Instruyendo a Arnold.

Por: Azure129

Traducción: Tsubasaglz

Nota de traductora: Este fic en su idioma original se encuentra en inglés. La autora Azure129 me dio el permiso para poder traducirle su excelente trabajo al español y espero poder hacer una buena adaptación a nuestro idioma. Hey Arnold! No me pertenece ni mucho menos el fanfic original (Tutoring Arnold). Yo solo estoy haciendo labor de traducción. Espero lo disfruten.

Además, la autora original pide que los reviews si gustan los puedan poner en la historia original, en español. Dice que sabe un poco de español y que le daría mucho gusto leerlos y saber lo que opinan de su historia.


Capítulo 1: Haciéndose un largo fin de semana.


Era otro típico viernes por la tarde en el salón de cuarto grado del Sr. Simmons en la P.S. 118. Los niños ya habían terminado con sus lecciones de la mañana de matemáticas y ciencias, desayunado y hasta concluido con su segmento de historia –el único que quedaba era Inglés y, con solo quince minutos para que la campana sonara a las 3 en punto, pocas personas estaban prestando atención a lo que de manera entusiasta el joven educador de pie frente a ellos estaba diciendo.

"¡Bueno clase, ya que no los voy a ver en dos días completos tengo una tarea especial de escritura para darles a cada uno- para entregar el Lunes! ¡¿No es emocionante?!"

Ante este anuncio, la clase de repente pasó de mirar al unisonó las lentas manecillas del reloj a ver al Sr. Simmons con ojos bien abiertos acompañados de gruñidos familiares.

Harold Berman, un niño regordeto quien había estado mirando a escondidas un comic en su escritorio, fue el primero en hablar. "AWWWW… odio escribir, ¡siempre tarda mucho tiempo!" Cruzó los brazos frente a él y tomó un poco de una barra de dulce escondida en los bolsillos de sus shorts.

Un chico delgado con botas go-go llamado Sid secundó el comentario de Harold. "¡Caramba, allí va todo el fin de semana!" Estiró sus brazos en el escritorio y bajo la cabeza con un ruidoso suspiro.

"Ahora clase," comenzó el Sr. Simmons, viendo que aún más estudiantes estaban por hacer alguna clase de queja, "no será malo. De hecho… ¡les haré un trato chicos!" Algunas personas dejaron de quejarse, dando a su maestro el beneficio de la duda. Otros regresaron a mirar el reloj, esperando que el tiempo corriera antes de que el Sr. Simmons pudiera dar oficialmente la tarea. Él continuó. "Iba a dejarles un reporte breve de un libro, pero, en vez de eso ¡lo haré una tarea de escritura creativa! De este modo no tendrán que hacer ninguna investigación – solo escribir algo que sea único de ustedes. ¡Lo tengo! ¿Qué tal si cada uno de ustedes escribe un poema corto acerca de algo que los inspire? ¡Eso hará que la tarea sea aun más rápida! ¿Qué dicen?"

Unos pocos quejidos y algunos ojos girados ocasionales de sus estudiantes mostraron al Sr. Simmons que, aunque estaban aun algo infelices, su clase especial encontraba esta tarea un poco más razonable que la que originalmente tenía prevista.

"Bien. Ahora, antes de que la campana suene dejen regresarles sus poemas de práctica que hicimos en la clase en la semana. La mayoría parecen haber captado el concepto de rima y métrica, y fue interesante ver qué fue lo que cada uno eligió para tema – realmente aprendí mucho sobre sus pasiones e inspiraciones. Bueno, veamos…" El Sr. Simmons se sentó en su escritorio, revolviendo algunos papeles. Finalmente sacó un montón y comenzó a caminar entre las filas de escritorios entregando los papeles a sus respectivos autores. "Sheena, muy buen uso del haiku... Rhonda, excelente uso de la imaginación: me sentí como si realmente pudiera 'ver' el atuendo que estabas describiendo… Helga," colocó el papel boca abajo sobre el pupitre de la chica de dos coletas para que nadie fuera capaz de ser su contenido y murmuró con una sonrisa, "como siempre un brillante trabajo; deberías considerar dar consejos a algunos de tus compañeros."

Le guiñó el ojo, pero ella solo regresó su cumplido encogiéndose en su asiento y cruzando los brazos frente a su pecho. Con el ceño fruncido se quejó de nuevo. "Ajá, ajá," y, con eso, arrugó el papel y lo tiró dentro de su mochila abierta que estaba debajo de su escritorio, aparentemente sin preocupación alguna. El Sr. Simmons negó con la cabeza un poco decepcionado, y continuó por la fila de pupitres.

Naturalmente, Helga G. Pataki le hubiera gustado agradecer a su maestro por su ánimo, especialmente desde que obtenía tan poco de los adultos en su vida. Sin embargo, ella tenía una 'reputación' que mantener y simplemente no estaría bien que sus compañeros de clase supieran que la persona más dura entre ellos tenía un talento en la forma de arte más suave y sensible; poesía. Todo lo que ella esperaba era que nadie hubiera escuchado al Sr. Simmons decirle eso antes de dejar su escritorio para atender al siguiente estudiante. 'Oh bueno…' ella pensó internamente. Con un suspiro Helga se giró para contar los minutos del reloj por ella misma, no sin antes lanzar una mirada a su musa – la razón por la que ella se sentía tan inclinada a escribir tanto y tan bien como lo hacía. Era un joven niño con la cabeza amplia y el cabello amarillo claro a quien el Sr. Simmons se acercaba actualmente.

El Sr. Simmons se detuvo al lado del pupitre de Arnold con una mirada preocupada y le dio un pequeño suspiro. "Arnold, ¿puedo hablar contigo después de clases?"

Arnold giró rápidamente una de las orillas de su tarea boca abajo en su escritorio y pestañeo en sorpresa por la calificación que vio."Um… claro Sr. Simmons."

Justo cuando el último estudiante recibió su tarea de vuelta, la campana sonó en todo el pequeño salón señalando el fin de semana. Al instante, todo el grupo de cuarto grado agarró sus pertenencias y corrieron rápido llenando los pasillos de la Primaria P.S. 118. Todo el grupo, excepto por un solitario chico con cabeza en forma de balón ahora sentado frente al escritorio de su maestro, esperando una explicación acerca de la calificación que acababa de recibir. No era como que hubiera reprobado o algo –Arnold siempre hacía todo lo posible para hacer un buen trabajo en su tarea, y siempre las entregaba a tiempo – pero una C+ no era una calificación común en él.

De repente, Arnold escuchó un 'golpe' a sus espaldas, casi como si algo pesado se hubiera caído. Rápidamente giró su cabeza solo para ver a Helga G. Pataki intentando recoger varios libros de texto que habían caído por debajo de su mochila de repente rota. Bajo circunstancias normales, Arnold habría saltado y ayudado a cualquiera de sus compañeros en esa situación. Sin embargo, dudó un momento antes de acercarse.

Él se había sentido… bueno… incómodo alrededor de Helga desde que el mes pasado cuando él y su mejor amigo Gerald Johanssen habían salvado el vecindario de ser derribado… o, más específicamente, desde que Helga le había contado un secreto muy inolvidable en la azotea del edificio de FTi justo minutos antes de que su aventura terminara finalmente. Como resultado, por las últimas pocas semanas había salido con ella en grupos, hasta hablado con ella en ocasiones durante su bombardeo de insultos diarios que ella lanzaba, pero a toda costa había evadido tener que estar a solas con ella. No quería verse insensible… solo que no sabía que decir.

'Aún así, tal vez ella solo había inventado todo. Tal vez si fue solo el 'calor del momento', o alguna clase de broma o algo. De todos modos, probablemente solo estoy sobreactuando. ¿Digo, REALMENTE –Helga G. Pataki enamorada de mi?' Arnold había estado tratando por semanas de convencerse a sí mismo de que todas esas cosas que ella había dicho – las que fueron sus palabras exactas: 'te acosa de día y de noche, y hace altares en los armarios en tu honor'- no fueran ciertas. Sin embargo, en el fondo él no podía negar que había habido sinceridad en su confesión. Arnold sabía que había visto un lado de Helga que antes solo sospechaba que existía –ella era una persona decente, no solo una matona centrada en sí misma. Si ella había arriesgado tanto solo para ayudarlo a salvar todo lo que a él le importaba, era tan loco creer que tal vez ella pudiera tener sentimientos genuinos hacia él… a aceptar que tal vez la chica de pie frente a él en realidad podría…

Arnold había comenzado a perderse en sus pensamientos, pero de repente regresó a la realidad. Se dio cuenta con sorpresa que había comenzado a sonreír mientras esa idea entraba en su mente, y agitó su cabeza para empezar. 'Esto es loco… ¿Por qué no puedo dejar ir esto?'

Arnold enfocó su atención de nuevo a los libros regados de Helga y suspiro mientras su buena naturaleza ganaba de nuevo. Sin importar las circunstancias el no podía simplemente ignorar a un amigo en apuros y, finalmente, caminó hacia el pupitre de Helga y comenzó a juntar una o dos libretas de rayas. Al principio, su admiradora pareció no haber notado su presencia – su rostro permaneció serio, como si estuviera pensando en algo más que la tarea en sus manos. Pero de repente ella notó que muchos de los objetos que estaba a punto de recoger ya no estaban en el piso, y levantó la mirada en curiosidad, no solo para ver a su no-tan-secreto objeto de sus afecciones ayudándola en silencio, aunque no había hecho contacto visual con ella aún.

Sin necesidad de decirlo, Helga también se había sentido algo incomoda alrededor de su amado desde su confesión. La forma en lo que acababa de 'soltarlo todo' – de alguna manera se sentía mal… ¿y luego retractarse? Ella deseaba poder hacer todo de nuevo, pero no había vuelta atrás: Arnold había escuchado su secreto y nada podía cambiar eso.

'Supongo que soy solo afortunada que cayera en esa excusa del 'calor del momento'… parecía casi tan buena para ser verdad…' Ella solo deseaba que esa tensión entre ellos pudiera romperse; era como si estando juntos pidiera algún tipo de respuesta de él a lo que ella había dicho, independientemente de si Arnold pensara que era verdad o no.

Mirando rápidamente alrededor del salón para estar segura que sus otros compañeros se habían ido, Helga tragó saliva y de repente tartamudeó, "Oh… um, gr-gracias Arnold," con una voz tan sincera como pudo reunir.

Arnold permaneció inmóvil, sosteniendo los pocos objetos que había levantado en sus brazos, y luego sonrió y respondió, "Um, claro Helga." Por un momento sus ojos se encontraron, pero luego los dos niños de diez años rápidamente giraron lejos uno del otro y comenzaron a limpiarse las gargantas nerviosamente y a mirar con torpeza hacia el suelo. De repente, ambos notaron un pequeño papel arrugado a sus pies que aparentemente había caído de la mochila de Helga junto con todos sus libros de la escuela. Teniendo menos cosas en sus manos, Arnold decidió alcanzarlo para regresarlo. Helga, sin embargo, recordando que había exactamente en el papel, rápidamente intento agarrarlo sin darse cuenta de las intensiones de Arnold.

¡WHAM!

"¡OUCH!" los dos niños de cuarto grado gritaron al unísono. Sus cabezas acababan de chocar, lanzándolos en direcciones opuestas hacia el piso.

Los libros de Helga regados de nuevo (junto con varios de Arnold ahora). Helga rápidamente sacudió su cabeza y, tomando ventaja de la distracción de Arnold mientras se sobaba el pequeño chichón formándose en su frente, alargó su mano para agarrar su tarea de poesía arrugada. Sin embargo, Arnold no había olvidado su misión y, mientras una mano sostenía el moretón formándose en una de sus sienes, la otra aún trataba de tomar la bola de papel.

A la inesperada sensación de sus manos tocándose, los ojos de ambos niños se abrieron de repente. Arnold y Helga saltaron instantáneamente de nuevo uno del otro.

Arnold se puso de pie, ya sin preocuparse por la lesión en su cabeza de forma extraña, y sintió sus mejillas enrojecer. "Um… lo siento, Helga." Comenzó a recoger los pocos objetos que habían caído de su propia mochila.

Helga rápidamente junto los libros alrededor de sus pies, se levantó, y con un ligero sonrojó respondió, "Um… solo… olvídalo, cabeza de balón." Caminó pasando a su lado hacía la puerta tan rápido como pudo, sorprendida por la obvia reacción a su toque y un poco sorprendida por la reacción de él. '¿Qué pasa con él? ¿Realmente esta tan asustado por mi? Ugh, debe de pensar que soy una completa lunática por todas esas cosas que le dije en la azotea de ese edificio. Criminal Helga –ya era demasiado malo cuando no solo le gustabas, pero ahora ¡él piensa que eres una loca de remate también!'

Perdida en sus pensamientos, Helga casi deja caer sus libros de nuevo al casi chocar contra el Sr. Simmons quien estaba reingresando a su salón de cuarto grado. "Oh Helga, bien; me alegro que aún estés aquí. Eres justo al persona que tenía en mente."

"¿Huh?" Exclamó Helga, aún un poco sorprendida.

"Ambos por favor, tomen asiento," dijo él, señalando hacía Arnold y Helga. Ambos tomaron los asientos en la primera fila cerca del escritorio del Sr. Simmons, Helga aún muy confundida por lo que su maestro había querido decir en su extraño saludo hacia ella.

El Sr. Simmons se puso de pie frente a su escritorio y dejó salir un breve suspiro antes de comenzar. "Arnold, quiero hablar contigo acerca del poema que entregaste en nuestro trabajo de práctica la semana pasada – el que te entregué de vuelva hoy."

Arnold sacó la página con su calificación del bolsillo de su pantalón y dijo en una voz algo abatida, "Me lo imaginaba."

Curiosa, Helga miró y notó la calificación de Arnold en el papel con sorpresa. 'Ouch… ¿qué pudo haber sido tan malo sobre su poema?' se preguntó.

"Arnold," continuó su maestro, "eres uno de mis estudiantes más especiales, y no deberías dejar que esto te preocupe. Ten en mente que la poesía es una forma… como decirlo… de arte muy subjetiva. En otras palabras, no es que hayas hecho un mal trabajo en tu tarea, es sólo que no creo que tengas un firme control sobre algunos de los fundamentos. Por ejemplo," tomó el papel de Arnold y lo escaneó, "Realmente no parece como si estuvieras inspirado en nada, solo estás contando una historia narrativa en rima."

Arnold levantó la mirada hacia su maestro, algo confundido. "Pero yo pensé que un poema podía ser sobre cualquier cosa; ¿qué tiene de malo hablar sobre lo que me pasó a mí y a Gerald durante el escandido de Industrias Futuro?"

El Sr. Simmons sonrió y miró de nuevo a su estudiante. "No es que algo así no pueda servir para un poema, pero yo quiero que escribas más sobre como algo te hace sentir en vez de solo lo que pasó; una verdadera reacción humana hacia una persona, una cosa, un evento… cualquier cosa que te haga querer escribir, que te obligue a escribir." El maestro luego se giró a la izquierda hacia la chica de dos coletas sentada y le dio una gran sonrisa. "Una musa es como tú lo llamarías, ¿cierto, Helga?"

Helga había estado mirando con curiosidad, aún sin entender porque ella estaba allí y sintiéndose como un extraña de la conversación entre su amado y su maestro. El repentino reconocimiento de su presencia la sorprendió un poco, pero rápidamente reanudó su actitud defensiva y con su clásico ceño fruncido respondió, "Hey, ¡'usted es' el maestro!" Aún así, a Helga no le gustaba que la pusiera en evidencia de esa manera, especialmente en frente de Arnold. '¿Por qué siempre tiene que hacer la gran cosa sobre el hecho de que le gustan mis poemas?'

Sin embargo, la respuesta desdeñosa de Helga no fue suficiente para desanimar al Sr. Simmons esta vez, y su sonrisa solo se ensanchó mientras regresaba su atención hacia Arnold. "Arnold, pienso que podrías utilizar algo de ayuda de un estudiante más experimentado para descubrir el poeta 'especial' que hay dentro de ti, y es por eso por lo que quiero asignarte un tutor."

Arnold había prestado mucha atención a los comentarios entusiastas de su maestro y asintió comprendiendo la resolución del Sr. Simmons. "Supongo que eso estaría bien." Tenía sentido; él estaba teniendo un problema, así que ¿por qué no conseguir a uno de sus compañeros más hábiles para que lo ayudará? Recordó brevemente el tiempo que había tutelado a Torvald en matemáticas; había sido difícil al principio pero, al final, todo el esfuerzo había valido la pena y Torvald había mejorado mucho como estudiante. Aun así, Arnold, siempre un poco denso, no había puesto juntas a quien tenía pensando el Sr. Simmons para ayudarle.

"¡Maravilloso!" El Sr. Simmons aplaudió juntando sus manos y rápidamente volviendo su atención a Helga, quien se puso algo pálida al darse cuenta de lo que su maestro estaba pensando. "Y aquí es donde entras tu Helga- ¡había pensado que tu serías la perfecta tutora de poesía para Arnold!"

Helga sabía que si no hubiera estado sentada, sus piernas hubieran cedido bajo ella al anuncio. Su boca se abrió un poco en shock y pestañeo un par de veces, tratando de encontrar una manera de responder a esta solicitud absolutamente imposible. "Uh… yo… yo… yo no creo que haya necesidad de eso Sr. Simmons." Rió nerviosamente y jaló el cuello de su blusa para ayudar a aliviar el sudor frio formándose en su cuello. "Además, Yo-yo estoy muy ocupada, y de todos modos… yo… yo no tengo experiencia para nada en la enseñanza. Je, je… je…" Normalmente, Helga G. Pataki habría saltado ante la oportunidad de pasar tiempo con su amado, pero ¿cómo se suponía que ella iba a ayudarlo a encontrar su inspiración cuando él era SU inspiración? Para hacer las cosas peores, él ya sabía (gracias a su confesión) que cualquier cosa que ella pudiera escribir pudiera ser sobre él. La sola idea de tener que discutir su poesía con él no solo hacía que el color regresara a sus mejillas, sino que las volvía rojo brillante. Si apenas podía pasar unos pocos segundos sola con él sin que la situación se tornara completamente incómoda, ¡¿cómo podían esperar a que ella compartiera sus pensamientos más personales con Arnold TODO EL FIN SE SEMANA?!

El Sr. Simmons le ofreció una sonrisa esperanzadora. "¿Por favor, Helga? Solo será por esta tarea de fin de semana, estoy seguro de que ustedes dos solo tendrán que juntarse un par de veces. Y en cuanto a la experiencia, bueno, no serás una maestra Helga, pero tu hermana fue una de mis mejores asistentes con las que he trabajado y estoy segura estará feliz de ayudarte si tienes algún problema. ¿Qué dices?"

Durante este pequeño intercambio entre Helga y su maestro, Arnold había estado sentado con la su amplia barbilla apoyada en su mano, y preguntándose porque su maestro elegiría a Helga G. Pataki para ayudarlo a escribir poesía. 'Él debe estar realmente impresionando con lo que ella escribe para recomendarla para algo como esto. Me preguntó sobre que ha escrit…-' De repente, los ojos de Arnold se abrieron y tragó saliva mientras otro fragmento de lo dicho por Helga en el edificio de Industrias Futuro resurgía en su cerebro… '¡¿Qué otra mujer te acosa de día y de noche, y hace altares en los armarios, y escribe libros y libros de poemas en tu honor?!'

"¡De ninguna manera!"Fue el primer pensamiento que el incrédulo chico de cuarto grado tuvo y ahora, desgraciadamente, fue lo primero que dijo antes de poder detenerse. Ambos, el Sr. Simmons y Helga voltearon abruptamente para mirarlo después de vociferar, y Arnold se sintió sonrojarse levemente mientras lentamente se daba cuenta de lo que había dicho.

"Uh…" se limpió la garganta un poco, "Quiero decir… Sr. Simmons, no creo que necesite molestar a Helga. Estoy seguro que puedo obtener ayuda de Gerald o Phoebe o alguien. No tiene que ponerla en el problema de instruirme, especialmente si ella está ocupada con algo más."

Escuchando a Arnold, Helga sabía que él debía sentirse tan incomodo con todo eso como ella lo estaba y esperando que, entre los dos, pudieran hacer olvidar al Sr. Simmons sobre todo este pequeño proyecto. Miró suplicante a su maestro. "Ahí tiene Sr. Simmons; yo no quiero ayudar a Arnold y Arnold no quiere mi ayuda- todo resuelto claro y pulcro. Ahora, si me disculpa, tengo una cita en mi oficina al final del pasillo así que solo me iré."

Con una sonrisa convincente, Helga agarró sus libros y comenzó a caminar hacia la puerta. Sin embargo, fue detenida por un argumento final del Sr. Simmons. "Helga, sabes, Arnold no es el único que necesita mejorar sus calificaciones en esta materia."

La mano libre de Helga estaba ya en el picaporte de la puerta del salón, pero ella se detuvo de repente y volvió una mirada interrogativa a su maestro. "¿Huh?"

Él suspiró. "Tú necesitas mejorar también, Helga."

Helga levantó una ceja para él. "¿Pero yo pensé que usted había dicho que yo era una 'estudiante experta'?"

El rostro del Sr. Simmons se puso serio. "Lo eres Helga; al escribir los poemas reales. Pero tu participación es muy pobre: nunca lees tus poemas en clase voluntariamente, nunca pareces tener ningún interés en revisar las tareas o comprensión de tus calificaciones, y dices casi nada en lo absoluto durante nuestros talleres de escritura. A como estamos, no podré ser capaz de darte más que una C en escritura creativa también.

Los ojos de Helga se entrecerraron con frustración y regresó a su escritorio vacio en la primera fila, al darse cuenta que había mordido el anzuelo. Big Bob nunca la dejaría vivir con algo debajo de una C, especialmente desde que Olga les había enviado a todos copias de su nuevo ensayo A+ con impresiones laminadas de la carta oficial indicando que había logrado estar en la lista del Decano por séptimo semestre consecutivo.

Helga suspiró; no había manera que pudiera imaginarse usando sus habilidades uno a uno para ayudar a Arnold a encontrar 'su propia especial inspiración', pero ella absolutamente NO haría nada para revelar a toda la clase de cuarto grado que Helga G. Pataki era la poeta laureada de la clase. 'Y al manos si le sigo la corriente a Simmons en esto, podré pasar algo de tiempo con Arnold. Además, es mejor que solo él sepa acerca de mi poesía mejor que toda la clase. Y tal vez ni siquiera tendré que mostrarle nada de lo que he escrito… Podría solamente discutir técnicas con él por algunas horas o algo. Esto podría no ser tan malo'. En resumen, podría pasar un fin de semana incómodo con Arnold o una adolescencia insoportable al ser motivo de burla de sus compañeros por su 'sensibilidad'.

Sin embargo, antes de que pudiera responder, Arnold anunció repentinamente del otro lado del salón. "Yo lo haré si Helga está de acuerdo con ello."

Helga lo miró inquisitivamente, pero Arnold solo miró al Sr. Simmons quien sonrió y respondió, "¡Excelente, Arnold! Si te va bien en esta tarea, reemplazaré tu C+ a cualquier calificación que ganes." Se volvió hacia su otra estudiante. "Bueno, ¿Qué dices, Helga?".

Helga apenas asintió con una expresión en blanco en su rostro, muy confundida para responder de todas formas.

Mientras Helga había estado considerando las consecuencias de ser una Pataki con menos de un perfecto Promedio de Puntos, Arnold había estado pensando por su cuenta. '¿Por qué Helga no quiere ser mi tutora?' El pensamiento lo atormentaba mientras el Sr. Simmons intentaba convencer a Helga de participar en todo esto. 'Digo, sé porque yo no quiero que ella –si existe aunque sea una posibilidad de que sus poemas de alguna manera sean sobre mi… bueno, creo que solo no podría mirarla a la cara. Pero, si sus poemas no son sobre mí, ¿entonces porque se ve tan nerviosa?' Después de un minuto de ir y venir en su mente de esta manera, Arnold finalmente llegó a una conclusión. 'Sí dejo que me instruya y toda esta cosa de 'amarme' es una mentira entonces todo lo que va a pasar es que ambos obtengamos mejor calificación…' Dejó salir un pequeño suspiro a este punto. '…Y sí yo estoy equivocado y ella en realidad ha estado escribiendo acerca de mi… bueno, entonces al menos sabré a ciencia cierta cuál es la verdad de una vez por todas."

"Bueno, ¡entonces, todo está arreglado!" Exclamo felizmente el Sr. Simmons, y regresó a su escritorio mientras sus dos estudiantes juntaban sus cosas y se dirigían hacia la puerta para finalmente iniciar su fin de semana.

"Oh, Arnold, ¿podrías quedarte por un minuto más?" lo llamó el Sr. Simmons mientras los dos estudiantes estaban preparados para dirigirse a través de la puerta.

Arnold y Helga se miraron entre sí con miradas en blanco por un momento, luego Helga se encogió de hombros y casualmente dijo, "Nos vemos luego, cabeza de balón," caminó hacía el pasillo y fuera de la vista del salón de la P.S. 118.

Arnold se acercó al escritorio del Sr. Simmons con una mirada interrogante, preguntándose que otras posibles noticias podría tener para él su maestro.

El Sr. Simmons se inclinó sobre su escritorio. "Arnold, estoy muy contento que tu y Helga acordaran hacer esto. Ella realmente necesita la experiencia tanto como tú, y no solo en sus calificaciones. Pienso que ustedes dos pueden aprender mucho el uno del otro…" sonrió. "Solo… se paciente con ella."

Arnold levantó una ceja hacia su maestro.

"Lo que quiero decir es, dale tiempo de mostrar de lo que ella es capaz, Arnold- te garantizo que te sorprenderás." Le guiñó el Sr. Simmons.

Arnold asintió con su cabeza, y se dirigió de nuevo hacia la puerta. "Lo intentaré. Adiós, Sr. Simmons."

"Ten un buen fin de semana, Arnold," despidió a su alumno que finalmente salía, "¡y espero ver algo 'especial' por parte de ambos cuando regresen el lunes!"

Arnold respiró profundo mientras se dirigía a los ahora desiertos pasillos de la Primaria P.S. 118. Si había una cosa que sabía sin lugar a dudas es que Helga G. Pataki podía ser sorprendente.


Nota de la autora original: Bueno, eso es todo por ahora… ¡¿Helga le mostrará a Arnold sus poemas?! ¡¿Podrá Arnold pasar un fin de semana completo con Helga bajo las circunstancias sin llegar a ser increíblemente… reveladora… la situación –posiblemente para ambos?! ¿Por qué estoy preguntándoles a ustedes chicos cuando yo soy la que se supone está escribiendo el fanfic ?

Bueno, eso es porque estoy más que abierta a cualquier recomendación, ¡claro! Ya tengo una muy buena idea de lo que será el foco principal del siguiente capítulo; ¡Por favor R&R!

¡ArnoldXHelga por siempre!

Nota de la traductora: Recuerden que la autora (Azure129) pide que los reviews si gustan los puedan poner en la historia original, aún si los reviews están en español. Ella dice que sabe un poco de español y que le daría mucho gusto leerlos y saber lo que opinan de su historia.