I've got trouble sleeping


Despierto en medio de la oscuridad después de una pesadilla, nada raro en un semidiós, nada de que preocuparse.

Siento como una gota helada de sudor se desliza por mi espina dorsal, increíble, afuera está como a 7 grados e incluso en mí cabaña el aire parece congelarse un poco más, ¡genial!, estoy sudando pienso con sarcasmo. Veo el reloj de muñeca que me ha regalado Jason por mi cumpleaños, las 4:38, he dormido menos de hora y media, al menos he dormido algo me digo a forma de consuelo.

Salgo de la cama y camino descalzo por la habitación hacia el cuarto de baño, enciendo la luz y parpadeo un poco para acostumbrarme a ella, siempre he preferido la oscuridad, me siento más cómodo entre las sombras, lo cual es irónico porque la última vez que viaje por las sombras casi acabo convertido en una.

Me miro al espejo y suspiro de frustración, mis ojeras podrían pasar por pintura negra debajo de mis ojos, soy demasiado delgado, incluso ahora mientras Will Solace me ha obligado a comer todos los días. Wil... ni siquiera sé porque pienso en él.

Realmente Solace siempre está en mi mente últimamente, él y su estúpida deslumbrante sonrisa.

Apago la luz, porque no soporto la idea de seguir observando mi reflejo.

Me siento sobre la orilla de la cama, unos días más me digo a mi mismo.

Le había dicho a Jason que me quedaría, realmente no estoy convencido de ello, de hecho no sé lo que me retiene en la oscura cabaña 13, todo está tan vacío y oscuro, algo similar a mi. Extraño a Hazel más de lo que inicialmente creí que la extrañaría.

Han pasado dos semanas desde que Will "me ha dado de alta" de los tres días de descanso que me "receto" en la enfermería, y sigo repitiéndome que me iré, pero por alguna razón no puedo. No pertenezco a este campamento y es obvio que tampoco al campamento Júpiter, los demás semidioses me repudian, he escuchado hablar a las chicas de Afrodita, a veces pienso que desvanecerme entre las sombras no habría estado tan mal o morir en lugar de Leo...

Las cosas siguen sombrías con Piper y Jason debido a la muerte de Leo Valdez, después de que yo he disipado cualquier esperanza en ellos de que ese molesto duende hijo de Hefesto hubiera sobrevivido a la explosión que acabó con Gea, no he podido darles falsas ilusiones acerca de la misteriosa muerte de Leo, lo siento, pero la muerte, bueno... es la muerte.

Realmente no hay mucho que hacer en el campamento ahora que el Oráculo de Delfos se ha silenciado, mis días han consistido en deambular por la enfermería mientras Will me prohíbe utilizar cualquier poder del Inframundo, eso limita mis opciones, de hecho eso me deja sin ninguna opción.

Cada mañana me levanto con la intención de dejar esta sombría cabaña, pero continuo postergando mi partida sin algún motivo aparente. Quizás hoy es el día definitivo, este es el momento perfecto para irme, nadie se daría cuenta, increíblemente mi corazón duele de una patética manera al pensar en que no podría despedirme de Will Solace.

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No hay mucho que llevarme, realmente no tengo muchas pertenencias, mi espada de hierro estigio, una foto de Bianca, una carta que he recibido por parte de Reyna, unas cuantas mudas de ropa, es triste saber que la cabaña parecerá deshabitada desde siempre, no hay mucho que diga que yo he estado aquí.

Me paro por una última vez frente al altar de Hades, mí padre.

─Supongo que eso es todo ─le susurro al altar.

Entonces llaman a mi puerta...

Abro, y tal como si el sol hubiera salido ya, la luz se desliza, increíblemente Will Solace está parado en el umbral.