Sujetos a una vida marcada por un cruel destino ajeno a sus propias voluntades, tres seres diferentes en forma de ser y de pensar, pero al mismo tiempo iguales, tienen en sus manos la decisión de vivir como lo ha estado haciendo, o tomar las riendas de sus destinos y crear un nuevo mundo para ellos, y para todo ser vivo conocido y por conocer.


Hola a todos lectores del fandom de Highschool DxD. Esta ocasión es algo especial para mí, ya que esta es una nueva historia que traigo de parte mía para todos ustedes. Lejos de ser una idea heredada de algún escritor del fandom, es un proyecto personal que he tenido en mente por ciertas ideas que tenia pensadas para "Lost Ragnarok" pero que por cuestiones de la trama, me es imposible agregar ahí, por ende, nació esta historia que espero sea del disfrute de ustedes. Así que sin más, les dejo con el prologo, esperando que sea de su agrado. Asi que, nos leemos al final.


PD: Como siempre, Highschool DxD no me pertenece, solo uso a sus chicas exuberantes para armar una historia que sea un poco más coherente que la LN.

PD2: Puede que Kuroka sea la protagonista acá, pero ella sigue en igualdad con Akeno y Rossweisse.


No llorar sino hasta el final.

"Tierra Destinada"


EL RUMBO HACIA EL AMANECER

PROLOGO

El destino, también llamado fátum, hado o sino es el poder sobrenatural inevitable e ineludible que, según se cree, guía la vida humana y la de cualquier ser a un fin no escogido, de forma necesaria y fatal, en forma opuesta a la del libre albedrío o libertad.

En muchas ocasiones, se cree que cuando un ser vivo recibe ese don tan especial, se le es designado desde el principio un camino fijo el cual debe seguir, un sendero inamovible, inerte, uno que no puede ser evitado, ignorado o simplemente evitado por el ser al cual se le ha designado. Esto se debe, a que es fácil ver como hay seres que alcanzan la gloria sin el más mínimo esfuerzo, mientras que otros, a pesar de depositar esfuerzos, sangre sudor y lagrimas, no alcanzan esa meta tan deseada. Lo más común, es que eso sea algo "destinado" algo que debe cumplirse lo quiera o no, cosa en las cuales muchos discrepan, ya que así como hay algunos seres pensantes del firme "destino", hay otros que no lo creen así, ya que ellos piensan en su propia forma, que uno es quien lo hace, quien decide como sea.

Curiosamente, tres seres vivos serán quienes poco a poco, comprenderán que entre ellos, hay algo más que solo destino. Que entre ellos, existe la posibilidad de un nuevo camino a seguir, y que solo depende de su propia decisión e iniciativa… el poder alcanzar ese futuro lleno de esperanza.

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La vida para el joven Issei Hyoudou era hasta cierto punto, común y corriente, como a la mayoría de los seres humanos le pasaba. Tenia dos padres algo excéntricos pero amorosos, un hogar y una vida estudiantil buena… en cierta manera. El único rasgo "negativo" en su forma de ser, era el hecho de ser un completo pervertido, cosa que originaba un odio algo curioso por parte de la población femenina del instituto donde el estudiaba, ganándose en el proceso, el mote de "Bestia Pervertida".

Una vida común y corriente… hasta ese dia donde conoció que las fantasias, no siempre se quedaban como eso.

Su temprana muerte, a manos de una jovencita que según su nombre, era Amano Yuuma, quien poco después revelo su verdadera identidad. Un ser denominado "Ángel Caído" cuyo nombre verdadero era Raynare, el cual ultimo al joven castaño, debido a que dentro de su interior residía uno de los trece más poderosos Sacred Gears existentes, denominados como "Longinus" y que significaban un potencial peligro para algún ser sobrenatural. El hubiera perecido en ese sitio de no ser por la intervención de un Demonio, tratándose de una joven de cabello rojizo semejante al tono de la sangre. Un ser sobrenatural, cuyo nombre era Rías Gremory.

El pensó que todo lo acontecido solo era un simple sueño, sin embargo, grande fue su sorpresa al saber que nada de lo que había acontecido era mentira o una pesadilla. En efecto, el había muerto por aquel ser sobrenatural, y por la intervención de dicha joven, había reencarnado, esta vez como un ser demoniaco.

Tenía que ser sincero, ya que le costó trabajo asimilar el hecho de que ya no era un humano, que había pasado a ser parte de la servidumbre de una joven de la más alta cata del inframundo. Pero él no le veía el lado malo, al contrario, se sentía agradecido por haber sido salvado de las garras de la muerte por parte de ella, su ama, esa joven que lo trataba con mucho cariño.

Sucesos tras sucesos acontecieron en los primeros meses de su vida como un ser reencarnado. Su encuentro con una monja exiliada llamada Asia Argento, su confrontación con Raynare quien revelo tener maquinaciones malévolas para con la rubia extranjera, y la consecuente muerte de la chica, sitio donde el revelo tener un gran potencial como un guerrero, superando y vengando la muerte de quien consideraba como su gran amiga, quien después, y a petición del chico, regreso a la vida como una nueva "Pieza" de Rías Gremory.

Volvió a pasar el tiempo, y con ello otro suceso de suma importancia llego a su vida. El compromiso de su amada Buchou, con un demonio de sangre pura, Raiser Phenex, el cual la reclamaba no como una prometida, sino más bien como un objeto muy valioso a ojos del chico castaño. No tardaron en surgir los problemas, dando como resultado un "Rating Game" donde se decidiría el destino de la joven heredera de la Casa Gremory.

Diez días de plazo, un duro entrenamiento y un juego donde lamentablemente, el equipo Gremory termino perdiendo, mostrándole de una forma algo cruel, lo duro y difícil que era vivir como un demonio encarnado. Pero eso no fue impedimento para que el, habiendo hecho un trato con el ser que residía dentro de la Boosted Gear, quien resulto ser uno de los Dragones Celestiales, el Emperador Rojo Ddraig, tomara la iniciativa y se marchara al inframundo, todo para retar de nueva cuenta a Raiser Phenex y devolverla a Rías Gremory, aquella libertad de la cual fue privada por un matrimonio el cual no tenía un futuro alentador.

Costo demasiado, realmente fue algo difícil, pero no imposible. Issei Hyoudou se alzo con la victoria, devolviéndole a su amada Buchou la libertad de escoger con quien ella deseara pasar la eternidad, además de regresarles la libertad al resto de sus compañeros de equipo. Satisfecho, el junto a Rías Gremory, partieron del inframundo para regresar a la ciudad de Kuoh, donde un nuevo futuro les auguraba a ellos dos, con un lazo aun más fuerte que el de un siervo a su ama. Sino el de dos chicos, que en secreto, se profesaban un cariño especial, que con el paso del tiempo, podría llegar a ser algo más fuerte.

Una imagen que se quedo grabada en la mente de cierta jovencita de cabello blanco y ojos ambarinos, que de forma inexpresiva, miraba a su Ama y a su pervertido compañero de batalla alejarse poco a poco, desapareciendo en el cielo.

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La noche había caído en la ciudad de Kuoh, y como era de esperarse todo sitio se encontraba en profundo silencio, debido a que era aproximadamente la una de la mañana. Todos ya estaban dentro de sus camas, profundamente dormidos bajo el ala protectora de Morfeo… todos excepto una persona.

La joven estudiante de la Academia de Kuoh, que obstentaba el mote de "Mascota" del sitio ya dicho, y que en realidad era una demonio reencarnada, de nombre Koneko Touhou, aun permanecia sentada en el borde de su cama, aun con ese vestido elegante el cual tuvo que usar forzosamente durante la fiesta de celebración de su Buchou con el arrogante heredero de la casa Phenex.

Si ella era un poco honesta con sus pensamientos, tenia que admitir que le causaba un miedo enorme, que Rias hubiera llegado a tener un futuro como esposa de Raiser Phenex. Mas alla del hecho de que no deseaba ver la vida arruinada de la joven pelirroja por las malas decisiones de sus padres, tenia un miedo profundo, a que ella de nueva cuenta fuera abandonada… en el peor de los casos, ya que en otra situación, podría haber sido intercambiada por otras "Piezas" las cuales fueran mas aptas para pertenecer al sequito de Rias Gremory.

Aunque… también estaba el hecho, de que podría haber terminado como una amante mas de Raiser Phenex.

No era secreto para nadie, que en el inframundo, los Demonios varones eran los que tenían mayor peso en la sociedad. Mas si se trataba del manejo y disposición de las piezas que conformaban los sequitos personales de los seres de sangre pura. Era por eso, que cuando dos Demonios de casta noble contraían matrimonio, el esposo tomaba control de la nobleza de su consorte, por ende, podia dispones y manejar a los sirvientes de la manera en que mejor creyera, sin que la mujer pudiera opinar al respecto.

Algo que se podia manejar como "Machismo", cosa que seguía vigente en el inframundo con matrimonios arreglados y la falta de voto por parte de las mujeres.

Fue por eso que, casi como una intervención de un ser de mayor poder, en cierto modo le lleno de alegría, el ver como el castaño pervertido amante de los pechos, intervino en ese festejo y logro devolverle no solo a Rias y a ella la libertad, sino también a Akeno Himejima, Kiba Yuuto y Asia Argento. Les había liderado de un yugo impuesto por los padres de su ama, y les dio una nueva oportunidad de vivir libres, obvio bajo el mandato de Rias Gremory, pero eso no importaba, ya que la pelirroja era muy conocida, por ser una Ama cariñosa, llena de amor a sus sirvientes y que lejos de considerarlos como esclavos, los tenia en cuenta como una parte mas de su familia.

Todo gracias a Issei Hyoudou.

Issei.

Ahora que lo pensaba, su trato con el chico no era nada bueno. Su odio por la perversión era algo claro, y teniendo a un chico cerca de ella, que llevaba el significado de la palabra "Pervertido" a un nivel mayor, no era algo que le agradara en lo mas minimo. Tambien estaba involucrado su manera de ser, callada, indiferente e inexpresiva ante cosas comunes y corrientes. Todo provocado por un pasado lleno de lagrimas, dolor y decepciones, que causaron en ella un drástico cambio en su manera de ser.

Uno muy lejos de lo que anteriormente fue.

-Cambio. – Fue lo que ella levemente susurro, al tener entre sus manos un trozo de la chaqueta del joven Sekiryuutei, misma que quedo hecha harapos después de su encarnizado combate. - ¿Es posible cambiar? ¿Uno puede ir contra lo que es algo fijo?

Ella realmente nunca se había hecho esa pregunta. Su vida solamente constaba en ir a la Academia, aparentar ser una chica común y corriente, asi como cumplir con sus obligaciones para con Rias Gremory. En eso constaba su vida dia a dia. Una rutina monótona, sin novedades… algo vacia en el parecer de cualquiera.

Pero Koneko preferia que fuera asi. ¿Por qué hacer el intento de transformar algo, cuando solo te espera dolor y tristeza en tu intento de cambiar? Su vida ya había sido un vorágine de momentos crudos y demasiado deprimentes, y parecia ser que una vida donde ella no mostrara sus miedos, sus sentimientos o lo que ella pensaba, era lo mejor para evitarse tantas cosas negativas.

Aunque… una infima parte de si misma, escondida en lo mas profundo de su ser, un pequeño reflejo de sus emociones vivas representadas en la forma de una niña de seis años, se imaginaba un futuro muy diferente, uno donde sus ilusiones infantiles se hacían realidad. Donde todo era perfecto, en el cual ella tenia lo que le fue arrebatado en su infancia. Una familia feliz.

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-¿Onee-Sama? ¿Qué pasa? – Preguntaba de forma confusa una pequeñita de seis años, que iba en las espaldas de una joven de cabello negro, ambas vestidas con unos abrigos para contrarrestrar el intenso frio que corria por los bosques donde la joven de edad mayor saltaba entre las ramas con una agilidad poco mas que sobresaliente.

-No es nada Shirone Nya~. – Susurraba de forma algo sombria la joven que parecia ser la hermana mayor de aquella niña, quien no dejaba de correr, como si estuviera huyendo de alguien… o algunos.

Pasaron los minutos que parecían ser horas por el silencion tan incomodo que se podia sentir, hasta que llego el momendo en que la joven pelinegra se detuvo frente a un árbol de un tallo muy grande, tanto que incluso, un pequeño hueco en la madera a modo de cueva se había formado.

La pequeña Shirone no entendía nada de lo que estaba pasando. Hace solo unas horas, ellas estaban en la mansión de aquel Demonio de sangre pura, al cual su hermana servia como un Alfil de su sequito personal, sin embargo, en un momento que ella ni siquiera imagino, su Onee-Sama la tomo entre sus brazos, la vistió con un pesado abrigo que cubria el atuendo de Maid que ambas vestían y salieron a toda prisa de la mansión donde ambas vivian.

Todo esto se hizo mas confuso cuando ella aflojo sus brazos, permitiendo que la pequeñita cayera al piso de pie, mientras que su hermana mayor solo miraba a lo lejos, sin siquiera voltear a mirarla.

Fue ahí, cuando sucedió algo que parecia ser sacado de una misma pesadilla.

-Tsk. No puedo hacerlo Nya~. Por mas que lo intento, de nada ha servido Nya~. – La voz de la pelinegra se oia con cierto fastidio, llenando de mas dudas a la pequeñita.

-¿Onee-Sama?

-¡Esto no tiene lógica Shirone! ¡Se supone que ambas somos hermanas, deberíamos de tener el mismo potencial! ¿¡Porque soy la única que ha mostrado ser buena en el manejo del Senjutsu!? – Seguia reclamando la pelinegra, sin tener en cuenta que su hermanita no entendía nada de lo que ella decía con cada palabra salida de su boca.

-¿Eh?

-No eres mas que una carga para mi Nya~. A este paso ellos me van a encontrar y eso no es bueno para mi Nya~. – Dijo mientras iba caminando poco a poco, marchandose de ese sitio sin ver que Shirone la seguía de forma lenta. – Shirone… ¿Qué estas haciendo Nya~?

-¿Onee-Sama? ¿A dónde vas? – Pero incluso antes de que pudiera decir otra palabra, un intenso dolor se apodero de su parte baja, todo provocado por el impacto que había recibido al ser empujada y tirada a la fría tierra… todo por acto de su hermana mayor.

-¿No lo entiendes Shirone Nya~? No necesito junto a mi a alguien quien no puede llevarme el ritmo Nya~. Yo soy un espíritu libre, alguien quien quiere hacer lo que le pegue la gana Nya~, no soy una niñera para estar cuidando de alguien tan infantil y debilucha Nya~

Estas palabras, poco a poco comenzaron a calar en lo mas profundo del corazón de la pequeña Shirone, quien sin moverse o decir algo, comenzó a derramar lagrimas de sus ojitos ambarinos, por lo cruel que sonaban esas palabras, mas aun, viniendo de su amada hermana mayor. La única familia que le quedaba después de la muerte de sus padres.

-Si te sigo llevando conmigo, solo te volveras una carga que no quiero tener Nya~, asi que es mejor que te quedes aquí Nya~. Quizas encuentres a alguien quien se interese por ti, porque yo… ya no soporto cuidar de alguien, ni escuchar a quien me quiera ordenar Nya~… como ese imbécil que acabo de matar Nya~

La manera en que la pelinegra lo decía, de forma risueña, despreocupada y simple, daba a entender que nada de lo que estaba diciendo le interesaba, todo para ella era algo sin sentido alguno. Algo pasajero de lo cual ella quería librarse para vivir a su modo.

-Adios Shirone Nya~. Espero encuentres alguien quien realmente te quiera Nya~. – Esto fue lo ultimo que dijo, antes de dar un gran salto y subir a una rama, mientras comenzaba a saltar entre los arboles del sitio… mientras escuchaba las palabras de Shirone… que poco a poco se iban haciendo mas silenciosas.

-¡Onee-Sama no te vayas, no me dejes! ¡No quiero estar sola! ¡Nee San! ¡Nee San!

¡KUROKA ONEE-SAN!

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-¡Ighck! – Un leve chillido broto de sus labios, seguido de levantarse un poco, dándose cuenta por medio de su visión algo borrosa, como todo se encontraba de forma tranquila y normal, tal como estaba antes de haberse ido a dormir. – Nyaaaaa~ Todo fue un sueño Nya~.

Tallandose un poco sus ojos, revelo que eran de un color ambarino, parte del físico de una joven de unos diecinueve años de edad, de cabello negro como el carbón, tez morena y que en esos momentos vestia un kimono negro algo revelador, ya que dejaba al descubierto sus piernas y era sujeto de la parte de arriba solo por sus pechos de un voluptuoso tamaño. Aun somnolienta, ella movio ligeramente las dos orejas de gato que estaban escondidas entre su cabello negro, asi como sus dos colas felinas que se movieron un poco.

Todo estaba tal como lo dejo hace unas cuantas horas. Un campamento improvisado en un bosque, usando un paramo desolado como centro de descanso, donde una fogata aun se mantenía encendida por los troncos que seguían ardiendo. Alrededor de la fogata, yacia un chico que vestia atuendos chinos junto a un baculo durmiendo de forma despatarrada mientras se rascaba el estomago, a un joven rubio vestido con un traje Armani color negro, el cual era abrazado por una chica menor también de cabello rubio, la cual usaba la capa que tenia para abrigarse ambos, dejando a un costado un sombrero de mago. Y por ultimo, un sujeto albino que vestia un uniforme escolar, que dormía cruzado de brazos, y que al parecer, era quien los dirigía.

Aquella chica pelinegra, cuyo nombre era Kuroka, parpadeo unos segundos, antes de soltar un gran bostezo y volver a acostarse en la manta que tenia debajo de ella, enroscándose para hallar la postura optima para descansar. Sin embargo, no pasaron ni cinco minutos, antes de que ella volviera a abrir los ojos, y mirar con sumo detenimiento a los dos rubios del grupo.

El joven se mantenía con una expresión seria, pero la chica parecia estar muy alegre al sentir el calor de el, quien era su hermano mayor debido al parentesco entre ambos. Ante esta postal, Kuroka solo los miraba de manera fija, mientras sus colas se movían y sus orejas daban unos ligeros movimientos, antes de que ella volviera a cerrar los ojos, haciendo que sus colas y orejas se calmaran.

Ese sueño que, había sido recurrente desde hace ya varios dias, le habían despertado en ella ciertas dudas que no había llegado a tener desde que se únio a ese grupo tan singular. De hecho, su vida había sido algo normal desde que paso a ser integrante y compañera de ellos, por lo que las preocupaciones eran algo sin sentido para ella.

Pero ese sueño tan recurrente… esa escena del pasado, le había creado en ella una pregunta a la cual siempre intentaba hallarle una respuesta, que lamentablemente jamás llegaba.

¿Habia sido lo correcto?

Tampco es como si realmente debiera hallarle respuesta a esa pregunta tan vaga. Por lo que ella sabia, Shirone había encontrando a alguien que evito su ejecución, con quien pudo armar una nueva vida sin preocupaciones y peligro. ¿Eso no era suficiente para que no hubiera algo de que preocuparse?

Pero algo dentro de ella, algo que se hacia mas y mas grande, aunque de forma muy lenta, le seguía recalcando esa pregunta que la comenzaba a fastidiar, aun cuando hubiera algo de cierto en esas palabras. Y eso se hacia mas grande, cuando al volver a caer dormida, algunas escenas que nunca ocurrieron, pero que parecían ser reales, aparecían de forma constante en si psique. Ella junto a Shirone abrazadas, riendo mientras compartían un helado, ambas viendo las estrellas del firmamento.

Viviendo felizmente como las hermanas que eran.

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-¡Esta vez lo hare, le demostrare a Buchou que puedo cumplir con el contrato! – Decia un entusiasmado Issei, quien a bordo de su bicicleta se dirigía a cumplir uno de los tantos contratos que debía cumplir, como parte de su obligación como parte del sequito de Rias Gremory. – Puede que si lo haga, esta vez Buchou me deje tocar sus hermosas Oppai.

Al decir esto, en el rostro del castaño se hacia presente una cara de idiota que dejaba escurrir saliva por la escena que se formaba en su perversa mente, mas que nada por estar fantaseando con los grandes pechos de la pelirroja.

No tardo mucho antes de que llegara a su destino. Un conjunto departamental donde vivía su contrante, el cual Issei solo esperaba que no fuera alguien como Mil-Tan o que fuera una chica que lo tachara de pervertido y gritara o lo sacara a patadas de su residencia.

-¡Buenas noches! – Dijo el castaño tocando a la puerta, recibiendo como respuesta un "Adelante" a lo cual, el entro al departamento, percatándose de que era un hogar común y corriente, y que su contratante, era un hombre joven de cabello negro largo a los hombros, de ojos violetas y que vestia de forma elegante, quien en esos momentos estaba viendo la televisión. – Hola, ¿Usted contrato los servicios del Clan Gremory?

-Vaya, es una sorpresa ver a un Demonio que no aparece dentro de un sello mágico. – Decia el hombre con una sonrisa algo burlona, cosa que avergonzó al castaño por su mal manejo de magia. – Descuida chico, en efecto, yo pedi los servicios del clan. ¿Quién eres?

-Eh. Bueno, soy Issei Hyoudou, sera un gusto cumplir con sus deseos. – Respondio el castaño, esperando que el no fuera un ser exentrico con lo que sea que fuese a pedir como deseo. - ¿En que puedo ayudarlo?

-Solo requiero compañía esta noche aburrida. Sabes soy un hombre muy ocupado en mi trabajo, lo cual me ha impedido hacer amistades en mi ambiente laboral, y a veces es bueno algo de compañía para poder charlar. – Respondio el sujeto, sacando un suspiro de alivio en el Sekiryuutei al saber que el no saldría con peticiones raras o de esa índole. – Adelante Issei, toma asiento y charlemos un rato.

Con algo mas de confianza en si mismo, el castaño tomo asiento en uno de los sofás individuales de departamento, mientras aceptaba una gaseosa en lata que su contratante le brindo amablemente. La charla fue algo amena, solo discutiendo de cosas sobre el trabajo por parte del hombre pelinegro, asi como de la vida escolar del castaño.

-Entonces Issei, ¿Tu eres un demonio reencarnado? – Le cuestiono el sujeto al saber que el castaño no era un demonio de sangre pura.

-Asi es señor. Vera, por circunstancias inesperadas, yo termine siendo reencarnado en un siervo del clan Gremory, bajo el mandato de mi Ama. – Respondio el chico, mientras le daba una bebida a su gaseosa.

-Entonces eso te vuelve un siervo. ¿No te molesta haberte convertido en uno de ellos? Digo, al haberte convertido en uno, por lógica pasas a jurarle fidelidad ante todo a tu señora. – Pregunto algo dudoso el sujeto, recibiendo una negativa de parte de Issei.

-Claro que no. Mi Ama es una gran persona, ella no me ve a mi o a mis demás amigos como siervos, sino como parte de su familia. – Dijo Issei mientras recordaba la forma de ser de Rias Gremory, la chica a la cual el salvo de su compromiso y quien estaba muy agradecida con el por haberle dado una nueva oportunidad. – Ella es amable, noble, cariñosa y una gran joven. No puedo estar mas que agradecido por poder servir a una persona como ella.

El contratante solo sonrio al ver la fidelidad tan grande que el le profesaba a su dueña. Algo bueno, considerando que según lo que sabia, la mayoría de demonios de sangre noble, no eran muy flexibles o tolerantes con sus siervos, a los cuales usualmente trataban de manera seria y recta, sin darles oportunidad a decir o pensar algo.

-Es bueno saber eso Issei. En fin, dejemos eso de lado y sigamos charlando un rato mas,que la noche aun es joven. – Exclamo el sujeto mientras abria una botella de vino, dispuesto a beber hasta mas no poder.

-Si… eh… yo… - Respondio Issei, titubeando al no saber el nombre de su contratante, cosa que noto el pelinegro quien rio levemente por lo despistado que era el chico.

-Tranquilo chico, eso era de esperarse ya que ni siquiera me presente. – Dijo mientras le extendia la mano al castaño a modo de saludo. Soy Zamakiel, es un gusto conocerte.

-El gusto es mio Zamakiel-San. – Respondio el castaño ya entrado en confianza, dejándose llevar por el momento, ya que la noche seria algo larga, y como parte del contrato, estaría sirviéndole al sujeto hasta donde el tiempo se lo permitiera.

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Tres seres diferentes, pero que al mismo tiempo eran iguales en un solo sentido. Las vidas de Issei Hyoudou, Koneko Touhou y Kuroka estaban destinadas a entrelazarse en un punto muy cercano. Las únicas dos preguntas a considerar eran las siguientes… ¿Cuál seria el motivo? ¿Y porque eran ellos tres?

Eso era algo… que muy pronto se sabria. Todo originado, por lo que precisamente era algo que se hacia presente en la vida de ellos tres.


rapido?Y asi termina el prologo. Como siempre, espero opiniones, felicitaciones, regaños, jitomatazos, amenazas de muerte y cosas asi. Nos vemos en el próximo episodio, cuídense y hasta pronto.

Asamiya Athena Deshita!

Con Cariño, Dark Zephir.