Notas de la autora:

Resumen: Draco Malfoy nació squib y es rechazado por sus padres. Criado por Dobby, Draco crece hasta convertirse en un niño amable y humilde que puede probar ser más de lo que parece.

Notas del traductor:

¡Señoras y señores! Por fin me pude dar un tiempo para regresar a las andadas. Esta historia es como un sueño hecho realidad… Espero les agrade. Gracias a JillianK por darme la autorización de traducir este fic. Como siempre, encontrarán el link a la original en mi perfil. Attention! Este fic está en AO3 :D

Advertencias: En este fic, Draco será (bastante) OoC, y supongo que podríamos considerarlo EwE.

Disclaimer: Ninguno de estos personajes nos pertenecen a mí o a JillianK, como bien lo saben. Esto lo hacemos por el gusto de compartir historias hermosas.


A Boy named Draco

Todo comenzó un día tranquilo de verano en Wiltshire.

El nacimiento del niño fue un asunto poco complicado. Como una dama de la familia Malfoy, Narcissa no causó mucho alboroto cuando llegaron los dolores. Simplemente se puso pálida y se retiró a su dormitorio desde donde, unas cuantas silenciosas horas después, el muy esperado heredero fue presentado.

El niño era pequeño y un poco deforme por el viaje. Había heredado la complexión ligera de sus padres. Los mechones de cabello de tonalidad rubia platinada y los pequeños labios rosas hacían de él un infante bastante bonito. Sus ojos eran de una tonalidad azul, normal en un recién nacido. Algunos días después, se oscurecerían hasta llegar a un hermoso color gris pero, para entonces, el niño ya estaba fuera de vista.

La familia Malfoy tenía la larga tradición de leer el aura de cualquier heredero momentos después de su nacimiento, para percibir el potencial mágico. Lucius Malfoy había arreglado que el mago especialista estuviera al pendiente desde que Narcissa había comenzado el sexto mes. Cuando el viejo mago expresó sus peores temores, Malfoy se mantuvo silente y estoico. Su rostro no traicionó emoción alguna pero, viéndolo de cerca, algo se había oscurecido en sus propios ojos metálicos. En su mente, ya estaba pensando en cuán pronto podría Narcissa embarazarse de nuevo, al tiempo que se deshacía del problema actual.

Su primera idea fue matar al niño defectuoso. La noticia de su nacimiento no sería esparcida y, si la gente se preguntaba, no podrían expresar sus sospechas. El apellido Malfoy era demasiado poderoso para ello. Él se encargaría de que se mantuviera así.

Un hijo squib arruinaría el legado Malfoy, de producir a los magos más poderosos de Europa. El padre de Lucius había infundido en él un sentido profundo del deber hacia la reputación familiar. Él no habría aceptado al niño, y tampoco lo haría su hijo.

El niño tenía que desaparecer.

Finalmente, fue Narcissa la que no permitió que su hijo fuera asesinado o regalado. Claro, tales afectos no venían de cualquier sentimiento maternal, sino de la bastante rudimentaria noción de que tal acto deterioraría a la familia en algún modo. Quería que su hijo se quedara en casa, pero no iba a ser reconocido como heredero o recibir el apellido Malfoy. Lucius resolvió el asunto invocando al elfo doméstico Dobby y dejando el niño a su cuidado.

El niño rechazado fue transferido de su lujosa guardería al humilde cuarto, junto a la cava, que ocupaba Dobby. Su intricadamente tallada cuna familiar no lo acompañó, por lo que el elfo tuvo que acomodar al bebé en un canasto de ropa sucia acolchado. El niño se acomodó rápidamente, como si sintiera que eso era lo mejor a lo que podría aspirar, ahora que su derecho de nacimiento había sido arrebatado. Dobby se sentó junto al canasto y miró a su protegido con tristeza. Había muy pocas cosas que él podía hacer por el pequeño, siendo su situación de por sí precaria. El amo Lucius le había ordenado mantenerlo alejado de ellos todo el tiempo, y Dobby era un elfo obediente. Intentaría hacer lo mejor por el niño Malfoy.

Pero necesitaba un nombre.

Dobby lo pensó durante casi un mes. El bebé se había conformado con una rutina poco exigente: usualmente dormía durante el día, mientras Dobby trabajaba en las cocinas. Conseguía darse algunos descansos para llevarle un biberón o cambiar un pañal sucio. De su parte, el niño esperaba a su cuidador pacientemente en los momentos en que se despertaba y no lo encontraba. Nunca lloraba, excepto por la noche cuando quería que lo cargaran, y Dobby lo acunaba hasta que se dormía de nuevo. A veces, le cantaba una canción de cuna, acerca del manso cuernolargo rumano de Merlín. El niño lo escuchaba atentamente, mientras Dobby relataba los cuentos de la imponente criatura. Finalmente, el elfo decidió honrar la memoria del valiente dragón dándole al niño el singular nombre de Draco.

Dobby esperaba que el nombre le diera al niño la fuerza para resistir la desafiante vida que seguramente tendría por delante.

~TBC~


Notas finales:

Los capítulos son bastante cortos; yo creo que saldrán relativamente rápido. No quiero prometer algo y luego quedar mal con ustedes, pero daré lo mejor de mí para no hacerlos sufrir…

Adigium21