¡Hoooola! Despues de dos semana (o mas?) de a ver prometido mi cap extra aqui se los traigo xD la verdad estuvo unas semanas de locos con un trabajo, haciendo un cosplay de Ladybug y demas jaja pero finalmente aqui y esta y espero les gute :'3 Tendra mas o menos la interaccion de los familiares y amigos al enterarse y como pasaron Marinette y Adrien con el embarazo de los mezillos... Sera un capitulo muy divertido xD

Mil gracias por sus reviews, todos me llegaron al kokoro de verdad TwT

Aqui la contestacion a todos:

-angel-demoniaca: jaja gracias, y la verdad es que si tengo planeada otras historias :3 -nagora: Chat es muy ardiente ¬w¬ -Elbakheel: un poco de drama siempre es bueno no? xD -Cristyliny: de verdad la forma en que enumeraste las felicitaciones me llego el corazon, se aprecia mucho :'3 -Ali. Agreste: aguante al Marichat y Andrinette(?) jaja y no te preocupes habra mas historias zaboshas jo jo jo -sonrais777: de solo pensar luchar estando embarazada a cualquiera le daria algo no? xD -tsubasa23: aqui tienes a Abu Gabriel jajaja -Zussi: gracias! aqui el cap de regalo x3 -sadie k: gracias por unirte a mi pag de face :3 -Milanh: gracias a ti por darle una oportunidad a mi ffc :'3 -Ying Fa Malfoy de Potter: y aqui hay mas :D

Que disfrusten el final a pesar que resumi como el diablo nuevamente jaja

¡Muchas gracias y Saludos!


Capitulo Extra

"Un final para recordar"

Muy bien, era ahora o nunca…

—¿Estas bien Chaton?

No, definitivamente no estaba bien.

Adrien trago hondo mientras se mentalizaba una y otra vez. Vamos, él era un súper héroe la mayor parte del tiempo, había tenido innumerables batallas con los Akumas, su destreza felina no tenía igual.

—No te lo puedo creer, pareces una niña asustada—dijo el Kwami negro en un tono de burla—Solo son sus padres chico, no un Akuma de diez metros.

Plagg tenía razón, era un cobarde.

La suave risa de Marinette lo trajo a la realidad, no se había dado cuenta que se había quedado mirando fijamente y con una expresión más parecida al pánico desde el momento en que se habían detenido finalmente en la famosa panadería de los padres de la chica.

—Vamos Adrien, no es para tanto-murmuro con cariño tomando su mano entre las suyas.

¿Qué no era para tanto? ¡Ja! Claro si fuera tan fácil…

Ella intento en vano jalar al joven hacia el interior de la tienda, pero el permanecía inmóvil sin moverse ni un centímetro y la ojiazul no pudo evitar sonreír con malicia—¿Que sucede Kitty?—estaba secretamente divertida por la reacción de su pareja— Mis padres no te harán nada malo, te adoran—comenzó a decir con una expresión de pura inocencia.

Adrien rio con nerviosismo— Cabe recordar que tu padre es un gigantón que intimida bastante princess, y que su hija este de repente embarazada y comprometida asegura que yo no saldré muy bien parado de esto.

—Tienes miedo—aseguro ella con una ceja arqueada.

—¿Yo? ¿El gran Chat Noir con miedo? Que va, te estas equivocando de persona Bugaboo—dijo con la barbilla erguida y una pose muy altanera.

—Vamos ¿A quién tratas de engañar?—pregunto con una risilla.

—No, princess yo…

—Tienes miedo—volvió a repetir ahora mirándolo con ambas cejas alzadas y una gran sonrisa.

El suspiro derrotado—Bueno si un poquito—susurro con un ligero mohín en sus labios.

Marinette exploto en carcajadas ocasionando que el rubio se sonrojara y desviara la mirada.

A veces su chica podría ser bastante cruel…

Y no ayudaba que los Kwamis ocultos que acompañaran a la chica en su diversión con sus pequeñas risillas, podían escucharse claramente desde sus escondites.

Simplemente perfecto, ahora todo el mundo se estaba burlando de él.

La pelinegra le dio un sonoro beso en su mejilla caliente—Vamos, te aseguro que todo saldrá bien para todos.

El procuro que no se le notara que casi estaba hiperventilando de los nervios. Nunca pudo imaginar que desde que hablaron de visitarlos una semana después de que la propuesta fuera oficial; que tendría pánico de encarar a los Dupain-Cheng. Presentarse así de la nada diciendo que era el prometido y futuro padre de mellizos lo dejaba ansioso y rezando para salir ileso para ver a sus pequeños crecer.

Con una sonrisa sin igual; Marinette empujo poco a poco a su prometido al interior de la panadería, donde la campanilla de la puerta anuncio su llegada.

O como en la mente de Adrien imaginaba; la campana hacia la muerte misma.

La primera el recibirlos con alegría fue Sabine, que casi salta de alegría al ver a su pequeña; que la abrazo con amor y brindándole muchos besos. La ojiazul compartió la felicidad de su madre correspondiendo a sus mimos, al mismo tiempo que veía de reojo a Adrien que estaba recto como un palo.

Sabine se separó de Marinette, dándose cuenta que no estaban solas y observo al joven de arriba abajo como una estricta inspección, para luego sonreír complacida.

—Oh Adrien tanto tiempo, mira que guapo estas.

—H-Hola señora Dupain un gusto de verla de nuevo—Hablo atropelladamente. Desastroso para la buena impresión que quería dar, Marinette parecía a punto de estallar nuevamente en carcajadas.

—Mama quería preguntarte si podrías llevar a Papa a la sala, quisiera darles una pequeña noticia—comento la chica con una gran sonrisa.

Los ojos grises de la madre asiática brillaron con emoción y sabiduría, pero en ningún momento cambio su amable expresión tranquila— Claro cariño, ahora mismo llevo a tu padre, debe estar horneando, cerraremos un momento la tienda y subimos.

Marinette asintió y seguida de Adrien; subieron a la sala de estar de su antigua vivienda. Donde por fin solos, el rubio comenzó a dar vueltas de aquí para allá, la pelinegra solo podía verlo con diversión.

—Tu mama lo sabe Marinette—dijo nervioso—Oh dios, lo vi en su mirada—se pasó una mano por su cabello alborotándolo un poco.

Ella simplemente se encogió de hombros—Puede ser, es una madre al fin y al cabo, me extraña que no sepa que yo soy Ladybug, pero papa no lo n… ¡Adrien!

La chica se lanzó a sujetar el cuello de la camisa de su compañero, el muchacho intentaba en vano salir por la ventana abierta.

—¡Suéltame! ¡Déjame probar ser un gato volador!

—¡Kitty no seas dramático! ¡Mi padre no te hará nada!—dijo entre seria y conteniendo una sonrisa.

—Nuestros Catbugs se quedaran solos sin su padre My lady—se aferró como un gato al marco de madera.

—Lo harán si sigues comportándote así y no será por mi padre—amenazo con una sonrisa maligna.

Adrien trago hondo ante la advertencia y suspiro derrotado, dejando a regañadientes de intentar "escabullirse" por la ventana, el observo por última vez el paisaje de Paris despidiéndose de su libertad y seguridad.

Giro para encarar a su princess y con una expresión más serena llevo su mano a la parte trasera de su cuello—Esta bien, perdóname por mi comportamiento tan Chat, a veces se me sale—se disculpó con una sonrisa ladina y un poco nerviosa.

Marinette puso los ojos en blanco— Gracias a dios que solo lo haces cuando estamos solos o medio Paris sabría que eres ese gato tonto—luego volvió a sonreír—Pero así te amo, aunque a veces se te suba el ego gatuno a la cabeza.

El mínimo sonrió con ternura y cariño hacia la chica que lo traía loco, su mundo cada vez mejoraba cada día con ella a su lado —Eres simplemente estupenda Marinette—dijo tomando suavemente su mano para atraerla hacia él y comenzar a guiar su boca a los labios apetecibles de ella.

Hasta que el sonido de la puerta abriéndose ocasiono que Adrien prácticamente saltara hacia el otro lado de la habitación con el corazón queriendo salir salvajemente de su pecho. Marinette llevo una de sus manos a los labios para ahogar y disimular una risilla.

Tom se acercó con mucho entusiasmo y con su expresión iluminada a su hija; que la abrazo con el mismo amor que había hecho su madre anteriormente.

—Pero mírate Marinette mi pequeñita, estas radiante.

Antes de que la chica comentara la presencia de Adrien; el susodicho ya estaba a su lado. Ella estaba impresionada, al principio creía que el rubio se escondería tras el sofá… bueno aun en los ojos de Adrien se podía adivinar el miedo latente, por lo menos se estaba haciendo el valiente.

Al notarlo, Tom lo observo tan detenidamente como lo había hecho Sabine, el pobre chico trato de no encogerse ante el porte intimidante del señor Dupain, solo respiro hondo y tomo una postura profesional.

—Señor Dupain, me alegro de poder visitarlos nuevamente después de tanto tiempo—dijo con una sonrisa radiante, casi podría darse una palmadita en el hombro así mismo por lo convincente que sonaba.

Tom sonrió y le tendió la mano muy amistosamente—Adrien que maravilla que estés aquí, sabes que siempre serás bien recibido a comer lo que desees.

Los ojos esmeraldas brillaron ante el ofrecimiento, él podría ser un gran cocinero, pero nada se podía comparar con las exquisiteces que esa panadería ofrecía a sus clientes.

Marinette notando el rumbo de los pensamientos del joven; se colgó de su brazo, no iba a esperar que él y su padre comenzaran una extensa charla de cocina y demás. Entrelazo sus dedos con los de su gatito bajo la atenta mirada de sus padres.

—Papa, mama Adrien y yo estamos comprometidos.

El rubio sonrió algo apenado y sus mejillas ligeramente ruborizadas como las de Marinette.

Al principio los Dupain se quedaron en un mortal silencio, viendo intercaladamente a su hija, a Adrien y finalmente al anillo de plata que adornaba sus dedos. Hasta que finalmente se observaron entre ellos.

Sabine casi chillo de felicidad como una niña pequeña para abalanzarse hasta la pareja al igual que Tom.

—Lo sabía, sabía que ustedes terminarían juntos tarde o temprano—comento besando ambas mejillas de un impresionado Adrien—Tom, me debes veinte euros—dijo observando a su marido con astucia.

—Vale, tu ganas yo pensé que se comprometerían después—respondió con una expresión derrotada pero aun sin quitarle el brillo alegre de sus ojos.

Adrien casi podía respirar aliviado ante la reacción tan positiva de los padres de su prometida, eso hasta que recordaba un detallito más que contarle…

Y su lady soltó la bomba que tendría mellizos y que serían abuelos en unos meses sin darle chance asimilar que estaban unidos como pareja.

Sabine quedo boquiabierta mientras que su corpulento esposo caía redondo al piso después de desmayarse ante la noticia.

—Por lo menos yo no fui el único…

Marinette encajo su codo entre las costillas de su prometido ante su comentario, este se mordió el labio y se mantuvo firme a pesar que le había dolido como los mil demonios.

Tiempo después de recuperarse del shock inicial, ambos padres estaban sentados en el sofá. Tom y Sabine no cabían en su felicidad, brillaban de pura emoción a pesar que regañaron a su hija por no decirle tan estupenda noticia en seguida. Los jóvenes simplemente se miraron nerviosos y le montaron una excelente escusa infalible.

—Tú sabes cómo es el amor juvenil mama, no queríamos que nadie lo supiera.

—Oh ya entiendo… en secreto todo es mejor ¿No hija?—pregunto la madre con una mirada picara.

Tom se carcajeo al ver como a Adrien se le subían los colores al igual que la ojiazul.

Todo resulto de maravilla, la pareja Dupain no quería saltar a su nuevo yerno por nada del mundo, hasta el padre de Marinette lo abrazo elevándolo del suelo y casi partiéndolo en dos como un gran oso. Todos ellos estaban chorreantes de felicidad pura, hasta ya habían empezado hacer planes de como malcriarían a sus nietecitos ante la mirada sonriendo de los futuros padres.

Adrien pudo por fin respirar en paz, había resultado mejor de lo que había esperado, quizás era un poquitín exagerado. Pero ahora su venganza llegaría pronto.

Era el turno de su lady presentarse con Papa Gabriel…

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—No puedo.

—Vamos My lady.

—No me llames así frente a tu padre, podría sospechar—balbució ella sonrojada.

Adrien trato de mantener su expresión divertida a raya para aparentar completa serenidad—¿Entonces si lo veremos hoy?

—No.

El suspiro reuniendo toda su paciencia, disimulando su sonrisa maliciosa. Quien diría que su Marinette actuaria de forma tan infantil—Puede que nos esté esperando ya—dijo acercándose al timbre a un lado del gran portón negro.

La pelinegra chillo y se apresuró a tomar el brazo del chico impidiéndole que tocara el susodicho botón—Cambie de opinión Kitty, mejor volvamos cuando los mellizos ya tengan un año… o tres—mientras hablaba apresuradamente lo alejo unos pasos de la amenaza del timbre.

Adrien arqueo una perfecta ceja dorada hacia su chica, los labios le temblaban de contener una carcajada.

Marinette bajo la mirada aún más ruborizada por su comportamiento, pero no podía evitarlo, esta ocasión era muchísimo peor que cuando intento darle su regalo a Adrien en la secundaria, los nervios amenazaban con tragarla. Y aquella gran mansión con enormes portones negros la intimidaban bastante, Gabriel Agreste podría ser su ídolo, sí, pero eso no quitaba que le diera un ataque de ansiedad presentarse como la prometida de su único y famoso hijo y que estaba como una piñata esperando a sus nietos.

Por lo menos sus padres siempre desbordaban amor, cariño y amabilidad. Todo lo contrario del frio y calculador Agreste.

Reuniendo el suficiente valor y recordándose una y otra vez que ella era Ladybug y que no debería temerle a nada y menos a su futuro suegro; toco el timbre para llamar a la resección.

Claro después de eso casi le da un ataque de pánico y arrepentimiento y Adrien tuvo que sujetarla para que no saliera corriendo al sentido contrario.

Después de que el modelo hablaba brevemente por el intercomunicador; los grandes portones se abrieron lentamente y en un silencio sepulcral. Y Marinette derecha como una tabla y aferrada al brazo del joven se dejó guiar por el corto camino hermosamente decorado hasta la entrada de la mansión.

Cuando estuvieron en frente de la puerta doble de madera fina, Adrien toco varias veces con suavidad, mientras que podía sentir el corazón de su Lady latía tan desbocado que llego un momento que la diversión fue reemplaza por preocupación, ella se veía algo pálida y ansiosa, si a Marinette le daba un nuevo desmayo; el probablemente entraría en pánico. Al saber que tendría dos bebes ocasionaba que su preocupación se duplicara.

Por el bien de ella quería que todo con su padre se resolviera pronto y de buena manera, nada que pudiera alterar a su princess.

—No te preocupes Mari, esto terminara pronto.

Marinette observo al joven, sus posos esmeraldas estaban intranquilos y buscaban en ella cualquier otro malestar, no pudo evitar sonreír con cariño y apretó con afecto sus manos entrelazadas.

—Está bien Adrien, no es como si tu padre fuera a comerme.

Todo hubiera seguido con naturalidad si el héroe no se hubiera reído con nerviosismo mientras posaba sus ojos inquietos en la puerta.

Oh mierda.

Esperaba que no fuera una mala señal o realmente saldría corriendo.

En el momento en que la puerta se abrió; Adrien tuvo que sostener firmemente la mano de su prometida por segunda vez ese día porque ella prácticamente estaba intentando huir despavorida.

—Adrien bienvenido—dijo una mujer con gafas y perfecto peinado.

El rubio sonrió —Nathalie que gusto—murmuro disimulando una risilla mientras Marinette detenía su intento fallido de escape y giraba lentamente a ver a la secretaria de los Agreste mientras pestañeaba sorprendida.

—H-Hola—saludo la pelinegra fingiendo como si nada vergonzoso hubiera pasado… como si no estuviese intento literalmente huir ante de platicar con el padre del chico y su mayor ídolo.

La mujer la evalúo con una mirada casi inexpresiva, pero una ligera curvatura en la comisura de sus labios revelaba otra cosa, o quizás era su imaginación.

—Sea bienvenida aquí también señorita Dupain-Cheng, por favor pasen adelante, el señor Agreste los recibirá en breve—dijo apartándose un poco para que ambos jóvenes pasaran y la siguieran hasta donde se iba a dar lugar la plática.

Marinette no pudo evitar maravillarse con el interior de aquella mansión, se notaba que el diseñador aún seguía tenido un implacable gusto por lo costoso y el buen lujo, al decir verdad no era muy diferente de la antigua casa que ahora era de Adrien, pero esta tenía algo distinto, un ambiente algo nostálgico y que le ponía los pelos de punta.

Fueron guiados a un pequeño estudio con un gran sofá de cuero blanco, estaban rodeado por repisas llenos de libros y objetos valiosos como jarrones y demás.

La asistente se despidió con una leve inclinación de cabeza y se retiró para sugerirle al cocinero servirles un aperitivo y té, lo cual ambos aceptaron con gusto.

En ese pequeño tiempo a solas Adrien se encargó de calmar los chispeantes nervios de su princess, a pesar que se le veía más calmada y decidida; aún tenía las manos heladas y se mordía seguidamente los labios.

Y como buena pareja que era; él tuvo la brillante idea de tratar de tranquilizarla con un suave beso en esa boca que siempre parecía estarlo llamando, y ella siempre gustosa correspondió con dulzura.

Marinette al principio se sorprendió de que la besara en un lugar como ese, pero era incapaz de rechazar aquellos besos que siempre la llenaban de amor y era un bálsamo para su alma. Rodeo su cuello con los brazos y se dejó querer, podrían a ver pasado unas pocas semanas desde que se había mudado a la casa de Adrien, pero eso no significaba que alguna vez se cansaría de que demostrara su amor con sus labios y sus brillantes ojos esmeraldas.

Tan inmersos estaban en disfrutar del sabor embriagador del otro que no se dieron cuenta que la puerta se había abierto dejando pasar una figura imponente.

—Guarden eso para más tarde por favor, me parece que aún estamos en horario supervisado.

Ambos jóvenes se separaron con un gran sobresalto en un manojo de nervios los dos.

—P-Papa yo…—balbució Adrien con el rostro ardiendo.

Gabriel arqueo una ceja aun con su semblante completamente serio—No trates de explicarme nada Adrien, entiendo su demostración de amor, pero creo que no podrás dejarla más embarazada aunque quisieras—dijo tranquilo señalando con la cabeza a la chica.

Ninguno de los dos podría ponerse más rojos aunque lo intentaran. Marinette cubrió su rostro mortificada, con suficiente vergüenza para el resto de su vida.

Paso algún rato para convencer a la joven de que su padre tenía un sentido del humor un poco extraño y que no debía de que preocuparse, hasta el propio Gabriel tuvo que asegurarle que era una simple broma, aunque era difícil saberlo porque siempre andaba mortalmente serio, parecía difícil de creer que el pudiera hacer tales cosas.

Pero ahora comprendida dónde provenía el raro sentido del humor de Adrien siendo Chat Noir…

Después de tranquilizarse un poco; Marinette pudo mirar al padre del chico sin morirse apenada, aunque en sus mejillas aún permanecían ese intenso color rojo.

La charla no fue incomoda pero si un poco tensa por parte de los jóvenes, ambos no comprendían del todo el estado de animo de Gabriel, hasta el mismo Adrien que era su hijo estaba confuso, ya que el diseñador se tomó la noticia con naturalidad, no festejo ni desaprobó la relación, simplemente la dejo estar con un leve encogimiento de hombros y una mirada impasible.

Marinette se sentía un poco triste y apretaba con firmeza la mano del rubio, ya que sabía que la indiferencia de su padre le iba afectar, ni siquiera el hecho de ser abuelo podría alegrar al hombre, una reacción muy distinta que la que tuvieron sus propios padres.

Pero a pesar de eso, Gabriel Agreste fue bastante generoso al informarles el plan completo de citas médicas para la joven Dupain-Cheng, hasta tenía programada la fecha y el costoso hospital donde quería que la chica diera a luz. Adrien no pudo negarse ante la estricta petición de su padre, porque muy en el fondo sabía que todo ese asunto le preocupaba, aunque por fuera se viera como un ser frio y calculador.

Nathalie le dio los papeles de las citas y el número del que sería ahora su doctor de cabecera. Ella lo sostuvo en sus manos sin saber que decir, jamás había pensado que sus bebes recibirían tal atención, por si fuera ella no aceptaría nada por tantos gastos, pero la silenciosa mirada de Adrien le pedía que aceptara por el bien de los mellizos, ya que podría ser un embaraza con riesgo a pesar que las posibilidades fueran pequeñas…

Adrien no quería arriesgarse con nada.

Al finalizar la conversación, la pareja se puso de pie al igual que su anfitrión. Marinette le dio respectivamente las gracias sin muchas complicaciones al hablar por primera vez desde que llegaron.

—Señorita Dupain-Cheng, ¿Me permite hacerle una pregunta?

La pelinegra trago hondo y asintió nerviosa, rezando para que la presencia de su Kitty siguiera dándole fuerzas.

—¿Dónde ha comprado el vestido que lleva puesto, si se me permite saber?—pregunto implacable observando el intrincado pero hermoso diseño.

La aludida parpadeo varias veces y observando su vestido que le llegaba por las rodillas en una caída suelta y en hondas, este era holgado desde la parte bajas de sus pechos al estilo de pre-mama donde apenas podía notarse su embarazo, era de mangas cortas y muy fresco, de diseños florales con los pétalos delicadamente diseñados en tonos rosas y rojos en un fondo blanco y un azul claro.

Marinette alzo nuevamente la mirada con un ligero sonrojo en sus mejillas—Lo diseñe yo señor Agreste—dijo procurando que no le temblara la voz por los nervios.

El padre de Adrien asintió en silencio con aprobación—Tiene talento, quizás en un futuro nos veamos más seguido de lo que usted cree.

Adrien suspiro aliviado al captar el mensaje y una sonrisa deslumbro sus labios y agradeció a su padre en silencio y este le dio un leve asentimiento de cabeza como respuesta. Tuvo que sacar a Marinette casi arrastrada porque la joven seguía con la boca ligeramente abierta de la impresión y en estado de shock al tratar de entender lo que le quiso decir su futuro suegro.

Después de salir de la mansión; Adrien la abrazo con ternura y ella le correspondió. Ambos estaban felices de que todo saliera prácticamente bien aunque al principio los pillaran con las manos en la masa…

Pero nada terminaba allí… ahora venía pasar la prueba final y que a los dos sinceramente le daba pánico por igual.

Y era enfrentar a Alya…

No era para menos… el día en que se reunieron, optaron por una cafetería con un ambiente agradable y con buen café y panecillos deliciosos.

Cuando ambos súper héroes llegaron al lugar, ya la morena y su novio habían llegado. Los ojos esmeraldas observaron a los azul cielo, dándose valor al uno al otro antes de sentarse en la mesa con sus dos amigos en frente.

Tanto Alya como Nino estaban con los brazos cruzados mirándolos con una ceja arqueada cada uno. Al moreno le parecía divertido imitar a su novia, no es como si Adrien no tuviera cosas importantes que nunca le conto porque respetaba su vida privada… pero él no se lo tomaba una falta tan grave de vida o muerte como la pelirroja lo hacía parecer.

Ella siempre tenía que estar enterada de todo y sobretodo de Marinette que era su amiga del alma.

—¿Y bien?—hablo primero la reportera, con su postura increblantable.

—Pues bien Alya veras…—comenzó a decir la pelinegra con una sonrisa nerviosa, en cambio Adrien parecía que iba a morir asesinado en su asiento por la mirada fulminante de su amiga.

Hasta el rubio podía comenzar a sentir la muerte cerca.

Debió escribir un testamento antes de salir…

La morena alzo su mano en señal de que se detuviera ante la mirada sorprendida de su amiga, esta señalo al rubio—Se lo preguntaba a Agreste—dijo con voz engañosamente tranquila.

Adrien trago nervioso y miro intranquilo como Nino le hacía señas, como pasaba su dedo índice por su cuello en señal de que estaba bien frito, volvió a tragar nervioso tratando de reunir más valor, no imaginaba que la pelea con Hawk Moth en persona fuera así de dura.

Con un profundo suspiro de derrota el tomo la decisión de ir por un camino peligroso pero que sería lo mejor sin revelar su identidad de héroe— Mira Alya sé que nada de que lo que pueda decirte podrá hacerte cambia de parecer—el alzo las manos en son de paz cuando la pelirroja estrecho la mirada—Las cosas en nuestra relación se dieron en situaciones un poco extrañas y fue algo difícil en algunos sentidos, pero siempre nuestro amor a podido contra toda barrera—dijo colando su mano en su pecho, encima de su corazón— Y te puedo asegurar aquí y ahora que amo a Marinette con todo mi alma y eso jamás va a cambiar, primero permitiría que me arrancaras la piel a tiras-murmuro ahora observando a la chica que lo traía loco y le tomo suavemente la mano con una sonrisa, viendo como los ojos azul cielo de Marinette brillaban con cariño, enternecida por sus palabras.

La pelinegra no pudo evitarlo y abrazo a su pareja del cuello, mientras que Adrien rodeaba su cintura y la estrechaba a él con dicha.

Con esa demostración de amor Alya por fin pudo suspirar y relajarse un poco—Muy bien Adrien, estas a salvo…—cuando el pareció asentir con entusiasmo; ella volvió a señalarle amenazadoramente inclinándose sobre la mesa—Pero aun así no se libraran tal facil ninguno de los dos—dijo apuntando también a su amiga.

—Sabes que lo sentiré por siempre Alya-murmuro apenada la ojiazul—Pero sabes que serás la madrina de bodas.

—Eso estaba por hecho chica desde que me hablaste por primera vez de Adrien con mirada soñadora hace años—dijo con una sonrisa maliciosa.

Adrien se rio al ver el sonrojo en su lady y le beso la mejilla con ternura.

—Vamos bro, no pensé que eras muy apasionado e intenso… vaya que si recuperaron muy bien el tiempo perdido al parecer—hablo Nino compartiendo con la morena risas y miradas cómplices.

La recién pareja se ruborizaron hasta las orejas.

¿Acaso todo el mundo tenía que tener una mente pervertida?

Después del nuevo bochorno la plática entre los cuatros fue de maravilla. A Alya le hacía mucha ilusión los futuros pequeños que tendría su mejor amiga y le lanzaba miradas indirectas a Nino y este enrojecía avergonzado.

Adrien aprovechaba la oportunidad de lanzarle miradas burlonas y diciendo que el mismo podría darle ciertos consejos…

Hasta que Marinette le dio un estatequieto con un ligero pellizco, ocasionando que el rubio se quejara con dramatismo, Alya y Nino rieron mientras que la pelinegra suspiraba masajeándose las sienes ante su gatito exagerado.

Esperaba que con el correr de los meses todo saliera de maravilla y eso habría que descubrirlo…

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Catbugs cuatro meses

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La futura madre se encontraba sentada a la orilla de su cama pensando con algo de ansiedad, era algo tarde y debería estar hace mucho tiempo dormida, pero por más que lo intentara no podía conciliar el sueño por dos sencillas razones y una de ella era un tanto vergonzosa…

La primera era que estaba preocupada por su gatito, él estaba haciendo patrullaje solo y eso la dejaba de los nervios ya que el había insistido que ella podría transformase en Ladybug solo si fuera extremadamente necesario ya que Tikki aun podía proteger a los bebes y ocultar su vientre más abultado, aunque en un mes más eso ya no podría ser posible… y eso le preocupaba, Chat Noir era fuerte pero aun así las cosas podrían salírsele de las manos.

Lo amaba con todo su ser como para que a él le pasara algo.

Y la segunda pues… no sabía si era por el embarazo u otra cosa, pero su libido estaba al tope y su cuerpo estaba demasiado sensible a cualquier mínimo rose.

Había pasado unas horas dando vueltas en la cama maldiciendo su organismo y al condenado gato por ser tan sexy y tener un cuerpo para el pecado, la hacía imaginar cosas indecentes y demasiados pervertidas.

—Marinette ¿Estas bien? Tienes las mejillas coloradas—pregunto con inocencia la Kwami.

Observo como su pequeña amiga se acercaba flotando a su costado con una mirada soñolienta, y parpadeando confundida se tocó el rostro y efectivamente estaba algo caliente.

—Lo siento Tikki, estoy perfectamente—Sí, perfectamente podría lanzarse contra Adrien en cualquier momento que el pobre chico apareciera.

—Está bien, avísame si necesitas algo—dijo bostezando y volviendo al lugar donde tenía su propio cajón acondicionando como una mini habitación.

Marinette se puso de pie y camino un par de pasos hasta la ventana abierta, donde la luz de la luna la bañaba, ella vio el rico paisaje que le brindaba Paris, para luego bajar la vista a su vientre un poco más grande que lo normal, pero siendo mellizos no era extrañar que creciera aún más rápido, en poco tiempo iba a estar como una pelota.

Esperaba que su gatito siguiera viéndola atractiva…

Prrrrrrinces ¿Qué haces despierta?

Ella jadeo sorprendida alejándose de un salto de la ventana, su mano voló a su pecho donde su corazón dio un peligroso salto.

Afuera se encontraba un par de ojos esmeraldas que brillaban con bastante intensidad.

—Me asustaste Chaton—murmuro con un ligero mohín en los labios.

El gato negro se rio suavemente. Chat Noir estaba colgando de cabeza con ayuda de su bastón.

—Acaso… ¿Me estabas esperando?—murmuro moviendo sugerentemente las cejas.

—No—respondió dándole la espalda para que no viera su notorio sonrojo. Tenía un orgullo que mantener.

—Mi sentido gatuno me dice que si—dijo el casi en un ronroneo sin moverse de su posición, le encantaba observarla con solo la luna alumbraba su encanto femenino.

—Tu sentido gatuno se fue de paseo junto con tu sentido del humor.

—Vamos My Lady, ven a darle un beso a tu súper gato.

Ella lo observo sobre su hombro, y trago con dificultad, debía admitir que él se veía devastadoramente atractivo, en esa posición podría ver claramente los músculos de sus brazos trabajando para mantener el agarre en su arma, y no parecía estar exhausto por el esfuerzo. También se podían adivinar el cincelado y buen trabajado contorno de su cuerpo tras ese traje ajustado, y su melena rubia se mecía suavemente con el viento.

Y dios… su sonrisa ladina con esa dentadura perfectamente blanca con ligeros colmillos alargados la hacían que las rodillas se le pusieran flojas.

Y esos malditos ojos felinos… la iban a volver loca.

Al diablo con el orgullo.

Se dio la vuelta del todo y redujo las distancias entre ellos rápidamente, tomo del cascabel a un sorprendido Chat y lo jalo hacia ella para estampar sus labios con los suyos en un beso tan apasionado que el pobre gato casi suelta el agarre de su bastón.

Al separarse por la falta de aire este estaba con los ojos bien abiertos mirando incrédulo a su chica. En cambio Marinette le sonrió sensualmente y le susurro con voz sexy—Gatito… ven y tómame.

El trago hondo—P-Pero My lady, los b-bebes….

Consiguió ponerle nervioso… excelente.

—Tendremos cuidado como siempre—respondió encogiéndose ligeramente de hombros—Pero me tomaras aquí y ahora— dijo antes de atraerlo nuevamente hacia su boca hambrienta.

Y con ansias y aceptando al fin, ambos hicieron el amor con entrega como muchas veces habían hecho, pero esta vez la heroína parecía insaciable y eso duro por varios días más.

El casi que no podía caminar y ella como si no hubiera pasado nada se le volvía a lanzar en cima.

Si, definitivamente que tu chica está embarazada eso significara que puede que en cierto punto se vuelva una maquina adicta a los placeres carnales…

Al parecer Marinette no lo dejaría salir de la habitación o de la cama en un buen tiempo.

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Catbugs cinco meses

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Con paso rápido Adrien entro a la amplia habitación donde su futura bella esposa lo aguardaba recostada en la cama con tantas almohadas que parecía una nube. Ella al verle le sonrió radiante y sus ojos como el cielo se iluminaron de alegría infinita.

Pero no por el…

Si no por la bandeja de galletas de chocolate que traía en sus manos.

—¿Ya te dije que te amo Kitty?—murmuro con emoción la pelinegra.

Adrien rio por lo bajo y se acercó a la cama para dejarle la bandeja de humeantes y recién hechas galletas—Solo cuando te conviene princess —respondió dándole un suave meso en la frente.

Sonrió divertido cuando Marinette comenzó a engullir las galletas con un placer inigualable, hace poco el apetito de ella se había normalizado y alguno de los antojos salieron a la luz y el encantado le preparaba lo que su amada quisiera.

Era como una compensación, por no permitirle ser Ladybug y aún más cuando unos malestares en su espalda comenzó afectarla, por eso el montón de almohadas…

Quizás la consentía un poquito.

Pero es que ella era su mundo entero.

—Menos mal que no sufres antojos de camembert.

Marinette sonrió con malicia y llevo sus dedos a su mentón con una mirada pensativa—Hmm… ¿Acaso dijiste camembert?

—No Mari, no por favor—murmuro el rubio totalmente aterrado.

Ella se rio negando con la cabeza, a veces hacerle bromas a su gatito era demasiado divertido, palmeo la cama a su lado para que le hiciera compañía.

Él se subió a la cama al lado de ella, realmente aliviado de que el amor por ese queso apestoso fuera una simple broma, se recostó de lado a la altura de ahora más abultado vientre, cualquiera diría que tendría más de cinco meses.

—¿Están ricas?

Ella contesto algo que realmente no supo descifrar ya que tenía la boca llena de galletas y el de buena gana se rio al verla tan adorable y ahora con un tierno rubor adornando sus mejillas.

Marinette trago con suavidad y algo apenada de que la hubiera visto tragando como una anaconda; después de limpiarse las migajas; le respondió más civilizadamente— Si, están estupendamente deliciosas, gracias gatito—se inclinó hasta donde su gran estomago se lo permitió y le dio un beso en la nariz.

Ella adoraba cuando a veces un poco del carácter de Adrien se volvía algo tímido y a él también se le coloreaban las mejillas a pesar que su sonrisa felina no se esfumaba.

Milagrosamente Marinette compartió las galletas con su compañero y casi al acabar ella se quedó quieta al sentir un movimiento muy notorio, Adrien la observo curioso hasta que ella se volvió a iluminar los ojos llevando su mano a su vientre.

—Creo que los estoy sintiendo moverse—dijo con un tono de emoción en su voz.

El rubio se incorporó apoyando su peso en los codos y con una expresión de dicha también poso la mano en el vientre de la chica, pero comenzó a desilusionarse cuando no sintió absolutamente nada.

—Creo que los bebes no quieren a papa Chat—murmuro con un suave suspiro.

Marinette le sonrió con ternura y aguantando las ganas de reír por el leve puchero que su gatito intentaba ocultar, ella poso su mano encima de la de él y la arrastro hasta donde creía que podría a ver movimientos—Solo espera papa ansioso.

Y a los pocos segundos es aquel punto se sintió una suave pero muy notoria patadita.

Los ojos de Adrien resplandecieron y el apoyo su mejilla aun lado de su mano en aquel vientre donde sus hijos crecían día a día—Aquí esta papa mis pequeños Catbugs—susurro con amor cerrando sus ojos para tratar de percibir cualquier otro movimiento.

Al poco tiempo se les unió Tikki y Plagg, los tres estaban prácticamente abrazando su abultado estomago ansiosos por sentir cualquier movimiento de los mellizos.

Ella rio con suavidad, ahora en adelante eso podría repetirse mucho más seguido.

Solo esperaba que los tres no le dieran por caerle encima cada vez que sintiera alguna patadita.

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Catbugs seis meses

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Se dio cuenta que algo curioso comenzó a pasar casi siempre cuando se encontraba sin Adrien en la gran casa, a su puerta siempre le llegaba algún obsequio y siempre era relacionado con la maternidad o para sus bebes.

Y eran regalos costosos, el Gorila que aún seguía siendo el chofer y guardaespaldas del rubio y ahora la cuidaba cuando el gato no estaba. El gigantesco hombre le subía los paquetes a su habitación. Ella estaba genuinamente sorprendida de quien pudiera enviar tan costosos regalos, pero el único que se le ocurrió fue que Adrien estaba haciendo de las suyas, la verdad que era emocionante cada vez que recibía uno y el modelo pareció darse cuenta de su ilusión abrir uno nuevo, por eso mismo ella se quedó en silencio agradeciendo lo bondadoso que era el, aunque más de la mitad pensaba donarlo, porque era demasiada ropa de bebe y entre otros artículos.

Dejando eso de lado, estaba sumamente aburrida, extrañaba sus aventuras como Ladybug, saltar de edificio en edifico y admirar a todo París desde las alturas.

Las únicas veces que podía transformarse era cuando Adrien siendo Chat Noir; le traía el Akuma en un pequeño frasco y ella debía de purificarlo, después de eso el insistía en que se quitara el traje porque sabía que en un descuido ella se daría a la fuga para disfrutar del tan acostumbrado placeres que le otorgaban sus poderes. Y ella con un puchero de niña pequeña aceptaba a regañadientes.

No era que se quejara de que Adrien la tratara como a una reina, pero no estaba en su naturaleza quedarse estancada en un sitio sin hacer casi nada.

Claro, ambos acostumbraban a salir en el día a un parque o comer helado, pero no era lo mismo que hacerlo en la noche y con su querido yo yo…

Una noche ella estaba esperando su llegada de otra patrulla, mientras suspiraba con melancolía al ver las calles iluminadas desde la ventana, extrañando como nunca las salidas a esas altas horas de la noches y el la fresca brisa nocturna moviera sus cabellos.

—Buenas noches My princess.

Ella sonrió al darse cuenta de la presencia de su amado y giro el rostro para verlo de pie en su bastón que estaba incrustado en la pared, este la miraba galante y con una gran rosa roja en sus manos.

—Buenas noches Chaton—murmuro aceptando el regalo con ternura, aquel chico no dejaba de enamorarla cada día más.

Chat se inclinó y con su gran sonrisa y con su cola moviéndose de un lado a otro le hablo muy cerca de su odio—Te tengo un regalo Mari.

Marinette lo observo curiosa mirando la flor ¿Acaso ese no era un excelente regalo?—¿A qué te refieres?

Él se enderezo con una postura sensual, agarrando su cola y haciéndola girar en círculos—Es una sorpresa, por eso tengo que vendarte los ojos y que confíes en mí.

Ella arqueo una ceja—¿A dónde piensas llevarme Adrien?—pregunto con una pequeña sonrisa.

El llevo uno de sus dedos enguantados a sus propios labios en un gesto de silencio—Shh eso lo averiguaras pronto.

Curiosa y muy emocionada termino accediendo. Fue bastante cómico dejarse vendar por el felino ya que este aprovecho para esparcirle besos en las mejillas, cuello y cualquier lugar que su piel estuviese al descubierto, hasta le había hecho cosquillas en el proceso.

Cuando estuvo vendada y bien abrigada (O eso creía ella ya que sintió como en coloco una tela pesada en sus hombros) en la cargo sin problemas estilo nupcial. Marinette se aferró a su cuello con el corazón palpitante de expectación.

Sintió el viento frio en su rostro y los movimientos agiles pero cuidadosos que el hacía al saltar, teniendo mucho cuidado de no poner en riesgo a sus pequeños.

La sensación era muy gratificante, su piel se erizo ante el placer de sentir todo aquello de nuevo, era algo absolutamente indescriptible y que siempre había disfrutado de ser heroína.

Pero eso paro cuando Chat se detuvo, ella trato de disimular su desilusión al darse cuenta que el paseo se había acabado. La venda seguramente era para que ella no se mareara por la altura. Adrien había sido muy considerado en otorgarle esa pequeña salida a pesar que estaba muy lejos de lo que ella realmente deseaba…

—Listo princess, llegamos—dijo el bajándola lentamente hasta que sus pies tocaron en suelo.

—¿Puedo quitarme la venda?—por lo menos en su voz no se notaba la lucha entre nostalgia y emoción que sentía en ese mismo instante.

—Puuurrrrsupuesto—murmuro apegándola a él y posando su mano en su gran vientre redondeadolo con absoluto cariño.

Marinette llevo sus dedos a la tela y se la aparto con lentitud esperando ver las paredes azules de su habitación, pero se quedó con la respiración atascada en la garganta cuando descubrió que estaban en la sima de la torre Eiffel. El paisaje era tal y como lo recordaba, con la luces de diferentes colores alumbrando la ciudad dándole un toque mágico y las personas caminado pacíficamente solas o en grupos, era la vista que había estado añorando desde hace unos meses.

No pudo evitar que sus ojos se inundaran de lágrimas no derramadas, mientras que Chat observaba cada una de sus reacciones y sonreía con ternura.

—Sé qué te parece que estar encarcelada y que soy demasiado sobreprotector—comenzó a decir llevando su mano enguantada a su rostro, mirando esos posos azules—Por eso quise traerte aquí a pesar que una parte de mi piensa que estoy loco por ponerte en peligro, pero te amo demasiado como para verte con esa mirada melancólica por las noches—retiro con dedos gentiles algunas lágrimas que se deslizaban por sus mejillas.

Ella le sonrió con el corazón hinchado de puro amor—Contigo jamás estaré en peligro Silly Kitty, gracias por todo esto.

Y ante la maravillosa vista y con las estrellas y la luna de testigo, se dieron un tierno y duradero beso.

—¿Quizás puedas traerme más adelante?—murmuro con esperanzas la pelinegra tras separarse de sus labios.

—Pero My lady no creo poder cargarte después con tan facilid… ¡Auch!

—¿Me estás diciendo gorda?—dijo ella fulminándolo con la mirada después de darle un golpe en el brazo.

—Este no… yo ehm…

Ahora el cielo nocturno era testigo de cómo Marinette casi estrangulaba a Chat Noir con su propia cola.

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Catbugs siente meses

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¿Y el había creído que los antojos de Marinette por las galletas había sido fácil de complacer?

Pero que equivocado había estado…

El hecho de que supiera cocinar no significaba que la tarea será mucho más sencilla… por el contrario, había cosas que él tenía que mandar a comprar o salir el mismo siendo Chat Noir para satisfacer los gustos de su compañera.

Como por ejemplo veinticincos sabores distintos de helados, pizza a la dos de la mañana, una ensalada de frutas completa a las cinco y tantas cosas más que había perdido la cuenta.

Y si él estaba ocupado, pues Marinette simplemente se levantaba con su abultado vientre a rebuscar en la cocina ella misma, ya que ella gracias a sus padres sabía muchas recetas de panes y dulces.

Más de una vez la había conseguido a altas horas de la madrugada preparando panecillos de dulce de leche con la excusa que no quería molestarlo más con sus raros antojos. Pero él le había sonreído y la había echado una mano, jugando entre risas a lanzarse harina.

Toda la cocina y ellos mismos quedaron blancos como fantasmas.

Adrien disfrutaba muchísimo ver a su princess radiante, su cabello había crecido un poco más y estaba más brillante que nunca al igual que sus ojos. Su vientre ahora era mucho más abultado y ahora ella no podía ni mirarse los pies, eso le causaba risa y ternura a la vez, su dulce chica florecía cada día más y él era realmente afortunado por tenerla con él.

Hasta que aquel fatídico día llego…

—Adrien…

—¿Si My lady?

Observo como Marinette bajaba la vista y movía sus manos nerviosa.

—Tengo otro antojo.

Él le sonrió acercándose a ella para abrazarla con ternura, ya acostumbrado con los incontables antojos de ella—Lo que sea para complacerte, dime ¿Que deseas esta vez?

—¿Camembert…?—murmuro muy bajito.

Oh pero él la escucho bien.

Adrien se levantó de un salto con la mano en su corazón mirando con pánico al amor de su vida—Dime que es otra broma por amor al cataclismo Marinette—dijo con el rostro pálido.

Marinette negó suavemente con la cabeza aun sin mirarlo a los ojos. Al parecer iba muy enserio.

Lo peor de todo fue que al traerle el apestoso queso; Plagg se unió al festín comentando con la pelinegra lo grandioso y sabroso que era ese manjar.

—Te lo dije chico, ella es perrrfecta, ¡le gusta el Camembert!—comento el Kwami en el hombro de Marinette mientras ella le daba un nuevo trozo y esta se reía con diversión.

El rubio observo la escena con escalofríos jurando que debía de tener la frente sombreada de morado.

Casi se arrodillaba en el suelo implorando que ese antojo al maldito queso se esfumara y no volviera jamás.

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Catbugs ocho meses

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Marinette se revolvió entre las sabanas, giro su cuerpo al otro lado mientras suspiraba con frustración, volvió a repetir la acción un par de veces más antes que se diera finalmente por vencida.

No podía dormir.

Observo el techo mientras pasaba distraídamente su mano por su vientre abultado, al parecer sus pequeños decidieron que esa noche no la iban a dejar dormir, y no era que conciliar el sueño fuera muy sencillo teniendo la barriga tan grande y los dolores de espalda continuos…

Pero los mellizos no se lo ponían fácil tampoco.

Con un nuevo suspiro giro a su izquierda donde Adrien dormía plácidamente boca abajo.

Tonto afortunado.

—Gatito…—murmuro toqueteando el hombro de su compañero.

Él se movió ligeramente antes de quedarse nuevamente quieto.

Marinette frunció los labios y esta vez decidió ser un poco menos delicada, tomando su brazo y agitándolo un poco más fuerte mientras volvía a susurrar su nombre. Y nuevamente la reacción del rubio fue un murmullo incomprensible y volver a caer en un sueño profundo.

Ya harta decidió tomar medidas—¡Adrien!—grito muy cerca de su oído.

El grito despertó de golpe al felino que se levantó sobresaltado con el corazón en la garganta mirando alarmado a su lady aun soñoliento.

—¿Qué pasa? ¡¿Los bebes?! ¡¿Ya vienen?! ¡Plagg transfórmame!

Ella alzo una ceja cuando observo a Adrien transformarse en el felino en traje de cuero apretado, apretó los labios para evitar reírse cuando el pobre chico comenzó a buscar en la habitación algún indicio de problemas, cuando registro que nada malo pasaba volvió su mirada esmeralda algo soñolienta hacia Marinette.

—No puedo dormir…—dijo con una tímida sonrisa.

El súper héroe dejo escapar todo el aire que había estado reteniendo y llevo su mano a su pecho—Uff My lady no me asustes así, por un momento pensé que un Akuma venia al mismo tiempo que los bebes—dijo con un leve aire de dramatismo.

Ella rio pero luego su sonrisa murió y la reemplazo un aire triste—Lo siento por despertarte por algo de tan poca cosa.

Chat se apresuró a ir a su lado, volviendo a recostarse en la cama y tomarla entre sus brazos—No digas eso Princess, si tú no puedes dormir entonces yo te acompañare hasta que lo consigas—dijo con dulzura.

Pero eso tuvo el efecto contrario a lo que el rubio quería, ella se echó a llorar.

—¿Qué pasa Mari? ¿Te duele algo?—pregunto alarmándose.

Marinette negó con entusiasmo mientras sollozaba—Es que tú eres demasiado bueno conmigo, y-yo no te merezco—murmuro ocultando su rostro en su pecho.

Impresionando el deshizo su transformación y Plagg se escabullo lejos del drama de humanos en que estaban envueltos.

Adrien trato de que ella alzara su mirada pero fue inútil porque ella se negaba abandonar su posición—Marinette… sabes que eso no es así, tú lo eres todo para mí, nos merecemos el uno al otro—le murmuro acariciando su suave cabellera azulada-Siempre estuvimos destinados, desde ese día bajo la lluvia.

La ojiazul seguía aferrada en su camiseta y al ver que no daba resultado el decidió contarle algo que quizás capte su atención.

My lady ¿Sabes por qué alguna vez te dije que tengo siete vidas y no nueve?

Ella volvió a negar suavemente mientras los sollozos disminuían un poco.

—Porque una de mis vidas se fue en el momento en que tu siendo Ladybug entraste en las fauces de aquel T-Rex, creí que te había perdido para siempre a pesar que no sabía quién eras en realidad—relato con voz suave, complacido de que el llanto hubiera cesado y la pelinegra alzara su rostro para observarlo sorprendida.

—¿Y la segunda vida?—pregunto con curiosidad con la voz levemente quebrada y entre leves hipos.

Adrien le sonrió y no pudo evitar que sus mejillas se sintiera algo caliente por lo que estaba a punto de decirle—Hace algunos años, estando ambos en nuestra forma civil vi como en la calle te lanzaste a la autopista al rescatar a un gatito sin importar los autos que pasaban a gran velocidad, lo hiciste con mucha agilidad debo admitir, pero rayos me diste un susto de muerte—dijo riendo nervioso ante el recuerdo, la joven no sabía que el había presenciado el momento, pero el jamás se le iba a olvidar—En ese entonces no sabía que tú también me gustabas siendo Marinette, pero sí que estaba confundido con mis sentimientos y me falto muy poco por haberte tomado entre mis manos y sacudirte por lo imprudente que fuiste y besarte al mismo tiempo.

Esta vez ella sonrió con timidez—Si hubieras hecho eso creo que me hubiera desmayado de la emoción.

El beso sus mejillas húmedas—Ahora que lo veo creo que tienes razón Princess, hubiera sido catastrófico—dijo con una sonrisa ladina.

Marinette puso los ojos en blanco mientras reía suavemente.

—Me pregunto qué pensaste cuando Alix siendo TimeBreaker me toco y quede paralizado en el tiempo—dijo el divagando.

Entonces los ojos de Marinette volvieron a inundarse de lágrimas, dando rienda suelta nuevamente al llanto.

Y así fue como metió la pata…

Nunca le rescuerdes a tu compañera embarazada momentos tristes estando tan sensible.

Nunca.

Si no quieres ahogarte en su mar de lagrimas.

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Catbugs nueve meses

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—No Adrien.

—Por favor My lady—suplico con su mejor cara de gatito degollado.

Ella resoplo al verlo, no caería en eso ni de chiste. En ese momento estaban decidiendo el nombre de los mellizos, ahora sabían que sería un niño y una niña, pero Adrien se le metió el complejo de Chat nuevamente y no paraba de decir tonterías.

—Pero suena súper lindo.

—El niño no se llamara "Chat Noir dos o Chat Noir la secuela" ni en broma es gracioso.

El no pudo evitar reírse ante lo ridículo que sonaba, pero le encantaba ver a su lady sonrojada de la exasperación.

—Bien bien, ¿Pero si me dejaras ponerle nombre al barón?—pregunto con ilusión.

Marinette lo evaluó, el rubio se encontrada sentado en el suelo al frente de ella en una pose de piernas cruzadas y las manos en los tobillos, tal cual como Chat, en cambio ella estaba en una mecedora, tenían rato en esa conversación pero Adrien no podría estar en modo serio ni aunque lo intentara…

La pelinegra suspiro ante lo que diría, esperaba que no hubiera complicaciones en el futuro por eso—Esta bien Chaton—pero antes que su compañero le hubiera dado tiempo de alegarse, ella lo señalo amenazadoramente con el dedo—Pero cuidado con el nombre, por tu bien espero que elijas uno normal y me lo digas antes de firmar los papeles de nacimiento.

Adrien asintió con energía muy feliz por la noticia, ya que en realidad si tenía el nombre perfecto aunque su chica lo desconocía por el momento.

—¿Y tú princess? ¿Ya escogiste un nombre para nuestra pequeña?—dijo acercándose un poco más a ella apoyando su barbilla en la rodilla de Marinette.

Ella se sonrojo furiosamente—De hecho…

En eso Tikki hizo acto de aparición tan inoportuna como a veces lo era su compañero gatuno—Marinette tiene pensado los nombres de sus futuros hijos juntos desde que te conoció Adrien.

—¡Por dios Tikki!—dijo Marinette avergonzada.

—Y la del hámster también—agrego la pequeña criatura roja entre risillas.

Adrien rio divertido y enternecido a la vez apoyando su mano en el redondo vientre, claro la risa murió cuando Plagg también apareció.

—¿Quieren saber lo que es patético al cuadrado? Pues ver y escuchar a este muchacho enfrente de su poster de Ladybug y preguntándole cuantos hijos tendrían juntos y cual tipo de mascota le gustaría tener—dijo Plagg con una sonrisa de lo más burlona.

Marinette se mordió el labio aguantando la risa mientras miraba al rubio con una ceja alzada. Este con el rostro rojo agarro a su Kwami de la cola amenazándolo que se quedaría si el queso apestoso por una semana si seguía revelando cosas vergonzosas de su pasado.

Más tarde ese día Adrien se encontraba en la cocina preparando la cena con una sonrisa tonta que no podía dejar de tener, no era culpa de él, estaba inmensamente feliz y muy emocionado de la pronta llegada de sus hijos y más aun sabiendo el nombre que tendría su pequeño niño lo llenaba de emoción.

—¡Adrien!—lo llamo la pelinegra desde la sala.

—¿Si Mari?—respondió aun sin dejar de cortar los ingredientes.

—¡C-Código Lucky Charm!

De la impresión se le resbalo el cuchillo de las manos y casi la filosa arma fue a parar a sus pies descalzos si no fuera por sus grandes reflejos felinos.

—Santo Cataclismo…—murmuro el con el corazón en la garganta del susto.

Hecho un manojo de nervios fue directo a donde su chica lo esperaba, Marinette se encontraba de pie a unos pocos metros del gran sillón, con las piernas ligeramente arqueadas y con un poso de líquido a sus pies, ella alzo la mirada entre ansiosa y adolorida llevando su mano a la parte baja de su prominente vientre.

Todo desde de allí fue un corre corre, Adrien se puso ropa más decente y calzado sus pies a la velocidad de súper héroe mientras hacía llamadas al hospital y a sus amigos y familiares.

Preparo el auto y la lleno con todo lo necesario para ella y sus pequeños y fueron volando prácticamente por la autopista con Marinette insultándolo del dolor y que todo era culpa de el por haberla dejado muy embarazada.

Como si ella no hubiese participado…

Claro ni se le ocurrió decirle eso en voz alta, porque en su estado ella muy fácilmente podría querer estrangularlo con el cinturón de seguridad.

Al llegar al hospital todo el proceso fue sumamente rápido, en un abrir y cerrar de ojos ya habían ingresado a la pelinegra y el aguardaba en la sala de espera como un gato enjaulado estando demasiado nervioso y pálido por cualquier cosa que podría salir mal…

Él y sus pensamientos negativos, solo esperaba y rezaba que todo fuera de maravilla.

No paso mucho tiempo hasta que los padres de la chica y sus amigos dieran acto de aparición, hasta quedo perplejo cuando su propio padre se presentó con su típico semblante impasible, pero no le dio tiempo de preguntarle nada porque fue llamado al interior de la sala ya que Marinette estaba a punto de dar a luz.

Adrien entro con voluntad de hierro, pero su corazón se derritió cuando vio a su hermosa princess con una expresión de dolor y su rostro rojo del esfuerzo, en seguida fue a su lado para sostener su mano y entrelazarlas.

—Aquí estoy My lady—le murmuro besando su sudorosa frente.

Marinette entreabrió los ojos para mirarle y dedicarle aunque se una media sonrisa—Pues te aviso desde ya gatito, que a la próxima das a luz tu—comento antes de gemir ante una nueva contracción.

Él se rio nervioso, porque sabía que jamás tendría el valor para hacer todo lo que su pobre chica estaba pasando.

Los minutos fueron pasando y a la pelinegra se le dio instrucciones de comenzar a pujar, mientras era rodeada por varias enfermeras que recibirían preparadas a los nuevos recién llegados.

Adrien podría jurar que después de eso tendría que apuntarle la mano, porque la ojiazul se la apretaba con tanta fuerza que a se preguntaba si no tenía el traje de Ladybug, pero igual aguantaba por ella, porque eso era lo mínimo que él podía hacer aparte de brindarle fuerzas estando a su lado.

—Aquí viene…—murmuro el doctor que se encargaba entre las piernas de la muchacha.

Un llanto se empezó a oír por toda la habitación, tan fuerte y saludable que Adrien temió desmayarse en ese mismo instante. Marinette sonreía a pesar que estaba exhausta por el esfuerzo y sabía que nada había terminado allí…

Él bebe fue sostenido por una enfermera para que se encargaba de lavar a la pequeña criatura.

—Muy bien señorita Dupain-Cheng, vamos con el segundo.

Al hablarle la chica no perdió tiempo y comenzó con la siguiente labor rezando para que le quedaran fuerzas para que su segundo hijo naciera.

Paso bastante rato hasta que el segundo mellizo viniera al mundo, pero esta vez este bebe no lloro. Y ambos padres se miraron con temor cuando observaron como otras asistentes se lo llevaban para repetir el procedimiento que con su hermanita.

—No se preocupen, el niño está bien, solo que se niega a dar tal escandalo como su hermana—comento el Doctor con una sonrisa mientras se encargaba de verificar el estado de la madre.

Adrien suspiro de alivio mientras apoyaba su frente con la de la joven—Oh Marinette no creo poder pasar por esta angustia de nuevo—dijo con una sonrisa, pero sus ojos esmeraldas se podía apreciar el brillo de felicidad pero también de preocupación.

—¿Tú crees?—respondió ella sarcástica con un hilo de voz apenas audible por el cansancio, pero igual le correspondió la sonrisa.

Dos enfermeras se acercaron con dos pequeños bultos envueltos en dos mantas de diferente color, uno rosa y el otro azul.

—Aquí tienes sus dos pequeños ángeles—dijo una de las enfermeras.

Ellas colocaron a los bebes en los brazos de la madre, uno a cada lado. Ella observo con emoción el cabello increíblemente rubio de los mellizos, ambos tenían los ojitos cerrados así que aún no podían adivinar el color de sus hermosos ojos.

El padre se inclinó al ver a sus pequeños y llevo uno de sus dedos a las regordetes mejillas de la niña—Son bellísimos…—murmuro repitiendo la acción con el niño—Creo que voy a llorar princess.

Marinette rio con suavidad, estaba extremadamente feliz—Quien lo diría, salieron igualitos a ti Chaton.

Adrien sonrió radiante—Vamos a ver si tienes suerte la próxima vez Bugaboo—dijo moviendo las cejas sugerentemente.

La pelinegra rodo los ojos mientras suspiraba de dicha—Hazlos pasar Adrien, creo que si no lo hacemos tumbaran esa puerta en cualquier momento—comento aun sin despegar los ojos de sus bebes.

Los padres de la chica fueron los primeros en pasar y se pusieron muy contentos con la vista de sus primeros nietos, Sabine y Tom estaban que morían de ternura ante tal maravilloso regalo, luego fueron Alya y Nino, la morena no tardo en sacarle unas estupendas fotos mientras Nino felicitaba al padre con un apretón de manos y un abrazo súper masculino a pesar que era muy emotivo para ellos.

Después de que se retiraron para dejar a la madre descansar, entro Gabriel Agreste, la pelinegra quedo muda del asombro al ver a su futuro suegro allí y Adrien solo le dedico una sonrisa algo culpable por no haberle mencionada nada al respecto.

El gran diseñador se acercó a la camilla y les dio muy cordialmente las felicitaciones a los nuevos padres, lo cual aceptaron con ligeras sonrisas.

—Papa quiero que conozcas a Enma—dijo el joven con mucho orgullo que aun permanecía al lado de su compañera.

Gabriel se inclinó ligeramente ante la beba y esta presintiendo que alguien la observaba; abrió sus ojitos que eran tan verdes y brillantes que quitaba la respiración. El hombre pasó sus dedos por la tersa y suave piel de la pequeña y esta sonrió iluminado el lugar.

—Se parece mucho a tu madre…—dijo con la voz ligeramente ronca y con una mirada melancólica, pero con una pequeña sonrisa adornando sus labios severos.

Adrien y Marinette se observaron incrédulos, dándose cuenta que estaban viendo una faceta de su padre que casi nadie había visto en años.

—Lo sé, es hermosa…—murmuro sonriente con un leve asentimiento de cabeza— Y ahora te presento a Felix—el mismo orgullo inundo su voz.

—Tendrá el mismo carácter que su abuelo por lo que veo—dijo Gabriel en un tono de broma a ver los increíblemente ojos azules del niño, que a diferencia que su hermana él le agarro el dedo con su pequeña manita cuando intento tocarlo, el hombre no pudo evitar reírse suavemente ante el carácter del recién nacido.

La pareja se quedó con la boca abierta al oírlo reír, Adrien abrió la boca y en mudo movió sus labios que trataron de decir; "Por todo el cataclismo del mundo" y la pelinegra solo pudo estar feliz de que por fin ser abuelo le haya proporcionado la felicidad al hombre que vivió tanto tiempo en solitario.

Después de eso el diseñador se retiró, pero prometió que los visitaría, lo cual dejo aún más impresionado a los padres ya que no dejaba de sorprenderlos.

Al estar nuevamente a solas, el rubio arrastro una silla y tomo asiento mientras tomaba en brazos al pequeño Felix—Gracias por todo Marinette, son hermosos... te amo.

Ella le sonrió bostezando con cansancio—Yo tambien te amo Adrien y gracias a ti por estar a mi lado.

Y los cuatro se quedaron profundamente dormidos como el comienzo de una maravillosa familia…

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Cuatro años después…

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Criar mellizos no fue una tarea fácil cuando al mismo tiempo eran los súper héroes de Paris, pero juntos pudieron solventar cualquier obstáculo.

Los padres de Marinette y el padre de Adrien los visitaba a menudo y los tres consentían al extremo a sus nietos, sobre todo Gabriel que los llevaba de paseo y un montón de regalos, allí fue donde Marinette descubrió que el que le había estado dando obsequios en su embarazo fue su suegro, cuando se lo comento al rubio este quedo sorprendido pero feliz de que al final su padre siempre les importo.

Y ahora Gabriel también se integraba y se relacionaba más con su propio hijo lo cual completaba el círculo perfecto, todo seguía su curso a pesar que los años fueron difíciles para todo.

Ellos contrajeron matrimonio cuando los pequeños tuvieron seis meses, donde una foto de los cuatro adornaba la repisa de la recamara principal.

En ese tiempo Alya anuncio que estaba esperando un bebe y las amigas chillaron con alegría mientras entre las dos se dictaban concejos y demás. Nino y Adrien las observaron desde lejos con una radiante sonrisa cada uno por ser los hombres más afortunados del universo…

Una tarde la pareja Agreste se encontraban en el parque, viendo como sus niños jugaban, pero lastimosamente ya era la hora de volver a casa, así que Marinette los llamo.

La primera en acercarse con pasitos enérgicos fue Enma que sonreía muy feliz mientras su cabello rubio suelto danzaba en sus hombros.

—Mama, papa adivinen que—dijo la pequeña deteniéndose al frente de sus padres.

—Dime mi dulce—dijo la pelinegra agachándose a la altura de su hija.

—¡Felix tiene novia!—exclamo con entusiasmo.

—¡Eso no es verdad Enma!

Con paso tranquilo y con un semblante más serio que el de su hermana; se acercó el niño, que miraba a Enma con los ojos amenazantes. El cabello rubio de Felix le llegaba por el cuello y se rizaba en la parte de atrás y sus ojos azules brillaban con demasiada inteligencia.

Adrien rio ante el comportamiento de su hijo, porque a veces era demasiado tranquilo y no parecía un niño de cuatro años, más se parecía a Abu Gabriel que otra cosa.

Él también se agacho a la altura de mellizo para hablarle con voz genuinamente impresionada—¿Ah sí? ¿Y dime pequeño galán quien es la afortunada?

—¡Feliiiiiiix!

Los padres aguantaron las ganas de reír cuando vieron visiblemente como al niño le entraron unos escalofríos y su labio se fruncía en una mueca.

Al poco tiempo llego una niña un poco más pequeña que los mellizos, pero era absolutamente adorable, ya que su cabello era de un intenso azul oscuro al igual que sus ojos y su cabello estaba atado en dos pequeñas coletas. La pequeña se acercó corriendo hacia Felix y se le tiro al cuello en un gran abrazo de oso.

—Felix no me dejes solita—dijo la pequeña con una voz absolutamente tierna.

—Estabas mejor sola—murmuro el niño tratando de quitarse de encima a la niña.

Al darse cuenta que no estaban solos, la pequeña de coletas le sonrió a Adrien y Marinette—Hola soy Bridgette, ¿Ustedes son mis futuros suegros?—pregunto con inocencia.

—Oh Felix parece que has encontrado a tu Lady—Dijo Adrien riendo con ganas al ver el sonrojo notorio en el rostro de su hijo.

Mientras que Marinette regañaba a su esposo por ser tan poco discreto, pero admitía que le parecía adorable la niña junto con su pequeño, hacían una fantástica parejita.

Al parecer la historia podría volver a repetirse…

Tiiki y Plagg miraron la escena a escondidas y luego se sonrieron porque eso podría ser todo un hecho.

Fin


Omg no puedo creer que haya terminado, y debo decir que he disfrutado mucho escribiendo esta historia :'3

Y les aviso que no sera la ultima que haga de ellos, porque mientras mas uno escribe mas ideas zukulentas se le viene a la mente para crear mas ffc xD Quizas en el proximo ffc que siga sea de Felix y Bridgette? (En esa no sera hijo de Mari y Adrien) o hago otra de Marichat o Adrinette...? diganme en sus comentarios :D

¡Finalmente nuevamente gracias a todas mis seguidoras por acompañarme en esta pervertida historia!

Bueno nos veremos en otro ffc :3

¡Dejen sus opiniones y comentarios!

¡Saludos!

Pd: Y no olviden unirse nuestra pagina nueva en Facebook, donde estamos mi amiga y yo comentando locuras, nuestros ffcs que daremos datos y tambien contestaremos preguntas sobre ellos :3 (Pagina que es Marichat pero que tambien tendra Adrinette y demas)

La pagina de facebook se llama: MariChat Hasta La Muerte ¬w¬

¡Unanse, las esperamos!