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Consecuencias

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Cuando finalmente el último par de almohadas salieron de la última caja Sakura pudo suspirar de alivio y contempló su nueva habitación en SU nuevo departamento. Estaba satisfecha con la decoración que tenía por el momento con los pocos objetos que tenía de su vieja casa.

Aún sentía un poco de incertidumbre a la hora de caer en cuenta que por causas mayores y seguridad nacional tuvo que dejar la casa de su abuela para vivir en el departamento que le habían asignado apenas esta mañana luego de ser dada de alta del hospital esta mañana. Ya no despertará con el aroma de comida recién hecha de su hermana y los gruñidos de su abuela por tardar a la hora de rezar luego del desayuno, el escuchar la diatriba de su hermana por dejar un camino de ropa por toda el camino a su habitación (si es que tenía suerte) luego de 48 o 72 horas de arduo trabajo en el hospital o las noches en que las tres se sentaban en el patio trasero a contemplar y leer las estrellas, y escuchar historias de antaño.

Todo eso iba a cambiar desde este mismo instante.

—Sigo sin creer que esto sea por seguridad de mi abuela y hermana… Yo quería quedarme con ellas —dijo con pesar. No las había visto desde que despertó, sabía que por el momento deben estar de luto rezando por el alma del abuelo.

—Esto solo será mientras resolvemos el problema de las otras naciones —dijo Itachi abrazando a Sakura desde la espalda.

Tuvo que reprimir el hacer una mueca, ella sabía que él sabía que eso era una mentira. Ahora que se mudó muy difícilmente regresaría con su abuela porque tenía un punto, la seguridad de ambas. Si es cierto que tienen ese poder podría ser un blanco fácil no solo para las otras naciones sino para organizaciones dentro y fuera de Konoha. Ya nada es igual, incluso las enfermeras la trataban muy formales a pesar de las horas y horas que han pasado hombro con hombro salvando gente de la muerte en el quirófano.

Además, si tenía que admitirlo, el departamento se encontraba en un buen lugar, a una corta distancia del hospital y de la torre del Hokage, si hay una emergencia podía llegar en un parpadear. Y por si fuese estratégia, se encontraba cerca del departamento de Naruto y el de Kakashi, eso era sospechosamente conveniente o una maldición.

Sus pensamientos pensamientos se vieron interrumpidos cuando la piel en su nuca se erizó al sentir los dientes de Itachi mordieron ligeramente su oreja. De pronto se sintió dolorosamente consciente de su presencia, su piel se erizó y un agradable cosquilleo se instaló en su vientre ante la anticipación.

—Pudiste quedarte en mi cama, no es la primera vez —gruñó en voz baja provocando en ella un delicioso cosquilleo por toda su columna vertebral.

Estuvo listo para desviar el repentino empujón de Sakura, sin embargo este nunca llegó. Curioso, la volteó hasta encontrarse cara a cara. Una sonrisa comenzó a deslizarse en su rostro con malicia al ver su rostro totalmente rojo y sus ojos con aquel brillo que se fue familiarizando en estos días que estuvieron solos en la habitación del hospital. Sabiendo llevó sus manos a su espalda por debajo de la playera roja sintiendo su piel erizarse.

Por su parte Sakura sabía que se estaba burlando y la estaba provocando porque es un pervertido de closet, aunque indudablemente no podía negar se sentía su piel sensible en donde Itachi pasaba sus manos.

Su respiración comenzó a ser más pesada al sentir la anticipación. Estaban solos, en su departamento, sin nadie que los interrumpiera y solos. No pudo evitar apoyar su frente en el hombro de Itachi pegando más su cuerpo al suyo.

Si era sincera desde hace tiempo había esperado esto.

—Dormir contigo no me da pesadillas —y era verdad aunque decirlo en voz alta lo hizo sonar más sucio de lo que esperaba, la hizo sonrojar más.

Desde que finalmente están juntos como pareja, cada que era el turno de Itachi de cuidarla se la han pasado en la cama besándose y explorando el cuerpo del otro al punto en que casi fueron descubiertos por los fuertes gemidos que no pudo evitar soltar cuando él la tocaba hasta hacerla perder el contro.

Por suerte o desgracia, eran interrumpidos antes de poder llegar a más… Si tenía que admitirlo, se sentía frustrada.

Cuando sintió los labios de Itachi besar su frente volvió a la realidad. Verlo frente a ella abrazandolo y regalando sonrisas que solo ella conocía le provocaba un agradable cosquilleo en el pecho. El grandioso y frío Itachi Uchiha dejando ver su faceta amable y cariñosa la dejaba sin aliento.

—Aún está la oferta de vivir con nosotros —dijo Itachi.

Cuando comenzó a acariciar su abdomen por un breve instante su mente se quedó en blanco.

—No —dijo sacando la fuerza necesaria para hablar—. No quiero meter en problemas a tus papás por mi, además Tsunade-shishou me matará si decido ir contigo después de lo de esta mañana.

Así es hace no mucho por la mañana, cuando Sakura había sido dada de alta del hospital Shisui la había escoltado personalmente a la oficina de la Hokage hasta que ella entró sola a la habitación dejando a Shisui afuera junto a Itachi y Kakashi que custodiaban la puerta.

En un momento de ocio Shisui comenzó a platicar con Kakashi sobre el nuevo libro Icha Icha y consiguiendo burlarse de una u otra manera de su primo. Por supuesto Itachi solo puso los ojos en blanco decidiendo ignorarlo como la mayoría de las veces.

Todo iba como usualmente se estaba manejando hasta que los tres (si, incluso Kakashi dejó a un lado su icha icha) vieron un lápiz sobresalir la puerta de madera. En ese instante los tres miraron aquella punta sobresalir de la madera como si fuese el misterio numero uno en el mundo hasta que la gruesa puerta de madera crujió nuevamente, una, dos, tres, cuatro veces, nuevos lápices se incrustaron e incluso uno de ellos logró atravesar por completo la puerta y se incrustó en la pared contraria.

Gracias a esos orificios , se escucharon los gritos de Tsunade retumbar en el pasillo seguido de su estudiante.

—¡Un dia de estos vas a terminar muerta con esa imprudente actitud! —gritó Tsunade.

—¡Cualquier otro de mi equipo hubiese hecho lo mismo!

—¡Y por eso siempre uno de esos estúpidos termina en el hospital cada que salen a una misión! ¡Esto es culpa de Kakashi, ya verá cuando le ponga las manos encima! —gritó Tsunade de vuelta.

Kakashi solo se rascó la barbilla en un intento fallido de hacer caso omiso a las múltiples maldiciones que comenzaron a lloverle.

Una sarta de maldiciones y gritos entre ambas se escuchó en todo el edificio que comenzó a temblar por el ruido de objetos siendo lanzados dentro de la oficina. Gracias a sus afinados reflejos, los tres se hicieron a un lado un segundo antes de que el escritorio de Tsunade saliera volando al romper la ancestral puerta en la que los cinco Hokages cruzaron y se incrustara en la pared rompiendo todo en mil pedazos.

Con el gran orificio entre el pasillo y la oficina los tres indudablemente se asomaron encontrando la oficina hecha un caos, papeles volando por los aires, pedazos de cristal desperdigados en el suelo con un hedor a alcohol, muebles rotos, Shizune totalmente pálida arrimada en una esquina con Tonton en brazos y vieron en el momento justo cuando Sakura tomó uno de los libreros a su alcance que lo lanzó directo a Tsunade quien lo tomó y se lo lanzó a Sakura quien lo agarró como si jugaran a lanzarse una pelota de hule.

—¿Solo por esos estúpidos ancianos tengo que estar lejos de mi familia siendo vigilada las veinticuatro horas? —gritó Sakura lanzando de vuelta el mueble— ¡Mi hermana ya fue atacada una vez y apuesto que fue ese psicópata de King! ¡Si se acerca a mi familia es hombre muerto!

Esta vez Tsunade se hizo a un lado, el mueble se estrelló contra el gran ventanal cayendo fuera del edificio.

—¡Es por la seguridad de ellos y tuya! ¡Tenemos todo arreglado, y ya tenemos tu departamento con todas tus cosas! —gritó Tsunade.

Las dos se lanzaron dagas con la mirada esperando que la otra cediera a pesar de que sabían que las dos podían ser muy tercas cuando querían, sin embargo, a pesar de que Tsunade no quería a usar su carta maestra por amor a su estudiante no podía negar que habían llegado a un punto en que se estaba viendo orillada a usarlo: el poder de ser la Hokage y es una orden. Cuando se cruzó de brazos exhudando poder estaba implícito que estaba usando su poder sobre la otra aún falta de palabras.

Sin poder contradecir a su maestra y Hokage, dejó caer sus hombros y se mordió el labio en señal de rendición.

—Está bien —dijo a regaña dientes.

Cuando las dos mujeres se tranquilizaron se dieron cuenta de todo el desastre que habían hecho… No era la primera vez que por enojo las dos destrozaban la oficina de Tsunade, aunque es más común desahogar su enojo en un campo de entrenamiento donde tenían a la mano árboles y rocas que lanzarse una a la otra.

—¿Crees que te habrán escuchado los ancianos maldecirlos? —preguntó Tsunade, sus ojos brillaron de diversión.

—Eso espero, son unos imbéciles de la edad de piedra —se rio Sakura.

Cuando hace un instante las dos se estaban lanzando insultos y objetos ahora se burlaban y se alababan por el buen estado en que se encontraban a pesar de que una se la pasaba encerrada en la oficina arruinando su hígado y la otra recién salida del hospital.

En silencio Kakashi se acercó a Itachi y le dio pequeñas palmadas en su hombro llamando se atención. El simplemente le sonrió con su único ojo visible.

—Es toda tuya —se burló.


Dejando a un lado ese momento vergonzoso en donde su sensei, Shisui e Itachi vieron aquella escena entre Tsunade y ella, finalmente Sakura se dio cuenta que el Uchiha y ella estaban completamente solos dentro de una habitación, SU habitación.

—Bueno… No me importaría si te quedas a dormir —sus mejillas nuevamente se colorearon de rojo cuando le vio el doble sentido sin que se viera que lo necesitaba ya con ella—, ¡Dormir...Sí dormir, si no duermo contigo tengo pesadillas!

Sonriente, Itachi se acercó y le dio un poke en la frente.

—Alguien tiene que quedarse contigo —le susurró en el oído antes de besarla en los labios.

Sintiéndose a gusto se dejó fundir en el beso que en un instante comenzó a subir de intensidad. Dejándose llevar rodeó sus brazos en el cuello de Itachi y acercó su cadera a la suya para estar aún más cerca. Entre los besos dejó escapar varios suspiros hasta que decidió incitar a Itachi un poco más así que le dio una mordida a sus labios sabiendo que esto secretamente le gustaba.

En un rápido movimiento y un golpe seco de su espalda contra el vidrio de la ventana por un breve momento se preguntó en qué momento se movieron de lugar hasta que su mente se ofusco dejando escapar un gemido cuando comenzó a besar su cuello, cerró sus ojos, echó su cabeza para atrás hasta chocar contra el vidrio y agarró la parte trasera de la camisa de Itachi como si se tratara de su salvavidas mientras disfrutaba aquella corriente eléctrica desplazarse desde su cuello hasta la punta de sus pies.

El calor la estaba convirtiendo poco a poco en hierro fundido, quería más, y ahora, no tenía el miedo de ser descubierta por algún médico o enfermera inoportunos.

Una de la manos de Itachi serpenteo de su cadera hasta su pierna, la acarició un par de veces antes de sostenerla lo suficiente para alzarla a la altura de su cadera hasta enganchar en él. Comprendiendo lo que quería no dudó en tomar impulso y repetir la acción con su otra pierna, esta vez los dos gimieron cuando sintieron sus sexos frotarse entre sí gracias a la cercanía.

Cualquier curioso en el edificio del frente podría verlos teniendo un momento íntimo entre los dos, y en vez de que a Sakura le llegara a la consciencia el pudor y la vergüenza lo mandó a volar muy lejos y a cambio abrió lo más posible sus muslos para que no quede ningún espacio entre sus caderas creando una deliciosa fricción.

—Itachi —suspiró Sakura apoyando nuevamente su cabeza contra el vidrio.

Tomando eso como una señal dejó de besarla dejando un camino de besos en el cuello hasta llegar a la unión entre su hombro y cuello donde estaba su más reciente marca que resaltaba en la blanquecina piel de Sakura. Sin dudarlo, comenzó a lamer y besar aquel punto sensible provocando que Sakura se estremeciera y su cadera de movimiera de un lado a otro buscando más placer.

—Sakura —gruñó Itachi con voz ronca. Comenzó a mover su cadera para seguir sus movimientos.

Esto no era suficiente para ninguno de los dos así que una de las manos de Itachi tomó una de las piernas de Sakura y la puso en su hombro, su mano serpenteo por toda su pierna alzada hasta llegar a los bordes de su delgada ropa interior húmeda por la excitación, lo acarició con la ropa puesta provocando suaves gemidos de Sakura que se escucharon en su ya que la pelirrosa apoyó su cabeza en su hombro.

Con un movimiento sugerente de la cadera de Sakura, Itachi supo que era momento de avanzar, hizo a un lado la tela que cubría su sexo y esta vez acarició con su pulgar el punto más sensible de Sakura mientras que uno de sus dedos se adentra en ella.

—¡Itachi! —gimió cuando su cuerpo comenzó a temblar por los espasmos.

Cuando los temblores comenzaron a disminuir el sacó su mano del interior de Sakura hasta la parte superior de su pantaleta con la intención de quitársela.

Un gruñido como de animal muerto de hambre entre ellos cortó de golpe el calor creciente entre ellos. Congelados, los dos levantaron la vista, en ese instante todo el rostro de Sakura se tiñó de rojo al darse cuenta de dónde procedía ese ruido.

Su estómago. Por el calor del momento había olvidado que ansiaba comer debido a que la comida del hospital era menos que ostentosa o apetitosa.

—Pu-puedo comer después —tartamudeó Sakura sintiéndose renuente de querer dejar ir a Itachi. Quería estar con él, finalmente entregarse a él.

Él tampoco quería irse, a como se encontraba lo único que quería era enterrarse dentro de ella hasta hacerle el amor y luego tener otra sesión fuera de control. Pero la mayor parte de su conciencia había vuelto con el ruido del estómago de Sakura, ella no había probado comida más que pedazos de caldo de pollo con verduras y gelatina que el hospital le proporcionó una vez que despertó, y eso había sido muy temprano por la mañana por lo que ahora pasaba del medio día. Una razón considerable para que sean interrumpidos por su estómago, además, se convenció en saltar sus piernas de su hombro y cintura una vez que razonó que debía tener la suficiente energía para lo que planeaba hacer con ella.

—Salgamos por comida —dijo Itachi, al ver un puchero adornar los labios de Sakura sabía que ella estaba molesta y decepcionada, no pudo evitar dejar deslizar una sonrisa al comprender que ella se sentía igual de frustrado que ella. Sus ojos brillaron con malicia y ella al parecer lo captó porque los suyos se entrecerraron con desconfianza—, Necesitas comer para que aguantes todo lo que te espera.

Disfrutó tanto como un delicioso palo de dango cuando sus ojos se abrieron de golpe, nuevamente se puso colorada y finalmente se vio ansiosa por comer lo más pronto posible para regresar a terminar lo que habían comenzado. Siempre le fascinó lo fácil que era ver sus emociones a través de su rostro a pesar de la profesión que siguió. Eso solo hacía que siguiera sintiendo fascinación por ella, nunca se cansaba de ver todas sus facetas.

—Pervertido —susurró Sakura separándose finalmente de Itachi.

Sí, definitivamente aún disfruta burlarse de ella.


Entre las calles del mercado los dos caminaban uno junto al otro. Era la primera vez que salía oficialmente luego de su estadía en el hospital por lo que Itachi traía puesta su máscara de indiferencia, para un civil eso lo puede interpretar como tranquilidad mientras que un ojo experto y entrenado por las facetas y caprichos Uchiha como el de Sakura supo que en realidad estaba analizando la zona con cuidado en caso de ser atacado por sorpresa entre el montón de gente. A final de cuentas aún seguían en una delicada situación para los Haruno, especialmente Sakura.

Sakuna ya había sido atacada anteriormente y Sakura secuestrada. Como nunca dieron con los culpables, Itachi sospechaba que fue King y su gente la que hicieron esto. No era la primera vez que se infiltraron en Konoha por lo que la seguridad de las tres era de vital importancia.

Mientras Itachi vigilaba, Sakura se sentía un poco incómoda ante las miradas que le lanzaban la gente al pasar. Algunos los veían y se daban vuelta para susurrar entre sí, otros solo se le quedaban viendo descaradamente mientras que unos tantos descarados, hablaban de ella sin despegar su mirada en ella. Tanto civiles como ninjas.

No era pretensión, no, simplemente al ser ninja tenía mejor entrenada su audición por lo que sabía y escuchaba claramente que hablaban de ella y unos poco de Itachi por estar junto a ella.

Débilmente suspiró en un intento de tomar fuerzas antes de girar su rostro hacia Itachi.

—¿Qué te gustaría comer? Puedo comprar los ingredientes e intentar cocinar algo.

Internamente se rió al pensar que nunca en sus sueños más locos se imaginó hacer esto con el infame hermano de Sasuke… Siempre fue con Sasuke quien la acompañaría al mercados agarrados de las manos, con una gran sonrisa en los rostros e incluso juntos escogerían la comida antes de que llegar a casa para prepararle la mejor comida del mundo que haría que Sasuke quede perdidamente enamorada de ella y le pide casarse con ella en ese mismo instante… Sueños de una niña de diez años, eso NUNCA ocurriría con Sasuke. Incluso tal vez, su yo de doce años se desmayaría al verse a esta edad paseando con su novio, su novio Itachi Uchiha en vez del soñado Itachi, hasta se imagina lanzando agua bendita a su yo de ahora por hacer tal sacrilegio.

Al verla reír, Itachi simplemente alzó la ceja curioso por saber qué estaba pensando que le daba tanta gracia. a pesar de que había notado su incomodidad que ahora se esté riendo de algo aunque era raro y le daba curiosidad es más que bienvenido a diferencia de la incomodidad. Él ya estaba acostumbrado a que le miraran y hablen de él, es uno de los gajes de ser un Uchiha y el heredero, pero Sakura últimamente ha sido el objetivo de miradas y chismes, no le gustaba nada cuando hablaban de ella.

Sonriendo al verla sonreír, ignoró los susurros excitados por verlo sonreír y tomó las bolsas del mandado de las manos de Sakura.

—Será mejor que yo cocine o moriremos intoxicados.

Su línea de pensamientos se hizo añicos ante las palabras de Itachi. Su rostro en un instante se ensombreció. Él tiene razón, ese sueño en su niñez era más que una fantasía. ¡Ella no sabía cocinar! Al menos no quemaba el agua como Naruto si no la calentaba en el microondas. Ante este pensamiento se rió con fuerza.

—Tienes razón, tal vez debería hacer mi comida un arma en las próximas misiones una vez unos bandidos robaron la comida que había hecho para el equipo en una misión, al poco tiempo gracias a la intoxicación alimentaria el equipo de Shikamaru y yo pudimos atraparlos —dijo Sakura con diversión al recordar eso—. Si sería mejor su tu cocinas por los dos por el bien común ya que mi hermana no vivo con mi hermana y no puedo vivir siempre de barras de proteína.

Itachi le dio un ligero poke en la cabeza antes de seguir caminando directo a los puestos para elegir de qué iban a abastecer el refrigerador y alacenas. El que el cocinará para ella todos los días no sonaba mal, incluso el hecho de que ella lo tomara como un hecho era un sentimiento que Itachi encontró intrigante y agradable. Despertar a su lado todos los días para contemplarla hasta que despierte y besarla antes de que comience el día. No sonaba nada mal.

En el camino en los puestos de comida cuando la gente se fue haciendo a un lado para irse o mirarlos de lejos, los dos se acostumbraron al punto en que finalmente Sakura volvió a ser la mariposa social que era usualmente con los vendedores, ellos por suerte la trataron como la misma Sakura de siempre, se saludaban entre ellos, Sakura preguntaba por sus familiares que había tratado, ellos le devolvía el gesto y después le decían cuáles eran sus productos más frescos e incluso le daban un descuento que ella intentaba negarse diciendo que quería pagar los justo para terminar comprando lo que quería con un par extra de regalo de la casa.

Itachi veía esta interacción con fascinación, nunca la había visto interactuar así en el ámbito ninja, con los civiles parecía que la trataban con una igual ya que ella los trataba de vuelta. En su experiencia siempre eran reservados cuando él se acercaba así que ver esto de primera mano era muy interesante, incluso pudo ver el efecto de estar junto a ella. En un principio los dueños de los puestos le miraban con recelo hasta que Sakura se acercaba a él al punto en que sus hombros se tocaran, entonces, ella hacía su magia al punto en que lo incluía en la conversación hasta que los vendedores lo llegaban a mirar con calidez e incluso uno que otro le dijo que tenía una gran partido de novia. Sakura solo se sonrojaba al dar las gracias provocando la risa de los vendedores. Nunca había estado tan fascinado como ahora al descubrir una nueva faceta en Sakura y el efecto que provocaba en los otros sobre él por estar juntos.

Camino al puesto de carnes Sakura se pronto se detuvo cuando alguien la llamó por su nombre, cuando los dos giraron a ver a la persona Sakura fue la primera en reaccionar al ver acercarse a Tara e Ian, en un instante Ian estaba sobre ella abrazándola con fuerza.

—¡Sakura! —dijo Ian enterrando su rostro en el torso de Sakura.

A diferencia de la última vez que se vieron en aquel oscuro lugar, Ian se veía un poco más alto, su piel antes huesuda comenzaba a tener un volumen aceptable y su piel una considerable iluminación gracias al sol que finalmente estaba tomando. El verlo en un mejor estado le quitó un gran peso de encima. Incluso Tara que al conocerla siempre se veía molesta ahora se veía feliz y radiante, una persona completamente diferente al igual que Ian.

Con Ian abrazando a Sakura, Tara tomó una de las manos de Sakura dándole un fuerte apretón mientras las lágrimas comenzaban a resbalar de sus mejillas.

—Muchas gracias.

Su hijo estaba nuevamente con ella.

Al ver la sinceridad en los dos Sakura sintió cómo las lágrimas comenzaban a acomularse en sus ojos. De todo lo horrible que fue estar cautiva, finalmente hay una luz de esperanza que le arrullaba diciendo que hizo bien. Volvió a unir una madre con su hijo que siempre esperó pero perdió la esperanza de no volver a encontrarlo. Al sentir una mano en su espalda baja vio a Itachi que se había puesto a un lado de ella para igualmente reconfortada.

Quizá no siempre se sentirá el pecho comprimirse de dolor cada que piensa en esos interminables días donde la oscuridad reinaba y el sobrevivir era cuestión de suerte.

—Las chicas están emocionadas al saber que finalmente estás fuera del hospital. Se mueren por verte —dijo Tara una vez que se limpió las lágrimas—. Cuando apareció Ian nos enteramos de todo lo que sucedió, quisimos visitarte pero no estaba permitido.

Le lanzó a mirada a Itachi, fue entonces que Sakura lo miró y al verlo inmutarse ante la implicación no pudo evitar sonreír. Shisui cuando le tocaba cuidarla le contaba cómo Itachi se la pasaba todo el tiempo de mal humor mirando con el mal de ojo a cada doctor y enfermera que se acercaba a la cama para revisar sus signos, a la únicas personas que dejaba entrar era a Kakashi, Yamato, Sai, Sakuna, Shisui y Tsunade. Incluso Ino un día le insultó e hizo drama por mirarla feo al entrar a ver a Sakura. Lo que hubiese pagado por ver eso.

Si había hecho eso con las personas autorizadas, no se imagina con quienes no y por lo visto, parece que Tara y las otras eran unos de ellos.

En modo de disculpa le lanzó una sonrisa nerviosa a la que Tara solo pudo reírse.

—¿Te gusta Konoha? —preguntó Sakura a Ian acariciando su cabello.

Al alzar la mirada esta vez pudo comprobar con más detenimiento que se veía mejor de salud. Por si acaso en otro momento le dirá a Tara que pase a su oficina para que le haga un chequeo ya que sospechaba que si lo hacía ahora, Itachi la lanzará una mirada puntiaguda, aún no tiene permitido regresar a trabajar. Por eso se conformaba con ver que le volvía el color de piel, incluso apreciar que tenía un par de pecas en la nariz y sobre todo un brillo en los ojos que lo volvieron a la niñez que nunca llegó a experimentar.

Sabía que nunca será un niño con la inocencia que todo infante llega a tener a su edad, sin embargo, poco a poco podía rescatar un poco la felicidad y amor que al parecer Tara y las demás se están asegurando de darle. Con eso está más que satisfecha.

—Al principio fue un poco raro, me voy acostumbrando —dijo con una sonrisa tímida—. Yo quiero ser de grande un ninja como tú para salvar a la gente de situaciones como la que pasamos, me esforzaré para entrar a la academia el próximo año.

Nuevamente le entró el sentimiento a Sakura al escuchar esas palabras, creyó que Ian nunca querría saber nada más sobre los ninjas y su lado oscuro, en cambio, quería ser uno de ellos para hacer el bien.

—Serás un grandioso ninja —dijo acariciando su cabeza con felicidad.

Fue entonces que Ian finalmente notó a Itachi que estaba a un lado de Sakura.

—¿Es tu novio? —preguntó al recordar que antes de que ella cayera desmayada dentro de la arena el saltó y la tomó en brazos hasta que llegaron a Konoha.

Aquella pregunta la dejó sin palabras, no es que lo quisiera ocultar, simplemente no estaba preparada para decir al mundo que Itachi le gusta al afirmar que si, es su novio.

. —Sí —dijo Itachi tan naturalmente que Sakura lo miró entre sorprendida y feliz. Que fuera menos que frío con ella en público le decía que no tendrá que contenerse de al menos tomar su mano o abrazarse en público, de vez en cuando.

—Ya era hora —dijo Tara con malicia.

Nuevamente no pudo evitar sonrojarse esta vez con felicidad. En un intento de transmitirselo tomó su mano libre y el le respondió dándole un pequeño apretón. Era este tipo de cariños que le hacían ver que no necesitaba mucho.

Todo iba bien hasta que los cuatro se tensan al escuchar a un par de mujeres no muy cerca de ella que empezaron a "susurrar" sobre Sakura. Comenzando con el hecho de que ella estaba tomada de la mano de Uchiha Itachi, luego hablaron sobre sus relaciones pasadas y cómo esto puede repercutir porque una mujer debe ser de un solo hombre si es posible porque su reputación se ve dañada.

Tara e Ian abrieron la boca listos para maldecirlas hasta que un movimiento de Itachi los hizo callar a ambos, a las mujeres y a varios alrededor que miraban la escena.


Mikoto caminaba por las calles del mercado con una canasta en mano, anteriormente salía más a caminar por Konoha cuando su mejor amiga aún seguía viva. Por la pena y los dolorosos viejos recuerdos sus paseos han disminuido uno de sus momentos favoritos que solo su esposo e hijos saben es salir del barrio Uchiha y caminar por los puestos del mercado, seleccionar los mejores productos al mejor precio y escuchar de las señoras y ancianas los chismes más actuales mientras camina.

Le gustaba ir semanalmente para tener productos frescos a la hora de hacer la comida, sin embargo, esta ocasión es especial, se había enterado que Sakura finalmente había salido del hospital así que esperaba celebrar que fue dada de alta preparando un festín para la familia, por supuesto invitando también al equipo siete y la familia de Sakura para acercarse y conocerlas más. Con solo invitar a Naruto sabía que debía preparar algo grande.

Actualmente estaba viendo los salmones grado sushi mientras pensaba si hacer sushi o sashimi como entradas cuando el nombre de Sakura llamó su atención.

Al girarse se encontró con ella a unos puestos más adelante, apenas pudo evitar chillar al verla muy cerca de su hijo Itachi, frente a ellos estaban un chico y una mujer con los que Sakura hablaba de algo emotivo.

Contenta dio unos pasos hacia ellos decidida a ir a invitarlos formalmente a la cena de mañana hasta que notó a los cuatro tensar sus hombros.

—Si, es ella. No puedo creer que esté aquí en el mercado con el heredero Uchiha —dijo una señora.

—¿Ya viste? Están tomados de las manos, ¿No ha tenido otras relaciones? —le respondió su amiga.

—Pobre chica, no sabe lo que quiere, una mujer no sale con tantos hombres. Y por si fuese poco leí que estaba comprometida anteriormente, incluso apenas salió de una relación con el sobrino del líder del clan Hyuuga.

—Se nota que le gustan los poderosos, se dice que fue la amante del Kage de Suna.

—¡No me digas! ¿Qué dirán los Uchiha de esto? Me sorprende que esto apenas salga a la luz, ¿Dónde queda su reputación?

—Si, pobre chica, una mujer es de un solo hombre, sino qué lealtad le dará a su marido. Si fuese mi hija ya le hubiese dado unas buenas cachetadas por la vergüenza que hace pasar a la familia.

Mikoto muy difícilmente deja mostrar sus emociones, esta vez ella dejó fruncir el ceño en cuanto las palabras de aquellas dos mujeres era escuchado en todo el mercado. Según parecían susurrar pero varias personas se habían detenido a escuchar atentamente lo que decían mientras andaban de curiosos queriendo saber las reacciones de los dos protagonistas que estaban a unos metros.

Esas dos mujeres eran una desconsideradas, groseras, estaba punto de ponerlas en su lugar con unas cuantas palabras, cuando ella junto a todos los que miraban se quedaron sin aliento cuando Itachi acercó a Sakura a su pecho y le dio un beso en los labios frente a todos.

Las dos mujeres se callaron.

Sakura estaba sorprendida y Mikoto estaba a punto de desmayarse de felicidad. ¡Ya podía imaginar a sus nietos correteando por toda la casa cuando lleguen a visitarlos!

Y no es por menos, sabía que su hijo no pasaba las noches en casa desde que Sakura se despertó más que para escabullirse a su cuarto para un cambio de ropa. Por más cauteloso que fuese ella tenía su poder de mamá para saber cuándo estaba en casa aunque no quiera anunciarse. Era tal su rutina que por las mañanas al servir el desayuno él se presentaba como si no hubiese pasado nada y sólo se mandaban miradas indiscretas en las cuales se decían que sabía lo que él sabía pero no lo admitirá.

Verlo tan afectuoso como ahora y sobre todo públicamente, fue la guinda del pastel. Siempre le preocupó que la estricta educación que le dieron lo afectó más de lo que dejaba ver, con poco confort, esforzar sus músculos más allá de los límites, agudizar su mente dos pasos más inclusive cinco que su oponente.

La gente poco a poco se fue haciendo a un lado para seguir su camino, unos por el bochorno de ver la escena romántica entre Itachi y sakura y otros porque el chisme se evaporó en cuanto las dos señoras se quedaron calladas.

—Los ninjas tenemos buena audición. Por suerte, que estén juntos y de buenas nos da felicidad —les sonrió

Las dos mujeres palidecieron cuando a pesar de no tener afilados instintos como los ninjas, su piel se erizo cuando creyeron ver una enorme leona detrás de Mikoto mostrándoles sus colmillos lista para atacar.

Sin dejarles decir una sola palabra siguió adelante hasta acercarse a su hijo y compañía.

—M-mikoto —exclamó Sakura sin saber si se sentía más sorprendida o avergonzada de que los haya visto besarse enfrente de un cuarto de Konoha.

—¡Sakura! Sabía que ya estabas mejor, creo que he llegado en el mejor momento, deben venir mañana a cenar con la familia y celebrar —Sakura se sonrojó aún más por la implicación de sus palabras aunque una parte de ella se sentía a gusto de que estaba siendo aprobada por ella.

—Estaremos ahí, madre.

Los ojos ópalo de Mikoto brillaron cuando vio la mano de Itachi tomar la de Sakura.

—Nos vemos mañana —dijo despidiéndose, al darse la vuelta para irse se detuvo un instante y los miró de reojo—. Quiero más de uno.

Cuando estuvo lo suficiente lejos Sakura miró confundida a Itachi esperando que le diera una explicación.

—Nietos.

El grito sorprendido de Sakura retumbó por todo Konoha.


A la salida del mercado Itachi contemplaba a Sakura caminar dando fuertes pisotones a unos pasos delante de ella. Aún se encontraba avergonzada por la insinuación de Mikoto, y por si fuera poco, internamente, a Itachi no le desagrada pensar en iniciar a pensar en tener una familia propia. Para no alterarla aún más decidió guardar sus pensamientos para otro momento y no alterarla más de lo que ya estaban.

Apenas estaban iniciando una relación y quizá para ella le parecía demasiado pronto. Para él había pasado más de un año desde que la comenzó a conocer profundamente y decidió que no la quería lejos de él.

Una vez dentro del departamento comenzaron a guardar la despensa sin decir ni una palabra.

Por su parte Itachi se sentía muy cómoda con el silencio a diferencia de Sakura que solo le daba apertura a echar a andar su imaginación que solo la hacían sonrojar más y más, por suerte ella estaba de espaldas a Itachi y no la podía ver.

Siempre ha sido una romántica empedernida. Incluso con su primer amor, Sasuke, se imaginó desde su boda hasta el montón de hijos que tendrían juntos, solo que esta vez las palabras de Mikoto la sacudieron al punto que se imaginó despertando con Itachi todas las mañanas, tomando el té por el atardecer cuando tuviesen tiempo libre, mirar desde la cama desnudos las gotas de la lluvia golpear la ventana mientras se abrazaban e incluso jugar con sus hijos cuando estos llegaran a sus vidas. Se escuchaba incluso mejor que las fantasías de la infancia.

Al sentir la mano de Itachi sobre la suya no pudo evitar dar un pequeño brinco, la caja de galletas cayó al piso en un golpe sordo. Al voltear a verlo al instante se volvió a sonrojar al darse cuenta de lo que estaba pensando, se había olvidado que el objeto de sus fantasías estaba junto a ella.

—¿Qué sucede? —le preguntó Itachi.

Instantáneamente se negó a decir sus vergonzosos pensamientos por lo que sus labios se abrieron antes de que pudiera pensar en una excusa creíble.

—¿No vamos muy rápido? —se abstuvo de palmear su rostro por decir todo lo contrario a lo romántico que había pensado tan solo unos segundos antes.

Al no tener una respuesta de Itachi lo miró de reojo entendiendo que estaba esperando que se explicara mejor.

—Apenas tenemos una relación formal y ve a dónde llegamos ahora, tendré una cena con tu familia, todos nos vieron en el mercado y ahora quiere tu madre bebés, yo-

—Sakura —le interrumpió abruptamente.

Cerró la boca abruptamente y le miró con aquellos grandes ojos color esmeralda esperando que continuara como él lo hizo hace rato con ella.

—Iremos al ritmo que quieras, si he esperado desde la misión en Suna puedo seguir esperando —finalmente dijo.

—¡Qué? —gritó Sakura tomándolo de los hombros. Por suerte para ella él no se movió un centímetro porque inconscientemente usó más fuerza al sostenerse de él y cualquier otro los hubiese llevado a ambos al piso—, d-desde entonces… Aún cuando yo… Aún después de…

Las palabras se desvanecen en el aire cada que intentaba formular una frase. No tuvo el valor suficiente para sacar nuevamente a la superficie el suceso con Neji, Sasule, Shisui e incluso Shikamaru ya que estaban hablando entre líneas de un compromiso tan serio como casi lo fue entre Shikamaru y ella.

El simplemente sonrió acercando su rostro al de ella hasta que su frente tocó la de ella.

—Si —la tomó por la cintura—. Estar así no está nada mal.

Sakura sintió en ese instante como si dentro de ella la presa que siempre intentaba resguardar sus más profundos sentimientos y deseos se abriera de golpe.

¡A quién le importaba si ella era una romántica empedernida!

Lo besó sin cuidado intentando transmitirle con urgencia lo que aún no se atrevía a decir con palabras, Itachi la igualó e incluso con sus manos la acercó más hasta que no había espacio entre ellos. Las manos de ambos bajaron con desesperación en el cuerpo del otro deseosos de tocar todo y cada pequeña parte del otro, el cabello, mentón, espalda, pecho y piernas del otro mientras iban despojando con descuido cada una de las prendas del otro.

—¡Sakura-chan! —gritó Naruto desde afuera de la puerta.

Los dos se congelaron, el fuego que los invadía hasta casi intoxicarlos se congeló. Las respiraciones agitadas de ambos fueron casi opacadas por el gruñido de frustración de Sakura y el suspiro de Itachi.

Toc, toc, toc.

—Sakura-chan, abre la puerta —dijo un inocente Naruto que no sabía que sucedía dentro de aquellas cuatro paredes.

Las manos de Sakura que estaban a medio desabotonar el pantalón de Itachi se alejaron con angustia para buscar su brassier y playera roja. Ambos sabían que solo tenían dos opciones aparecer y dejar entrar a Naruto o echarlo de patadas muy lejos, la segunda opción era la más tentadora hasta el momento.

Nuevamente volvió a gruñir Sakura mientras se arreglaba el cabello, eso solo hizo que Itachi se riera. La pelirosa le lanzó una mirada puntiaguda antes de darse media vuelta hacia la puerta.

Una vez ahí abrió la puerta de golpe lista para darle una perorata de insultos cuando se queda muda al ver no solo a Naruto frente a la puerta sino a su familia y algunos amigos.

Sin una palabra al verlos frente a su puerta, ellos lo tomaron como una bienvenida entrado de uno en uno con comidas y bebidas en mano. Ino con un tazón lleno de dulces, Naruto obviamente con Ramen, Tsunade con su imperdible alcohol, Shisui con otro tazón de dulces, finalmente Sakura vio sin palabras a Sakuna pasar con platos de comida que le ayudaban a cargar, Kakashi, Sai, Yamato, Karin, Sasuke y Shi.

Todos entraban al departamento como si fuese su hogar.

Finalmente la última en entrar y que se abstuvo a hacerlo, su abuela. Las dos se miraron cara a cara sin decirse una palabra bajo el alféizar de la puerta. En unos instantes aparecieron de dentro Itachi y Sakuna.

Los cuatro se miraron entre sí, ninguno se atrevía a dar el primer paso y hablar.


18 /Agosto / 2020

Próximo capítulo: Cena en familia