Este fic participa en la campaña "Fickers unidas para llevar al canon hasta la cima", perteneciente a la página de Facebook ´´Estrellas de la biblioteca prohibida´´, tambiénparticipa en la campaña "Escribir para nosotras es una pasión, compartir nuestros fics llena el corazón", perteneciente al grupo de Facebook La Flor del Demonio.


Epilogo.

Era el cumpleaños de Inuyasha, su cuñado, y todos estaban reunidos en su casa para celebrarlo. La verdad era que parecía una mini fiesta infantil con todos los niños corriendo de un lado a otro.

Sango y Miroku tenían ya tres hijos, unas lindas gemelas de cuatro años y un niño de dos años. Kagome e Inuyasha le seguían con un niño de tres años y medio y una niña de poco más de dos años. Ayame y Kouga sufrieron una perdida en el primer embarazo de la pelirroja, pero habían logrado tener una hermosa niña que ya contaba con año y medio, y a la que amaban con locura.

Rin y Sesshoumaru eran los únicos que no tenían hijos, aun teniendo ya casi tres años de casados.

Pero su esposo pretendía cambiar aquello, pues hacía mes y medio le había dicho que quería tener hijos. Sorprendiéndola por completo, pues antes no habían mencionado el tema, simplemente se entregaban a lo que sentían el uno por el otro.

Y Sesshoumaru le había dicho que quería tenerlos, así en plural, antes de que alguien los confundiera con su abuelo en lugar de su padre. Esto lo decía por las canas que ya habían comenzado a mostrarse desde que tuviera treinta años, y aunque ahora a sus cuarenta se veía en excelente forma aquel defecto genético parecía afectarle. A ella por el contrario le encantaba, pues le parecía que le daba un toque sexy.

Ella por supuesto no tuvo ningún inconveniente, y estaba encantada con la idea de ser madre, más aún junto a Sesshoumaru. Por lo que de inmediato se pusieron manos a la obra. Y mes y medio después aún no había indicios de embarazo.

—Y tú, Rin ¿Cuándo piensas hacerme madrina? —preguntó Ayame de repente, como si hubiese estado escuchando sus pensamientos.

Debido a que no todas podían ser las madrinas de los hijos de las otras, cuando Sango tuvo a sus gemelas lo dejaron a la suerte. Kagome resultó para la madrina de las gemelas de Sango. Sango a su vez sería la del hijo de Ayame, que resultó ser niña. Ayame sería la madrina para el bebé de Rin. Y Rin lo sería del hijo de Kagome.

Rin meditó un momento la respuesta, bajo la atenta mirada de sus amigas.

—Pronto —fue la sencilla respuesta que soltó sonriendo.

—¿Qué?

—¿Estas embarazada? —quiso saber de inmediato Kagome. Ella negó.

—Aun no, pero Sesshoumaru y yo comenzamos a intentarlo —se encogió de hombros con una sonrisa.

—¡Oh!

—Ya era hora —entonó Sango.

—¿Cuándo? —preguntó Kagome dejándola desconcertada.

—¿Cómo?

—¿Cuándo comenzaron a intentarlo? —de repente su amiga parecía muy interesada en la respuesta.

—Hace mes y medio. —Al decir eso Kagome se puso de pie y las instó a todas a hacer lo mismo.

—Vamos, vamos —les comenzó a decir mientras las guiaba hasta su habitación.

—¿Qué vamos a hacer?

—Obviamente una prueba de embarazo —respondió cuando ya entraban en la recamara y ella se dirigía al cuarto de baño.

—Es demasiado pronto, además no he sentido ningún malestar —dijo para intentar persuadirla.

—Si tu esposo es igual a su hermano te aseguro que ya estas embarazada.

—¿Qué?

—Inuyasha me dejó embarazada en el primer intento, las dos veces. No es que hubiésemos estado intentando embarazarnos el día de tu boda, pero pasó —se encogió de hombros sonriendo—. Ahora toma —le extendió una caja de prueba de embarazo—, ve y confirmalo.

—Sera mejor que lo hagas —apoyó Sango.

—Kagome no te dejara salir de aquí a menos que lo hagas —dictaminó Ayame.

—Es cierto —asintió entusiasta su amiga y cuñada—. Orina en el palito.

Rin rio y tomó la caja, no tenía caso discutir con ellas, además, no perdía nada con hacer la prueba.

Minutos después salió del baño sin poder creer el resultado.

—¿Y bien? —preguntó ansiosa Ayame.

—Se puso azul —respondió sin poder contener la emoción.

—¡Lo sabía! —gritó Kagome y segundos después estaban todas gritando y llorando en la habitación.


Sesshoumaru se alertó al escuchar los gritos femeninos. Hace unos minutos había visto al cuarteto de amigas dirigirse hacia las habitaciones, y ahora se escuchaban alaridos.

—Felicitaciones —escuchó que le decía su hermano al ponerle una mano en el hombro.

—Tu eres quien cumple años. —Definitivamente su hermano estaba mal de la cabeza.

Inuyasha rio.

—Que ingenuo.

—Esos gritos solo significan una cosa, mi amigo —dijo ahora Miroku—. Hay un nuevo bebé en camino.

—Podría ser cualquiera de sus esposas —dijo como si tal cosa. Aunque bien sabía que él y Rin habían comenzado a buscar un bebé, no lo había hablado con ninguno de ellos, ni lo haría.

—Aunque quisiera, aun no logró convencer a Kag de tener otro bebé, así que no somos nosotros —informó Inuyasha.

—Sango y yo estamos bien con nuestros tres pequeños demonios, de ser ella la embarazada hubiese venido a golpearme —se encogió de hombros Miroku.

—Yo apenas he logrado comenzar a dormir toda la noche, por lo que he tenido especial cuidado con Ayame —aclaró Kouga.

—Ya ves, Rin y tu son los únicos que quedan —terció Inuyasha.

Sesshoumaru se limitó a permanecer en silencio, no tendría caso negarlo, pero tampoco hablaría de sus intenciones de ser padre con ellos. Ni siquiera porque su único hermano estuviese allí.

Por el rabillo del ojo vio que las mujeres ya regresaban al salón y de inmediato buscó la mirada de Rin. Ella se veía radiante y con una enorme sonrisa en los labios.

Sin acercarse a él, ella asintió como si respondiese una pregunta secreta. Sesshoumaru no pudo evitar dedicarle una media sonrisa demostrándole que estaba satisfecho.

Hace cinco años había comenzado su camino juntos. Una relación llena de pasión y deseo desde el primer momento. Donde el amor llegó mucho después, pero lo hizo con una fuerza devastadora. Amaba a su esposa fervientemente y estaba más que orgulloso de tenerla a su lado y convertirla, además, en la madre de sus hijos.

Fin.


¡Hola, hola, gente linda! ¡Ahora sí! Aquí el tan esperado epilogo, y con esto hemos llegado al final de esta historia. Espero que les haya gustado y les resulte satisfactorio.

Pasó a responder sus reviews guest, y es resto me tienen en privado.

Maritza: Así es, una linda declaración al nivel Sesshoumaru. Tener ese nivel de amistad es muy lindo. Gracias por leer, amiga.

Maricela Orellan: Ay! Que lindo saber que te haya gustado. Rin tiene mucha suerte por tener a Sesshoumaru, y a ese grupo de amigas. Gracias a ti por leer, nena.

RedBlue: Primero que nada, gracias por el comentario, ya que, aunque estuviste en desacuerdo con toda la historia, parece que la leíste hasta el final y hasta te tomaste la molestia de comentar, muy dulce de tu parte. Me parece un poco triste que no cuentes con amigas en las que puedas confiar, y llegar a pactar acuerdos para reafirmar su amistad. Por otro lado, sería bueno saber quién te recomendó, y como llegaste a mis fics si te hablaron fue de mi libro, eso me confundió.

Dani Pasos Lara: Siii, y aunque no puse lo de la boda espero te haya gustado el epilogo.

Mi Amore: Awwww! Que bueno que ya te pusiste al día con tu regalo, y que te haya emocionado tanto, eso me hace muy feliz, ya que lo hice con mucho cariño para ti. Y espero igualmente disfrutes del epilogo.

Rinnu (My Baby): Jajajaja y eso que explique cuál era el orden. Sessh es el mejor para convencer 7u7

Para la próxima semana, publicare un pequeño drabble de InuKag que seguiría el OS que ya publiqué de ellos, espero lo disfruten.

¡Gracias a todos por leer! Son un amor! Ya nos seguiremos leyendo en otras historias.