Y finalmente…

Y después de darle muchas vueltas esto fue lo que salió.

Disclaimer: Los personajes no me pertenecen. Le pertenecen a la gran Yoshiki Nakamura-sensei que me tiene con la tortura de tener que esperar todo un mes para ver el capítulo del manga cada vez más corto.

Pensamientos

Narraciones

- Conversaciones -


Epílogo: En Casa

En una habitación a oscuras, dos niños escuchaban atentamente a las palabras de su madre.

- Y entonces, el pirata secuestró el barco, y a la joven chica que viajaba en él - pero la narración se vio interrumpida por el azote de una puerta.

- ¡Mimori! - los tres presentes se sobresaltaron con la intrusión - ¿Quieres dejar de contarle esas historias a los niños?

- Creo que su padre está de mal humor otra vez.

- No estoy de mal humor, solo me gustaría que dejaras de pintarme como un pirata en tus historias de damisela en peligro.

- Pero si fui una damisela en peligro.

- Y yo te saqué de él, ¿recuerdas?

- Papá, cuéntanos entonces sobre la chica que te venció en los duelos de espadas

- ¿Mimori? – le preguntó el hombre.

- Ellos me lo sacaron.

- De acuerdo, les contaré, pero entra ocasión, ahora es tarde así que a dormir.

- ¡Papá! – protestaron los niños.

- Ahora.

La palabra de su padre era absoluta, así que, a regañadientes, los niños se fueron a dormir, dejando a los adultos solos.

- No tienes que ser tan duro con ellos, Sho. Y, además, tampoco es que haya mentido. El mismo pirata que me secuestró fue quien me rescató.

- Sin embargo, ellos no deben saberlo, por su propia seguridad, y la tuya también.

- ¿Quién me iba a decir que terminaría enamorándome de mi captor y que este resultaría ser un buen hombre?

- ¿Y quién me iba a decir a mí que iba a abandonar mi vida por ti?


- Cuéntanos mamá. Queremos saber que pasó.

- Bueno. No pasó mucho. Luego de que la chica se marchara de Tortuga tanto el pirata como su amiga dejaron de ser lúgubres. Con el tiempo, el joven chico que andaba con la amiga creció y ya no era un mocoso, se convirtió en un hombre, y ella ya no podía dar escusas. No pasó mucho hasta que ella se rindió a sus encantos. Pero la piratería es una actividad peligrosa, bastaron un par de ocasiones de peligro para que ambos se retiraran. Dejaron Tortuga y se fueron a vivir a algún lugar menos peligroso.

En cuanto al chico, poco después capturó un barco en el que viajaba una joven chica. La chica era caprichosa y mimada. Una insoportable niña rica, decía los tripulantes. Ambos discutían todo el tiempo, pero, aun así, se acostumbraron el uno a estar con el otro. Finalmente se dieron cuenta de que entre ellos había sentimientos, pero sus mundos eran totalmente diferentes. Él pagó el rescate de ella para que fuera libre, mas ella no se quiso marchar. Se quedó con él. Cuando él volvía de sus viajes podía notar como de aliviada se veía al verlo regresar a salvo. Después de mucho pensarlo, decidió dejar su vida de pirata a un lado y una noche, simplemente desaparecieron.

- ¿Y la capitana?

- Nadie volvió a saber de ella.

- ¿Nunca?

- No. No al menos, como capitana...


En Inglaterra celebraban el nacimiento del príncipe heredero. La reina María había dado a luz a su primer hijo y al ser este varón había un heredero para la corona.

Caminando por la calle, rodeada por el júbilo, se encontraba una duquesa que, aunque estaba feliz por el nuevo acontecimiento, no compartía la alegría del ambiente. Caminaba en un intento de contagiarse con la alegría, como otras tantas veces, pero no podía, después de todo, su hijo se había marchado hacía 10 años y no había escuchado nada de él.

Mientras iba por la calle, una niña pequeña chocó con ella.

- Perdón - dijo la niña.

- No pasa nada, pero ten más cuidado.

- Sí - la niña miró la duquesa, a la cual se estremeció cuando la vio. De cabello rubio, aunque de un tono algo oscuro, y ojos verdes, pero no cualquier verde. Ella reconocería esos ojos en donde fuera.

- Tú - Julie se vio interrumpida por la voz de un hombre.

- Umi, te he dicho que no corras - Julie se heló cuando lo vio. Un hombre de treinta años, apuesto, rubio, y con los mismos ojos verdes de la niña. Junto a él, una mujer un par de años más joven, hermosa, de cabello negro y ojos dorados, y con un peculiar bulto en el vientre.

- ¡Oh dios! - la pareja intercambió miradas y caminaron hacia Julie.

- He vuelto - dijo Kuon y Julie se echó a llorar en sus brazos.

La niña pequeña no entendía lo que pasaba.

- Ella es tu abuela Julie, Umi. Hace mucho tiempo que no la veíamos y está feliz de vernos de nuevo.

- Se tardaron – dijo Julie mientras se limpiaba las lágrimas.

- Deshacerse de una identidad y crear una nueva resultó más difícil de lo que pensamos. Y más si el cambio es de una pirata a una chica aristócrata.

Julie hizo su mejor esfuerzo por dejar de llorar, y se agachó hasta estar a la altura de Umi.

- Yo soy Julie. ¿Cómo te llamas pequeña?

- Umiko.

- ¿Umiko?

- Sí, porque mamá y papá se conocieron el mar*.

- Siento haber tardado tanto madre - le dijo Kuon junto a Kyoko y con a Umi en el centro.

- Bienvenidos a casa. Todos.

- Estamos en casa.

Fin.


*Umi significa mar en japonés, y ya sé que aquí no hay nada de Japón, pero me gustó el nombre.

Ahora sí. Se acabó. Me encantó está historia. Espero que ustedes hayan disfrutado leyéndola tanto como yo disfruté escribirla.

Muchas, muchísimas gracias a todos los que siguieron está historia, a los que le dieron favoritos, y a los que dejaron reviews, sobretodo los últimos, los cuáles me daban ánimos a seguir escribiendo. Un agradecimiento especial a PaulaGaTo y a skarllet northman, quienes me dejaron un review en casi cada capítulo. Muchísimas gracias. Y nos vemos en la próxima aventura.

1ra posibilidad: la continuación de Unidos por el destino.

2da posibilidad: La historia de sirenas que todavía no tiene nombre.

Aclaro que cuando vuelva con una historia está tendrá muchos capítulos escritos para que no pase que cuando me complique con algo de la escuela poder subir algo sin problemas. Lo que significa que me demoró en volver a subir algo, a no ser algún one-shot que se me ocurra en el camino.

Ahora sí me despido. No vemos por ahí.