Profesor

Disclaimer: todo pertenece a J. K. Rowling.

Esta historia participa en el reto De vuelta a casa del foro Las cuatro Casas.

()()()()()()()

Albus se encontraba mirando por la ventana del compartimiento mientras esperaba que Scorpius regresara del vagón de prefectos. La vuelta a Hogwarts siempre le había entusiasmado. Puede que no fuera el mejor estudiante, pero le gustaba aprender cosas nuevas, especialmente en el campo de la defensa contra las artes oscuras, y siempre lo pasaba bien en el colegio junto a sus compañeros, sus primos y su novio, Scorpius. Ese año, sin embargo, sería el último que pasaría en el castillo y Albus estaba, tenía que reconocerlo, un poco abrumado por ese hecho.

Cuando terminara su etapa escolar tendría que comenzar a vivir como un adulto, a buscar un trabajo y decidir qué quería hacer con su vida y era una decisión demasiado complicada.

Lo peor era que todo el mundo parecía tenerlo claro: Teddy estaba haciendo carrera como auror; Victoire trabajaba en el departamento de relaciones internacionales del ministerio; Dominique, en el departamento de deportes y juegos mágicos; Lowis acababa de empezar a trabajar con el tío George en la tienda; Molly estaba estudiando una carrera muggle, "ingeniería", para aprender a combinar la magia con la tecnología y trasladar algunos inventos muggles al mundo de los magos, un proyecto muy ambicioso, si le preguntabas a Albus; Lucy aún estaba en sexto año, pero tenía muy claro que quería dedicarse a la escritura de cuentos infantiles y novelas para jóvenes; Fred quería ser sanador; Roxanne estaba claro que seguiría los pasos de su madre en El Profeta; James había ingresado en la academia de aurores; Rose estaba deseando acabar Hogwarts para estudiar derecho mágico; y Lily y Hugo tenían planeado montar un negocio de fabricación de pociones cuando salieran del colegio dentro de tres años. Hasta Scorpius tenía claro su futuro como inefable.

Albus no tenía claro nada de eso, derecho le parecía aburrido, las pociones no se le daban particularmente bien, no le llamaban la atención ni la escritura ni las bromas, ni mucho menos el ministerio, y la sanación no era una opción puesto que se mareaba con la sangre. Molly le había hablado de algunas carreras muggles, su prima había heredado la pasión del abuelo Arthur por ese mundo, pero tampoco había ninguna que le resultara atractiva.

Scorpius le había propuesto entrar con él en el cuerpo de inefables y James le había dicho que quizá encajaría bien como auror, pero Albus había rechazado también aquellas propuestas.

Para colmo de males, Albus estaba en esa edad en la que todo el mundo preguntaba constantemente qué iba a hacer en el futuro. Esa edad en la que todos sonreían orgullosos ante la carrera escogida por Rose o ante los planes de Lily y Hugo y en la que todos lo miraban con extrañeza y murmuraban un para nada convincente "Bueno, ya encontrarás algo que te guste."

Albus pensó enfurruñado que él ya había encontrado algo que le gustase: Hogwarts. Eso era lo que le gustaba. Una idea comenzó a abrirse paso en su cabeza al mismo tiempo que Scorpius entraba en su compartimento. Albus miró a su novio con una gran sonrisa y dijo triunfante:

–Scorpius, voy a ser profesor.