Título original: Ravishment.

Autora Original: Queen Nightingale.

Fecha original: 10 de abril de 2011.

Idioma original: inglés.

Disclaimer: no me pertenece absolutamente nada de lo que sigue.


SEDUCCIÓN

2. El Lago

(Ravisment p2, by Quieen Nightingale)

Lily inhala profundamente el cigarrillo que cuelga entre sus dedos. Está apoyada en el árbol frente al lado.

Cierra los ojos e, inconscientemente, ladea la cabeza hacia arriba, dejando que el humo salga lentamente de su boca abierta antes de exhalarlo todo.

James está de pie detrás de ella, observándola apoyarse en el árbol con la mirada perdida en el lago. Se aclara la garganta y Lily se gira con pereza para mirarlo.

Se queda quieto por un momento, bebiendo de ella. Es fin de semana y lleva un vestido de verano de color verde con encaje en la parte inferior y en el escote, y un sombrero de paja de ala ancha la cabeza, y su largo pelo pelirrojo adorna su figura. Tiene el cigarrillo colgando cuidadosamente entre sus dedos y una lenta sonrisa escapa de sus labios rojos.

— ¿Si, Jamesipoo? — dice burlona. James sigue mirándola. — Ya sé que estoy deslumbrante, pero tampoco te pases.

— ¿Fumas?

— No — dice mirando el cigarrillo entre sus dedos. — Solo necesitaba desconectar un poco.

— Eso te matará, ya lo sabes — James sonríe acercándose a ella y, tras sentarse en el suelo, le hace un gesto para que se una a él.

Apaga el cigarrillo en el suelo, aplastándolo contra la tierra con sus zapatos de tacón alto, ignorando su invitación.

— No me puedo sentar en el suelo — le explica, haciendo un puchero. James la observa cuidadosamente desde su nueva posición. Se quita el sombrero y se apoya en el árbol, con el pelo rojo precioso y su falda de tul meciéndose cuando se inclina.

— Siéntate en mi regazo — le dice, inclinándose hacia atrás sobre sus codos y con el aire revolviéndole el pelo. Lily echa un vistazo a sus brazos bronceados y con algunas pecas, y luego sonríe.

— ¿No tienes miedo de que te seduzca?

— ¡Estoy protegido! — finge estar a punto de sacar un rifle del bolsillo de su pantalón y finalmente le enseña un condón, haciendo que Lily se eche a reír. — Está bien.

Lily se deja caer entonces sobre él, con más bien poca gracia, con las piernas juntas y envolviendo los brazos alrededor de su cuello. James ríe.

— Qué grácil.

— Por supuesto, querido — replica Lily, acurrucándose en su pecho y entrelazando las piernas con las del chico.

Después de unos minutos en un silencio cómodo en los que ambos miran tranquilamente el lago y el cielo, James habla:

— ¿Y bien? ¿Por qué tan arreglada? — pregunta con curiosidad, mirando hacia abajo a la bola roja acurrucada en su pecho. — Es fin de semana, y ni siquiera tenemos excursión a Hogsmeade.

— Petunia ha ido a Londres y se suponía que tenía que reunirme con ella allí — dice Lily gruñendo inconscientemente. — Es mi hermana mayor. Se va a casar y esto era para su fiesta de compromiso.

— Ah — James baja la cabeza y frunce el ceño. — ¿No es un poco joven como para casarse? ¿Cómo de mayor es?

— Tiene un año más que yo. Se casarán dentro de un año. La foca con la que se va a casar tiene veinticuatro años y es repugnante.

— Oh.

Lily mira a James y le sonríe y él se queda mirándola otra vez con los ojos abiertos.

— ¿Te gustaría casarte alguna vez, James?

— Esa es una pregunta peligrosa, querida — le responde, imitando el acento de las películas antiguas y haciendo que Lily se ría de él. — Pero la verdad es que sí. Tal vez… algún día.

— Eres un romántico.

James se congela.

— ¿Yo? No, en absoluto — replica rápidamente, lanzándole dardos a ella, que le sonríe con complicidad.

— Sí que lo eres. Lo llevas escrito en la frente. Será por eso que eres tan enorme, y valiente, y audaz — le dice sonriéndole. James le sonríe también, con picardía.

— Evidentemente.

— Eres un poco dulce, y un romántico empedernido — sigue Lily, y abre los ojos fingiendo pena: — Uno que quiere amar y proteger a la chica adecuada.

— Vamos a nadar — le dice de repente, ignorándola.

Lily ríe con ganas.

— ¡De ninguna manera! ¿Así vestidos?

— ¡En ropa interior! — se pone en pie, con ella todavía en brazos, y con Lily golpeándolo en el pecho y riendo.

— ¡Bájame! — dice con furia, todavía riendo mientras se acercan a la orilla.

James la pone en el suelo, se quita los calcetines y los zapatos, se sube los pantalones y se mete en el lago sonriéndole a Lily, que observa cómo se moja cada vez más el dobladillo de sus pantalones conforme se adentra en el lago.

— Venga, ¡te reto! — dice abriendo los brazos en alto y sonriéndole a Lily, que está de pie en la orilla con los brazos cruzados y frunciendo los labios. — ¡Oh, venga, Evans! ¡Sabes que quieres venir aquí y violarme!

— Hay gente mirando — dice entre dientes, pero empezando a sonreír. — ¿Qué pensarán?

James echa un vistazo y solo ve a un par de Ravenclaws tumbados en la otra orilla.

— ¡Están al otro lado! ¡Aquí no hay nadie! Y, además, ¿a quién le importa? — dice sonriéndole.

Lily le devuelve la sonrisa y, tras vacilar un momento, empieza a quitarse los zapatos. James la mira mientras se inclina para librarse de las correas que tiene alrededor de los tobillos.

— Estás tardando demasiado — bromea mientras empieza a caminar hacia la orilla, donde Lily se acaba de quitar el calzado.

— Ni se te ocurra, James. Te lo adviert… ¡ahhh!

Se aleja de su alcance y empieza a correr por la orilla, pero él rápidamente la atrapa, la coloca sobre su hombro y camina con tranquilidad hacia el agua mientras su falda se mece sobre sus hombros.

— No te atrevas, James; que ni se te ocurra, James. Estoy hablando en serio… ¡estoy hablando en serio!

Con un "plof" gigante, la deja caer en el agua y, en cuando emerge, totalmente empapada, Lily empieza a chillar. Se quedan así durante unos minutos, Lily con el ceño fruncido y James tratando de sofocar las carcajadas que le brotan del pecho.

— Lo siento, Lily. Creo que he tropezado — dice, y al momento una carcajada se le escapa sin poder controlarla. — Ha sido un accidente, lo digo en serio, yo… ¡Owww!

Lily salta sobre él, echándole los brazos al cuello y haciendo que ambos caigan al agua. James sale a flote en busca de aire, totalmente empapado, con la camisa roja de cuadros chorreando, las gafas goteando y el pelo pegado al cráneo.

— Oh, Jamsiepoo… — dice Lily riendo alocadamente, con el vestido verde empapado y pegado a su piel — ha sido un accidente, lo juro.

James abre los ojos y entonces la agarra y los arrastra a ambos por el agua, mientras las carcajadas alegres de Lily hacen eco en el lago casi vacío.

Terminan flotando uno al lado del otro, en silencio y agotados, mirando al cielo azul decorado con algunas nubes blancas.

Se gira para mirar a Lily, que tiene los ojos cerrados y una pequeña sonrisa en la cara. Hacía tiempo que no la veía así, sin preocupaciones. Se mece en el lago, con el vestido verde flotando y el pelo rojo arremolinado alrededor de su cabeza. Una gota de agua le baja por la mejilla desde la nariz, y desea tocarla desesperadamente, pero se contiene.

No había pretendido insultarla todo el tiempo, sobre todo no en clase. Le alegraba saber que no había salido con nadie porque, para ser honesto, eso significaba que podía ser suya de más maneras todavía. Lo creía firmemente.

No había sido fácil convertirse en su amigo después de los problemas que habían tenido en el pasado y todo lo que había pasado con Snivellus, pero una vez que su amistad con Snape había desaparecido, le gustaba pensar que él había llegado para llenar ese espacio en su vida. Para hacer su vida más llena y menos solitaria.

Le gustaba verla como una paleta de colores. Con colores brillantes, magentas, azules, dorados, y verdes por todos los lados. Y, en medio de todos, una gran gota de pintura roja en el centro. En su corazón.

Había algo que simplemente funcionaba entre ellos. Algo reconfortante en discutir con Lily, porque nunca se enfadaba realmente con él, no se ofendía de verdad por sus comentarios. Se había dado cuenta de que solía contenerse, sobre todo cuando él estaba cerca, y le encantaba meterse con ella por eso. Le gustaba cómo se encendían sus mejillas, haciendo juego con el color de su pelo. Quería despojarla de toda fragilidad y descubrir qué había en su interior, saber por qué era tan jodidamente genial.

Para ser honesto, quería que fuese suya. Quería ser su dueño, poseer hasta su espíritu y su alma, pero no quería meterla en una jaula ni en una prisión dorada. Quería verla bailar, escupir fuego contra él en clase y sobre todo, ver cómo le sonreía después. Quería que hiciera todo eso por su culpa, con él y para él.

Quería que el cielo se volviese negro, que apareciesen la luna y las estrellas, y los planetas, e incluso los agujeros negros. Quería flotar de su mano, con ella vistiendo ese precioso vestido verde.

Quería ser su todo. Si se casaba con ella, "si lo hacía", matizó su cabeza, aunque él sabía que lo haría, no le importaría ni el cómo ni el cuándo. Se casaría con ella delante de su familia si así lo quería, o delante de sus amigos y de los Merodeadores si lo prefería. O lo harían en un barco, en medio del océano, solos ellos, un sacerdote, y cientos de velas flotando a su alrededor. No importaba el dónde, ni qué coño llevasen puesto. Solo tenían que ser ellos. Para siempre. Flotando a la deriva, perfectos, y reales, y felices.

La ama. Se da cuenta entonces con una sacudida.

— Así que — dice Lily con la voz un poco ronca tras los gritos mientras ambos siguen flotando, — ¿esta es tu forma de seducir a las chicas, James?

James no le responde y Lily se incorpora, notando en las puntas de los pies la gravilla del lago, y se vuelve hacia él.

— Oye, solo estoy bromeando, Jam…

De repente el chico se incorpora y la coge en brazos. Lily le echa los brazos al cuello y entrelaza sus piernas alrededor de su cintura mientras James los arrastra a una parte menos profunda del lago, con el rostro congelado pegado al de ella.

— No — dice en voz baja, mirando fijamente a Lily. — Esta es mi forma de seducir a Lily Potter.

Y la besa. Sus manos abrazan su delicada cintura y Lily presiona su cuerpo contra el suyo con necesidad. James tropieza un poco ante el movimiento y después ambos se mecen dulcemente, en una estampa casi perfecta, con el sol y las nubes sobre sus cuerpos empapados.

Entonces ella se da cuenta de qué apellido había usado, y no le importa.

Le parece genial.


Y a mí lo que me ha parecido genial ha sido este fic. ¿A vosotras no? ¡Gracias por leer, os veo en los comentarios!

Un besooo

Pdta.: como sé que lo estáis deseando, esta noche... ¡capi nuevo de KAT!