N/A: Hola a todos :)

Este fic ha sido una cosa que se me ha ocurrido esta tarde así, de repente, y que he tenido que escribir sí o sí (y sí, me he pasado prácticamente toda la tarde escribiendo para poder escribir sobre todos).

En conmemoración del 1 de septiembre y del "19 años después" os traigo una serie de drabbles sobre el primer 1 de septiembre de todos los chicos (canon) de la tercera generación (no están ni mi Lizzy, ni el resto de OCs, vaya).

¡Espero que os guste y feliz 1 de septiembre!


Teddy Lupin

1 de septiembre de 2009

–¿Dónde es?

Harry, que tenía una mano apoyada en el hombro de Teddy, miró a Andromeda y sonrió. El chico estaba impaciente desde hacía días y aquellas últimas horas era incapaz de tranquilizarse.

–Ya estamos llegando, tranquilo –contestó su padrino–. Es justo ahí.

Señaló una columna y el chico frunció el ceño, un poco confuso.

–¿Dónde?

–Hay que atravesar esa columna –explicó su abuela–. Si no, cualquier muggle podría subirse por accidente en el tren.

–¿Y no van a vernos? –Preguntó, todavía confuso.

–Son muy despistados y no se dan cuenta de nada –respondió Harry–. Tienes que coger carrerilla y no tener miedo, ¿de acuerdo?

–Sí, pero… –Miró a su abuela–. ¿Vienes conmigo?

–Claro, cariño.

Andromeda apoyó una mano en la espalda de su nieto y la otra en su carrito y, juntos, comenzaron a correr y atravesar la barrera. Teddy cerró los ojos y, cuando los abrió, tuvo que contener una exclamación. Frente a él estaba el imponente tren y a su alrededor había cientos de alumnos, listos para subir y comenzar un nuevo curso escolar.

–Bueno, Teddy, ya ha llegado la hora. –Andromeda suspiró y lo miró intentando contener la emoción. Se acordaba tantísimo de su hija en aquellos momentos…–. Tienes que portarte muy bien y estudiar mucho, ¿vale?

–Sí, abuela.

–Y haz muchos amigos.

–Lo intentaré.

–Y escribe a menudo y…

Teddy rió y abrazó a la mujer que suspiró y le devolvió el abrazo con fuerza. Su nieto estaría bien, estaba convencida. Se separó de él y le alborotó el pelo, que últimamente llevaba de color azul.

–Bueno, campeón, Ginny me ha pedido que te dé un súper abrazo. –Harry se acercó y lo estrechó entre sus brazos–. Y, entre tú y yo, las normas están para saltárselas y Hogwarts es un lugar muy divertido que explorar. Pero yo no te he dicho nada, ¿eh?

–Vale, Harry.

–Pasa un buen curso y escríbenos a nosotros también. Los niños te echarán de menos.

–Y yo a ellos.

El niño se separó de su padrino y, tras dedicarle a ambos adultos una última sonrisa, se dirigió hacia el tren.

Comenzaba su aventura.