Disclaimer: Ranma 1/2, sus personajes y trama no me pertenecen. Obviamente pertenecen a Rumiko-sensei. Tendría que ganar la lotería unas veinte veces para comprar los derechos. Créanme, no tengo tanta suerte.

Advertencias: Nop :)


Akane era complicada

Ranma Saotome no se consideraba un experto con las mujeres.

De hecho, estar tan desorientado respecto a ellas debería ser ilegal. Y si, Ranma era una chica (físicamente) la mitad del tiempo, pero eso no significaba que él pensara como una. Él era un hombre y pensaba como uno, muchas gracias.

De cualquier forma este asunto jamás le había preocupado hasta que Akane había entrado en su vida, momento en el que se dio cuenta cuán desagradable era ser atacado por la furia femenina. Bueno, no, Ranma ya había sido atacado con furia femenina antes. Mejor dicho, había sido el momento donde Ranma se dio cuenta de que el importaba que Akane estuviera enfadado con él. Porque si, a Ranma le importaba.

Y es que era injusto. Ella lo golpeaba sin razón, le gritaba sin razón, y, peor aún, se entristecía sin razón. Si Ranma fuera mujer (no lo era) podría entender la lógica femenina (no podía) y quizá tratar de arreglarlo (no sabía cómo).

Créanlo o no, a Ranma no le importaba en absoluto la figura de una mujer. En realidad, antes de Akane, ninguna mujer le interesaba lo suficiente como para hacer comentarios al respecto. Pero la boba marimacho tenía que herir su orgullo. Entonces Ranma tenía que defenderse. Y entonces ella tenía que actuar irracionalmente.

Era cierto que a veces Ranma comenzaba el ataque verbal, pero eso era sólo porque ella hacía cosas innecesarias, como atraer la atención de otros hombres, ser dulce con otras personas o abrazar a ese estúpido cerdo mentiroso de Ryōga. Pero eso era obra de los celos. Celos que no tenían fundamento. O quizá si. Es que, bueno, ella era de él. Ella era la única mujer en la que sabía que podía confiar cosas importantes, y la única mujer que él sentía que debía proteger. Era la única mujer que se preocupaba seriamente por él. A ella no le importaba su maldición. Ella era de él. Por lo tanto, Akane debía comportarse como tal. Pero ella no lo comprendía.

Era cierto también que Ranma jamás le había dicho nada sobre ese asunto (tampoco era bueno con las palabras), pero es que era obvio. Y Ranma seguía sin entender cómo es que Akane no lo sabía. Y ella seguía dudando. Y Ranma también dudaba. ¿Y si a ella le gustaban los poemas de Kuno? ¿O era amable con Ryōga porque a ella realmente le gustaba? ¿Y si realmente Ranma lo había malinterpretado todo, y ella realmente no se preocupaba por él?

A veces Ranma olvidaba que Akane era mujer. No, no era un insulto, es sólo que a Ranma le enseñaron que las mujeres sólo estaban ahí y se veían bonitas. Al no tener figura materna, él pensaba que las mujeres eran para cocinar, que eran frágiles y que no podía hacerlas pasar por presión, porque llorarían o algo así. Que tenía que protegerlas. Por eso Ranma tenía tantos conflictos aceptando que él era una mujer (físicamente) la mitad del tiempo. Por eso creía que Akane a veces era un chico, y la trataba como tal.

Es que Akane era diferente. No diferente malo, ella era diferente de una buena manera. Ella era fuerte, sabía defenderse, Ranma sabía que podía confiarle a Akane su vida, porque ella no se derrumbaría y lloraría. Akane no se sentaba y se veía bonita (ni siquiera cocinaba, pero olviden que Ranma dijo eso), Akane se ponía firme y luchaba por lo que quería. Akane no necesitaba que nadie la protegiera. Eso es lo que a Ranma le enseñaron que debía ser un hombre. Por eso Akane era un hombre.

Pero a veces la realidad golpeaba a veces a Ranma. Akane no era un hombre. Ella era una chica, que usaba vestidos, le gustaban los lazos, las plumas de colores y demás. Ella era amable, y si no la conociera, Ranma diría que ella era delicada. Akane era buena. Ella era comprensiva, y ayudaba a los demás (incluso a él) y era bonita.

Akane era una chica.

Y Ranma, que no entendía a las mujeres, mucho menos entendía a Akane. Él no sabía cuándo era una chica, delicada y sensible; y cuando era un hombre, fuerte y decidida. Y de algún modo siempre terminaba gritándole, golpeándolo y entristeciéndose. Él odiaba cuando se entristecía. Porque era su culpa. Estaba hiriendo a la persona en la que más confiaba, a la chica que se preocupaba por él y que no le importaba su apariencia.

Pero Ranma seguía sin entender, sin comprender cómo funcionaba su mente, y que tenía que decir y hacer para que sonriera.

Ranma no amaba a Akane, porque el amor nunca duraba demasiado (según llegó a comprender después de mirar tantas promesas de amor de otros chicos que nunca se cumplían). Ranma quería que ella permaneciese a su lado como su compañera de viajes, su confidente y su amiga durante toda la vida. Quería que ella confiara en él y le sonriera, que él pudiese sonreírle y tomar su mano sin preocuparse de nada. Quería tener una familia, quería pasar todo el tiempo que tuviese a su lado. Quería cuidarla y entenderla, saber qué decir y qué hacer para que sonriera.

Pero no, Akane no le gustaba y tampoco la quería. Sólo deseaba ser el único que la comprendiera, quería que ella confiara. (También quería quería que ningún otro sujeto se le acercara a veinte metros a la redonda...).

Entonces Kasumi le llamó para que bajase a cenar. Suspiró, levantándose del tejado. No, Ranma no era ningún experto en mujeres.


[938 palabras]

Nota de la autora: Bueno, realmente me sorprendió esa cálida bienvenida. ¡Muchas gracias a todas esas personas que escribieron un review, le dieron follow y favorito a esta historia! Todos ustedes son un amor :3 Realmente lo aprecio mucho, les agradezco enserioenserioenserio.

Con cosas como estas no puedo evitar una segunda parte, sólo para ustedes :3

Espero que también se entienda que Ranma es un poquito más maduro que el capítulo pasado :v, porque él ya piensa en una vida a su lado y la valora y todo eso xdxdxd. Cronológicamente, se supone que han pasado un par de años desde el capítulo pasado.

Espero que les haya gustado *^*/ ¡Nos leemos!