¡He regresado! ¿Me extrañaron?

Aquí la tercera parte de esta candente historia de amor.

Lamento mi tardanza, pero ya saben... exámenes y fiestas de fin de año y después la flojera XDDD Pero ya estoy aquí.

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ADVERTENCIA

Este fic contiene escenas de sexo. Se recomienda que sea leído por personas mayores de 18 años.

EN SERIO ES PARA MAYORES DE EDAD.

Si eres menor de edad, léelo bajo tu propio riesgo.

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CRUCE AMOROSO

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Marinette

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"No sólo las parejas rompen corazones, ¿sabes? A veces los amigos e incluso las familias. Créeme, estas siempre duelen más."

-Inyaoo-

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Tengo un problema. De esos en los que la profesora confunde tú perfecta nota con la horrible de otro; O de esos en los que una chica no está enamorada de ti pero aun así ella te acepta. Sí, mi problema es doloroso. Pero es aún peor que esos.

—Plagg, ¿Cómo soluciono esto? —Mi kwami me ignoraba mientras, volando alrededor, abrazaba su apestoso queso. Nunca entenderé su paladar, o su apestoso amor.

—Me hace tan feliz decirte esto: ¡Te lo dije! —Dijo eufórico. Se detuvo frente a mi rostro señalándome. —Te advertí de las consecuencias de dejarte llevar. ¡Ahora sufre!

—No me estás ayudando.

—Nunca dije que lo haría. —Se alejó pero no sin antes dar un gran bocado a su queso.

Estaba derrotado. ¿Cómo hacer que una mujer orgullosa y que se vale por sí misma acepte perdonarme? ¿Cómo demostrarle que no jugaba? Quería que viera mi otra parte, mi libre forma de ser. No quería que desconociera partes de mí. Quería que se enamorara de mí completamente, así como yo me enamoré de sus dos partes.

Tomé la foto de Ladybug que tengo enmarcada al lado de mi cama. Acaricié su rostro sobre el cristal. El tacto era frío.

—Marinette. No te dejaré esconderte de mí otra vez.

Me acosté abrazando la fotografía mientras pensaba en las maneras de acorralarla. Hoy ella había escapado de mi avergonzada al sacarme de su cuarto y negándome entrar, pero mañana no escapará.

Sin embargo, igual sonreí. Ya no tenía que fingir no haberla besado delante de ella. Podía presumir sin que se confundiera con mi actitud. Ya no había nada que me atara de mostrarle todo de mí.

—My Lady… será mejor que te prepares

No iba a aceptar que se alejara sin enfrentarme primero.

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—Eres Adrien, ¿verdad Chatnoir?

Lo descubrió. Sus ojos esperaban una respuesta y mi corazón estaba evidenciando lo sorprendido y asustado que estaba ante su pregunta. ¿Cómo lo descubrió? Siempre me aseguro de ser completamente cuidadoso al visitarla y que no me reconozca.

Sólo pude asentir al ver que no apartaba los ojos de mí. Su sonrojo fue asombroso. Me enamoró aún más y cada segundo aumentaba el tono. Apartó la mirada de mí y se cubrió el rostro con ambas manos.

—¡No puede ser! ¡No está pasando!

—Marinette…

—¡Aléjate! Chat… Adrien…. Arrgg! —Se puso de pie, se ajustó la toalla y me miró. Mentiría si dijera que no tuve miedo de esa mirada sólo porque ella estaba en toalla. Una sexy y diminuta toalla ahora que la veo. —¿Cómo pudiste? Estuviste jugando conmigo.

Espera, ¿Qué? … ¿Ella piensa que era un juego?

—Nunca fue un juego. —Quise acercarme pero me esquivó. Se alejó lo más que pudo de mí bajando de la cama. —Marinette… —Lo intenté otra vez y se alejó una vez más.

—¡No! Vate Chat… Adrien… arrgg, como sea. ¡Largo!

—Mari…

—¡Vete! No quiero tus explicaciones.

¿Cómo es que un momento tan acogedor, sexy y pervertidamente apasionado se transformó en un campo de batalla? Ella huía de cada paso que daba y me esquivaba. Pero al sentirse acorralada Marinette puso una silla entre ella y yo como muro. Me miró a los ojos y apartó la mirada rápidamente. Me dio la espalda y empezó a murmurar palabras que no podía entender. Sus orejas estaban rojas. Aún estaba avergonzada. Con cuidado quité la silla y la abracé.

—Nunca jugué contigo. —Empecé a decir. Ella tembló al sentir mi aliento en su cuello. —My lady, prefiero que seas tú la que juegue conmigo. —Sonreía a ver como su cuello se ponía rojo. Había entendido el significado oculto de mis palabras. Pero no me dejó mover mis manos en su cuerpo.

—Chat, por favor. Vete.

—No quiero.

—¡Que-te-vayas! —Dijo deletreando cada sílaba y una Marinette de cabeza fue lo último que pude distinguir antes de salir disparado por la ventana. Mi agilidad me ayudó a caer de pie. Aún me sorprende la fuerza que tiene esa mujer. La forma en la que me sacó fue sorprendente. Sé que el traje da fuerza, pero ella de verdad es fuerte y hábil. Miré arriba y vi como cerraba la ventada y extendía la cortina.

—¡Dios! ¡Qué mujer tan terca! —Dije un poco alto. —Tan tercamente maravillosa. —Suspiré derrotado. —Me he enamorado aún más.

Bien, ella me había sacado. Le daré tiempo para pensarlo.

Tomé mi bastón y me alejé. No voy a negar lo preocupado que estaba. Aún no concibo entender cómo ella me descubrió. ¿Qué me habrá delatado? Ahora sólo tenía que ver cómo calmarla porque conociéndola no querrá verme o hablarme.

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Marinette en el baño, llamándome mientras se tocaba íntimamente. Marinette tomando la ducha más sexy que en mi vida haya presenciado. Marinette envuelta en una diminuta toalla al salir de la ducha… esas eran las escenas que me quitaban la concentración causando que el profesor me llamara la atención por lo menos cinco veces.

Esa mujer, con sus eróticos gemidos, me había atrapado aún más. Crucé las piernas al sentir como la torre en mi parte baja crecía. Tenía que concentrarme. Algo imposible al parecer. Lo único bueno era que la clase estaba tan aburrida que cualquier deseo se evaporaba.

Mi celular empezó a vibrar. Usé el libro para taparlo. Me había llegado un mensaje de… Marinette.

—Aún estoy muy enojada contigo. ¿Cómo pudiste engañarme?

Tecleé lo más rápido posible mientras me aseguraba de no ser visto.

—Esa no era mi intención. Quería que conocieras todo de mí. Y eso incluía a Chat noir. Voy muy enserio contigo.

—¿Por qué nunca te acercaste como Adrien?

Me reí un poco al recordar mi intento fallido de acercarme a ella.

—Lo intenté. Hace unos meses atrás te invité a salir. Nunca me diste una respuesta coherente. Y cuando te pedí quedarte un poco más conmigo en la biblioteca, usaste como escudo a Alya. Me di cuenta de que conmigo actuabas extraño y pensé que era por ser famoso. Hasta que te traté como Chat. Con él eras originalmente tú. Bueno… a tu estilo.

—Pero no es un secreto que Chat Noir ama a Ladybug. ¡Eso quiere decir que tú amas a Ladybug!

Sonreí. Porque es verdad. La amo.

—Así es. Chat ama a Ladybug y Adrien a Marinette. Es genial que nuestros alter ego se amen, ¿O no Bugaboo?

Hubo un pequeño grito lo bastante fuerte como para hacer que todos buscaran el origen. El profesor dejó el pizarrón y apuntó sobre mí.

—Señorita Marinette. ¿Tiene algo que aportar a mi clase?

—Ah… yo… Lo-lo siento.

—Si no tiene nada que aportar, por favor, vuelva a su asiento.

—Profesor… ¿P-Puedo ir al baño?

—Adelante.

—Gracias.

La vi bajar muy rápido. Ni si quiera me miró. Sólo salió disparada por la puerta. El profesor volvió a la pizarra dándonos la espalda mientras seguí exponiendo el problema.

Creo que no debí decirlo de esa manera.

¡Soy un idiota!

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—¿Me estás diciendo que ella no ha salido del baño por qué…? —Alargué la palabra mostrando que quiero respuestas. En un momento veía a Marinette hablando con Alya y al otro la veía corriendo huyendo de mí con el rostro rojo. No me había respondido el mensaje y ahora me evitaba.

Apenas entré al área de la cafetería pero al verme huyó.

Nunca digas que amas a alguien si nunca has visto su ira, sus malos hábitos, sus creencias absurdas y sus contradicciones. Todos pueden amar una puesta del Sol y la alegría, pero sólo algunos son capaces de amar al caos y la decadencia.

Leí esas palabras hace tiempo en un viejo libro y es ahora que entiendo su significado.

—¿Qué le hiciste, Agreste? —Me pregunta Alya ignorando mi pregunta. Se veía un poco preocupada. —Ella no ha parado de murmurar "ha sido él todo el tiempo" sin parar. Y por los mensajitos entre la clase, deduzco que tiene que ver contigo. Cuanta, Agreste. ¿Qué pasó entre mi amiga y tú? Y no lo escondas. Estaban muy sincronizados como para no hablar entre ustedes.

Estaba acorralado. ¿Por qué tenía que estar Alaya justo ahí cuando Marinette escapaba de mí?

—Le dije que me gustaba, pero no me creyó. —Le confesé.

La cara de Alya pasó de expresiva a estática en un segundo para después lanzar un grito al cielo. Todos los presentes la miraron y el silencio reinaba mientras ella celebraba. No sé de qué me perdí, pero definitivamente no esperaba esa reacción y mucho menos que sacara su celular para apuntarlo a mi cara.

—Así que eras tú el chico misterioso. —Me susurró. —No te sorprendas. Soy su mejor amiga y aunque ella no me lo dijo, las marcas en su cuello la delatan siempre. —Me miró y sentí frío. Alya era más tenebrosa de que lo imaginé.

—¿Desde …?

—¿…Cuándo lo sé? —Dijo interrumpiéndome. —Creo que fue después de que la bufanda le fue arrebatada por Cloé en aquella discusión. ¿Mosquitos? Ella nunca ha sido buena inventando escusas.

Oh… ese día ellas habían discutido para ayudar a un amigo con un cortometraje. Aunque se suponía que debía ser fingido.

—Soy un idiota.

—Y ella descuidada. —Me palmeó el hombro. —Será mejor que me cuentes los detalles, Agreste. —Me sacó de la cafetería y la campana del inicio de clases sonó. —Aún tenemos tiempo se sobra.

Diosito, ayúdame a escapar de su instinto reportero que pone en peligro la identidad de Chatnoir.

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No sé si agradecer que apareciera un akuma mientras Alya me interrogaba, pero después de haber pasado una hora con ella en un intenso interrogatorio, quería escapar como sea. Y esa fue la oportunidad perfecta.

Nightmare, una chica Akumatizada, era la nueva víctima y como ya sabrán, ella provoca pesadillas. Ladybug fue muy astuta al enfrentarla, pero al purificar a la mariposa, ella se empezó a alejar de mí.

Saltó varios edificios antes de detenerse y deshacer su transformación sobre uno de esos edificios sin que sea vista por un vecino. Vi un ser pequeño de color rojo a su lado. Se parecía mucho a Plagg. Ese debe ser su Kwami. Le dio algo de comer y le vi entrar en su pequeño bolsito. Salté delante de ella cuando se dirigía a la escalera de emergencias. Me miró con algo de pánico.

—No huyas más. —Le dije tomando su mano cuando iba a correr. —Lo mismo que piensas, pasó conmigo.

—No sabes qué pienso.

—Sí lo sé. —Intentó soltarse de mí. La acerqué a mi cuerpo lo más que pude y me miró directo a los ojos. —Cuando supe que amabas a Adrien y no a Chat me preguntaba si tus sentimientos por mí eran reales. No podías verme bajo la máscara y eras tan fría conmigo. Pero cuando era Adrien, me veías y actuabas diferente. "No me ves realmente" "No me conoces" "Sólo amas una parte de mi". —Ella bajó la mirada intentando ocultarse. —Eso pensaba cada vez que iba a visitarte. Hasta que decidí enamorarte como Chat y eso fue cuando ya me había enamorado de Marintte. Amo a Ladybug y también amo a la chica bajo la máscara. De eso no tengo dudas bogaboo.

Marinette dio un paso atrás. Me miró con ojos llorosos y la solté. Había un sentimiento que no supe identificar en su mirada y eso me asustó mucho. No quería perderla.

Suspiré. Plagg me había advertido tantas veces sobre la forma de actuar de Ladybug según su experiencia. Me había dicho cosas superficiales de los anteriores a mí y cómo habían fracasado o triunfado. Cada uno fue diferente, pero tan comunes al mismo tiempo. Todos se habían enamorado de una Ladybug.

Mi transformación se terminó y ella me daba la espalda. La abracé fuerte.

—Chat yo… Necesito pensar.

Ahora dependía de ella, pero no quería que se fuera aún.

La volteé y me miró sorprendida. Creo que aún no se acostumbra y no la culpo. Yo pasé por lo mismo.

La besé.

Tal vez no fue mi mejor acción considerando su estado de confusión pero… la besé como si fuese el último beso. Se apartó de mí y se fue corriendo transformándose en el proceso. Yo me quedé mirando su huida, sin seguirla, sin moverme. La puesta de sol se hizo presente a mi espalda. No quise ir a mi casa aún. Plagg se sentó en mi hombro. Creo que había estado hablándome y no le hice caso. Le di un poco de queso y me senté en el suelo.

—Dime Plagg… ¿los anteriores a mi sentían ésta impotencia?

Pasaron unos segundos en silencio sepulcral. Ni siquiera oí su peculiar ronroneo al masticar.

—Al igual que tú tuvieron que decidir y sufrir las consecuencias. Algunos estaban destinados a estar juntos, otros no lo estuvieron.

—¿Cómo sé que ella y yo estamos destinados?

—Si te digo que no están destinados, ¿Qué harías?

Miré a plagg. Últimamente estaba hablando de cosas sabias de pronto.

—Me arriesgaría aun así.

—Entonces no importaría si están destinados o no. Lo intentarías. —Asentí y miré el cielo. Tal vez mis predecesores pensaron lo mismo y siguieron adelante.

Yo debo hacer lo mismo. No me rendiré tan fácilmente.

Me transformé y fui directo a su casa. Todo estaba oscuro en su habitación sin embargo, mi oído me permitió escuchar pequeños susurros que venían de adentro.

Noirien

Escuchar ese nombre repitiéndose una y otra vez me dio un escalofrío en todo el cuerpo. Marinette llamaba a alguien con una voz muy… no, demasiado sensual para su bien. Me acerqué a una ventana sigilosamente y mi visión nocturna me mostró lo más jodidamente sexy que he visto después de la escena en el baño.

Marinette masturbándose mientras miraba su celular.

Me paralicé por un momento y casi me caigo de mi bastón cuando pude identificar el objeto de su delirio: la foto que le di semi desnudo.

Noirien…

Dijo un poco más fuerte y pude sentir los efectos de esa voz. Creo que encontró la manera de volverme loco. Ella estaba totalmente desnuda, lo que significaba que hace bastante tiempo que estaba complaciéndose. Y eso sólo significaba que pronto acabaría.

No aparté la mirada de ella mientras se tocaba. Estaba acostada en la cama. Había soltado el celular para ayudarse con la otra mano. Se tocaba muy profundamente dentro de su vagina y yo sin estar ahí, con ella. Me desesperaba con cada gemido que salía de su boca, con cada vez que nombraba la combinación de mis ambos nombres y con cada vez que se mordía los labios.

Quería entrar. No aguantaba más, pero un fuerte gemino hizo que mi traje se hiciera muy pequeño de pronto y el olor que pude sentir segundos después era como un disparo de feromonas. Ella había llegado al clímax.

Gracias a Dios que era de noche y que mi traje era negro. Traté de calmarme. Estaba tan excitado por ella, tan deseoso de por fin tenerla y hacerla mía. Pero verla tan vulnerable y tan tierna no era de ayuda.

—Adrien me ama.

La escuché decir y sonreír después. Se cubrió el rostro pataleando.

—¡No, Marinette! Se supone que debes estar enojada no feliz.

Estaba un poco confundido pero mi cuerpo estaba caliente.

—Debes enojarte, no estar feliz de que sean la misma persona. ¡Enójate con él! —Se sentó en la orilla de la cama. —Él sabe que soy Ladybug y me ama. —Volvió a sonreír. —¡Oh Dios! Todas esas cosas pervertidas que hice con Chat… Las cosas que le dije sobre quien amaba… el cómo me besaba y me tocaba mientras decía que sería suya pase lo que pase. —Se recostó en una pared y se dejó caer poco a poco. Yo estaba fascinado por ella. La escuché suspirar como si estuviera en un sueño. —No tengo que elegir a uno… Debería llamarlo.

Tomó su celular pero luego se detuvo. Se puso de pie y encendió la luz. Puso su celular a cargar y se vistió para dormir.

—Hablaré con él mañana. Hoy quiero que piense en lo que hizo. Casi me vuelvo loca creyendo que amaba a dos hombres. —Tomó su pequeño volso y lo abrió. —Tikki… tenías razón. Debí confiar más en mi instinto.

—Marinette… Sé que estas muy feliz pero ya es muy tarde. Mañana tienes clases. Duerme.

—Pero no tengo sueño.

El pequeño ser rojo parecido a Plagg salió el bolso de Marinette.

—Si no duermes no estarás en condiciones para verlo mañana. Te has desvelado mucho y tus ojos necesitan descanso. Cuídate un poco más.

—Tú ganas…

La dejé hablando con su Kwami. Ya no aguantaba más. Me alejé de su casa en dirección a la mía. Entré directo al baño por la ventana y me des transformé. Ahora estaba más excitado que nunca. Plagg salió sonriendo dejándome con mi problema entre piernas. No es que necesitase su ayuda, pero era algo vergonzoso saber que tu Kwami sabe mucho de las reacciones humanas.

Mi pantalón estaba estrecho. Encendí la ducha y me metí con todo y ropa. El agua fría recorría cada parte de mi cuerpo pero no hacía grandes avances. No me aplacaba el deseo. Me quité la ropa lo más rápido que pude. Una Marinette desnuda gimiendo por mí dominaba mi mente y mi cuerpo.

Me toqué. Mi autocontrol se dejó y pasé mi mano por todo mi miembro. Era algo vergonzoso sabiendo que ella estaba tan deseosa por tenerme pero si entraba en ese momento seguramente ella me hubiese echado por el simple hecho de estropearle sus planes.

Me balanceé siguiendo el ritmo de mi mano y sólo podía pensar en ella. Reinaba en mi mente y su nombre acompañaba mis gemidos. Fantaseé con ella tocándome, lamiéndome el cuello, besándome fogosa y ardientemente, teniendo mi cuerpo a su merced. Conjuré su imagen arrodillada frente a mí, tomándome en su dulce boca. La textura de su lengua rodeando mi miembro. Llevándome al éxtasis.

Me derramé sobre mi mano. Cerré la ducha al empezar a sentir frío.

Actué como un adolescente con explosión de hormonas. Pero no me arrepiento.

Me encanta que juegue conmigo. Esa mujer me ama y yo la amo aún más por eso.

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Es noche soñé con ella.

El destino no está escrito pero me aseguraré de grabar el mío en mármol. Porque la luz que brilla iluminando a éste gato es ella. Una mujer por la que vale la pena luchar.

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"El amor… durará tanto como lo cuides y lo cuidarás tanto como lo quieras."

-Anónimo

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►►►Continuará?

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Y con ésto me despido.

Reescribí este capítulo como unas seis veces. Digamos que no me conecto bien con el sentir de Adrien, pero hice un esfuerzo XDDD

Espero hayan disfrutado la lectura y nuevamente me disculpo por la tardanza.

Y ya saben lo que suelo decir:

Revew = Escritora feliz = Más capítulos

Hasta la próxima *-*