Summary del capítulo: Había tomado una cantidad sorprendentemente pequeña de esfuerzo para convencer a Yuuri de ir a una cita con él en uno de sus días de descanso.

—Seguro —había dicho Yuuri tímidamente cuando Viktor mencionó el tema—. Eso me gustaría.

Aviso: diabéticos, absténganse de leer este capítulo, porque es la cosa más dulce del mundo mundial. Quien avisa no es traidor. ¯\_(ツ)_/¯ Yyy disfruten del último capítulo de Unwritten, escrito y traducido con muchísimo amor. (L)


Unwritten | Capítulo 6


Cuando a Yurio se le concede uno de sus pocos descansos del día, no espera pasarlo agonizando por dos personas en las que él realmente no debería estar pensando. En absoluto. (O eso se dice a sí mismo).

No puede evitarlo —cada ping de una notificación de su teléfono lo tiene cerca de arrancarlo de donde sea, listo para ser aliviado de esta culpa, sólo para tirarlo aparte con frustración después de descubrir que era sólo otro inútil mensaje de texto.

A Yuri no le debería importar, realmente no.

Había dejado Japón después de los Hot Springs on Ice de repente y sin otra palabra para Viktor o Yuuri, porque la sola visión de ellos tan asquerosamente felices era demasiado para su estómago. (O demasiado para que su "drama adolescente lo procesara", como Mila había dicho. Él le había escupido como un niño, y después había pasado los próximos cinco minutos siendo lanzado sin ceremonias en el aire).

Pero ni siquiera su abrupta partida y resultantes sentimientos de golpear-al-cerdito-japonés-contra-el-polvo habían logrado hacer algo para frenar los primeros sentimientos de culpa que habían ocurrido durante los días subsiguientes.

Yuri no era cruel. Sabía tan bien como todos la importancia de las almas gemelas, incluso si sus propios sentimientos hacia el tema eran complicados, en el mejor de los casos. Y Yuri se había ido sin dejar ninguna otra palabra, completamente esperando que esos dos idiotas se dieran cuenta de inmediato. Después de todo, ¿vivir juntos? ¿Entrenar juntos 24/7? Por mucho que a Yuri le diera un mal sabor de boca pensar en eso, tenía que concederles eso, ¿no era así? Y Viktor tenía que haberse dado cuenta para esos momentos —incluso con la olvidadiza mente del mayor (Yuri hunde sus patines en el hielo), Viktor debería, al menos, comenzado a darse cuenta de que él ya estaba respirando el mismo aire que su maldita alma gemela. Quizás el cuatro ojos había descubierto la pista también. Y ellos incluso iban a conocer a sus "almas gemelas" en algún lugar el día después de la competencia. No había forma en que ellos lo arruinaran, ¿o sí?

Incluso cuando Yuri había aterrizado en Rusia y se lanzó a la práctica —con el gran incentivo de la aterradora ex-esposa de Yakov—, se había permitido mantener la más pequeña de las atenciones a su teléfono por una notificación de Viktor. O un artículo de noticias. Lo que fuera, en realidad. Viktor era un de las personas más extravagantes que Yuri conocía… Si Viktor ya lo había descubierto, él habría tenido que cotillear sobre eso con alguien para este momento. Sólo necesitaba haberle dicho a una o dos personas para que se expandiera como fuego por todas las noticias en cada centímetro del mundo.

Y, aun así… nada.

Habían sido días, y Yuuri está dividido entre una mezcla de engreída satisfacción a expensas de dos idiotas, y la culpa de no haberle dicho al menos a alguien.

Yuri frunce el ceño. Pero realmente —No Es Su Problema. Entonces Yuri pausa para reclinarse contra la barrera de la pista de patinaje, acercando sus cejas, pensativo. Pero quizás si Yuuko supiera, entonces ella sería capaz de insinuárselos a ellos… o al menos decirle a Yuri si esos dos idiotas ya se habían encontrado por segunda vez…

No. Yuri sacude su cabeza antes de alzar sus brazos para tirar su cabello hacia atrás en una floja media cola de caballo. No, eso era un paso demasiado lejos, pero… era un tema tan importante…

Sin que Yuri se dé cuenta, Yakov le da una mirada confundida mientras patina para hablar con Mila, mirando preocupadamente a su patinador más joven mientras Yuri agitadamente estrella el filo de su patín derecho en el hielo, repetidamente.

Lilia lo mira por sobre su sujetapapeles, estrechando sus ojos verdes tras sus lentes. —Yuri. Si insistes en pasar tu descanso vandalizando y destruyendo la pista, ¿deberíamos terminarlo antes y mandarte directo de vuelta a trabajar?

Yuri se endereza casi en una pose militar, brazos a los lados. —¡Perdón!

—Hm. —Lilia se aleja para estudiar atentamente sus notas, y Yuri deja que la tensión se licúe de sus músculos.

Esto tenía que terminar. El único modo en el que Yuri debería siquiera pensar en el Yuri-cerdito era en términos de cómo destruirlo en la competencia, no agonizando sobre su maldita vida amorosa. Yuri saca su teléfono nuevamente, chequeando el tiempo para confirmar que tenía unos pocos minutos más libres, antes de escribir un nuevo mensaje a Viktor.

Oye, Viktor. Ya lo conociste? Ya descubriste quién es tu alma gemela?

Yuri guarda su teléfono en su bolsillo casi con violencia, estirando sus brazos sobre su cabeza en un intento de relajarlos. Cinco segundos después, saca su teléfono de nuevo. Es el Yuri japonés, clarifica Yuri, deseando tener un iPhone para hacer esa cosa del efecto slam que tenía iMessage. Lo que fuera para hacerle llegar el mensaje al hombre mayor. Katsuki Yuri. Ése.

Ahora, Yuri entrega su teléfono a un Yakov aún más confundido y descontento, antes de patinar hacia el lado de la pista donde Lilia se había reclinado, todavía concentrada en su portapapeles.

—Listo —Yuri declara con claridad, encontrándose con duros ojos verdes—. Me gustaría volver a la práctica, por favor.

No lo dejan ir hasta horas después, y cuando Yuri saca su teléfono, es con el temblor de manos más ligero. Yuri está en el medio de un trago de agua de su botella cuando sus somnolientos ojos registran dos respuestas de Viktor Nikiforov, y la escupe en el medio del suelo frente a él. (—Asqueroso —le dice Mila, ofendida.)

Yurio, eres psíquico? Wowow, cómo supiste!

Lo descubrí de alguna manera la mañana después del Hot Springs on Ice! Yuuri ha sido taaan adorable, apenas puedo soportarlo! Hablando de eso, ya has abarcado el significado de Ágape, Yurio?

Yuri casi tira su teléfono al espacio frente a él, pero termina siendo levantado por una furiosa Mila, la cual pensaba que él había intentado tirar su insultante pieza de tecnología hacia ella. (—Primero casi escupes agua en mi bolso, ¿y ahora intentas abusar de mí? —¡Claro que no! Déjame bajar, ¡bruja!)

Honestamente, piensa Yuri mientras ordena sus ropas. Esos dos no eran más que problemas. Lamento haber intentado involucrarme, decide Yuri, sintiéndose contrariado.

—Yuri —Yakov dice con aspereza mientras pasa—, vamos a cerrar. Arréglate para ir a casa.

Yuri gruñe en respuesta antes de echarse al hombro su mochila. No diría que se sentía mejor, pero… Yuri aprieta el tirante de su mochila. Ahora, ya que el último retazo de algo molesto rondando su cabeza se había ido, se podía enfocar un cien por ciento en ganar el Grand Prix.

Yuri sale al vigorizante aire de la noche, ojos deslizándose por el estacionamiento hasta que su mirada cae en Yakov y Lilia, esperando en el auto. Una brisa helada le golpea la mejilla, y tiembla, hundiendo su cabeza hasta su pecho por calor. Al menos, ésa es su excusa. Yuri deja que sus ojos bajen hasta sus manos desnudas por un largo segundo antes de torcerlos hacia arriba y dar un paso adelante en el frío aire del atardecer.

Sólo esperen.


Yuuko inhala bruscamente cuando, un día, abre Instagram y una foto de Viktor y Yuuri emerge para abrasar sus ojos. Era adorable. Era doméstico. Era una foto de Viktor peinando el cabello de Yuuri, luz suave de una lámpara de pie que gentilmente iluminaba las pequeñas sonrisas en ambos rostros, y Yuuko estaba un cien por ciento segura de que aquella era una foto que definitivamente no había sido tomada con el permiso de ninguno de los dos. Especialmente juzgando por la suave intimidad de la foto.

Eso, que y la foto estaba posteada en la cuenta de Instagram de sus niñas.

—¡Axel, Lutz, y Loop! —Yuuko ruge, su teléfono azotando la mesa de la cocina con un ruidoso golpe. Le da un segundo gracias a la carcasa de su teléfono antes de ser distraída por tres diferentes colores de pijamas apresurándose a ingresar al cuarto, sus dueñas mirando a cualquier lado excepto a su madre.

—¿Qué… —Y Yuuko levanta su teléfono— es esto?

—¡Yuuri! —comienzan a hablar las tres de ellas, sus caras de querubines al fin alzándose para sonreír como soles a su madre con falsa inocencia— Y Viktor.

—Si~í —dice Yuuko lentamente—. ¿Y no creen que es un poco irrespetuoso de su parte subir una foto como esta?

—¿Por qué? —interjecta Lutz, su cabeza inclinándose—. No están saliendo. Además, ¡todos los otakus del patinaje la amarán!

Yuuko abre su boca para protestar, antes de cerrarla con grapas. Seguro, ellos no estaban saliendo. Ellos tenían diferentes almas gemelas, ¿no era así? Pero…

Yuuko mira a sus niñas una vez más antes de levantar su teléfono para observar la foto. Sus ojos se deslizan de la pantalla a su muñeca, donde Nishigori había escrito Estaré pronto en casa una hora atrás. La probabilidad de que Viktor y Yuuri fueran almas gemelas era increíblemente reducida, ¿verdad? Pero…

—Ellos se ven bien juntos —medita Yuuko, frunciendo el ceño levemente.

—¡Sí, se ven bien! —corean las trillizas.

—¿Quiénes se ven bien?

—¡Papá!

Nishigori se tambalea un poco ante el ataque violento de cariño de sus hijas, incluso cuando camina de costado hacia su esposa para fisgonear por sobre su hombro para ver su teléfono. —Oigan, niñas, lo hicieron de nuevo, ¿huh? ¿No creen que se pasaron esta vez?

—Aunque no están saliendo —dice Yuuko, un insípido eco de las palabras de sus hijas—. Entonces…

—¿No están saliendo? —Nishigori frunce el ceño—. Sé que esto puede sonar un poco raro, pero yo siempre pensé…

—¿Que ellos eran almas gemelas? —Yuuko voltea incrédulos ojos sobre su esposo, quien se sonroja ligeramente.

—Bueno, ¡nunca se sabe! O sea, especialmente con la frecuencia con la que Yuuri tenía sus manos cubiertas de ruso cuando éramos niños, ¿y ahora un ruso aparece de la nada? Garantizado, es Viktor. ¿Acaso no tiene más sentido eso?

Yuuko mira a su esposo con la boca abierta, lentamente procesando las posibilidades.

—Oh mi Dios. —Nishigori alcanza la boca de Yuuko y gentilmente la cierra con un dedo, y ella lo golpea distraídamente—. ¡Oh mi Dios! ¡Ellos podrían ser almas gemelas! ¿Crees que lo saben? Oh, ¡claro que lo saben! ¡Te apuesto a que lo saben desde el principio!

—Oye, espera —dice Nishigori rápidamente—. Dije que aquello era sólo una idea porque como que tenía sentido. No te metas ideas extrañas en tu cabeza ahora…

—Iremos allá a cenar —dice Yuuko con firmeza, ya presionando el número de Yuuri en su teléfono. Sus hijas hacen hurras con alegría, acallando el suspiro de Nishigori.

—Sólo no asumas cosas, ¿vale? —evade Nishigori y Yuuko le sonríe.

—No lo hago, no lo hago… es eso que qué pasaría si, ¿sabes? Sólo quiero que Yuuri sea feliz, y todo eso… Pero prometo que no les diré nada, sólo quizás observarlos un poco y ver si… Ah, ¿hola? ¡Yuuri! Me estaba preguntando si…

—Ustedes, niñas, sí que hacen que un montón de cosas pasen, ¿no es así? —Nishigori dice pensativamente a sus niñas, y ellas le sonríen luminosamente con gestos idénticos a inocencia pura.

—¡Si tú lo dices, papá!


Yuuko se inclina contra su marido para murmurar discretamente en su oído, sintiéndose sin dudas incómoda. —Creo que esto fue una mala idea.

—¿Tú crees? —sisea Nishigori desde la comisura de su boca—. ¡Niñas! Guarden sus celulares, ¡no fotos!

—Yuuri —canturrea Viktor, inclinándose en el espacio personal de Yuuri por centésima vez—, ¿quieres algo más de salsa?

—Ah, no —responde Yuuri, sonriendo como si no se diera cuenta de que Viktor estaba prácticamente cayéndose en su regazo—. Estoy bien, gracias.

—Mm. —Viktor le sonríe como sol con gentileza, tirando un brazo alrededor de sus hombros—. ¿Y?, ¿qué tal todo? Supuse que difícilmente los vería fuera del Ice Castle Hasetsu, ¡así que es muy agradable tener la oportunidad de conocer mejor a los amigos de Yuuri fuera del ambiente de trabajo!

Yuuko está tan paraliza por el brazo alrededor de los hombros de Yuuri que casi olvida contestar su pregunta. —Oh, bueno, ¡estamos bien! Recientemente tuvimos una maravillosa noche de citas, como ya saben, ¡y quería agradecerles por dejar que nuestras niñas se quedaran! Espero que no los hayan molestado… demasiado… —La foto aparece en su cabeza, y Yuuko se sonroja levemente.

—Eso es. Los íbamos a invitar a cenar afuera como agradecimiento, pero realmente anhelábamos la comida de la madre de Yuuri —dice Nishigori, tomando el tema de conversación—. Pero la próxima vez, de seguro.

—Eso suena divertido —dice Yuuri con sinceridad, sonriéndoles a ambos—. Pero en realidad no fue problema. Sé que mis padres disfrutaron tener a las niñas por aquí.

Yuuko sonríe incluso mientras sus ojos permanecían pegados a Viktor porque —en serio. ¿Cómo era que Yuuri no notaba el descarado mirar de Viktor? Todas las palabras que venían de la boca del ruso podrían bien ser dirigidas a Yuuri, tomando en cuenta lo poco que había estado volteando a ver a los invitados.

Y, aun así, Yuuko no se sentía despreciada. De hecho, casi se sentía como si ella fuera la que estaba inmiscuyéndose, y tuvo que pelear contra la urgencia de cubrirse tímidamente la cara con sus manos.

La madre de Yuuri habla en aquel momento, para el alivio de Yuuko, todos los ojos volteándose para ver su sonrisa animada. —¿Cómo va todo? Lamento tanto que no fuéramos capaces de acompañarlos en la cena, ¡pero estoy segura de que Vicchan y Yuuri están siendo anfitriones corteses! Ah, Vicchan, ¿quieres otro tazón de chuletas de cerdo?

—¡Por supuesto! —anima Viktor—. ¡Gracias! Mamá Katsuki es demasiado amable.

—Oh, por favor —objeta la madre de Yuuri, sonriendo con encanto—. Oh, Nishigori, ¿qué hay de ti? Yuuko y tú deberían comer más, ¡no se contengan!

Yuuko le sonríe a la amable madre de Yuuri incluso cuando Nishigori amablemente declina su oferta, cuando algo llama su atención por el rabillo del ojo. Es la quietud —sus trillizas nunca habían estado así de quietas antes, y están mirando por sobre la mesa con estrellas en sus ojos. Los ojos de Yuuko se levantan justo a tiempo para atrapar la visión del final del casto beso que Viktor presiona contra la mejilla de Yuuri, y este último se aleja de Viktor, sonrojándose furiosamente.

Yuuko se encoge cuando los ojos de ambos se comienzan a alejar de los del otro, y ella obedientemente fija sus ojos en su felizmente inconsciente esposo y la madre de Yuuri, ambos todavía charlando sin rumbo fijo.

—¿Los podemos tentar con un postre? —pregunta Viktor luego de que la madre de Yuuri se hubiese retirado—. ¿O tragos? ¡Tengo algunas cosas importadas que creo que definitivamente les gustarían!

Nishigori se ríe de buena gana. —Oh, hombre, ¡apenas creo que podría ser capaz de manejar algo de esas cosas!

—Nunca sabes… —Viktor luego se interrumpe para mirar a su mano debajo de la mesa, luego arriba hacia Yuuri, quien luce más nervioso que lo usual.

—¿Yuuri? —dice Yuuko preocupada sobre su reciente ataque de timidez.

—Hay… algo que les quería contar a ambos —dice Yuuri tranquilamente, mirando a sus amigos con no poca vergüenza—. Puede ser un poco sorprendente, pero…

—¿Sí? —dice Yuuko, iluminándose inmediatamente. La mesa cruje un poco mientras ella y sus hijas se inclinan hacia adelante con entusiasmo, presionándose contra la parte baja de la mesa en su afán. Viktor esconde una sonrisa detrás de su mano, mirando adrede a Nishigori, que parece ligeramente avergonzado.

—Bueno, la cosa es que… —elude Yuuri, un dedo subiendo a rascar su barbilla—. No es un secreto ni nada, pero sólo quería encontrar el momento justo para decirles esta noche, chicos. Viktor y yo…

—¿Uh huh? —salta Axel, levantando su teléfono como si fuera una grabadora.

—Nosotros somos… Estamos…

—¿Hmmm? —Lutz se inclina aún más hacia adelante, hasta que sus pequeñas piernas quedan casi en el aire mientras mira por sobre la mesa con ojos grandes.

—Lo acabamos de descubrir, justo ayer, de hecho, pero Viktor y yo somos… Estamos… —Yuuri cubre su boca con su mano, viéndose terriblemente avergonzado.

—¿«Estamos embarazados»? —farfulla Loop, viéndose lista para taclear a Yuuri para conseguir una respuesta directa.

—¡Somos almas gemelas! —suelta Yuuri finalmente, y Yuuko y sus niñas rebotan directamente en el aire.

¡Sí! —chilla Yuuko, corriendo a toda velocidad alrededor de la mesa para envolverlos a ambos en un abrazo apretado. Viktor se ve absolutamente encantado, incluso mientras Yuuri tartamudea, agobiado—. ¡Felicitaciones a ustedes!

—¡Felicitaciones! —explota Nishigori, viéndose tanto feliz como aliviado de que Yuuri finalmente haya sacado las nuevas noticias a la luz—. ¡Esto es maravilloso!

Yuuri abre su boca para decir algo más, sólo para sobresaltarse cuando Yuuko comienza a hipar. —¿E-estás llorando?

—¡Sí! —gime Yuuko, sintiéndose tanto encantada como ridículamente sentimental—. ¡Estoy tan feliz por ti!

Las trillizas gatean debajo de la mesa para sumarse al montón de personas que se ha improvisado, y Viktor comienza a reír cuando una de ellas escala su espalda para amarrar pequeños brazos alrededor de su cuello como un mono.

—¡Bienvenido a la familia!

—¡Bienvenido! ¡Bienvenido!

—¿Puedo ser la niña de las flores en su boda?

—Hablando de eso —dije Yuuko por sobre las protestas de las dos otras chicas, limpiando sus ojos—, ¿ya le dijiste a tus padres?

—Ah, sí —dice Yuuri, también con los ojos un poco empañados—. Estaban felices. Aunque no se veían muy sorprendidos. —Ríe en medio de las lágrimas, y Viktor lo mira con sus ojos como estrellas.

Yuuko le da a Yuuri otro abrazo justo antes de que se vayan, y se reclina para mirar a Yuuri con felicidad. —Estoy feliz de que Viktor es tu alguien especial. No olvides que el resto de tu sistema de apoyo está justo aquí en cualquier momento, ¿vale?

—Por supuesto —responde Yuuri, viéndose más feliz y relajado de lo que Yuuko lo había visto en un tiempo—. Estaré contando con ustedes durante el camino al Grand Prix.

Él y Viktor agitan sus manos a la familia Nishigori desde la entrada, y Yuuko evita vergonzosamente sus ojos de nuevo en el minuto que ve la cabeza de Viktor bajando hasta el nivel de Yuuri.

—Estoy tan feliz por ellos —le dice a Nishigori mientras caminan entre el aire fresco de la noche, pasando el brazo por el de su marido. Él le sonríe mientras levanta su mano para besar gentilmente el dorso de ésta.

—Definitivamente, es bastante maravilloso —cavila Nishigori, viendo a sus hijas revolverse alrededor de ellos con entusiasmo mientras comparan fotos—. Hey… ¿qué estás haciendo?

—Sólo un segundo —le dice Yuuko, abriendo un nuevo mensaje de texto.

¡Yurio!, escribe ella, sólo quería dejarte saber… acabo de descubrir que Viktor y Yuuri son almas gemelas! No es eso maravilloso?

Yuuko está a punto de meter su teléfono de vuelta en el bolsillo de su chaqueta cuando vibra casi inmediatamente. La respuesta de Yurio consiste simplemente en varios emojis de la cara enojada de gato, con un Ya lo sabía pegado justo después de ellos. No obstante, Yuuko sonríe de nuevo cuando su teléfono vibra medio segundo después con otra notificación.

Bien por ellos, en todo caso.

Vibración.

de todos modos. No te olvides de decirle al Yuuri japonés que va a perder. Adiós.


Viktor se inclina hacia delante, golpeteando un dedo contra su barbilla, contemplativamente. —Makkachin, ¿crees que a Yuuri le gustaría una sola rosa? ¿O un ramo con variedad de flores?

Makkachin bosteza a los pies de Viktor, antes de detenerse a olfatear algo interesante en el piso.

—Quizás tienes razón —continúa Viktor—, una sola rosa podría ser un tanto muy cursi… pero, ¿un ramo entero sería muy extravagante?

Se inclina sobre sus talones y cruza sus brazos, rompiendo su ensueño para disparar una pequeña sonrisa al vendedor de flores de aspecto anonadado. Las personas alrededor de Viktor ya habían empezado a parar y observar también, y Viktor sabe que no falta mucho para que las contemplaciones de los fans comiencen a correr libres en el internet.

Pero a Viktor no le importa —no tiene nada que ocultar.

Rebosante de alegría, Viktor se agacha y recoge un ramo que ha estado mirando hace un rato, hurgando en su bolsillo para pagar. Varias niñas de secundaria suspiran en el fondo, obturadores de cámara rápidamente estallan en un esfuerzo de lograr la foto perfecta de Viktor sosteniendo suavemente un ramo de flores.

—Vamos, Makkachin —llama Viktor animadamente, saboreando el sonido del plástico arrugándose mientras él gentilmente acerca las flores a sus brazos—. ¡Casi es hora de encontrarnos con Yuuri!

Había tomado una cantidad sorprendentemente pequeña de esfuerzo para convencer a Yuuri de ir a una cita con él en uno de sus días de descanso.

—Seguro —había dicho Yuuri tímidamente cuando Viktor mencionó el tema—. Eso me gustaría.

—¡Bien! Tu día de descanso ha sido cambiado para mañana, ¡así que saldremos en una cita, entonces! —respondió Viktor ansiosamente, rápidamente tomando a Yuuri entre sus brazos. Yuuri había simplemente reído, acurrucándose más cerca…

Viktor presiona una mano contra su boca para reprimir su sonrisa ante el recuerdo. No dejaría que un fan consiguiera una foto de él tan fuera de guardia, ¿verdad?

Viktor mira a su reloj antes de sacar un pequeño lápiz de su bolsillo. Viktor rápidamente apunta ¡Voy en camino! en el dorso de su mano, asegurándose de terminar con un corazón perfectamente dibujado. Segundos después, su teléfono suena.

—Yuuri —dice Viktor inmediatamente después de contestar, ojos suavizándose—. ¿Por qué no simplemente contestaste mediante la escritura?

—Mensajear es más rápido. Llamar es lo más rápido —contesta Yuuri, sonando levemente divertido—. Sólo quería hacerte saber que ya estoy en el parque.

—Tú sabes cuánto amo ver tu escritura —gimotea Viktor, desganado.

—Bueno… a mí también. Es decir, me gusta ver tu escritura —enmienda Yuuri—. Pero, a veces, como que simplemente quiero… escuchar tu voz…

Viktor tiene que parar a medio paso para recomponerse, presionando su mano contra su amplia sonrisa una vez más. —¡Yuuri! ¡Tan dulce!

Yuuri suspira con exasperación. —Viktor… ¡ya estoy lo suficientemente avergonzado por sólo decirlo!

—¡No deberías! —responde Viktor, presionando su teléfono más cerca de su oído—. Me hace feliz. Estoy casi en el parque, ¿deberíamos quedarnos en el teléfono?

—No, no —dice Yuuri, voz repentinamente sonando un poco distante. Viktor frunce el ceño un poco, preguntándose si el volumen de su teléfono no estaba funcionando—. Ah, te veo luego, ¿vale?

—Vale —repite Viktor, ya sintiéndose emocionado de nuevo. Guarda su teléfono en su bolsillo, sonriendo como un rayo de sol a Makkachin—. ¡Primera cita con el alma gemela! Serás nuestra seguridad por el día, ¿no es así?

Makkachin ladra en respuesta a la calidez en el tono de su amo, ansiosamente saltando alrededor de las piernas de Viktor.

Viktor estaba a media risa cuando la tinta negra llama su atención, sus ojos mirando hacia abajo ansiosamente, seguro de que Yuuri había cambiado su parecer respecto a escribirle. Se veía como un mensaje completo, así que Yuuri probablemente había estado escribiendo mientras aún estaban al teléfono. ¿Había algo más que necesitaba decirle a Viktor?

Viktor se paraliza en la mitad de un paso de nuevo ante la visión de un desconocido número de teléfono garabateado en el dorso de su mano, y tiene que recordarse no apretar las flores demasiado fuerte para que no se rompan.

Viktor ve aquello por uno, dos segundos, antes, de repente, salir disparado, plástico crujiendo sonoramente en su caminar. Makkachin ladra antes de despegar con emoción detrás de él, feliz por el ejercicio.

Viktor dobla en otra esquina, casi derrapando, cuando ve a Yuuri parado debajo del cartel del parque, bastante solo. Aun así, él no para de correr, y Yuuri se voltea con alarma ante el sonido de relampagueantes pisadas.

—¡Viktor! —gime Yuuri, y un segundo después Viktor lo tiene en sus brazos, sin prestarle atención a las flores en sus manos—. ¿Qué…?

—¿De quién es ese número? —pregunta Viktor lentamente, virando su cabeza para permitirle a sus labios cepillarse contra la concha del oído de Yuuri. Juzgando por la súbita calidez, Yuuri está sonrojado, y Viktor cuidadosamente se mueve para presionar un largo beso en la mejilla de Yuuri—. Además, hola.

—Ho-hola —Yuuri chilla—. Es el número de un criador de perros. ¿Puesto en el cartel de aquí? Estábamos en el teléfono, así que no le pude sacar una foto, por lo que, en vez de eso, pensé escribirlo… ¿Viktor? ¿Me puedes dejar ir ahora?

Viktor entierra su repentinamente roja cara en la curvatura del hombro de Yuuri, de pronto con la determinación de que Yuuri no viera el vergonzoso sonrojo que lo había acometido. Honestamente…

—¿Creíste que era el número de alguien más? —pregunta Yuuri, sonando repentinamente divertido, y Viktor lo aprieta más fuerte—. Oye. Eso es insultante.

—Perdón —masculla Viktor, moviéndose de nuevo para presionar otro beso en la mejilla de Yuuri. Ésta se mueve hacia arriba debido a una sonrisa, una que, descubre Viktor, está reflejada en su propio rostro—. Supongo que saqué conclusiones muy rápido.

Yuuri suspira. Cuando Viktor se inclina para mirarlo al rostro, el hombre más joven mira hacia otro lado. —¡Nunca recibiría el número de alguien más mientras estamos juntos!

—Perdón —repite Viktor avergonzadamente—. Es sólo que todo esto es tan nuevo, así que estoy un poco… Yo sólo quiero mantenerte cerca de mí, eso es todo.

—Vale, puedo entender eso —concede Yuuri, envolviendo sus propios brazos alrededor del torso de Viktor—. Digo, me siento de la misma forma…

Viktor se sonroja, sus ojos moviéndose con adoración por sobre el rostro de Yuuri. —¡Oh! ¡Te traje flores!

Gracias al cielo, ellas no estaban tan arrugadas como Viktor había temido, y Yuuri sonríe como el sol con gusto. —¡Pero yo no te traje nada! ¿Me dejarías pagar el almuerzo?

—Podemos dividirlo, si no quieres que pague yo —dice Viktor, presionando un casto beso en los labios de Yuuri—. Me puedes consentir con un postre si quieres, pero no tienes que hacerlo. Las flores no son problema alguno; yo quería dártelas. Pero la próxima vez, yo compraré la comida para ambos.

—Mm. Puedes intentarlo —responde Yuuri de vuelta, sonrojándose profusamente ante la sonrisa que Viktor le regala.

Viktor tararea en contemplación, admirando el modo en que las mejillas de Yuuri se tiñen de rosado. —Sabes, ¿quizás deberíamos simplemente tener una cita en casa? ¿Privacidad? Oye, ¿qué te parece?… —Viktor está muriendo por cubrir a Yuuri en besos, pero ya ha contado tres o cuatro personas viéndolos por el rabillo de sus ojos.

Además, el aspecto en la cara de Yuuri es suficiente para sacarlo de su ensueño, y Viktor se inclina con preocupación. —¿Yuuri?

La mirada congelada en la cara de Yuuri se derrite, remplazada con su usual sonrisa avergonzada. —Ah… pero, bueno, estaba ansioso por nuestra cita —dice Yuuri. Él mira hacia abajo tímidamente antes de caminar hacia el lado izquierdo de Viktor y unir sus brazos. Justo así, Viktor está por los cielos, y ansiosamente tira de Yuuri más cerca.

—¡Eso también me hace feliz! —dice Viktor con facilidad, y Yuuri parpadea hacia él.

—Bajar, por favor —pide Yuuri, y Viktor inclina su cabeza antes de hacerlo.

Los dedos de Yuuri son suaves contra el rostro de Viktor mientras el hombre más joven se pone de inclina hacia el resto del camino para iniciar un beso. Los ojos de Viktor caen cerrados casi contra su voluntad, y él suspira contra los labios de Yuuri.

Hay un sonido, el de un obturador de una cámara, y Yuuri se aparta con alarma (para la consternación de un ahora-disgustado Viktor) para mirar sorprendido a un grupo de niñas adolescentes. Ellas chillan con alarma antes de lanzarse lejos, sus voces elevándose para castigar a la persona que no había tenido el sentido común de poner su teléfono en vibrador.

—¿Por qué la gente sigue olvidándose de silenciar sus teléfonos para una foto secreta? —medita Viktor, sintiendo un extraño episodio de déjà vu. Yuuri gime y pellizca su nariz.

—Al menos no dejaron el flash encendido. Creo. Viktor, sabes que estas fotos estarán alrededor de todo el internet a partir de ahora, ¿cierto? —Yuuri se ve preocupado, y Viktor desliza su pulgar en el surco de la frente de su alma gemela.

—No me importa —dice Viktor gentilmente—. Pero, ¿a ti te molesta?

—No… de hecho, en realidad no me molesta —admite Yuuri—. Es ridículo, pero al menos la gente ahora definitivamente sabrá que tú eres mío.

Viktor ríe, deleitado. —Ahora, ¿caminata en la playa? Después, ¿almuerzo? Después, postre y café, ¿sí?

—¡Sí! —responde Yuuri, y su brazo se desliza lejos de Viktor en pos de alcanzar y unir sus manos—. Eso me gustaría.

Viktor está tan, tan enamorado.

—De todos modos… —comienza Viktor con falsa modestia mientras ellos caminan en el paso, Makkachin siguiéndolos de cerca—. ¿Quieres un cachorro? Pondrás a Makkachin celoso, sabes. A él realmente le gustas. Pero si eso es lo que quieres, estaré más que contento de conseguirte un cachorro. ¿Dos cachorros? ¿Cinco?, ¿diez?

Yuuri ríe. —¡Era sólo una idea! No creo estar listo para otro perro aún. Aunque amo un montón a Makkachin… Tuve uno casi exactamente igual a él, sólo que Vic… mi poodle era un poco más pequeño. —Yuuri está sonrojándose por alguna razón, y Viktor ladea su cabeza a un lado con curiosidad. ¿Vic…?

—¿Oh? Ya veo…, ¿me podrías hablar de él?

Yuuri se anima inmediatamente, y esa sonrisa que Viktor adora aparece nuevamente.

—Bueno, ¡sí! Vic… Mi poodle, quiero decir, fue una absoluta dulzura. Makkachin y tú lo hubiesen amado. Estaba esta vez en la que…

Viktor escucha atentamente mientras caminan juntos con lentitud, disfrutando del sonido de la voz de Yuuri, interrumpida por las olas del océano acercándose.

(Después, Viktor ríe cuando Yuuri recibe una llamada de una Minako que sonaba iracunda, gritando sobre cómo era posible que ella había tenido que enterarse de su conexión a través de los medios, entre todas las formas. Viktor secretamente busca los artículos y guarda todas y cada una de las fotos de él y Yuuri que ve.)


Los días pasados habían sido sólo el comienzo de la etapa de luna de miel en su relación, y Yuuri estaba por la luna de la felicidad.

Años atrás, un Yuuri adolescente habría muerto por sólo tener la oportunidad de estar en los mismos alrededores que Viktor. Maldición, el Yuuri de los Grand Prix pasados había quedado helado por el sólo hecho de haber sido llamado por Viktor por menos de un minuto. El pensamiento del encuentro aún le daba un poco de vergüenza, pensar en cómo él se había alejado con bochorno después de que Viktor le hubiese preguntado si quería una foto.

Y ahora que Viktor se había convertido en una constante en la vida de Yuuri, él apenas podía recordar los días anteriores a tener a Viktor como entrenador, después como pareja.

«Pareja…». Yuuri siente que sus orejas arden enrojecidas, y alza la mirada a Viktor desde donde se ha acostado en el suelo. Había estado abrazando a Makkachin en el piso y navegando en Instagram, cuando Yuuri había tropezado con una foto de Viktor en la página de búsqueda. Había llamado su atención principalmente porque era Viktor, y una foto antigua, también. Yuuri encantado bebe la visión de un Viktor más joven saludando al público, vestido en exactamente el mismo atuendo que Yuuri había escogido del arsenal de trajes de Viktor para usarlo en Eros.

Wow… esto trae memorias de cuando lo vi por primera vez patinar este programa, Yuuri piensa aturdido, frotando distraídamente su cara contra el pelaje suave de Makkachin. Viktor se veía tan hermoso aquí, también… Me pregunto si estoy llevando tan bien el traje como él.

—¿Yuuri?

Yuuri despega sus ojos de su teléfono para mirar a Viktor de nuevo. El alma gemela de Yuuri holgazanea en su ridículamente caro sofá, con una revista abierta descansando contra su pierna. Se ve como si hubiera sido ignorada por bastante tiempo —Viktor se ve como si hubiera estado observando a Yuuri por un tiempo.

—¿No quieres venir aquí arriba?

La cara de Yuuri hierve mientras bloquea el teléfono —después de asegurarse de rápidamente sacarle pantallazo a la foto, claro. Yuuri es extra cuidadoso cuando se mueve por sobre Makkachin (el perro se veía tan traicionado esa vez que Yuuri accidentalmente pisó su cola), y rápidamente se posiciona en el lugar al lado de Viktor.

—Me refería aquí —dice Viktor, haciendo puchero mientras se palmea el regazo. La revista rápidamente salta desde la pierna de Viktor para caer sin gracia en el piso, y Yuuri sigue su camino casi con recelo.

Decir que Yuuri seguía siendo tímido alrededor de Viktor era una sutileza. Seguro, todo el tiempo pasado con Viktor durante el entrenamiento y tiempo libre había ayudado a reducir sus sentimientos de idolatría. Pero parecía que descubrir que su alma gemela era, de hecho, Viktor Nikiforov era suficiente para mandar al corazón de Yuuri a máxima velocidad, especialmente cuando estaban solos.

Para Yuuri, Viktor era el primero serio de… todo. Yuuri había conocido la existencia de Viktor desde que era joven. Esos besos en la revelación habían sido los primeros de Yuuri.

¿Era lo mismo para Viktor?

Yuuri mira los extendidos brazos de Viktor por medio segundo antes de gatear allí, situándose con cuidado en el regazo de Viktor. Aún se sentía vergonzoso, pero Yuuri adora estar en los brazos de Viktor, y Viktor siempre parece tan feliz cuando Yuuri era cariñoso de vuelta…

Un ejemplo siendo ese exacto momento. Yuuri no puede evitar reír cuando Viktor suspira con satisfacción mientras envuelve un brazo alrededor de Yuuri, el otro subiendo para gentilmente correr alrededor del cabello de Yuuri. Él se relaja por completo contra Viktor, volviéndose para descansar su mejilla contra el hombro de Viktor, su nariz rozando el lado de su cuello.

Yuuri gustaba de Viktor. Un montón. Probablemente incluso era amor, por más pronto que fuera para decirlo… pero aun así.

Pero eso no significaba que él todavía no tenía algunas de sus preocupaciones sobrantes. Por un lado, Yuuri era definitivamente inexperto en los aspectos más íntimos de una relación, y el solo pensar aquello lo dejaba destruido por los nervios.

Sin mencionar el hecho de que eso había levantado una plétora de preguntas concernientes a su alma gemela. Viktor tenía veintisiete. Si estaba contando bien, Yuuri no había hecho contacto hasta que Viktor estaba alrededor de la edad de… ¿diecisiete? Yuuri se tensa un poco, y Viktor murmura un pequeño sonido de pregunta mientras se mueve para acariciar con su nariz a Yuuri.

En vez de responder, Yuuri ladea su cabeza para cepillar sus labios contra la mandíbula de Viktor y siente que la mano de su alma gemela se aprieta en su lado.

—Yuuri —murmura Viktor, y su voz grave envía escalofríos por la médula de Yuuri. ¿O acaso…? Oh. Era la otra mano de Viktor, que había descendido desde el cabello de Yuuri para lentamente deslizarse arriba y abajo de su espalda, llevando con ella la delgada tela de la camisa de Yuuri—. ¿Qué anda mal? ¿Quieres un beso?

—Nada anda mal —miente Yuuri, rehuyendo la mirada—. Pero, bueno… supongo que un beso no me molestaría.

Viktor muerde la oreja de Yuuri con ansias, provocando un temblor sorprendido al más joven, antes de moverse para trazar besos desde la esquina del ojo de Yuuri. Inclina la cabeza de Yuuri hacia arriba, presionando sus besos contra su piel hasta que finalmente los cepilla contra sus labios. Es suave al principio, difícilmente clasificable de beso.

En vez de esperar, la mano de Yuuri se desliza para presionar ligeramente la nuca de Viktor, y este último ríe, aunque le permite a Yuuri presionarlos más cerca.

Viktor era tan bueno en esta clase de cosas, y Yuuri siente otra punzada de preocupación incluso si sus labios se mueven contra los de Viktor. ¿Su alma gemela había tenido otros compañeros antes que Yuuri? No es que Yuuri amaría menos a Viktor si los hubiese tenido —Yuuri deja que sus labios se separen, casi desesperadamente ladeando su cabeza para profundizar el beso. Él nunca siquiera consideraría pensar menos de Viktor si ése fuera el caso. Pero Yuuri era sólo humano… Por supuesto que estaría celoso. Pero, aun así, quería saber… ¿pero debería saber?

Viktor se reclina de repente, y sus labios se separan con un sonido húmedo. Yuuri deja salir un pequeño sonido de confusión, y Viktor sonríe mientras pasa su pulgar por los labios de Yuuri.

—Te ves un poco distraído. ¿O… es sólo que estás cansado por el entrenamiento de hoy?

—Sí, sólo estoy cansado —dice Yuuri rápidamente, agradecido por la excusa.

—¿Entonces deberíamos dormir? —pregunta Viktor, ya moviéndose para levantar a Yuuri. Yuuri ríe, escapando del agarre de Viktor para incorporarse y, en vez, agarrar la mano de su alma gemela.

—¡No me vas a llevar como una princesa a la cama! ¡Eso es simplemente vergonzoso!

—¡Pero sólo estamos nosotros! ¡Y Makkachin! —lloriquea Viktor, incluso cuando permite que Yuuri lo arrastre a la cama—. Y Makkachin no le dirá a nadie, lo prometo.

Yuuri resopla mientras se deja caer en la cama de Viktor, enterrando su cara en la almohada para ocultar su venidero sonrojo. Desde aquella primera revelación, Yuuri había finalmente accedido a acostarse con su alma gemela (en la misma cama que Viktor, ¡sólo eso!), lo que había llenado de felicidad a Viktor inmensamente.

Y Yuuri casi había esperado que algo más pasara, especialmente en las pocas noches después de esa. Pero, aparte de unos besos perezosos, Viktor había estado más que contento de enredarse alrededor de Yuuri, apretándolo contra sí y un muy calientito y suave Makkachin.

El chasquido de la lámpara resuena en el cuarto al mismo tiempo que el sonido de ropas cayendo al suelo llega a los oídos de Yuuri, y él aprieta sus ojos, cerrándolos. Esta era la parte donde, para Yuuri, era más difícil permanecer tranquilo porque…

Hay un susurro de sábanas mientras Viktor se desliza en la cama a su lado, y entonces Yuuri está siendo torcido y presionado en una suave expansión de cálida piel. —Buenas noches, Yuuri —murmura Viktor, deslizando sus manos sobre la camisa de Yuuri para presionarlas contra su espalda, y Yuuri se derrite en Viktor, cara ardiendo.

—B-buenas noches —responde Yuuri con suavidad, sus labios cepillando el pecho desnudo de Viktor. Viktor inclina su cabeza de nuevo para dar un último beso antes de quedarse más calmado, su suave aliento haciendo que el cabello de Yuuri ondeara suavemente.

Yuuri suspira. Viktor era tan natural en esto. La facilidad con la que se había movido al aspecto íntimo con Yuuri era deslumbrante, pero, de nuevo, Viktor solamente era una persona que naturalmente era de piel. Pero, aun así, ¿eso no significaba que él tenía al menos algo de experiencia con compañeros de cuando era más joven?

Incluso si la tenía, ¿por qué no había, al menos, intentado ir más lejos con Yuuri? ¿Estaba Yuuri siquiera listo para hacer algo como eso con Viktor?

¿Ha tenido parejas previas? ¿De verdad, realmente, estaba feliz cuando descubrió que yo era su alma gemela? Si lo estaba, ¿entonces por qué esperó tanto para decirme? ¿Es porque me veo tan inexperto?

Yuuri gruñe con frustración, girando ansiosamente contra el lado de Viktor, maldiciendo con furia a su cerebro. Sólo era "esa hora de la noche" donde todas sus preocupaciones venían a él apresuradas de todos lados. Aunque dormir al lado de Viktor las había mantenido a raya. Viktor distraídamente se mueve para acariciar el hombro de Yuuri mientras murmura consoladoras palabras ininteligibles, antes de volver a caer ante el sueño.

Esto es ridículo. Simplemente le preguntaré sobre eso mañana. Hablaremos de cada cosa pequeña de la que estoy preocupado, y estará bien, decide Yuuri resueltamente mientras envuelve un brazo alrededor del torso de Viktor. Estará bien.


No estaba bien.

Yuuri da un traspié en un aterrizaje, casi doblándose su tobillo en el proceso. Afortunadamente, se salva al golpeando una mano contra la barrera de la pista a un lado de él, definitivamente dejándose moretones en la palma de su mano pero salvándose de un duro aterrizaje contra el hielo.

Viktor chasquea la lengua desde donde se encuentra, gentilmente golpeando su patín contra el hielo. —Necesitas ser más cuidadoso, ¡o realmente te herirás, Yuuri! Necesitas comprometerte al salto, porque si vacilas en el medio del aire, lo único que harás será arruinar el aterrizaje. ¡Concentración mental!

Yuuri gime, limpiando con irritación el sudor que se había acumulado en sus cejas. Grand Prix, Grand Prix, Grand Prix, piensa Yuuri casi viciosamente, enderezándose la espalda. Grand Prix, el pasado de Viktor, Grand Prix —espera. Yuuri se deja caer contra la barrera mientras se frota la sien. ¡Concéntrate, Yuuri!

—¿Pasó algo? —La voz de Viktor suena más cerca ahora, y Yuuri alza la mirada y ve ojos preocupados—. ¿Te golpeaste la cabeza en la barrera?

—No —dice Yuuri, sintiéndose levemente avergonzado—. Perdón; me concentraré.

Viktor tararea contemplativamente, revisando a Yuuri con ojos crítico como si estuviera asegurándose que su alma gemela realmente no estaba herida. —Bien… Intentémoslo una última vez, con la música de nuevo. Recuerda, eres un tazón de cerdo seductor que quiere que lo coma, ¿vale? —Viktor lo mira lascivamente en broma, inclinándose hacia delante y moviendo sus cejas sugestivamente. Yuuri se ríe y tira de la mano de Viktor mientras patina para volver a su posición.

—Sí, sí —responde Yuuri, inhalando profundamente en un intento para centrarse. Una rápida mirada a Viktor es lo que se permite antes de arrancar, moviéndose al inicio del programa.

Todo va bien en la primera mitad, pero en el minuto en que la segunda mitad comienza, Yuuri se da cuenta de que simplemente no tiene eso consigo para completar un salto.

La vibrante música continúa mientras Yuuri se ralentiza hasta parar, y levanta su mano sin mirar a Viktor por el miedo de ver decepción en la cara de su entrenador. —Perdón, yo… ¿podríamos parar? No me puedo concentrar.

La música se apaga casi inmediatamente, y los patines de Viktor sisean contra el hielo mientras hace su camino hacia Yuuri.

Sabía que había algo mal —dice Viktor, sonando levemente reprochante—. ¿No te dije? Necesitamos trabajar a través de todos y cada uno de los problemas. ¿Es el programa en sí? Porque sé que lo puedes hacer; ya casi lo has conseguido lograr perfectamente. ¿Estás estresado por encontrar la música para tu programa libre?

—Eso también, sí —admite Yuuri, hurgando un poco en el recuerdo de la otra preocupación—. Pero no es sólo eso…

Viktor pausa, esperando, y suspira cuando Yuuri no continúa. Hunde su cabeza con preocupación en un intento de mirar la cara alicaída de Yuuri. Por el rabillo de su ojo, Yuuri ve a Viktor fruncir el ceño cuando se niega a mirar arriba.

—Vamos a casa, entonces —dice Viktor con decisión, levantando una mano apaciguadora cuando Yuuri lo mira con alarma—. No te preocupes, sé que te estás tomando seriamente el entrenamiento. Pero incluso el patinaje artístico puede ser peligroso si no estás ahí del todo mentalmente.

—Lo sé —responde Yuuri, patinando detrás de Viktor hasta la entrada de la pista con un pequeño rubor en sus mejillas—. Lo siento, no era mi intención atrasar el entrenamiento…

—Yuuri —murmura Viktor con suavidad, dejando caer su personaje de entrenador en favor de acunar suavemente la barbilla de Yuuri contra su mano—. ¿No lo sabes? Estoy aquí para apoyarte como alma gemela, y para guiarte como tu entrenador. Si te ayuda, ¿podemos conversar esto camino a casa?

Yuuri asiente en silencio mientras su mano sube para para aferrar ligeramente la muñeca de Viktor, arrastrando sus dedos con suavidad contra el dorso de su mano. Los ojos de Viktor se suavizan, y se inclina para presionar un suave beso a la frente de Yuuri.

Viktor permanece cerca del lado de Yuuri mientras caminan de vuelta a Yu-topia, escogiendo llevar su bicicleta a su lado en vez de montarla. Makkachin, como notando lo apagado que estaba Yuuri, se frota contra las piernas de Yuuri cada tanto, presionando su costado contra la canilla de Yuuri, como si intentara confortarlo.

—Es vergonzoso —dice Yuuri repentinamente, apretando las tiras de su mochila—. Probablemente ni siquiera vale la pena preocuparse por eso.

—No lo creo —dice Viktor de manera reflexiva, frotando su barbilla—. Especialmente si te molesta tanto.

—Te puede molestar a ti —admite Yuuri, y las cejas de Viktor se disparan hasta más allá de su frente.

—¿Y bien? ¿Cómo sabré yo que eso es verdad si no me dices? —dice Viktor gentilmente. Yuuri se voltea a verlo. El flequillo de Yuuri esconde uno de sus brillantes ojos, y Yuuri lo toma para apartarlo sin pensar, deleitándose con la visión de ambos ojos de los centelleantes ojos de Viktor en la suave luz del sol desvaneciéndose. Ambos pausan a medio paso (una parte de Yuuri agradece que el camino está bastante desierto), y las manos de Viktor atrapan las de Yuuri antes de que éstas caigan, manteniéndolas presionadas contra su mejilla.

—¿Sería más fácil para ti escribirlo? —dice Viktor con suavidad, y Yuuri encoge su cabeza en un asentimiento tembloroso, su mano libre ya alcanzando su bolsillo para sacar el pequeño lápiz que siempre trae con él.

Viktor saca el soporte de la bicicleta y la mueve para dejarla descansar contra el pequeño muro de piedra que limita la acera, los ojos suaves mientras Yuuri se mueve para seguirlo. Se extiende para acercar a Yuuri hasta que la espalda del joven queda presionada contra su pecho. —No estoy mirando —dice Viktor suavemente, enterrando su cabeza en el cabello de Yuuri—. Adelante, escríbelo.

Yuuri cierra sus ojos por un pequeño momento, disfrutando de la sensación del calor de Viktor alrededor de él, antes de destapar su lápiz y tirar de un guante fuera con sus dientes. Escribe, y se siente como si su corazón estuviera en sus oídos cuando por fin se mueve para tapar el lápiz, empujando ligeramente los brazos de Viktor mientras se desliza de nuevo en su bolsillo. —Vale… estoy listo.

La mano de Viktor se levanta de la cintura de Yuuri para acercarla a sus ojos, y Yuuri aprieta sus manos alrededor del otro brazo de Viktor, apoyando su cabeza contra el hombro del mayor. Se muerde el labio cuando Viktor se tensa repentinamente, y Yuuri se siente muy consciente de los brazos de Viktor alrededor de él, la fría mordida del aire lentamente escalofriante, y la sensación de sus gafas resbalándose por su nariz mientras dobla su barbilla hacia su pecho.

—Yuuri —respira Viktor, sonando agonizante, y Yuuri aprieta sus ojos para cerrarlos—, lo siento tanto… No sabía que esto te estaba molestando. Continúo causándote daño, ¿no es así?

—¿Qué? —Yuuri se libera del agarre de Viktor para girarse y ver a su alma gemela con sorpresa—. Eso no… ¡eso no era a lo que me refería! Y, además, ¿acaso yo no te causé dolor? Esperaste por tanto tiempo, ¡y sería natural que buscaras el amor si no creías que tenías un alma gemela! ¡Soy yo quien está siendo infantil por dejar que algo como esto me moleste!

—Eso no es verdad —dice Viktor rápidamente—. Me habría vuelto loco también el no saber. Y lo hace… pero, ¿sencillamente asumí que tú nunca…?

—Estaba esperándote —admite Yuuri con suavidad—. E incluso ahora, no creo estar listo para nada muy intenso. Como, físicamente, me refiero. —Yuuri se sonroja profusamente—. Pero eso no significa que alguna vez… Nunca me enojaría contigo si has estado con otras personas. Sólo quiero saber.

—Y te diré —responde Viktor, buscando a Yuuri. Él rápidamente da un paso de vuelta a los brazos de Viktor, aliviado por al fin haber admitido sus preocupaciones, reduciendo sus extremidades a gelatina.

—Había una chica —continúa Viktor, voz baja contra la oreja de Yuuri— que no creía en las almas gemelas. Creía en la libertad de elección, y quería que la eligiera a ella. No creo que tuviera alma gemela en absoluto.

Yuuri aprieta sus manos en la chaqueta de Viktor, una pulsada de celos haciendo que su estómago se tuerza sin quererlo. —¿Qué… qué le pasó a ella?

—Bueno, no tener alma gemela no es completamente poco común, pero estoy seguro de que, aun así, ella estaba sola —responde Viktor, inclinando su cabeza hacia atrás para mirar el cielo oscuro—. Odio decirlo, pero no sé qué sucedió con ella. Pero esto fue cuando yo aún era bastante joven, creo, entonces sus palabras permanecieron conmigo durante toda mi adolescencia.

Las manos de Viktor comienzan a jugar con los mechones que cubren la parte trasera del cuello de Yuuri casi distraídamente. —Yo… tuve otros compañeros. Así que no soy completamente inexperto, Yuuri.

Yuuri asiente con firmeza contra la tela de la chaqueta de Viktor. —No te culpo. Creo que estabas en lo correcto al hacer eso. Debió haber sido solitario…

—Sé que estabas asustado. Yo también lo estaba, incluso si no me daba cuenta del todo. Es una cosa que cambia la vida, y ella tenía razón… ¿qué hay sobre la libertad de elección? —murmura Viktor.

—¿Estabas molesto de que tu oportunidad de elegir el amor se había ido cuando descubriste que yo era tu alma gemela? —pregunta Yuuri con sinceridad, alzando la mirada para contemplar a Viktor con ojos claros—. ¿Es por eso que esperaste? No lo digo en un mal sentido, yo sólo… sólo estoy intentando entender.

Yuuri. —Viktor frota su nariz contra a de Yuuri, viéndose casi agonizante—. ¡Fue la mejor cosa que me ha pasado en la vida! Mientras más tiempo pasaba contigo, más me daba cuenta de que incluso si tenía un alma gemela, aun así hubiese escogido tazones de chuletas de cerdo sobre esa persona en cualquier momento.

Ambos ríen con suavidad, y Yuuri frota su nariz de vuelta agradecidamente.

—Esperé porque quería que te sintieras del mismo modo antes de que descubrieras que tu alma gemela era yo —continúa Viktor con vergüenza—. Quería que pensaras sólo en mí, y no en una versión cualquiera de alguien idealizado a quien no habías conocido.

—La versión "ideal" ya eras —dice Yuuri un tanto exasperadamente—. Sé que te hice esperar, ¡pero tú prácticamente me estabas atormentando! ¡Fue injusto! —Su cejo fruncido se convierte en una media sonrisa ante el avergonzado mirar que Viktor le da.

—Perdón —suspira Viktor—. Ver tu cara nerviosa era sencillamente tan… Ah, perdón. —Viktor se interrumpe ante la mirada amonestadora de Yuuri, sonriendo tímidamente de nuevo.

—Gracias —dice Yuuri en vez—, por decirme esto.

—Bueno, gracias a ti —responde Viktor, haciendo su mejor intento para replicar el tono serio de Yuuri— por escuchar.

Yuuri sonríe, ya notando la vuelta del usual desenfado de Viktor.

—Estoy contento de haber podido aclararlo —dice Viktor en respuesta a la tácita pregunta de Yuuri—. Estoy feliz de que ya no estás preocupado.

—Sí, me siento mucho mejor —musita Yuuri, tomando la mano de Viktor. Su alma gemela le sonríe de vuelta, una mano intentando agarrar la de Yuuri mientras la otra alcanza su bicicleta. Makkachin los alcanza desde donde ha estado durmiendo, totalmente feliz de seguir a sus dueños mientras comienzan a caminar de vuelta a aguas termales nuevamente.

Sólo ahora, Yuuri aún no parece capaz de encontrarse con los ojos de Viktor —por una razón totalmente diferente. Cada vez que Yuuri alza su mirada para ver el perfil de Viktor, se reúne con brillantes ojos mirándolo justamente de vuelta, y cada vez Yuuri mueve su cabeza lejos, cada una de las veces.

Su usual sonrojo-inducido-por-Viktor parece bastante más fuerte que lo normal, y nuevamente, Yuuri está demasiado consciente de su mano contra la de Viktor mientras caminan de vuelta a casa.

Incluso cuando alcanzan la entrada, difícilmente dicen palabra, y Viktor sólo se mueve para presionar un beso en la mejilla de Yuuri antes de guiarlo a cenar. Las aguas termales le siguen después, y ellas están desiertas salvo por Viktor y Yuuri. Aun así, Viktor se hunde en el agua sólo a un brazo de distancia de Yuuri, finalmente hablando para comenzar una alegre conversación que Yuuri está más que feliz de continuar.

Sin embargo, el aire alrededor de ellos se siente, de algún modo, más tranquilo, y arrulla a Yuuri en un casi perezoso sentimiento de comodidad. Está en el gentil mirar que Viktor continúa dándole a Yuuri, y en cada vez que ellos se rozan contra el otro mientras se mueven para vestirse después del baño. Viktor es totalmente suavidad, cepillando el pelo húmedo de Yuuri mientras charla con él sobre una experiencia de patinaje pasada, y Yuuri observa que su constante rubor se refleja en los altos pómulos de su alma gemela.

Viktor aún conversa de algo —de cómo Makkachin lo había ayudado a calmarse después de una competencia— incluso cuando empuja a Yuuri hacia la cama, haciéndolo caminar hacia atrás hasta que sus rodillas chocan con el colchón y cae en suaves cojines.

Viktor deja de hablar entonces, y gentilmente se mueve junto a Yuuri, estirándose a un lado de él. Yuuri se estira para agarrar la mano de Viktor, y la lleva a sus labios para besarla casi con timidez. Viktor sonríe, complacido, rápidamente copiando la acción.

—Yuuri —murmura Viktor, y las sábanas susurran mientras Viktor los reposiciona, de modo que su espalda esté en la cabecera y el pecho de Yuuri presione el suyo. Yuuri todavía se siente terriblemente tímido, sin importar cuántas veces Viktor ha buscado su cercanía, pero se inclina casi inconscientemente para presionar su frente con la de Viktor. Viktor se ve casi aturdido mientras Yuuri presiona suaves besos contra su cara, moviéndose desde la frente, hasta la nariz, hasta la mejilla, hasta que los labios de Yuuri se cepillan contra Viktor en un murmullo de un beso.

Por un segundo, Yuuri está contento con sólo quedarse ahí, sonriendo ante el impaciente entrecejo fruncido que Viktor pone cuando se da cuenta de que Yuuri no se moverá. En lugar de esperar más, Viktor acorta el resto del camino, sus labios ya separados. Yuuri deja escapar un gemido ante el contacto, poniéndose a horcajadas de Viktor, una imagen aún más cercana a sus primeros besos.

La cama es suave contra las rodillas de Yuuri, y se inclina con casi todo su peso mientras se empuja más allá en el abrazo de Viktor, temblando cuando las manos de él encuentran su camino hacia la parte posterior de su camisa.

—Nunca fui más allá incluso después de aquella primera vez en la que ambos sabíamos que éramos almas gemelas —murmura Viktor en el oído de Yuuri antes de interrumpirse por otro beso, y la gravedad de su voz tiene a Yuuri intentando esquivarlo. Viktor lo mantiene en su lugar con una mano contra el costado de su cabeza, mordisqueando la oreja de Yuuri entre cada palabra—. Nunca fui más allá porque estaba esperando que hicieras el primer movimiento, cuando estuvieras listo.

—Oh —dice Yuuri, atontado, aun esforzándose contra su voluntad para poner al menos algo de distancia entre su oreja y la boca de Viktor. Yuuri iba a explotar.

No obstante, Viktor se mantiene firme, y se aleja de la oreja de Yuuri para clamar sus labios de nuevo, manos moviéndose con gentileza sobre la suave piel de la espalda de Yuuri.

—Aunque yo no… no creo que estoy listo… —dice Yuuri apresuradamente, el rostro rosado por algo más que la excitación, y Viktor hace una pausa.

—Lo sé, iremos lento —responde Viktor, mientras al mismo tiempo besa la mandíbula de Yuuri—. A tu ritmo. —Viktor se reclina un poco para mirar a Yuuri con los ojos caídos, brazos abiertos en invitación, y Yuuri sólo puede sentarse y tomarlo por un momento.

—Yo… Bien —murmura Yuuri, y necesita de todo su coraje para presionar los bordes de la bata de Viktor hasta que bajen hasta acumularse en sus muñecas, descubriendo una amplia extensión de piel. Yuuri había visto a su alma gemela desnudo muchas veces antes, pero era… Parecía que era algo a lo que Yuuri nunca se acostumbraría.

—Puedes tocar —dice Viktor casi con falsa molestia, mirando a Yuuri con diversión cuando se presiona sus manos contra su propio rostro—. No hay nada que te detenga. Soy yo, después de todo.

—Eso es verdad —dice Yuuri, alejando sus manos de su rostro con resolución. De nuevo, Viktor está sonrojado también y eso hace sentir a Yuuri cien veces mejor—. Eres mío.

—Mhm. —Viktor cierra sus ojos cuando Yuuri presiona sus manos contra su piel, tímidamente moviendo sus dedos para trazar con ligereza el pecho de Viktor. Ambos contienen la respiración cuando Yuuri se inclina para presionar un beso en la clavícula de Viktor.

De repente, Yuuri se recuesta para cubrir su rostro con las manos de nuevo. —Espera, espera… ¡pausa! —dice casi histéricamente, ahora sacudiendo sus manos frente a ambos—. ¡Necesito un momento!

—Bueno, espero que no te vayas a ningún lugar —interpone Viktor, sonando demasiado alegre—. ¡Qué progreso!

Yuuri hace un sonido agudo de angustia, y Viktor ríe.

—Yuuri, para —dice su alma gemela suavemente, todo serio de nuevo—. A tu ritmo, como dije. Soy feliz con el solo hecho de tenerte conmigo.

Yuuri suspira, dejándose caer en el pecho de Viktor y uniendo las manos de ambos.

—Sabes, eres tan famoso que realmente creí que estaba soñando cuando apareciste en el onsen de mi familia. —Yuuri ladea se cabeza para acariciar con su boca el espacio en el cuello de Viktor, y su alma gemela suspira con felicidad—. Pero cuando dijiste que ibas a entrenarme, habría hecho lo que sea, pagado lo que sea, para hacer que te quedaras.

—Vaya, tu dedicación es tan admirable —responde Viktor, viéndose altamente divertido—. Bueno, teniendo en cuenta de que tú lo admitiste para mí, puedo libremente admitir que primero pensé que eras la cosa más adorable que había visto —Queda embobado con el sonrojo resultante de Yuuri, sonriendo cuando él mira hacia otro lado. Viktor pausa por un momento para alcanzar debajo de las almohadas a su lado un lápiz que habían dejado allí —ahora había lápices por todas partes alrededor de ellos, en sus bolsillos, en sus bolsas, incluso dispersas alrededor de cada una de sus habitaciones. Yuuri lo toma de él para dibujar tímidamente garabatos en su propio brazo, echando una mirada a los cálidos ojos de Viktor.

—Oye, hablando de la tarifa de entrenamiento… —Yuuri pausa, mirando distraídamente la tinta que se extendía con lentitud por el brazo de Viktor, bajando hasta su muñeca. Viktor inclina la cabeza inquisitivamente, incluso mientras sus ojos siguen perezosamente el camino de la tinta en su piel.

—¿Mm?

—¿Cuánto será? No quiero no pagarte una tarifa sólo porque…

—Oh, Yuuri, ¿realmente crees que voy a cobrarle a mi alma gemela el precio de una tarifa de entrenamiento? —Viktor se ríe, pasando las manos por el pelo de Yuuri antes de deslizarlas para descansar contra el posterior del cuello de él—. ¡Eres tan tonto!

—Oh —responde Yuuri, enterrando su rostro en el espacio del cuello de Viktor de nuevo—. Y-ya veo, gracias…

—O sea, ¡al menos no precio completo! Las almas gemelas tienen un descuento especial del diez por ciento. Por cierto, ¡el interés ha comenzado a acumularse desde el primer día, así que espero que tengas un fondo considerable para respaldarlo!

La cabeza de Yuuri vuela hacia atrás, apenas evitando chocar a Viktor en la barbilla, y su rostro está blanco de shock. —¿C-cuánto es? Si estás de acuerdo, p-podría pagar en partes, pero no creo…

Viktor se ríe, encantado, y envuelve a Yuuri cerca de su pecho otra vez, salpicando su rostro con besos. —¡Yuuri, Yuuri! ¡Estaba bromeando!

Yuuri se sonroja con violencia e intenta alejarse, golpeando a Viktor en el pecho. —Tú… ¡tú lo hiciste de nuevo! A este ritmo, terminaré no creyendo nada de lo que dices…

Viktor lo silencia con un beso, presionando ambas manos contra el rostro de Yuuri en un intento de que frunciera los brazos en un beso. Yuuri se resiste por un gran total de un segundo, y aplaude su propia tenacidad por otro segundo, antes de permitirse a sí mismo derretirse hacia adelante, envolviendo sus brazos alrededor del cuello de Viktor.

—Mm —musita Viktor cuando finalmente se aleja para admirar su trabajo—. Lo siento. ¡Es que no puedo tener suficiente de la cara que pones cuando hago eso! —Ante el ceño fruncido de Yuuri, Viktor se sonroja, una sonrisa culpable en su rostro—. Ah… perdón. No lo haré de nuevo. —Viktor entierra su nariz en el cabello de Yuuri, haciéndole cariño con ésta entusiásticamente.

—Al menos, no tanto —piensa Yuuri que escucha que es murmurado contra su cabello, y se retuerce bruscamente contra él con falsa rabia, incluso si permite que Viktor mantenga sus brazos apretados alrededor de sus hombros.

—Aunque creo que podría recibir en pago en partes —dice Viktor una vez que finalmente consigue que Yuuri se calme con suaves besos en lugar de otra disculpa—. El único modo en que te podría costar sería en términos de horas de sueño, pero podemos hacer funcionar eso con tu programa de entrenamiento.

—Qué… —Yuuri mira a Viktor sin expresión, hasta que finalmente hace sentido en su mente, y Viktor ríe con gusto de nuevo cuando la cara de Yuuri se vuelve de un rojo brillante de nuevo.

—Sólo bromeo. Como dije, cuandoquiera que estés listo. Es decisión tuya —dice Viktor, gentilmente golpeando su frente contra la de Yuuri.

—¡Honestamente! —gime Yuuri con desesperación, dejándose caer y presionando una mejilla contra la piel de su alma gemela—. Nunca me acostumbraré a ti.

—Espero que no —dice Viktor, ofendido—. Intento mantener esta relación lo más interesante como sea posible por siempre y para siempre. —Viktor se calla nuevamente, y Yuuri lo mira con curiosidad. Esta vez, el sonrojo en el rostro de Yuuri está reflejado en el de Viktor, y Yuuri le permite a su alma gemela acunar su cara en sus manos. Viktor planta sus pulgares en las mejillas de Yuuri y se inclina para presionar un beso gentil en su nariz.

—De verdad que lo siento —comienza su entrenador, y Yuuri escucha atentamente incluso si disfruta del sentimiento de las caricias de Viktor—. Nunca intenté causarte tanto dolor como lo hice… Yakov siempre me ha dicho que puedo ser demasiado egoísta para mi propio bien, pero ahora que te tengo… sé que hay algunas cosas de las que necesito estar más consciente.

Yuuri reúne las piezas de su coraje para mirar a Viktor directamente a los ojos con una mirada de acero. —¡Eso es verdad! —amonesta, y siente una ráfaga de tanto remordimiento como deleite cuando Viktor lo mira de vuelta con los más tristes ojos de cachorro. Sinceramente, incluso podrían competir con los de Makkachin—. ¡Lo que hiciste fue realmente manipulador! Sé que me dijiste por qué, pero, aun así, ¡estaba tan en conflicto! Como dije antes, ni siquiera sabes cuán dividido estaba.

—Lo sé… —dice Viktor, y sus manos se deslizan por los brazos de Yuuri para sujetar sus manos—. O, al menos, ahora lo entiendo. No sé qué decir…

Los ojos de Yuuri se suavizan, y se irgue para darle a Viktor un suave besito en la mejilla. Y entonces, cuando su alma gemela está por completo distraída, Yuuri desliza una mano fuera del agarre de Viktor y la corre a toda velocidad hacia el costado de Viktor, donde entrega un pellizco rápido y fuerte.

Viktor chilla fuertemente, y Yuuri comienza despiadadamente a hacerle cosquillas a Viktor.

—¡Piedad, piedad! —gime Viktor, y es el turno de Yuuri para reír con deleite, incluso cuando ha sido volteado sobre su espalda por Viktor, en un intento de ponerle fin a las cosquillas.

Viktor atrapa a Yuuri, presionando las dos manos del hombre más joven a cada lado de la almohada, con los ojos entrecerrados con traición. —¡Qué malo!

—¡Eso es lo que te mereces!

—Bueno, ahora puedo tener mi venganza. ¿Era eso lo que querías?

Yuuri bufa, retorciéndose, y Viktor aprovecha la oportunidad para acurrucarse a la derecha en la curva del cuello de Yuuri, mordisqueando la piel de allí. Yuuri se ríe de nuevo, y, al encontrar las manos libres, las envuelve alrededor de la espalda de Viktor, aferrándose a su alma gemela por su vida.

—Ah, Yuuri, ¡te amo! —Viktor murmura con cariño y Yuuri se congela. Viktor pausa, levanta su cabeza, baja su cabeza y comienza a verse preocupado—. Ah… bueno, digo… Espero que no haya sido muy apresurado, pero yo…

—Siento lo mismo —suelta Yuuri—. Siempre, siempre, yo siempre te he admirado, ¡y soy tan afortunado de tener la oportunidad de amarte!

Viktor lo observa, sorprendido, y es turno de Yuuri de quedarse en silencio nerviosamente. Sus preocupaciones se apaciguan cuando Viktor deja caer todo su peso corporal sobre él, presionando sus labios en un sonoro beso.

—Mío —murmura Viktor—. Mío, mío, mío. ¿A quién le importa la conexión? Sin importar qué, estoy seguro de que nosotros siempre estuvimos destinados.

—Qué romántico —dice Yuuri, comenzando a sentirse avergonzado. Viktor simplemente tararea de acuerdo, y Yuuri sigue la mano de Viktor con sus ojos mientras el otro alcanza debajo de las almohadas para buscar aquel lápiz que Yuuri había dejado caer en las sábanas. Está a punto de ofrecer ayuda cuando Viktor finalmente lo encuentra, levantándose por encima de Yuuri gracias a su codo, mientras lo destapa.

—Aun así, aprecio lo que la conexión nos da. Últimamente, he disfrutado de ver mi letra en tu piel. —Viktor sonríe con adoración mientras Yuuri lo ve dibujar un corazón en su hombro, y los ojos de Yuuri suben hasta el de Viktor para ver exactamente el mismo corazón dibujado en exactamente el mismo lugar.

—También yo —concuerda Yuuri con tranquilidad, y cierra sus ojos ante el más leve cosquilleo del lápiz corriendo por la piel desnuda.

—Contigo y conmigo trabajando juntos, vas a ganar la Grand Prix. —Se siente como si Viktor sólo estuviera dibujando aleatoriamente a través de su piel, y Yuuri extiende una mano para buscar un lápiz. Ante la sensación del frío plástico contra su palma, Yuuri abre sus ojos para juntarlos con los de Viktor, que se inclina por otro beso. Los ojos de Yuuri cierran nuevamente, para disfrutar del deslizamiento de la lengua de Viktor y la suave sensación de sus labios, antes de gentilmente alejar a Viktor con su nariz.

—Eres tan hermoso dentro y fuera de la pista de patinaje —dice Viktor.

Y Yuuri responde: —¿Hermoso? Ése eres tú.

Viktor ríe y se aprieta para apoyar su cabeza al lado de Yuuri en la almohada, el aliento soplando a través de la cara de Yuuri en un suspiro satisfecho al sentir la pluma en la parte posterior de su hombro.

—¿Qué estás escribiendo?

—«Viktor apesta».

—Hah —dice Viktor animadamente—. ¡Tú me adoras! Tú «siempre, siempre me has admirado y eres tan afortunado de tener la oportunidad de…» —Viktor se queja de nuevo cuando Yuuri le pega en su hombro—. ¡Ow!

—Te lo mereces —dice Yuuri con altivez, y vuelve a escribir. Viktor suelta una risilla, y sus pestañas le hacen cosquillas a Yuuri en su mejilla cuando sus ojos se cierran.

—Bueno, quiero que sepas… —Viktor bosteza— que pensé que eras la cosa más inspiradora cuando por primera vez te vi patinar mi programa… y soy tan afortunado de haber venido a Japón. —Su voz se convierte en un susurro adormilado, y Yuuri sonríe—. Te amo, Yuuri.

Viktor ya está dormido antes de que Yuuri pueda contestar, y le pone tapa al lápiz antes de cuidadosamente volver su cabeza para presionar un gentil beso en los labios de un Viktor dormilón. Yuuri está por sobre las estrellas, y terriblemente, terriblemente feliz. Había sido un largo camino para llegar a donde estaban ahora, y habiendo ya revelado todo lo que no habían dicho y no habían escrito… Yuuri suelta el lápiz en el borde de la cama y se voltea para amarrar sus brazos alrededor de Viktor. Ahora con todo eso fuera del camino, Yuuri podía finalmente concentrarse en dar un cien por ciento en su preparación para el camino hacia el Grand Prix.
Su mano sube para trazar por el omóplato de Viktor, donde Yuuri sabe que las palabras que ha escrito en respuesta a la declaración de Viktor están reflejadas exactamente en su propio cuerpo. Yuuri se entrega al sueño, acunado por la estable respiración de Viktor.

Y yo… Yuuri piensa soñolientamente, sus dedos trazando los caracteres que no puede ver, te amo también.

Te amo tanto.


»fin«


Algunas notitas que la autora dejó en este último capítulo para aclarar un poco el universo en el que está el fic:

· Es dejado a la ambigüedad si Yurio tiene o no un alma gemela.

· Como que me arrepiento de deletrear Victor y Maccachin con k's es sus nombres, pero ¿supongo que no importa?

· Yo creo que hay personas que existen en este AU sin alma gemela y que aun así viven vidas felices, por supuesto

· Creo que hay almas gemelas platónicas

· Me gusta imaginar que el Victuri debe pasar por las mismas pruebas a las que se enfrentan en el canon, pero aun así salen de ellas fuertes y enamorados, ¡justo como lo hacen en el canon!

· Si alguien se hace un tatuaje en este AU, ¡definitivamente tiene que ser un acuerdo mutuo!

· Aunque definitivamente apesta para cualquiera que desea un tatuaje único, sólo para sí mismo

Sobre por qué no sencillamente escriben en inglés, la autora dejó un post en Tumblr, del cual rescataré puntos importantes: Kaiz dice que no quería, en absoluto, dar a entender que Victor o Yuuri no podían aprender o no sabían/entendían inglés; sólo desea que la gente supiera que no estaba, de ningún modo, subestimando las capacidades lingüísticas de las personas de ninguno de los dos países. La principal razón por la que no escriben en inglés es porque Kaiz encontró divertida la idea de explorar las complicaciones de una barrera de idioma, y que ambos, Yuuri y Victor, podrían estar dispuestos y emocionados por aprender el idioma del país de sus almas gemelas.

[...]

N!A:

QUIERO LLORAR.
No tengo palabras para describir lo feliz y triste que estoy. Unwritten fue un viaje corto en comparación a otros fics, pero fue genial. Estoy muy feliz de haberme embarcado en el rubro de la traducción, fue un desafío incluso más difícil de lo que pensé, pero el fandom de YOI es maravilloso y me recibieron con muchísimo cariño. Quiero agradecerles todo, y perdón la espera, pero hubo un par de malentendidos y al final terminé haciéndolo yo, y con la universidad no tenía vida. Pero ya está: ha terminado. Agradecerle a Kaiz por dar el permiso para traducir su maravilloso trabajo, también.

Por ser último capítulo, ¿les podría pedir un favor? A todas ustedes, personas que leen y no comentan, ¿podría pedirles que me dieran su opinión? De lo que sea: del final, de los últimos capítulos, del fic entero, de la traducción —sería más genial incluso si hablaran de todo. Sus favoritos, follows y lecturas son un halago de por sí, ¡pero sería muy lindo leer qué opinan! Un review por ser el último capítulo, al menos. Muero de ganas de saber qué piensan.

Saludos, mucho amor, muchas muchas gracias por acompañarnos a divasa y a mí en esta aventura tan genial y divertida que fue traducir una historia juntas. Invito a todos a seguir leyendo los futuros proyectos de divasa, y yo por mi parte, también tengo dos historias más de Yuri on Ice, ¡verlos por ahí sería muy lindo!

IMPORTANTE: ¡estoy muy feliz de anunciar que Unwritten fue recomendado en una página de Facebook! ¡Muchísimas gracias a quien sea que lo haya recomendado, me haces muy feliz! :D Bueno, para que Unwritten pase a una carpeta de recomendación forever&ever (la misma cantidad de tiempo que Victor y Yuuri se amarán), debe juntar 20 me gusta. Así que otra forma de demostrar que les gustó el fic es yendo a la página de Recomienda un fic en Facebook. El link específico estará en mi biografía además de aquí. Una vez que abran el link deben buscar la fotito en la que sale Unwritten y darle me gusta si así lo desean (L)

/RecomiendaUnFanFic/photos/a.861673310621229.1073741829.861104880678072/1149380675183823/?type3&theater [deben anteponer facebook(punto)com a esto]

Si alguien desea votar, muchas gracias por ello. (L) Y gracias totales por todo su apoyo y cariño a través de esta traducción. ¡Mucho amor para todos, nos veremos en algún otro proyecto!

Mrs Bipolar ~ 19 de Septiembre del 2017.