.

Jamás olvidare su cara y sus palabras, pues en tono de reproche me dijo –

- Eres mala, ¿Por qué le regalaste mi hermanito a Dios? no tenías derecho, el era mi hermanito, yo iba jugar con el, ¿Por qué no me preguntaste? Yo lo quería.

FIN DE FLASH – BACK

Le comente esto a Eleanor y me dijo –

- Candy, ¿Por qué no me dijiste que habías perdido un bebé anteriormente?

- No pensé que fuera relevante ahora

- Pues lo es, y mucho, mira te voy a mandar a Maru la psicóloga de aquí, ella les va ayudar con una pequeña terapia.

- Gracias Eleanor.

Mientras estábamos en la habitación de nuestro hijo la verdad es que no comprendía, me sentía en una especie de pesadilla, tanto Albert como yo nos mirábamos tratando de encontrar consuelo en los ojos del otro, mas esto es casi imposible cuando se sufre del mismo dolor, no hay palabras, abrazos ni miradas de consuelo, solo dolor, y muchas preguntas sin respuesta, finalmente tocaron, era Maru, la psicóloga de la fundación casa canica que había mandado Eleanor, en cuanto nos vio nos abrazo y acaricio la frente de nuestro hijo, luego nos pregunto –

- ¿Están listos?

- Para esto, nunca se esta completamente listo Maru, pero no queremos que nuestro hijo siga sufriendo, esta cansado, su batalla ha sido titánica, y llego el momento de que el descanse

- Es muy cierto lo que acabas de decir Albert, el merece descansar, merece ser libre, vengan vamos a comenzar con la terapia, quiero que me cuenten todo para así poder ayudarlos.

Albert y yo comenzamos a contarle todo, fue una terapia corta, pero muy necesaria, cuando terminamos Maru nos dijo –

- Bien, ya se quien es la personita que lo esta deteniendo

- ¿Quién? – interrogue ansiosa

- Alex

- Pero el es muy pequeño…además yo pensé que tal vez lo había olvidado

- Pues ya vez que no, mira Candy, Alex realmente estaba muy ilusionado con el bebé que perdiste, aquí el error fue decirle que se lo habías regalado a Dios, el se sintió herido, así que ahora no quiere perder a su otro hermanito, no esta dispuesto a regalárselo a Dios, así que le esta mandado fuerzas, David siente el dolor de su hermano y no puede partir, no quiere que Alex sufra, tienen que hablar con Alex y explicarle en palabras que el entienda porque es necesario que deje ir a su hermanito

- Esto va ser muy difícil

- Dios les dará las palabras indicadas, ahora vayan por el o pídanle a algún familiar que se los traiga para que platiquen con el

- Así lo haremos, gracias Maru.

Después de que la psicóloga se fue, vi a Albert marcarle a la abuela Elroy para enseguida pedirle que nos llevara a Alex, en menos de una hora llegaron, finalmente había llegado el momento, mire a Albert y decidida le dije –

- Yo voy a hablar con el, tratare de explicarle

- ¿Estas segura?

- Creo que si

- Entonces ve mi amor, yo estaré aquí orando por nuestra familia.

Tome la mano de David y le di un beso profundo en ella, mientras me despedía de el, y le pedía en silencio a el y a Dios que me dieran las fuerzas y las palabras correctas para que su hermanito comprendiera, luego me dirigí a las escaleras para ir al jardín donde me esperaba Alex y la abuela Elroy, cuando el me vio corrió a abrazarme y me pregunto por David, le pedí a la abuela que me dejara a solas con el y ella después de abrazarme por algunos momentos nos dejo solos, había un enorme árbol, y me senté debajo de este mientras invitaba a Alex a sentarse junto a mi, el dudo un poco pero luego obedeció, tome su mano y le pregunte –

- ¿Cómo te sientes?

- Mami, ¿puedo ver a David?

- No hijo, eres demasiado pequeño y no puedes entrar

- Es que yo quiero verlo

- Alex, mi vida, tu hermanito esta muy cansado ¿recuerdas que el estaba luchando contra un monstruo llamado cáncer?

- Si mami

- Me temo que tu hermano perdió la batalla, se canso de luchar, el ya quiere de verdad descansar

- Puede descansar en la casa

- No hijo, el tiene que descansar en otro lugar

- ¿En el cielo?

- Si, en el cielo - mencione suspirando

- No quiero que se vaya

- Alex… se que es difícil para ti, en realidad es difícil para todos, mira… el va estar al lado de Dios

- ¿También se lo vas a regalar a Dios? no es justo, yo no quiero

- Alex, tienes que entender, tu hermanito realmente esta sufriendo mucho, déjalo ir mi amor, dile que es libre, que vuele como los pajaritos

- Mami… yo no quiero que se vaya, de verdad

- Mira Alex, ponte un momento en el lugar de tu hermanito, la medicina que le ponen le quema, le causa muchas nauseas, además los doctores le tendrían que cortar su piernita ¿quieres esa calidad de vida para tu hermanito?

No podía creer que le estuviera hablando de aquella manera a un niño de apenas seis años, pero realmente no sabía como hacerle entender, ¿Cómo explicar una situación así sin ser tan crudo? Entonces se levanto y me miro fijamente, luego se puso a dar vueltas alrededor del árbol hasta que finalmente se detuvo y dijo –

- Esta bien, yo no quiero que mi hermanito sufra, quiero que sea feliz, que sea libre como los pajaritos.

Se me abrazo, y sentí un fuerte suspiro de su parte, luego de unos momentos de estar así le marque a Albert para que le avisara a la abuela Elroy y bajara con Alex, para así poder regresar a la habitación de David.

En cuanto regrese vi a Albert que tenía a nuestro hijo tomando de su mano, me acerque a el y tome la otra mano mientras le decía –

- Vuela mi ángel, es hora de que descanses.

Media hora después, el partió, sentí que un pedazo de mi corazón se iba con el, vi a Albert llorar como nunca lo había visto, era un llanto desgarrador, y mi cuerpo temblaba mientras apretaba con fuerzas las manos de mi hijo, sentía como un dolor horrible me oprimía el pecho mientras lágrimas silenciosas salían como un torrente de mis ojos, y algo en mi garganta me impedía gritar de dolor, nunca en mi vida pensé que pudiera existir un dolor de esa naturaleza.

Las horas pasaron y cuando estábamos en el funeral recordé a Patty, ella no sabía nada, le pedí a George que le avisaran a ella y a Stear, debo decir que aunque mucha gente nos acompaño yo me sentía totalmente sola, que huecas suenan esas palabras de lo siento mucho, te acompaño en tu dolor, no sabes cuanto lo lamento, se que la gente las dice de corazón, pero cuando se pierde un ser tan amado, suenan huecas, porque ellos no están sintiendo el mismo dolor, lo que me tranquiliza un poco es que se que mi hijo ya esta en el paraíso al lado de nuestro padre Dios.

LOS SENTIMIENTOS DE PATTY.

Esta parte de la historia la cuenta Patty

Recuerdo estaba acomodando alguna ropa, burbuja echada al lado mío y Stear ayudándome a barrer, de pronto burbuja comenzó a ladrar desesperada, luego escuche a Stear abrir la puerta, no se porque pero tuve un mal presentimiento, cuando lo escuche decir .- ¿Dónde están? Yo le digo, gracias por avisar, vamos para allá.

Entonces ansiosa pregunte –

- ¿Qué paso?

- Amor… David falleció

- No es cierto, ¿Por qué me estas diciendo esto?

- Cálmate por favor

- ¿Cómo quieres que me calme si no pude ir a ver a mi niño? Yo le prometí que cuidaría a burbuja cuando el regresara, y el ya no…

- Tranquilízate por favor, no quiero que te vayas a poner mal

- ¿Quién te dijo esto? Tal vez sea un malentendido, el estaba bien

- George, Candy le pidió que nos avisara

- Ay Dios mío, entonces es cierto, vámonos ya, quiero estar al lado de Candy y Albert

- Esta bien, vámonos.

¿Cómo era posible que ese angelito ya no estuviera con nosotros? En cuanto vi a Candy la abrace, ella sabía cuanto amaba yo a su hijo, a sus hijos, y el era especial, no sabía que decir, no hay palabras de consuelo, solo dolor, finalmente se llego la hora de la ceremonia, fue muy triste, es de esas ocasiones que no quieres que la misa se termine, porque sabes que es el adiós definitivo, me desgarro el alma ver a Candy, Albert, y demás familia llorar tan amargamente, cuando la ceremonia termino ¿Cómo consolar a Candy si yo misma no sabía como parar de llorar? Mi esposo me abrazaba fuertemente, entonces vimos que poco a poco la gente se iba retirando, era un momento intimo de la familia, tenían que darle el último adiós, así que Stear y yo decidimos alejarnos también.

A los días fui a visitar a Candy y ella me comento que un amigo de Albert apenas le llevaba una caja de kínder sorpresa pero ya no lo había alcanzado, me sorprendió saber que a David le encantaban esos chocolates, me sentí terriblemente culpable, ya que en las ocasiones en que lo fui a visitar tanto a su casa como en el hospital jamás le lleve uno, así que en cuanto me despedí de Candy, corrí a la primera tienda que se me atravesó y compre una veladora y un kínder sorpresa, debo confesar que no soy amante de andar prendiendo veladoras a ningún santo, sin embargo no se que fue lo que me impulso a hacerlo, como Candy me había regalado una foto de David, la puse al lado de la veladora y puse el chocolate mientras con lágrimas en los ojos le decía –

- Perdóname mi niño por nunca haberte regalado tu chocolate favorito, ¿sabes? si Alex quiere a burbuja de vuelta yo con gusto la devolveré, te fuiste y no me regalaste mi estrella, y tu me lo habías prometido, ¿sabes? me enseñaste una gran lección, me enseñaste a ver la vida de diferente manera, tratare de seguir siempre tu ejemplo, no sabes cuanto voy a extrañar tu sonrisa, ¿recuerdas cuando nos poníamos a jugar? El mejor beso que he recibido ha sido el tuyo y ¿sabes porque? Porque fue un beso que me hizo olvidar mi tristeza.

Esa tarde la pase llorando, cuantos recuerdos tenía de el, cuando finalmente se consumió la veladora fui a llevarle el chocolate a Candy, le dije lo que había hecho y ella le dio el chocolate a Alex, el lo tomo y comenzó a destaparlo, lo escuchamos gritar emocionado por el monito que le salió, yo apenas y podía creer el personaje que había salido, mi ojos se rasaron de emoción, mi niño me había mandado mi estrella, dentro del chocolate había salido Patricio, la estrella que sale con Bob esponja.

David cumplió su promesa, me mando mi estrella.

¿FIN?

NO, EL FIN NO ES MÁS QUE EL COMIENZO DE UNA NUEVA VIDA.

Nota importante: David también perdió la vista de un ojo y le tuvieron que hacer una colostomía, ya que una de las quimioterapias le quemo su ano y se le hizo una llaga,al año de que David se fue, lo alcanzo Mayra, su primita, una hermosa niña de 3 años que perdió la batalla contra la leucemia, burbuja se quedo conmigo, ya que así lo dispuso la familia, así que aparte de la estrella que me envió en el chocolate, me dejo a otra de cuatro patas llamada burbuja, ella todavía vive y tiene 14 años perrunos.

EPÍLOGO.

No es fácil reponerse de la perdida de un ser tan amado como lo es un hijo, pero la vida debe continuar, recuerdo a mi bebe, y me siento la mujer mas afortunada del mundo porque el poco tiempo que Dios me lo presto, fue maravilloso, han pasado los años y estoy alegre de ver a mi familia mas unida que nunca, las rosas no faltan en casa ya que Albert cada tarde llega con pequeños arreglos para mi, a los tres años de la partida de David volví a quedar embarazada, tuve un hermoso varón, se llama Daniel y es un niño muy alegre, dentro de todo lo que pasamos mi familia y yo nos consideramos muy afortunados, porque eso lejos de separarnos nos unió mucho mas, y nos hizo mas fuertes.

Alex hoy día es un jovencito muy estudioso y atractivo de 17 años, el es de carácter algo extrovertido, Natalie es una espigada y bella nena de 11 años, su carácter es mas bien fuerte, y Daniel el mas pequeño, es un guapo niño de 5 años, su carácter es alegre, dicharachero, y juguetón.

A veces me asomo por la ventana, miro el cielo mientras pienso ¿Realmente existen los finales felices? Y luego me respondo, quizá es necesario experimentar el dolor para poder apreciar realmente la verdadera felicidad., David siempre estará vivo en mi corazón, en la estrella que ilumina el horizonte, en el viento que acaricia mi cuerpo, en el rocío de la mañana, en el aroma de las flores y en el cantar de las aves.

Esta historia esta escrita sin fines de lucro y es en memoria de David Alcantar Mejía y con mucho respeto a toda su familia.

También es en memoria de todos aquellos guerreros que han perdido la batalla contra esta terrible enfermedad que es el cáncer.

Personajes:

Candy (Leticia Mejía)

Albert (Jesús Alcantar)

Elroy ( Sra. Sara)

Alex (Alexander Alcantar Mejía)

Natalie (Natalie Alcantar Mejía)

Daniel (Daniel Alcantar Mejía)

Dr. Stevens (Dra. Zúñiga)

Eleanor (Javier) Director de fundación casa canica

Maru (Maru) Psicóloga de fundación casa canica

Burbuja (Burbuja)

Patty (Mónica) Demonyc

Stear (Carlos)

Doy las gracias a Lety Mejía por haberme contado mas detalles de lo que vivió con su hijo, también doy las gracias a Angélica Mejía (mamá de Mayra) por haberme compartido lo que vivió con su hija y por haber leído la historia, gracias a todas las chicas que se atrevieron a leer esta historia y a comentar, fue muy difícil para mi terminar esta historia, pues fue algo muy doloroso.