Disclaimer: No soy Jotaká, no soy Warner. Inherentemente Harry Potter no me pertenece. Lástima.
Este fic participa en la "Dransy Week" del foro La Madriguera.
Prompt: Desayuno.
Pansy ese día se despertó tarde, gracias a que se había quedado tarde hablando con Daphne y Tracy, así que se levantó a volandas y se vistió, duchó y arregló en menos de cinco minutos, o eso creía ella.
Para cuando bajo al Gran Comedor ya casi no habían estudiantes, unos tres hufflepuffs, cinco ravenclaws y dos gryffindors, cuando dirigió la mirada a su mesa pudo sentir sus ánimos decayendo.
Casi desde que había comenzado el curso Draco la esperaba todas las mañanas en el Gran Comedor para desayunar juntos, pero hoy era estúpidamente tarde y, aunque la morena tenía esperanzas, el rubio, obviamente, ya se había marchado.
Lanzando un bufido se acerca a la mesa verde y se sirve una empanada de calabaza con un poco de té de limón.
―Llegaste tarde.
Pansy se sobresalta, haciendo que el té caiga sobre ella, y voltea encontrado esa familiar cara de fastidio frente a ella.
―Me esperaste―susurra tomando una servilleta y limpiándose la falda.
―Claro que lo hice, Parkinson, y llegaste tarde―bufa Draco viéndola mal.
Pero, no importaba que Draco no estuviera de los mejores ánimos, la había esperado y eso era todo un detalle de parte del rubio, así que una sonrisa se mantuvo en su cara toda la mañana.
El final del primer trimestre se acercaba y con ello las vacaciones de navidad, Pansy estaba preocupada acerca de cómo iba a hacer ahora en las mañanas.
Llámenla idiota, llámenla dependiente, pero la morena ya se había acostumbrado a la presencia de Draco todas las mañanas. A sus sonrisas discretas, a esa media cara de somnolencia, a sus comentarios vagos y a su buenos días acompañados de un beso en la frente.
Sí, Pansy se había acostumbrado al trato cordial del rubio.
Y ahora las estúpidas vacaciones navideñas amenazaban con romper ese bello momento del día.
Tampoco era que a la morena le hiciera ilusión ir a su casa, últimamente la Mansión Parkinson era ocupada por los interminables sollozos de su madre.
No, Pansy no quería oír a su madre llorando por su padre, no quería escuchar las quejas hacía su aspecto, no quería someterse a un castigo.
Pero debía, porque no podía quedarse en Hogwarts.
Algo irónico, si le preguntaban, al inicio le daba igual el colegio, pero ahora pagaría por quedarse siempre en él.
De todos modos se le hacía tarde y Pansy bajó de su cuarto a la Sala Común.
―Pansy―la saludo Draco acercándose a ella y dejándole un beso en la frente.
Desde hace pocos días ese era el saludo del rubio y Pansy no cabía en su felicidad.
―Hola, Draco. ¿Cómo dormiste?
―Bien.
Y ambas serpientes salieron de la Sala Común hacia el Gran Comedor.
El tiempo que llevaba conociendo al rubio le permitía saber que quería decirle algo, lo notaba en sus manos inquietas y en las muchas miradas que le lanzaba. Así que, naturalmente, cuando se sentaron en su mesa Pansy fue directa al punto.
― ¿Te pasa algo, Draco?
El rubio la mira nervioso y Pansy ladea una sonrisa asombrada (Draco Malfoy nunca estaba nervioso).
―Yo me preguntaba si quisieras pasar estas vacaciones de navidad conmigo.
Toda expresión abandona la cara de la morena.
― ¿Pasar las vacaciones de navidad… contigo? ―Murmura incrédula.
―Sí―Draco se aclara la garganta de manera incómoda―. Aunque si no quieres…
Pansy ríe fuertemente, el rubio, sin saber, había solucionado su problema.
―Claro que me encantaría, Draco.
¡Hola, hola!
N° de palabras: 569.
Primera vez que escribo Dransy, así que no sé qué tan mal me salió esto.
Sin embargo, espero les guste :)
Amaly B.