N/A: No hay mucho que decir, me gusta imaginarme al NaruSaku en diferentes situaciones. Casi se va el mes de las madres sin poder publicar esta historia que escribí hace meses, son 4 capítulos, espero que la disfruten.

Los personajes son de Kishimoto, la imagen de la portada no me pertenece, sólo es mía la idea y la historia aquí presente.


Embarazada—

By ASUKA02

Capitulo 1

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—Sakura, ¿tienes algo que decirnos? —le preguntó Tsunade escuchándola vomitando en el baño.

Vómitos y ropa holgada, tenía serías sospechas sobre el motivo de Sakura para vestir de esa manera. Shizune y la ex Hokage se miraron las caras pero ninguna dijo nada.

Sakura jaló la palanca del retrete y salió del cubículo, abrió la llave del lavamanos y se lavó la boca, el sabor acido del vomito se fue poco a poco, pero aun sentía el ardor en la garganta.

—¡¿Estás bien?! —le preguntó Shizune preocupada del otro lado de la puerta.

La pelirosa se arregló el cabello con las manos húmedas, se tocó el vientre y murmuró —parece que me quieres matar, odio vomitar.

—Sakura responde —insistió su maestra, se notaba la preocupación en su voz.

Haruno torció los ojos, "son unas exageradas", salió del baño, afuera su maestra y Shizune la vieron con preocupación. —¿Te encuentras bien? —le preguntó la pelinegra.

—Sí, es sólo que la comida me cayó mal. —contestó incomoda, estaban en la oficina de la directora del hospital, siempre trataba de ocultar los síntomas, pero esta vez las ganas de vomitar fueron tan fuertes que no pudo hacer nada más que correr y encerrarse en el baño de la mayor.

Tsunade se removió inquieta en su silla —tienes la tarde libre, ve a descansar, estás pálida.

—Pero puedo seguir trabajando. —replicó la pelirosa a pesar de que se sentía muy cansada.

—¡Ya hable y no quiero quejas!. —Replicó Tsunade alzando la voz.

La ninja médico llegó a su departamento y se echo a dormir, se sentía fatal, no pudo dormir mucho porque dos horas después tuvo que levantarse rápidamente para ir al baño.

Sabía que ese era otro síntoma, ganas de orinar a cada momento, salió del baño y volvió a la cama, durmió durante un rato y despertó para alimentarse, nunca se había sentido tan sola como ahora. Aunque eso era porque nadie sabía lo de su embarazo y vivía sola.

El padre de su bebé tampoco estaba enterado de su embarazo, Sakura había terminado su relación con él hace unos meses, afortunadamente antes de saber que estaba embarazada. Su noviazgo había sido un infierno con todas esas chicas detrás de él, soportando ver lo simpático que él era con todas.

Sabía que si Naruto se enteraba del embarazo insistiría en que se casaran, y no quería casarse, era de lo único que estaba segura.

Sakura terminó de comer e iba a tomar una ducha cuando llamaron a su puerta, su sorpresa fue grande al ver a Naruto, hace tiempo que no se hablaban.

—Naruto... ¿qué haces aquí? —el ninja entró súper preocupado, —¿qué haces aquí Naruto? —repitió irritada con su presencia.

—Vine porque Shizune habló conmigo, dice que ella y la vieja Tsunade creen que estás embarazada. —Explicó rápidamente.

Sakura abrió los ojos sorprendida, Shizune se había pasado, ya se lo reclamaría cuando la viera. Luego de unos segundos de silencio la pelirosa bufó y dijo —es ridículo, sólo tengo un virus, por eso las nauseas.

Naruto la vio con ojos entrecerrados, muy desconfiado —¿estás segura?, porque si estás embarazada ese hijo es mío. —dijo sin dudarlo un segundo.

Sakura abrió la puerta nuevamente, tratando de mantener la calma —soy médico, te aseguro que no estoy embarazada, ahora haz el favor de irte.

Naruto torció los labios y se marchó sin decir nada, se había asustado cuando le dijeron que Sakura podía estar embarazada, pero también se había hecho ilusiones sobre tener un hijo con Sakura-chan, la mujer de su vida. Esa era una buena oportunidad para recuperarla.

Con el Uzumaki fuera de la casa Sakura se apoyó de la puerta, aun estaba nerviosa, hasta el calor había abandonado su cuerpo.

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Otro mes pasó sin que Sakura fuera a visitar a sus padres, tenía miedo de que apenas la vieran supieran lo de su embarazo, Naruto se había graduado como jounin y pasaba la mayor parte del tiempo fuera de la aldea cumpliendo misiones, ya casi no lo veía.

La pelirosa se detuvo ante una tienda de ropa de maternidad, no quería irse de la aldea porque toda su vida estaba allí, pero no debía avergonzar a su familia, una madre soltera no era bien vista a menos que su marido hubiese muerto en batalla.

Haruno se quedó observando un maniquí con un bonito conjunto juvenil para embarazadas. Ya su ropa le estaba quedando muy ajustada y las ropas anchas las repetía mucho.

—¡Te descubrí Sakura-chan!.

La pelirosa movió la cabeza y vio a Naruto de brazos cruzados y con ceño fruncido, le lucia bien su traje de jounin, estaba muy guapo, el color verde le sentaba genial, sus brazos fuertes y ese pelo rubio desordenado era lo que atraía a las mujeres como moscas a la miel.

—¿Descubriste qué? —preguntó cubriendo discretamente la pequeña barriga con su bolso, con el suéter color rosa que tenia puesto la disimulaba muy bien, pero frente a la mirada del rubio se sentía descubierta.

—Que estás embarazada.

Sakura resopló y respondió —cielos Naruto, cada vez eres más tonto, sólo por mirar ropa de embarazada no quiere decir que lo esté.

Pero esta vez Naruto no se iba a dejar convencer de lo contrario tan fácil, mientras andaba de misión no había olvidado que posiblemente seria padre dentro de unos meses, Tsunade y Shizune eran médicos también, no podían haberle dicho eso y estar equivocadas.

—Tus caderas están más anchas y has aumentado de peso, así se ponen las mujeres cuando están embarazadas. —La acusó él.

No era tan tonto como ella decía, el corazón de Sakura se aceleró, casi podía escucharlo, se frotó un brazo mientras decía —estoy gorda Naruto, eso es todo.

El Uzumaki la miró de pies a cabeza sin ningún disimulo, —es verdad, estás engordando, —se acercó más a ella y frotándose la barbilla comentó en tono de misterio —¿pero no será que tienes un bebé allí dentro?

A ella le estaba asustando seguir con esa conversación. Haruno se giró en redondo y comenzó a caminar dejando a Naruto allí pensando. La pelirosa llegó a un callejón y respiró aliviada. No por mucho tiempo porque nuevamente vio al rubio.

—¡¿Acaso no tienes nada que hacer?!, ¡deja de perseguirme!. —le gritó angustiada.

Cosas que hacer tenía muchas, ni siquiera había hecho el informe de su última misión, pero mientras más la veía más confirmaba sus sospechas.

Caminó hacia ella y Sakura volvió a quejarse, —¡ya esto es acoso Naruto!.

Él puso ambas manos en los hombros femeninos e insistió —dime la verdad Sakura-chan, —le preguntó con seriedad —¿estás embarazada?

Ella bufó apartándose, no le podía mentir viéndolo a los ojos, —ya te lo dije, estoy gorda, entiéndelo.