El Rayo Oscuro

No me pertenece Naruto ni ninguno de sus personajes y elementos.

Capitulo 1

La vida de los jinchuriki tiende a ser complicada y dura. Todo motivado al hecho de que la mayoría considera a aquellos seres como simples armas desechables o las mismísimas encarnaciones de los demonios que son encerrados en su interior. Sin embargo, ese no era el caso de los carceleros del poderoso Kyubi, el zorro de nueve colas.

Para los gemelos Uzumaki la vida estaba cubierta de rosas y laureles. Las dificultades de su encargo eran inexistentes debido a que eran los hijos consentidos de Minato Namikaze, el Cuarto Hokage de Konoha, y Kushina Uzumaki, la heredera del legendario clan Uzumaki.

El mayor de los hermanos era Menma, un calco de su padre con el mismo cabello rubio y puntiagudo que le caracterizaban y ojos purpura como los de su madre. Su condición de jinchuriki era evidente por las marcas zorrunas que cubrían sus mejillas y la expresión de malicia que solía mostrar su rostro.

La menor por unos segundos era Natsumi, quien tenía ojos azules como los de Minato y un cabello de igual largo y coloración al de su madre, es decir, rojo carmesí. Compartía las mismas marcas zorrunas de su hermano, pero su actitud era mucho más burlona y a veces parecía tender a la locura.

No obstante, ninguna de estas particulares personalidades era tomada en cuenta, pues ellos eran los salvadores de Konoha al mantener el Chakra del nefasto zorro bajo llave. Claro que para que unos fueran los héroes, tenía que existir un villano, alguien que representara todo lo contrario. Ese era Naruto, un niño cuya existencia fue maldita desde su nacimiento.

Ser el primogénito de Minato y Kushina no le salvo de recibir malas miradas antes de que tomara su primer aliento.

Algo en el pequeño hacia a los demás sentirse incómodos y temerosos con su presencia a pesar de que era una bebe como cualquier otro. Su padre le veía reacio a pesar de que tenía algunas muchas de sus características faciales como sus ojos azules. Su cabello era rojo y salvaje, pero incluso su propia madre se sentía mal con su hijo. Cosa por demás extraña, ya que el chico no había tomado ninguna de las características inusuales de sus hermanos.

En realidad no se podía juzgar mal a la pareja. Los recuerdos que rodeaban la concepción de Naruto eran borrosos y confusos, pero eso no es algo que vaya a platicarles. Los detalles me los reservo.

Lo único que deben saber es que Naruto apenas recibió atenciones durante su primer año de vida. Sus padres estaban más interesados en los retoños que vendrían en el futuro.

Esa es una de las precarias situaciones que suelen sufrir los hijos mayores, pero no es para engañarse. Aun no era lo peor que le pasaría al pequeño Naruto.

Sin siquiera necesitarse una intervención de mi mano, el destino decidió ser más cruel con el mocoso y se ocupo darle unos de los papeles más funestos y desfachatados que puede recibir un ser vivo. El de chivo expiatorio.

Evidentemente, el Kyubi no estaba a la intemperie antes del nacimiento de Menma y Natsumi. El estaban encerrado en Kushina, quien a diferencia de otros jinchuriki del mundo, había hecho un buen trabajo escondiendo su condición a la población de la aldea en que vivía.

Cuando llego el momento en donde la jaula del zorro era extremadamente vulnerable, el embarazo, la Uzumaki no se vio especialmente preocupada. Aun cuando el proceso de parto pone en mucha tensión al cuerpo de una jinchuriki, su clan era muy versado en el manejo del Fuinjutsu y confiaba en que su sello aguantaría el suceso.

De todas formas Minato puso a todos los Anbu posibles para vigilar el parto. El de Naruto, había transcurrido con total normalidad, pero no quería correr ningún riesgo con sus amados hijos.

De la misma forma que la vez anterior, el parto fue a pedir de boca. El sello mostro ser lo suficientemente fuerte para aguantar la concepción de unos "adorables" mellizos.

Sin embargo, fue a partir de allí cuando todo empezó a irse por la borda.

De la nada, un asaltante enmascarado ingreso a la sala de parto y secuestro a Kushina, usando a los recién nacidos como rehenes para distraer al veloz Hokage.

Las habilidades de este enemigo eran reseñables, ya que no solo lidio con los Anbu que custodiaban el área, sino que también libero al Kyubi de su prisión y lo arrojo en el medio de Konoha.

El caos y la destrucción se hicieron presentes rápidamente y gestaron lo que sería el día más oscuro de toda la aldea. Una visión que resulto incomoda para mí, ya que mi persona no era el causante de tan hermoso escenario.

Saltándonos todos los detalles triviales y aburridos, podemos llegar al punto en donde Minato logro vencer al enmascarado y subyugar al Kyubi. Fue allí donde el Hokage se vio en un gran aprieto. Su esposa no sobreviviría el resellado del Bijuu y no había a tiempo para buscar a otro candidato. Perder a la bestia no era una opción, así que debía tomar una decisión muy importante en poco tiempo.

Haciendo gala de su gran inteligencia y velocidad de compresión, el Namikaze entonces evoco la profecía de la que le había hablado su maestro. Una que hablaba sobre como un salvador llegaría al continente shinobi y estaría destinado a erradicar el odio de las personas, consiguiendo la admiración y respetó de todo el mundo.

El Hokage entonces tomo su decisión. El dividiría al Kyubi y lo sellaría en los gemelos con el fin de que consiguieran el poder necesario para cumplir la profecía.

Era arriesgado, sobre todo por el hecho de que se arriesgaba a que sus hijos recibirían todo el odio y miedo que Konoha había desarrollado hacia la bestia aquella noche. El estaría atado de manos, pues la única forma en que podía dividir al zorro le mataría.

Su esposa entonces intervino y le dijo que no se preocupara por ello, ya que la solución era sencilla. Si sellaban el alma de zorro en Naruto y le daban el poder a Menma y Natsumi, estos podrían crecer sin riesgo alguno y alcanzarían sus metas fácilmente.

El Namikaze sonrió ante la astuta propuesta de Kushina y entonces puso en marcha su plan. El Hokage uso el Sello Consumidor del Shinigami para convocar al dios de la muerte y sin dudarlo hizo saber su petición al etéreo ser.

Decir que la deidad no estaba asombrada por la proposición de la pareja, era decir una mentira, pero el Shinigami no quien para juzgar tal acto. Con tal de que se le pagara el precio por su invocación, el haría todo lo que estuviera en sus manos.

Sin embargo, un pajarito le hizo saber al Shinigami que Naruto no era alguien que estuviera en su jurisdicción y que pertenecía a sus planes, por lo que debía actuar un poco fuera de su papel. Al dios no le gusto que le dijeran que hacer, pero acepto en vista de que hablaba con un igual y que no le gustaba la proposición de su invocador.

Fue de foto la cara del Hokage y su esposa cuando vieron al Shinigami actuar por su cuenta, dividiendo y sellando al Kyubi solamente en los gemelos sin tomar en cuenta la presencia de Naruto.

La pareja pensó que en verdad el chico estaba maldito ya que la deidad no se atrevía a tratar con él. Lo único que evito que la garganta del rubio no fuera desgarrada por un kunai fueron dos hechos. Primero, Minato salió indemne de la invocación del Shinigami, cosa que estaba lejos de ser buena, debido a que aumento mucho el ego del hombre e hizo que se sintiera especialmente sagaz esa noche. Segundo, aun necesitaban alguien que cargara con el odio hacia el Kyubi.

Siendo que el pelirrojo ya despertaba la suspicacia en sus conocidos, ellos no dudaron en mentir y decir que él en verdad retenía el alma del zorro. Como cualquier rebaño de ovejas, Konoha se trago la mentira, la cual dio comienzo a una campaña de odio y desprecio hacia el inocente Naruto.

Kushina y Minato ayudaron bastante al hecho al hacer que su primogénito fuera un huérfano cualquiera, pues se deslindaron por completo de él. En realidad eran pocos los que sabían que el pelirrojo era hijo del par, por lo que nadie pudo intervenir en los contantes maltratos que el niño sufrió durante su infancia temprana.

No obstante, a pesar de los hechos Naruto creció como un niño que recibía a todos con una radiante sonrisa y les desea lo mejor a los demás, algo que me resulta sumamente desagradable. El también tomo para sí el deseo de volverse Hokage, para de esa forma ser alguien amado y respetado por todos en la aldea, cosa que era especialmente hilarante, pues esa una de las figuras culpables tras sus desdichas.

Dicha fantasía había nacido del hecho de que el nombre del Hokage estaba en boca de todos y que incluso un niño de 5 años podía llegar a la conclusión de que esa era una figura importante si veía el ostentoso monte Hokage que adornaba Konoha.

Pero como todos los sueños humanos, este se hacía inalcanzable por la mera existencia de otras personas, quienes la mayor parte de tiempo se la pasan nutriéndose con el mal y sufrimiento ajeno. Por esto fue que Naruto sufrió un infierno el día en que cumplió míseros 6 años.

Un aldeano caminaba con toda tranquilidad cuando escucho por casualidad el sueño del niño, quien lo decía con toda seguridad y orgullo a sus compañeros del orfanato. Asqueado y furibundo por tal idea, el aldeano se lo notifico a cuantos civiles y shinobi pudo.

El Hokage no se preocupo ni un poco cuando una noche escucho que su aldea estaba cazando a su primogénito, es más le pidió a su mejor Anbu que velara por qué ese día fuera el último del muchacho. Su familia era muy feliz con su vida actual y no quería que ese incordio la arruinara en el futuro.

No es necesario hablar sobre toda la barbarie que ocurrió aquella noche del 10 de octubre, ya que de todas formas las cicatrices que quedaron sobre el cuerpo de Naruto contaban una historia que él nunca olvidaría.

El pelirrojo fue dejado a su suerte en el Bosque de la Muerte, donde las profundas heridas en su pecho y espalda provocado que el chico muriera desangrado o devorado por las bestias atraídas por su sangre. Como cereza al pastel, los perpetradores decidieron que sería divertido que el demonio pasara sus últimos momentos en total oscuridad, por lo que dañaron irremediablemente sus azules ojos, que aun mostraban inocencia al momento de apagarse para siempre. Esto fue orquestado por el Anbu del Hokage que se encargo de usar su técnica estrella, el Raikiri, para comenzar el acto.

Cuando encontré al mocoso esa noche, el parecía que se desvanecería en cualquier momento y a pesar de mi historia con sus parientes, no disfrute de la escena. No podía quedarme de brazos cruzados y ver como mi inversión se perdía, por lo que intervine de nuevo en su historia para asegurarme de que cumpliera correctamente el papel que tenía destinado para su persona.

Su cuerpo y espíritu eran fuertes, por lo que aguanto lo suficiente para que la mejor doctora de la aldea hiciera valer su nombre. Tsunade no era alguien que ayudaría al mocoso por las buenas, pero no fue un problema "convencerla" para que le curara y hacer que olvidara el incidente.

Dejarlo de nuevo en las manos de Konoha era un riesgo ridículo, así que lo acogí en la familia donde me ocultaba, no de forma pública, pero si del conocimiento de las personas con las que residía.

Me encargue de bloquear esa extraña intimidación que poseía el mocoso para mantener su presencia oculta, por lo que su madre sustituta, Mikoto Uchiha, no tuvo problemas para lidiar con él y ofrecer de los cuidados que nunca tuvo. Pude haberlo hecho antes, pero necesitaba que el chico sintiera todo el desprecio y dureza que ofrecían los humanos. Solo hice mi excepción con Mikoto, debido al hecho de que ella fue la portadora de la niña a quien puedo llamar hija.

Su nombre era Satsuki Uchiha, ya que ponerle mi apellido era desacertado y de por si nadie se enorgullecerse llevándolo. Se trataba de una niña de cabellos y ojos negros que poseía la belleza de madre y una mirada con mi pericia. No era algo que estuviera en mis planes, pero admito que fue satisfactorio ver crecer a alguien que me tiene genuino aprecio y que no planea asesinarme cuando me dé la espalda.

Considero que fue oportuno el que fuese una niña. Mis hijos varones han demostrado ser muy inestables y poco confiables. Además el afecto que ella le tiene Naruto puede usarse a mi favor en el futuro.

Para evitar que se viera envuelta en sospechas e inconvenientes, resolví que lo mejor era bloquear la mayoría de los poderes de Satsuki hasta su adolescencia. Lo mismo hice para el otro mocoso, ya que no quiero que crezca como un bruto cualquiera. La mente y la habilidad debe ser la mayor arma con la que cuente ambos.

Hablando de inteligencia, tengo que mencionar que han sido 6 años los que he posado como Fugaku Uchiha y la única persona que duda de mí, es el primogénito de dicho hombre. Itachi Uchiha, quien es uno de los pocos que pueden probar lo que decía mi seudo-padre sobre los humanos. Aunque hurgando en los recuerdos de su madre, he llegado a la conclusión de que el ya tenía resentimientos con su verdadero progenitor.

Aquella desconfianza no evito que aceptara a Naruto como a un hermano menor y le cuidara como a uno. Algo necesario para reforzar la confianza que debía tenerme Naruto.

Para eso mismo le otorgue la característica que hacia grande a su familia adoptiva. El Sharingan. Igual no podía dejarle ciego, así que era un paso estrictamente necesario.

Me cuesta creer que unos simples ojos mortales tengan un poder que algunos consideran divino, pero lo cierto es que fue relativamente fácil conseguir un par en las bóvedas del complejo Uchiha y trasplantárselos al mocoso, quien recibió con mucha alegría el don de la vista.

Dicen que los doujutsu siempre permanecen activos cuando se obtiene mediante trasplante, pero no me costó nada hacer que el chico obtuviera el control sobre su activación que tenían otros miembros del clan.

Si bien hubiera preferido que las cicatrices del mocoso fueran permanentes, su ascendencia hizo efecto y con el transcurso del tiempo se curaron la mayoría de los recordatorios que tenía el chico de su noche más fatídica. Lo único que quedo fue una cicatriz sobre el ojo derecho, la cual tenía irónicamente tenía una forma parecida a la de de un rayo.

A los 8 años el mocoso ya no tenía la actitud infantil que antes le caracterizaba, pero aun tenía un halo de ingenuidad sobre el mundo que le rodeaba, el cual era reforzado por el hecho de que vivía con una familia que le proveía con el cariño que nunca conto.

Por eso vi propio que sucediera un evento que reformara su carácter y entendiera quienes eran sus enemigos, para que además tuviera una meta por la que volverse fuerte.

Antes de que ejecutara el plan que tenía entre manos, una tal Tsukihime contacto conmigo. Ella estaba al tanto de mi verdadera identidad e intenciones, pero sorprendentemente está de acuerdo con estas. Me dijo que había hecho bastante por el chico y que por ello me tenía confianza. Claramente no sabe todo sobre mi persona, pero igual acepte la oferta que me ofreció, ya que beneficiaba enormemente lo que planeaba para Naruto y Satsuki.

Un día cualquiera, "alguien" le hizo saber al orgulloso Minato que su primogénito seguía con vida y que residía en el complejo Uchiha. Ya todos los Hokage de la aldea habían tenido sus riñas con ese clan, por lo que el Namikaze, quien había "vencido" a la muerte, decidió que él sería el que le pondría fin a esa molestia.

No eran usuales los conflictos internos en las grandes aldeas ninja, pero fueron pocos los que se opusieron a las intenciones del Hokage. Muchos estaban hartos de la pomposidad de los Uchiha y consideran que era una buena idea quitarles del camino, específicamente los Hyuga.

Los detalles sobre la caída Uchiha tampoco es algo sobre lo que me importe platicar, lo único que puedo decir es que solo hubieron tres sobrevivientes al evento: Itachi Uchiha, a quien le encargue la importante tarea de proteger a sus hermanos. Satsuki Uchiha, ya que no iba repetir los mismos errores de mis padres. Y por supuesto, Naruto quien era la pieza maestra de todo mi plan.

Fue una verdadera pena dejar ir a Mikoto, pero era un mal necesario. Sobre todo cuando eso significo darle más poder a los jóvenes, quienes recibieron el Mangekyo Sharingan, una evolución del doujutsu original obtenida por el odio que despierta la persona tras la pérdida de un ser querido. Un pequeño recordatorio del porque elegí a los Uchiha como cobertura de mis pasos. Ellos sabían que solo a través de la rabia y el ardor de la venganza se podía conseguir el verdadero poder.

Ellos piensan que Fugaku también murió en el incidente y eso está bien, debido a que temo que lo que me trajo a este mundo, ya me está reclamando.

No importa. Ya monte las bases de mi obra y luego puedo ocuparme de volver para recogerla.

Naruto y Satsuki fueron llevados a Uzu por Itachi, quien luego siguió su camino de forma independiente. No estoy seguro de que hará, pero lo más probable es que se cruce con el enmascarado que ataco Konoha en un principio. Ese sujeto no es alguien de mi interés, así que no le di mi atención.

Confió en que Tsukihime cumpla su parte y se lleve a los más jóvenes a un lugar donde desarrollen grandes habilidades. Solo espero que Satsuki encuentre su camino a la magia, pues otras artes serian insulsas para ella. Para Naruto, todo es válido con tal que pueda acabar con su progenitor.

Si se preguntan porque les hablo de forma tan abierta sobre todas mis artimañas, la respuesta es muy sencilla. Me resulta muy divertido que sepan que está por venir y que se den cuenta que no pueden hacer nada por evitarlo.