Bienvenidos a esta, mejora, versión mejor, o como me gustaría decir, inicio más colocado. No se preocupen, no cambie mucho, en realidad los capitulos sera resubidos y mejorados en errores, y, como no, habrán pequeños cambios, o grandes, incluso habran capitulos "nuevos" entre los viejos, uno de ellos es el combate entre Scott y el Team, muchos quedaron con mal sabor de boca por no darles tal batalla, aquí se las daré. Otro detalle sera el cambio de Ash, a mi gusto persona, pienso que lo volví "malo" muy rápido, y digamos, que no es mi estilo, por eso el cambio ocurrirá de a poco. Paciencia entonces. Ahora, ya muchos deben conocer la advertencia de este fic, pero para los nuevo, mejor se los cierto, no me plagie de nadie, si ven alguna historia similar, pues...me plagiaron a mi, el cerdito. Después de la advertencia, iniciamos.

Advertencia.
La historia que estas a punto de ver tendrá contenidos gore, hentai, yuri, posiblemente yaoi, lolicon, shotacon, sangre, traumas psicológicos, fobias, filias (Zoofilia, necrofilia, pedofilia, ect) si leíste estos términos y aun así leíste esta historia, lo haces bajo tu propio riesgo, no quiero quejas después y nada de opiniones basura o criticas destructivas, es mi fic y hago lo que se me da la gana. si me dan consejos de como mejorarlo o ideas constructivas ya sean consejos de mejora de escritura, etc, son aceptados con una sonrisa, si no váyanse al carajo y no lean.


Prologo

La noche roja

Dolor, sentía mucho dolor, tanto físico, como mental. En sus ojos color miel era fácilmente notable el dolor, sufrimiento, desconcierto, impacto y más que nada el sentimiento de haber sido traicionado, él podía sentir sus lagrimas descender sin descanso por su rostro, su mirada fija en un solo punto, su amado hogar. Destruido y ardiendo en llamadas que devoraban todo lo que se le atravesara; su amada madre, mujer que le amo tanto como él a ella, siendo despedaza brutalmente por una jauría de Mightyena, quienes disfrutaban del banquete que era su primogénita. Un pobre Mr Mime que yacía sin miembros y sin ojos con la sangre a su alrededor siendo despedazados por un grupo de Pokémon.

No muy lejos de ahí, la casa de quien veía como un mentor y figura paterna, el profesor Oak. Igual que la suya, destruida, en llamas, sus compañeros pokemongritaban de agonía mientras eran pulverizados por Hiperrayos que venían de la boca de poderosos Pokémon, entre ellos un Gyarados. Otros eran cortados por las garras de varios Ursaring, causando así una masacre total. La sangre por todos lados, combinándose con los miembros arrancados de Pokémon y humanos, daba el aspecto de una película terrorífica y repulsiva. Un pobre y aterrado Cyndaquil era jalando por dos fuertes Houndoom, quienes parecían cachorros disfrutando del juguete que poseían en sus fauces. Su notable fuerza y forcejeo causo que el pequeño cuerpo del tipo fuego no aguantase, y acabo siendo partido a la mitad causando que sus viseras y entrañas salieran de su cuerpo. El cual ahora sería un bocadillo para aquellos de igual tipo.

Y así pasaba con cada uno de los Pokémon que no participaba en la masacre, quienes pedían a ayuda de forma interminable, gritaban en su dialecto el nombre de quien fuera su dueño, pedían a gritos que los salvaran, que los ayudaran con este horrible dolor que sentían, que fueran en su rescate y calmaran el sufrimiento que sentían. Los más fuertes intentaban defenderse, intentaba mantenerse en pie luchando contra sus ejecutores, pero uno a uno, caían ante la notable superación enemiga. El ultimo mas fuerte era un Infernape en su estado llamarada, quien en buenas condiciones llegaría a seguir dando más pelea, pero con la falta de un brazo le era básicamente imposible seguir luchando, aun así, su férrea voluntad le impedía retroceder, menos cuando su objetivo principal era que uno saliera con vida. Seguía combatiendo para intentar en vano proteger a sus amigos, la sangre dejo de salir cuando él mismo quemo su herida para detener el sangrado. Igual, la falta de energía y fuerzas empezaba a ser mayor en su cuerpo, lanzo un lanzallamas poderoso que mato a más de uno de los enemigos cuyos niveles de fuera eran bajos. Tristemente fue su último ataque, su pecho se vio atravesado por una especie de cola con tenazas al final, está ahora manchada de la sangre del Pokémon primate.

El Drapion que le acertó el golpe mortal sonrió con malicia al ver al Pokémon fuego siendo atravesado por su cola, el mono pokemon solo apretó sus dientes mientras la sangre salía de su pecho, lo último que vio fue a un Pokémon alado alejándose con algo en sus brazos, miro los ojos de lo que era una persona observándole igualmente. El tipo fuego sonrió levemente, al menos había conseguido cumplir su objetivo principal. Miro los cuerpos mutilados de sus compañeros, y les pidió disculpa por no haberles protegido. Para que sus ojos finalmente se volvieran blancos y perdieran todo rastro de vida. Con fuerza y sin pizca ningún pizca de misericordia el Drapion lanzo al Pokémon de fuego lejos dejando que su cuerpo inerte quedara por ahí. Pudriéndose con el resto de los demás.

— Eso es, no dejen ninguno con vida — fueron las frías palabras de quien perecía ser el causante de esta matanza — Ese maldito mocoso ya ah interferido mucho en mis planes, es hora de hacerle ver que nadie se mete con el líder del Team Rocket, sin pagar un alto precio — expreso el hombre vestido de traje con una sonrisa más que maliciosa y sádica digna de un villano retorcido.

El causante de todo esto era nada más y menos que el líder de los Rocket, Giovanni, quien había decidido borrar del mapa a la molestia más grande que había tenido en todos estos años, un mocoso de 18 años que siempre encontraba la forma de hacer caer sus planes de una forma u otra. Ya eran 8 años que estaban en ese mismo juego, él creaba un plan que se veía infalible y prometía un dominio total del mundo y los más poderosos Pokémon, pero ese desgraciado de mocoso lo destrozaba, y sinceramente ya se había cansado del mismo baile.

Entonces decidió idear la forma de acabar con él, no directamente, pero si indirectamente, busco lo que más amaba y lo uso en su contra, para que eso mismo destruyera lo que otro que mas amaba también. Observo a todos aquellos que vivieron aventuras con el joven entrenador, sus amigos de viaje, aquellos por quienes él dio la vida. Quienes ahora mismo sin misericordia mataban a sus compañeros Pokémon, eso lo mataría a él también, acabaría con sus sueños, metas, esperanzas, buscaría escapar de los horribles recuerdos que viviría este día, y si todo resultaba como se planeo, su mente se quebraría causando que buscara la forma de opacar o anular su dolor. Y la más factible era culminando él mismo con su vida.

Giovanni sonrió ampliamente y soltó una horrible carcajada seca que resonó por el ambiente ¿Quién diría que con simples amenazas y algo de dinero podrías hacer que una persona hiciera lo que él deseara? Todo había sido un éxito. Aunque claro, algunos eran más renuentes a cooperar, por lo tanto un pequeño chantaje ayudaba a que recapacitara su decisión. Ventajas de poseer informantes y datos confidenciales que ninguno de los presente deseaba que expusieran al publico general

Mientras que la única persona del poblado que había logrado huir. Aun mantenía la fija mirada puesta en su ahora masacrado hogar. Aquel lugar donde creció hasta su edad de 10 años, donde obtuvo a su primer y mejor amigo. Donde el volver de cada aventura realizada le hacia sonreír por regresar y ver a su sonriente madre.

Ash kétchum, miraba su pueblo cayendo en la destrucción, mientras era llevado por su único Pokémon vivo, Charizard, quien acatando la orden de Pikachu, lo tomo y se lo llevo lejos. El pokemon ratón sabía que su fuerza actual no sería suficiente para hacer frente a los enemigos que buscaban su muerte, por esa razón busco entre los objetos de Ash algo que el ratón jamás pensó usar y que ahora debía hacerlo aunque no lo deseara. Toco la piedra de un singular color amarillo y un rayo en el interior para que su cuerpo brillara, y en vez de la pequeña rata amarilla, ahora era un poderoso Raichu. Solo para lograr generar el tiempo suficiente. Miro por última vez a su mejor amigo humano, aquel quien se sacrifico por él tanta veces sin pensarlo. Con una simple "Rai" el pokemon eléctrico dijo adiós a su fiel compañero, para ver al enemigo frente su ser, una jauría de Pokémon de distintos tipos y razas. Con todas sus fuerzas redujo increíblemente ese gran número a unos pocos demostrando así porque se consideraba el más poderoso de los Pokémon de Ash. Pero la fuerza tiene sus límites y el roedor Pokémon ya no podía mas, lo último que vio fue una poderosa luz que se dirigía a su cuerpo, tres poderosos Hiperrayos que iban con la finalidad de acabar matando al Pokémon eléctrico.

Raichu sonrió levemente, sabiendo que este era su final. Y lo último que pasó por su mente en aquel instante, fue la sonrisa de su entrenador, mientras una lagrima solitaria descendía por su mejilla. Al final, había caído con sus amigos, con los ojos de Ash observando todo aquella película de horror. Lo último que vio el entrenador fue a su poderoso Infernape siendo atravesado por el Drapion de quien fue su rival en Sinnon, Paul. Luego su vista se fue alejando de todo, hasta no ver nada más debido a las nubes que nublaban la escena, sus ojos inertes carentes de vida aun no apartaban la vista de su pueblo que había desaparecido hace mucho ya de su vista. Mientras que su poderoso tipo fuego lloraba con frustración, alejándose más de ese lugar con el único y simple propósito de proteger a su entrenador.

En la zona donde era palpable el sufrimiento, se podía observar algo que seguro te rompería el corazón, y te hará maldecir a los causantes de esta obra sanguinaria. Vemos una pobre Bayleef que sin patas trasera, con sus hojas caída, falta de una de sus antenas y sin un ojo, con muchos cortes profundos en su cuerpo; se arrastraba como podía dejando un camino carmesí debido a las heridas que seguían expulsado el líquido vital. Ella solo quería estar con su entrenador, su amigo, con aquel chico del cual ella se había enamorado a pesar de que era un humano. Las lágrimas que se juntaban con la sangre daban una escena desgarradora mientras levemente chillaba esperanzada de verle llegar y salvarle del martirio que estaba pasando. Repentinamente fue tomada del cuello por un Pokémon, ella lo miro, su único ojo mostraba tanto dolor y sufrimiento, tanta agonía, quería a su amado entrenador. Quería que le abrazara y susurrara que todo estaría bien. Su único ojo observo al cielo nocturno una última vez.

La cabeza de la Pokémon planta cayó a un lado de su cuerpo, mientras que el Pokémon sonreía con malicia lamiendo sus ensangrentadas garras, feliz de haber culminando la agonía de aquella Pokémon, aunque tuvo el placer de violarla antes de darle su muerte. Giovanni inspecciono el lugar detenidamente. No quedo nadie vivo, excepto una masacre morbosa y sacada de una cruel pesadilla. Los demás habitantes habían sido reducidos a nada antes para evitar problemas después. Aunque hubiese disfrutado culminar la vida del entrometido Ketchum, pero estaba seguro que el joven no aguantaría tal sufrimiento.

— Buen trabajo — hablo el líder mirando a los ex amigos de Ash, quienes algunos tenían una mirada seria, otros de arrepentimiento por las acciones que habían realizado, pero que no poseían la opción de evitarlo, y otros, increíblemente, poseían sonrisas de satisfacción — Les daré su paga luego, vuelvan a sus hogares, aquí nada paso — explico el líder para subirse a su helicóptero privado y partir de aquel lugar.

Todos los presentes subieron a un helicóptero para huir del sitio. Una de las naves que estaba ahí soltó una bola metálica que cayó en picada y justamente sobre un pobre Tauros sin cabeza, la bola empezó a brillar y una luz blanca se hizo presente nublando completamente todo Pueblo Paleta. Luego de que la luz cesara, todo rastro del lugar humilde de Kanton había desaparecido. Solo quedando un inmenso cráter en su lugar. Mientras los causantes de aquello se desvanecían en sus aves de acero en la noche.


— "¿Qué han hecho…?" —

Una voz grave y seria de algún ser en alguna parte del universo, resonó, quien había presencio todo lo que había pasado al entrenador de Kanto.

— "¿Por qué lo hicieron?" —

Seguía "hablando" el ser lanzando preguntas al aire sin nadie que las conteste a sus dudas.

— "Han cometido un error grave…" —

La voz de aquel ser sonaba ahora furiosa, sonaba llena de odio, de rencor. Unos ojos brillantes se apreciaron en una oscura que impedía la visibilidad de aquella criatura.

— "Pagaran caro…no importa quién o quienes, todos pagaran caro" —

Su ira iba creciendo, y no era el único, en ciertas zonas del mundo, algunos Pokémon de poder abrumador empezaban a despertar, con una inmensa ira y dolor en sus corazones, ellos sentían que algo había pasado, algo que había afectado a una persona especial para ellos. Alguien que sin esperar nada a cambio, expuso su vida a innumerables peligros por ellos. Esa persona había sufrido de forma inmensa, y muchos de ellos, quienes se juraron estar siempre en deuda con él, sentían la intensa ira en sus corazones. Estaban dispuestos a ir al lado de esa persona y hacer pagar de maneras atroces, a quienes le causaron tal terrible daño.


En cierta isla, unas hermosas piedras con colores distintos; siendo una amarilla, otra roja y otra azul, empezaron a brillar con fuerza hasta el punto que seguramente se apreciaría su luz, incluso desde lejos de la isla. Cuando el brillo finalizo, las tres hermosa joyas se destruyeron dejando simples trozos de cristales. Tres potente chillidos resonaron por todos lados de cada una de las tres islas.

De la primera, un intenso rayo cayó sobre esta y una figura lentamente ascendía cubierta de electricidad. Aquella criatura despejo la electricidad revelando un ave de tono amarillo. De la otra, una columna de fuego surgió, nuevamente una figura se mostro en el interior de esta, hasta que el torbellino de fuego se disipo mostrando una hermosa ave de fuego. En la última, un torbellino de escarcha se formo para que otra figura se mostrase en el interior de esta. Aquel fenómeno natural culmino desapareciendo revelando otra hermosa ave de tono azulado.

De forma inesperada, un remolido gigantesco de agua empezó a formarse en el medio de las tres islas, unos ojos azulados se vieron, el remolido se destruyo mostrando al guardián de los mares, Lugia. Este miro a las tres aves y ellas a él, los cuatro asintieron y empezaron a volar en una cierta dirección.

En la pequeña isla de turismo cercana a esas tres islas, se podían ver familias pasar el rato, amigos divirtiéndose, todo era relajación y fiesta. Hasta que una niña vio a unas cosas acercándose, parecían cuatro aves, ella capto la atención de su madre y esta vino para ver porque el alboroto de su hija. Se sorprendió de sobre manera al ver las tres aves legendarias más al guardián Lugia acercarse a donde estaban ellos. Las demás personas se sorprendieron también y empezaron a tomar fotos emocionados de ver tales poderosas criaturas de leyenda. La niña volteo feliz al ver a su madre, esta le sonreía igualmente, la madre miro nuevamente a las aves. Su cara cambio de felicidad a horror, al ver como el Pokémon alado de fuego se preparo para arrojar un ataque.

Una poderosa llamarada salió del pico del ave de fuego, la niña y su madre solo vieron esa llamarada calcinar a muchas personas cercanas. La madre horrorizada tomo a su pequeña y empezó a correr seguido de una multitud igual de aterrada. Pero aquellos cuatro seres legendarios no permitirán que ninguno huyera. Moltres sobrevolaba junto con sus hermanos alados por la isla, arrojando ataques devastadores de fuego quemando a muchas personas. Zapdos realizaba poderosos ataques eléctricos causando diversas explosiones, y Articuno congelaba a todo ser vivo y con un simple golpe de sus alas culminaba con destruir los cuerpos helados. Ningún ser vivo escapaba de los ataques de aquellos legendarios, incluidos Pokémon.

Los pocos sobrevivientes al sorpresivo ataque intentaba huir por sus vidas, las tres aves alzaron vuelo y miraron como Lugia, con sus ojos azules, miraba la pequeña isla. Alzo vuelvo también y los que tuvieron valor, o mejor dicho, los que no podían moverse por el miedo, vieron una gigantesca ola que iba directo a donde estaban ellos. La madre con su niña en brazos aun, miraba con pánico aquella inmensa ola. Lo último que hizo fue abrazar a su pequeña con fuerza mientras lloraba, esperando el inevitable destino. Aquel inmenso Tsunami culmino tragando por completo la isla y a todo habitante que siguiera en ella.

Los cuatro legendarios tomaron un rumbo desconocido después de haber realizado aquella sorpresiva y destructiva acción. Definitivamente habían causado una catástrofe. Mientras que en la isla, ahora debajo del mar, en un pequeño templo ahora destruido, aun quedaba en pie un altar de piedra donde estaba escrita la profecía del elegido, esta empezó a brillar y más palabras se apreciaron de manera inesperada.

"Elegido, si logras dominar la bestia de los mares
Dominaras también las bestias que reinan
Sobre el cielo y la tierra,
Sobre las estrellas y galaxias,
Sobre el tiempo y espacio,
¡Elegido! Si por nuestras manos caes en las sombras,
Perdónanos, porque tú fuerza
nos llevara a la paz eterna,
O nos llevara a nuestra destrucción."


Mientras que en otro lado, Charizard había aterrizado en un lugar aparentemente seguro, una zona donde podían descansar un momento para proseguir con su huida, miro a su entrenador y lo que vio fue terrible. Un Ash quien no asimilaba nada de lo ocurrido, sus manos llenas de sangre por intentar salvar a su madre de una muerte horrible. Sus ojos antes llenos de vida, inertes como si su alma hubiese sido arrebatada. Ese chico ahora mismo estaba más muerto que vivo.

El Pokémon fuego se acerco y abrió sus alas alrededor de Ash, a su vez, colocando su cola de llama para darle calor a su entrenador Él también estaba destrozado, jamás pensó que algo así ocurriría, era cierto que su entrenador era alguien quien se metía en muchos problemas y mas con organizaciones peligrosas, pero jamás pensó que la peor de todas fuera a cobrar venganza, y más de la forma en que lo hicieron. Destruyendo el corazón de su amigo. Sus ojos seguían soltando dolorosas lágrimas al recordar como Pikachu tuvo que forzadamente evolucionar para darle tiempo a él y Ash de huir, y lo último que le dijo lo recordaría por siempre.

"— Protege a nuestro Ash, amigo mío, cuídalo mucho, estoy seguro que sufrirá de ahora en adelante, capaz, su noble y puro corazón se destruya y caiga en la oscuridad, pero…no lo dejes solo…no lo dejes solo…quédate con él siempre, incluso si te ordena a realizar actos terribles, quédate a su lado…como él seguía al lado nuestro cuando incluso lo lastimábamos…por favor…protégelo…amigo mío…Y jamás le abandones, como él nunca nos abandono a nosotros —"

Esas fueron las últimas palabras que el Pokemon roedor le dio antes de arrojarse a la batalla y una muerte segura. Charizard estaba más que consciente que de ahora en adelante las cosas serian terribles para el entrenador, no tenía a nadie en este mundo. Simplemente sus "amigos" lo traicionaron de la peor manera posible. Brock, quien en el último momento se arrepintió y se unió para defender a los seres queridos de Ash, murió a causa de los Pokemon de Misty. Unos cuantos amigos de Ash no soportaron ver tal cosa eh intentaron remediar todo cambiando de bando, pero murieron terriblemente junto con sus compañeros. Los que quedaron sin remordimiento alguno, mataron a todos los demás.

Charizard escucho un sonoro llanto cerca suyo, miro al joven Ash gritar fuertemente de agonía y frustración, sujetaba su cara y soltaba alaridos con mayor fuerza dejando escapar todo el sufrimiento que poseía, pero era en vano, ya que era una inmensa cantidad. Charizard abrazo a su amigo y lloro junto con él. Lloro con su entrenador. Esa noche, una fuerte y triste lluvia había caído, con cada grito doloroso que Ash daba, un poderoso rayo caía, y si escuchabas con atención, jurarías que el chillido de dolor una cosa, unas, sonaba junto a ese rayo.

El mundo que no está consciente a lo que un hombre había hecho, tristemente, pagaría igual por aquel acto cruel de ese sujeto, después de todo existe un dicho que cita "Por uno, pagan todos". Y ese terrible acto daría inicio a la época más oscura del mundo. A la época más sanguinaria de todas, donde la sangre de los culpables e inocentes, seria derramada. Después de todo, aquellas personas habían causado el nacimiento…

Del elegido de la destrucción.