Capítulo 3: Confrontaciones.

Los rostros de amigos de Ash no eran los mismos… si bien hace un rato estaban felices; ahora no. Todos aquellos presentes pusieron un semblante que reflejaba tristeza; algunos miraban el piso, otros desviaban su mirada hacia el costado, otros miraban el techo. La atmosfera se tornó muy densa; Ash no entendía el por qué. Hasta que alguien decidió hablar.

—Ash amigo, verás… No es que no te queramos ni nada… —el ojimarron estaba desconcertado— pero creo que deberías de dejar eso de ser el maestro pokémon número uno.

¿Qué… por qué dicen eso… mis amigos? —pensaba, mientras su cara demostraba sorpresa por lo que había dicho su rival de que era niños: Gary Oak.

—Si… es mejor que busques otra cosa que hacer… —Brock mirando el suelo estaba muy apenado mientras hablaba.

No Brock… tú no. —las sorpresas no paraban de llegar.

—Ash… yo no quiero perder tu amistad… pero tienen razón. —Dawn, la chica de Sihnno apoyaba a ambos chicos, y al igual que ellos estaba triste por lo que pasaba.

Pikachu estaba atónito por lo que escuchaba, que estaba pasando se preguntaba, ¿sus amigos no le brindaban su apoyo? O era que tienen razón y sólo quieren lo mejor para él, era inaudito para el pokémon.

No, no sé qué está pasando… pero debe de ser una broma… —pensaba… él no quería creer que sus amigos le estaban diciendo eso. Pero desgraciadamente se lo estaban diciendo.

—Ash, yo creo que ellos tiene razón. —apoyó la castaña de Hoenn con su rostro afligido.

No… ¡me niego a creer esto!

—Ash, te haré entrar como profesor pokémon a la academia que estoy asistiendo. —hablaba con el mismo estado de anime… no era un momento de ponerse feliz.

—No, me niego a creer que no quieran apoyarme. —pronunció el potador del Pikachu mientras apretaba sus puños del enojo que le producía esas palabras.

—Es la verdad, Ash… ellos tienen razón. —Misty defendió a lo que decían sus amigos.

—Ash… no pierdas más tiempo viajando y viajando… dedícate a otra cosa. —de quien menos se esperó palabras como esa; las había dicho. Sí Delia, su madre, no apoyaba a su hijo.

—Ash… —Gary volvió a llamar la atención de su "amigo" — siempre es lo mismo, liga tras liga. Nunca ganas. Lo único que ganaste en tu vida fue; la liga Naranja y la batalla de la frontera. Si bien ésta última es más o menos importante, la liga Naranja es muy trivial.

Oak no hablaba… él no quería ser partidario de nada… por el simple hecho de que él le dio su primer pokémon y eso fue una incitación para que viajara y siguiera su sueños.

El corazón de Ash se aceleró, su sangre recorría su cuerpo a mil por hora… cuando llegó a su cerebro, una venita reventó… No podía soportarlo, que sus amigos le brindaran su apoyo era imprescindible para él, pero que no se lo brindaran, sólo significaba que estaba solo, que podía confiar en nadie de ellos, lo que más le importaban que le dieran su ánimo. O al menos eso era lo que él creía.

—Bien… Pikachu, vamos afuera. —habló mientras bajaba la cabeza y la típica sombra negra aparecía en su rostro. Su pokémon obedeció y se situó en el hombro de su amigo.

— ¿A dónde vas Ash? —preguntó su madre confusa al igual que todos.

—Afuera, necesito pensar, por ahí tengan razón. —habló mientras salió de la casa. Sus amigos estaban tristes por todo ese suceso, pero para ellos era la verdad.

Una vez afuera Ash entabló una conversación con Pikachu, el dueño de éste se dirigía al laboratorio del profesor Oak aparentemente.

— ¿Crees que deba de abandonar? —preguntó apenas mirando el camino ya que no se atrevía a levantar la mirada. Pikachu notó algo que no parecía ser típico de Ash; esa seriedad al hablar, su manera de caminar. Se dice que los pokémon tienen un oído más agudo… pero en el caso de éste Pikachu era distinto; él conocía a su entrenador de hace siete años. Él sabía que algo le pasó a su entrenador. El decirle todo eso fue como echarle sal a la herida… si bien el espera su apoyo y recibió todo lo contrario.

Ash, ya había llegado al laboratorio del profesor Oak, entró sin golpear ni nada. Y se encontró con Tracey que estaba guardando los pokémon y por último los de Ash… gracias a esto todos los pokémon del protagonista estaban afuera. Ash fue directamente a donde sus pokémon. El artista se percató de esto y fue a ver que le pasaba a su amigo por así decirlo.

—Ash, amigo, ¿qué pasa? —preguntó intrigado, ya que ni se mosqueó en llamar a la puerta.

—Tráeme la pokébola de Charizard. —dijo sin mirarlo, a lo que Tracey obedeció.

Posteriormente el dibujante se retiró, Ash sacó a los pokémon que había capturado en Kalos. Pikachu no entendía que pasaba, por qué estaba actuando de esa manera se preguntaba.

—Amigos, no tengo mucho tiempo para explicarles la situación. Pero ellos son los pokémon que se hicieron mis amigos en Kalos. —las criaturas se miraron, y se saludaron en su respectivo idioma— Como decía, carezco de tiempo, pero me voy a ir y volveré dentro de un año, volveré a verlos en ese tiempo más o menos. Voy a llevarme a Charizard para poder viajar en él. —la única familia que le quedaba a Ash; sus pokémon, no entendían que pasaba.

—Espero que entiendan… la situación es crítica; a partir de éste momentos sus ojos son sus oídos y viceversa. ¿Escucharon? —preguntó con una voz rencorosa.

Los pokémon del héroe asintieron, ellos apresar de que no entendían la situación los apoyaban en cada momento. Eso era una amistad incondicional.

—Prometo que cuando vuelva les contaré todo… —pero no pudo seguir porque el de la banda en la cabeza había llegado con el objeto que le pidió el ojimarron.

—Aquí tienes. —dijo mientras le entregaba el objeto esférico.

—Gracias —posteriormente lo guardó en su cinturón—. ¿Te puede hacer una pregunta, Tracey?

—Claro.

—Tú… crees que seguir mis sueños es un desperdicio? ¿Crees que no estoy destinado a ser lo que quiero? —preguntó indiferente sin dirigirle la mirada.

—Bueno… yo creo que… podrías hacer otra cosa. Pero si quieres seguir viajando e intentar perseguir tus sueños, yo te apoyo. —habló con mucha sinceridad. Ash se dio cuenta que si había personas que sí podía confiar.

—Gracias… te encargo a mis pokémon —dijo mientras se subía a al pokémon tipo fuego volador y Pikachu se posaba en hombro—. Sceptile; procura que todos entrenen.

— ¿Dónde vas Ash? —preguntó confuso el ayudante de Oak.

Para éste entonces su pokémon ya estaba en el aire a uno metros sobre el artista.

— ¡Si el mundo quiere cambiarme, no va a ser así… entonces YO cambiaré al mundo! —exclamó con un todo de voz enojado, rencoroso y que también se podía sentir cierta tristeza, luego salió volando a toda velocidad…

Notas de autor: Espero que la historia les esté gustando hasta ahora. Sólo diré que también tengo un long-fic (fanfic) que hacer… uno de Ash por Marina y Elesa. Así que también tendré que dedicarle tiempo a la otra historia. También estoy estudiando para las integradoras… Tengo varios animes que me recomendaron que tengo que terminar de ver, y manga que sigo. También tengo un Advance que tengo que arreglar. Jaja, estoy un poco atareado. Pero no los dejaré sin fic.