Summary: Un romance entre dos mejores amigos, visto desde los ojos de todos aquellos involucrados en este gran drama adolescente que llamamos preparatoria.

Rating: K+

Pairing: MidoTaka


Notas de la autora: Tenía mil años que no escribía un fanfic en español, pero sucede que el fandom de Kuroko no Basket es bastante activo en mi idioma natal, aunque ahora ande algo muerto (es de entenderlo, la serie acabó hace dos años y yo siempre llego elegantemente tarde a todo), así que decidí intentarlo nuevamente, a ver qué tal. Olvidaba lo dificil que es escribir en un español neutro, esto de ser chilanga mexicana no ayuda en lo absoluto. Tenemos demasiados albures, palabras locales y manierismos en el habla que se hace algo imposible pensar y escribir sin ellos.

Vi la serie a inicios de diciembre pasado, cuando Yuri on Ice me motivó a ver anime de deportes donde pudiera encontrar personajes interesantes y de preferencias sexuales dudosas... pero no esperé que Shin-chan y Takao me gustaran tanto, al grado que ya tengo escritos a medias 5 fics con esta parejita como parte principal de la historia.

Tengo ya los 13 capítulos terminados, sólo falta editarlos y publicarlos.

Estos pequeños oneshot son partner-stories a un fic en inglés que voy a subir en fechas próximas.

Sin más, les dejo la obra de mi aburrimiento, procrastinación y amor desquiciado por dos nerds que son 110% canon y nadie me puede decir lo contrario.

Publicado en Fanfiction y Ao3

Abril 2017


•·.·´`·.·• Satsuki •·.·´`·.·•


Satsuki fue la primera en darse cuenta.

La chica era perspicaz y atenta a los detalles, por lo cual con solo prestar atención a la escena frente a sus ojos, le fue evidente lo que estaba pasando entre esos dos. Imposible…, se dijo a sí misma mientras miraba desde las gradas del estadio. Habían pasado tan solo dos meses desde el inicio del nuevo ciclo escolar, en que tanto ella como todos sus amigos de la secundaria empezarían sus vidas en la preparatoria. Tras una promesa y un reto impuesto por el capitán del equipo de basketball, todos partieron hacia caminos diferentes. Y aún así, Momoi sabía que tenía que seguirles la pista a cada uno de ellos, por el bien de sus nuevos compañeros.

Imayoshi la había encomendado a la misión de conseguir nueva información sobre los equipos de la Generación de los Milagros, para saber a qué demonios iban a enfrentarse en el Interescolar que se avecinaba. Si Dai-chan ya era un mal presagio, el capitán no podía imaginar lo terribles que debían ser los otros cuatro, cinco contando a Tetsu-kun. Tras haber observado -y ciertamente molestado- al nuevo integrante del equipo de Seirin, Momoi había dirigido su atención a un partido amistoso entre Kaijou y Shutoku. Matar dos pájaros de un tiro. Allí estaba Ki-chan, tan guapo como siempre y rodeado de admiradoras como de costumbre. Se veía bastante galán en su nuevo uniforme azul, aunque su capitán no parecía muy feliz de la atención que el muchacho recibía.

Del otro de la cancha, Midorin se quitaba las vendas de la mano izquierda y miraba enfurruñado hacia la puerta del gimnasio, expectante. Una de sus piernas subía y bajaba con desesperación, como si estuviese nervioso. Inusitado en Midorima, quien a pesar de ser una persona tan peculiar, siempre había sido muy seguro de sí mismo. Algo pasa, pensó la chica de cabello rosa mientras inspeccionaba la escena con detenimiento. Uno, dos, tres, cuatro… faltaba un integrante del equipo naranja. Quizá Midorin estaba preocupado que el otro chico no se presentase al partido, siendo él tan responsable como siempre.

-¡¿Dónde demonios está Takao?!- Preguntó el alero de Shutoku, que Momoi recordaba se apellidaba Miyaji. Colérico, el chico con el número 8 en la camiseta empezó a agitar a Midorin como si él tuviera la culpa… que seguramente la tenía.

-Cálmate, lo sustituiremos si no llega.- Le dijo taciturnamente el capitán, Ootsubo. -¿Fue obra tuya, verdad? No llegaron juntos hoy.

-Le pedí que me consiguiera mi objeto de la suerte.- Ah, el típico Midorin de siempre. -Más le vale llegar, Escorpio tiene la mejor suerte el día de hoy. Lo necesitamos para ganar, 'nodayo.

Momoi dejó de escuchar la conversación, pero podía jurar que Miyaji le había arrojado una piña en su ataque de ira. Midorima seguía siendo igual de extraño y supersticioso, pero esos detalles tan curiosos siempre le habían gustado a Satsuki. Fuera de esa frialdad habitual y la rareza de sus hábitos, Midorin era todo un caballero y un compañero de clase excelente. Siempre había sido muy bueno con ella, por lo cual le daba gusto volverlo a ver, aunque no hubiera cambiado en lo absoluto.

A los pocos minutos de haber espiado en la plática de los de uniforme naranja, un muchacho de baja estatura y cabello negro entró corriendo al gimnasio, portando la misma ropa que los del equipo de Shutoku. Venía bañado en sudor y con una cara de hartazgo que ni él mismo soportaba. En sus manos, una pequeña bolsa de una tienda Sanrio.

Midorima se levantó de su asiento con una sonrisa de satisfacción que Momoi jamás le había visto en el rostro, y recibió al otro chico con entusiasmo. Lo miró a la distancia y pudo ver el contenido del paquete: un peluche edición de colección de Kitty vestida de bruja. ¡Esa cosa debería de estar descontinuada desde octubre, y ya era principios de junio! ¡El pobre chico de pelo negro debió de haber movido cielo, mar y tierra para cumplirle su estúpido capricho a Midorin! … y todo antes de un partido amistoso, solo para que el peliverde jugará a gusto y seguro de sí mismo.

Takao… Momoi sentía que el nombre le era familiar. Revisó sus notas y comprobó que, en efecto, habían jugado contra el equipo de secundaria del nuevo compañero de Midorin. Cosa curiosa, el MVP de ese partido había sido precisamente Midorima y los habían aplastado en una humillante derrota 21 a 70 puntos. Uno esperaría que en su persona sólo hubiese rencor y ganas de vengarse de Midorin, pero los ojos Takao estaban fijados en el escolta con un grado de admiración -e inclusive de devoción-, que Momoi sólo había visto en esas películas estadounidenses cuando alguien estaba perdidamente… nah. No, no es posible. ¿De Midorin?

La sonrisa de oreja a oreja no se desvanecía del rostro del base, quien a pesar del cansancio y el fastidio se mostraba optimista y listo para empezar el encuentro contra Kaijo. Para sorpresa de Momoi, la sonrisa de Midorima, por discreta que fuera, seguía impresa sobre sus labios mientras conversaba con su compañero. A pesar de que se veía molesto, probablemente por las burlas de Takao, Momoi podía percibir que estaba genuinamente agradecido. Algo inusual, inclusive un poco perturbador. Fue allí cuando cayó en cuenta.

Momoi no podía leer el futuro, pero sus predicciones de acuerdo a lo que veía rara vez fallaban. Revisaba la estadística y las probabilidades de los jugadores, su estado tanto físico como anímico para saber cuál sería su línea de crecimiento durante la temporada. Satsuki era una chica muy lista. Por eso mismo, fue la primera en darse cuenta que, si las cosas seguían como estaban, Midorin y Taka-chan iban a llegar muy, muy lejos, más allá de ser simples compañeros de equipo.

Satsuki sonrió para sí misma. Estos iban a ser tres años muy interesantes.


N/A: Haré comentarios más breves de ahora en adelante, lo prometo : Los comentarios, abrazos amistosos y lágrimas de fangirl intensa son bienvenidos.