Epílogo

Disclaimer: todo pertenece a J. K. Rowling.

Esta historia participa en el amigo invisible del foro La noble y ancestral casa de los Black como regalo para Serenity White.

Aquella tarde fue a hablar con Ginny a su antiguo apartamento. Fue una conversación más civilizada de lo que había esperado y se alegraba profundamente por eso. Acordaron que Ginny se quedaría con su piso mientras que él se mudaría a la antigua casa de los Black. Por el momento ella no quería verlo aunque no descartaba una posible amistad en el futuro. Al fin y al cabo, tenían demasiados amigos comunes como para dejar de verse para siempre. No hubo lágrimas ni gritos aunque la tristeza y la ira podían percibirse en el ambiente. Harry se quedó un buen rato sentado en el portal, pensando en todo y en nada hasta que recordó que había quedado con Pansy.

Llegó tarde a su cita con ella. Sin embargo, su compañera tuvo la delicadeza de no mencionarlo. Fue un rato agradable, más que eso, Harry no sabía cómo definirlo. A ninguno de los dos les quedó ninguna duda de que querían iniciar una relación.

Y así, entre citas, como si fueran dos colegiales, pasaron las semanas y todo el tiempo que Harry había tenido para decidir como contarle a Ron que había roto con su hermana pasó sin que recordara si quiera que tenía algo que decidir. Se maldijo mentalmente por dejarlo todo para el último día pero las cosas fueron mucho más fáciles de lo que había pensado. Ginny había aceptado la invitación de Ron para ir con ellos a Roma por lo que su amigo ya lo sabía todo y había tenido tiempo de perdonarlo. La serenidad con la que Ginny había llevado la situación había ayudado mucho en ese aspecto. Harry tenía que reconocerlo.

Quizá el momento más incómodo fue cuando todos, Pansy incluida, se reunieron para celebrar la boda de Luna con su misterioso prometido. Mas la felicidad de su amiga y la extravagante fiesta que organizó eliminaron cualquier tensión que pudiera existir y Ron y Harry acabaron brindando con un extraño licor azul sobre la noria con sillones en forma de animales que Luna había hecho instalar en el jardín de su casa para disfrute de sus invitados mientras Pansy bailaba al compás de un rítmo clásico con el flamante novio que no era otro que su amigo de la infancia Theodore Nott que según decía estaba tan sorprendido como los invitados por todo lo que Luna había organizado pues esta no había consentido en que la ayudara con los preparativos de la ceremonia.

Observándolos bailar subido en un sillón con forma de pegaso Harry no pudo evitar sonreír. Su relación con Pansy era lo mejor que le había ocurrido en mucho tiempo. El torrente de emociones que ella lograba provocarle en una sola noche era justo lo que necesitaba. La antítesis perfecta a sus últimos meses con Ginny. Decía el refrán que siempre venía la calma después de la tormenta pero Pansy era la tormenta que había venido a salvarlo después de la calma.

Fin

Serenity, espero sinceramente que esta historia te haya gustado y siento mucho haberte hecho esperar.