Los personajes de J.K.R. no me pertenecen, yo sólo los tomo prestado, porque estoy muy, muy aburrida.

Advertencia: La siguiente historia esta situada en universo alterno y puede contener un poco de OoC. Es de género incesto, por lo que si no te gusta el tema, ya puedes cerrar la ventana.

I

Draco se encontraba en su recamara haciendo sus tareas, cuando su mamá tocó la puerta, asomó la cabeza y le dijo que saldría a acompañar a la vecina al hospital, ya que su hija estaba a punto de dar a luz. Que lo más probable es que se tardara en regresar y que si él podía estar al pendiente Hermione mientras tanto. Draco le contestó que sí y, luego de que su mamá cerrara nuevamente la puerta, sonrió con astucia al darse cuenta que ésta era su oportunidad para llevar a cabo lo que había estado planeando desde hace algunos días.

Draco era un adolescente común de 17 años, la etapa de la rebeldía del todo quemada, le gustaban las chicas, iba regularmente en las materias de la escuela y de cuando en cuando ayudaba a su mamá a estar al pendiente de Hermione, su hermana pequeña a la que le llevaba cuatro años. Pero Draco tenía un pequeño problema: No sabía besar. Algo realmente estúpido considerando que no era porque no le faltase candidatas, más bien se debía el hecho de que a él le daba miedo hacerlo mal y que, la chica con la que se besara por primera vez, lo fuera a regar por todo el colegio, causando así que ninguna otra quisiera besarlo después. Por lo que Draco se le metió una idea en la cabeza que, si era sincero con él mismo, tenia que reconocer que era bastante descabellada. Pero por más que pensó y pensó, no halló ninguna otra opción para ponerle fin a su problema, que no fuera otra más que la de idea de que fuese Hermione la que lo ayudara.

Draco no sabía todavía cómo le iba propone resto a su hermana, menos hacer que ella aceptara luego de que él se lo dijera, pero al menos tenía que intentarlo, puesto que estaba muy consciente que una oportunidad como esa no se le iba a presentar otra vez. No era común que él se quedara sólo con su hermana, ya que su mamá era ama de casa tiempo completo mientras que su papá trabajaba; por lo que Draco no quiso perder más tiempo, cerró su cuaderno y salió de su cuarto para buscar a Hermione. No tardó en encontrarla en la sala, frente al televisor, acostada boca abajo en el piso mientras jugaba Mortal Kombat.

Su hermana era rara, cualquier otra niña de su edad estaría jugando algo más femenino. En fin, qué mas daba lo que estuviera jugando, lo importante es que Draco se le acababa de ocurrir cómo haría para hacer que su hermana lo ayudara.

Hermione estaba tan concentrada en no dejar que su contrincante le ganara, que no se había dado cuenta que su hermano estaba parado detrás de ella.

Draco se le antojó asustarla. Y lo hizo.

—¡Aahhhh! —Gritó Hermione, dejando caer el control por el susto, lo que causó que perdiera con un fatality. Se puso boca arriba para ver al idiota de su hermano, que se desternillaba de la risa.

—¡Estúpido! —comenzó a golpearlo luego de levantarse—. ¡Hiciste que perdiera!

—No será que es que no sabes jugar. —Le dijo Draco, con burla, evitando en vano que ella lo siguiera golpeando. La condenada era chiquita, pero golpeaba bastante fuerte.

—¡Claro que sé, estúpido! Si perdí, fue porque tú me asustaste. —le dijo ella, irritada, propinandole una patada en la espinilla que lo hizo ver estrellas. Aún así Draco se mordió la lengua para no gritar cómo nena por el dolor. Eso sería contradecir lo que diría a continuación:

—Aceptalo, Hermione. Ése juego es para chicos, no para niñas debiluchas cómo tú, que ni siquiera has conseguido derribarme.

Hermione dejó de golpearlo, se llevó las manos a la cintura y sus ojos ambarinos brillaron desafiantes.

—Ah, sí. ¿Por qué no lo averiguamos? —propuso, señalando la consola por encima de su hombro.

¡Bingo! celebró Draco interiormente, disimulando una sonrisa de triunfo con una fingida expresión de desinterés.

—Olvidalo. No quiero verte llorar. —Y, para ponerle más realismo a sus palabras, amagó irse, pero tenía claramente entendido que ella no lo dejaría ir así no más: Hermione comenzó a llamarlo cobardica, mientras cacareaba cómo una gallina.

—Está bien —aceptó haciéndole creer que lo hacía para dejarle en claro que él no era ningún cobarde—. Pero hagamos esto más interesante. ¿De acuerdo?

—¿Qué propones? —preguntó Hermione, a la vez que sentaba con las piernas entrelazadas, y cambiaba la opción del juego de un usuario a dos, disponiéndose luego a elegir con quién jugaría. Alexander la imitó, sentándose al lado de ella mientras tomaba el otro control. Eligió rápidamente a Scorpion, ya que éste siempre había sido su favorito, y no pudo evitar rodar los ojos al ver que Sub Zero era el elegido por su hermana. Pero luego pensó que estaba bien, a su hermanita no le quedaría ninguno de los personaje femeninos, Hermione era demasiado simple en comparación. Fácilmente se le podría confundir con un chico al juzgar por la manera tan masculina en la que se vestía: pantalones, camisetas anchas y zapatos converse. Si no fuera por su larga cabellera castaña y encrespada, que acostumbraba a sujetar con dos colas, una a cada lado de su cabeza, estaba seguro que nadie se daría cuenta que era una niña.

—Quien gane tendrá que hacer lo que el otro quiera sin rechistar. —le dijo al fin, extendiéndole una de sus manos para cerrar el trato. Hermione le dedicó una sonrisa arrogante a la vez que asentía en acuerdo y estrechaba su mano, para luego soltarla y pulsar el botón de inicio.

El juego no tardó en comenzar, pero sí un poco en finalizar. El resultado fue el siguiente:

—No, no, no. ¡Noooo!

—¡Yes, yes, yes!

Hermione negaba constantemente en tanto movía la cabeza de lado a lado, viendo horrorizada y molesta, la cara de triunfo de su hermano a la vez que hacía un baile absurdamente ridículo, celebrando claramente la victoria.

—¡No puede ser! —exclamó, colérica deseando que su hermano dejara de restregarle su triunfo en la cara—. Hiciste trampa —lo acusó—. De otra manera no me puedes haber ganado. ¡Si tú ya ni siquiera juegas!

—Ningún trampa, hermanita —se defendió Draco, contento por haber sido él el ganador. Aunque tenía que reconocer que Hermione le dio buena pelea y casi le gana. Casi—. Y el que tenga tiempo sin jugar no quiere decir que me haya olvidado de cómo hacerlo.

Hermione no supo qué más decirle. Le costaba reconocerlo, pero, si algo ella no era, era mal perdedora. Aunque esta era la primera vez que perdía contra alguien de carne y hueso -la computadora no contaba-, y la verdad era que su hermano le había ganado limpiamente.

—Te dije que no quería verte llorar. —le dijo Draco, burlándose de ella todavía. Al menos había dejado de hacer ese estúpido baile.

—¿Quién llora, imbécil? —le dijo ella, parpadeando para reprimir las lágrimas. Cómo odiaba que le dieran ganas de llorar cuando estaba molesta. Y ahora lo estaba—. Escupelo ya: ¿Qué es lo que quieres?

La sonrisa que se dibujó en la cara de su hermano le causó un escalofrío. Él no le pediría algo cómo que le lavara la ropa por una semana -incluyendo la ropa interior-, ¿o sí?

Pero Hermione jamás se esperó que su hermano le pidiera lo que pidió a continuación:

—Quiero que me dejes besarte.

Al principio, Hermione pensó que el haber perdido por primera en su juego favorito, en el cual había invertido bastante tiempo para aprender cada combinación de teclas, para sacar cualquier poder de cada uno de los personajes, le afectó a tal punto de dejarla media sorda. De otra manera no podía explicarse el que Draco le hubiera dicho lo que le dijo. Supo luego que no se había quedado sorda, al ver que su hermano se le acercaba con intención clara de querer besarla.

—¡¿A caso te has vuelto loco?! —reaccionó justo a tiempo, empujándolo lejos de ella antes de que él tan siquiera tocara sus labios—. ¿Qué es lo que te pasa? —pasaban los segundos y su hermano no le respondía. Hermione abrió los ojos cómo platos comprendiendo equívocamente el porqué— Acaso tú... ¡No!. ¿Acaso tú estás enamorado de mí. —le preguntó lívida, sin querer creerlo.

Draco comenzó a reírse con verdaderas ganas, y Hermione no supo por qué, pero se irritó tanto, que sus mejillas volvieron a adquirir color.

—Y después dices que yo soy el loco, hermanita —Draco comenzó a decirle entre risa y risa—. De verás que ver tanto anime te está afectando el cerebro. ¿Cómo se te ocurre pensar que yo iba estar enamorado de ti?

—¿Entonces por qué quieres besarme? —escupió ella, volviendo a su estado de molestia. No sabía qué era, pero hubo algo en el tono que su hermano utilizó para decir esto, que le hizo hervir la sangre. Era como si él estuviera insinuado que nadie podría nunca enamorarse de ella

—A ti qué te importa —Draco dejó de reírse y le dijo a Hermione a la defensiva—. Tú sólo tienes que hacer lo que yo quiera porque perdiste. —ni loco le diría la verdad a su hermana, ella sería la que se burlaría de él después.

—Si no me dices no haré lo que me pides. Y no puedes obligarme porque sino se lo diré a mamá.

Draco se tensó y, por la expresión desafiante que se reflejaba en la cara de su hermana, supo que ella hablaba en serio. Suspiró derrotado y decidió que lo mejor sería que dejara el asunto así. Ya vería más adelante cómo haría para ponerle fin a su problema.

Lo que Draco ignoraba, era que su hermana ya le había picado el mosquito de la curiosidad.

¡Hola! Ok, iré directamente al grano, esta es la primera vez que adapto una de mis historias a este fandom (Que me encanta mucho, mucho). Estoy pasando por un momento de aburrimiento y lo estoy matando haciendo esto. Sin embargo, quisiera que me hicieran saber si les gusta y quieren que continúe adaptandola (la historia la seguiré escribiendo porque la estoy subiendo en otro sitio). Llevo cuatro capítulos más aparte de éste, y, si mis cuentas no me fallan sólo me quedan uno o dos para finalizarlo.

Bueno, espero que les haya gustado, disculpen alguna molestia y gracias por leer.