Prólogo

Cerca de una mansión en Doncaster, Inglaterra, se encontraba de espaldas un hombre alto y erguido, quien miraba a lo lejos la fachada arquitectónica del edificio realmente peculiar. En ese momento en lo alto de la mansión se encontraban dos aves luchando, una de ella fue derrotada y un recuerdo de su niñez lo llevó al pasado

-Cariño, ¿conoces la historia de los dos fénix?

-No mami-respondió el niño de cabello argentado.

-Hace muchos años en lo alto de la montaña del monte Otris se encontraban volando dos aves fénix, el primero aterrizó en una piedra borrascosa, afilada y perfecta para su cambio, mientras el otro más reacio busco una zona más fructífera, menos brusca para la cual completar su ciclo vital. Al empezar el cambio sucedieron dos actos importantes, la primera ave pudo realizar por completo su renacer, sin ningún tipo de problemas, el haber escogido un terreno más peligroso ocasionó que sus cenizas penetraran en uno de los huecos de las rocas, y surgiera el fénix con mayor facilidad, por otro lado, el ave que buscaba un mejor lugar, no pudo llegar a este, simplemente su cuerpo se incineró mientras volaba y para mayor consternación, sus cenizas cayeron al río que atravesaba la montaña, llevándose consigo todo tipo de desperfecto que tenía el ave, unos dirán que se basa en "la selección natural" que Darwin un hombre muggle concluyó, otros simplemente dirían que la avaricia del ave por un lugar mejor ocasionó su muerte, y otros pocos son capaces de decir; que era algo que estaba predestinado a pasar, así que hijo mío he aquí un claro ejemplo de lo que es la realidad de la vida. Las personas en busca de su plenitud completa, toman las decisiones más fáciles y eso trae consigo consecuencias desastrosas. El renacer del fénix significa la nueva vida, una llena de pureza y benevolencia, y al morir el otro solo significa la supervivencia de los más fuertes. ¿Lo entiendes?

-Humm, creo que sí…, es como los muggles y los magos, nosotros somos superiores como dice papá, hemos pasado por caminos más duros y por eso podemos hacer magia y ellos que solo hacen daño al mundo no son dignos de esta magia.- Dijo el niño bostezando.

-Muy bien amor, ahora es hora de dormir, así que descansa, después de contaré más sobre el ave fénix.

Pisadas a lo lejos, lo trajeron de vuelta al presente, el hombre se metió ambas manos en los bolsillos y caminó con firmeza hacia el porche del edificio, allí en la puerta recito una cuantas palabras y entró a una habitación inmensa, en la que se hallaban ya muchas personas iguales a él. Luego de unos minutos un hombre encapuchado con una túnica negra se acercó al estrado del lugar, murmuró el inicio de la ceremonia, símbolos paganos celtas adornaban la estancia, la magia oscura se podía sentir en el aire, la ambición por el poder también era latente y en el interior de aquel hombre, la confusión reinaba, pero aun así la expectativa por lo que podría pasar lo hacía seguir adelante. La ofrenda fue dada y de la mitad de la habitación un campo de energía se originó, acumulando una bomba de poder, en cuanto el líder recitó la última palabra, este campo exploto, lanzando a los presentes hacia las paredes con fuerza, fue en ese instante que el hombre sintió como un gran poder lo invadía, para luego drenarlo por completo.

Aquella magia oscura que invadió su cuerpo, lo hizo recordar sobre la historia de las dos aves. Pensó en aquello que explicaba su madre, la vida y la muerte juntos en su cuerpo convergen al fin.

-"Es así como en esta historia los muggles y los magos se verán enfrentados en una carrera por sobrevivir, unos dirán que el humano prevalecerá sobre el mago total, es más la tecnología está de su mano, pero nos olvidamos de lo más importante, el muggle ha cavado su propia tumba destruyendo la tierra en la que vive, es por eso que como la leyenda del fénix solo uno de las dos aves vivirán al final de todo… ¿o quizás ninguna?"-.