Muchas gracias a todas y todos por sus hermosas palabras y sus comentarios c:

¡me alegra mucho que está historia les hubiera gustado tanto! En algún momento volveré a subir más fics, más adelante, tal vez

Definitivamente muchas gracias por leer!


Tras algunos segundos de observarse ambos se fundieron en un fuerte abrazo.

- Naruto-kun… yo…

- Lo siento mucho -la interrumpió él, apartándose para observarla-. Por todo lo dije, Hinata.

- No es tu culpa.

- Claro que sí -replicó él, observándola directo a los ojos-. Te dije cosas horribles, cosas que no te merecías.

- Yo lamento no haber confiado más en ti -respondió ella, verdaderamente arrepentida-, tuve que haber sabido que no te sentías celoso como él me hizo creer.

- Si estaba celoso, Hinata -suspiró Naruto, consiguiendo que ella le mirara con sorpresa-. Me puse realmente celoso de que él te gustase tanto…

- ¿Eh? ¿G-Gustarme?

- Sí, Otsutsuki -respondió. Vio a Sasuke golpearse la frente, en clara señal de que había metido la pata. Sakura, en cambio, solo sonrió como si se tratase de un niño realizando una acción realmente tierna y estúpida a la vez.

Por un instante se sintió confundido, hasta que Hinata habló nuevamente.

- P-Pero a mí no me gustaba Otsutsuki-san -afirmó ella, tras algunos segundos. Naruto no pudo evitar verla lleno de sorpresa.

- ¿N-No estás enamorada de él?

- ¡C-Claro que no! -aseguró Hinata, con su rostro sonrojado-. P-Pero…

- ¿Pero…?

Él esperó, hasta que ella por fin se atrevió a realizar la pregunta.

- ¿Es cierto lo que dijiste? ¿Tú… tú estás enamorado de mí?

Esta vez fue el turno de Naruto de sonrojarse. Pudo sentir como las orejas le ardían de la pura vergüenza.

Oh mierda. Mierda, mierda, mierda.

Y más mierda.

Al fondo Sasuke le sonreía con burla, divertido con la situación a la que se enfrentaba su mejor amigo, muy similar al momento por el que él había pasado en su declaración a Sakura. La tan esperada venganza por fin conseguía sus frutos. Solo que, tras una mirada veloz entre Naruto y Sakura, la chica actuó en su rescate.

- ¡Sasuke, aún podemos disfrutar el baile! -exclamó, tomando su mano y comenzando a tirar de él. El chico la vio con sorpresa, como diciendo "¿Bromeas? ¿Justo ahora que todo se pone interesante?"

- Pero…

- ¡Sasuke! -repitió ella, frunciendo su ceño con un mohín. El joven suspiró, antes de dirigirse por las puertas de salida perdiéndose entre las luces de colores, la música fuerte y los cuerpos llenos de energía.

Finalmente, Naruto Namikaze y Hinata Hyuga quedaron a solas.

Naruto oía con tanta fuerza su corazón que pensaba que en cualquier momento explotaría, mientras que, de pie, frente a él, Hinata esperaba una respuesta a su pregunta.

Así que… ¿estaba enamorado de ella o no?

¿Era en serio?, ¿había atravesado todo eso solo para congelarse ante tan absurda pregunta? Era más que obvio que ella había conseguido oír la declaración a escondidas, ¿por qué lo preguntaba entonces? ¿Acaso quería burlarse de sus sentimientos?

¡Ah! ¡¿Qué demonios importaba?!

- ¡Sí, sí lo estoy! -gritó, consiguiendo que ella diera un salto ante aquella inesperada confesión.

- Naruto-kun… -murmuró asombrada.

- ¡Lo siento! -se disculpó apenado, incluso había cerrado sus ojos: no se sentía capaz de enfrentarla, no considerando que su corazón latía con demasiada fuerza en ese segundo-. Sé que somos mejores amigos. Se supone que eso no debería cambiar por nada en el mundo, por eso guarde silencio todo este tiempo -aseguró, rápidamente-. No quería perder nuestra amistad, realmente tu presencia es muy valiosa en mi vida y me asustaba el hecho de que fueras a rechazarme, de que las cosas dejaran de ser lo que eran, pero… pero la gran verdad… ¡es que estoy enamorado de ti, Hinata!

Pasó un minuto completo en que no hubo ningún ruido, ni siquiera el de sus pasos alejándose, por lo que sin lugar a dudas Naruto supo que todavía continuaba allí frente a él.

Lentamente se atrevió a abrir sus ojos por fin.

Hinata lo miraba asombrada, como si realmente nunca hubiese sospechado ninguno de sus sentimientos. El sonrojo se había extendido por su rostro y con sus manos ocultaba su boca. Y él sintió, solo con eso, que todo su miedo siempre había estado justificado. Claro que con algo así las cosas nunca volverían a ser como antes.

Después de aquella confesión… ser mejores amigos era imposible.

- E-Es solo que… y-yo también lo estoy…

Aquellas palabras habían sonado tan bajas que incluso estando solo con ella, había necesitado un esfuerzo enorme para escucharlas.

- ¿Qué?

- Que yo también… estoy enamorada de ti -le aseguró ella, mientras el sonrojo se extendía rápidamente por su rostro. Bajó la vista, apenada. Tal y como él, segundos atrás, enfrentarlo con la mirada le parecía imposible.

- ¿D-De verdad? -la joven asintió, con su vista aún baja. El golpeteo de su corazón no hizo más que aumentar.

Si eso era verdad, si en realidad compartían los mismos sentimientos, ¡eso significaba que ellos por fin podían…!

- ¡Besarnos! -gritó, antes de que su cerebro fuese capaz de resistir el impulso. Frente a él Hinata prácticamente cambió de color, adquiriendo un intenso rojo ante aquella proposición.

- ¡¿Ehhhh?!

Naruto no supo que responder, porque para empezar… ¡¿cómo se le ocurría pedir algo así de esa forma?! De estar allí, seguramente Sakura lo hubiese golpeado.

- Q-Quise decir… ¡lo siento! -cubrió su rostro, avergonzado. Siempre había sido un desastre con las chicas, pero esto era cruzar una línea.

- Y-Yo… -aquel tartamudeo lo hizo apartar sus manos, solo para verla. También tenía su rostro cubierto con sus propias manos.

¡Oh maldición! Era tan adorable.

- E-Es solo que pensé que… -suspiró, interrumpiéndose a sí mismo. Ella quitó sus manos con cuidado, para volver a observarlo-. Olvídalo. Es obvio que no estaba pensando cuando dije aquello.

- S-Supongo que… p-podríamos intentarlo -susurró, tan bajo que él tuvo que hacer un esfuerzo por oírla. Sin embargo, si había escuchado correctamente, aquello significaba que ella también quería besarlo… ¿cierto?

¡¿Cierto?!

Ella dio un paso al frente, confirmando sus propias palabras, y él hizo lo mismo hasta sostener su mano. Un agradable cosquilleo recorrió su cuerpo en cuanto lo hizo.

Y de pronto, sin siquiera notarlo, ya se encontraba rodeado su pequeño cuerpo con sus brazos, como tantas veces había imaginado hacer, mientras se aproximaba cada vez más a ella, a su rostro, a sus labios.

Iba a besarla, realmente iba a besarla.

O al menos eso creía, hasta el momento en el que su inoportuno celular, que había rescatado de la pieza de sus padres antes de salir, sonó en aquel exacto minuto. Y decir que aquella inesperada llamada arruinó la atmosfera sería poco, lo que había hecho había sido asesinarla completamente.

- N-Naruto-kun… -susurró Hinata. Sus manos, cuidadosamente colocadas sobre su pecho, se apartaron-. T-Tal vez deberías…

- Solo será un segundo -prometió él, llevando la mano rápidamente a su celular para contestar. Y es que estaba seguro que la urgencia de ella porque contestara se debía a que había reconocido el tono de llamada, al igual que él.

Después de todo, la quinta sinfonía de Beethoven solo estaba reservada para una persona.

- ¡NARUTO NAMIKAZE! -aquella voz femenina fue suficiente como para producirle un ataque-. ¡¿En dónde diablos crees que estás?!

Incluso Hinata había dado un salto, asustada de la furia en aquellas palabras.

- ¡M-Mamá! -gritó Naruto, asustado-. E-Estoy en la escuela, ¡Sasuke me obligó a…!

- ¡¿En la escuela?! ¡¿Es una broma?! ¡MÁS TE VALE QUE ESTÉS EN CASA DENTRO DE CINCO MINUTOS O TENDRÁS QUE DECIDIR LO QUE DIRÁ TU OBITUARIO…!

Naruto cortó, cometiendo tal vez el segundo peor error en su vida luego de escaparse de casa. El teléfono sonó nuevamente, pero él simplemente ignoró el tono. Sabía que sin importar lo que dijera o hiciera para explicar su ausencia durante su castigo, sería asesinado sin contemplaciones de igual manera.

Probablemente no vería la luz del sol hasta Navidad.

- D-Debes ir a casa -imploró la joven, preocupada. Si había alguien que sabía lo terrible que podía ser la madre del chico enojada, era ella.

- Pero tenemos tanto de lo que conversar… -replicó él, con un mohín. No había sufrido tanto declarándose solo para marcharse.

- E-Está bien -le aseguró ella, sonriendo con timidez-. Podemos hablar de esto en la escuela.

- ¿Estás segura?

- Claro que sí -sonrió, aunque también era obvia la decepción en su mirada.

Naruto asintió, giró y se dirigió hacia la salida más cercana. Sin embargo, a mitad de camino, tuvo que detenerse. No quería marcharse.

Y no quería que ella se marchara todavía.

Volvió sobre sus pasos, corriendo, hasta encontrarla en aquel exacto sitio en donde la había dejado. Ella caminaba ya de vuelta hacia el baile, probablemente para buscar a Sasuke y Sakura.

- ¡Espera, Hinata! -tomó su mano, consiguiendo que ella girara hacia él, sorprendida.

- N-Naruto-kun, ¿qué estás…?

- ¡Sucede que de todas formas nada puede empeorar está noche! -gritó entonces, sintiendo como sus mejillas enrojecían. Se sintió como un idiota, le costaba demasiado explicar sus intenciones, le costaba demasiado darle a entender que deseaba besarla sin importar qué.

Aunque al parecer eso no fue necesario. Antes de que pudiese continuar o decir cualquier cosa, ella llevó sus manos directamente a su rostro y lo aproximó al suyo.

Y lo besó.

Lo besó tal como él había estado deseando hacer desde hacía meses; como solía imaginarlo en sus tiempos libres; y como añoraba cada vez que la veía. Lo besó con dulzura y amabilidad, como solo ella podía hacer.

Tras algunos segundos de sentir como su cuerpo entero se elevaba del suelo, ella se apartó de él.

Naruto no supo que decir. No había palabras para explicar cómo se sentía.

- E-Eso fue…

- Y-Yo… sentí que debía darte las gracias por la rosa -musitó Hinata, increíblemente sonrojada. Naruto no pudo evitar sonreír.

- Debí haberte obsequiado esa rosa personalmente -aseguró. Aunque, después de todo, no podía negar que si ahora se encontraba frente a ella había sido precisamente por aquello.

No espero antes de inclinarse sobre ella para obtener otro beso. En cuanto llegara a casa seria castigado hasta el fin de los tiempos. Pero ahora solo se trataba de ella, de ella y él.

Y de lo mucho que un simple beso podía mejorar cualquier cosa…

Parecía que convertirse en un admirador secreto sí podía tener sus ventajas.

FIN…