Buenas.

Sentí que les debía algo, así que con esto si concluye este fic.

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Ser paciente no era su mejor cualidad, pero Katarina sabía que si se apresuraba sus esfuerzos por conseguir esa oportunidad se irían por el caño. Aburrida se acomodó como pudo en la estrecha abertura con cuidado de no cortarse por accidente con sus nuevas y muy afiladas dagas, continuó su vigilia sin pesar demasiado por no caer en la tentación de abandonar su empresa. La verdad, es que había recorrido un largo camino hasta ese punto, durante varias noches solitarias se había cuestionado si valía la pena arriesgarse por cumplir una promesa de venganza que en ocasiones parecía lejana y vacía, eso era cuando Luxanna estaba allí con ella pero se materializaba posar sus ojos en las cicatrices que la maga llevada en su espalda y era cuando la asesina sentía renovado su deseo. Con ese último pensamiento, y descartando los escenarios menos positivos que su mente insistía en mostrarle, la Noxiana esperó en completo silencio atenta al menor ruido que perturbara la noche, hasta que el padre de Lux entró con un par de guardias que despidió nada más cruzar el marco de la puerta.

Katarina aguardó hasta que la puerta estuviera cerrada para romper el pequeño frasco que LeBlanc, de mala gana pero consiente que de momento le era conveniente mantener una relación cordial con la casa DuCouteau, le entregó. El líquido azulado del recipiente se transformó en una suave niebla grisácea que se expandió sellando la habitación a la perfección en cuestión de segundos. Gerald Crownward se percató del cambio en el ambiente y se lanzó a la puerta pero Katarina, mucho más rápida que él le cortó el paso con un puñetazo en el costado izquierdo que lo hizo trastabillar, para cuando se reincorporó la asesina bloqueaba por completo su mejor ruta de escape. No tuvo más de dos segundos para optar entonces por su espada, Katarina no intentó detenerlo hasta que tuvo el arma empuñada pero no utilizó sus dagas sino que se transportó al costado izquierdo del hombre y le dio un potente rodillazo en la boca del estómago. Tal como esperaba la asesina, el sujeto no soltó la espada pero si abanicó en vano intentando poner distancia entre ellos, Katarina dio un par de pasos atrás y esquivando el segundo golpe sin problemas le acomodó el codo izquierdo en su pómulo logrando que, nuevamente, su oponente diera un paso atrás atontado. Gerald intentó retomar su postura de guardia, pero su mente solo podía pensar en qué demonios les tomaba tanto tiempo a sus guardias entrar y atacar a la Noxiana. Una patada en la cara lo sacó de sus cavilaciones y lo mandó al suelo, levantó la espada por reflejo y atacó el espacio vacío frente a él evitando que la pelirroja continuara su asalto. Aunque no era necesario ya que Katarina aprovechó el momento para tomar sus dagas, sonrió al ver como los ojos azules de su presa miraban con pánico la puerta una y otra vez.

-No van a entrar…

Gerald giró el rostro hacía Katarina pero ella se transportó a su espalda y lo próximo que sintió fue un dolor agudo invadirlo cuando una de sus dagas se clavó limpiamente en su mano libre, apenas tuvo tiempo de gritar cuando de una patada la mujer lo desarmó y clavó también ese brazo al suelo. Dos más se sumaron a sus piernas y aunque aullaba de dolor y frustración, nadie entró a rescatarlo. Katarina, aún sonriente, apoyó su pie en la nuca del sujeto y empujó lo suficiente para que la tensión de la forzada postura le provocara una agonía insoportable.

-Tan grande y tan llorón. Pero si apenas estoy empezando. Que desilusión, pensé que el padre de Lux sería un mejor adversario, tanto tiempo que pasé planeando esto para que termine antes de que pueda siquiera empezar a divertirme.

La cabeza de la familia Crownward gruñó entre gimoteos, pero impulsado por el puro orgullo se obligó a suprimirlos.

-Mátame de una vez. Es lo que viniste a hacer.

-Si, pero no tan rápido, no tan fácil… - Katarina sonrió empujando un poco más el cuerpo maltrecho del hombre, quién gimió haciendo un esfuerzo por no gritar -. ¿No quieres saber cómo la está pasando Lux?

Ante la falta de respuesta Katarina alivió la presión un poco, y tomando otro cuchillo cortó con cuidado las prendas de su espalda con la precaución de no lastimarlo. Bueno, es que tenía una idea muy clara de lo que pensaba hacer y odiaría que un mal corte arruinara su obra de arte. Además de obtener su venganza, la intención de la asesina era también enviar un mensaje claro y fuerte, por si Garen Crownward o cualquier otro quería jugar al héroe vengador.

Cuando terminó caminó hasta quedar frente al hombre, se agachó con una sonrisa maliciosa y tomó una pequeña bolsa de cuero de su cintura. Asegurándose de que Gerald no perdiera detalle empezó a sacar una por una las runas que la justiciera había extraído del cuerpo de Luxanna. Al verlas los ojos del hombre se abrieron al máximo y la boca se le secó, no levantó la vista hasta que las cuatro estuvieron dispuestas una al lado de las otras perfectamente ordenadas de la misma forma en que habían sido insertadas en la espalda de su hija. Los ojos de Katarina ardían estaban llenos de odio, pero aun así se mantenían controlados.

-Está muy bien, vive conmigo, en Noxus, en mi casa… - Katarina empezó sonreír al tiempo que tomaba la primera runa y jugaba con ella -. Creo que debería agradecerle, a usted y todos los imbéciles que decidieron meterla en ese agujero. Así que gracias.

La asesina dejó de jugar con la runa y se levantó, regresó a su posición anterior con la misma lentitud que antes y se agachó acercándose al oído derecho del hombre.

-Gracias.

Acto seguido cortó la piel del sujeto en la misma posición y longitud de las cicatrices de Lux, el hombre gritó sin poderlo evitar cuando Katarina empujó la runa en su carne. Ella solo sonrió, aunque en realidad no lo disfrutaba pues cada grito solo le oprimía el pecho al imaginarse el sufrimiento de la maga, pero impulsada por una ira ciega repitió el proceso tres veces más con la misma parsimonia que la primera. Cuando terminó, volvió a agacharse frente al hombre que se mantenía apenas consiente producto del dolor intenso y los primeros síntomas de la pérdida de sangre.

-Patético. Espero que Garen tenga los suficientes sesos para no intentar buscar a su hermana, si él o cualquier Crownward, no, cualquier Demaciano le pone un solo dedo encima a Lux no solo voy a matarlo, sino que a todos y cada uno que lleve su sangre.

Gerald enfocó apenas la vista, pasó salvia pesadamente y utilizó la poca energía que le quedaba para hablar.

-Es… una… perra… las dos lo son…

Katarina apoyó ambas manos en los mangos de los chuchillos que Gerald tenía clavados en las piernas causando que su peso desgarrara un poco más el músculo.

-Los insultos no llevan a nada. Pero… uno más y le tumbare los dientes, uno por uno justo antes de cortarle la lengua solo por diversión.

Gerald tuvo la sensatez de quedarse callado, moriría pero al menos podía hacer de sus últimos momentos algo menos angustioso y doloroso. Katarina lo miró con asco antes de escapar por el pasadizo que había utilizado para entrar; atrás Gerald se desgarraba la mano derecha para utilizando su propia sangre dejar un último mensaje.

El trayecto hasta Noxus no le dejó un buen sabor de boca, por el camino se limpió lo mejor que pudo pero sin detenerse más que para evitar ser descubierta. Cuando por fin llegó a casa no se apresuró mucho en entrar, sus pasos eran pesados y la cabeza le dolía de tanto pensar. Katarina atravesaba la entrada trasera tan concentrada que apenas pudo reaccionar cuando Lux se abalanzó sobre ella abrazándola y besándola con tanta alegría que por un momento la asesina olvidó sus preocupaciones. Luxanna no detuvo sus caricias hasta que estuvieron en medio del comedor cuando se separó por fin y miró a su amante con una sonrisa radiante, aunque Katarina podía adivinar por la expresión cansada de su rostro que ella también acababa de llegar.

-Hola – Saludó la maga separándose lo suficiente para verla -. Te extrañé un montón. Uff, también estoy muy cansada… y tú también ¿Una misión de la cual no puedo saber nada porque es algo súper secreto del alto mando Noxiano y tendrías que ejecutarme si me cuentas?.

Katarina sonrió al notar el buen humor de Lux, pero pronto la expresión murió en su rostro al intentar formular una respuesta para la maga quien seguía esperando con esa hermosa sonrisa. La asesina pensó que no era necesario tener esa conversación justo en ese momento, podía solo asentir y sonreír, Luxanna no preguntaría más y podía disfrutar de la bienvenida que se le brindaba, pero Katarina sabía bien que las noticias como esas viajaban muy rápido y si Luxanna se enteraba por otro que no fuera ella sería peor. Así que se resignó, beso a su amante un par de veces más, sin prisa prolongando cada segundo con una delicadeza reservada solo para Lux. Al separarse de nuevo, la joven se encontró con los ojos verdes de Katarina serios y decididos.

-No, no estaba en una misión. Estaba… - Katarian dudó, hizo una pausa y observó como el rostro de Luxanna cambiaba con cada segundo que prolongaba su silencio -. Estaba en Demacia.

-¿En Demacia? – repitió Lux.

La asesina asintió mirando con intención a la maga, quién por respuesta dio un par de pasos atrás y la observó con las mejillas pálidas. Abrió la boca un par de veces pero no pronunció ninguna palabra; Katarina no se sintió como el estómago se le revolvía con el silencio de Lux y cada segundo que pasaban esos ojos mirándola tornándose cada vez más inexpresivos empezaban a preocuparla. ¿Qué si uno de los peores escenarios que había imaginado estaba a punto de hacerse realidad?. Sin embargo, Lux solo se dejó caer contra la pared más cercana y cubriéndose el rostro con ambas manos empezó a llorar.

Katarina solo se acercó al cabo de varios minutos cuando los hipos de la maga parecían empezar a calmarse, pero tuvo el buen sentido común de no tocarla sino que se conformó con agacharse lo suficiente cerca para que solo ella pudiera escucharla. La llamó varias veces, con paciencia aguardó que los hipos cesaran y la maga levantara por fin el rostro marcado por el llanto. Con su mano derecha hizo un recorrido lento hasta que al fin se posó en la mejilla de la rubia, quien no rechazó el contacto pero tampoco hizo el menor ademán de acercarse.

-Tenía que hacerlo.

-Te pedí que no lo hicieras, te lo pedí tantas veces Katarina…. Tantas veces – aún tenía la voz un poco temblorosa por el llanto y aunque llenas de tristeza sus palabras no llevaban resentimiento -. ¿Por qué? No tenías que hacerlo…

-Si tenía que…

-¡No! –gritó Lux agarrándola por el cuello de su chaqueta con ambas manos -. ¡No lo era! ¡Ya no podía hacerme daño! ¡¿Matarás también a mí hermano?!.

Katarina no respondió de inmediato, miró con intención a su amante entendiendo que su pregunta sincera por lo que decidió responder de la misma manera.

-No tengo intención de dejarlo matarme Lux. Si Garen me busca, lucharé y si lo asesino ó el a mí que así sea.

Luxanna bufó furiosa y se soltó con brusquedad levantando ambas manos apuntando directo al pecho de Katarina, la magia comenzaba a ser visible en las palabras de sus manos pero lejos de ofuscarse por la acción la asesina aprovecho para tomarlas entre las suyas. Tentando un poco la suerte dejó que sus dedos se deslizaran entre los suyos. La joven no se resistió, cuando vio como sus extremidades se entrelazaban se dejó caer en el pecho de Katarina y se soltó solo para abrazarla con fuerza.

-Ya no era una amenaza Katarina, no tenías que hacerlo…

-Es cierto, no hubiera podido hacerte daño incluso si lo intentaba. En Aguasturbias te dije que lo haría, que lo mataría y no te molestó la idea. Y también sabía que solo lo decías producto del momento, por eso tampoco me sorprendí cuando me pediste que lo olvidara, que no lo asesinara… - se interrumpió para comenzar a acariciar la espalda de la maga quién había empezado a llorar de nuevo -. Incluso si llegas a odiarme, yo…

-No te odio – interrumpió Lux de inmediato -.

Lux se separó al fin mirando a Katarina al tiempo que se limpiaba un poco el rostro con el dorso de sus manos.

-No te odio Katarina. Pero era mi padre. Yo… yo sabía que no había forma de hacerte cambiar de opinión y aun así lo intenté.

-No lo siento Lux, no me arrepiento y si tuviera que hacerlo de nuevo así sería.

-Si, y yo intentaría en vano convencerte de lo contrario.

La maga se separó de Katarina y se irguió observando a su amante aún de canclillas en una posición que no podía ser nada cómoda para ella, para ninguna. Sonrió lo mejor que pudo y le ofreció su mano abierta para levantarse, la mujer no tardó en tomarla y cuando estuvo de pie Lux la beso dejando que Katarina saboreara un poco la sal de sus lágrimas. Al separase la Demaciana tomó una de sus manos y la llevó sin decir nada hasta el cuarto de baño contiguo a la habitación que compartían, se deshicieron de sus prendas en silencio y se asearon sin romper en ningún momento la calma.

Una vez en la habitación Luxanna no permitió que Katarina se vistiera de nuevo y con suavidad fue guiándola entre besos hasta el lecho donde con cada caricia intentaba despejar no solo las dudas de Katarina sino también las suyas. No se apresuró por terminar pronto, o que el encuentro fuera una experiencia únicamente placentera sino más bien, fue para las dos una forma se sin palabras afirmarse mutuamente que a pesar de todo se querían y aceptaban tal como eran. Lux se acomodó lo mejor que pudo utilizando uno de los brazos de Katarina como almohada, y esta a su vez la abrazó por la espalda acomodando sus piernas para que sus cuerpos tuvieran el mayor contacto posible sin sacrificar toda la comodidad. No tuvieron problemas para quedarse dormidas, y al despertar Katarina vio a Luxanna sonreírle con renovado afecto.

Luxanna la amaba tal y como era, con sus pocas virtudes y sus muchos defectos, con su falta de tacto y sus abundantes rencores, pero lo mejor sin duda era que también ella lo hacía con total entrega. Fue esa mañana que la asesina Noxiana decidió que si algo iba a separarlas solo podía ser la muerte, de preferencia la suya.

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Gracias por leer.