Capitulo X: Verdades

Pov Adrien

-porque… te amo- dije, ella me miro sorprendida, si jugaríamos nuestra mejor carta, esta era la mía, la conquistaría no con recuerdos, el presente y mis acciones marcarían el destino de ambos.

-Adrien yo…- vamos, di que me amas. En mi mente solo podía pensar en que si esto no funcionaba estaba perdido.

-di lo que sientes, yo te amo Marinette, más tiempo del que piensas- me miro sorprendida, ella me ama, yo lo sé, no quiero presionarla, pero ya ha sido mucho tiempo lejos de my lady.

-Adrien de verdad yo…- se sonrojo a más no poder. ¡Sí! Con esto ya me daba por ganador –yo… lo siento-

-¿Qué quieres decir?- dije estupefacto, sin entender porque se disculpaba.

-no puedo aceptar tus sentimientos, lo siento de verdad, yo se lo prometí a él hace mucho, no puedo, perdóname- lloro, Marinette estaba llorando, me quede en shock, ni siquiera pude reaccionar cuando ella salió corriendo.

No fui tras ella.

Yo también llore, llore por la impotencia de no poder decirle que Nathaniel mentía, que era a mí a quien se lo había prometido, ¿Por qué no se daba cuenta? ¿Por qué ambos teníamos que sufrir? Si eso es lo que Nathaniel quería, lo logro, nos destrozó a ambos y más adelante seria él.

Camine de regreso al salón, me limpie las lágrimas y trate de poner una sonrisa falsa, tenía que buscar a Marinette para entrar juntos al salón, sino seriamos castigados, esta vez dejaría que las cosas cayeran por su propio peso, tarde o temprano ella recordara, no puedo decirle eso, afectaría su salud y no era justo que la confundiera de esa manera.

-Mari sal por favor- dije frente al baño de mujeres, escuche sollozos en el interior e intuí que era ella.

-no puedo- dijo hipando.

-vamos, olvida todo lo que dije, no estoy enojado, seremos amigos y olvidaremos todo lo que ha pasado hasta ahora ¿sí?- el corazón se me caía a pedazos mientras decía eso, joder que si dolía, la perilla hizo el típico sonido de estar abriéndose, Marinette salió con el rastro de las lágrimas derramadas aun en sus mejillas.

-de verdad lo siento- dijo sin mirarme, tome su barbilla y la obligue a que lo hiciera.

-Escucha, mis sentimientos no cambiaran, sin embargo respeto tu decisión. Por ello fingiremos que no he dicho nada, en caso de que las cosas con él no funcionen estaré aquí para ti, siempre lo estaré porque eres mi amiga, lo que he dicho no cambia las cosas entre nosotros, ¿lo entiendes?- ella asintió, se paró de puntillas y me dio un beso en la mejilla.

–Lo siento de verdad, y gracias por comprender– sus ojos rojos por las lágrimas me rompieron el corazón, no debía presionarla como Nathaniel, jamas haría eso con my lady.

–Estaré aquí para lo que necesites, siempre, recuérdalo– tome sus manos entre las mías y las bese, ella se sonrojo y me mostro una hermosa sonrisa asintiendo –Vamos al salón, Miss Bustier debe estar preocupada–

Ambos caminamos a la par, la veo más tranquila y eso está bien. Bien para ella claro, yo me estoy cayendo a pedazos y es más, siento como si una daga me atravesara el corazón. En cuanto entramos al salón Tikki y Alya me miran furiosas, creen que quien la ha hecho llorar soy yo, lo cual no es del todo cierto, ¿o sí? Es decir, también tuve parte de la culpa por apresurarme, pero me vi obligado a hacerlo para no perderla, ¿Qué más podía hacer? Nathaniel no jugo limpio precisamente.

El resto de la clase transcurrió normal, aunque note a Marinette un poco pálida y la preocupación me estaba carcomiendo, sumado a su cara de preocupación. Entonces lo supe, estaba intentando recordar y eso estaba haciendo mella en su cabeza, lo que no era bueno, forzarla a recordar solo deterioraba su salud y no quería eso. La campana sonó y mis compañeros comenzaron a salir, Marinette me dio una sonrisa antes de caminar hacia la salida acompañada de sus amigas, que ni siquiera me dirigieron una mirada. Note a Mari débil, entonces me percaté de que se estaba tambaleando, deje caer mi cartuchera y la caída de mis lápices alertaron a Alya y Tikki, poco me importaron ellas cuando Marinette finalmente colapso frente a mí, por suerte pude detener su caída y la tome en mis brazos levantándola como princesa.

–Llamen a su madre o a una ambulancia, rápido– les indique a sus amigas que por la impresión asintieron, Tikki fue la primera en reaccionar y mientras iba a la entrada de la escuela con Mari en brazos note la mirada de disgusto de Tikki.

En el camino a la salida nos topamos con Nathaniel, le lance una mirada furiosa. Cuando pregunto que había pasado, ni siquiera me moleste en responderle, Tikki y Alya miraron mi comportamiento como una alerta y tampoco le respondieron, luego de recorrer los pasillos casi corriendo llegue a la entrada de la escuela. Esperamos unos minutos hasta que la madre de Marinette llego en el auto para llevarse a su hija, me miro agradecida. Bridgette llego en ese momento y se metió al auto, antes de meter al auto a Marinette bese su frente.

–Gracias Adrien. ¿No vendrás?– me dijo su madre entrando al auto.

–No, tengo algo que hacer. Bridgette, cuida de ella por favor– Bri solo asintió.

–Alya ve con ella, yo iré luego– escuche a Tikki decirle a Alya, eso me traerá problemas por lo que estoy a punto de hacer. Alya asintió y vi cómo se subió en el asiento del copiloto, enseguida el auto arranco y estuvo un poco lejos, mire a Nathaniel que no se había movido desde que llego la mamá de Marinette.

–Todo esto es tu culpa– dije serio, el me miro con burla –Anda, ríete maldito, ríete de lo que has provocado–

–¿Yo provoque esto? ¿Hablas enserio? Piensa antes de hablar–

–Piensa antes de hablar tú, yo soy quien debería estar en tu lugar. Eres un egoísta que solo piensa en sí mismo– Su expresión burlona cambio a una de ira, yo por mi parte me estaba conteniendo de no darle un golpe más en el día, poco me importaba que Chloe y Lila habían llegado a la entrada y se me habían quedado viendo.

–Anda, di la verdad de la que tanto hablas, dilo frente a todos–

–Pagaras por esto, no debiste forzarla a recordar– dije antes de darle un puñetazo que estoy seguro de que le dolió hasta el alma y le tumbo en el suelo, di media vuelta directo al salón a terminar de recoger mis cosas, con Tikki detrás de mi sin decir nada, seguramente por la expresión que tenía en mi rostro en ese momento.

Termine de recoger mis cosas y camine a la puerta donde Tikki estaba esperándome apoyada en el marco de la puerta.

–¿Qué fue todo eso?–

–No te incumbe– dije tratando de pasar por un lado de ella, sin embargo puso sus manos en mi pecho deteniéndome y empujándome.

–Me incumbe, si involucra a mi mejor amiga. No lo volveré a repetir ¿Qué fue todo eso?–

–Tampoco lo repetiré, no te incumbe. Ahora mismo no estoy para discutir contigo manzana–

–Deja de evadir las cosas, escuche todo. ¿De qué verdad habla Nathaniel?– Esto me estaba colmando la paciencia, suspire y la mire, la expresión en su rostro me hizo pensar que quizás podría confiar en ella, sin embargo deseche el pensamiento y con algo de brusquedad la retire de la puerta y camine por el pasillo a paso rápido.

–Adrien no puedes huir de mí, sabes lo persistente que puedo llegar a ser–

–¿Cómo sé que puedo confiar en ti?–

–Te doy mi palabra–

–No es suficiente–

–¿Qué es lo que escondes? ¿A qué le tienes miedo?– suspire parando en medio del pasillo, la mire y su mirada determinada me dio algo de confianza, solo esperaba que esto no alterara las cosas.

–Te lo diré. Pero debes prometer que no le dirás nada a Marinette, ya le di suficientes problemas–

–No entiendo porque me lo pides pero está bien, te doy mi palabra de que no diré nada–

–Bien, vamos a un lugar donde podamos hablar– Caminamos por los pasillos de la escuela y luego fuimos al lugar donde bese a Marinette después del baile de fin de curso.

–¿Por qué aquí? ¿A caso me besaras como a Marinette?– Fruncí el ceño mirándola –Okey, tienes razón mala broma–

–Bien, quiero que escuches sin interrumpir, luego podrás hacer preguntas– ella asiente y yo suspiro antes de continuar.

–Bueno, yo conozco a Mari hace tiempo–

–Sí, desde que entramos al colegio– Miro mal a Tikki por interrumpirme, sin embargo no digo nada y ella entiende su error porque se sonroja enseguida lo comprende.

–No precisamente, de hecho la conozco desde que estábamos en la cuna– me mira sorprendida y confundida pero no dice nada y yo continuo –Nuestras madres fueron amigas de colegio, junto con la madre de Nathaniel y Bridgette, incluso cuando los años pasaran ellas se seguían reuniendo, todas se casaron y producto de esos matrimonios nacimos nosotros y eso no las detuvo, al contrario, las unió más. A penas pudieron nos juntaron a los cuatro, a Marinette, Nathaniel, Bridgette y yo. El tiempo hizo su trabajo y nos hicimos amigos, los años pasaron y éramos inseparables, haciendo travesuras por doquier. El caso es que, yo me enamore de Marinette, fui su primer beso y ella el mío, aun a esa corta edad sabía que lo que sentía era real, Nathaniel también se enamoró de ella, sin embargo siempre me eligió a mí por encima de él, por ello mi rivalidad con el tomate podrido.

–Sé que te preguntaras que tiene que ver, la verdad que eres la última persona a quien pensé en contarle esto, pero el chico de los recuerdos de Marinette soy yo, yo soy el chico pelinegro. Le hice una travesura a Nathaniel con tinte para el cabello y el me la devolvió, por eso ella no puede diferenciar entre ambos. Un día, mi padre nos dijo que debíamos irnos de Francia para ir a Inglaterra, cuando se lo dije a Mari ella lloro mucho y le pedí que no me olvidara y que fuera a despedirse de mí en el aeropuerto, sin embargo no llego, prometí que volvería a Paris y que recuperaría el tiempo perdido, jamas deje de pensar en ella, jamas deje de amarla. Fue un golpe muy duro cuando la volví a ver y note que no me recordaba.

–Pero entonces… ¿Por qué la molestabas con Lila y Chloe?–

–Por débil. Ellas me amenazaron, dijeron que le harían cosas mucho peores de las que ya le hacían, prefería molestarla a que ellas la golpearan, ya lo han hecho antes con otras chicas, en especial las que se acercan a mí. Mi supuesta fama de don Juan es un invento de ellas para que nadie de me acerque–

–Pero haz algo, un par de chicas no pueden doblegarte, deberías ser muy…–

–Ese no es el verdadero problema. El verdadero problema es mi padre, él también me amenazo, tiene el dinero y el poder para hundir a la familia de Marinette–

–No termino de entenderlo–

–Yo tampoco. Mi padre siempre me dice que debo llevare bien con esas arpías, las odio y aun así no puedo hacer nada, solo este año vi una oportunidad y finalmente Nathaniel se aprovechó de que no nos recuerde y se adelantó–

–Pero… ¿Por qué no se lo dijiste? Tú lo has dicho, tienes una oportunidad–

–Porque me entere del accidente y las consecuencias de forzarla a recordar. Lo viste con tus propios ojos, no puedo hacerlo sin causarle un shock, no quiero dañarla–

–Vaya, jamas creí que detrás hubiera tanto. Ahora veo a Nathaniel de manera distinta–

–Por favor no le digas nada a nadie, Nathaniel jugo sucio, pero yo quiero que Mari me acepte más allá del pasado que compartimos–

–Está bien, no diré nada, lo prometo por el bien de Marinette. Ahora que se esto te ayudare, especialmente con Nathaniel–

–Gracias–

Luego de hablar ambos salimos de la escuela donde me esperaba mi guarda espaldas en la limosina. Ahora tenía una aliada y eso me aliviaba, además le pedí que me pusiera al tanto de la salud de Marinette, pues lo más seguro que ahora estuviera en el hospital. Esa tarde me la pase pensando que de alguna manera lograría recuperar a Marinette, y también la protegería costara lo que costara.

Continuara...