Hola Gente Dramionera! Quería compartirles este Fic que hace rato vengo preparando. Es mi primer Fic. Espero les guste. Cualquier sugerencia es bienvenida siempre y cuando sea con respeto. Prometo subir con regularidad ya que ya tengo hasta 11 capitulos redactados. Todabía no se si agregarle algun lemon o volverlo mas explicito, por el momento esto fue lo que salió, espero me dejen reviews porque realmente lo hice con amor Dejenme reviews para saber si les gusta y continuar con esta historia

Les cuento que la historia esta situada en cierto punto del último libro, las reliquias de la muerte, pero continúa mas allá.

Los personajes y todos los hechos que reconozcas en esta historia no es de mi autoría, son propiedad de JK Rowling.

Lazos de Magia

Capitulo 1: La huida

Nunca estuvo cien por ciento seguro de lo que hacía, a pesar de que su padre le inculcaba la seguridad como un rasgo característico de su sangre. Él sabía que algo andaba mal. Quizás él era un Slytherin de pura sangre, pero esta vez algo intuía que su familia y sus amigos no podían ver. Esto no iba a terminar bien. Lo supo desde aquel momento en que Voldermort posó su varita en su antebrazo izquierdo revelando la marca tenebrosa que toda su familia llevaba por años. Le quemaba. Esa marca que lo condenaría de por vida a servir a su señor el cual le había encomendado una tarea que él sabía desde el fondo que no iba a ser capaz de concretar. Matar a Dumbledore, el mago más poderoso de todos los tiempos. ¿Por qué no pudo? Lo había desarmado y lo tenía ahí, frente a él, completamente indefenso. Solo tenía que conjurar la maldición asesina y ya todo acabaría. Ni él ni su madre estarían amenazados de muerte luego. Sin embargo antes de que los motifagos llegasen, el vaciló por un momento, aquel viejo chiflado le había ofrecido protección y a pesar de poder matarlo, él se tomó un momento para pensarlo, sin dejar de apuntar torpemente con su varita, su mirada fría y llena de dolor miraba con una señal de arrepentimiento al mismo tiempo de que su oponente le devolvía la mirada a través de sus gafas de medialuna. Era raro, aquel viejo estaba completamente desarmado, sabría que sería su fin, pero aún así su mirada estaba invadida por paz, inclusive después de que los mortifagos llegaron y Snape acabó con su vida.

Tragó saliva, debería estar feliz. Aquel viejo estaba exterminado y él estaba a salvo. Pero recordó su mirada. ¿Sabría acaso ese viejo chiflado que no sería capaz de pronunciar la maldición asesina? Después de todo, nunca se le había escapado nada. Por alguna razón supo que algo andaba mal. No podía cambiarse de bando, pero en el fondo, deseaba que todo terminara ya.

Miró por la ventana de su cuarto el cielo oscureciéndose gradualmente, se sentía extraño. Nunca había pasado tanto tiempo en Malfoy Manor desde antes de su primer día en Hogwarts. Recordó todos aquellos años vividos en el castillo. Recordó las maldades que tanto le divertían hacer, recordó a Hermione. Recordó aquel día en segundo año, en el callejón diagon, cuando su padre le dijo "Draco me lo contó todo de ti" mientras la miraba con la misma expresión de asco que había heredado de él. Él siempre había sabido que le gustaba Granger, pero nunca fue capaz de admitirlo por el peligro que esto implicaba. Además ella lo odiaba. Y el odiaba a sus amigos. Ellos podrían estar con ella todo el tiempo que quisieran, hasta dormían en la misma torre. Envidiaba aquella amistad. Sus amigos nunca lo quisieron por otra cosa que no fuera el interés de su status familiar. Frunció los labios como solía hacerlo desde siempre y se tomó el puente de la nariz con las manos. Dio una última mirada aquel cielo oscuro y nublado; cuando descubre que alguien golpea la puerta de su cuarto.

-Draco- Era su padre, tenía una expresión de felicidad que en su demacrado rostro parecía no encajar. –ven rápido, creo que todo se ha arreglado –

Draco bajó escaleras con su padre intrigado de lo que este se fuera a traer entre manos, pero sintió que su estómago dio un vuelco cuando se enteró de que se trataba.

-¿Y bien?- le dijo Bellatrix con aquella maligna sonrisa que solía llevar consigo mientras levantaba bruscamente una cabellera morena dejando a la vista el rostro de un muchacho. Un muchacho que el juraría ser Harry Potter, de no ser por su hinchado y amoratado rostro y aquellos ojos achinados. -¿Es el?- volvió a exclamar Bellatrix impaciente pero emocionada.

-No lo sé- Dijo Draco con un tembleque en su boca. Su padre lo tomo del hombro.

-Miralo bien Draco- Le susurró Lucius -Nuestra familia podría volver a lo alto si somos nosotros quien se lo entregamos al señor tenebroso-

Draco miro de sobre ojo y vio a Ron y a Hermione retenidas por dos carroñeros. Desvío la mirada, no quería verlo, no podía. Estaba seguro que era el, en su frente se vió una hendidura muy similar a la cicatriz del cara rajada.

-¿Y que le pasó en la cara? – Exclamó Draco, tenso de nuevo.

-¡Fuiste tu verdad!- gritó Bellatrix con su despampanante y desafinada voz – Ya te he cachado – le gritaba a Hermione.

Draco tragó saliva. Hacia minutos atrás estaba en su cuarto meditando tranquilo y ahora su nerviosismo volvía a nivel extremo. –No es el, no lo creo, no estoy seguro- dijo tartamudeando.

Y no supo precisamente en que momento fue, pero Bellatrix había perdido el control. Le pedía a todos que se fueran. Habia atacado a uno de los carroñeros y vió como mandaban al cararajada y a la comadreja a los calabozos. Miro de nuevo a su tía Bellatrix. Estaba a centímetros del rostro de Hermione, la estaba intimidando. Fue cuando la tensión se tornó en su máxima expresión.

-Déjenos solas, tengo que hablar con ella, de chica a chica- Draco fingió irse pero se quedó cerca de la puerta para escuchar. Pues más allá del peligro, eso sí que era algo raro.

-Esa espada tendría que estar en mi cámara de gringots junto con la copa- gritaba Bellatrix "Menos mal que buscaba privacidad" pensó Draco para sus adentros al escuchar los gritos de enojo de su tía. -¡¿Qué más robaron?! ¡¿Cómo fue que entraron como la obtuvieron?! – Bellatrix estaba fuera de sí.

-No lo sé…- Draco escuchó la voz de Hermione entre sollozos, esta parecía suplicante. Momentos después la escuchó llorar al borde del límite. Recordó como un flashback aquella vez que la oyó llorar en el baño de prefectos mientras hacía aparecer pajaritos volando. Él se escondió porque no quería lo viera, pero no podía marcharse hasta que ella no lo hiciera primero. Los parajitos aparecían volando por todo el baño de prefectos mientras ella sollozaba. Era algo increíble, admirable, como si no pudiera contener su magia. Pero un grito ahogado lo trajo a la realidad duramente. La oyó gritar tan fuerte que sus tímpanos casi explotan. Esos gritos solo se podrían deber a una sola cosa. Y ese fue el momento en que Draco no pudo tener tiempo para pensar. Entró corriendo al salón.

-Expelliermus- la varita de Bellatrix salio disparada y ella al ver lo que su sobrino le había tomado el atrevimiento de hacer, lo miró furiosa pero extrañada.

Hermione yacía desplomada en el lujoso suelo de la Malfoy Manor, casi convulsionando y bañada en sudor. – No fue ella- dijo Draco – Ella no pudo haber entrado nunca, tiene que ser el duende - Bellatrix lo miró convencida aunque aún mantenía su mirada descarada y furiosa.

-¡Tráiganme al duende! – Exclamó

Mientras Bellatrix estaba muy ocupada interrogando al duende de gringots que tenían prisionero en los calabozos de la mansión, haciéndole un corte nuevo con su navaja, Draco aprovechó la distracción de su tía.

Miró a Hermione. Tenía los ojos abiertos y llorosos. Casi no parpadeaba. Parecía en Shock. Mientras su cuerpo temblaba y la sangre goteaba de su brazo izquierdo desnudo. Draco no sabría qué tan cruel había sido su tía al torturarla con la maldición cruciactus, pero sabiendo que esto era de vida o muerte, imaginó la situación. Cuando nadie lo miraba, la tomo de la mano y ambos se desaparecieron.

Aparecieron en una residencia que secretamente él había comprado con una mínima parte de su fortuna, no estaba seguro para qué pero sabría que algún día la necesitaría para ocultarse. Aquella casa no era tan grande como la Malfoy Manor. Pero era lo que necesitaba. Era oscura; tenia grandes ventanales pero estaban recubiertos con largas y densas cortinas verde esmeralda. Debía ser lo más discreto posible.

Tomó a Hermione en sus brazos y la llevo a una habitación. Ella temblaba y parecía estar en shock. Todavía estaba semi inconsciente, y no tenía mucho tiempo para pensar que hacer. Asi que la dejo en una de las camas que había allí y le lanzó el hechizo desmallius. Hermione dejo de temblar y sus ojos se cerraron. Al menos eso la tendría apartada por un tiempo del dolor que la maldición de su tía le había provocado. Antes de volver a Malfoy Manor, Draco conjuró varios hechizos protectores entre ellos evitando que su casa secreta sea vista tanto muggles como magos y brujas y que cualquiera pudiera aparecer en ella, excepto el mismo, el cual lo hizo en ese instante.

Cuando Malfoy volvió se encontró con un completo desastre. Hechizos volaban por todas partes. Todos se estaban batiendo de duelo. Vió como Harry se le aproximo y lo tomo fuerte de la ropa, y en ese momento sintió un fuerte mareo, típico de las redes de aparición. Lo último que vio fueron los ojos de su tía, psicópata como ninguna. Dispuesta a matar a cualquiera.

Hasta acá por hoy :)

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