Los personajes son creados por la escritora Kyōko Mizuki, uno de los seudónimos de Keiko Nagita, y la mangaka Yumiko Igarashi, seudónimo de Yumiko Fijii, publicado en Japón por Kōdansha Ltd. desde 1975 a 1979

Advertencia: Este es un Albert fic.

William Albert Andrew un hombre de conducta intachable de 31 años, vive en una pecera de cristal, es decir todos están pendientes de sus actos, está a cargo de la Corporación Andrew, toda su familia depende de sus decisiones en los negocios.

Tiene dos adorables sobrinos los cuales son estudiantes de Universidad, ambos enamoran a Candy una chica que cuenta con media Beca y estudia en el mismo campus que ellos.

Los Andrew estaban desayunando y la señora Elroy comentó:

- William, quiero que aconsejes a tus sobrinos.

-¿Que sucede con ellos?

-Archie y Stear están detrás de una chica que no es de nuestra clase social.

-Tía no les pongas mucha atención, son tonterías de muchachos.

- William esto va en serio, hasta se han metido en algunas clases extracurriculares que no tienen nada que ver con sus carreras con tal de estar cerca de ella.

-Y Annie y Paty ¿No que son sus parejas?

-Es por eso que quiero que intervengas, tenemos negocios con los Britter y los O' Brien, la vida de estos muchachos estaba casi resuelta, viene esta chica a causar todo un caos.

-Tía, no exageres.

-Los dos me han pedido una invitación extra para la fiesta de cumpleaños de Alistair.

-No me meteré en eso, los chicos pueden elegir a sus novias, ellos son los que vivirán toda su vida con la mujer que escojan, de ninguna manera voy a interferir con sus decisiones. Me voy tía y no quiero que vuelvas a calentarme la cabeza con cuestiones como esta.

-Candy, no puedes faltar a mi fiesta de cumpleaños- comentó Stear

-Stear, ese día me toca guardia en el hospital.

- Yo hablaré con el gerente de recursos humanos

-No quiero que usen sus influencias, tengo que cumplir con mis responsabilidades.

-Candy, tenemos un año de amistad, me sentiré mal si no asistes.

La verdad es que Candy si deseaba ir pero no podía darse el lujo de comprarse un vestido de fiesta, tampoco tenía dinero para comprarle un obsequio a Stear.

Ella se lo contó a su compañera de trabajo

-Los Andrew son los dueños de este hospital aparte de eso son banqueros y no sé qué más, de seguro será una fiesta lujosa

-Mira compras el vestido, no le quites la etiqueta, lo usas y luego lo devuelves.

-Eso no sería honrado de mi parte.

-Candy, estás estudiando en una de las universidades más costosas del país, si ya eres enfermera técnica ¿para que quieres estudiar medicina?, todo los sacrificios que haces para sostener tu matricula mes con mes, sólo te dieron la mitad de la beca, trabajas como enfermera de tiempo completo, también estás en esa agencia de internet como novia virtual de hombres ricos y solitarios, no sé cómo te concentras en tus estudios.

-He sido dotada de una memoria excelente sólo con leer una vez las cosas o escucharlo me lo aprendo. Es por eso que puedo contestar los mensajes al mismo tiempo que estudio, cumplo las fantasías virtuales de esos solterones, hasta mi maestro de anatomía paga por ese servicio. Sé que es incorrecto lo que hago, pero también me dan de regalos los libros que necesito.

-¿Y no te da miedo que alguno te investigue y se entere en que universidad estás?

-Esta agencia es a nivel nacional, así que mis novios virtuales son de todo el país.

Llegó el sábado y Miriam la amiga de Candy la acompañó para elegir el vestido, agarraron uno que tenía la etiqueta oculta. Candy usó su sueldo de un mes para comprarlo, según ella lo usaría esa noche y luego lo devolvería al día siguiente.

-Sonó su teléfono en el momento que estaba pagando.

-¿Dónde estás pequeña?

-Estudiando

-¿Segura?

-¿Por qué lo dudas?

-Por nada, ¿te llegó el paquete que te envié a la agencia?

-Sí gracias, es el libro que necesitaba.

-Te pudiera dar mucho más, bien lo sabes.

-No quiero abusar de ti.

-Si tan solo me dejaras conocerte.

-Me tengo que ir.

En la Mansión Andrew los valet parking acomodaban los automóviles de lujo, Candy llegó en un taxi con un hermoso y costoso vestido.

Dentro de la Mansión había un gran salón donde cabían 300 personas aproximadamente, no había nadie de clase humilde excepto Candy.

-Stear estaba al pendiente de la puerta del salón para el momento en que apareciera Candy, primero sería una cena formal junto con los adultos del clan Andrew posteriormente se quedarían los jóvenes para el baile.

Annie y Paty se sentaron en la misma mesa que los Andrew, en cuanto se apareció Candy, Alistair se puso de pie y fue a recibirla, ella le llevaba de regalo una bufanda que ella misma había tejido.

Albert la vio fijamente y sonrió.

Annie y Paty estaban celosas de ella pues sabían que Stear y Archie se derretían por ella.

-Tía Elroy, Tío William les presento a Candy la estudiante de medicina más sobresaliente de la universidad.

Albert se puso de pie y dijo: Es un placer conocerla Señorita.

Candy se sentía emocionada al conocer al dueño del hospital donde trabajaba.

-Señor Andrew, no sabe el gusto que me da saludarle.

La Señora Elroy no disimuló su descontento, Albert observó todo el atuendo de Candy y se dio cuenta de la etiqueta en el vestido, sirvieron la cena, a Candy se le había olvidado estudiar cómo se usaba cada utensilio es decir cada cuchara para los 4 tiempos del banquete.

Annie le comentó al oído: Aunque te hayas vestido de manera elegante tu comportamiento es como un primate, no sabes que utensilio usar- los demás no lo habían escuchado.

Stear estaba sentado junto a Candy y él le indicaba cual usar.

-Es inaudito, no sé porque invitaron a esa chica que no sabe comportarse- le dijo la Señora Elroy a Albert.

Terminaron de cenar apagaron las luces y encendieron las de colores, empezó el baile, Stear invitó a Candy a la pista.

-Siento mucho haberte dejado en vergüenza, tuve tanto trabajo que se me olvidó estudiar…

-No te preocupes Candy, estás aquí y eso es lo único que me interesa.

Toda la gente se acercaba a Albert para saludarlo y conversar con él.

Candy se cansó de bailar por los tacones altos después de 3 canciones se fue a descansar, Paty aprovechó para pedirle a Stear que la sacara a bailar.

Archie estaba con Annie obligadamente, la señora Elroy se puso de pie y se fue sin despedirse, no soportaba estar en el mismo lugar que Candy.

Albert se sentó a lado de Candy y comentó:¿Qué te parece la estirada de mi tía!? tiene la cara como si tuviera un montón de gases acumulados ¿No crees?

Candy miró asombrada a Albert por la forma de expresarse.

-Ya me contaron que mis sobrinos te andan acosando, son unos chamacos babosos que quieren tener novia sin tener nada que ofrecerle de momento, recibirán su dinero cuando tengan un doctorado, mientras se les da un fideicomiso para sus estudios.

Albert se tropezó intencionalmente con una copa para que se derramara el vino en el vestido de Candy.

-¡No!- gritó Candy tratándose de secar

-Ahora te tendrás que quedar con el vestido, ya quítale la etiqueta de una vez.

-Yo creí que usted era otra clase de persona-dijo con tristeza Candy.

Albert se puso de pie y la agarró del brazo.

Me apetece bailar contigo, la arrastró hacia la pista, la tomó de la cintura para acercarla a él.

-Ya quiero irme-dijo Candy

-Yo te llevaré al terminar dos canciones. ¿Qué pensabas? ¿Que como soy filántropo tengo buen corazón? No pequeña, hacemos donaciones porque son deducibles de impuestos, este no es tu ambiente, tampoco a mí me gusta estar rodeado de estos lames botas.

-¿Por qué me dice todo esto?

-Porque me has simpatizado, y porque no es necesario que me porte de cierta forma contigo, seré tal cual soy cuando estés presente. Cuando termine la canción le dirás a mi sobrino que te sientes indispuesta y te mandaré con el chofer a tu departamento, no quiero que estés rodeada de esas dos víboras, las vi que se pusieron celosas en cuanto llegaste, no te le cruces en el camino o te aplastaran como una cucaracha.

Terminaron las dos canciones, Candy fingió que se sentía mal.

-Yo te llevo –se ofreció Stear

-No, porque eres el festejado, la mandaré con el chofer-dijo Albert

La llevaron a su departamento, ella estaba triste, porque había gastado el 30% de su colegiatura en el vestido.

-¿Cómo lograré juntarlo nuevamente? No quiero hacer un préstamo bancario.

Le llegó un mensaje al celular.

-Pequeña ¿Qué haces?

-Voy camino a casa

-Espero te la hayas pasado bien, sabes que puedes contarme todo lo que te ocurra.

-Lo sé, luego hablamos ahorita no estoy de ánimos.

Candy apagó su celular.

Albert estaba en su escritorio y pensó: ¡Quien iba a decir que mi sobrino me traería a mi novia virtual!

Destapó el regalo de Stear, se acercó a la chimenea y quemó la caja donde estaba envuelto.

-Me encantó la bufanda, de seguro ella la hizo con sus propias manos.