El lunes Kyoko llegó a los estudios a primera hora, sabía que Hikaru estaría allí y tenía el deber de contestarle a su pregunta. Se encontraba muy nerviosa, no sabía cómo abordar el tema con él, después de haberle dicho que la persona a quien ella amaba no la consideraba en esta vida más que como una simple compañera de trabajo. Resultó que Ren al enterarse de la propuesta de Hikaru, estalló en celos y se le declaró —se puso completamente colorada al recordar lo que había pasado en su departamento y cómo él le había dicho que había sido algo hermoso y natural y que sucedería tarde o temprano entre ellos—. Ella nunca había sido besada de esa forma y mucho menos..., bien ya tendría tiempo de asimilar lo demás. Respiró profundo y puso su mano en el picaporte de la puerta del camerino de los hermanos Ishibashi, tocando dos veces en ella y entró en él.

—Buenos días —hizo una ligera reverencia, al levantarse pudo ver que Hikaru-san ya se encontraba ahí.

—Buenos días, Kyoko-chan —respondieron los tres a coro. Notó que Hikaru se sonrojaba levemente al verla a los ojos, así que encontró el valor en los recuerdos de los besos de Ren y por fin habló:

—Hikaru-san, ¿puedo hablar un momento contigo a solas, por favor? —él se quedó perplejo, creía que le iba a tomar un poco más de tiempo a que ella se decidiera, así que inclinando la cabeza en señal de afirmación, se levantó del sillón donde estaba y salió con ella ante la mirada estupefacta de sus compañeros.

—Espero que hayas tenido un buen fin de semana, Kyoko-chan. ¿Te parecería ir al jardín para poder hablar con mayor comodidad? —ella asintió con un leve movimiento de la cabeza porque en ese momento las palabras se le agolparon en la garganta, así que usaría ese tiempo para poder ordenar las ideas en su mente.

Ya en el jardín, Kyoko se sentó en un banco a la sombra de un hermoso cerezo, Hikaru se sentó a su lado esperando lo que ella quisiera decirle.

—Hikaru-san, y...yo he venido a responder a tu proposición —suspiró largamente, y volteó a verlo a los ojos, lo que tenía que decirle no era fácil pero era lo que él se merecía, la verdad y frente a frente—. Yo, ehhh..., no sé ni cómo empezar, así que te diré que nunca me creí una persona especial, una chica de la que los chicos se enamoraran, así que cuando tú declaraste tus sentimientos por mí, me sorprendí porque siempre he sido muy ciega. Hikaru-san, de haberlo visto, de haberlo sabido con anterioridad, te hubiera dicho que desde hace mucho tiempo estoy enamorada de alguien más. Te agradezco mucho tus sentimientos, no sabes lo feliz y honrada que me hicieron sentir, pero no puedo corresponderlos —agachó la cabeza sonrojada al recordar su fin de semana con Ren.

—Kyoko-chan..., —dijo con la voz apagada, aunque ya se lo imaginaba esperaba que pudiera aceptar intentarlo y le dejara amarla—. El día que hablamos me confesaste tus sentimientos por esa otra persona, pero si mal no recuerdo me dijiste que él no te correspondía. ¿Pasó algo este fin de semana para que no puedas aceptarme y darme una oportunidad?

—Hikaru-san, yo te debo la verdad porque para mí eres alguien muy especial y no deseo que después te puedas enterar por terceras personas. Sí, algo pasó —una hermosa sonrisa se formó en sus labios. Hikaru supo inmediatamente que ella era correspondida y él había perdido la oportunidad, pero aún así no se arrepentía de haberse declarado, de esta forma ahora era libre para seguir adelante. Sí, claro que tendría que transcurrir una buena cantidad de tiempo para poder olvidar a quien amaba desde hace mucho, no es que fuera fácil de hacer pero tendría que hacerlo, debía hacerlo por su propio bien. Dicen que el tiempo cura cualquier herida incluso las de un corazón roto, pero él prefería eso, haberse declarado y ser rechazado que vivir toda la vida en la ignominia del amor—. De alguna forma, porque todavía no me lo puedo creer, esa persona también corresponde a mis sentimientos y me lo hizo saber. Me dijo que él ha estado enamorado de mí durante mucho tiempo pero que a su parecer yo no lo veía más que como un compañero de trabajo. Así que hemos estado los dos enamorados el uno del otro sin saberlo, pero ahora que él se ha declarado no puedo hacer nada más que aceptarlo. Soy muy feliz, Hikaru-san.

—¿Puedo preguntar quién es él, Kyoko-chan? —ella se sonrojó violentamente.

—Es Tsuruga Ren, pero por favor, no le digas a nadie aún.

—¿Por qué no?, ¿acaso él no quiere hacer pública su relación? —preguntó entre extrañado y enojado de que el famoso actor se sintiera avergonzado de ella por ser una novata. Él conocía los sentimientos del actor por su amiga, solo alguien muy ciego no podría notar las miradas que le echaba cada vez que ella se encontraba en presencia de otro hombre y esas no eran para nada las miradas de un senpai que cuida a su kohai, eran las de un hombre muy celoso.

—No, no, para nada. Él quiere dar a conocer nuestra relación, pero soy yo la que quiere esperar. Sabes, estaremos empezando a rodar un nuevo dorama muy pronto y no quiero que se rumoree por ahí que conseguí el papel solo por ser la novia de Tsuruga Ren, quiero que vean que lo gané a pulso y por mis propios méritos, aunque él me diga que no tengo nada que temer, soy yo la que lo prefiere así —su amigo pensó que ella tenía razón en lo que decía y en cierta forma sentía lástima de Tsuruga-san por no poder decir abiertamente de su relación, porque si por él fuera la estuviera presumiendo a diestra y siniestra. Pero no era él y así lo entendió.

—Me alegro mucho por ti, Kyoko-chan, porque sé lo que se siente tener un amor no correspondido, pero no me arrepiento de haberte hecho saber mis sentimientos, me siento feliz de que tú los conozcas aunque exista alguien más en tu corazón —se levantó del banco dándole la espalda a ella y alzó su cara hacia el cielo y sin voltear a verla le dijo—, pero eso sí, dile a Tsuruga-san que si te hace llorar por la más mínima causa se las tendrá que ver conmigo. Y no solo eso —en ese momento se volteó hacia ella y con una sonrisa en la boca continuó— sino que aprovecharé esa oportunidad para apartarte de su lado y hacerte feliz —se dirigió hacia los estudios dejando a una muy aturdida Kyoko sola en el jardín.

Sonriendo se dirigió al estudio para cambiarse y realizar su trabajo como Bou. Fue un programa de lo más divertido debido a que el pollo se la pasó jugándole bromas al mayor de los Ishibashi, solo ellos dos sabían a qué se debían y que eso confirmaba aún más su amistad. Justo estaba terminando de sacarse la cabeza del pollo aunque no por completo, cuando escuchó una agradable y, en ese momento, temida voz a sus espaldas.

—Muy buenas tardes, estoy buscando a Mogami-san, me dijeron que estaba en este estudio ¿sabe dónde la puedo encontrar? —se puso tan rápido la cabeza de nuevo que bien pudo haber competido con cierto superhéroe de traje rojo que rompe la barrera del sonido. Fue cuando él se fijó en el pollo—. Ohhhh, pero si eres tú. Hace tiempo que no te veía, ¿cómo has estado? —ella, completamente aterrorizada porque no quería que él se enterara todavía de que ella era Bou, estuvo a punto de no contestar, pero él se agachó para fijar sus ojos en los del pollo y empezó a pasar su mano frente a su cara una y otra vez, como intentando saber si el ave seguía con vida.

—Tsu...Tsuruga-kun, qu... qué alegría verte por aquí.

—Pues no me parece que te alegres mucho de verme cuando te has quedado petrificado como estatua al momento de saludarte.

—Nooooo, qué va, es solo que me has asustado. No te esperaba por estos lugares. ¿Escuché que andabas buscando a alguien? —quiso eludir el comentario tratando de averiguar si ella le había dicho que estaría ahí a esas horas.

—Bueno, la verdad es que yo —si no fuera porque estaba ella embutida en soberano traje, no creía poder nunca la oportunidad de ver a su novio sonrojarse completamente como un adolescente— estoy buscando a mi novia. Me enteré de casualidad de que ella estaría por aquí y quise venir por ella —seguían hablando mientras caminaban hacia uno de los pasillos detrás del estudio, era el mismo donde se conocieron—. Esto, yo, bueno, debo decirte que tengo muchas cosas por las cuales agradecerte. Me hiciste ver lo que era el amor y saber de quién estaba yo enamorado. El amar a esa chica me ha ayudado a salir adelante, fue el pensar en ella que pude interpretar mi rol de Katsuki en Dark Moon —si no fuera porque en ese momento sabía perfectamente que él estaba enamorado de ella y que él no sabía que quien estaba dentro del ave era "su" novia, tal vez un asesinato sería cometido en los pasillos pero la imagen de ella tras las rejas no se le apetecía mucho y menos por el crimen de colgar de los pulgares al actor número uno de Japón. Ella ya había visto a Ren convertido en el monstruo verde de los celos pero él estaba a punto de conocerla a ella en el mismo estado—. ¿Estás bien?, ¿he dicho algo malo?

—¿Ehhhh?, ¿por qué lo preguntas, Tsuruga-kun?

—Yo lo pregunto porque el plumero que traías entre las alas de repente se convirtió en un palo desnudo y todas las plumas yacen desfallecidas en el suelo.

—Ahhhh, no, no era por nada que tú hubieras dicho, Tsuruga-kun. Pero dime, mencionaste que vienes a buscar a tu novia, ¿entonces quién es la afortunada? —tenía que preguntarlo, se supone que nadie debía saber de su relación aunque ella ya había confiado en Hikaru-san pero él iba tan campante pregonando que ya tenía novia y ¡con ella misma!

—La verdad es que ella no quiere que se sepa que es mi novia, teme que crean que le han dado papeles por nuestra relación. Pero sé que puedo confiar en que tú guardarás nuestro secreto. Es curioso, porque aunque no te conozco, por algún motivo, sé que puedo hacerlo contigo —la connotación del doble sentido solo fue en la mente de Kyoko, y es que desde lo sucedido en su apartamento todo le hacía pensar en "ese" momento—. Así que te lo diré, ella es la chica de quien he estado enamorado desde que tú me lo hiciste ver, mi chica de la preparatoria.

—...

—...

—...

—Bou, creo que ahora sí tendré que quitarte esa maldita cabeza, te estás asfixiando ahí dentro. Me estás asustando ¿te encuentras bien?, ¿Bou? —el pollo que estaba en medio del pasillo de pronto cayó sentado en su cola, y bueno esta situación fue un algo incómoda sabiendo que la bendita cosa no era para nada favorecedora y menos cuando caes sobre ella, haciendo que además los intentos por pararse fueran completamente inútiles. Al verle hacer miles de posiciones para poder ponerse en pie, Ren se acerca para brindarle una mano al ala que se agitaba con frenesí, cuando de pronto una persona del staff los ve y se acerca a ellos, sin saber qué estaba sucediendo se dirige a Bou y le dice:

—Ahhhhh, qué bueno que la encuentro, Mogami-san, el director quiere hablar con usted acerca del siguiente episodio de Kimagure Rock —en ese momento sucedieron dos cosas; la primera fue que el frío de un cruel invierno se empezó a sentir dentro del estudio a pesar de estar en pleno verano y que afuera del edificio la temperatura alcanzaba los 38° y la segunda, que si han visto la escena de un pollo rostizado así estaba el pobrecito Bou ante la gélida mirada que le estaba echando el actor número uno por inverosímil y contradictorio que pareciera. El pobre hombre, el del staff, salió de ahí pitando como alma que lleva el diablo, sin saber muy bien por qué, solo sabía que su instinto de conservación se había puesto en grado máximo y que por algún motivo la situación requería dejar a solas al actor con la rostizada ave.

—Ya puedes quitarte esa cabeza, Kyoko —la aterrada muchacha se había quedado de piedra ante el tono sepulcral que estaba él usando—. Tienes dos opciones, Kyoko, o te la quitas tú o te la quito yo, pero de que terminamos esta conversación sin máscaras lo hacemos en este mismo minuto —la chica había sentido ese grado de temor pocas veces en su vida—. ¿Es que acaso te estás burlando de mí?

—No, Ren. Por favor escúchame, la primera vez que me viste como Bou, yo acababa de ser despedida así que no quería enfrentarte y tener que soportar que te burlaras de mí, yo sabía que no te agradaba y lo que opinabas de mis motivos para entrar en la actuación, y después estabas tan decaído por no saber actuar de Katsuki que no pude decirte la verdad de quién era. Además no sabes lo que yo sentía cuando te escuchaba hablar de la chica de la que estabas enamorado.

—¿Entonces por qué si siempre has sabido que eras tú, nunca hiciste nada si me amabas? —le preguntó acercándose a ella.

—...

—¿Kyoko?, mírame, por favor—bajó la mirada, sus ojos llenos de lágrimas.

—Yo no sabía que era yo la chica de la que tú te referías hasta hace pocos minutos.

—Ohhh, Kyoko, mi Kyoko, siempre has sido tú —trató de acercarse a ella para darle un beso en los labios pero fue una situación un poco embarazosa debido a que, por la diferencia de alturas, él tenía que agacharse para alcanzar su boca pero la tremenda barriga del ave hacía que las piruetas para lograr dicha acción fueran tenidas en cuenta por el mejor de los contorsionistas del Cirque du Soleil. Trató de abrazarla entonces con el mismo resultado, así que con la mirada del emperador en los ojos y una sonrisa lobuna le dijo—, sabes, nunca antes he estado más ansioso que ahora de decir esto, pero vamos a desvestirte —el personal del staff tuvo que hacer milagros con el traje completamente carbonizado del pollo, dijeron que la temperatura de la actriz había subido demasiado, tanto que creyeron que se había resfriado.

FIN

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Hemos llegado al final, agradezco mucho que me hayan acompañado en esta locura mía. Muchas gracias por sus increíbles reviews. Hasta otra historia.