Capítulo 1
Sin palabras.
Las paredes del hotel reflejaban sombras y tenues luces amarillas y púrpuras. Pyramid Head solo podía escuchar el sonido de sus pasos y el filo de su arma contra el suelo de madera. Alex, el más reciente visitante de Silent Hill, debería andar por allí entre las habitaciones. Pyramid Head no planeaba atacarlo, no, solamente quería darle un pequeño susto y hacerle saber que ÉL, el rey de Silent Hill, estaba ahí vigilandolo.
Todo era tan silencioso.
El verdugo avanzaba a paso lento como era común en él, pero se detuvo al mirar dentro de una habitación: Habitación 125, decía el letrero de la puerta abierta. En el fondo, más allá de la puerta del baño, se encontraba una enfermera mirandose en el sucio espejo del lugar. A Pyramid Head esto le pareció extraño, pocas veces había visto a enfermeras andar por allí solas, siempre estaban en grupos grandes o por lo menos en parejas, pero nunca completamente solas y tan apartadas de las otras. Ante los ojos de Pyramid Head, la desconocida mujer de traje blanco llevo su mano hasta tocar las vendas que cubrían su rostro y murmuro algo que Pyramid Head no fue capaz de escuchar. Él simplemente y sin saber por qué, se quedo allí parado mirandola desde afuera del cuarto. En algún momento, la mujer vió el reflejo del verdugo en el espejo y se giró rápidamente con su arma, había escuchado cosas de él por palabras de sus otras compañeras, al parecer, este monstruo solía violar a las demás criaturas del pueblo de manera salvaje y despiadada solo para satisfacer sus deseos. Ella no quería que eso le pasará, ella sabía que también era un monstruo, pero al mismo tiempo seguía siendo un ser humano muy en el fondo y no solo eso, era una mujer.
Sintió miedo y espero a que el verdugo hiciera el primer movimiento, pero esté solo giró su enorme cárcel triángular y continuó su camino. Ninguno de los dos dijo nada. Y mientras él se alejaba, ella se quedo ahí parada preguntandose "¿Me habrá tenido piedad?".