¡Weeeeehhh! ¡Llegué yo! ¡Chelsea, baja esa hacha!

Chelsea: Ya sabes. Soy la justiciera de los atrasos.

¡Pero ya estoy aquí!

Chelsea: Por desgracia. *baja el hacha*

¡Si, ya se que hoy es domingo! Debí actualizar ayer, pero se me hizo imposible. Ayer fue un día desastroso. Por culpa de eso, puede que este capítulo no haya salido como lo hubiera querido, pero puede que ya haga un epílogo para sentirme mejor. En mi página de facebook avisé que iba a tener un retraso, así que los que los que se enteraron fue por eso ;)

Y bueno, llegamos al ultimo capitulo de este fic. Como pasa el tiempo. Pero ahora me voy a callar y los dejaré con este ultimo capítulo. ¡Así que sin más que decir, a leer!

Los personajes le pertenecen a Kishimoto Masashi.


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El amor que regresó del olvido

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Capitulo final

El amor que se burló del tiempo

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Los ojos le pesaban. Luchaba por abrir los ojos, pero es como si tuviera ladrillos sobre los párpados. Deseaba ver. Deseaba poder ver para saber qué era lo que estaba pesando. Aquella oscuridad que tenía en frente le causaba intranquilidad. Además… algo en su pecho no le gustaba. Algo no estaba bien. Como si… algo faltara.

—Quien lo diría…—escuchó una voz más allá—quien diría que ambos terminarían en estas condiciones a la vez.

—Sí…—Ino suspiró—el que primero despierte se va a volver loco por el otro.

— ¿Quién crees que despierte primero? ¿Naruto o Hinata? —preguntó Karin con cierto tono de angustia en su voz.

—Bueno…—Ino suspiró—. Naruto recibió el impacto de una bala, pero Hinata llevaba días secuestrada… no sabría decirte, la verdad.

—Solo espero que Naruto despierte pronto…—murmuró la pelirroja.

De repente se hizo el silencio, y unos pasos se alejaron. No, ¿ya se iban? Quería saber más. ¿Él había recibido el impacto de una bala? Y ella… es cierto… ella…

Pero… no podía pensar muy bien. El cansancio le ganaba. Y a pesar de que quería dejarse invadir por la preocupación, no pudo hacerlo, porque la oscuridad pronto lo llevó lejos.


Karin se quedó sentada en su sitio, con aquel sobre entre las manos. Lo miraba con el ceño fruncido. Lo había encontrado entre las cosas de Naruto. Tal vez había caído al suelo después del desastre que había armado tras buscar el álbum. El sobre solo tenía un destinatario que decía «Para Hanako». No conocía a ninguna Hanako. ¿Y por qué un sobre como ese estaría entre el álbum de Naruto? Tal vez había algo que estaba omitiendo. Después de todo, era su hermana, y no conocía a todos los amigos de Naruto. Él era una persona muy propensa a hacer amigos con facilidad. Sin embargo… a pesar de eso, había sido capaz de dejar a Hinata por fuera de sus recuerdos. ¿Por qué solo a ella? ¿Fue porque no le prestó la atención suficiente y estaba demasiado centrado en Sakura? Suspiró. Naruto en ciertas ocasiones podía llegar a ser un verdadero idiota.

— ¿Hanako? —preguntó Ino a su lado, echando un vistazo —¿Quién es Hanako?

Karin negó con lentitud.

—No… no estoy segura.

—Bueno, ¿pues qué estás esperando? ¡Ábrelo!

—Pero no es momento para eso. Naruto y Hinata están hospitalizados. Ya habrá tiempo para esto después.

— ¡Vamos! Tal vez sea algo importante. Puede que sea de la época en la que Naruto estuvo en la universidad. ¡Eso nos daría una pista!

Karin miró el sobre con cara de circunstancias. ¿Podría ser? Pero no quería invadir la privacidad de Naruto. Pero… si ese sobre tuviera alguna pista, aunque fuese solo una… entonces podría entender un poco más que fue lo que sucedió entre ellos dos en el pasado. Sin embargo, la cara no era para Hinata. ¿Qué le hacía pensar que su contenido podría resolver algo? Tragó. Pero… si averiguaba los pensamientos del Naruto en ese entonces, tal vez eso le daría una pista. Naruto ya no era igual de idiota que antes, y por eso sería mejor si conociera los pensamientos del Naruto anterior. Pero nadie le aseguraba que ese sobre tuviera las respuestas.

—Hazme caso, Karin—dijo Ino, codeándola—. Si hay alguna pista en nuestras manos, no debemos desaprovecharla. Debemos evitar que esto se repita.

Karin suspiró, y se dispuso a sacar la carta de su sobre. ¿A quién engañaba? Ella también tenía curiosidad. Así que ignoro las voces de su cabeza que le decían que no debía hacerlo, y terminó por abrir la carta. Ino echó un vistazo, y Karin le dirigió una mirada desdeñosa antes de comenzar a leer.

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Hanako:

Bueno… ¿ese era tu nombre? No estoy seguro. Siempre me olvido tu nombre, a pesar de que algo en mi mente me dice que no es un nombre tan difícil. Si no es tu nombre, por favor perdóname. Y bueno… sé que escribir esto es una tontería. Después de todo ya nos hemos graduado, y no volveré a verte en mi vida. Pero a pesar de eso quiero escribir esto. Cuando me abrazaste y lloraste en la ceremonia de graduación, debo admitir que no lo entendí en un principio. Pero luego lo supe. Querías que te reconociera. Sin embargo fui idiota y nunca lo hice. Estaba demasiado centrado en Sakura. Y gracias a ti, creo que he logrado acercarme a ella un poco más.

Nadie debería hacerle a una persona lo que te hice a ti. Puede que no se vea como gran cosa para muchos, pero tú me ayudaste, a pesar de que no tenías la obligación. Pudiste haberme dicho que no. Incluso después de la primera vez que pasé de ti, pudiste haberme dicho que no. O de la segunda. O de la tercera. Pero seguiste insistiendo en mí… y estoy agradecido. Me lamento por no poder decírtelo ahora. No lo comprendí hasta que dejaste de abrazarme en la graduación y te separaste de mí sonriendo mientras te limpiabas las lágrimas. Querías ser reconocida por mí… y no lo lograste.

Esto es culpa mía. No quiero que pienses que fue culpa tuya. Incluso ahora no recuerdo bien tu nombre, y puede que con el paso de los años olvide como lucías. Entonces puede que te conozca de nuevo en el futuro, y tenga la oportunidad de arreglar mis errores. Espero que sea así. Gracias por ayudarme todas esas veces. Gracias por ayudarme a estudiar, por prestarme dinero para el almuerzo cuando no tenía, por darme café cuando estaba a punto de quedarme dormido en medio de una sesión de estudio y por tratar de hacerme reír, aunque no siempre funcionara. Eres una persona maravillosa, Hanako. Estoy seguro de que un día encontrarás a alguien que sepa valorar todo eso.

Aunque no te recuerde en el futuro, si recordaré lo que me enseñaste. No dejaré a nadie más de lado. Apreciaré a todos aquellos que se esfuercen por mí. No importa quien sea. Al menos haré eso por ti. Lamento mucho no poder haberte dado las gracias en persona, pero estés donde estés, solo me gustaría decirte que estoy agradecido.

Muchas gracias por todo, Hanako.

Atte.

Uzumaki Naruto.

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—Entonces… ¿Naruto al final si llegó a reconocer a Hinata?

Ino solo miraba la carta en silencio. Entonces… al final Naruto se había dado cuenta de los esfuerzos de Hinata, y se sintió mal por no haber podido agradecerle. Decidió quedarse con su recuerdo en forma de agradecimiento, esperando que un día llegara alguien que buscara ser apreciado, pero esta vez… no lo ignoraría.

Lo irónico fue que esa persona fuese Hinata de nuevo.

—Vaya… ese idiota—bufó Ino.

Karin la miró de reojo.

—Ni siquiera entiendo por qué leíste esto también. Después de todo Naruto solo es un compañero de trabajo para ti.

—Te equivocas—sonrió Ino—. Naruto es mi amigo, y Hinata me cae muy bien. Creo que harían muy bonita pareja. Me interesa saber todo lo que los involucre.

Karin suspiró.

—Opino lo mismo. Pero… ahora eso solo depende de ellos.

Ino asintió. Era cierto. Ellas no podían meterse, pero… quien lo diría. Naruto al final había tenido a Hinata en mente durante un buen tiempo, y ninguno de los dos lo sabía.


Los ojos le pesaban. Sin embargo, quería despertar. Quería ver el mundo exterior. Tenía un mal presentimiento. Había algo que no la dejaba estar tranquila. Necesitaba despertar y verificar… algo. No estaba segura de qué se trataba, pero algo en su mente no la dejaba en paz. Por eso, a pesar de la pesadez de sus ojos, hizo su mejor esfuerzo para abrirlos. Poco a poco fue lográndolo. Era difícil. Estaba algo aturdida, y no estaba segura de en donde estaba. ¿Qué había pasado?

— ¡¿Hinata?!

Hinata volteó la cabeza, algo atontada. Al lado de su cama, vio a Tenten, mirándola con los ojos empañados. Parecía muy feliz de verla por alguna razón.

— ¿Ten… ten?

— ¡Gracias al cielo que has despertado! ¡Nos tenías muy preocupados!

— ¿Qué… qué haces en mi habitación? —preguntó Hinata, algo aturdida.

Tenten se pasó el brazo por los ojos, intentando quitarse los rastros de lágrimas. Cuando terminó de hacerlo, volvió a mirar a Hinata con algo de confusión.

— ¿Eh? ¿De qué estás hablando?

— ¿Por qué has venido a mi apartamento? ¿Y por qué lloras?

Tenten miró a Hinata con confusión, pero luego sonrió. Al parecer Hinata estaba algo confundida.

—No estamos en tu apartamento. Estamos en el hospital.

— ¿Eh?

Hinata miró a su alrededor, y entonces lo notó. Es cierto. No estaba en su apartamento. ¿Ese era el hospital? ¿Por qué estaba en el hospital? No lo recordaba muy bien. Rebuscó entre los recuerdos de su mente, hasta que algo pareció conectar.

Era cierto. Sasuke la había secuestrado.

—Sasuke-kun y… Sakura-chan… ¿Qué pasó con ellos?

Tenten agachó la mirada. Lo que habían hecho Sasuke y Sakura no había estado nada bien. Pudieron haberse ido lejos y vivir felices en otro lugar, pero la codicia arrastró a Sasuke, y a Sakura junto a él. Ambos habían cometido malas acciones y ahora debían pagar por sus acciones.

—Están esperando que los enjuicien. Irán a la cárcel.

Hinata abrió los ojos de más, muy sorprendida. ¿A la cárcel? Es cierto que Sasuke había hecho cosas malas, ¿pero incluso Sakura merecía ese destino? Tal vez si se hubiera dado cuenta de su amor enfermizo un poco antes, habría podido salvarse.

Un momento… Naruto estaba ahí…

— ¡Naruto-kun!

Hinata se sentó de golpe. Tenten de inmediato se levantó de su silla y la agarró de los hombros.

— ¡A Naruto-kun lo hirieron por mi culpa! ¡¿Qué pasó con él?! ¡¿En dónde está?! ¡¿Se encuentra bien?!

—Cálmate. No es nada grave.

— ¡¿Cómo que no es nada grave?! ¡Le dispararon! ¡Esa bala era para mí! ¡Y él… él…! ¡¿Por qué lo hizo?!

—No te preocupes por Naruto. Estará bien.

Hinata se llevó la mano al pecho y la miró. Aunque Tenten le dijera eso, no se quedaría tranquila hasta verlo. Naruto había cometido una tontería. ¿Acaso no se da cuenta de que pudieron haberlo asesinado?

— ¿De verdad…? ¿En dónde está? ¿Cómo está?

Tenten sonrió. Era raro. Hace unos días Hinata se había encerrado en su apartamento, deseando no ver a Naruto. Sin embargo, aquí estaba, ansiosa por verlo. Pero la conocía. Hinata no estaba actuando por su culpabilidad. Ella en realidad lo amaba, a pesar de todo lo malo lo que había pasado. Porque Hinata sabía que en el fondo, Naruto era buena persona. Lastimaba a las personas sin darse cuenta, era algo torpe y a veces se olvidaba de cosas importantes. Pero no lo hacía intencional. No había esa clase de malicia en él. Y por eso, ella podía confiar en él.

Pero a pesar de todo, Naruto la había lastimado.

Sin embargo, quería verlo con todas sus fuerzas.

—No ha despertado—declaró Tenten—. Sin embargo, ya le sacaron la bala, y todo va a estar bien. Su vida no está en peligro.

Hinata sonrió, sintiendo un gran alivio dentro de ella.

— ¡Qué bueno! —sonrió, soltando un enorme suspiro.

Pero aunque le dijeran que estaba bien, aun así quería verlo. Así que retiró las cobijas que la cubrían, e intentó salir de la cama.

— ¡¿Qué crees que haces?! —saltó Tenten, alarmada—. Aun no puedes levantarte.

—Ya me siento bien—dijo Hinata, dirigiéndole una media sonrisa—. Ya puedo salir de esta cama.

—No es verdad— la regañó Tenten—, tú solo quieres salir a buscar a Naruto. Pero no puedes. Aún no ha despertado.

Hinata agachó la mirada.

—Aun así… quiero verlo.

Quería verificar por sus propios ojos que él estuviera bien. Quería estar ahí cuando él abriera sus hermosos ojos azules. Necesitaba ver eso. Si no volvía a ver su rostro sonriente y vivo… ella siempre sentiría que le falta Naruto. Y aunque antes dijera que odiaba a Naruto, la verdad es que no podía hacerlo. Nunca podría. Él era muy especial para ella, y no le importaba si era el mismo caso al revés. Naruto era bueno, correcto, y ella quería estar ahí para darle consejos, para apoyarlo, incluso si él la miraba como a una simple consejera.

Ella solo quería verlo despertar.

—Hinata, descansa por favor—le pidió Tenten, mirándola con preocupación. La tomó de los hombros, impidiéndole avanzar más—. Nos has tenido muy preocupados a todos. Karin e Ino también están por aquí, y Neji también ha venido a verte.

Ante eso, Hinata se sorprendió. ¿Su primo? Pero si él…

— ¿Neji? Pero… ¿por qué?

—Neji no es tan mala persona—sonrió Tenten—. Además después de ver la manera en la que vivías, comprendió un poco mejor la situación.

Hinata agachó la mirada.

—No necesito que me tengan lástima—murmuró.

—No es lástima—sonrió Tenten—. Aunque Neji se muestre rudo, sé que en el fondo te quiere.

Hinata alzó una ceja hacia Tenten. Era extraño. Escuchar a Tenten defendiendo a Neji después de tanto tiempo era extraño. Sin embargo sabía que Neji no había querido hacerle daño. Solo había sido un adolescente inmaduro que había hecho las cosas mal. Ellos habían logrado avanzar. La pregunta era… ¿podrían ella y Naruto hacer lo mismo?

Ni siquiera sabían en donde estaban ahora.

—Tenten… por favor… déjame ver a Naruto-kun.

—Hinata, no-

—Por favor—rogó Hinata, cerrando los ojos con fuerza—. Si fueran Neji y tú los que estuvieran en esta situación, tú también querrías ir a verlo.

Tenten se quedó muda ante eso. No podía negarlo. Además… sabía lo mucho que Hinata quería a Naruto. Sin embargo, Naruto era un idiota. No se merecía que ella lo quisiera tanto. Solo le había causado dolor una y otra vez. Aun así, Hinata lo quería. Era extraño. Tan extraño como el por qué ella había perdonado a Neji. O tan extraño como el por qué Sakura había hecho cosas malas solo por Sasuke.

El amor era extraño. Y peligroso. Pero… hacía felices a las personas, aunque pudiese llegar a ser doloroso.

Tenten suspiró, y se puso de pie.

—Espera aquí. Traeré al doctor.

—Pero-

—Si quieres ver a Naruto… espera aquí—le advirtió, señalándola con el dedo.

Hinata parpadeó, confundida, pero Tenten le sonrió y luego salió por la puerta.

Al poco tiempo, el doctor llegó junto con Tenten. Le hizo varias preguntas, y fuera de eso tuvo que recibir a Karin y a Ino. Ambas estaban muy felices por verla despierta, sin embargo tenían un brillo extraño en los ojos. Como si les hubieran dado una buena noticia, fuera de que ella había despertado. Se miraban cómplices, sonriendo. Sin duda estaban ocultando algo.

Y varias horas después, tuvo la oportunidad de ir a ver a Naruto. Acompañada por Tenten, caminó por los pasillos, buscando la habitación de Naruto. Cuando llegaron frente a una puerta, Tenten la hizo detenerse.

—Es aquí —le dijo—. Pero no ha despertado, así que…

Hinata negó, con el corazón hecho un puño.

—N-No importa…

Estiró la mano hacia la perilla de la puerta. Poco a poco la abrió, y a medida que la puerta se abría fue revelando la imagen de un cuarto iluminado, con algunos aparatos al lado de la cama. Y allí, acostado bajo las mantas, se encontraba Naruto. Tenía los labios ligeramente entreabiertos, y sus ojos parecían cerrados de tal forma que demostraban tranquilidad. Hinata empujó al fondo de su garganta el nudo que crecía allí, y caminó hacia él.

Por su culpa… Naruto había terminado así. Solo causaba problemas.

—Naruto-kun…

Hinata se sentó en la silla al lado de la cama, y tomó su mano entre las suyas. Comparada con sus manos, la mano de Naruto era tan grande. Era un poco rasposa, pero aun así, sus manos… daban la sensación de calor y seguridad.

Ella aún se sentía algo débil, pero en ese momento no importaba. Solo quería estar al lado de Naruto. Quería apoyarlo. Las cosas no debieron terminar así.

Ahogó un sollozo en el fondo de su garganta. No debía llorar. Tenía que ser fuerte. Naruto había terminado así solo por protegerla. Él… la protegió. Fue a rescatarla. Estaba preocupado por ella. Incluso recordó cuando logró hablar con él por teléfono. Se oía angustiado. Y saber que Naruto se preocupaba por ella la hizo muy feliz. El chico con el que había soñado por tanto tiempo la veía, y se preocupaba por ella. Pero aun así, eso no significaba… que Naruto sintiera algo por ella.

Tal vez ahora Naruto la odiase. Por su culpa le habían disparado. Y si la odiaba, lo aceptaría. Lo habían herido, había puesto en riesgo su vida. Y por eso, si Naruto tenía rencor hacia ella cuando despertara… no le negaría el derecho.

—Lo siento… Naruto-kun…—murmuró ella con la voz rota.

Agachó la cabeza y se apoyó en el borde de la cama, sin embargo no soltó su mano. No quería soltarlo. Para ser una simple secretaria… había causado muchos problemas.

—N-No…

Hinata alzó la cabeza de un golpe. Observó el rostro de Naruto una vez más, pero grande fue su sorpresa al ver que tenía los ojos abiertos. Al parecer le costaba mantenerlos así, pero al menos había despertado. Hinata lo miró, y no pudo evitar llorar de alegría.

—N-Naruto-kun… estás bien…

Naruto parecía aturdida. Abrió los labios e intentó decir algo, pero parecía cansado.

—No hables—le pidió ella, poniendo una mano sobre su frente—. Aun estás débil.

Naruto se sentía agotado, pero a pesar de eso, no había olvidado lo que había pasado. Recordaba lo que había pasado con Sasuke, y cómo habían secuestrado a Hinata. Lo recordaba todo. Por eso… quería hablarle y decirle que nada de lo que había pasado era su culpa. Pero estaba muy débil. Odiaba ser débil en ese momento. Desearía poder hablar bien y decirle todo aquello que quería decirle.

Todo aquello que no pudo decirle en su momento.

—Hay que llamar al doctor—dijo Hinata, dándose la vuelta para mirar a Tenten. Sin embargo, su amiga tenía un gesto de amargura en el rostro— ¿Tenten?

—Hinata… hay algo que aún no te he dicho.

— ¿Qué? Puedes decírmelo después. Naruto-kun ha despertado. Tenemos que-

—Hinata—la interrumpió Tenten con seriedad. Entonces Hinata temió—. Naruto lo sabe.

— ¿Qué? ¿De qué hablas?

—Sabe que te conoció en la universidad. Lo recordó todo.

Hinata se quedó estática. Volteó la cabeza lentamente para mirar a Naruto. Él... él…

Naruto, a pesar de que casi no podía hablar, podía escucharlo todo. Sabía lo que estaba pasando. Se sintió triste cuando vio esa expresión de tristeza en el rostro de Hinata, y se sintió vacío cuando ella soltó su mano. No quería que Hinata se avergonzara de la persona que fue en el pasado. No tenía razones para hacerlo. Gracias a eso, era la maravillosa persona que era justo ahora.

Por eso, no la dejó alejar demasiado, y usó las fuerzas que tenía para levantar su mano y agarrarla antes de que se alejara por completo.

No dejaría que volviera a desaparecer.

Hinata miró a Naruto, sorprendida. La estaba agarrando. Pero… él ya sabía quién era ella. ¿Pero cómo podía Naruto siquiera recordarla? En el pasado nunca logró hacerlo del todo bien, a pesar de que se veían debido a los estudios de él. ¿Entonces cómo podía recordarla tan siquiera? Si ella no era importante para él en ese entonces…

—Hina…ta…

— ¡Hola, Hanako!

—Perdóname Hinako, se me hizo tarde.

— ¡Wow Hana, eres muy inteligente!

— ¿No te llamabas Himiko?

El que la llamara por su nombre, justo ahora… se sentía diferente a todas las veces en las que lo había hecho antes. Como si por fin la estuviera reconociendo después de tanto tiempo.

Agachó el rostro, y trató de no llorar.

—Yo… y-yo…

—Lo… lo sé. No… tienes que… explicarme… nada…—dijo Naruto, con una ligera sonrisa—. Lo… lamento.

Hinata negó, abochornada.

—Acércate…

Hinata cerró los ojos con fuerza, pero no fue capaz de moverse de su sitio. Tenten suspiró, detrás de ella. Hinata no sabía lo que Naruto sentía por ella. Y aunque él fuese un idiota… ella lo quería demasiado. Y no iba a negarle la oportunidad a su amiga de estar con el hombre que la quería y al que siempre quiso.

Así que por eso la empujó por la espalda, hasta hacerla sentar en el borde de la cama. Hinata seguía con los ojos cerrados. Naruto miró a Tenten en agradecimiento, y esta asintió con una ligera sonrisa. Entonces señaló la puerta, indicándole que saldría de la habitación para darles espacio.

Naruto sonrió, y luego dirigió su mirada hacia Hinata. La jaló un poco más del brazo, aunque no tan fuerte ya que no había recuperado toda su fuerza. Hinata lo miró, algo sorprendida. Entonces Naruto le hizo una seña para que se acostara a su lado. Ella negó.

—N-No… aun estás débil…

—Tú estuviste… secuestrada… no deberías… estar levantada…

Hinata no respondió. Naruto la jaló un poco más, y ella terminó por ceder. Quería estar cerca de él. Así que se recostó a su lado con algo de temor, y teniendo cuidado de no tocarlo para no lastimarlo. Él tomó una parte de su cobija y la arropó. Se sentía cansado, pero no quería que ella tuviera la oportunidad de escapar. Hinata estaba muy nerviosa. Ni siquiera sabía si lo que estaba haciendo estaba permitido.

Sin embargo, Naruto seguía sintiendo que estaba muy lejos. La quería más cerca. Estiró su brazo y la atrajo hacia él, haciendo que usara su brazo como almohada. Hinata intentó removerse, pero Naruto la atrajo un poco más cerca.

—A-Aun estás lastimado —murmuró ella, mirando sonrojada la posición en la que se encontraban—. N-No debes-

—Estoy bien—sonrió él, pero de repente soltó un quejido de dolor.

Hinata se alarmó.

— ¿Estás bien?

Naruto soltó una risa floja.

—Vaya. Intenté parecer genial ante ti pero mis dolores tuvieron que arruinarlo.

Hinata se quedó observándolo, algo embobada. Para ella, Naruto era genial, aunque metiera la pata una y otra vez. Él era bueno, persistente y muy amigable con todos. Y eso era lo que a ella más le gustaba.

—Yo creo que eres genial—murmuró ella, con el color rojo inundándole las mejillas.

— ¿Eso crees? —sonrió él, mirándola—. Me alegra saber eso.

Hinata asintió, y agachó la cabeza. La posición en la que estaba era peligrosa. Podría lastimar a Naruto en cualquier momento, además que si una enfermera llegaba, la echaría de allí. Pero… lo había extrañado. Había tenido mucho miedo de que pudiese morir.

—Entonces… el hombre del que me contaste…—Naruto viró la mirada, algo sonrojado, y Hinata se tensó en su sitio—el del que estabas enamorada… ¿era yo?

Ella no respondió. Solo agachó la mirada. No temblaba, ni tampoco parecía a punto de desmayarse. En su mente, ya se había hecho a la idea de que Naruto no la quería de esa manera.

— No tienes que sentirte obligado a nada—le dijo—. Esto no es culpa tuya. Yo solo…

—Espera. Aun no te he dicho nada—la detuvo él.

—Pero ya se lo que me vas a decir.

— ¿Ah sí? ¿Qué?

—Yo…—Hinata tragó grueso—. Lo mejor será que… te deje descansar.

Hinata intentó moverse de su sitio, pero Naruto se lo impidió. Ella lo miró, nerviosa.

—Na-

Sin embargo no pudo terminar de hablar. Naruto se acercó de golpe a ella y la besó. Hinata se quedó tiesa en su sitio. No podía creer que eso estuviera pasando. No se sentía real. Pero los labios de él se sentían tan suaves sobre los suyos, y sus caricias eran tan reales… que no le tomó mucho tiempo comprender que no se trataba de un sueño. Además… era cálido. Nunca había sentido algo como eso. Así que fue cerrando poco a poco los ojos, hasta que ya no se daba cuenta de lo que estaba haciendo. Puede que si fuera un sueño. Puede que no. Pero al final le dejó de importar.

Cuando Naruto se separó, soltó una pequeña risita de alegría al ver la expresión de Hinata. Ella seguía con los ojos cerrados y los labios entreabiertos, como esperando que el beso continuara. Poco a poco ella fue abriendo los ojos, y cuando vio a Naruto, se puso roja como un tomate.

¡¿Qué había hecho?!

—Antes de alejarme de ti… hice esto mismo.

Hinata parpadeó repetidamente, tratando de comprender. No quería sacar conclusiones precipitadas, pero no podía evitarlo.

— ¿Cu-cuándo…? N-No me acuerdo…

—Bueno… —Naruto se rascó la nuca, algo nervioso— es que estabas dormida.

— ¡¿Dormida?! —preguntó ella, hecho un tomate viviente.

¡¿Cómo es que no estuvo despierta en ese momento?! ¡¿Cómo es que se dormía en los momentos más inapropiados?!

—Lo siento—murmuró Naruto, agachando la mirada—. No hice las cosas bien. Cuando me di cuenta de lo que sentía por ti, yo… me asusté. No quería que pasara lo mismo que pasó con Sakura. Pero ya lo he aprendido. Tú no eres ella.

Hinata tenía el pulso acelerado, y temblaba por todas partes. Sin embargo, sentía tanta felicidad que no le cabía en el pecho. Una enorme sonrisa se instaló en su rostro, y soltó algunas lágrimas. Nunca pensó que eso pudiera pasar. No creyó que tal nivel de felicidad fuera posible. Así que abrazó a Naruto con fuerza. Él se quedó sorprendido por un instante, y Hinata podía escuchar el latido acelerado de su corazón.

— ¿Entonces puedo estar contigo? ¿De verdad? —preguntaba con la voz temblando por la alegría — ¿No… no tienes p-problemas con eso?

Naruto parpadeó, muy sorprendido. Sin embargo, terminó por sonreír y abrazarla con más fuerza. No más Sakura. No más dudas. No más miedos, y no más consejos para intentar sacarse a alguien del corazón. Ya no era necesario que luchara por mantener su corazón a salvo, porque sabía que Hinata lo cuidaría mejor que nadie.

—Al contrario. Tendré problemas si te alejas de mí.

Naruto buscó sus labios de nuevo, y volvieron a fundirse en un beso suave y dulce. Hinata en ese momento no sentía del todo que fuese real, pero a medida que pasó el tiempo y la felicidad de tener a Naruto a su lado no desaparecía, se fue dando cuenta de que era real. Y entonces, le pareció por fin que la realidad era algo maravilloso.

Tal vez, a veces si aplicaba eso de que un clavo sacaba otro clavo.


Y entonces fue como si Naruto hubiese notado a Hinata en el pasado, y todas las heridas se hubiesen sanado…

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— ¡Hola, Naruto!

Naruto vio a Kiba acercándose por el camino. Le alzó la mano y le sonrió. Los exámenes habían terminado, así que era un buen momento para darse un descanso antes de que los profesores los atraparan de nuevo y los torturaran.

— ¡Hola, Kiba!

— ¿Qué haces aquí? —preguntó—. Pensé que estarías reclamándole a Sasuke.

— ¿Eh? ¿Por qué?

—Bueno…de un momento a otro Sakura y Sasuke se emparejaron. Creí que estabas enamorado de Sakura.

Kiba esperaba ver alguna clase de expresión herida en el rostro de Naruto, pero para su sorpresa éste se encogió de hombros y sonrió. Entonces Kiba lo pensó mejor. Naruto era el único que había estado esforzándose para que algo entre él y Sakura naciera. Pero de repente Naruto había dejado de luchar por ella. ¿Acaso había perdido el interés?

¿Pero eso era al menos posible? Nunca imaginó ver a Naruto tan despegado a Sakura. Es como si la hubiese dejado vivir su vida. Ya no le importaban las decisiones que ella tomase.

—Tal vez Sakura no era para mí.

— ¿Eh? ¿De qué hablas? ¿Y qué haces aquí? ¿Esperas a alguien?

—Sí—sonrió él, y dirigió la mirada hacia un reloj enorme que había cerca de allí—. Ya casi debe ser la hora.

Kiba frunció el ceño. ¿Acaso Naruto estaba saliendo con alguien? ¿Pero eso era posible? ¿Y de quién se trataba?

—P-Perdón por la tardanza.

Kiba se dio media vuelta, y el rostro de Naruto se iluminó. Una chica de cabello azulado y ojos blancos había aparecido, y miraba a Naruto con una ligera sonrisa y algo de nerviosismo. Ella se llevó un mechón detrás de las orejas.

—No te preocupes, llegas a tiempo—dijo Naruto, extendiendo la mano hacia ella. La chica la tomó, sin dudar.

Kiba examinó a la chica. Se le hacía familiar por alguna razón.

—Tú eres… la amiga de Tenten, ¿no? —Hinata lo miró— Hanako.

Naruto le dio un ligero golpe en la cabeza a Kiba.

—No. Es Hinata.

Hinata lo miró y le sonrió. Entonces se abrazó al brazo de Naruto, y éste no parecía para nada incómodo. ¿Qué rayos había pasado? ¿De qué se había perdido?

Naruto miró a Hinata con dulzura, y Kiba sintió que estaba viendo a alguien que no reconocía. ¿Hace cuánto tiempo que no hablaban? Se había perdido de todo esto. ¿O acaso Naruto lo estaba manteniendo en secreto? ¿Mantenía en secreto que tenía una nueva enamorada? Quién lo diría.

— ¿Nos vamos? —le preguntó él.

Ella asintió, y Naruto alzó la mano y le dijo una despedida. Sin embargo, Kiba no escuchó muy bien lo que decía. Recordó haber visto a esa chica alrededor de Naruto un par de veces. Sin embargo, cuando los había visto, parecían estar estudiando, y ella no se veía tan confiada, ni Naruto tan enamorado.

Pero tal vez era lo mejor. Kiba sabía que Sakura nunca le correspondería a Naruto como se lo merecía, sin embargo no se lo dijo para no lastimarlo. Pero ahora que Naruto estaba con alguien más, no sufriría por Sakura. No se pasaría noches pensando en cómo conquistarla, ni esforzándose para que lo notara. Él necesitaba a alguien que lo quisiera por quien era… y sentía que esa chica sería la indicada para eso.

Tal vez ahora… todo estaría bien.

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Fin

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¡Aaahhh! ¡Llegamos al final! Debo decir que lo que tenía en mente para el final era otra cosa, pero luego me di cuenta de que el final habría parecido telenovela. Aunque bueno, parte de este fic ya parecía telenovela :v pero después de todo, a veces la vida es así. Al final decidí concluir todo en el hospital. No estoy muy segura de cómo quedó, y puede que lo corrija mas adelante, pero no quería dejarlos esperando más. Ya me retrasé un día, y sé que varios de ustedes se morían por leer.

¡Gracias a todos por acompañarme en un fic más! Por fin puedo decir que he añadido un fic con temática de oficina a mis logros, ya que tenía ganas de hacerlo. ¡Espero que les haya gustado mucho! Y es probable que haga un epílogo, pero no se si hacerlo en tiempo a largo plazo o corto plazo. Es decir, no se si hacerlo unos meses después de este capitulo o varios años mas tarde. ¡Cuentenme sus opiniones! ¿Qué les gustaría ver?

Por ahora eso es todo. Chelsea, tu también despídete.

Chelsea: ¿Eeeeehhh? ¿Por qué?

*La mira con cara de asesina*

Chelsea: Ah... ahahahaha, solo bromeaba, si... ahahaha... ¡A-Adiós a todos!

¡Mucho mejor!

Chelsea: Das miedo...

¡Muchas gracias a todos por leerme, y nos leeremos en otra oportunidad!

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Soredewa Minna-san!

Matta ne!

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