36 preguntas para enamorarse

Para Harry Potter, el héroe del mundo mágico a quien los reporteros no dejaban en paz aún después de 5 años de la batalla de Hogwarts, ir al Londres Muggle era la mejor escapatoria que tenía. Cada vez que la vida de auror, héroe, amigo, y novio lo asfixiaba, mandaba todo al carajo y se escapaba al pequeño departamento que había comprado en Westminster.

Así que ahí se encontraba, decidido a pasar una semana relajada. Sabía que desaparecer sin decirle a nadie era una ingratitud de su parte para sus amigos, los Weasley, su jefe e incluso para Ginny, con quien a veces se acostaba, pero imaginaba que para estas alturas ya no debería caerles de sorpresa ni debería implicar mucho drama a su regreso. No era que quisiera alejarlos, pero sentía que todos lo seguían tratando como si fuera a romperse en cualquier momento. No lo dejaban tomar sus propias decisiones, sus compañeros de trabajo solo querían ganar favores "del elegido" e incluso sentía que Ginny solo estaba con él para tener sexo, no era que le disgustara, pero a veces quería alguien con quien tener platicas profundas, sentir que lo escuchaba e incluso debatir temas que a ambos les fueran interesantes.

Decidió que en ese miércoles era un buen día para ir a leer a Sant James Park, le gustaba sentarse cerca del lago y ver a la gente pasar tranquila frente a él. Cuando llegó, busco el lugar que con frecuencia utilizaba para sentarse a leer, a la sombra de un árbol y con vista a la carretera. Comenzó tomando su café de la mañana, mientras admiraba la vida de la gente que caminaba apresurada al trabajo. En eso estaba cuando una figura alta y de cabello rubio llamó su atención, en bicicleta y por la carretera de enfrente juraría que pasaba Draco Malfoy, vestido con ropa casual y con los audífonos puestos; sin embargo, cuando llegó a la carretera ya se había perdido entre los carros, su corazón latía de manera escandalosa, claro que él sabía que era debido a la carrera, aunque eso no explicaba muy bien lo que estaba sintiendo en el estómago. Después de eso, no pudo concentrarse en su lectura así que se dedicó a las compras, que de todos modos tarde o temprano debía hacer, y se encontró preguntándose si reamente era su ex compañero a quien había visto.

El jueves decidió que compraría algunos regalos para Teddy y Andrómeda, los únicos que siempre estaban felices de escuchar que había vuelto a escaparse. Después de las compras, las cuales le habían tomado toda la mañana, se dirigió a comer a un restaurant del otro lado del puente, tenían gran variedad de comida y además las chicas que lo frecuentaban era totalmente su tipo. Cuando doblaba la calle para llegar, volvió a reconocer la figura de Draco Malfoy así que esta vez gritó su nombre. Pudo ver a la figura, aún lejana a él, tensar el cuerpo y después apresurar el paso. Harry corrió, pero nuevamente perdió a la figura entre la multitud, se preguntó si el rubio había desaparecido o si había reconocido la voz y por eso no se había acercado.

Cuando entró al restaurant, llevaba la mente completamente ocupada por el rubio. Ahora estaba seguro de que se trataba de él, pero lo agobiaban las preguntas de por qué había corrido. No es que ellos siguieran siendo enemigos, por el contrario, al terminar la guerra Harry había declarado a favor de los Malfoy y solo Lucius se encontraba cumpliendo una condena en Azkaban por las muertes que había causado mientras estaba al servicio de Voldemort. Pero Harry había escuchado que Narcissa Malfoy se había ido a vivir a Francia e imaginaba que su hijo se había ido con ella. Así que, ¿Habían regresado a Londres? Y ¿Por qué estaba en Londres Muggle?, toda la comida se sintió agotado de solo pensar en la infinidad de teorías que se creaban en su mente.

Cuando entró a Freddy's Pub, un lugar que solía frecuentar, toda imagen del Rubio se perdió. Encontró a una chica sentada en una mesa del centro del bar, era alta y tenía mechones de colores en el cabello, así que Harry pensó que no sería difícil entablar platica con ella.

Después de 20 minutos de platica, la chica ya le había contado que era americana y trabajaba en el banco del sur. Vivía cerca de ahí y había tenido un día lleno de peleas con clientes, por lo cual había quedado de verse ahí con algunos amigos, pero se le había hecho temprano. Harry por su parte, le contó que estaba escapando de sus responsabilidades en casa, que se estaba quedando en casa de un amigo (No quería que la chica pensara que si todo iba bien podrían ir a su casa) y que estudiaba para policía.

Tomaron algunos tragos y bailaron durante una buena parte de la noche, incluso se dieron algunos besos en la pista, pero no le provocaron muchas ganas de continuar en algún otro lado, así que cuando Melissa (que era como se llamaba la chica de cabellos de colores) le propuso intercambiar teléfonos, no estaba del todo convencido de que fuera a llamarla en alguna otra ocasión.

Esa noche soñó que se encontraba en su primer año en Hogwarts.

El viernes se levantó bastante tarde, y con un poco de resaca. Después de desayunar, escuchó que el móvil que solía utilizar en el mundo muggle vibraba sobre la mesa de la sala. 5 mensajes y 2 llamadas de Melissa, vaya que es insistente pensó.

Primer mensaje. ¿Cómo llegaste? ¿Todo bien? Dijiste que me avisarías. POSESIVA fue la palabra que se le vino a la mente.

Segundo mensaje. Buenos días, ¿Quieres ir a desayunar? Demasiado tarde, fue la respuesta en su cabeza

Tercer mensaje. ¿Tuviste resaca?

Cuarto mensaje. Estoy cerca del Parque St James, avísame si quieres ir por un café

Quinto mensaje. Acabo de ganar boletos para el concierto de bandas locales hoy en la noche, avísame si quieres venir conmigo.

El diagnostico de Harry fue: chica posesiva, que pretende ser relajada pero no es relajada y, además, mala mentirosa. Finalmente hizo lo que cualquier chico en su posición habría hecho. Acepto ir al concierto.

No era que quisiera algo con esa chica, pero disfrutaba bastante la música y si ella ya había comprado los boletos (porque estaba seguro que los había comprado) él tendría que aprovecharlos. Habían quedado de verse a las 9:00 en The Vaults, un teatro pequeño del otro lado del lago. Se tomó su tiempo arreglándose, decidió ir cómodo pues no sabía el tipo de ambiente que despertaban esas bandas, tomó el celular y dejó su varita, no quería que se le rompiera o perdiera entre tanta gente.

—¡HARRY! — el grito de la chica fue inconfundible, volteo y la vio caminando hacia él con un conjunto que la hacía ver como miembro de una banda de rock — lamento haberte hecho esperar, entremos a buscar un buen lugar.

Cuando llegaron a sus asientos Harry pudo ver que el lugar estaba llenándose muy rápido y se sintió el más viejo de los presentes.

—Así que, ¿dónde te ganaste los boletos? — le preguntó mientras le ayudaba a acomodarse en su asiento

—Oh… bueno, en realidad un amigo del banco me los regaló — Harry levantó la ceja mientras ponía una mueca divertida —pero él si se los ganó en la radio

Harry soltó su risa

—Está bien, y dime ¿Conoces a alguna de las bandas?

—Claro, los Redgraunt tocan algunas veces en el Pub donde nos conocimos y los Wizard clue tienen canciones en la radio. Estoy segura que querrás comprar sus discos terminando el concierto

—Ya veremos —dijo mientras dejaba que la chica lo abrazara — soy un hombre difícil de seducir

—Lo lograremos — dijo ella antes de que comenzara el concierto y le diera un beso

Después de 40 minutos de escuchar a las bandas Harry realmente estaba sorprendido de lo buenas que eran, y realmente no quería perdérselas, pero las cervezas que habían tomado estaban ya provocándole querer ir al baño, se acercó bajito a Melissa y le dijo que saldría por mas cerveza, pero pensó que tal vez no le importaba mucho porque estaba concentrada en la plática acerca del solista de la banda con la chica a su lado.

A pesar de ser un lugar pequeño Harry no veía la puerta del baño, camino algunos minutos antes de encontrarlos escondidos en el área de oficinas. Cuando salió del baño escuchó una voz a sus espaldas

—Esta es un área exclusiva para empleados — el tono prepotente y mandón le provocó que algo en su estómago se moviera. Reconocía la voz de sus años de escuela, se giró lentamente para encontrarse cara a cara con Draco Malfoy.

Habría dado su escoba de Quidditch porque alguien grabara la expresión del rubio. Los ojos se le abrieron y después el pálido de su piel se vio cubierto por un sonrojo carmesí. Tardó unos minutos en darse la vuelta y caminar apresuradamente, esta vez no dejaría que se escapara. Lo tomó del brazo para detenerlo y se posicionó enfrente de él

—Podría ofenderme por tu manera de encontrarte a un viejo amigo — le dijo Harry queriendo bromear

—Tú y yo no somos amigos — el rubio apretaba los dientes y jalaba su brazo para que lo soltara

—Vamos Draco, tenemos años sin vernos y las riñas del colegio ya son cosa del pasado. Dime algo, ¿Por qué huyes así? — realmente le costaba creer que siguiera molesto por cosas de hace 5 años, incluso él se sentía un tanto alegre de ver a un viejo ¿Conocido?

—Escúchame bien Potter…

—¡Clark! — un hombre más joven que ellos se acercó a donde estaban, usaba un chaleco rojo de acomodador y Harry pudo ver entonces el distintivo de nombre que portaba el rubio "Clark Brown" —¿Todo bien?

—Oh si, Anderson parece que este hombre no pudo localizar los sanitarios, podrías llevarlo al área correcta — el rubio parecía apurado en deshacerse de él, algo que molestó bastante a Harry

—Claro, por aquí señor —el más joven le pidió que lo acompañara, pero el orgullo de Harry ya estaba herido así que no dejaría las cosas tan fáciles

—Pero… señor Brown —dijo mientras alzaba una ceja a manera de amenaza — me gustaría que me proporcionara ese folleto para turistas, no quisiera volver a cometer una imprudencia

Draco apretó los puños, pero mantuvo su sonrisa fingida, cedería.

— ¡Claro! casi lo olvido. En ese caso, Anderson solo asegúrate que los letreros se encuentren a la vista del público yo me OCUPARÉ del orientar al señor — en cuanto el empleado se retiró, Malfoy lo tomó por la solapa y lo empujó a la pared

—Escúchame muy bien Potter, no sé por qué me buscas, no tengo ningún asunto con el ministerio y ustedes no tienen ningún derecho a venir a arruinar mi vida. Así que lárgate y dile a quien quiera que te haya mandado que pueden irse a la mierda — se dio la vuelta pero Harry utilizó sus reflejos de auror y lo empujó al cuarto que tenía a un lado

—ESPERA POTTER — le gritó desde el suelo el rubio, al tiempo que Harry cerraba la puerta tras él — NO CIERRES LA…

El ruido sordo que hizo la puerta al cerrarse y la expresión del rubio de querer asesinarlo, provocaron en Harry una sensación de miedo.

—¿ACASO ERES ESTUPIDO? — gritó el Slytherin — ¡ESA PUERTA SOLO SE ABRE POR FUERA!

—¡Lo siento! —dijo el moreno con las manos al frente para cubrirse de la ira del otro chico — pero yo no lo sabía, además, es tu culpa por no querer hablar conmigo y gritar quien sabe que cosas del ministerio — dijo recordando su enojo inicial

—¿HAY ALGUIEN AHÍ? ¿ANDERSON? ¿FRANK? ¿GINA? ¿ALGUIEN? — los gritos y golpes a la puerta por parte del rubio parecían más bien una forma de sacar su enojo que una llamada de auxilio —¡SAQUENME DE AQUÍ! ¡ALGUIEN SAQUENOS DE AQUÍ!

Harry por su parte comenzó a buscar algo para abrir la puerta, recordó que había dejado su varita y su celular estaba en su abrigo así que prácticamente estarían ahí hasta que alguien los escuchara

—Malfoy ¿tienes tu varita contigo?

—¿Quieres callarte? Estoy buscando una forma de remendar tus tonterías.

—¡Yo también! — dijo indignado y harto de los desplantes del rubio — dejé la mía en casa, así que solo préstame la tuya.

—Llevas 5 años con la mía idiota, ¿si recuerdas que nunca me la devolviste? Pero claro, el gran Harry Potter seguro ya la tiro, porque no puede tener la varita de un ex mortifago en su poder.

Entonces Harry recordó lo sucedido en la Mansión Malfoy y lo que había hecho con la varita del rubio y se dio cuenta del porqué el rubio le tenía tanto rencor

—Lo siento, puedo devolvértela.

Después de 20 minutos, en donde ninguno de los dos se había dirigido la palabra, y el único sonido eran los gritos de auxilio del rubio, ambos se sentaron en el piso en señal de derrota.

Harry estaba sumido en los pensamientos de lo que había pensado de la varita de Draco, lo que había hecho y sobre todo en lo mal que se sentía por nunca haberla devuelto. ¿Eso significa que el rubio no había vuelto a hacer magia? ¿Era esa la razón por la que aún lo odiaba? Y más importante, ¿Por qué nunca se la había pedido? Después de todo, pudo haber escrito para pedirla o reclamarle algo después del juicio.

—Oficialmente el teatro ha cerrado — dijo el rubio mientras miraba su reloj

Harry alzó la mirada, pero tardó algunos segundos en digerir lo que el rubio decía.

—¿Estás seguro? — dijo saliendo de sus pensamientos de golpe

—Llevo 3 años trabajando aquí, claro que estoy seguro Potter — su voz se escuchaba agotada — es viernes después de un concierto, todo el mundo vuela a casa y deja los últimos detalles para que el gerente se ocupe.

—Entonces gritémosle al gerente —dijo el moreno esperanzado

—Sucede, Potter, que el gerente está encerrado con un Gryffindor idiota que no recordó traer su varita.

Harry debería estar molesto por ser llamado idiota, pero en lugar de eso una sensación de nostalgia se apoderó de él. Ese era el Draco Malfoy que el recordaba, el que no huía sino que se quedaba a hacerle frente con sus comentarios ácidos y su altanería, de pronto Harry pensó que tal vez era masoquista por extrañar esas cosas. La sonrisa salió naturalmente de su boca.

—Y ahora el idiota se ha vuelto oficialmente loco — dijo mientras se quitaba la corbata y desabotonaba el ultimo botón de la camisa. Algo dentro de Harry se movió.

—Entonces — dijo queriendo tranquilizar el estado de su ex compañero — ¿estaremos aquí hasta mañana? Podríamos buscar algo para dormir y tal vez haya algo de comida en algún lado — se levantó para comenzar a buscar

—¿ESTAS LOCO? — el rubio de paró de golpe — ¿acaso insinúas que nos quedaremos aquí toda la noche y lo aceptaré tan tranquilo?

—Bien, entonces Clark Brown, sácanos de aquí con tus poderes de gerente. Por que como yo lo veo, no hay ninguna forma de salir, no hay varita, deje mi celular en mi chamarra y no tenemos a nadie ahí afuera que nos este buscando… Oh, espera… — de pronto su mente viajo a la chica que había dejado esperando por él en el concierto ¿Sería posible que lo estuviera buscando? ¿Pensaría que la dejo plantada? ¿Habría encontrado a alguien más con quien terminar la velada? — Si, estamos completamente solos — concluyó

Draco pareció meditar sus palabras porque en silencio comenzó a buscar algo mas cómodo donde pasar la noche. Parecía que el personal de limpieza solía pasar mucho tiempo ahí porque encontraron algunas chamarras, unos suéteres viejos y una colchoneta, además había un pequeño galón de agua a la mitad y algunos paquetes de galletas. Armaron en silencio una cama y de pronto Harry cayó en la cuenta de que era demasiado angosta, al rubio no parecía importarle así que no quiso armar una escena, ya llegaría el momento cuando el sueño lo comenzara a vencer.

Encontró algunos periódicos y un libro, el rubio rápidamente tomó el libro y se acomodó en la mitad de la cama improvisada para leerlo. Harry no soportaba el silencio, quería hacerle muchas preguntas, pero no parecía que fuera a obtener respuestas. Se dedicó a hojear los periódicos mientras pensaba en la manera de entablar conversación, de pronto soltó una risotada.

—Agradecería que mantuvieras el silencio — dijo el rubio alzando la vista del libro

—Y yo que dejaras de ser tan cascarrabias —replicó Harry con la sonrisa aún en sus labios — pero parece que eso tampoco va a pasar.

—No soy ningún cascarrabias. De hecho, Potter, eres la única persona que logra ponerme en este estado.

—Oh vaya, me siento halagado

El rubio bufó

—Como sea — dijo mientras le pasaba el periódico — lee esto y estoy seguro que compartirás mi humor.

El periódico era una edición vieja del New York Times con el siguiente artículo

36 PREGUNTAS PARA ENAMORAR A CUALQUIERA

Hace más de 20 años, el psicólogo Arthur Aron logró que dos extraños se enamoraran en su laboratorio.

El experimento fue sencillo: un hombre y una mujer heterosexuales entraron al laboratorio por puertas separadas. Se sentaron frente a frente y respondieron a una serie de preguntas cada vez más íntimas. Después se miraron a los ojos en silencio durante cuatro minutos. Seis meses después, los dos participantes se casaron.

Aquí tienes las 36 preguntas originales que esa pareja respondió en el experimento del doctor Aron. La idea es que la vulnerabilidad mutua fomenta la cercanía. Permitirse ser vulnerable ante otra persona puede ser en extremo difícil, por lo que este ejercicio fuerza este aspecto.

Úsalo bajo tu propio riesgo (puedes enamorarte)

—No entiendo el humor en todo esto — Dijo Draco mientras le devolvía el artículo

— ¿Qué? Pero si está clarísimo. Estas personas creen que de verdad uno puede enamorarse de cualquier solo con estas preguntas. Eso es tan absurdo que es gracioso.

—Es un artículo con bases científicas, no es absurdo. Además, uno realmente puede enamorarse de cualquiera

—¿En serio crees eso? Por supuesto que no, uno necesita encontrar a la persona correcta.

Fue el turno del Slytherin de reír. Una sonrisa que a Harry se le antojó sincera

—¿En verdad crees que uno solo lo puede estar enamorado de personas correctas?

—No, solo digo que solo con las personas correctas es amor verdadero.

—Pues entonces eres más iluso de lo que pensaba

Harry entonces puso la misma cara que solía poner cuando se encontraban frente a frente en un partido de Quidditch. Desafío.

—Bien, entonces hazme cambiar de opinión. Hagamos el cuestionario.

—¿Qué? Perdiste la cabeza — respondió su ex enemigo — No hay ningún universo en el que nosotros podríamos enamorarnos

—Entonces yo tengo razón Malfoy, y todo lo que tienes que hacer es aceptar que yo, una vez más, te he ganado en algo.

Pudo ver al otro chico pasar de la indiferencia al coraje, después al desagrado y finalmente, esa chispa de reto y orgullo que solía nacer en él cuando se enfrentaban en los partidos de la escuela.

—Bien Potter, acepto el reto —dijo tendiendo su mano en señal de desafío y acercándose a el moreno —pero cuidado, porque puedes enamorarte — la cercanía a su cara le provocó sensaciones que hace tiempo no experimentaba.

Sabía perfectamente que no iba a enamorarse, siquiera pensarlo era absurdo, pero le gustaba la idea de que se enteraría de cosas de la vida del rubio y no estarían toda la noche en el silencio incómodo.

—Bien — dijo el rubio acomodándose para quedar de frente — ¿cuáles son las reglas?

—¿Reglas?

—Todo en el mundo necesita reglas Potter —respondió rodando los ojos

—Bien, aquí dice que debemos ir leyendo una pregunta tú y una yo, pero ambos debemos responder todas. Deberíamos ser desconocidos, pero nosotros prácticamente lo somos — el rubio movió la cabeza en señal de afirmación — Y bueno, no es obligatorio mirarnos a los ojos así que solo veámonos de frente. Además, debemos decir la verdad y usar nuestros nombres en lugar de apellidos, bueno esas son reglas extras, pero en este caso vale la pena agregarlas.

—Bien, comienzo yo— el rubio tomó el artículo y leyó la primera pregunta — si pudieras elegir a cualquier persona en el mundo ¿A quién invitarlas a cenar?

Lo primero que se le vino a la cabeza fueron sus padres, pero pensó que el artículo no contemplaba a los muertos como una opción, así que en realidad no había nadie con quién quisiera cenar que no lo hubiera hecho antes. Buscó en lo más profundo de su mente y entonces lo encontró

—Geller Grindelwald

El rubio bajó el artículo y lo miro fijamente

—¿En serio? ¿De todo el mundo? Vaya que tienes algo especial con los magos oscuros.

—Es solo que, me gustaría saber más del joven Albus Dumbledore

Draco meditó un momento y afirmó con la cabeza

—Si, creo que lo entiendo.

—Tu turno —dijo el moreno

—Lucius Abraxas Malfoy

Pudo ver la manera en que desviaba la mirada a sus zapatos y colocaba las manos sobre sus rodillas, parecía como si quisiera abrazarse a si mismo. Entendía también su querer verlo, después de todo era su padre. No pudo contener la pregunta que trataba de salir

—¿No has ido a verlo?

—Para eso tendría que regresar al mundo mágico y tengo la sospecha de que no sería bien recibido.

Ambos se miraron un poco y entonces Harry tomó el periódico viejo que le tendía la pálida mano.

—¿Te gustaría ser famoso? ¿De qué forma?

—Saltémonos esa

—Sin atajos Draco — ambos asomaron una pequeña sonrisa ante lo extraño que sonaba el nombre de pila en labios del moreno

—Siempre quise serlo, pero creo que ahora lo soy por las razones equivocados. ¿Cómo le llaman? Mala fama. Me hubiera gustado serlo por algo que no me avergonzada.

—Creo que te entiendo, a mí me hubiera gustado serlo por algo que no costara tantas vidas. Soy famoso por algo horrible

—Yo no creo que derrotar a un maniático sea algo horrible

—Me hubiera gustado serlo por algo que beneficiará a la humanidad. Un legado del cual me sintiera orgulloso.

—Creo que te quitas méritos —dijo el rubio mientras empujaba uno de sus pies con el suyo en señal de ánimo.

—Y yo que te adjudicas errores de más — Le dio una pequeña sonrisa.

—Siguiente— dijo Draco después de unos segundos— antes de hacer una llamada telefónica ¿Ensayas lo que vas a decir?

—No. Pero es básicamente porque casi nunca utilizo el teléfono. Creo que sigo creyendo lo que los Dursley me decían, el teléfono es solo para la gente importante —De pronto se ruborizó, no planeaba decir eso.

—¿Entonces es verdad? ¿Tus tíos son tan malos como los rumores solían decir?

—¿Había rumores sobre los Dursley?

—No tonto, había rumores sobre ti y tus infames tios muggles. A nadie le importaban ellos sino tu vida antes de Hogwarts

—Ya veo... entonces cuéntame que decían los rumores — su cara seria decía que realmente tenía interés en saber

—Bueno, pero que conste que yo solo los conocía porque Pansy Parkinson era la chica más metiche que hubiera conocido jamás — se escudó Draco — decían que vivías en una alacena, que tus ropas casuales eran más grandes que tu porque eran heredadas de tu primo y no porque quisieras ver morir al buen gusto, que asistías a una escuela muggle donde la gente era muy mala contigo y que habías jurado venganza cuando te enteraste que eras un mago.

Harry soltó el aire que estaba conteniendo y rió, primero despacio y después un poco más fuerte. Su risa duró algunos minutos en los cuales el rubio fue abriendo más y más los ojos.

—Avísame si ya perdiste la cordura.

Harry se relajó

—Lo siento — dijo mientras secaba las lágrimas de la risa — es solo que es increíble que conozcas todos esos detalles (a pesar de que sea Parkinson quien te los dijo). Es decir, han pasado años de eso.

—¿Entonces no son cierto? ¡Maldita Pansy!

—No, si son ciertos, bueno excepto eso último. No me hubiera vengado de ellos nunca, después de todo, son la única familia que conocí —el tono serio había regresado

—Mi turno —dijo rápidamente Malfoy — Yo si suelo ensayar las llamadas, principalmente porque no sabía usar los teléfonos, aunque he de admitir que son bastante prácticos para vivir sin magia. Así que ahora es una costumbre hacerlo para no cometer errores.

—¿Qué tipo de errores?

—Ya sabes, en el trabajo suelo hablar con gente importante que no es muy lista y no quiero perder la paciencia y echar a perder los negocios.

Harry rio al ver que el gen Malfoy no había muerto.

—¿Qué es para ti un día perfecto — Leyó el rubio más animado

—Mmmm… — meditó un momento esa pregunta — Supongo que es levantarme tarde, un desayuno que incluya tocino y hot cakes, ¡me encanta esa combinación! Pasar el tiempo con la gente que amo y una buena plática es esencial.

—¡Dah! Aburrido, ¿Cuántos años tienes? ¿40?

—Veamos que tienes tú —dijo retador

—Levantarse tarde (En eso estoy de acuerdo), un desayuno tipo inglés: té negro y tostadas con mantequilla, ir de compras (No me pongas los ojos en blanco), una tarde con un buen libro o una película francesa y una cena familiar

—No está mal — concedió Harry — aunque ese desayuno me parece más de 40 años que todo mi día. Bien, siguiente. Ohh, esta es buena ¿Cuándo fue la última vez que cantaste a solas? ¿Y con otra persona?

—No suelo cantar a solas, me parece un…

—No, claro que no, el trato es decirnos la verdad Draco, sabes que lo haces, cantas a solas.

—¿Qué? ¿De qué hablas? No canto a solas Ha… Harry, lo sabría si lo hiciera

—Bien vayamos a los hechos. En sexto año, cuando te vigilaba para saber lo que hacías en la sala de menesteres te vi mover los labios varias veces con cierto ritmo y eso, mi estimado Draco Malfoy, se llama cantar

—Woww… vaya que hacías bien tu labor de vigilancia —dijo en voz baja, lo que provocó que Harry se ruborizara un poco —Pero te aseguro que no lo hacía consciente ¿Crees que aún lo haga?

—No lo sé, supongo que sí ya es una costumbre lo debes seguir haciendo

—Espero que mi acosador actual me lo haga notar pronto —bromeó mientras el moreno se terminaba de poner colorado

—Era con fines específicamente informativos — se escudó — así que, ¿Con otra persona? ¿O también lo haces inconsciente?

Ambos rieron ante el comentario

—Hace 4 años, mi madre se deprimió muchísimo cuando se llevaron a mi padre, así que, en Francia, durante un año, lo único que la podía alegrar era que tocáramos y cantáramos el piano juntos. Supongo que le recordaba la época en la que solíamos ser una familia. Supongo que a mí también me alegraba pensar eso.

Harry se animó a rozar su pierna con la del otro chico, en señal de apoyo, como si ese contacto pudiera hacerlo regresar al presente y no sumirse en pensamientos tristes.

—Tu turno— la voz de Draco sonaba tranquila y un poco animada, así que supuso que había funcionado un poco.

—Oh… yo soy un cantante innato, canto al hacer el desayuno, al ducharme, cuando camino. La música es parte esencial de mi vida — se detuvo a pensar en cuando lo había hecho con alguien — pero… estoy bastante seguro de que nunca lo he hecho con alguien más — se preguntó porque si era algo que le encantaba hacer no lo había compartido con otra persona. Concluyó que se debía, muy probablemente, a que no había encontrado una persona lo suficientemente importante para hacerlo.

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Hola a todos… muchas gracias por leer, este es, por mucho el capítulo más largo que he escrito. En mi mente este iba a ser un One shot pero ya llevo 11 páginas así que decidí hacerlo en dos partes.

Cuando leí este artículo, no pude evitarlo y la idea surgió rápidamente. Si les ha gustado espero me dejen un review y sino, también me gustaría saber lo que opinan.

Un saludo enorme y gracias por leer.