Bien, antes que nada quiero presentarme. Nunca antes había subido nada a este lugar, simplemente me dedique a leer las grandes obras que otros usuarios han publicado, hasta hoy que decidí finalmente comenzar a publicar esta historia que estoy escribiendo, ya la he publicado en otra pagina, pero ahora también la subo aquí y espero que les guste y comenten que les parece! Sin mas, acá les dejo el primer capitulo...

Naruto: Una Segunda Oportunidad.

Capítulo I: Lazos.

En una de las habitaciones del Hospital de Konohagakure, se encontraba un joven pelirrubio de no más de trece años con todo su cuerpo vendado, acostado sobre una de las camas de dicho nosocomio, observando el techo con la mirada perdida...

Flashback.

-¿¡Por qué!? ¿¡Acaso no entienden quien es Orochimaru!? ¡Vuelvan a Konoha ahora mismo! - Exclamaba el joven rubio, bajo la lluvia en el Valle del Fin, estando frente a una chica pelirrosada y a un joven pelinegro.

- No estorbes dobe, no me detendrás. - Contestó el pelinegro, dirigiéndole una mirada fría como el hielo.

- Teme... Sakura-chan... ¿Por qué? ¡Maldición! - Volvió a gritar el rubio, apretando los puños con rabia mientras caían algunas lagrimas por sus mejillas.

- Lo siento Naruto... No puedo dejar solo a Sasuke-kun... Por favor, no interfieras. - Susurró la pelirrosa con algo de tristeza por su amigo.

- Lo siento por ustedes... Los dos son las personas más importantes que tengo, nunca tuve una familia, pero el equipo siete es una familia para mí. No dejare que mi familia tome un camino equivocado, si tengo que morir aquí que así sea, pero no descansare hasta que vuelvan a la villa. - Contestó Naruto, con determinación observando a sus dos amigos.

- Entonces así será dobe... Tendré que eliminarte para cortar nuestros lazos. - Susurró el Uchiha, activando el Sharingan, mientras la pelirrosa se hacía a un lado.

Así comenzaron a luchar sobre el arroyo del valle del fin, situado en los límites del País del Fuego.

Los dos shinobis se enfrentaban en una muestra de taijutsu sumamente igualada.

- Sasuke, no sigas este camino, solo te perjudicaras. Si quieres ser más fuerte quédate aquí, entrenemos juntos con Kakashi-sensei – Susurraba el pelirrubio, mientras lograba conectar un golpe en el rostro del Uchiha.

- Eres una molestia dobe... ¿Acaso no entiendes? En Konoha solo seré débil. No me importan nuestros lazos, solo deseo ser fuerte para vengarme de mi hermano. - Contestó Sasuke, conectando un puñetazo en el estomago del pelirrubio.

- ¡Eres un idiota! Orochimaru solo te usará, ¡El te entrenara para luego quedarse con tu cuerpo! - Exclamó, respondiendo con una patada al hígado del pelinegro.

- ¡Eso no me importa! Si tengo que entregar mi alma a Orochimaru para lograr mi venganza, que así sea, nada me detendrá. - Respondió, conectando nuevamente un golpe en el rostro del Uzumaki.

- Entonces... ¿¡Qué pasará con Sakura-chan!? ¿Acaso dejaras que Orochimaru se apodere de ella? - Preguntó, esquivando los puñetazos que le proporcionaba el Uchiha.

- Lo que haga Orochimaru con Sakura no me interesa, es un estorbo pero en algún momento, cuando logre cumplir mi venganza, tendré que revivir a mi clan, ese será mi segundo objetivo. - Contestó con frialdad, impactando un combo de golpes en el rostro de Naruto, ante su incredulidad.

- Maldito... ¡Sakura-chan no es un objeto! - Gritó con rabia, siendo rodeado por un aura de chakra rojo como la sangre, sorprendiendo al Uchiha. - Orochimaru te cegó Sasuke, el odio te cegó... Puedo entender que tú caigas en ese camino, pero no pienso permitir que arruines la vida de Sakura-chan! - Exclamó, acercándose a Sasuke a una velocidad impredecible incluso para el Sharingan, comenzando a golpear salvajemente al Uchiha, provocando diversos cortes y hematomas en su rostro.

- Hmph veo que por fin pelearas enserio dobe... Veamos que puedes hacer... - Susurró, mientras que el sello de orochimaru se extendía por todo su rostro, para luego volver a intercambiar golpes con Naruto.

Así estuvieron durante varios minutos, golpeándose el uno al otro. El nivel de ambos era muy parejo. Los dos mostraban golpes y heridas en todo el cuerpo, luego de un último intercambio de golpes, ambos se separaron, Naruto subió sobre la cabeza de la estatua de Hashirama, mientras que Sasuke subió a la de la estatua de Madara.

- Llego el momento de acabar con esto dobe... - Susurró el Uchiha formando una secuencia de sellos, mientras su rostro se volvía totalmente gris a la vez que de su espalda aparecían una especie de manos, que utilizaba como alas.

- Que así sea Sasuke, los llevare de regreso a la aldea. Es una promesa de por vida... - Contestó el pelirrubio mientras extendía su mano formando una esfera perfecta de chakra, al momento en que su cuerpo se cubría totalmente por un chakra rojizo, más denso que el anterior, formando el aspecto de un zorro, mientras que al mismo tiempo surgía una cola de chakra, aumentando en gran consideración su poder.

- ¡CHIDORI! - Exclamó el pelinegro, acercándose al Uzumaki con su poderosa técnica, dispuesto a impactarla contra él.

- ¡RASENGAN! - Gritó el jinchuuriki del Kyubi, impactando su técnica contra la de su compañero, formando una densa esfera de chakra, provocando una gran explosión.

Fin del Flashback.

-"Fui débil... Deje que las dos personas más importantes para mí se pierdan en la oscuridad... Juro por mi camino Ninja que no descansaré hasta traerlos de regreso a Konoha" - Pensaba para sí mismo, mientras cerraba los ojos con pesadez. - Espérenme Sasuke... Sakura-chan, pronto iré por ustedes. - Susurró, apretando sus puños llegando a lastimarse mientras que visualizaba la imagen de sus amigos en su mente.

- Mírate, te han destrozado chico... - Susurro un hombre mayor de una larga cabellera blanca sentado en el marco de la ventana.

- ¡Ero-sennin! - Exclamó el rubio, sorprendido por la presencia de su maestro.

- Vine a decirte algo importante Naruto. A partir de hoy te tomo como mi discípulo oficial. Te entrenaré para convertirte en un Shinobi poderoso. Recibí información acerca de Akatsuki... Al parecer en tres o cuatro años vendrán por ti, debes estar preparado. - Comentó el Sannin recibiendo la atención de su alumno.

- No me importa... Tres años es mucho tiempo, debo rescatar a Sakura-chan y a Sasuke de Orochimaru. No tengo tiempo para entrenar. - Contestó mientras tomaba las bandanas ninja de sus compañeros en sus manos.

- Al parecer Orochimaru solo puede usar su Jutsu de reencarnación cada tres años y en nuestro último enfrentamiento pude ver que ya había reencarnado, por lo tanto tenemos tiempo. - Afirmó el peliblanco, dejando expectante al Jinchuuriki – Sin embargo... Olvídate de Sasuke y Sakura. Ellos se fueron por propia voluntad, no importa lo que intentes ellos no cambiaran de decisión... - Susurró cerrando los ojos mientras pensaba en su antiguo compañero de equipo y mejor amigo – Si piensas en traerlos de vuelta, olvídalo. Solo un idiota lo intentaría. - Sentenció.

- ¡No serán nada para ti, pero son mis amigos! - Exclamó el rubio.

- ¿¡Tus amigos te dejarían así!? ¡Mírate y preocúpate por tu situación actual! - Contestó, mientras seguía recordando su conflicto con Orochimaru – Yo tampoco pude convencer a mi amigo Naruto... Luego de la agonía solo me quedó la impotencia y el remordimiento. No quiero que pases por lo mismo. - Se decía así mismo – Si vas tras Sasuke y Sakura, entonces no te entrenaré y te prohibiré la salida de la aldea. Eres especial Naruto, posees al Kyuubi dentro de ti y eres uno de los objetivos de Akatsuki. Pronto te deberás enfrentar contra shinobis más peligrosos que Orochimaru, debes estar preparado. Olvídate de ellos. Ser shinobi no es solo saber jutsus y ser poderoso. Para ser shinobi debes aprender a tomar las decisiones correctas. Si vives como shinobi, te convertirás en sabio. Si sigues siendo un tonto, cada vez te será más difícil vivir en este mundo.

- De acuerdo... - Susurró, llamando la atención de su maestro – Si eso es ser sabio ¡Seré un tonto de por vida! - Exclamó, sorprendiendo al Sannin – Aunque este solo, crearé más jutsus increíbles y salvare a Sakura-chan y a Sasuke como sea. Y les pateare el trasero a esos Akatsuki. - Afirmó, sorprendiendo aún más a su maestro.

- Veo que no podré convencerte... Naruto, espero que logres las metas que tu maestro no ha conseguido, te prometo que haré todo lo posible para ayudarte a traerlos de vuelta, después de todo... El camino del alumno es el de su maestro, no? - Pensaba para sí mismo con una sonrisa, mirando al atardecer bajo la mirada expectante del rubio – Si intentaras entrenar solo, lo único que te saldrá será un estúpido Jutsu Sexy – Comentó, ganando un bufido de su alumno – Es una tontería. Es tan tonto que tal vez funcione... Prepárate a trabajar en cuanto salgas del hospital, tonto. Nos vemos. - Se despidió mientras saltaba por la ventana, tomando camino hacia la oficina de la Hokage.

Luego de unos días de estar en observación en el Hospital de Konohagakure, el joven rubio pudo recibir el alta, para así dirigirse hacia su pequeño departamento, donde comenzó a guardar los distintos elementos que necesitaría para iniciar el viaje con su sensei.

Al pasar unos minutos el joven ninja ya estaba preparado para emprender su nueva aventura, por lo tanto se dirigió a las puertas de la Aldea, donde ya se encontraban esperándolo su sensei Jiraiya junto con la Godaime Hokage, Tsunade Senjuu.

- Al fin llegas chico, empezaba a creer que ya te habías arrepentido – Comentó el peliblanco con una sonrisa en su rostro.

- Para nada Ero-sennin, sabes que yo no me retracto de mis palabras. No descansaré hasta cruzar por esta puerta junto con Sakura-chan y el idiota de Sasuke, es una promesa de por vida. – Exclamó con determinación, provocando el orgullo de los dos Sannin.

- Créeme Naruto, si mantienes esa determinación no habrá nada que no puedas lograr. – Susurró la Godaime, acercándose al joven – Cuídate niño, vuelve siendo el shinobi más fuerte de la aldea y prométeme que no se te pegaran los hábitos del pervertido de tu maestro. – Comentó, abrazando al pelirrubio, mientras le revolvía los cabellos.

- Claro oba-chan, volveré, cumpliré mi promesa y no te quedara más remedio que nombrarme Rokudaime Hokage – Contestó, con una gran sonrisa.

- Bueno, es hora de irnos Naruto, hay que comenzar lo antes posible con nuestro entrenamiento. Tsunade, ya sabes, cualquier cosa que ocurra llámame a través de uno de los sapos, nos mantendremos comunicados con cartas, posiblemente regresemos en tres años… - Comentó Jiraiya, comenzando a caminar y alejándose de la aldea con una mano levantada en señal de saludo, mientras era seguido por su joven alumno ante la mirada de confianza y esperanza de la Hokage.

Grandes desafíos se acercaban, nadie sabía lo que le depararía el destino al Jinchuuriki del Bijuu más poderoso del mundo…

Mientras tanto en un lugar lúgubre, en las afueras de Otogakure, se encontraban dos jóvenes, frente a un hombre mayor de rostro pálido y otro hombre de pelo color plata…

- Así que al fin te has decidido Sasuke-kun, has venido en busca de poder y lo obtendrás… - Susurró el hombre de rostro pálido con una sonrisa maliciosa, ante la atenta e imperturbable mirada del Uchiha.

- Entréname Orochimaru, no perdamos tiempo. – Contestó, manteniendo la mirada ante la lúgubre presencia del Sannin.

- Perfecto Sasuke-kun, comenzaremos con nuestro entrenamiento ahora mismo… - Musitó, mientras notaba la presencia de la joven pelirrosa – Veo que has venido acompañado, es una lástima que tu no tengas ninguna habilidad especial Sakura-chan, pero no nos sobran cuerpos para experimentar, por lo tanto serás de utilidad kukuku… - Comentó el Sannin, lamiéndose los labios al mismo tiempo en que su acompañante peliplata reducía a la Haruno – Llévala a los calabozos Kabuto ¿Tienes alguna objeción Sasuke-kun? – Preguntó, manteniendo su mirada maliciosa hacia el Uchiha, formando un incomodo silencio.

- ¡Sasuke-kun! – Exclamó la pelirrosa intentando zafar del agarre de Kabuto, mientras observaba a su compañero de equipo y amor platónico.

- Humph, haz lo que quieras con ella, a mi no me importa, a partir de ahora no me interesa tener lazos con nadie – Sentenció el Uchiha fríamente, comenzando a caminar hacia lo profundo de la cueva sin siquiera observar a su compañera.

- Eso pensaba. Kabuto, llevatela y aplícale sellos inhibidores de chakra, luego nos seguiremos encargando de ella, ahora comencemos el entrenamiento de Sasuke-kun. – Ordenó el Sannin, mientras acompañaba a su nuevo alumno hacia dentro de la cueva, mientras ambos dejaban a Sakura llorando por la impotencia a la merced de Kabuto, percibiendo la fría realidad de su situación...

Bueno, hasta aca el primer capitulo. Espero que les haya gustado, comenten que les parecio... Pronto subiré el próximo cápitulo. ¡Hasta luego!