Esta es una traducción de la historia de Dayja - Harry Potter of Baker Street

Advertencias: Referencias a abuso de menores, referencias a cadáveres, partes de cuerpos y otros como es de esperarse de un par de hombres que resuelven crímenes

Capitulo 1

John Watson estaba acostumbrado a encontrar las cosas más inusuales cuando llegaba a casa. Partes corporales en el refrigerador, venenos guardados en contendedores de comida, experimentos químicos hirviendo y burbujeando en la mesa de la cocina…eso era normal y esperado, aunque no animado. Llegar a casa y encontrar a un niño sentado alerta pero en silencio, acurrucado en la alacena donde John había esperado encontrar el té que había comenzado a esconder allí con la esperanza de que Sherlock no lo contaminara con sus experimentos…eso era nuevo.

Esa tarde había comenzado normal y John estaba a mitad de su tradicional ritual de llegada con Sherlock. John le preguntaba a Sherlock sobre su día, mayormente como autodefensa para así poder saber los últimos detalles como si el contenedor del azúcar ahora contenía arsénico, o lo que fuera que Sherlock había decidido era un apropiado sustituto para una de las cosas de la cocina. Y luego Sherlock le preguntaría a John sobre su día. Estaban a mitad de este ritual cuando John fue en busca del té y vio al niño.

Era un niño, probablemente, juzgando por la polera con un dragón, que tendría entre unos tres o cuatro años de edad. Si eso no era suficiente, tenía cabello negro bastante alborotado y grandes ojos verdes con los que los observo a ambos de manera solemne y con bastante intensidad. John difícilmente podría ser culpado, por lo tanto, cuando su primer pensamiento fue algo como, 'oh dios, tiene un hijo.' Lo que dijo en voz alta fue, "Sherlock… ¿porque hay un niño pequeño sentado en la alacena?"

"¿Qué?" Sherlock miro al niño con algo de sorpresa, como si sólo recién se hubiera dado cuenta que el niño estaba allí. "Oh, cierto. Un hombre lo trajo cuando tú no estabas. Soy su nuevo guardián."

John parpadeo. Miro a Sherlock. Sherlock lo miro de vuelta. John miro al niño. El niño los miro a ambos, aun en silencio y al parecer impasible por haber sido dejado con un extraño. John abrió la boca, luego la volvió a cerrar. La obvia respuesta era por supuesto decir, ¿Quién en su sano juicio te dejaría a ti con un niño? O quizás, ¿porque diablos pensaste que era apropiado meterlo en la alacena? Lo que en realidad dijo fue, "¿Como se llama?" Sherlock frunció el ceño mientras pensaba esto.

"¿Horton?" sugirió, "¿Henry?" ante la mirada molesta de John, Sherlock indico con un gesto desdeñoso la mesita. "Me entregaron una nota. Puedes leerla si quieres."

"Pensé que dijiste que un hombre lo trajo. ¿No hiciste ninguna pregunta?"

"Estaba ocupado," Sherlock respondió defensivo, "y él también estaba distraído." Por eso John tomo la respuesta como un 'no', y no hizo más preguntas aunque Sherlock ahora le explicaba sobre cualquier importante experimento que había estado realizando. Para cuando Sherlock llego a la parte de como el viejo había estado dando vueltas por todo el lugar apuntando con un palito mientras murmuraba, John había dejado de escuchar. En vez de eso se resigno a la locura de su vida y se dirigió a buscar la nota. Era inesperadamente gruesa, no porque fuera larga si no porque estaba escrita en una especie de pergamino medieval. Incluso la escritura tenía un estilo antiguo, la caligrafía echa con tinta verde.

'Sr. Sherlock Holmes,' leyó, 'no sé si estaba consciente, pero su tía Lily Potter antes Evans y su esposo James Potter murieron hace tres años en la noche de todos los santos, siendo asesinados por un hombre muy malo. Su hijo, Harry Potter, fue llevado donde su tía Petunia Dursley antes Evans para ser criado en su familia junto con su propio hijo. Ha llegado a nuestra atención que la familia Dursley es un entorno inadecuado así que no puede permanecer más con ellos. Ya que su situación es de algún modo delicada, debido a la naturaleza de la muerte de sus padres y a un grupo de personas que desean hacerle daño al niño, hemos buscado y lo encontramos a usted como su único familiar. Es muy importante que el pequeño Harry sea ubicado con su familia, ya que hay una protección que se puede tener a través de su sangre para evitar que aquellos que le desean daño lo consigan.

Estamos consientes de que recibir a un niño de repente puede ser una carga. Por eso, una pequeña suma de quinientas libras le será entregada de manera mensual para ayudarle con su mantención. Además debe esperar la visita de los servicios sociales que lo monitorearan hasta que se adapte en su nuevo rol de familia. Si necesita más asistencia, su hermano Mycroft Holmes sabrá como contactarnos.

Atentamente,
Albus Dumbledore'

John levanto la vita de la carta. Frunció el ceño. Esto no tenía sentido. Así no era como funcionaban los servicios sociales; no traerían al niño como si nada y lo dejarían aquí, ni siquiera con la vaga amenaza de venir a una inspección. Además, Sherlock no podía ser su único familiar vivo. Aunque los padres de Sherlock estuvieran muertos, un hecho sobre el que John era reluctante a hacer preguntas, Sherlock tenía un hermano mayor del que ellos obviamente conocían ya que era mencionado por nombre. ¿Quizás habían ido primero donde Mycroft y luego Mycroft había echo arreglos para que Harry Potter viniera a vivir aquí? Eso quizás explicaría algo de los inusuales procedimientos, aunque no sobre la sangre y los comentarios sobre que algunas personas querían muerto al niño. ¿O acaso esto era alguna especie de protección a testigos?

"¿Así que es tu primo?" John pregunto al fin, esperando por lo menos tener ese hecho verificado.

"Así dijo el viejo," accedió Sherlock. "Interesante alegato ya que al parecer está acusando a mi madre de infidelidad, por lo que pude comprender y a mi abuelo igual. Al parecer él tuvo un hijo del que nadie sabía. Aunque aun no he verificado nada."

"¿Crees que Mycroft sepa algo?" pregunto John observando con atención a Sherlock. Sherlock parecía completamente despreocupado por el hecho de que quizás no era el hijo del Sr. Holmes y de hecho, no se veía nada afectado por el hecho de que de repente lo habían cargado con un niño pequeño. Se veía demasiados despreocupado.

"Vas a hacer algo con respecto a Harry, ¿cierto?" pregunto John frunciendo el ceño ligeramente, "¿sabes que no puedes dejarlo sentado en la alacena por el resto de su vida?"

"Por supuesto que no," respondió Sherlock, "ya le mande un mensaje a Mycroft." Sherlock aun no miraba en dirección del niño y de repente John sintió que Sherlock estaba un poco perturbado por todo este asunto. Estaba tan fuera de su terreno que no sabía como reaccionar. Así que, siendo Sherlock, ignoraba el asunto y fingía que no estaba allí. Aun sintiéndose un poco choqueado el mismo, John decidió que era el momento de enfrentarse al problema. Se acerco al niño, se arrodillo incomodo en el piso para estar más a su nivel. El niño lo miro, sin moverse.

"Hola," dijo John. El niño siguió mirándolo. "Soy John. ¿Cuál es tu nombre?" el niño no paraba de mirarlo. Luego su boca se movió y un sonido salió, casi demasiado bajo para ser comprendido. Si John no hubiera sabido cual era su nombre, habría pensado que el niño dijo algo como 'Ri Pot'.

"Hola, Harry," dijo John y con gentileza le ofreció la mano. Harry la tomo vacilante y le sonrió con timidez. John se encontró sonriéndole en respuesta.

"¿Sabes donde estas, Harry?" pregunto John. El niño debía estar un poco confundido, siendo lanzando a este nuevo ambiente y dejado bajo el cuidado de un hombre que lo había ignorado quizás por cuánto tiempo. Con precaución, Harry asintió.

"El Sr. Sherlock es mi nuevo tío," declaro. Luego, lentamente gateando hacia John, le pregunto, "¿También eres mi nuevo tío?"

"Si así lo deseas," respondió John, también con precaución, porque aun no estaba complemente seguro de si se quedarían con el niño que había sido más o menos dejado en su puerta. John en realidad no creía que Sherlock fuera lo suficientemente responsable para cuidar de un niño pequeño; de seguro alguien pronto se daría cuenta de eso y se lo llevarían. Aun así, no pudo decir que no cuando Harry lo miro con tantas esperanzas. De repente el estomago de Harry gruño.

"¿Tienes hambre, Harry?" pregunto John sonriéndole. Para su sorpresa, los ojos del niño se llenaron de lágrimas.

"Lo siento," susurro, acurrucándose una vez más en el espacio del que recién había salido.

"No hay problema," le dijo John, "yo también tengo hambre. Porque no…" comenzó a decir algo como 'hacemos unos sándwiches' hasta que considero el desastre que era la cocina, y abruptamente cambio a "¿salimos a comer?" los ojos de Harry se pusieron aun más grandes.

"¿Salir a comer?" pregunto. "¿A un verdadero lugar para comer?"

"Er…a un verdadero restaurant, si," accedió John. Harry le dio una gran sonrisa. "Está bien entonces, solo necesitamos tu abrigo…" se giro a mirar a Sherlock y pregunto, "¿tiene un abrigo?"

"Eso creo," respondió Sherlock, mirándolos a los dos con una expresión que John no pudo leer, "Hay una bolsa por allí." John miro alrededor y encontró un saco de tela, donde no solo estaba el abrigo de Harry si no también sus guantes, gorro y bufanda.

"Está bien entonces, Harry, abriguémonos," anuncio John y comenzó a ayudarlo a vestirse. Sherlock observo. John fue en busca de su propio abrigo y se detuvo, girándose hacia Sherlock.

"Tu también vienes," dijo John sin hacerlo una pregunta, aunque Sherlock respondió con, "Por supuesto, John. También tengo hambre."

La experiencia de salir a comer afuera fue un poco irreal; toda la tarde se había sentido irreal. Medio había esperado despertar de un sueño extraño donde a Sherlock le habían encargado el cuidado de un niño pequeño.

Para Sherlock completo disgusto y Harry brillante adoración, John los llevo a McDonalds. Sherlock se rehusó a ordenar algo, pese a su declaración anterior de que tenía hambre.

"Sabías que esta cadena mantiene a su ganado encerrado en campos creados por la destrucción de la selva tropical," murmuro, como si fuera algo que lo preocupara seriamente, cuando John sabía con certeza que la única razón por la que sabia ese poco de trivia era porque Molly se lo había mencionado una vez en un pobre intento a conversación en la morgue. Luego Sherlock comenzó a hablar sobre la enfermedad de las vacas locas, lo que le gano más de una mirada de molestia de los demás clientes en la fila. Harry lo miro preocupado.

"Te compraremos los nuggets de pollo," le dijo John y luego le dio a Sherlock una mirada firme antes de que se pusiera a explicar todo lo malo que había con ellos. Sherlock, por suerte, se quedo callado. Aunque se rehusó a ordenar algo.

John llevo a Harry a los juegos en la parte trasera del restaurant, accediendo a cuidar de sus zapatos porque Harry obviamente se sentía nervioso de dejarlos sin que nadie los cuidara. Él parecía recio a jugar allí, un poco intimidado por los tubos y bolas, pero John eventualmente lo convenció de intentarlo. Por suerte. Porque parte de la idea de traer a Harry a este lugar era para poder hablar con Sherlock sin que Harry escuchara.

"Sherlock," dijo John, "¿qué vas a hacer con él?"

"No sé qué quieres decir," respondió Sherlock y la parte triste era que de verdad parecía no entender. John suspiro.

"Los niños pequeños toman trabajo," dijo, "necesitan amor, atención y disciplina. Y él será tuyo, no mío o de la Sra. Hudson, aunque nosotros te ayudemos. ¿Vas a ser capaz de manejar eso?"

"El viejo parecía bastante convencido de que podría," dijo Sherlock. "Parecía convencido de que no había ningún otro lugar donde pudiera ir." Lo que no respondía la pregunta en absoluto, pero le recordó a John de otras que tenía.

"¿Sabes que esto es extraño?" pregunto John. "Los hombres viejos normalmente no dejan a niños pequeños en casas extrañas sin advertencia, aunque seas familia. En especial si la casa en la que estaba antes no era aceptable."

"Es por eso que le mande un mensaje a Mycroft," respondió Sherlock, observando pensativo a Harry que estaba sentado en la piscina de bolas, sosteniendo una bola y mirándola con atención mientras otros niños saltaban, gritaban y reían a su alrededor. "¿Crees que debo ponerle un nombre?"

"Él tiene un nombre," le recordó John con un poco de cautela.

"Pero dijiste que era mío. El viejo dijo que era mío. Y Harry es un nombre aburrido. Además, ¿no será confuso para ti?"

"Creo que puedo lidiar con conocer a dos personas llamadas 'Harry'," John respondió con sequedad. De seguro había lidiado bien durante los años compartiendo su propio nombre con media docena de sus compañeros a veces.

"Aun así…" continuo Sherlock aun luciendo pensativo.

"¿Entonces intentaras quedarte con él?" pregunto John mirando con dureza a su amigo, "Sabes que si lo haces no podrás abandonarlo cuando se vuelva aburrido."

"No lo sé," respondió Sherlock de repente mirando a John con expresión perdida, "pero dijeron que no tenía a donde más ir. Tu sabes de niños."

"Si," accedió con lentitud John, "pero yo solo soy tu compañero de apartamento. No seré su padre. Guardian. O lo que sea."

"Tu accediste a ser su tío. Te escuche."

"Eso no es lo mismo, Sherlock," respondió John, "Hablo en serio. ¿Que harás cuando tengas un caso? ¿Y que harás con todos tus experimentos?"

"¿Que hay con ellos?" pregunto Sherlock luciendo genuinamente confundido.

"¡No puedes tener venenos ni químicos peligroso a mano con un niño pequeño en la casa! Y no puedes marcharte y dejarlo solo a la hora que sea… y no, no puedes llevar a un niño a una escena del crimen." Sherlock lentamente cerró su boca, frunciendo el ceño con petulancia. "Y en esta misma línea, ¿dónde va a dormir?"

"El viejo dijo que en su otra casa dormía en la alacena bajo las escaleras."
John abrió su boca. La cerró. Respiró profundo y dejo escapar el aire con lentitud.

"¿Por favor no me digas que pensabas emular a sus antiguos guardias?"

"Bueno…me pareció un poco extraño…pero si él está acostumbrado…"

"¡No, Sherlock!" grito John, su voz firme y un poco horrorizada, "Se lo llevaron de donde estaba, porque tener a un niño en una alacena es malo."

"Claro," dijo Sherlock mirando con cuidado a John, "Así que no te opondrás a que él tenga una habitación. Con una cama. No una alacena."

"Por supuesto que él debe tener…" John dejo de lado su justa indignación por como el niño había sido tratado y miro a Sherlock con sospecha. "Sherlock. ¿Que cama intentas darle?"

"Bueno, no puedo darle mi cama. Mi dormitorio está lleno de todas esas cosas peligrosas que dijiste que no pueden estar cerca de él. Así que pensé…"

"No."

"Podrías compartir. Él es pequeño; no te quitara mucho espacio."

"Él tendrá su propia habitación," John insistió con firmeza, "Una que no le pertenezca a alguien." Sherlock suspiro.

"No seas ridículo, John. Dormir en el sofá será terrible para tu hombro."

"Él no se quedara con mi habitación," dijo John. Sherlock lo miro. John testarudamente siguió mirándolo.

"Oh, está bien," Sherlock dijo al fin y John casi se relajo hasta que Sherlock continúo con, "puedes compartir mi habitación conmigo si quieres. Solo ten cuidado con los experimentos. Y espero que no patees mucho en la cama."

John lo miro fijo, encontrando tantas cosas erradas con ese escenario que casi no sabía cómo comenzar a corregir a Sherlock en sus nuevas suposiciones. John abrió la boca. Sherlock lo observo, sonriendo complacido porque había encontrado la solución perfecta para todos sus problemas. John cerró su boca otra vez. Apoyo su cabeza sobre la mesa y gruño.

"¿Eso no es poco higiénico?" pregunto Sherlock observando la mesa de plástico con disgusto. La respuesta de John fue gruñir otra vez.

Luego su pedido fue llamado y Harry fue sacado de la piscina de bolas, así que ese fue el fin de la discusión.

Sherlock, pese a su claro disgusto con todo el establecimiento, aún le robo la mitad de sus papas fritas.
Esa noche, John durmió en la cama de Sherlock. Pero hizo que Sherlock durmiera en el sofá.