Sombra de Titanes - 01

La perfección es algo a lo que muchos aspiran… Pero pocos se dan cuenta que eso es una meta imposible de alcanzar.

La batalla contra Shinnok era una de las más duras que el Tarkatan-Alíen había enfrentado en su lucha fuera del mundo exterior, prueba de ella eran las múltiples heridas que el poderoso hechicero había hecho sobre el cuerpo del Xenomorfo, quien a pesar de sus heridas no redujo ni un poco sus habilidades de combate.

El Alíen necesitaba eliminar todas las amenazas que significaran un peligro para la colmena, y eso incluía sobre todas las cosas aquellos seres que presentaban una amenaza para su futura reina, quien no tenía que ser molestada en su etapa de evolución para alcanzar el estado máximo en la colmena.

Por ello el Alíen tomo como su tarea personal eliminar a este supuesto "dios" y reducirlo a una masa sangrienta, y aun que muchos guerreros excepcionales lo enfrentaron en su camino, él logro salir victorioso gracias a la colmena.

Para cualquier otra de sus hermanas había sido una tarea imposible siquiera pasar del primer enemigo, y lo admitía, estas criaturas eran fuertes y hábiles, algo que pocos podían enfrentar incluso entre los suyos.

Pero él era completamente diferente a cualquier otro de su especie que allá existido, no solo era su complexión más robusta y humanoide, la cual era más que perfecta para las brutales peleas que libro en este mundo, sino que también el poseía una inteligencia superior a cualquier otro ser vivo.

No por nada logro derrotar a grandes maestros del combate cuerpo a cuerpo gracias a sus enormes reflejos e inteligencia que le permitían aprender muy fácilmente los movimientos de sus adversarios, incluso si estos usaban magia para atacarlo.

Poco pudieron hacer estas criaturas mientras el Alíen desmembraba cada parte de su cuerpo, rompiendo incontables huesos o atravesaba su carne como mantequilla. Simplemente fue subestimado y sus enemigos pagaron el precio.

Muchos intentaron escapar de este cruel destino que los esperaba, pero todos sus intentos fueron en vano y pronto terminaron sirviendo como incubadoras para la colmena, expandiéndose cada día más y más.

Quien tuvo una minúscula oportunidad de salvarse fue Ermac, quien en un desesperado intento por destruir al Xenomorfo lo envolvió con cientos de almas para destruirlo desde dentro, pero estas no surgieron el efecto deseado y sin saberlo le dio la oportunidad al Alíen para vencer al dios Shinnok quien ahora se encontraba en su lecho de muerte justo a los pies del Alíen, casi sin esperanza alguna de salvación.

El Alíen se acercó al moribundo cuerpo de Shinnok y una furia incalculable que se disponía a rematarlo.

Skeeeeeerrr – El Alíen soltó su característico chillido para intimidar a su víctima, quien aduras penas podía mover a causa de sus heridas.

Shinnok solo tosió mucha sangre antes de mirar con horror al Xenomofo que se acercaba para acabar con su miserable vida. No le quedaba nada con que defenderse salvo por su magia pero ya no le quedaba mucha, aun así él la aprovecharía. Casi en un susurro empezó a entonar un hechizo para poder absorber la energía de la tierra misma y convertirse en un verdadero demonio para acabar con esta criatura, todo iba bien hasta que Shinnok sintió un horrible dolor en el su torso.

Al bajar la mirada vio con horror como una de las lanzas del Monstruo había atravesado su pecho y de paso destruido su preciado amuleto.

No… No puede acabar asi… – Comenzó a convulsionarse y algunas lágrimas escaparon de sus ojos – Yo… soy… un dios…

Shinnok tuvo un par de convulsiones más antes de que el Alíen se abalanzara hacia él para comenzara a devorar su cara y destrozar el resto de su cuerpo, dejando atrás nada más que un bulto irreconocible de carne.

Sus hermanas y él rugieron en victoria al derrotar la única amenaza para su futura reina.

El Tarkatan-Alien miro su trabajo y sintió lo más parecido a la satisfacción. Él estaba dispuesto a marcharse para continuar con su misión y extender la colmena por todo el mundo, pero una misteriosa energía mágica lo rodeo por completo junto con sus hermanas presentes, elevándolos en el aire e inmovilizándolos por completo

Al notarlo mejor él se dio cuenta que esta energía salía de aquel amuleto destrozado que estaba junto a su reciente presa, el cual estaba extrayendo energía de aquel manantial azul de este extraño templo.

El Xenomorfo intento desesperadamente salir de su prisión, pero fue en vano y lentamente sintió como esta energía lo envolvió totalmente para cubrir su cuerpo

Sus hermanas rugían para intentar intimidar la magia que los rodeaba, pero de nada servía esto y lentamente sentían como su cuerpo comenzaba a desaparecer. De un segundo a otro todos se desvanecieron la faz de este mundo para nunca volver a ser vistos otra vez.

Tal como debió ser desde el principio.

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En un bosque cercano a un rio una extraña sensación de terror comenzó a extenderse por todo el ambiente. Los animales dejaron de moverse por completo y enfocaron su mirada en una dirección hacia única en el bosque, donde una fuerte ventisca apareció de la nada.

En pocos segundos en medio del aire un orbe verde apareció y una serie de relámpagos comenzó llover de la nada, destruyendo o quemando cualquier cosa que tuviera contacto con estos. Una espesa niebla surgió de aquel orbe en el aire y con un estruendoso sonido, varios Monstruos cayeron de la nada en el pasto de este lugar.

Pero el extraño fenómeno no se detuvo en absoluto, ya que este continuo de igual manera por mucho segundos más antes de que en el orbe comenzara a materializarse una criatura que comenzó a adsorber toda la energía mágica que había en el entorno, de la cual incluso se llegaron a escuchar lamentos de almas en pena. Una vez que toda la magia se concentró en un mismo punto finalmente el Tarkatan-Alíen apareció junto con un enorme rugido que espanto a todo animal presente en el bosque.

La respiración del Xenomorfo era muy pesada y su cuerpo se sentía terriblemente tenso, mucho más que en su reciente pelea, por lo cual tuvo que apoyarse en sus cuatro extremidades para no caer al suelo. Él se calmó a los pocos minutos y el bienestar llego pronto a su cuerpo… pero algo no estaba bien y lo sabía.

Claramente tenía algo extraño, ya que se sentía de una manera diferente… como se de repente no estuviera deseos de… exterminar lo que lo rodeaba. Lo sentía con claridad, su rabia e ira desaparecieran de repente y no dejaran más que una criatura confundida que no comprendía que le había pasado.

Procedió a mirar todo a su alrededor para ver a sus hermanas, los cuales se encontraban inconscientes y con los pequeños incendios que se extendían a su alrededor. Pero lo que en verdad le preocupo fue no logro sentir su conexión con toda la colmena… solo podía sentir a las que estaban presentes.

Sin perder tiempo él Xenomorfo comprobó el estado de sus hermanas, confirmando que ninguna de ella corría peligro, pero no podía bajar la guardia en el lugar, a pesar de no sentir o ver ninguna amenaza próxima, él debía estudiar su entorno.

Pero por alguna extraña razón comenzó a apreciar la naturaleza que lo rodeaba. Extraño, nunca había prestado atención a los pequeños detalles de su entorno a menos que fuera necesario para un combate o para realizar una emboscada, pero ahora los más pequeños detalles que había pasado por alto en su limitada vida cobraban cierta… magnificencia.

Comenzó a analizar cuidadosamente cada detalle de los árboles que lo rodeaban, las plantas que creían a su alrededor al igual que las pequeñas flores que brotaban por todo el campo y que desprendían un dulce aroma, el cual no disminuyo a pesar del ligero humo que le rodeaba (producto de los pequeños incendios que se estaban sofocando)

El Alíen comenzó a frotar su palma en el pasto que pisaba y experimento cuidadosamente cada rose de esta planta vital para el mundo, después procedió a clavar sus garras en el suelo y levantar un puño de tierra y pasto sintiendo como las raíces y la tierra se deslizaban por la palma de su mano, después procedió a tirar esto y dejar que un olor a césped podado lo inundara.

Poniendo más atención a su entorno escuchaba el danzar de las hojas con el viento y el lejano cantar de las aves que aún quedaban en el bosque, también escucho el ruido constante del agua en movimiento y comenzó a avanzar hacia esa dirección. A los pocos segundos encontró un rio que causaba ese relajante sonido. Él decido acercarse a la orilla y se sentó para ver como el agua hacia todo su recorrido hasta un destino incierto.

El Alíen miro su reflejo en esta corriente y comenzó a contemplarse a sí mismo. La tonalidad de su piel, su forma exo-esquelética, los enormes dientes que desgarraron la carne de sus enemigos y su liza y alargada cabeza. El Alíen contemplo su reflejo por un tiempo indeterminado hasta que su cola atravesó el agua de una forma segadora para empalar a un pescado que paso muy cerca de la orilla.

El pez se sacudía violentamente mientras era sacado del agua, este se retorcía de dolor en un intento de volver al agua y librarse de su agresor. El Xenomorfo solo contemplo como esta criatura intentaba desesperadamente librarse de él mientras que con mucho detalle observo como la sangre comenzó a escurrir por su cola, manchándola una vez más con ese líquido carmesí.

Al final dejo caer el cuerpo del pez una vez más a la corriente solo para que a los pocos segundos una ave lo recogiera con un hábil movimiento. Pero su vista se enfocó en el cauce del rio por varios minutos, contemplando todo lo que le permitía su vista, la cual ahora era muy clara y nada nítida. Tal cual percibían el mundo los humanos… pero con la característica superioridad de su especie.

¡Tum!... ¡Tum!... ¡Tum!... ¡Tum!...

La tierra comenzó a temblar ligeramente al igual que el agua, el Xenomorfo curioso por esto comenzó a ver a su alrededor y grande fue su sorpresa al ver algo que desafiaba todo lo que había visto hasta ahora.

Saliendo del bosque, y destrozando algunos árboles pequeños a su paso, un gigante de 15 metros de altura se hizo presente. Tenía un rostro carente de todo tipo de emociones y con una mirada totalmente perdida, su cuerpo estaba totalmente desnudo y su piel tenía un extraño patrón. Por un momento pensó que era un humano, pero eso no era posible dado su complexión y disforme cuerpo.

Este gigante siguió su camino como si nada y el Alíen solo lo siguió con su mirada. No encontraba una amenaza directa de esa cosa, así que lo dejo pasar. No sentía ninguna clase de amenaza hacia la colmena, así que lo dejo pasar.

Pero mirando atentamente se dio cuenta que a la lejanía muchos más de estos seres se veían vagando por el lugar, avanzando en una misma dirección hacia un destino incierto. El Xenomorfo no sabía que pensar de esta situación pero era mejor despertar a los demás.

Y algo no le gusto de esta situación, ya que podía sentir un leve poder en cada uno de sus hermanas.

Magia; como la conocían los humanos contra los que había luchado.

El Alíen miro sus manos, sintiendo un extraño poder dentro de su cuerpo que seguramente le causa ese extraño comportamiento, pero no había tiempo de pensar en esas cosas. Lo importante era expandir la colmena, por lo que tendrían que encontrar un lugar ideal para establecerse.

El Tarkatan-Alien y sus hermanas exploraron sus alrededores durante varios días en busca de un sitio para quedarse, pero al no encontraron nada ideal para la colmena decidieron moverse a otro lugar, además la presencia de los Gigantes era muy molesto para ellos.

Pero algo que lo tomo desprevenidos fue cuando se toparon por accidente de frente con varios de esos gigantes, lo cual dio lugar a un enfrentamiento inesperado donde varios Xenomorphos resultaron devorados.

Aun después de derrotarlos el Tarkanan-Alíen no entiende por qué solo se enfocaron en unas cuantos de sus hermanas, los cuales si mal no recuerda fueron engendrados por un humano… no puede ser solo una coincidencia.

Lo que quedaba de la Colmena decidió continuar avanzando hacia donde se dirigían estos gigantes, evitándolos lo mejor que podían para no entrar en peleas innecesarias.

Así continuaron unos cuantos días hasta que vieron con más claridad hacia donde se dirigían todos ellos.

A la lejanía vieron una enorme construcción que no parecía tener fin, su tamaño era algo sorprendente al igual que su diseño. El Alíen no sabía que los humanos podían levantar montañas ya que dudaba que algo de semejante tamaño no podría ser otra cosa.

Ahora que recordaba, seguramente de ahí salieron ese pequeño grupo de humanos con los que se toparon accidentalmente hace algunos días, desgraciadamente sola la hembra del grupo logro impregnar a una de sus hermanas, los machos no sirvieron de nada así que dejaron a su suerte los que aun Vivian. Otro punto negativo era que la Pretoriana ya no estaba en condiciones de seguir engendrando más embriones, por lo tendrían que esperar un tiempo antes expandir la colmena.

El Alíen miro el cielo y se dio cuenta de que muy pronto oscurecería, por lo que decidió apresurar el paso y ver que había del otro lado de estas murallas. Tal vez un sitio cómodo para establecerse.

Llegaron a las murallas justo cuando el sol se estaba poniendo y el cielo se tornaba de un tono anaranjado. Ellos treparon por las murallas, al adherirse a las paredes como cualquiera de su especie, para llegar a la cima y ver que había del otro lado. Evitaron la parte donde se reunieron más Gigantes, donde parecía estar una puerta que daba acceso al interior de este lugar. Y también a la lejanía, antes de llegar a la cima, pudo ver a un grupo grande de esas cosas se dirigía hacia aquí, con uno de ellos más adelantado que los otros.

Una vez en lo más alto de las murallas vieron del otro lado toda una ciudad rodeada completamente por muros. Cientos de casas se veían desde esa altura y miles de personas se movían libremente por las calles, haciendo todo tipo de actividades individualmente sin preocuparse por quienes estaban a su alrededor.

El Alíen nunca logro entender porque actuaban así, ¿Por qué a los humanos les gustaba hacer todo por su cuenta?

Desde el momento en el que una hermana nace sabe que necesita vivir y trabajar para la colmena. La colmena era seguridad, prosperidad y paz. Cada uno de ellos trabajaba duramente toda su vida para que la colmena prosperara y su especie sobreviva, pero los humanos eran completamente diferentes a ellos, solo peleando por ellos mismos y abandonando a los que se quedaron atrás.

Él decidió no pensar más en ello y continuar con su camino para atravesar finalmente este muro, aun necesitaban un lugar para establecerse.

De repente el Alíen sintió una oleada eléctrica por todo su cuerpo, lo cual le hizo estar muy alerta.

¡SKRAAAAAAAARRRK! – El fuerte sonido de un relámpago acompañado con una terrible sacudida de tierra hizo a las hermanas del Alíen caerse en sus posiciones, exceptuándolo a él.

Cada uno se puso de pie sin dificultades salvo por la pretoriana, quien no parecía estar bien en ningún sentido, el Tarkatan-Alien podía sentir su dolor por el enlace que compartían pero su mirada se enfocó en una enorme palma que transpiraba una gran cantidad de vapor y reposaba sobre el muro, aplastando y cuarteando la muralla con una gran presión.

De un momento a otro este ser hizo mostrar su rostro sobre el muro, el cual fue sobrepasado sin problemas. No tardó mucho en escucharse el pánico en la ciudad, la cual empeoro a niveles peligrosos cuando la puerta de la muralla estallo y mando a valor cientos de toneladas de escombros que cayeron hacia la ciudad, aplastando casas y personas por igual.

Los Xenomorfos miraron todo el espectáculo sin ningún tipo de emoción, podían escuchar e inclusive ver la desesperación de las personas que intentaban huir de la ciudad, ya que todos sabían que un peligro muy tangible venia por ellos. Por otra parte el Xenomorfo no le quito la vista al Titan Colosal, quien le dio una fija mirada a él y a sus hermanas antes de caer arrodilla bajo la muralla.

Los gigantes no tardaron mucho en entrar por la enorme brecha que causo ese coloso y cientos de gritos comenzaron a escucharse por toda la ciudad cuando esas cosas comenzaron a abrirse paso por todos lados. Él Alíen miro rápidamente todo el panorama y como los humanos huían desesperadamente de estos gigantes.

Ahora que lo pensaba tenía que ver un poco más de cerca a los humanos y a estos gigantes para saber en dónde se estaba metiendo y que papel jugaban esas cosas en todo esto. Así que el decidió que necesitaba respuestas respecto al sitio donde se encontraban y que mejor manera de conseguirlas que buscarlas frente a frente.

Ordeno a sus hermanas seguir adelante y llevar a la pretoriana a un lugar seguro para que se recupere, mientras que el miraría de cerca lo que pasaba en esta ciudad que se convertiría en una carnicería.

Todos tomaron rumbos diferentes para abarcar el mayor territorio posible y buscar un lugar ideal para establecerse. Tenían que ver que había dentro de estas murallas mientras los humanos estaban más preocupados corriendo por sus vidas.

El Tarkata-Alien no duro ni un minuto en esa ciudad antes de ver como varios eran devorados por estos gigantes, algo que despertó en él una muy incómoda sensación que difícilmente podía describir. Demonios, era como si tuviera alguna clase de nausea junto con una rabia en su interior, ya de por si odiaba a esas cosas por devorar a unas de sus hermanas y ver que solo comían a posibles anfitriones sin alguna clase de objetivo claro solo le hacían enfurecerse aún más. Algo nuevo que estaba experimentando, claro está.

En todo momento evito a las multitudes mientras avanzaba por las sombras en la ciudad, siendo sigiloso en todo momento. Mientras avanzo contemplo como lo único que hacían los humanos era correr llenos de miedo sin importar a quien dejaran atrás.

Le recordaba mucho cuando los humanos entraron en guerra con los demonios, donde inmediatamente miles huían despavoridos por sus vidas y unos cuantos con trajes negros decidieron enfrentar la amenaza. No entendía por que unos corrían y otros luchaban.

En todo este caos noto a dos pequeños jóvenes corrían en dirección contraria a todos los demás, justo hacia los Gigantes. Curioso por este compartimiento decidió seguirlos por el techo de las casas para saber a dónde se dirigían. Los dos pequeños continuaron avanzando por las calles y vieron de reojo el caos que había causado el Titan Colosal, pero decidieron ignorarlo y se dirigieron directamente a una casa que había sido aplastada por una enorme roca.

Al ver su vivienda destrozada los dos niños les invadió el miedo inmediatamente y fue todavía peor cuando vieron a una mujer que aduras penas sobresalía de los escombros de la casa destrozada.

¡MAMÁ! – El chico grito desesperado al ver a su madre aplastada por el resto de su casa – ¡MAMÁ!

Eren nunca había sentido tanto miedo su vida, jamás había experimentado una sensación como esta. Frente a él y aplastado por su viejo hogar se encontraba su madre, quien estaba atrapada por los escombros cuando intento salir de su hogar y lo peor es que no se veía alguna posibilidad de escape.

¡Rápido Mikasa, agarra ese lado! ¡Tenemos que mover este pilar! – Sin esperar nada más los dos pequeños dieron toda su fuerza para mover el enorme pilar, sin resultado alguno.

¡TUM!... !TUM!... !TUM!

Ambos voltearon a un costado y vieron a los temibles enemigos de la humanidad; los Titanes, quienes recorrían las calles de su amada ciudad y sobresalían sobre todas las estructuras de Shiganshina. Las cenizas comenzaron a inundar el aire producto de las decenas de incendios que se propagaban por toda la ciudad. Y para empeorar aún más las cosas un titán se dirigía hacia su posición.

Eren miraba con horror como ese maldito monstruo hacia su camino hacia ellos, por lo que no podían perder más el tiempo

¡Date prisa Mikasa!

Ya lo sé – Respondió su hermana adoptiva.

Carla Jaeger a pesar no ver nada sabía que los titanes se acercaban a ellos, podía sentir los temblores constantes por todo el lugar, lo cual significaba la llegada de estos horribles monstruos. El miedo también se estaba apoderando de ella, pero lo suprimió lo mejor que pudo antes de que sus ojos comenzaron a temblar.

Los titanes se acercan… – Carla miro a los dos seres que más amaba en esta vida – Eren, toma a Mikasa y huyan de aquí. ¡Dense prisa!

¡Yo también quiero huir! – Hizo mucho más esfuerzo para levantar el pilar, ignorando los cortes de sus manos y las astillas clavadas en su piel – ¡Date prisa y sal de ahí!

Mis piernas fueron aplastadas por los escombros – Le dolía decir esas palabras, pero sus hijos tenían que salir de aquí, ellos no se merecían este destino – No podre correr aun que salga… ¿Lo entiendes? – Los ojos se Eren se abrieron con mucho más horror mientras los de ella derramaron más lágrimas.

¡Te sacara de ahí y huiremos! – Grito en enojo ante lo que decía su madre.

¡¿Por qué no puedes escuchar lo que te digo por una vez?! – Carla reprendió entre lágrimas a su hijo, desesperada por que ambos salieran de ahí – ¡Por favor escúchame! ¡Solo una última vez! – Mikasa agacho la cabeza entre lágrimas – ¡Mikasa!

No… ¡No! – Mikasa no quería renunciar a su familia. No los quería volver a perder

A este paso los tres seremos… – Carla no continuo al ver un rostro familiar que se acercaba hacia ellos. Y por un momento pensó que sus hijos serian salvados, pero Hannes quería derrotar al Titán para salvarlos… algo que no podía lograr.

Carla derramo más lágrimas al pensar que este era el final para todos, no quería ni imaginar que esos monstruos se acercaran a sus hijos, por lo que les dio una mirada para rogarles que se fueran de este infierno, pero la expresión de sus rostros le dejo en claro que no lo harían. Ella quería buscar en los alrededores a alguien más que los ayudara y salvara sus vidas…

Se arrepintió cuando noto una figura justo detrás de sus hijos

Ella se congelo totalmente ante lo que sus ojos captaron… frente a ella un extraño ser estaba observándolos a una distancia considerablemente corta.

Carla miro con horror aquel demonio estaba demasiado cerca de sus hijos y ellos estaban tan distraídos que no notaron su presencia. Esa cosa parecía ser la muerte misma debido al inmenso color negro que cubría todo su cuerpo exo-esquelético, el cual contaba extraños patrones que recorrían cada fibra de su ser y reflejaba los rayos del sol que aun iluminaban todo el caos a su alrededor... La criatura tenía una cola que terminaba en una peligrosa lanza y varios afilados colmillos de varias pulgadas de grosor que escurrían una gran cantidad de baba debido a la ausencia de los labios. No tenía alguna clase de ojos pero ella sabía que los "miraba" fijamente.

El ser demoniaco miro rápido, pero cuidadosamente a los pequeños y a la mujer atrapada. Los niños estaban demasiado ocupados intentando liberar a su madre que ellos seguían sin darse cuenta del peligro a sus espaldas y Carla estaba congelada ante lo que veía.

Después de lo que parecían ser siglos el Alíen decidió avanzar hacia la mujer petrificada, quien al ver que se acercaba a su posición intento asustar a la bestia.

¡Aléjate de nosotros! – Carla grito en desesperación y lágrimas – ¡No te acerques a mis hijos! ¡No te les acerques! – Nada de lo que decía funcionaba – Eren, Mikasa. Huyan por favor – Suplico a sus pequeños.

Ambos niños miraron como su madre entro rápidamente en pánico, y antes de que pensaran en preguntar qué pasaba una serie de garras pasó entre ellos y tomo el pilar que intentaban levantar.

Carla cerro los ojos y espero lo peor para ella, pero en cambio sintió como el peso que tenía encima desapareció, y este fue acompañado por el sonido de escombros que caían a su alrededor.

Eren y Mikasa se apartaron de la bestia de inmediato al verla, ya que su sola presencia los asusto más de lo que ya estaban, por lo que no pudieron hacer nada salvo mirar como esa cosa se acercó a su madre.

Nadie hizo nada cuando su alargada cola envolvió a Carla por el torso con rapidez para sacar a la pobre mujer de entre los escombros, soltando después el pilar donde antes se encontraba la mujer y hacer un gran estruendo debido al peso de la estructura.

La criatura coloco a Carla sobre la pared de tras de él, y tanto Eren como Mikasa dejaron a un lado su asombro y miedo para correr rápidamente hacia su madre y abrazarla lo más fuerte que les permitió sus cuerpos, ignoraron por un momento a la criatura que los "observaba" al igual que todo el caos que pasaba a su alrededor.

Después de un par de segundos Carla se dispuso a ver a la criatura que simplemente se quedó parado de una forma erguida a unos metros de ellos, observándolos en todo momento. No parecía tener intenciones de hacer otra cosa más que observarlos y aun que agradecía que la haya sacado de ahí todo era inútil al final. Aun así decidió abrazar más fuerte a sus hijos e intento apartarlos de esa cosa.

¡Carla! – Hanner llego corriendo hacia ellos, con la intención de salvar a sus hijos – ¿Te lograron sacar de ahí? Pero como…- No importa hay que salir de aquí antes de que…—Hannes sea detuvo en seco al ver a la monstruosidad que estaba a pocos metros de Carla y sus hijos. Nunca había visto nada igual en su vida por lo que pensó que estaba intentando atacar a Carla. Hannes deslizo cuidadosamente sus manos hasta sus espadas y se preparó para desenfundarlas.

¡TUM! – Cada uno de ellos fueron privados del sol por la enorme figura de un titán con una sonrisa retorcida en su rostro, el cual no dejaba mostrar sus enormes dientes y dejaba en claro donde iban a terminar los pobres humanos que se toparon con él.

Cada uno se congelo de miedo cuando el Titan enfoco su mirada en Carla y sus hijos, después este procedió a inclinarse y extender sus manos para tomar a cualquiera de ellos. Hannes maldijo por perder tanto tiempo y aun que el miedo lo dominaba por completo les daría tiempo a Eren y Mikasa para salir de aquí

¡SKRAAAAAAAAAAAAAAAAAAARRRRRRRRRR! – Los presentes se asustaron y apartaron en gran medida al escuchar un rugido salido desde las mismas fauces del infierno, causando diferentes niveles de miedo en cada uno de ellos.

El Xenomorfo soltó un potente rugido en señal de desafío hacia esta espantosa criatura que le hacía enfurecer, a lo cual el Titán enfoco toda su atención solamente hacia él.

De igual manera el Titán extendió su brazo hacia el Alíen, causando que este sacara sus dos armas principales. A continuación el íen trepo por el brazo del Titán a una increíble velocidad y con un gran salto alcanzo su rostro clavo ambas lanzas en sus ojos. El Titán al no esperarse esto se tambaleo por un momento antes de caer de espaldas hacia el suelo, aplastando una casa en el proceso.

El Alíen continuo atacando su rostro con todo el arsenal con el que contaba, desfigurando la cara del Titán hasta el punto de lo irreconocible. La sangre salpicaba por todos lados al igual que trozos de carnes, los cuales a los pocos segundos comenzó a evaporarse e inundar el ambiente con una espesa neblina.

Carla y compañía miraron con completo asombro y miedo como esa criatura estaba atacando de una manera brutal a aquel Titán que los amenazaba y ahora ese monstruo tenía a otro sobre su cara y no podía extender sus brazos para quitarse al bicho de su rostro.

Hannes fue el primero en reaccionar y rápidamente corrió hacia Carla para levantarla del suelo y cargarla entre sus brazos.

¡Eren, Mikasa! – Ambos niños salieron de su asombro y miraron a Hannes quien les hablo de una manera firme – ¡Muévanse y no se separen de mí por nada del mundo! Tenemos que llegar a la puerta lo más rápido posible ¡¿Entendido?! – Ambos niños asintieron con la cabeza y comenzaron a seguir al adulto.

Todos corrieron lo más rápido que le permitieron sus piernas para alegarse de la zona del peligro, pero Eren y Mikasa dieron un último vistazo hacia atrás para ver la silueta de aquella criatura que aún estaba atacando al Titán en un ataque de ira. Por ultimo este ser soltó un potente rugido al cielo antes de desaparecer entre las casas de la ciudad. Ver esta escena despertó diferentes emociones en todos ellos, sobre todo en Eren, quien por primera vez vio una luz de esperanza ante esta desesperada situación que sufría la humanidad.

El Alíen dejo de atacar el irreconocible rostro del Titán y vio con rabia como todas las heridas de su rostro comenzaron a regenerarse lentamente para su mala suerte. El maldijo internamente por esto, parecía que no podía acabar con esta cosa por si solo como pensó en un inicio y para colmo parecía que los humanos habían huido del lugar. Bueno, eso ya no importaba.

Después de un potente rugido el rápidamente salió de la humeante cara del Titán y comenzó a recorrer sigilosamente por las calles de la ciudad una vez más.

Después de unos minutos comenzó a escuchar explosiones a lo lejos, curioso por esto se dirigió a donde todos los humanos habían evacuado y miro a la lejanía extraños artefactos que disparaban enormes balas de hierro a los gigantes, cañones si no se equivocaba, pero se extrañó que la mayoría de los proyectiles solo golpeaban los edificios que estaban junto a los gigantes…

Raro, ya que por lo que recordaba los humanos tenían una puntería endiablada con sus armas, si no fuera por sus reflejos y su resistente piel habría muerto hace mucho tiempo por las armas humanas. De repente una palabra salió de su boca.

–"Débiles…" – Tan rápido como esa palabra salió él se sostuvo la cabeza. ¿Por qué diablos estaba actuando de esa forma?... Incluso no recordaba cuando había siquiera formado una oración antes y ahora todo esto le estaba pasando.

Tampoco entendió cómo sabia todos estos términos, miro a su alrededor y él reconoció inmediatamente el nombre y uso de casi todos objetos que percibió su mirada. Eso no era ni remotamente posible… esa maldita magia en verdad que le estaba afectando.

¡TUM! ¡TUM! ¡TUM!

Sus pensamientos fueron cortados al sentir el ligero temblor de la tierra y el constante sonido de pisadas que hacían eco en la ciudad, y estas no dejaron de resonar en varios segundos. Curioso por esto el Xenomorfo miro al final de la calle que llegaba hasta el portón, donde el causante de este alboroto no tardó en hacerse presente.

Un gigante más fornido que cualquier otro se hizo presente a varias decenas de metros del portón de la ciudad. Este gigante tenía alguna clase de piel gruesa que cubría casi todo su cuerpo y era acompañado de una cabellera plateada con unos ojos brillantes sin pupila. El gigante miro fijamente el portón de la ciudad antes de encorvarse ligeramente para extender sus piernas y brazos.

Con una gran fuerza comenzó una carrera hacia el portón, levantando cientos de escombros del suelo y arraso con lo que se atravesara en su camino, ni siquiera las balas de cañón redujeron su velocidad un poco. Las personas no pudieron hacer nada más que correr despavoridos del lugar con la esperanza de escapar de su inminente destino.

El Gigante no tardó mucho en impactar la puerta y destrozarla limpiamente, aplastando o mandando a volar a cualquier que no se quitó de su camino.

El Xenomorfo trepo por la pared y se asomo a un costado de la brecha causada por el Titán Blindado, quien después de sacar una estela de vapor por su boca se dio vuelta y regreso a la entrada del muro, pateando a unos cuantos titanes que se le acercaron.

El Tarkatan Alíen trepo por una tercera parte del muro y miro desde las altura al Titán Blindado, quien volvió a ingresar a la ciudad para después correr un muro y escalarlo, donde dos pequeñas figuras lo estaban esperando.

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Bertholdt espero pacientemente a su compañero Reiner para poder salir seguros de lo alto de la muralla. No tardaría mucho tiempo para que la gran mayoría de Titanes los alcanzara y bloquearán cualquier tipo de ruta de escape, donde se verían obligados a comenzar una dura pelea donde difícilmente podrían salir victoriosos

Entre sus brazos se encontraba una muy exhausta Annie, quien debido al uso extremo de sus habilidades no podría transformarse por lo menos en un día. Mientras miraba como su compañero subía el muro el contemplo la ciudad era destruida por los titanes puros.

La verdad se sentía mal por todo lo que vio y escucho desde ahí arriba, pero no podían hacer nada por los demonios de esta isla. Este era un castigo menor por todo lo que habían hecho en el pasado.

Una vez que Reiner los alcanzo tomo a ambos con cuidado entre sus brazos y comenzó a llevarlos al otro extremo del muro, donde con mucho cuidado se deslizo por el muro y aterrizo sin muchas dificultades al otro lado.

Suspiro aliviado ante lo bien que salió la primera fase de la misión así que decidió dar una última mirada al muro para contemplar su diseño y reflexionar sobre lo que había dentro de estos, pero cuando se encontró con una pequeña mancha en este mismo su cuerpo se congelo ante lo que observo. Berthold noto su reacción y de igual forma siguió su mirada.

Justo arriba de ellos, un extraño ser tan negro como la noche los miraba fijamente. Esta criatura se encontraba a solo unos 15 metros de Reiner y no dejaba de gotear una inmensa cantidad de saliva que escurría entre sus afilados y enormes dientes que claramente desgarrarían sin problema a cualquier ser vivo. Su apariencia era muy tétrica y les recordaba ligeramente a un esqueleto debido a lo pegado que estaba su piel a sus huesos.

La criatura abrió ligeramente su boca y por un momento Bertholdt juro ver otra mandíbula dentro de sus fauces. La criatura parecía molesta y esto se confirmó al soltar un chillido que les envió ligeros escalofríos que recorrieron todo su cuerpo.

Skeeeeeeeeeerrr – Después de soltar su amenaza la bestia se dio vuelta y comenzó a trepar el muro rápidamente para que a los pocos segundos se perdiera de vista.

Ambos Cambiantes miraron por unos segundos más la cima del muro, pero Bertholdt fue el primero en salir de su asombro. Sea lo que sea esa cosa tenían que cuidarse de ella por si había más, era peligroso y su sola apariencia lo confirmaba.

¡CRACK!

El sonido seco de algo rompiéndose callo en los oídos de Berthold, quien volteo a mirar a su compañero Rainer quien apretaba los dientes con tanta fuerza que logro romperlos. Esto lo preocupo un poco, y eso lo reflejaba claramente su rostro que mostraba sorpresa ante lo que veía.

–"En verdad son Demonios" – Reiner pensó mientras miraba con furia la cima de la muralla, donde ese enviado del diablo se ocultó – "Malditos traidores…" – Apretó más sus dientes – "¡Yo me encargare de eliminarlos a todos ustedes!" – Y lo haría, por la promesa que le hizo a su familia y a su pueblo. No dejaría que estas abominaciones siguieran rondando por este mundo.

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Él Xenomorfo decidió alcanzar a sus hermanos para reanudar la búsqueda de la colmena. Ya había visto más que suficiente en esa ciudad como para regresar a su grupo, sin mencionar que ahora solo esos gigantes rondaban por los alrededores.

La colmena continúo vagando por el interior del muro Marie unos cuantos días antes de por fin encontrar una pequeña red de cuevas escondidas cerca de un bosque con grandes árboles que fácilmente llegaban a los 30 o 40 metros de altitud. Parecía que la cueva estaba cerca de un asentamiento humano, y eso explicaría los extraños productos de consumo humano que encontraron ocultos en dicho lugar, los cuales no tenían ningún uso para ellos, pero decidieron conservarlos por si alguna vez alguien deseaba volver por ellos y así obtener mas huéspedes.

Sus hermanas comenzaron la construcción en la parte más profunda de dicha red de túneles para que la futura colmena tuviera un lugar adecuado para expandirse sin problemas. Comenzaron a llenar las paredes con la resina que producían sus cuerpos para que esta se endureciera y creara esa capa cálida que produciría nutrientes para los recién nacidos y que en muchas ocasiones mantenían retenidos a sus presas.

En pocos días la colmena estaba lista, por lo que él y sus hermanas se dieron en la tarea de captura a tanta vida animal como les fue posible, para que así el pretoriano pudiera impregnarlos con embriones y que más cabezas se sumaran a sus filas. Desgraciadamente nada de eso ocurrió.

Todos los animales capturados no fueron anfitriones adecuados para los embriones, quienes no se desarrollaron ni un poco dentro de los cuerpos de estos animales. Eso no podía estar pasando, su especie podía infectar a todo tipo de vida orgánica que fuera lo suficiente mente grande para llevar a un embrión, pero ahora simplemente nada funcionaba y los futuros guerreros morían dentro de los animales.

Lo peor de todo fue que la Pretoriana no lograba su cometido para convertirse en Reina, no importara cuantas veces lo intentaran nunca lograba alcanzar su estado Máximo de evolución, era muy frustrante ya que ella era la única que podía alcanzar esa etapa debido a que tenían demasiadas características y código genético de sus huéspedes como para siquiera ser posible alcanzar el estado pretoriano.

Lo malo de todo esto es que solo unas cuantas podían alcanzar ese estado máximo de evolución. Ellas eran las que nacieron de un cuerpo humano y debido a la compatibilidad de ambas especies tenían los genes más puros del enjambre. Pero la magia que tenían e sus sistemas no permitía que alcanzaran la cúspide de la colmena.

Y eso solo eran un par de problemas que encontraron, ya que a la colmena sentía el dolor de su hermana Pretoriana que tenía estados graves de salud, por lo que no podía salir de la colmena y en algunos casos no podía moverse.

Había demasiado tiempo libre para estas criaturas sin la necesidad de la caza, por lo que el Tarkatan-Alíen ordeno que exploraran el interior de la muralla en la que se encontraban, mientras que él se dedicó a explorar el interior de las otras dos murallas, donde se encontraban los humanos.

Así estuvieron varios meses, donde sus los esbirros bajo su mando se dedicaron a buscar hasta en el más mínimo rincón de la muralla para ver sitios que pudieran despertar cierto interés para la colmena.

De igual forma él Tarkata observo los asentamientos o ciudades humanas para averiguar un poco más sobre estos seres. En realidad no tenía nada que aprender de ellos, pero por alguna razón disfrutaba ver sus comportamientos, desde los niños que jugaban en las calles hasta los herreros o agricultores que realizaban sus trabajos día a día. De igual forma dentro de esas murallas existía una gran cantidad de conflicto, donde en muchas ocasiones llevaron a grandes peleas o saqueos por parte de las personas que parecían sufrir de hambruna.

Aunque el disfruto ligeramente estas batallas se quedó decepcionado por su forma de pelea, la cual solo consistía en usar armas de melee o debes en cuando en peleas mano a mano donde dejaban en claro que no sabían combatir.

Incluso ahora estaba observando una pelea entre un grupo de adultos que luchaban por un costal de comida, quienes solo lanzaban golpes sin pensar, con el único objetivo de dañar lo más rápido a su oponente y vencerlo, sin ni siquiera hacer el mas mínimo esfuerzo para evitar los golpes recibidos. Era muy decepcionante.

De hecho él aún recuerda cuando lucho contra esa humana con piel oscura que le destrozo varias costillas… o aquel otro con gafas oscuras que le rompió la mandíbula, o aquel otro que le rompió su columna vertebral… Ahora que lo pensaba bien, parecía que no había hueso que no fue roto por sus peleas en el los otros mundos donde vivio.

Y demonios, sí que fueron grandes luchas donde tu vida literalmente dependía del resultado. De cierta forma extrañaría eso, ya que aquí claramente ni un solo individuo sabia como defenderse y el aun esperaba encontrar un oponente que este a la altura de aquellos humanos que lo pusieron en grandes aprietos en sus combates…

Así que solo observaría hasta que tenga suerte y aparezca alguien digno de un combate.

Después de ver y analizar la forma de subsistir de los humanos, el Alíen simplemente se enfocó en buscar lugares que le podrían servir en un futuro a la colmena. No había mucho que ver en el exterior, pero dentro de la muralla principal había un lugar que podría convertirse en un paraíso para la colmena; Una ciudad subterránea.

El lugar era mucho más que perfecto para ellos y el simple hecho de estar habitado de humanos que cometían homicidios día a día era mejor, así no sospecharían cuando tomen a unos cuantos para sus futuras hermanas… eso lo habría hecho sin dudar, pero en el estado en el que se encontraban ahora la Pretoriana… no serviría para nada hacerlo ahora.

La Pretoriana estaba en un estado de salud grave y solo podía producir embriones cuando no carecía de energía, y si no podían expandirse entonces no había necesidad de cazar a mas presas, ya que estas incluso morirían antes de siquiera poder tener a un embrión dentro de ellos.

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Poco más de un año los Xenomorfos habían explorado todos los rincones de las 3 murallas, en su mayoría el Tarkatan se encargó solo o acompañado de explorar todos los rincones de las murallas habitadas por los humanos.

Por lo menos él ahora tenía una nueva clase de "pasa tiempo" ya que el Alíen comenzó a disfrutar de las pequeñas cosas que adornaban sus alrededores, incluyendo las más insignificantes. Era algo que solo él de toda la colmena podía disfrutar y aun que esto lo desanimaba un poco, no perdía el gusto por eso.

Muchas veces en las noches disfrutaba de ver los hermosos paisajes nocturnos que ofrecía la naturaleza, desarrollando un gusto por esta misma debido a la armonía en la que trabajaba.

Lo que más disfrutaba de esto era ver el panorama de aquellos paisajes con los que se encontraba; bellas vistas acompañadas con la luz de la luna o del Sol, el reflejo de los lagos que iluminaban la vegetación a su alrededor, las flores y sus extraños aromas al igual que la brisa del viento en su cuerpo.

Tanto había cambiado en este tiempo y aunque en un principio no quería este cambio, al final lo acepto con gusto. De cierta forma era grato poder vivir sin tanta rabia acumulada en su ser, y en verdad esperaba no ser el último de su especia en experimentar esto.

Unos días después y de una manera completamente ilógica miles de humanos salieron de los muros, directamente hacia su muerte.

La mayoría de ellos parecían completamente aterrados de la situación en la que se encontraban, y a pesar de estar armados con las características cuchillas de sus soldados de los exploradores, casi todos estaban vestido de civiles y tampoco tenían medio de transporte, solo sus piernas para avanzar por las enormes llanuras.

Los Xenomorfos los siguieron desde lejos y miraron como todo este ejército se disponía a dirigirse hacia donde estaban los titanes. Quienes en poco tiempo lograron alcanzarlos, dando inicio a una masacre sin precedentes.

En poco tiempo los gritos de desesperación se oyeron por todos lados y el suelo se pintó completamente de rojo. Miembros caían por montones de las bocas de los gigantes y muy pocos humanos lograban derribar a estas abominaciones, pero era más que imposible lograr siquiera inclinar un poco la abalanza en su favor.

Los humanos morían por decenas y los titanes no paraban de llegar ante la enorme cantidad de humanos reunidos en un solo lugar. Muchos grupos intentaron escapar de esta pesadilla, pero la mayoría fallo en el intento.

Los Xenomorfos solo miraron a la distancia toda esta masacre, sin sentir ni una sola pisca de emoción en sus cuerpos a excepción del Tarkatan quien miro con furia a esas abominaciones.

Pero ante ellos se presentó una oportunidad como ninguna otra. Ya que cientos y cientos de humanos comenzaron a correr hacia el bosque donde se encontraba su refugio. Y era una oportunidad que definidamente no dejarían escapar.

Ordenando hasta el último miembro de la colmena, los Xenomorfos comenzaron a trazar caminos que conducían a la red de túneles donde habitaban, aprovechando su miedo y sus deseos por vivir no fue muy difícil llevarlos a donde querían.

Para cuando finalizo el día lograron capturar alrededor de 2500 humanos, de los cuales poco menos de la mitad eran mujeres. Los hombres simplemente fueron asesinados y los que lograron salir fueron devorados por los grandes. Las hembras fueron apresadas en las paredes de la cueva y puestas a dormir, esperando el momento para ser impregnadas.

La Pretoriana había esperado un momento como este, donde en sola tanda daría vida a cientos más de sus hijos… aun que eso signifique un duro golpe a su frágil cuerpo.

Mientras los esbirros ayudaban a la Pretoriana, él Tarkatan decidió explorar los alrededores y ver lo que sucedió en esta masacre, y tal como se esperaba los humanos fueron derrotados brutalmente por los Titanes. Pero bueno, al menos lograron capturar a un gran número de estos para expander sus números.

Ahora el tendrá que limpiar el bosque de estos malditos Titanes, y por lo menos se alegraba de que la magia que lo contaminaba tenia usos muy variados que le ayudaron. Ya sea desde aumentar su fuerza, mejorar su agilidad o incluso aumentar la distancia de sus saltos de manera casi ridícula.

Gano poder, pero no se sentía muy a gusto con él.

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Algunos meses después.

Ilse Langnar ya no sabía qué hacer ante esta terrible situación, estaba esperanzada de poder llegar a la muralla sin la necesidad de toparse con un Titán en el camino hacia los muros. Logro hacer esto por 2 días consecutivos donde milagrosamente logro evitar a estos Monstruos devora hombres, pero ahora estaba frente a frente con la muerte, quien la miraba con grandes ojos azules y unos enormes dientes amarillentos. Podía sentir y escuchar su tétrica respiración que era igual a la de una bestia en frenesí.

Ella solo podía contemplar con completo terror al Titán que aún no acababa con su vida, por lo que aprovecho su valioso tiempo para anotar lo que estaba sucediendo. Sus lágrimas no dejaban de descender mientras tomaba todas las notas que podía del Titán mientras escribía sus últimas palabras para aquel que tenga la fortuna de encontrar sus notas y le dieran a entender a sus padres que no tenían la culpa por esto.

Estaba a punto de cerrar los ojos para no ver su cruel destino, pero unas palabras lograron esfumar casi por completo su miedo.

Gen-te dé Y-mir… – Ilse miro sorprendida al titán mientras tomaba las notas de lo que sucedía –Ymir-sama. Saludos – El Titán tomo una pose de respeto hacia ella.

Ilse tomaba sus notas sin necesidad de ver su libreta, intentando procesar lo que estaba viendo frente a sus ojos intentando encontrar algo que distinguiera a este Titán del resto. Después procedió a limpiarse unas de sus mejillas para intentar entablar comunicación.

¿Qué… son ustedes? – Una pregunta que toda la humanidad dentro de los muros se cuestionó por más de un siglo. Pero el Titán solo comenzó a temblar ligeramente sin perder su posición –¿De dónde vienen? – Le pregunto por su origen, pero el Titan claramente no iba a responder – ¿Por qué… nos devoran? – El Titán se llevó ambas manos a los ojos y enterró sus uñas bajo estos. Ilse se desesperó profundamente y comenzó a gritarle al Titan para exigir respuestas –¡¿Por qué nos comen?! – Extendió sus brazos furiosa – ¡Ustedes no necesitan comer para existir! ¡¿Por qué?! ¡¿Por qué hacen esto?! ¡Ustedes son solo trozos de carne sin sentido! ¡DESAPRARESCAN DE ESTE MUNDO!

Cuando el Titán alzo finalmente la cara para mirarla Ilse se dio cuenta de que sus uñas estaban tan enterradas en su piel que estaba siendo desgarrada a tirones. El Titán estaba intentando alzar más la cabeza pero el mismo se estaba reteniendo, causando más derrame de sangre, y los gemidos de desesperación que emitía solo empeoro las cosas.

¿Qué pasa? –Ilse dio un paso atrás para alejarse, solo para darse cuenta de que el árbol la detenía. El Titán comenzó a gemir de una manera más fuerte y de igual forma comenzó a desgarrar aun más su piel, causando que chorros de sangre cayeran por montón.

Ella no estaba dispuesta a correr más riesgos y comenzó una carrera para salir del bosque a toda velocidad sin mirar atrás. Pocos segundos pasaron y antes de que se diera cuenta el Titán estaba justo detrás de ella, solo volteo por un segundo para mirar con horror como el brazo del Titán la había atrapado por fin.

¡NOOOOOOO! – Entre lágrimas grito al ver la cara de la bestia que se disponía a ponerle fin a su vida.

Sintió como la ponía en su boca y después llego una ligera presión sobre su cabeza.

¡Me atrapo! Su boca es grande. Muchos dientes sin filo. Su aliento apesta, pero no tiene suficiente fuerza. Estaré pronto en su estómago. Mama, Papa perdónenme, no fue mi intención preocuparlos así. Solo deseaba hacer la diferencia, que se sintieran orgullosos de su hija, perdónenme por ser tan egoísta.

Entre muchas otras palabras eran las que escribía desesperadamente en su cuaderno. Mientras gritaba todo en voz alta, sus lágrimas y la desesperación nublaban su juicio que incluso no se dio cuenta que pasó más de 30 segundos en la boca del Titán sin que nada más pasara.

Cuando por fin se percató de ello dejo de escribir y noto que la boca del Titán lentamente comenzó a abrirse. Y antes de que se preguntara que estaba pasando, la mitad superior de la cabeza salió volando por los aires, para que su cuerpo callera al suelo sin resistencia alguna.

Ilse aterrizo dolorosamente, lastimándose una de sus piernas y dejando caer su libro a un costado. Aunque aún estaba llorando por la experiencia más traumática que allá sufrido en su vida, ella miro con sorpresa el cuerpo del titán, y la mitad superior de su cabeza que se encontraba a varios metros del cuerpo. Por un momento pensó que alguien del cuerpo de exploración la había encontrado, pero ella se petrifico al instante al mirar al ser que estaba parada junto a ella.

No podía creerlo, no sabía si su cabeza le estaba jugando alguna mala broma o en verdad tenía la peor suerte del mundo. Ahora parecía que un demonio surgido de la oscuridad misma había aparecido para terminar el trabajo del Titán. Su cuerpo era muy extraño por las marcas casi esqueléticas en este, tenía enormes garras en sus manos junto con enormes y afilados colmillos que seguramente la devorarían sin control.

La criatura se sacudió algo de baba que escurría entre sus dedos y después comenzó a avanzar hacia el Titán que estaba tambaleándose en el suelo, este se subió en su espalda y desplego dos tipos de lanzas que surgieron de sus antebrazos con un fuerte chasquido. La criatura alzo ambas lanzas y con un corte fino se deshizo de la nuca del Titán, quien se detuvo por completo mientras su cuerpo comenzaba a deshacerse.

Este ser entonces bajo del Titán y camino casi de una forma humana hacia el árbol que estaba rodeado de este campo de flores. Luego procedió a mirar por varios segundos lo que parecía ser un hueco que se encontraba en el árbol, el cual parecía tener alguna clase de resina negra cubriéndolo.

Ilse Langnar no sabía describir lo que veían sus ojos, pero eso no importaba ahora ya que tenía la oportunidad de salir de este lugar. Ella se colocó de pie con la intención de correr de este sitio, pero tan pronto dio un paso con su pie derecho ella cayó al suelo con un grito de dolor. Lo único que le faltaba, su tobillo estaba roto.

Ella entonces escucho un gruñido y vio como esa criatura se acercó a una gran velocidad hacia ella en cuatro patas. Desesperada comenzó a retroceder sin levantarse del suelo, pero en poco tiempo la bestia cerro la distancia entre los dos y la "miro" fijamente, mientras escuchaba su furiosa respiración.

¡Aléjate! ¡Aléjate! – Gritaba desesperadamente mientras intentaba alejarse de la criatura, pero esta clavo su cola justo a sus espaldas, impidiendo que se moviera más. Sus ojos se volvieron a llenar de terror y las lágrimas no hicieron esperar – Mama… por favor sálvame. Por favor sálvame – Ella enterró su rostro entre sus piernas y tomo una posición fetal, con la esperanza de protegerse.

Así permaneció casi por un minuto hasta que sintió algo cálido en su mejilla. Al principio se asustó demasiado pero después esta sensación se convirtió en una caricia muy leve en su mejilla, y cuando se dio cuenta el dolor que sentía en la cabeza había desaparecido.

Ella se armó de suficiente valor y alzo la cabeza para ver que sucedió y grande fue su sorpresa al ver a la criatura sentada junto a ella mientras ojeaba su libreta de notas. Estaba a punto de tomar la oportunidad para escapar pero disipo esa idea al ver que su cola está rodeándola. Sin ninguna oportunidad ella solo se limitó a observar a esta criatura, quien se estaba tomando su tiempo para ver lo que estaba escrito en la libreta.

Después de contemplarlo unos minutos Ilse se dio cuenta de que era una criatura inteligente, no porque veía sus notas con cierto interés, sino por la forma en la que su cuerpo se expresaba, pareciendo más una persona. Por un momento le llego esa idea estúpida otra vez por la cabeza, pero como no tenía escapatoria decidió hablar.

Di-disculpa… ¿que eres tú? – Pregunto con dificultad. Después un miedo la invadió cuando la criatura la volteo a mirarla y rápidamente se dio cuenta que no había algo como ojos en su rostro. Ella trago con dificultad al verlo cara a cara, pero se decidió armarse de valor para seguir hablando – ¿Po-por qué mataste a ese Titán? – Señalo a lo poco que quedaba del Titán – Porque mataste al Titán – La criatura volteo a ver lo que quedo de su reciente víctima.

T-Ti-Titán – Como si su boca estuviera amordazada, la palabra salió con dificultad.

Ilse por su parte abrió los ojos con gran asombro, un poco esperanzada al pensar que esta criatura era inteligente. Tal vez si ese era el caso podía escapar de esta cosa sin la necesidad de pelear.

Po-por favor déjame ir. Tengo una familia que necesito ver – La criatura la miro nuevamente, y ladeo la cabeza – Solo quiero ir a casa con mis padres – Sus ojos comenzaron a humedecerse – ¡Por favor déjame ir! ¡Are cualquier cosa que me pidas! ¡Pero déjame ver a mis padres una vez más! – Sus esperanzas se disipaban lentamente mientras no recibía respuesta – Te lo suplico… por favor.

Go…menasai, watashi wa… rikai shite imasen – Ilse se congelo al verlo hablar de una manera más fluida (1). No entendió nada de lo que dijo pero claramente eran palabras las que salieron de su boca y no un montón de sonidos sin sentido – ¿Nanite iu… ndesu ka? – Volvió a hablar de forma extraña, y un click hizo en la mente de Ilse, quien recordó en sus viejas clases que los humanos antes estaban dispersados por todo el mundo y cada uno vivía de formas muy diferentes, tanto así que tenían diferentes dialectos. Tal vez este era su caso.

Lo lamento, no sé lo que estás diciendo – Ella respondió, mientras se limpiaba las lágrimas de su rostro – Tu tampoco logras entenderme ¿verdad? – Ella se señaló así misma – Entiendes lo que digo – hizo algunas señas con su mano para dar a entender su mensaje. La criatura miro todos sus movimientos y después negó con la cabeza. Ilse bajo la cabeza un poco decepcionada, parecía que esto no las llevaría a nada.

Así permanecieron varios segundos hasta que el Alíen toco ligeramente su pie para llamar su atención. Le mostro su libro con anotaciones, después procedió a tocar su pecho con dos de sus dedos, después toco la libreta para rodear lo escrito y por último se tocó la "boca" a sí mismo. Repitió la acción varias veces para que el mensaje quedara captado.

¿Quieres que te enseñe a entenderlo? – Su expresión de Ilse lo dijo todo, y la criatura pareció saberlo ya que esta sintió con la cabeza.

Ella quería decir rotundamente que no, por lo que intento ponerse de pie para enfatizar su rechazo pero solo grito de dolor cuando sintió un terrible dolor en su tobillo, la cual le hizo caer al suelo una vez más. Esto era malo, no podía ni siquiera caminar con esa fractura, por lo que llegar a la muralla se era algo imposible.

Todo empeoro al recordar que estaba en el territorio de los Titanes, ya que sintió ligeros temblores en el suelo. Un miedo la volvió a invadir al recordar que estuvo a pocos segundos se ser devorada y que su cabeza se rompiera como una simple Nuez. Por lo menos nada de eso paso ya que la cabeza del Titán salió volando permitiendo que ella viviera un día más.

Ahora que lo pensaba, esa criatura le había salvado la vida. Ilse lo miro algo nerviosa y admitía que le causaba mucho miedo, pero lejos de ello él le había salvado la vida ya que claramente dividió la cabeza del titán en dos para después rematarlo cuando ella estaba a punto de morir. Y por lo visto no tenía intenciones de lastimarla… al menos por ahora.

No tenía otra opción por más que lo pensase, escapar en su estado actual era imposible, ni siquiera podía intentar esconderse si se encontraba con un Titán y mucho menos tratar de huir de él, aunque no le gustaba admitir ella había sido derrotada.

Bueno, al menos aún había algo de esperanza. La idea era tonta pero quizás podía tener una oportunidad de volver a casa si cooperaba con esta criatura, después de todo parecía ser inteligente y si ambos lograban comunicarse entonces podría pedirle que la llevara a casa.

Así que Ilse tomo una profunda bocanada de aire y después con un suspiro miro un poco más decidida a la criatura para después asentir con la cabeza ante la propuesta que había hecho, después de todo ella tenía mucho que ganar y sinceramente poco que perder.

Si. Yo te enseñare – El Xenomorfo contrajo ligeramente parte de su boca, dándole lo más parecido a una sonrisa, o al menos lo mejor que su rostro podía hacer.

Bueno, parecía que Ilse ahora tenía que acostumbrarse a su presencia y aceptar en lo que se había metido; ser una maestra para un Demonio… Si… Sonaba increíblemente estúpido y descabellado pero mientras siga viva no le importaba ser tachada de loca, pero… ya era considerada una loca por el hecho de unirse a la Legión de Reconocimiento.

Ella solo esperaba no tener pesadillas con él, ya tenía más que suficiente con esa experiencia traumatizante con el Titán y la verdad esperaba no sufrir algo similar con esta criatura. Pero por si acaso rezo a las diosas de las murallas para que la protegieran de aquí en adelante.

Ella intento nuevamente ponerse de pie, pero tenía dificultades. Cuando se dio cuenta la criatura había extendido su mano y la sostuvo del brazo para que no hiciera tanta fuerza al levantarse. Ilse no se opuso a la ayuda y agradeció en un susurro.

El Alíen miro el estado de Ilse y procedió a darle la espalda, después procedió a rodear su cintura con su cola y la cargo para colocarla sobre su espalda, él Alíen uso su cola para mantenerla en su espalda, aunque ella se sintió un poco incomoda por los tubos de su espalda, sus piernas descansaran adecuadamente gracias a que igualmente estaban sostenidas por la cola de la criatura.

Por lo menos su piel era muy lisa y cálida al tacto, aún que era un poco incómodo sentirla debido a que parecía estar tocando un esqueleto, pero le restó importancia eso. Solo relajo todo su cuerpo y decidió descansar un poco, con la esperanza de despertar finalmente de esta pesadilla.

Bueno… él Alíen no había esperado llegar a esta extraña situación. Había sido una semana muy difícil para él y sus hermanas, ya que la Pretoriana finalmente había sucumbido ante su enfermedad y había fallecido, dándole un duro golpe a su familia. Era algo que inevitablemente sucedería, solo que no sabían cuando ocurriría.

Todos en la colmena lamentaron sus pérdidas y el Alíen mostro lo más parecido al respeto para un difunto y llevo el cuerpo de su hermana aun lugar para que pudiera descansar en paz. Por suerte muy cerca de la colmena estaba ese campo de flores en medio del bosque, el cual era una verdadera belleza de la naturaleza.

El hermoso campo de flores era rodeado por toda una serie de árboles gigantes que solo dejaban entrar los rayos del sol que necesitaban esas plantas y el árbol más grande estaba justo en el centro del campo de flores, y mejor aún era el enorme hueco que tenía este.

Justo en el hueco de este gran árbol guardo el cuerpo de su hermana y lo sello con algo de resina para que ella no fuera encontrada por los animales del bosque. Su cuerpo permanecería décadas ahí adentro antes de siquiera empezar a descomponerse pero pensó que su lugar de descanso debía estar rodeado de vida, ya que gracias a ella su familia logro crecer aún más.

Por esa razón se enfureció al ver un Titán en la tumba de su hermana, por lo que no dudo en eliminarlo… pero no se esperó encontrar a una humana tampoco en este lugar. En un principio simplemente observo desde una corta distancia lo que sucedía y escucho atentamente aquel extraño dialecto el cual hablaba la humana y admitía que también se sintió curioso al ver hablar al Titán.

En un principio evito que la Humana fuera devorada para llevarla a la colmena… pero sin un Pretoriano o una reina de nada les servía capturar más huéspedes… así que matarla sería lo mejor, pero cambio de parecer al ver su libreta de notas a la cual le dio una rebuscada revisión.

Algunos términos se le hicieron ligeramente familiar pero en si era todo un dialecto nuevo que aprender, y si quería deambular y conocer más sobre el lugar donde se encontraba, entonces no estaría demás aprender este nuevo idioma. Además seguramente le ayudara más en su pasatiempo.

Hace unos meses él había aprendido a hablar el idioma que principalmente hablaban los humanos con los que había combatido, después de todo la información estaba ya en su cabeza por alguna extraña razón, así que solo necesitaba aprender a usarla.

En un inicio fue muy complicado por el hecho de no contar con los labios, pero gracias a su mandíbula retráctil logro articular las palabras sin la necesidad de estos. De hecho practicaba generalmente cuando iba de paseo a ver las maravillas de la naturaleza o cuando meditaba su cuerpo… era extraño, ya que es como si hubiera hecho este tipo de cosas desde hace varios años.

Algo más que añadir a la lista de cosas raras que le sucedían.

Bueno, dejaría eso para otro momento. Ahora se encargaría de llevar a la humana a la entrada de la cueva para curar su herida y dejarla descansar. No tardó mucho en llegar a su destino y recostarla en una parte no tan alejada de la salida.

Por lo que sabía y lo que vio, los humanos necesitaban ropa o telas para cubrir sus cuerpos y evitar morir de frio, por lo que reviso de aquellas cajas que encontraron abandonadas en la cueva cuando llegaron. Encontró unas cuantas sabanas y lo que parecía ser una botella con agua roja, pero por si acaso mando una de sus hermanas a que buscaran en el pueblo abandonado para traer cualquier cosa que pareciera de utilidad para esta humana.

De las sabanas construyo una reposadera improvisada donde decidió recostarla y cubrirla. Así estuvo un par de minutos, pero él noto que su temperatura no aumentaba por lo que decidió hacer una fogata cerca de ella para aumentar su calor. Después de prender el fuego procedió a sentarse a dos metros de distancia de la humana.

Más de cuatro horas pasaron, donde la noche finalmente hacia su presencia y donde de vez en cuando el Alíen alimentaba la fogata para que no se apagase, necesitaba estar junto a ella cuando despertase, por lo que envió a uno de sus hermanos para traer algo de comida para que ella las consumiera, ya sea un animal o un pescado. No tardaron en llegar con su presa y él desolló, limpio y ensarto el animal en un palo para asarlo en la fogata.

Después de un rato el Alíen escucho un ligero gemido y miro como la humana despertaba de su pequeña siesta. Al inicio solo bostezo y abrió ligeramente sus ojos pero al darse cuenta del lugar donde estaba se sentó de golpe en su lugar.

Por fin despertaste – Él Alíen comento sin apartar su vista de las llamas – Pareces algo asustada.

La humana solo se le quedo mirando por varios segundos antes de bajar la mirada con tristeza y sus pirar derrotada mientras algunas lágrimas acompañaron el momento.

Sore wa yumede wa nakattadesu – La humana dijo en su dialecto (1), el cual claramente no entendió. Ella después decido recostarse nuevamente y mirar las frías paredes de la caverna –Watashi wa ima, nani o sureba ī ka? – Claramente estaba deprimida por su situación.

El Alíen suspiro ante la actitud de la chica, honestamente no tenía forma de saber cómo se sentía pero seguramente no entendía de todo su situación. Aun así eso no importaba ya que él la necesitaba para aprender este idioma, por lo que la necesitaría sana y a salva.

El miro el conejo que puso a coser en la fogata, después tomo la varilla que atravesaba a su presa desollada para sacarla del fuego y llevárselo a la humana, también tomo la botella con el agua roja. El toco a la humana para llamar su atención, después le ofreció el conejo cocido.

Tabemono? – Ella miro confundida al Xenomorfo, después miro la comida para tomarla con algo de miedo. Al oler el dulce aroma de la carne cocida ella no se hizo esperar y tomo una gran bocanada del conejo cocido, ignorando casi por completo lo caliente que estaba.

Ella daba considerables mordiscos a la carne sin pensarlo dos veces y no le importo lo mal que se veía en ese momento. Y como culparla, Ilse solo había comido carne 5 veces en su vida y con la caída del muro María la carne solo pasó a ser accesible para la realeza o los altos mandos del ejército, pero estaba seguro que muy pocos habían probado una carne como esta, ya que ella juraría que estaba salada.

Después de devorar casi la mitad del conejo ella tosió un poco, por lo que el Xenomorfo le extendió la botella para que así calamara su sed. Ella esta vez no vacilo en agarrar la botella y rápidamente se la llevo a su boca, llenando su interior con más de lo que era recomendable.

Cuando termino de beber dio un fuerte eructo de satisfacción antes de mirar bien la botella.

Wain? ¡Subarashī! – Hablo con una gran sonrisa en su rostro y un enrojecimiento en sus pecosas mejillas. Después procedió a comer, esta vez con más calma el resto de la carne, por lo que el Alíen decidió darle su espacio y esperar justo en la entrada de la cueva, donde tenía una hermosa vista del cielo nocturno.

Ilse suspiro placenteramente mientras terminaba su conejo rostizado, después procedió a tomar otro trago de este excelente vino que nunca imagino poder probar, incluso la etiqueta en la botella le daba a entender que era una bebida destinada para el mismísimo rey. Por ultimo solo se limpió con la manga de su uniforme y se recostó un momento para pensar en su situación.

Parecía que ahora sería una especie de maestra para lo que ella describiría como un demonio, pero la verdad ahora no sabía cómo llamarlo ya que hasta el momento la había tratado muy bien, incluso mejor que varias personas que había conocido. No solo la cargo hasta este lugar y le dio cobijo para que no pasara frio, sino que también prendió una fogata y se tomó la molestia de cazar un conejo para dárselo de comer junto con un buen vino.

Nada de eso sería sorprendente si no fuera por el hecho de que no "eso" no era ni remotamente humano.

A estas alturas no sabía si le aria algo malo, ya que se tomó varias molestias con ella, pero era mejor estar atenta en todo momento. Ella volvió a sentarse en piernas cruzadas y miro la salida de la cueva, donde esa criatura miraba el cielo nocturno mientras descansaba sobre la pared de la cueva. Bueno, hasta ahora él había sido muy buena con ella así que le devolvería el favor… después de todo le debe la vida.

Ilse se colocó de pie para caminar hacia la criatura, y aun que su tobillo aun estaba lastimado el dolor ahora era leve. Ella se paró a dos metros de distancia y se tomó unos segundos para llenarse de valor y encarar a la criatura.

Muchas gracias por todo lo que has hecho por mí. En verdad te lo agradezco – Ella dijo un poco torpe pero claramente agradecida por todo esto. La criatura solo ladeo un poco la cabeza antes de volver a enfocarse en la estrellas.

Anata ga owatta yōdesu – Y como antes no supo que fue lo que dijo, pero si ella iba a enseñarle a hablar entonces tenía que poner su mejor esfuerzo.

Muy hermoso las estrellas verdad – Ella salió un poco al exterior y miro el cielo nocturno – Mi mama siempre me decía que cada estrella en el cielo son regalos de las diosas por aquella personas que lograron hacer sus grandes sueño realidad… – Ella por un momento se perdió en la inmensidad del espacio – Un mar de esperanza se podría decir.

Estrejas… – El Alíen pronuncio e Ilse lo miro con curiosidad.

Exacto. Estrellas – Señalo el cielo – Todas son estrellas.

Estrellas – La criatura dejo de ver el cielo y miro un objeto que tenía en la mano, para después dárselo a Ilse.

Mi libreta – Ella la tomo y vio su estado. Al parecer estaba todo en orden – Gracias en verdad.

Sore wa anata ni totte jūyō ni omoemashita. Dakara watashi wa aimasu – La criatura volvió a hablar.

Si sabes que no entiendo lo que dices – Dijo mientras una pequeña risa escapo de entre sus labios. Después procedió a mirar su libreta.

Parecía que esta criatura pensaba como un humano y tenía conocimiento sobre su entorno, por lo cual debe saber que son las cosas que le rodean. Eso era un alivio ya que parecía que solo tenía que enseñarle el nombre de las cosas en general y a formar oraciones comprensibles, quitándole un ligero peso de encima. Aun así no sabía si sería buena para esto, pero ella daría su mejor esfuerzo para terminar lo más rápido posible.

Bueno… No sé de qué otra forma empezar con esto – Suspiro ante la falta de una mejor idea. Después alzo la libreta y la señalo – Esto es una libreta. LI-BRE-TA – Tomo su capa – CAPA – Toco su cabeza, y procedió a señalar varias partes – Cabello. Cejas. Ojos. Nariz. Boca. Dientes. Orejas.

Ojos… – Fue la única palabra que repitió la criatura, después esta procedió a soltar una ligera carcajada – Gomen'nasai. Kontinyua – Después de unos segundos Ilse se dio cuenta porque dijo esa palabra, por lo que alzo una ceja confundida.

–"Bueno… Serán unos días muy extraños" – Después de suspirar ella volvió a mirar a la criatura, pero esta vez con una sonrisa confiada en el rostro – Okey, okey. Parece que estas entusiasmado por esto, bueno será mejor que te prepares por que no tendré ni una compasión contigo – Abrió su cuaderno y saco su lápiz de repuesto, después comenzó a escribir nuevamente las palabras que dijo – Aquí vamos. Supongo que debería empezar con todo lo que nos rodea – Tomo asiento fuera de la cueva para ser iluminada por el cielo nocturno. La criatura se sentó junto a ella y miro con atención su escritura y la pronunciación de estas.

Ilse agradeció por la atención que prestaba la criatura y por alguna razón le vino una idea en mente. Tal vez su aspecto sea muy intimidante y terrorífico, pero si actuaba de la forma correcta podría ganarse un aliado contra los Titanes. Claramente la criatura sabía cómo matar a los Titanes y parecía que era lo suficientemente fuerte como para decapitar a un Titán de 6 metros solo con su fuerza, por lo que de una manera u otra lo intentaría convencer para que la ayudara en su lucha.

Así que necesitaba ganarse su amistad.

Mi nombre es Ilse Langnar – Se tocó el pecho – Ilse Langnar – Señalo a la Criatura – ¿Tu nombre es?

El Alíen se dio cuenta a lo que deseaba llegar, y la verdad no sabía que responder a esa pregunta. Nunca tuvo un nombre, él o sus hermanas ya que eso no era necesario pero para los humanos era una forma de diferenciarse de los demás, así que él necesitaba uno para poder comunicarse con Ilse.

Pensó durante mucho tiempo en las memorias que rondaban por su cabeza y un nombre que de vez en cuando era mencionado en esos recuerdos. Parecía ser el nombre de alguien amado y respetado, alguien a quien acudir cuando necesitaban ayuda o habían tocado fondo, alguien que veían como su salvación… o perdición.

Mi nombre es… – Repitió las palabras de Ilse, exceptuando el final – Onaga.

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Como notaron use el mismo idioma para expresar el dialecto inentendible tanto para el Alíen como para Ilse es el japonés (o al menos lo que me arrojo el traductor :v) pero la serie hasta el momento no ha mencionado nada sobre esto, así que me tome la libertad de usarlo como el idioma que ninguno de ellos logra entender.

Tal vez la historia es muy rara pero tenía esta idea desde hace un tiempo y al final decide plasmarla en palabras. Sé que de por si el concepto es muy extraño pero como dije es una idea que desde hace quise escribir y la verdad quisiera experimentar ver en lo que puede convertirse.

Bueno, por el momento esto sería todo de este capítulo, el cual posiblemente tarde en actualizarse.

Aun así gracias por tomarse la molestia de leer este extraño Fic. Gracias por su tiempo.

Eso sería todo de mi parte por ahora. Nos vemos hasta la próxima