Personajes de Kurumada.

Por más que lo parezca, este Fic no es ni será Yaoi. Basado en un meme que vi hace un buen, y que aun recuerdo xD

Repito; NO YAOI

"Hyoga"

"El día que los adolescentes pierdan la inocencia... Podrán ver porno." K-C-YO Poeta del siglo XX

- ¡Ay, Camuuuus!

El grito de Milo hizo eco en la onceaba Casa, asustando a Hyoga que apenas entraba para saludar a su maestro, después de tanto que no le veía.

El rubio arqueo una ceja y ladeo los labios. Ya era costumbre que siempre que siempre que asistiera a Acuario se encontrara con el Bicho dorado de metiche.

- ¡Ay Camuuus!- volvió a escucharse el grito mucho más fuerte que antes.

Proviene de la habitación de mi Maestro. Se dijo el Pato.

Con paso firme y procurando hacer el menor ruido posible, se dirigió ahí, porque donde estaba Milo, estaba Camus.

- ¡Ay Camuuuus!

Cállate, Milo... pensó Hyoga, rodando sus ojos, no entendía cómo es que su maestro aguantaba al Santo de Escorpión. Y tampoco entendía como alguien tan quejica como Milo, era un Santo Dorado.

A tres pasos de la puerta que daba a los aposentos más privados de Camus, Hyoga escucho tanto la voz de su maestro como la del invitado dejándolo, prácticamente, helado.

- ¡Ay!

- ¡Cállate Milo!- grito Camus- Todavía ni te la meto y ya estas de quejica.

¿Qué dijo? parpadeo varias veces el ruso con su único ojo.

- Es que se que me va a doler...- replicó Milo, con voz ahogada.

Hyoga se quedo más quieto que una estatua ¡¿Que carajos?!

Sacudió la cabeza y se acerco hasta la puerta de puntitas, re-pego la oreja a la madera, para escuchar con más claridad lo que sucedía ahí adentro.

- No te va a doler, Milo.- la voz hastiada de Camus le hizo respingarse.

- Como no es a ti a quien te la meten...

- Ya basta, Milo.- bufó el galo- No te muevas, un movimiento en falso y se me va de lado.

- Mientras no me entre, por mí mejor.

- Solo cállate.

Hyoga no dejaba de pensar una y otra vez; No, mi maestro nononononono... Alto... poso su mano sobre la madera... puede que no sea lo que estoy pensando... Puede que sea una confusión... ¡Sí! es eso, solamente eso...

- Camus, solo te pido que lo hagas despacito...

- Sí lo hago despacito te va a doler más que las otras veces.

- Entonces hazlo rápido...

- Sí lo hago rápido te va a doler igual... Y puede que chorree fuera. Y no quiero manchar mis sabanas.

Ma-es-tro O...- (Cara del pato xD)

- ¡Ay!- se quejo.

- ¡Que no grites! ¡¿Quieres que te de razones para llorar?!

- No...

- Entonces... ¡Cállate!

- Vale... Oye, Camus...

- ¿Qué?

- Pásame una almohada.

- ¿Para qué?

- Para morderla.

- ¿Y porque no la agarras tu?- pregunto el francés.

- Sera porque tengo las manos amarradas... Idiota.

- Te las amarre para que no me rasguñes, como el otro día.- Hyoga sintió la boca seca, su único ojo estaba como plato, al igual que sus labios- Me dejaste una marca muy fea.

- ¿Como no querías que te arañara? Si me la metiste sin avisar siquiera, ni tiempo tuve de respirar.

- Sí Milo, sí.

- ¡Más te vale metérmela despacio, Camus!- repitió el bicho- Que sí no luego no me puedo ni sentar de maldito dolor...

- Apenas llevamos tres días, Milo. Y ya te estás quejando.- dijo en tono calmo el galo.

¡¿Tres días?! Hyoga se llevo ambas manos a la boca.

- Ya veremos, cuando me toque a mí metértela, haber que dices... Camuchis.

- Dudo que eso pase. Sigue soñando- dijo ironizó el francés- Bien, Milo... Aflójate.

- Me va a doler...

- Que te aflojes te digo, suéltate, aflójate, libérate... relájate...

- Me va a doler...

- Veras que se te va a pasar en un dos por tres... Aflójate...

- Que me va a doler...

- Obviamente, Milo.

- ¡Oh!- exclamo el bicho.

- ¿Qué?

- Dios Mío...

- ¿Qué Milo?

- Esta muy... grande, Camus.

- ¿Eh? Oh, sí... Pero no te asustes.

Hyoga cerró su ojo con fuerza y meneo la cabeza varias veces.

Tan machito que se ve... Maestro Camus... Y Milo.

- ¡AAAAHHHH!

Hyoga pego un salto del susto, aunque Camus no quedo atrás, pensó el pato, debido al grito que dio.

- ¡¿Qué diablos, Milo?! ¡¿Porque gritas?!- espetó.

- Esta chorreando, Camus.- sollozo el bichejo.

- Claro... Pues que esperabas...

- Esta chorreando...- repitió de nuevo.

- Sí, Milo, sí... No la veas,- el colchón rechino, mientas Hyoga sintió que sus piernas fallaban- Así está mejor. Cierra fuertemente tus ojos.

Adiós inocencia mía, adiós.. Te extrañare como no tienes idea...

- ¿Camus?- hablo nuevamente el Santito.

- ¿Mmm?

No oigo, no oigo soy de palo tengo orejas de pescado... murmuraba en voz súper baja el patito.

- ¿Ya me la arrimaste? ¿Verdad? La siento cerca de mí.

- Shhh... No digas nada, Milo.- susurró el santo de la Ánfora.

Señor, yo que siempre eh creído en ti, mándame una señal chiquita, oh mi cielo... de que lo que estoy escuchando no es cierto... Que esto es una pesadilla... ¡Una pesadilla! rogaba el pato, sosteniendo con fuerza la Cruz que colgaba en su cuello, mirando al techo... Poco faltaba para que se pusiera de rodillas.

- No te muevas, Milo..

- Sí...

Por unos instantes, el silencio reino... Hasta qué...

- ¡AAAHHH!- chilló el octavo guardián.

- ¡No llores Milo! ¡Qué manchas mis sabanas de mocos!- grito Camus- Apenas va la puntita... Aguanta... Muerde almohada, muerde almohada... muérdela...- susurraba, en el pasillo se escuchaba el eco no solo de su voz, sino también los quejidos, gemidos y pujidos del Bichejo Dorado.

¿Acaso no me oyes, Señor? Hyoga derramo varias lagrimas por su ojito azul, igual que el de la octava casa... que también estaba llorando a moco tendido.

- Apenas va la puntita, una cosa de nada.- prosiguió Camus- Ya no llores y deja que acabe dentro. Mmm, ya casi, ya casi, falta la mitad...

- Mppfpfpf Cpmpsp.

- ¿Qué?- pregunto el cubo de hielo.

- ¡Maldito Camus! ¡Duele mucho!- gimoteo el Escorpión.

- ¡Pues aguanta!- se detuvo- ¡Ni se te ocurra arañarme!- grito ya que Milo se había librado del amarre al que lo sometió.

- ¡Es que... AAAAHHG!

- ¡Ya la metí toda!- grito Camus triunfal.

- ¡AHG! ¡Sácamela, sácamela yaaaa! ¡Sácamela que me duele!- los rechinidos de los resortes de la cama sonaban y con fuerza.

- ¡Espérate idiota!- muy pocas veces se podía escuchar a Camus con voz agitada, diciendo groserías y gritando... Esa era una de las pocas- ¡Deja que la vacié dentro!

Hyoga no se contuvo más, se dio la vuelta a la salida corriendo.

- ¡Mmmmgh! ¡AAAHHH!- escucho el grito de Milo.

Por Zeus... Por Jesús... ¡Por todos los Dioses!

Tan abstraído estaba, que no se fijo por donde iba, que tropezó con un mueble de la sala, asiendo que cayera un florero al suelo, rompiéndose.

- ¡¿Quien anda ahí?!- escucho que gritaba Camus a sus espaldas. Se quedo quieto, con su ojo cerrado fuertemente cuando escucho los pasos del maestro de los hielos aproximarse a su posición- ¿Hyoga?- le llamo su maestro, posando su mano en su hombro, causándole un respingo- ¿Qué haces aquí?

El ruso le miro sobre su hombro, abrió la boca pero no atino a decir nada, ya que el aspecto de Camus le dejo sin palabras y la mente en blanco, literalmente.

Los cabellos turquesa de su Maestro lucían alborotados y en diferentes direcciones, la camisa arrugada y con dos botones desabrochados de la parte de arriba, en la frente se podía apreciar unas pequeñas gotitas de sudor y su respiración aun se escuchaba agitada.

Hyoga cerró su ojo azul con fuerza, volvió la cabeza al frente y negó varias veces. Sin pensarlo más, con poca delicadeza se soltó del Acuario, dejándolo perplejo.

¡A la goma! se dijo, echando a correr asía Capricornio sin mirar atrás ¡Tenía que contar a todos sobre lo de Milo y Camus! Más bien ¡Tenía que ir a confesarse para limpiarse la conciencia! Y también tenía que ir con un psicólogo para tratar el futuro trauma que se le venía.

Camus le observo alejarse, corriendo de dos en dos los escalones, rogando por qué no se partiera el rostro contra las escaleras.

- ¿Que quería tu alumno?- pregunto un pálido y sudado bichito a sus espaldas, restregándose el dorso de la mano contra su mejilla, secando unas lagrimitas y la otra la tenía sobre su pompa derecha.

- No lo sé.- dijo Camus encogiéndose de hombros- Apenas me vio y se echo a correr.- ladeo el rostro, mirando con clara diversión al bicho- Ya Milo, no exageres... Una inyección no duele mucho.- dijo sacudiendo la jeringa que tenía en su mano derecha, esbozando una pequeña sonrisa- Recuerda lo que dijo el médico,- se aclaro la garganta- Aunque duela, una inyección puede salvar una vida...

- El día que te pongan una, Camus.- Milo entrecerró la acuosa mirada- Ya veremos si sigues diciendo eso.

- Como digas, hombre.- lanzo la jeringa ya utilizada al contenedor de basura- No es mi culpa que te receten inyecciones durante una semana. Y tampoco es mi culpa que nadie en el Santuario sepa ponerlas, a excepción de Saga y yo... Aunque Saga ya tiene sus propios problemas con Kanon...- medito.

- Y tampoco es mi culpa que me haya enfermado de gripe al igual que Kanon, ¿Verdad?

- Quien te manda a meterte a una alberca con agua helada.

- Más bien... ¡Quien te manda a ti a congelar el agua donde estábamos nosotros dos!- le señalo acusadoramente, el galo solamente sonrió- ¡Que te den Camus de Acuario!- dijo dándose la vuelta en dirección de su casa, no sin antes mostrarle el dedo corazón erguido en medio de su puño cerrado- ¡Que te den!

ouUuUuo

En la Casa de Géminis...

Hyoga se detuvo a tomar aire en el salón de batallas de Géminis, apoyo ambas manos en sus rodillas y respiro agitadamente, tremenda carrera que pego desde Acuario.

Aunque lo siguiente que vio, le dejo sin palabras y sin el aliento que apenas pudo retener.

Kanon colgaba desde el candelabro del Salón de Batallas, solamente vestido con su típica remera y unos calzoncillos rojos (dense taco de ojo lectoras ;), mientras Saga intentaba bajarlo, con una escoba... Aunque Saga no estaba demasiado lejos del aspecto de Kanon, la diferencia es que él si traía pantalones, lo que no traía encima era la remera.

El gemelo menor enseñaba piernas mientras el mayor enseñaba sus sensuales pectorales (...)

- ¡Bájate de ahí, Kanon!- vocifero el mayor, tratando de golpearlo con el palo, Kanon alzaba sus pies para que su gemelo no le alcanzara a dar el Madrazo.

- ¡NO!- grito aferrándose con fuerza- ¡No me voy a bajar hasta que me dejes en paz!- Y hasta que descubra como carajos bajarme de aquí... pensó.

- Mira, Kanon- Saga cerró los ojos, para luego abrirlos con un brillo siniestro- Ya me estoy enojando ¿Oíste?

- ¡Me vale!- grito- ¡No voy a dejar que me la metas de nuevo! ¡¿Oíste cabrón?!- miro a su hermano que apretó la escoba con fuerza- ¡No me bajo y no me ba...!

- ¿Qué?- balbuceo Hyoga, temblando de pies a cabeza... Eso ya era demasiado... ¡Demasiado! Primero su maestro y Milo, ahora Saga y Kanon... Lo peor de todo... ¡Eran hermanos!

- Incesto...- susurro en voz baja, sin dejar de verles con temor.

- ¿Qué?- ladeo el rostro- Ash, olvídalo..- Saga rodó sus orbes jade- Mejor ayúdame a bajar a Kanon.

- ¡NO!- repitió el colgado Kanon- ¡Me la quiere encajar en el culo, Hyoga!- grito, mirándole con los ojos inundados de temor- ¡Ya no quiero! ¡Me duele!- sollozó.

Apenas soltó esas palabras, Hyoga callo cual costal de papas sobre el suelo, dándose, perdonen la palabra, en la madre.

- ¿Qué...? ¿Y ahora este?- Kanon arqueo su ceja, mirando sorprendido al pato, que no hacía más mover su pie derecho, como cuando matas una gallina y lo único que hace es mover las patas por reflejo.

- Ni idea...- respondió Saga encogiéndose de hombros, ignorando al ruso tendido en su casa- En fin, Kanon, bájate.- repitió.

- ¡Ño!- dijo con tono de niño chiquito.

- Muy bien- Saga tiro la escoba al suelo, saco de su bolcillo trasero una jeringa grande con una aguja de... siete centímetros, de esas que se usan para vacunar puercos (¿Saga le querrá decir algo a Kanon?) - Sera por las malas...

- ¿Saga? ¿Qué...? ¡No, no! ¡¿Estás loco?!- grito al ver como comenzaba a agrietarse el techo, justo donde colgaba el candelabro... justo donde estaba él- ¡Deja de hacer eso!

- Preparate, Kanon- dijo Saga, colocando la jeringa estratégicamente en el suelo, pegándola al pavimento con un chicle que momentos antes estaba masticando (sonara raro, me gustaría haber sido ese chicle para estar en la boquita de Saguita xD Miaw), donde aterrizaría el menor según sus cálculos.

- ¡No Saga, espérate!- le miro con los ojos desorbitados, para luego posarlos en la puta inyección para animales de granja, específicamente; puercos- ¡Me bajo solo!- grito, sacudiendo sus piececitos- ¡Me bajo solo!- el techo siguió agrietándose- ¡Me puedo romper un brazo, tarado!

- Eso lo sé- sonrió de lado- como también se que aterrizaras en la inyección...- dijo dándole la espalda, empezando a caminar asía los aposentos privados, no sin antes decirle con una sonrisa marca Géminis- Eso, esperando que entre en uno de tus cuadrantes de Balquemin... Y no en otro lado...

- ¡No seas así! ¡Saga!- le miro con los ojos llorosos, aunque su gemelo ya no le regreso la mirada- Hermanito... Va-a-doler...- susurró cuando escucho el típico chasquido de algo rompiéndose.

Con Saga...

- Solo espero que la inyección se le clave correctamente en la nal...

- ¡WAAAAA!- se escucho por toda la casa- ¡MI POMPI DERECHA!

- ga derecha...- sonrió- Joder, que soy muy bueno analizando las cosas. Ahora, a sacársela a Kanon, antes de que se la saque solo.- se dio la vuelta, regresando a donde estaba el picoteado, golpeado y madreado de su hermano.

Y donde seguía Hyoga, inconsciente.

FIN

¡Muahahaha! Estúpida y sensual musa xD

Cuadrantes de Balquemin, nombre científico para el área donde se ponen las inyecciones... Y sí, lo saque de una familia de diez xD

Ya saben, espero haberles causado una pequeña sonrisa, ya que para eso estoy. ¡Dejen comentarios!

Muchas gracias a todas las chicas que me han comentado y apoyado con este fic, me encantaría poder responderles... Pero por motivos de trabajo no tengo tiempo 77, adoro leerlas chavas... ¡Las amo! Muchas, muchas, muchas gracias por comentarme *u*

Este capítulo dedicado exclusivamente para todas ustedes; Diamante no Mai, Max fang, Esmeralda de andromeda 248 , sukoru-chan, MoonstoneIce31585, lady-saintiasailor, Lina Elnath, GGMC, Ignis Faatus, pequebalam, Shizudei, DragónPiscis97 y nellyhatakk.

Espero que les haya gustado (Safiro se pone junto a Hyoga a rezar el Rosario) ¡Besos y abrazos! Prometo contestar cuando el tiempo me lo permita *u*

¡LOS QUIERO A TODOOS!

PD: ¿Pueden dejarme subgerencias? Mi cerebro ya murió OnO

SafiroLeoninaDeGéminisBipolar y Hyoga traumado xD