Disclamer: Ninguno de los personajes me pertenece, todos son propiedad de Masashi Kishimoto y en este caso, estudios Pierrot.


Yakusoku

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El soplo de la brisa se sentía fría contra su piel, era una sensación extraña que le producía un pequeño cosquilleo. No era la primera vez que lo sentía pero no por ello dejaba de fascinarle en cada ocasión. Sin embargo, a sus ojos, el manto nocturno que se cernía sobre su cabeza era igual de impresionante. Adornado con aquella interminable cantidad de luces, tan pequeñas y resplandecientes, formando caminos indescriptibles.

Hermoso

Esa era la única palabra que Kaguya Otstsuki, aquella mujer de larga cabellera plateada, piel blanquecina y ojos perlados, podía utilizar para describir el paisaje frente a ella.

Cada momento que pasaba en aquella tierra se le hacía cada vez más sublime. La forma en que el cielo se pintaba de un azul claro cuando los rayos del sol asomaban por las montañas. El viento meciendo las hojas de los árboles, el delicado sonido del agua corriendo, el salto de uno que otro de aquellos seres que llamaban peces. Las flores con diferentes formas y colores. Como todo cambiaba de color cuando el sol volvía a esconderse y era cubierto por ese manto oscuro lleno de luces.

Tan diferente a su tierra. Oscura, con vientos secos y paisajes grises, sin formas o colores. Con guerras y muertes por doquier.

No conservaba muchos recuerdos sobre esta, hasta ese momento, le había bastado con saber que había nacido para convertirse en la guardiana del Shinju. No necesitaba más que ese propósito para continuar con su existencia.

Había pasado poco más de un mes desde que ella había tocado la superficie de aquel lugar. Aquella joven que se hacía llamar: Aino, le había explicado que el lugar donde estaban era la tierra de So, día a día le había enseñado las costumbres y tradiciones de su pueblo. El como Tenji, aquel que ahora se hacía llamar su esposo, era el líder de esas tierras y que velaba porque todos pudiesen tener vidas pacificas, aunque al parecer había estado teniendo problemas con una tierra vecina, pero aún así el se esforzaba por resolver esas diferencias sin llegar a la guerra.

Algo digno de admiración.

Ella misma lo había comprobado con ayuda de su gran campo visual. Una habilidad que ni siquiera a su esposo podía confesar. Aún estando en la mansión, gracias a sus ojos siempre había podido ver cada lugar del pueblo, a los aldeanos que parecían dedicar sus días a los terrenos de cultivos, otros a la pesca o la caza de animales silvestres, varios comerciaban sus productos, ya fueran materiales de diversas formas o alimentos.

Pero lo que más llamaba su atención eran los niños, pequeños y de aspecto frágil, pero que siempre parecían ir corriendo de un lado a otro entre risas. Aún cuando caían o se lastimaban, siempre volvían a levantarse y seguían riendo.

—Si recibes el viento toda la noche, te resfriaras.

Aquella voz la sacó de sus divagaciones, era extraño que su esposo se le acercase.

— ¿Ese mundo de luces siempre es tan hermoso y pacifico?

Aún cuando podía escuchar sus palabras, en el fondo solo podía cuestionarse, ¿Qué hacía él ahí?, enl tiempo en que llevaban bajo ese acuerdo de unión, no habían tenido muchas conversaciones con él. Raras veces le veía y cuando lo hacía este solo le sonreía, pero seguía sin entender porque lo hacía.

—Tengo entendido que miras al cielo todos los días, ¿Esperas a alguien?

Aquella pregunta le pareció extraña, no esperaba a nadie realmente, pero estaba segura de que tarde o temprano alguien vendría a buscarla. Le gustase o no, era parte de su destino como guardiana del Shinju. Era por eso que debía estar preparada…

—Aunque así sea, no me importa. Cuando te sientas sola mirando el cielo, siempre estaré a tu lado…

Ese hombre era una buena persona, igual que Aino y los aldeanos. Tal vez no había convivido con estos realmente, pero siempre los había estado observando, por ello no deseaba que tuviesen que verse involucrados en la tormenta que se avecinaba por su causa.

— ¿Hay algo que quieras?

Algo que ella quisiera… nunca lo había pensado, pero en ese mes que estuvo ahí y que pudo apreciar parte de la hermosura de aquel lugar, de la calidez de la gente y las sonrisas de los niños… si había algo que ella pudiese desear, sería…

—Lo que deseo es que haya paz, sin guerras.

Deseaba ver las sonrisas de los niños y de los ancianos, deseaba que todos pudiesen vivir tranquilamente unos con otros… Un mundo de ensueño…

— ¿Paz?

Para aquel hombre tal vez era una petición extraña, quizá hasta tonta. No lo culparía si eso era lo que pensaba, después de todo no podía esperar que alguien como él la entendiese.

—Yo haré realidad ese deseo

Aquella afirmación la tomo por sorpresa.

—Haré que nuestra tierra pueda vivir en paz, sin guerras.

La seguridad en sus ojos la absorbió por un instante, lo sabía, ése hombre era una buena persona, por ello había accedido a desposarse con él.

Una sutil sonrisa se dibujo en sus labios, la primera y quizá de las muy pocas que Tenji podría ver en aquel rostro, pero aún así el hombre se había jurado que la protegería.

—Gracias

Fue apenas un susurro que el viento se llevo, pero era lo suficiente para él. Y aún cuando Kaguya estaba segura de que no podría cumplir su promesa, se sentía agradecida porque él estuviese dispuesto a compartir su deseo, aún más por querer cumplirlo, por esa razón ella se juro que si él no lo lograba, ella lucharía por esa paz.

Sin importar cuánto sufrimiento tuviese que pasar o los sacrificios que tuviese que hacer, incluso si tenía que convertirse en un monstruo para lograrlo, ella lucharía por defender a las personas de aquella tierra, la sonrisa de aquellos niños, su escolta Aino y su marido.

Ellos eran su resolución y esa era su promesa.

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¡Hace tiempo que no escribía!

Estoy tan oxidada que en este simple one-shot tarde cerca de cuatro días en hacerlo, eso es mucho... Lo cierto es que quería escribirlo desde el día en que salió el capitulo 460 de Naruto Shippuden, pero ese día no pude. De ahí comencé desde el domingo, pero hasta hoy logré terminarlo. Quería que la historia abarcara más, pero las ideas estaban muy desordenadas y había cosas innecesarias, pero al final opte por algo mucho más sencillo y termine con esto...

Lo cierto es que Kaguya es de mis personajes favoritos, de esos que llore amargamente porque Kishimoto no lo desarrollo más a fondo, pero tampoco puedo culpar al pobre hombre, con tanto trabajo, alargar más la historia sería pedirle mucho. Aún así me alegra que pierrot quiera darle un poco de espacio a Kaguya, aunque no espero mucho de ellos. Aún así, me gusto el primer vistazo a la historia de Kaguya, así que este one-shot es por dicho capitulo!

¡Ojala les haya gustado!

¡Cuídense!

¡Sayo!