Hola. Bueno la verdad es que quería hacer éste fic con ésta pareja tan especial y extravagante. Ésta historia no será muy larga.

Prólogo: Al perder liga Kalos, Ash regresa a su casa a estar con sus amigos y ex-compañeros debido a la fiesta que organizó la su madre por el regreso de su hijo. Ash les cuenta que viajará de nuevo por Kanto. Pero sus amigos no les brindan su apoyo… ya que liga tras liga era el mismo resultado. Ash se enoja, va a buscar un par de sus pokémon y se va sin decir a donde. Al lugar donde se fue se reencuentra con una chica que le brindará su apoyo. Ésta chica tenía problemas familiares y se fue de su casa. Ash, al escuchar su historia le propone que viajen juntos… Un año después, Ash regresa con una túnica y encapuchado… En su travesía acompañado de su compañera… irá causando una revolución conforme derrote a los líderes, las diversas batallas con el equipo Rocket, elite y su campeón.

Advertencia:La personalidad de Ash cambiará, debido a sus amigos y familiares que no les brindan su apoyo, (podemos decir que Ash decide cambiar "bruscamente" cambiando sus acciones, manera de hablar, entre otras). Los capítulos de éste fic serán de mil a mil quinientas palabras nomás.

Portada

Opening del fic.

Spoiler

Capítulo 1: Un corazón roto y una mejilla abofeteada.

En Kalos, como era de esperarse era un día muy tranquilo. El sol irradiaba una energía tremenda, la brisa no era ni tan cálida ni tan fría. Era un día muy feliz para todo el mundo y todos estaban emocionados por la batalla que habían visto en el estadio central de Kalos. Pero para una persona era todo lo contrario; un día triste, de dolor, angustia y más. Ash Ketchum había vuelto a perder una liga… Era un pena ya que había pasado por muchas dificultades para llegar hasta las semifinales, sin duda era un buen puesto… Pero eso no bastaba para él. Él quería ganar para así pelear con la elite de esa región para poder competir con su campeón y así coronarse como "maestro pokémon" y para completar se haría campeón de dicha región.

El ojimarron, quien se encontraba arrodillado en su puesto de batalla estaba viendo a su compañero amarillo caído en el medio. Estaba anonadado al saber que volvió a perder… Una lágrima se deslizaba por su mejilla. ¿Será qué el dolor de perder una liga era mucho? No, definitivamente no. Él lagrimeaba por el simple hecho de que liga tras liga era siempre el mismo resultado. ¿Será que estaba en su destino el perder las ligas a la cual entre? O era el simple hecho de vivir en el mundo de la 2D, siendo manipulado por alguien del mundo 3D… por ahí éste lo odiara... No, eso tampoco será posible.

¿Por qué me pasa esto a mí, qué hice yo para merecer esto? —se preguntaba mientras un sentimiento de impotencia y frustración se apoderaban lentamente de él… estaba por perder la cordura. No era por haber perdido una o dos ligas que se volvería loco, si no que por el simple hecho de que ésta era la quita liga consecutiva que perdía.

Cualquiera que haya perdido más de dos ligas se hubiese dado por vencido, pero Ash era distinto a cualquier otro; su sentido optimista, su alegría, su perseverancia y su conciencia que le decía que no se ponga triste; que de una derrota se aprende más que de una victoria. Pero por ahí éste no era el caso… ¿o por ahí sí?

Ash, cálmate, tú no eres así. Podemos superar esto también… —una voz resonó en la mente de Ash, era su moral… que le brindaba apoyo en cada momento.

Ash se secó las lágrimas, se levantó y sonrió.

—Si… si me dieran un dólar por cada derrota que tengo… sería millonario, y no sé si más. —musitó mientras caminaba a donde su compañero para tomarlo en brazos.

En las gradas, sus compañeros estaban tristes por la pérdida de su amigo en la liga. Se retiraron de las gradas para ir al centro pokémon del estadio.

El simple hecho de haber perdido ya era doloroso… pero que tu contrincante te diga; "que patético", para después irse sin decir nada más, era como una puñalada en el corazón.

Ya habían pasado unos minutos desde que Ash había estado caminando para llegar al centro pokémon para así curar a su arsenal. Cuando llegó le preguntó a la enfermera si podía curarlos y ésta asintió, para luego disculparse por su resultado en la liga.

En el transcurso que la enfermera acomodaba las pokéball en la máquina y que su ayudante curase a Pikachu manualmente, debido a que a él no le gustaba estar en su ball, sus compañeros; Citrón, Eureka y Serena, habían llegado, para posteriormente entablar conversación con Ash.

—Lo siento amigo… —musitó el rubio con su mirada al suelo, triste por la derrota de su amigo.

—Sí… sabemos lo que te costó prepararte para esto, superando a cada líder y obstáculos que encontrabas en el camino aquí. —Serena quien en algún momento sintió algo por Ash, lo apoyaba como una gran amiga que era en éste momento, con esa angustia.

—Pero no te desanimes por una perdida… siempre hay otra oportunidad. —dijo la pequeña rubia. Aunque ella estaba triste, sonrió para tratar de hacer que combinen esa palabras de aliento.

Pero en la cabeza de Ash resonaron aquellas palabras de la pequeña; "no te desanimes por una perdida… siempre hay otra oportunidad". Habían dos problemas… uno era que ellos no sabían que no era su primera liga perdida, sino la sexta. Y otro era; que si siempre hay otra oportunidad; ¿cuántas oportunidades había desperdiciado él?

Se olvidó por unos momentos de eso y preguntó algo que desconcertó a sus amigos.

— ¿En verdad soy patético para las batallas pokémon? —preguntó un tanto desanimado mirando el techo del lugar.

— ¡Eso no es verdad, eres el mejor, incluso mejor que mi hermano que es un líder! —comentó Eureka levantando el tono de voz, enojada por la pregunta repentina y sin sentido. Y su pequeño pokémon apoyó en su respectivo idioma.

—Ja, ja… no tienes que decir eso, y mucho menos si estás delante de tu hermano. —hablaba para luego bajar la mirada.

—Ash… ¿recuerdas por qué empecé a viajar contigo? Porque me diste coraje y mucho más, era algo a mí como entrenador me faltaba. Eres un gran entrenador, no sé por qué preguntas algo inaudito. A lo largo de éste tiempo, hemos visto asombrosas batallas tuyas. —apoyaba el de lentes sujetando su "mochila", con una mirada seria.

—Ash ¿qué clase de pregunta es esa? Tú no eres ningún patético en las batallas. Eres muy bueno… y si estás en aprietos siempre encuentras la manera a último momento. Y si perdiste, entrenas para volverte mejor y así superar ese reto! —hablaba la chica muy seria— Además. Gracias a ti, yo hoy en día soy la reina de Kalos. ¿Por qué dices que eres patético? —terminó con una pregunta mientras sus ojos se tornaban lagrimosos. ¿Tanto le había afectado que haga esa pregunta, sí, quizás sí, ya que el chico que le hizo esa pregunta, alguna vez le dio consejos y gracias a eso llegó a donde está ahora.

—Ya veo… Pero quizás deba dejar lo de ser un "maestro pokémon", creo que es algo difícil para mí. —dijo el ojimarron mientras sus ojos se tornaban cristalinos y una lágrima rodaba por su mejilla.

Un sonido muy fuerte resonó en el lugar, llamando la atención de la enfermera Joy, quien estaba terminando de curar a los pokémon de Ash. En el centro pokémon no había más gente que los compañeros de Ash y éste, la enfermera y su compañero.

Eureka y su pequeño pokémon, Citrón al igual que la enfermera se quedaron anonadados por lo que vieron.

La chica de Boceto había abofeteado la mejilla derecha de Ash, y fue tan fuerte que le dio vuelta la cara. No lo hacía de violenta ni nada, ella no se dio cuenta, su subconsciente la había traicionado; ella quería hacer entrar en razón a Ash… pero no de esa manera. Cuando se dio cuenta de lo que había hecho, se tapó la boca mientras lágrimas bajaban por sus mejillas. Ella no quería pegarle.

El portador del Pikachu razonó acerca de su comportamiento. Aún estaba mirando para su izquierda, para donde lo dejó mirando la acción de la chica.

—Gracias Serena… si no fuera por esa bofeteada no hubiese entrado en razón. Te lo agradezco. —dijo para mirar a la chica, para encontrarse con que la chica estaba llorando.

—Perdón Ash, no fue mi intención. No quise golpearte. —hablaba entre sollozos.

—No te preocupes, sé que no lo hiciste apropósito. Pero gracias a eso puedo pensar con claridad. Gracias…

Notas de autor: Bueno la verdad es que esto ha sido el primer capítulo… espero que le den una oportunidad a esta pareja tan poco común. Si les gustó el primer capítulo dejen sus comentarios diciendo que les pareció.