Valentía

Era un día como cualquier otro, un día más en donde él y ella se reunían. Hacía ya un tiempo él se había decido a decirle la verdad, sin juegos ni bromas, a ponerse serio un momento y decirle lo que en verdad sentía, pero desde esa ocasión en que se había propuesto confesarse había fracasado en cada intento. Siempre había algo que lo detenía, al inicio de aquellos encuentros siempre el enemigo era la prioridad y al terminarlos, el tiempo de sus amuletos era restringido y tenían que separarse demasiado rápido. Ese día él había encontrado una solución.

Tras finalizar la batalla; tras reunirse y saludarse chocando los puños como siempre; tras verse a los ojos, Chat al fin pudo encontrar la forma de decirle a Labybug lo que sentía.

-Necesito decirle algo importante, mi Lady- dijo en el tono más serio que le permitía la personalidad carismática que adoptada al estar transformado en Chat Noir.

-No puedo Chat, me quedan menos de 2 minutos de transformación- contesto ella.

- Lo sé, pero realmente es algo importante… ¿Podrías regresar?, ¿Alimentar a tu kwami y volver aquí?

-¿Es tan importante?

-Por favor- suplico con los ojos.

-Ok ¿en una hora está bien?- Dijo la chica tras un suspiro

- Perfecto. Gracias my Lady.


Tras separarse de Plagg, Adrien se paró frente al espejo de su baño y se miró a sí mismo a los ojos. Tenía menos de una hora para serenarse y ordenar en su mente las palabras que diría. Como Chat Noir la confianza lo embargaba y todo el miedo se desvanecía, pero al regresar a su forma real, al ver en el espejo reflejado cada fallo e inseguridad, sus temores se hacían casi tangibles y asfixiantes.

Marinette se encontraba cerca de ahí; sentada bajo un árbol que le proporcionaba sombra en un pequeño sector residencial de París. Mientras el tiempo pasaba, la chica miraba serenamente como Tikki comía dentro de su escondite y recuperaba fuerzas para regresar a darle la forma de Ladybug.

-¿Qué crees que quiera decirme?- preguntaba a su pequeña amiga moteada mientras jugaba con la correa de la pequeña cartera rosada que colgaba de su hombro derecho y albergaba a criatura.

-No lo sé, ¿Qué fue exactamente lo que dijo? – Contesto sin dejar de comer.

-Nada en realidad – dijo la chica, mientras soltaba la correa y miraba al cielo- solo que quería hablar. Es raro en él hablarme en ese tono de voz.

- ¿A qué te refieres?- dijo la pequeña criatura terminando de comer sus galletas.

-Estaba serio, me miro a los ojos y me lo pidió como si realmente lo necesitara.

-Quizás si lo necesita.

- Si…. Quizás.- se puso de pie sin dejar de mirar las nubes que se deslizaban lentamente en el cielo- Apresúrate, tenemos que irnos.

Al regresar al lugar de encuentro, Ladybug no encontró a nadie, solo un par de personas que caminaban lentamente por el parque donde se había llevado a cabo la batalla hace una hora, pero él no estaba en ninguna parte. Tras unos minutos de inspeccionar el lugar pudo verlo, sentado en la azotea de un antiguo edificio a pocos metros de ahí, viéndola con una sonrisa en los labios.

-¿Pensabas dejarme ahí buscándote eternamente?- Dijo la chica en un tono divertido al alcanzar su altura usando su arma- ya pensaba irme.

-Solo disfrutaba el verte buscándome, no es algo que pase muy a menudo- dijo él en voz baja.

-¿Qué pasa? ¿Estás bien? – Preguntó inquieta mientras se sentaba a su lado.

-Solo quiero hablarte- respondió sin mirarla- desde hace tiempo he querido decirte esto, pero siempre hay algo que me detiene.

El crepúsculo comenzaba a caer sobre ellos, las nubes se movían lentamente formando figuras irregulares y entregando hermosas tonalidades rosadas al cielo.

-Te quiero Labybug- Confesó – Mucho más de lo que puedo expresarte entre bromas y miradas furtivas. Mucho más de lo que yo mismo llegue a pensar que te querría y mucho más de lo que tú probablemente llegues a creerme.

Sin saber que decir, la muchacha lo miraba con expresión sorprendida, con los ojos abiertos y un tono rojizo en las mejillas.

-Siento que si no te lo decía de esta forma, jamás notarias que detrás de todas esas bromas, hay un sentimiento real hacia ti- dijo mientras suavizaba la mirada y finalmente movía sus ojos hacia los de ella.

-No… no sé qué decir- contesto ella con la voz entre cortaba y bajando la mirada- de cierta forma siempre lo supe, solo pensé que tomabas esa actitud desinhibida con todo el mundo.

-No, en realidad no- dijo guiando la mirada de regreso cielo.

Hubo un minuto tenso entre ellos. Tras meses de convivir, tras decenas de batallas en donde habían confiado la vida el uno en el otro, tras cientos de miradas cómplices y de sentirse completamente un equipo, reinaba entre ellos el silencio.

-Lo siento Chat, pero hay alguien de quien yo estoy enamorada- respondió al fin Ladybug mirando con el rabillo del ojo a su compañero, el cual sin mover ni un musculo de su cuerpo y sin variar un poco la mirada… sonrió.

-También… Lo sabía- dijo con una sonrisa sincera- es imposible que una chica como tú no tenga a alguien a su lado.

-No es lo que crees- comento uniéndose a la sonrisa del rubio- ni siquiera sabe lo que siento por él.

-¿Por qué? – pregunto devolviendo la mirada a ella.

-Porque bajo la máscara soy una persona muy torpe, muy inmadura y tímida. Me siento temerosa a ser rechazada y arruinar lo que tengo con él.- contesto casi sin pensarlo- aunque… en realidad nuestra relación es casi inexistente. Es un chico de mi colegio y aun así casi no tengo el valor de hablarle, lo veo a diario y casi nunca puedo acercarme sin hacer algún destrozo o ponerme en ridículo. –finalizo apenada de sí misma.

-Díselo.- dijo levantando las manos al cielo en un gesto de estirarse como un gato- no sabes lo liberador que es. – termino el movimiento cayendo sobre su espalda sin despegar su mirada del cielo.

La chica le devolvió una mirada curiosa, comprendiendo que el acto que él había realizado hace unos minutos contrastaba con todos los argumentos que ella había dado a su favor.

-Además- continuo- puedo apostar que la chica que hay detrás de la máscara es valiente, fuerte, decidida y hermosa… porque eres tú. -finalizo con su sonrisa llena de ternura.

Sintiéndose una tonta, Marinette se estremeció dentro del traje de Ladybugg.

-Bien, me tengo que ir- dijo finalmente Chat poniéndose de pie- te dejo que regreses a casa; gracias por darme la oportunidad de ser sincero contigo.

Dio la espalda a la chica y se detuvo antes de comenzar a caminar.

-¿Me dirías su nombre?-pregunto sin voltear a verla.

-¿Qué?- pregunto ella sorprendida.

-Tranquila, no hare nada- respondió mientras se volteaba sonriendo- es solo curiosidad. Me gustaría saber el nombre del chico que se ganó tu corazón.

-…- tras un momento de mirar a su compañero a los ojos, y luego de sentir una ternura que le invadió todo el cuerpo- …Adrien - dijo finalmente- …. Su nombre es Adrien.

A.