¡Hey! Estoy de vuelta y con más ganas que nunca para escribir. Me disculpo por no haber actualizado pero han habido muchas cosas en medio que me han impedido actualizar, he viajado por a Perú para visitar a mi familia y entre el trabajo y estudiar no me ha quedado tiempo. Pero ahora estoy con las pilas recargadas y os garantizo un nuevo capítulo de este fic más seguido.

Aunque eso depende de vosotros, ya sabéis, os agradecería inmensamente que le dieseis fav y follow porque eso me motiva para escribir. Y por otra parte, por favor dejar un review expresando que os parece mi historia pues hay muy pocos comentarios y no sé si os está gustando o si estoy haciendo algo mal. Como escritor aquí en Fanfiction sé que vuestros reviews son muy importantes así que dejad más reviews :D

IMPORTANTE: Ahora los capítulos serán de entre 4000 y 5000 ya que me dijisteis y me di cuenta que el anterior era muy corto así que así serán los capítulos a partir de ahora, espero que sepáis apreciarlo.

Si tenéis alguna duda sobre la historia no dudéis en preguntarlo, sin más que decir os dejo con este nuevo capítulo.


Tras una exhaustiva búsqueda de algún humano que pudiera donar sangre a Sanji, por fin encontraron a dos amables señores que no tuvieron ningún reparo en ayudar al cocinero. Aunque al rubio no le entusiasmó demasiado la ayuda recibida de aquellos "hombres".

Ahora debían dejar que Sanji descansara pues había perdido mucha sangre y lo último que necesitaba es ver a otra hermosa sirena.

-Luffy-chin, me gustaría que conocieras a alguien- Dijo Keimi mientras ella, Usopp y el mencionado entraban a un despacho. -Ella es la dueña del Mermaid Café y es también la que os ha dejado quedaros aquí, Madam Shyarly- Añadió la peliverde, pero ni Luffy ni Usopp prestaban atención ya que habían quedado hipnotizados con la bola de cristal que había en la habitación.

-Ah, muchas gracias- Contestó el joven capitán sin despegar la mirada de la bola de cristal.

La sirena mayor miró detenidamente a Luffy y se relamió los labios, no recordaba haber visto a un humano tan atractivo desde… bueno, desde nunca. Keimi al ver la mirada de su jefa decidió cambiar de tema y explicar la delicada y extraña situación en la que se encontraba el rubio.

-¿Esto para qué sirve?- Preguntó Luffy aun fascinado por la bola.

-Es una bola de cristal para poder predecir el futuro- Explicó Keimi.

-Ya dejé de hacer predicciones, es mejor no conocer el futuro- Corrigió Shyarly con el gesto serio.

-En ese caso… ¿podrías decirme si las sirenas hacen caca?- Preguntó Luffy con su clásica falta de tacto. La pregunta hizo que a Shyarly se le hinchara una vea en la frente y que Keimi y Usopp obligaran a Luffy disculparse por su insolencia.

-Bueno… Keimi, puedes tomarte el resto del día libre- La peliverde se sorprendió por la oferta. -Siempre trabajas muy duro, y además, últimamente no tenemos muchos clientes asique no creo que pase nada-

-Muchas gracias, Madam- Keimi sonrió ampliamente.

-Por otro lado, quisiera hacerle unas preguntas al joven del sombrero de paja… en privado- Dijo Shyarly con ojos lujuriosos.

-Vale, no me importaría…- Luffy no pudo terminar la frase pues Usopp comenzó a tirar de él.

-No Luffy, recuerda que tenemos que encontrar a los demás- Intervino el tirador pues ya sabía lo que la sirena quería y como siempre, Luffy no tenía ni idea.

Y así fue, Keimi llevó a los dos a ver a Pappug que casualmente se encontraba acompañado por Brook. Tras pedir un taxi-pez, pusieron rumbo a la casa de Pappug y mientras, por el camino, los mugiwaras fueron enterándose de los entresijos y problemas por los que había pasado la isla Gyojin.

-Vaaaya, no puedo esperar a enfrentarme a alguien tan fuerte como Big Mom- Dijo Luffy con tranquilidad, todo lo contrario a sus nakamas pues Usopp quedó petrificado y a Brook se le heló la sangre… Bueno, si él tuviese sangre (yohohoho).

···

Mientras tanto en la zona del Mermaid Café…

-¡Tengo que hacer algo al respecto!- Exclamó la sirena nodachi mientras se sujetaba la cabeza.

-¿Qué ocurre, Madam Shyarly? ¿Por qué reacciona de esa manera?- Preguntó una de las personas que caminaban cerca, todos miraban con auténtica preocupación a la sirena.

-¡Si no hacemos algo será demasiado tarde!- Volvió a gritar Shyarly. -¡Encuéntrenlo! ¡Busquen al joven pirata del sombrero de paja, sáquenlo del reino cuanto antes!- La sirena suspiró para seguir hablando. -He visto su futuro…-

-¿Y qué ha visto para que se ponga así?-

-¡Shyarly, contesta!-

"Desearía que no fuese así, que yo me estuviese equivocando…" Pensó la sirena nodachi, era cierto que Luffy parecía ser alguien muy poderoso, pero sin ninguna duda parecía alguien alegre e inocente del que jamás se pensaría que pudiera hacer nada malvado…

-Un humano con sombrero de paja…- Hubo un silencio muy incómodo. -¡Mugiwara no Luffy… con sus propias manos… destruirá la isla Gyojin!-

···

Luffy y los demás se encontraron con Nami mientras esta intentaba "desvalijar" una tienda, menuda alegría se llevó cuando Pappug les dijo que cogieran todo lo que quisieran. Aunque la estrella nunca imaginó que fueran a dejar la tienda completamente vacía.

-¡Él ha bajado!- Se escuchó un grito fuera de la tienda.

-¿Qué está ocurriendo allí fuera?- Preguntó Usopp.

-Deberíamos ir a mirar- Dijo Luffy con entusiasmo.

Cuando salieron de la tienda, todos los gyojin se quedaron asombrados de ver al rey Neptune. Claro que ni Luffy ni los demás sabían el porqué de tanto alboroto por aquel hombre gigante que venía montado en una ballena. Todo estaba en completamente silencio hasta que…

-¿Quién es ese viejo?- Cuestionó Luffy como si nada, y enseguida fue reprendido por Pappug que les explico quién era aquel hombre de pelo naranja.

Tras una conversación un poco tensa, el rey invitó a los mugiwaras al Palacio Ryugu. El resto de personas que estaban viendo la escena no podían creer que unos humanos fueran invitados al palacio real, por otro lado, los ojos de Luffy se habían iluminado ante la idea de un banquete y aceptó la invitación sin contemplaciones.

Los mugiwaras subieron al tiburón para ir al palacio Ryugu y fue cuando el rey les explicó el porqué de la invitación.

···

Luffy se encontraba caminado por los pasillos del palacio en busca de comida sin percatarse de que sus nakamas estaban en aprietos debido a que ahora eran criminales buscados por el secuestro de sirenas.

El capitán se detuvo frente a una enorme puerta de hierro con varias armas como espadas y hachas incrustadas en el acero, aunque no le dio importancia y pensó que allí podría encontrar algo de comer ya que se moría de hambre.

Segundos después…

-¿Qué es esto? Está muy suave- Dijo Luffy mientras comenzaba a saltar en lo que parecía una colchoneta, siguió caminando y chocó contra algo aún más suave, con un olor muy dulce y extrañamente excitante, y comenzó a palpar ese "muro" hasta que oyó lo que parecía ser una voz que gemía.

Entonces la luz de la habitación se encendió y Luffy saltó pues el lugar en el que estaba comenzó a moverse, y acabó aterrizando justo enfrente de una gran y preciosa sirena con el cabello color rosa.

-¿Q-qué le estabas haciendo a mi cuerpo?- Preguntó la sirena de cabellos rosados sonrojada por el contacto con sus pechos, pero con miedo ya que ningún humano había entrado a su habitación antes. -¿Quién es usted?- Preguntó conteniendo unas pequeñas lágrimas.

-¡Eres enorme!- Exclamó Luffy realmente sorprendido ignorando completamente las preguntas de la sirena.

-Tú también has venido a intentar matarme, ¿no es así?- Acusó la pelirrosa. -¡Pero no tengo miedo, como hija del rey Neptune no debo tener miedo! N-no tengo miedo…- Y sin que Luffy hiciera nada la sirena comenzó a llorar desconsoladamente.

-Oi, tranquilízate, que no te voy a hacer ningún daño. Te lo prometo…- Luffy tuvo que callarse en cuanto sintió cómo un peligro se acercaba rápidamente a la cabeza de la sirena, el moreno dio un salto para quedar justo enfrente de la llorosa chica justo cuando un hacha entraba a la habitación y con un golpe de antebrazo romper la hoja del hacha con mucha facilidad y sin dejar ningún rasguño en su piel. La pelirrosa dejó de llorar en cuanto vio cómo el extraño la había salvado, y se sorprendió bastante al ver la sencillez con la que lo había hecho.

"¿De dónde demonios ha venido ese hacha?" Pensó Luffy muy enfadado pues ese arma podría haber hecho mucho daño a la sirena, o incluso llegar a matarla. Ese pensamiento crispó mucho más al pelinegro, más le valía a quien quiera que haya sido el atacante que no se cruce en ningún momento con el joven capitán pirata.

-T-tú me has salvado- Tartamudeó ella mientras su miedo se disipaba levemente.

-¿Eso? Shishishi, no tiene importancia- Dijo Luffy cambiando radicalmente su actitud mientras se rascaba la parte trasera de su cabeza quitándole importancia al asunto. -Y de veras que siento lo de antes, solo estaba buscando algo de comida y al oler algo dulce en este cuarto creí que habría algo sabroso- Luffy babeó un poco al recordar lo hambriento que estaba y que ese olor en verdad le había cautivado. -Enserio, tú tienes un olor fantástico, pero lo malo es que no puedo comerte shishishi- Rio el moreno mientras abría sus fosas nasales para deleitarse del olor a fresas y vainilla que desprendía la gran sirena.

Un rubor se apoderó de las mejillas de la chica al escuchar el extraño cumplido de aquel hombre tan atractivo, pues al haber estado tanto tiempo encerrada sin más visitas que su familia el escuchar un halago la hizo avergonzarse.

-B-bueno…- La pelirrosa consiguió despejar su mente. -De todos modos muchas gracias, mi nombre es Shirahoshi por cierto- Habló ella con una sonrisa ya más calmada.

-Yo soy Monkey D Luffy, el próximo Rey de los piratas-

···

Mientras tanto en la entrada principal del palacio…

-Siento que voy a morir de hambre… Aunque yo ya estoy muerto yohohoho- Dijo Brook pues ya llevaban mucho tiempo esperando el banquete que el rey les había prometido.

-Siento desilusionaros, pero no parece que vaya a haber ningún banquete- Dijo Nami al ver que la burbuja donde estaban se encontraba completamente rodeada por los guardias del palacio.

Entonces apareció un gyojin que parecía estar al mando de los soldados acusando a los mugiwaras de que eran un inminente peligro para el reino y que por eso debían arrestarlos. Pero los jóvenes piratas no iban a dejar que les arrestaran y menos al escuchar que su acusación se debía a una absurda predicción.

···

Volviendo con Luffy y Shirahoshi…

La princesa escondió al pelinegro de los guardias pues no quería que lo arrestaran, aunque no creía que lo pudiesen detener, ya que el aura que desprendía Luffy era de alguien muy poderoso y no deseaba que sus guardias salieran heridos.

Era verdad que la mera presencia de Luffy era increíblemente imponente e intimidante, pero Shirahoshi enseguida se dio cuenta de la personalidad y naturaleza divertida, amable y un poco torpe de Luffy y supo que no suponía ningún peligro… salvo para la comida. La cual fue ofrecida amablemente por la princesa tras contarle la historia por la cual ella debía permanecer en aquella habitación sin poder salir y en la cual llevaba 10 años encerrada por su seguridad. Y mientras Luffy comía como si no hubiese un mañana, Shirahoshi le iba haciendo muchas preguntas sobre cómo era la superficie, de cuantas estrellas había adornando el cielo por la noche, de si hacía frío o calor, de cómo era vivir allí qué significaba para el moreno ser uno de ellos… Aunque el capitán quería responder a sus preguntas, estaba más centrado en comer por lo que le pidió a la sirena un par de minutos para terminar de comer.

Al cabo de esos minutos y en un abrir y cerrar de ojos, el cuerpo de Luffy se había convertido en una bola al haber devorado toda la comida y comenzó a rodar por la cama. La pelirrosa quedó muy sorprendida al ver semejante imagen y soltó una pequeña risa al ver el extraño cuerpo del humano. Luffy se puso de pie y su cuerpo volvió a la normalidad como por arte de magia.

-Debe haber sido aburridísimo haberte quedado tú sola aquí por 10 años- Suspiró Luffy pues si algo remotamente parecido le hubiese ocurrido a él, se habría vuelto completamente loco. -¡Decidido! Te llevaré fuera del palacio a dar un paseo, ¿qué te parece?- Propuso Luffy con su característica sonrisa de oreja a oreja.

Shirahoshi se escondió bajo las sabanas murmurando una y otra vez que era muy peligroso y que estaría traicionando a su familia y otras cosas inentendibles.

-Seguro que hay algún sitio al que quieres ir con todas tus ganas-

-...-

-Sí, hay muchos lugares a los que quiero ir- Respondió ella tímidamente desde debajo de las sábanas.

-¡Pues vamos!- Exclamó el moreno. -Y no te preocupes si te lanzan cosas durante el viaje, no dejaré que te hagan daño- Dijo Luffy con confianza logrando que Shirahoshi disipará la mayoría de preocupaciones y obtuviera el coraje suficiente suficiente para aceptar la invitación de Luffy.

···

En la entrada principal del palacio...

Con la llegada de Zori y la inteligencia de Nami al expandir la burbuja de aire para poder pelear en óptimas condiciones, los mugiwaras no tardaron en diezmar al rey Neptune y al resto de soldados los cuales se encontraban atados tras la derrota.

Ahora, Zoro se encontraba negociando con el príncipe Fukaboshi para poder salir de la isla Gyojin sin ningún tipo de problema.

-Una cosa más Zoro-kun, tengo que un mensaje importante del ex-shichibukai Jinbe "El hijo del mar" para Mugiwara no Luffy- Habló el príncipe con una voz muy seria.

-Luffy no está aquí, pero yo tomaré el mensaje. Habla- Respondió Zoro.

-Primero: "No debes pelear con Hody", y segundo: "Te estaré esperando en el bosque marino"- Y dicho eso, los príncipes se pusieron manos a la obra para conseguir las peticiones de los mugiwaras.

···

De vuelta con Luffy…

-E-entonces… ¿Me podrías llevar al… al bosque marino?- Preguntó Shirahoshi muy nerviosa por el motivo por el cual quería ir a ese sitio.

-Te llevaré a donde quieras, es lo mínimo que puedo hacer para agradecerte esa deliciosa comida- Contestó Luffy con una enorme sonrisa.

-Luffy-sama, ¿De verdad me protegerás?- Cuestionó ella con verdadera esperanza con sus mejillas sonrojadas por la cercanía entre Luffy y ella ya que él se encontraba sentado en las palmas de la pelirrosa.

-Por supuesto, puedes contar conmigo- Respondió asintiendo con la cabeza provocando que Shirahoshi comenzara a sollozar derramando unas pocas lágrimas, pero se tranquilizó cuando Luffy le dijo que si no paraba de llorar no la llevaría. -Pero habrá que hacer algo para esconderte y que no llames la atención- El moreno se quedó pensativo durante unos segundos mientras se sobaba la quijada. -¡Lo tengo!- Exclamó Luffy mientras miraba con complicidad al tiburón-mascota de la sirena, el cual no entendía nada pero avecinaba algo incómodo.

···

Varios minutos transcurrieron, Brook y uno de los ministros reales se apresuraban a la habitación de la princesa para asegurarse de que esta se encontrara bien pues habían escuchado varios golpes provenientes de esa zona del palacio, aunque las intenciones de Brook eran unas mucho más pervertidas.

Ya estaban a poca distancia de su destino cuando vieron cómo un tiburón salía del cuarto de la princesa y se alejaba a gran velocidad. Una vez llegaron a la puerta de la habitación se quedaron pálidos (aunque Brook es todo huesos) al ver muchas personas inconscientes frente a la puerta de la princesa, y el susto fue aún mayor cuando se acercaron a la habitación.

La princesa ya no estaba…

···

-Oi, ¿no prefieres salir de la boca del tiburón?- Preguntó Luffy pues ya estaban bastante lejos del palacio.

-No, prefiero quedarme aquí- Respondió ella mirando con fascinación el paisaje que no había podido ver en 10 años. -No puedo creer que esté fuera del palacio… esto es malo- Añadió al pensar en cómo reaccionaría su familia cuando se enteraran.

-¿Pero estás feliz no?- Volvió a preguntar el moreno. Shirahoshi se sorprendió y se sonrojó preguntándose porqué alguien como él se preocupaba por si ella estaba feliz o no, la pelirrosa contestó con un tímido 'sí'. -Eso es todo lo que importa, intenta no preocuparte y disfruta del viaje ¿vale? ¡Yo me encargaré del resto!-

Tras un varios minutos paseo y una larga charla, Megalo comenzó a tener serios problemas al mantener a la princesa en su boca por más tiempo asique Luffy consiguió convencer a Shirahoshi de salir y de dejar descansar al pobre tiburón.

Esto provocó que la gente de los pueblos por los que pasaban quedaran completamente estupefactos de ver a la princesa ningyo fuera del castillo y más aún verla con un humano en su hombro, lo último también les enfureció pues enseguida llegaron a la conclusión de que la princesa estaba siendo retenida en contra de su voluntad. Comenzaron a gritar e insultar a Luffy de manera muy despectiva haciendo que Shirahoshi empezara a molestarse pues ya consideraba al pelinegro como su único amigo y su "protector", ese pensamiento le produjo un notable sonrojo y una pequeña sonrisa.

-Mis amigos están a unos pocos metros en esa dirección- Dijo Luffy mientras señalaba hacia un sitio que se desviaba un poco de su destino. -¿Te parece si te los presento? No tardaremos mucho- Añadió mientras le regalaba una sonrisa.

-Me encantará conocer a los amigos de Luffy-sama- Respondió ella contenta y acelerando el paso para llegar antes.

Justo antes de que llegaran, Luffy desapareció del hombro de la pelirrosa y apareciendo al lado de Chopper y de un herido Hachi.

-¡Sabía que eras tú, Hachi! ¡¿Qué te ha ocurrido?!- Preguntó Luffy alterado al ver el estado de su amigo, el cual solo le dedicó una mirada débil mientras susurraba un casi inaudible 'Mugiwara'.

Mientras Sanji, Luffy y Chopper intentaban que Hachi les dijera el porqué de su estado, los gyojins que habían rodeado al grupo de piratas por fin se dieron cuenta de que detrás de ellos tenían a la mismísima princesa ningyo con una mirada preocupada al ver a Luffy tan alterado.

-…-

-¡¿La princesa Shirahoshi?!- Gritaron todos los gyojins sin creer lo que estaban viendo.

Chopper enseguida entró en estado de pánico al darse cuenta de que Sanji no debía ver a la enorme sirena porque el resultado sería fatal.

-U-un momento…- Comenzó Sanji con la voz temblorosa. -¿Han dicho lo que creo que han dicho?- Pese a las continuas súplicas del doctor de los mugiwaras, Sanji comenzó a voltearse lentamente preparándose para ver con sus propios ojos a la que, posiblemente, sea la mujer más bella en todo el mundo.

Segundos después Sanji quedó completamente petrificado con los ojos en forma de corazón, tranquilizando al pobre chopper que estaba llorando del miedo de la posibilidad de perder un nakama y más por perderle de una forma tan absurda y pervertida.

-¡Los mugiwaras han secuestrado a la princesa!- Gritó uno de los gyojins con rabia.

-¡Primero secuestran unas sirenas, luego toman por la fuerza el palacio real y ahora se están intentando llevar a nuestra princesa!-

-¡Acabemos con ellos y rescatemos a Shirahoshi-sama!- La turba enfurecida gritó al unísono mientras levantaban los puños al aire dispuestos a luchar contra los piratas.

-Que no es lo que creéis…- Habló Shirahoshi tímidamente aunque todos hicieron oídos sordos. Y justo en el momento que los gyojins iban a atacar, una voz se escuchó a lo lejos.

-¡SHIROHO-SHI!- Gritó un tipo desde el cielo que se acercaba a mucha velocidad montado encima de un coral enorme, se trataba de un gyojin tiburón cabeza de toro japonés

-¡Huya princesa!- Gritó una mujer mientras los gyojins se posicionaban delante de la pelirrosa de manera protectora olvidándose completamente de los mugiwaras. -¡Nosotros la protegeremos pero debe irse YA!-

Shirahoshi comenzó a ponerse nerviosa y se atemorizó pues el causante de su encierro venía directamente a por ella.

-¡Rápido princesa, dame un SÍ y escaparás de una muerte prematura!- El gyojin se acercaba cada vez más rápido mientras se reía confiado ya que tenía a la princesa a su merced. -¡Cásate conmigo!-

De repente todo se quedó en silencio mientras miraban a la pelirrosa.

-¡Lo siento pero no eres mi tipo!- Contestó ella educadamente mientras pensaba en cierto joven con sombrero de paja. Los ciudadanos quedaron impactados al escuchar la simple razón dada por la princesa.

-¡¿Qué?!- Vander DEcken estaba más furioso que en toda su vida. -¡Cómo te atreves a despreciar mis sentimientos como si fueran basura!- La cara del gyojin se deformó en una expresión psicótica. -¡Entonces debes morir!- Amenazó preparándose para lanzar su ataque a la indefensa sirena.

-Chopper, cuida de Sanji y Hachi- Dijo Luffy tranquilamente con un poco de su pelo cubriéndole los ojos y dejando sorprendido al doctor que pocas veces había escuchado ese tono en su capitán.

El pelinegro atravesó la muchedumbre en un segundo hasta quedar al lado de la princesa y posó una mano en la cola de ella. Los gyojins se asustaron mucho al pensar que el mugiwara podría estar aliado con el otro despreciable sujeto.

-Oi- Llamó Luffy a la chica a su lado. -¿Es ese el tipo que te ha quitado estos diez años?- Preguntó con una calma fingida que sin embargo consiguió tranquilizar a Shirahoshi al sentir en contacto con la mano del pelinegro. El leve y amargo 'sí' de la pelirosa fue más que suficiente para hacer que la sangre de Luffy hirviera y que apretase los dientes realmente enfadado que aquel sujeto hubiese hecho todo esto por querer casarse con ella… todos estos años ella había vivido con miedo debido a las constantes amenazas y ataques que la habían obligado a permanecer encerrada en su recámara triste y melancólica, pero eso se iba a acabar en este momento.

-¡Aléjate de la princesa!- Gritaron los gyojins mientras comenzaban a correr en dirección en la que estaba el moreno que había quedado frente a la pelirosa.

-No os acerquéis- Dijo Luffy con una voz profunda e hizo que a todos les temblaran las rodillas no pudiendo mantenerse de pie mientras se sentían infinitamente más pequeños que el joven capitán.

Luffy alzó un brazo con la mano abierta y apuntando hacia donde venía Vander Decken, entonces algo que parecía una ráfaga de aire salió de la mano del pelinegro viajando a una velocidad increíble impactó contra el coral rompiéndolo en varios pedazos y dejando a todos los presente con los ojos como platos, en especial al propio Vander Decken que apenas le había dado tiempo a saltar del coral.

-¡¿Pero quién demonios te crees que eres para…- No pudo terminar de hablar ya que vio con terror cómo Luffy apareció a su lado aun en el aire. El joven pirata arremetió contra él mandándolo de un fuerte golpe directo al suelo donde se estrelló de cabeza creando un pequeño cráter tras semejante guantazo con el reverso de la mano.

Decken salió del cráter con mucha dificultad y se puso de pie limpiándose la sangre que tenía en la cara. Luffy comenzó a caminar lentamente hacia él con un semblante serio.

-O-oye, ¿q-quién eres tú?- Preguntó con temor al darse cuenta de la facilidad con la que le había vencido y al ver a Luffy acercarse cada vez más.

-Soy alguien que no dejará que le hagas más daño a la llorona- Respondió Luffy a la vez que en el cuerpo del gyojin aparecía la forma de un puño provocando que sus ojos se pusieran en blanco y que escupiera saliva y un poco de sangre cayendo de cara al suelo con el culo levantado.

-...-

-...-

El silencio fue sepulcral ya que nadie sabía qué decir o hacer. Ni siquiera Chopper sabía qué decir aunque se sentía realmente orgulloso de su capitán a la hora de manejar a aquel tipo ruin. Hachi se preguntaba en qué clase de monstruo (en el buen sentido) se había convertido en capitán de los mugiwaras, y el resto de ciudadanos permanecían intimidados e indecisos al no saber qué pensar del joven pirata pues por un lado era un humano pero por otro había dejado fuera de combate a la persona que había estado atormentando la vida de su preciada Ningyo Hime.

Shirahoshi, por su parte llevaba derramando lágrimas desde que vió la expresión seria y enfadada de Luffy al saber que se trataba de Vander Decken. Nadie se había preocupado tanto por ella (salvo su familia) y comenzaba a sentir cosas en su estómago que no había experimentado antes. Ver cómo aquel chico peleaba contra el criminal más buscado en el país le hizo sentir realmente segura por una vez desde que era una niña, parecía un caballero salvando a la princesa de uno de los muchos libros que había leído durante su aislamiento en aquella habitación. Pero si había algo que de verdad le hacía sentir rara y extremadamente feliz era que Luffy estaba haciendo todo esto sin pedir nada a cambio, tan solo parecía preocuparle su seguridad y felicidad, realmente era alguien muy extraño y la princesa ardía en deseos de seguir mucho tiempo a su lado y poder conocerle mejor.

-Mmm… Creo que no les caigo muy bien, sería mejor retomar nuestro camino, Shira- Habló Luffy rascándose la parte de atrás de su cabeza al ver las miradas de los gyojins.

-¡C-claro, Luffy-sama!- Dijo la princesa mientras agarraba a Luffy con ambas manos y lo pegaba contra sus pechos mientras lloraba inconsolablemente. El moreno se sintió realmente agusto al poder sentir el tacto de esa área específica de la sirena.

-Pero no vuelvas a llorar- Se quejó él mientras se montaban en el tiburón junto con Chopper, Sanji y Hachi.

···

En el palacio real no todo iba tan bien pues, aunque la mayoría de soldados y los mugiwaras habían conseguido escapar… El Rey Neptune ahora era prisionero de Hody Jones…

···

-Luffy-sama, de verdad le agradezco que me hayas traído aquí…- Dijo la princesa entre llantos mientras observaba el Bosque de Mar dónde se encontraba la tumba de su difunta madre.

-Otra vez llorando…- El pelinegro suspiró y sacudió la cabeza. -Me alegro de que puedas visitarla- Sonrió.

-Luffy, mira, allí está el Sunny y Franky- Llamó Chopper que seguía tratando a Hachi y a Sanji.

Tras una breve presentación, Jinbe apareció y saludó con efusividad para después pasar a la confusión de ver el tremendo cambio del moreno. Siguieron hablando mientras Jinbe preguntaba por cómo les habían ido estos dos años hasta que…

-Veo que usted también está aquí, princesa. Me alegra saber de usted después de tanto tiempo…- Saludó Jinbe con una sonrisa amable. 1… 2… y… -¡¿PRINCESA SHIRAHOSHI?!- Gritó completamente sorprendido con sus ojos casi saliéndose de las cuencas.

-¿Qué tal ha estado, Jinbe-san?- Preguntó la pelirosa nerviosa pues sabía que lo más probable iba a ser que la regañara.

-Entiendo el porqué querría venir a este lugar, pero cómo es posible que usted…- Comenzó a hablar el gyojin pero enseguida se dio cuenta de quién sería el causante de esto.

-¡La he traído yo!- Anunció Luffy orgullosamente haciendo reír a la princesa y que se sonrojara haciendola ver aún más hermosa.

-Así es, Luffy-sama me ha protegido desde que salimos del palacio- Dijo Shirahoshi con una sonrisa radiante mientras miraba a Luffy reír despreocupadamente.

Hacía falta ser muy tonto o inocente para no darse cuenta de lo que pasaba por la mente de la joven princesa, y por eso los únicos que se dieron cuenta fueron Franky, Jinbe y Den ya que Sanji estaba demasiado embelesado por la princesa y Chopper solo veía una escena de amistad, una muy buena.

El sentido común de Jinbe le decía que debía reñir a la princesa y a Luffy por hacer algo tan peligroso sin que nadie lo supiera, pero ver a Shirahoshi tan feliz hacía que cualquier cosa que quería decir se lo guardara pues no podía interferir primera visita que la chica le hacía a su madre.

Poco después llegaron Nami y Keimi con malas noticias…

-Me disculpo…- El primero en hablar fue el ex-shichibukai. -Quería hacer las cosas con tacto y bien pero las circunstancias no son las esperadas- Hizo una pausa. -Primero te quería agradecer, Luffy, que dos años atrás detuvieses a Arlong. De verdad quiero disculparme porque la culpa de que él estuviera allí fue… la culpa fue mía-


Espero que os haya gustado y que nos veamos en el siguiente capítulo. Darle like si os ha gustado y suscribiros para más contenido, un fuerte abrazo