Capítulo 1.

Caminos cruzados

Sakura Haruno era un enigma con largas y torneadas piernas. Era incontrolable, voluble y exquisita; lamentablemente, también era irresistible y eso era un jodido problema para él. Cada vez era más complicado disimular cuando la tenía cerca, porque de alguna manera su mirada siempre caía en sus labios rosados y buscaba rozar su piel.

Entonces ella le sonreía perfectamente, analizándolo con profundos ojos verdes y le preguntaba si algo ocurría. Él, por más Uchiha que sea, apartaba la mirada y fingía respondiendo un seco "no".

Pero en serio, cada día era más difícil no recorrer esas curvas desde la distancia. Naruto ya lo había notado pero le hizo jurar no decir nada a nadie, y ahora, además de soportar sus emociones, debía soportar a Naruto.

— Un día comenzarás a babear — se burló el rubio al sentarse a su lado en clases.

Sasuke alejó sus ojos oscuros de Sakura, quien charlaba con Ino Yamanaka, su aparente mejor amiga.

— Cállate —masculló el de cabello negro y Naruto rió por lo bajo.

— Mira, Sakura es genial, pero…

La mirada que Sasuke le envió hizo enmudecer al rubio. No necesitaba escucharlo, porque él sabía muy bien cada uno de esos "pero".

Sakura es genial, pero no le interesan las relaciones formales. Sakura es hermosa, pero no es confiable. Sakura es astuta e inteligente, pero sólo hace las cosas para su beneficio. Y todo aquel que se enamora de ella está oficialmente jodido.

Por eso él quiere mantenerse lejos. No puede arriesgarse a ser uno de esos fracasados en la lista negra de Sakura Haruno.

—Aunque ya sabes lo que dicen, siempre hay una excepción para todo —añadió finalmente Naruto.

El día transcurrió sin nada a destacar. Sasuke se mantenía discreto respecto a sus pensamientos y pocas veces fueron en las que Sakura rondó cerca de él. No hablaron ni intercambiaron miradas; ella siempre estaba en su mundo, como si el resto no llamara su atención. Sólo Ino tenía la valentía de interrumpirla cuando sus ojos verdes se perdían en la nada.

Cuando las clases terminaron, Naruto dijo algo sobre videojuegos y películas y entonces ya lo tenía pegado de camino a casa. Itachi, su hermano mayor, había pasado por ellos en el auto, y Mikoto, madre de Sasuke, los recibió con gusto y ella se encargó de avisarle a Kushina, madre de Naruto, que el dichoso estaría en casa.

Su mente cada minuto recordaba la frase de "siempre hay una excepción".


La música estaba algo fuerte cuando llegó al departamento de Sasori. Tocó varias veces antes de que él abriera; con un cigarrillo en los labios y la camisa desabotonada, el pelirrojo tenía el perfecto look de un rebelde renegado.

— ¿Hoy vienes directo de la escuela?— preguntó el universitario dejándola pasar.

Sakura se dejó caer en el sofá y tomó el control para bajar el volumen de la música. Sentía que su cabeza punzaba y ya se imaginaba porqué.

— Eso se deduce al verme con uniforme— contestó ella en aquel tonito de obviedad que hacía sentir idiota a Sasori. Éste dio una calada a su cigarro y soltó el humo lentamente en lugar de responder.

Él sabía que la chica estaba de malhumor; la conocía demasiado bien y bastaba con verla para notar sus pocos ánimos. Además parecía cansada, algo enfermiza incluso.

—Serás idiota…— masculló el chico. Sakura poco a poco se fue recostando en el sofá con los ojos cerrados. — Dime hace cuánto comiste, chica inútil —le ordenó, mas la pelirosa pasó de él.

Sasori se dio una ligera idea de la respuesta y se sintió más cabreado. ¿Es que esa mujer no entendía el daño que se hacía a sí misma? Era una terca de lo peor, y por ello se desvió a otro tema antes de iniciar una pelea.

— Vendrán unos amigos.

Sakura entreabrió sus ojos verdes.

— Entiendo, será mejor que me vaya antes de que lleguen.

Tomó su bolso e hizo el ademán de levantarse, pero la mano de Sasori la detuvo al dejarla caer sobre su frente. Con la otra mano el chico apartó el cigarro de sus labios.

— Ve a dormir a mi habitación, ahí nadie te molestará — dijo él —. Después te llevo a tu casa. Y antes de que reniegues, recuerda que soy tan cabezota como tú.

Se vieron fijamente hasta que ella suspiró y Sasori le permitió levantarse. No se dijeron nada más, la chica simplemente se dirigió al cuarto del joven y se encerró.

Y como si de una organizada obra de teatro se tratara, alguien llamó a su puerta. Debían ser sus compañeros, la voz de Deidara atravesaba las paredes y ya se estaba quejando de algo el muy estúpido.

Cuando abrió la puerta, aquel rubio fue el primero en entrar, seguido por Konan, Yahiko, Hidan e Itachi. Menos mal hoy serían pocos y sólo Deidara y Hidan eran ruidosos.

— De acuerdo… — Deidara se tiró a sus anchas en el sofá más grande —. Quiero cerveza, una de esas botanas picantes y quizá algo de hierba que no sea para el mal aliento, si me entiendes.

— Nada de eso— interrumpió Konan, la única chica del grupo —. Tenemos muchos temas serios que tratar, Deidara, así que comportáte.

Sasori mantuvo una curiosa mirada sobre ella. Ciertamente, Konan era muy madura y dedicada a sus metas, y de igual manera tenía la paciencia suficiente para soportar a gente como… pues para soportar a Deidara. Konan sin duda sería una gran amiga para Sakura, incluso un buen ejemplo.

— ¿Pasa algo?— le preguntó Yahiko en voz baja—. Estás viendo mucho a mi novia, colega.

El pelirrojo ni se inmutó y sacó el celular de su bolsillo. Ya sabía lo celoso que era su amigo como para darle bola por ello.

— Pediré pizza, ¿quieren algo más?

— Yo quiero ir a tu baño—dijo Hidan, el cual ya iba hacia el pasillo, pero entonces Sasori se puso delante de él impidiéndole el paso. Casi se han estampado el uno con el otro — Sí, ya sé, nada de cosas raras…

—No es eso… — Sasori se mordió con fastidio la lengua. Hidan quería ir al baño y el baño estaba en su cuarto, y en su cuarto estaba Sakura, que no sabía si ya estaba dormida. Mi-er-da. Si la ven ahí se le iba a armar una buena. — No puedes pasar al baño.

Hidan frunció el ceño.

— ¿Por?

— Y no tengo que dar explicaciones.

Todos los presentes vieron al pelirrojo como si otra cabeza le hubiese salido. Que sí, que Sasori tenía un carácter del demonio, pero estaba rayando lo anormal justo ahora. Y para lo anormal Deidara estaba sobrado.

—Nooooo — Deidara se levantó del sofá con una sonrisa macabra—. Aquí hay algo, lo sé..., puedo sentirlo…— respiró profundo—, puedo olerlo…, y no huele a tu baño, Sasori...

—No seas ridículo.

Que Sasori desviará la mirada no hizo mas que confirmar las palabras del rubio. Deidara abrió su boca exageradamente chillando otro "nooo".

— ¡Eres un pi-llín!

— ¡Hey...!

Sasori se vio en problemas cuando Deidara se echó a correr en dirección a su habitación. No pudo hacer nada, pues el rubio era escurridizo cuando quería y no consiguió atraparlo.

Cuando lo alcanzó, Deidara ya estaba tocando fuerte e insistentemente la puerta de su cuarto. No le quedó de otra. Tuvo que taclearlo y disfrutó el golpe que se dio Deidara contra el suelo.

— ¡Déjame verla y criticar tus gustos! —exclamó Deidara como si de verdad fuese un derecho suyo. Mientras él intentaba apartar a Sasori, Sasori le aplastaba la cabeza contra el piso.

Detrás de ellos llegaron los demás. Y bien, esos dos se querían matar, así que la situación no estaba tan mal. Itachi usó su pie para empujar a Sasori y apartarlo de Deidara.

— Acordamos que sería una visita tranquila, y también que sólo los sábados intentarías matar a Deidara, ¿recuerdas?

Antes de que Sasori dijera algo, el sonido de la puerta abriéndose llamó su atención y la de todos. Oh no...

Pero sí. Sakura abrió y ahora todas las miradas estaban sobre ella, y a su vez, la mirada de Sakura estaba sobre él.

— ¿Para esto pides que me quede? — le preguntó la chica, suave y en calma.

— Wow... Sólo wow...

Deidara se levantó del suelo, inspeccionando a Sakura de arriba abajo. Silvó con aprobación, pero luego se mostró curioso por cierto detalle.

— ¿No es ilegal hacerlo con chicas de prepa?

— Espera... — la voz de Itachi sonaba con sorpresa —, tú eres... ¿Haruno Sakura?

Ella dirigió su mirada a él, pero antes de que dijera algo, Sasori se puso entre los dos.

— Ya basta, Sakura debe descansar — intervino al sentir algo fuera de lugar respecto a Itachi. Más tarde le preguntaría de dónde conoce a Sakura, pero ahora debía poner orden en el lugar—. Hidan, usa el baño ahora que puedes.

El mencionado se alzó de hombros y pasó junto a Sakura.

— Es hermosa y prohibida a la vez, creo que ya entiendo tanto secretismo —continuó Deidara en su afán de joder a Sasori—. Y encima llegas al punto en el que ella debe descansar después, eh, pícaro.

Sasori tensó tanto la quijada que sintió crujir sus dientes, pero ahora fue Sakura quien respondió, brindándole una fina sonrisa al ojiazul.

— Es una lástima, pero Sasori y yo sólo somos...

— No tienes que darle explicaciones a este sujeto, Sakura.

La pelirosa alzó ambas cejas, murmurando un bajo "oh", mas no dio objeción alguna al pelirrojo. Sintió además la oscura y curiosa mirada del joven que pareció reconocerla, y aunque él le resultaba familiar, no se explicaba de dónde. ¿En alguna fiesta, quizá...? Ni siquiera se le ocurría un indicio.

—Entonces tu nombre es Sakura —le habló aquella chica de cabellos azules. La miró y le pareció amable, diferente a las chicas que le hablaban en la escuela y que no podían disimular el veneno en sus voces.— Mi nombre es Konan y soy compañera de Sasori. De haber sabido que él tenía compañía hubiésemos dejado a Deidara amarrado.

— Haré como que no escuché eso— masculla el dichoso.

— No hay problema, yo llegué sin avisar —confesó Sakura y luego fijó su verde mirada en Sasori —. Estás ocupado y yo preferiría irme antes de que oscurezca —el chico abrió su boca para protestar pero ella continuó —. Te llamaré cuando llegue a casa, ¿bien? No te preocupes por mí...

— En realidad... —aquel joven, Itachi, sonrió con simpatía —, no tengo ningún inconveniente en llevarte a casa, Sakura-san. Mi auto está afuera y creo que Sasori estaría más tranquilo.

— ¡Qué amable eres, Itachi! —exclamó Deidara, pero luego habló a Sasori en confidencia —. Creo que Itachi quiere usar los asientos traseros con tu chica, deberías golpearlo.

Sasori alejó al rubio empujándolo.

— Yo iré con ustedes.

Y Sakura, la que debió aceptar, sólo tuvo la oportunidad de ver cómo Sasori recogía su bolso y la guiaba hacia la salida junto el chico llamado Itachi. Ni se molestó en despedirse de los demás, pues notaba en Sasori una gran incomodidad y lo apreciaba lo suficiente como para alargar el rato.

Cuando llegaron al auto, Sasori la mandó a la parte trasera y a su vez se sentó en el asiento de copiloto. Hubo un pesado silencio cuando Itachi arrancó el vehículo.

Pero en serio, Itachi le parecía muy familiar, y aunque fingía ignorancia, sabía que él la veía por el retrovisor cada vez que podía. Estaba acostumbrada a eso, a ser vista, pero era demasiada la intensidad de ese pelinegro. ¿Acaso...? No, ella sabía muy bien con quién ha tenido sus buenos ratos, no era tan insensible al respecto.

— ¿Ustedes se acostaron?

La voz de Sasori sonó profunda, como salida de un agujero profundo y oscuro. Itachi balbuceó un "qué" e inmediatamente negó con cabeza y alma, como si fuera un sacrilegio de alta penitencia el dormir con ella.

— No seas ridículo, Sasori... —decía Itachi intentando no apartar la mirada del camino—, la conozco por... —pareció meditar sus palabras, porque debía hacerlo. Sasori estaba molesto y la chica en discordia, Sakura, miraba por la ventana ignorando a ambos. Le había dejado al demonio —. Ella estudia con mi hermano y es algo popular en su escuela. La he mirado un par de veces cuando paso a recoger a mi hermano.

El pelirrojo puso en juicio sus palabras, pero en el fondo se sentía más tranquilo. Sabía que Itachi no se pondría a coquetear con una chica de prepa, no era su estilo. Dejó al pelo negro descansar de su mirada, por fin, y se dedicó a guiarlo hasta casa de la pelirosa.

— Gracias por traerme, Itachi— agradeció ella, pasando luego su mirada a Sasori—. Ire a verte un día de estos, así que compra helado de fresa y unas galletas.

— Vale, pero si engordas a mí no me eches la culpa — contestó él. Sin embargo, al instante de decirlo se sintió torpe e incoherente —. Come algo en cuanto entres, Sakura. No tienes tanto pecho como para adelgazar y perder lo poco que tienes.

Mientras Itachi se tensó y pretendió no escuchar a su amigo por vergüenza ajena, Sakura sonrió.

— Lo que digas, cielo. Nos vemos después.

Itachi quiso decir algo, o eso se le figuró a Sakura, pero al final el pelinegro puso en marcha el auto y los vio alejarse.

Se preguntó qué fue ese extraño malestar que sintió, así como un... ¿presentimiento?, y uno de esos desagradables que advierten problemas.

— Itachi, eh —susurró y anotó el nombre en sus recuerdos antes de entrar a casa.


Naruto se había marchado hace una hora cuando Kushina le habló y gritó por lo tarde que era. El rubio no vivía tan lejos, pero igual no era recomendable para nadie andar caminando por ahí en la noche. Ahora Sasuke se encontraba cenando en su habitación, con la tarea terminada sobre su escritorio y música en volumen bajo.

Aún así, logró escuchar el auto de Itachi al llegar; no era común que Itachi llegara tan tarde, pero al parecer había avisado y, bueno, ya no era un niño. De hecho, Itachi ya tenía en la mira un departamento al cual mudarse dentro de poco. Y Sasuke tenía algo de envidia por ello.

— Buenas noches —le saludó Itachi al entrar a su habitación, sin tocar, porque Itachi gustaba de fastidiarlo.

Sasuke lo miró de soslayo. Aquel hermano mayor suyo parecía estar de buen humor, y tuvo que reprimir el gruñido en su garganta cuando se sentó en la cama.

— ¿Qué quieres?

— Oh, nada... — Itachi sonrió más, sin embargo, a los pocos segundos esa sonrisa decayó y terminó suspirando con pesadez—. Bueno, bueno..., pasó algo.

El menor arrugó un poco su ceño.

— No me involucres en tus asuntos.

Pero Itachi empezó a hablar ignorando su petición.

— Hay una chica, Sasuke. Una chica linda que he estado viendo desde lejos porque no sabía cómo acercarme —mientras Sasuke alzaba la mirada, hastiado, Itachi la bajaba—. Al fin la tuve de frente y hablé con ella, pero joder..., resulta que es novia de Sasori. De todas las personas, ella es novia de uno de mis amigos. Y está mal, yo estoy mal. No puedo quitarme estas estúpidas ideas de la cabeza.

— De acuerdo... —Sasuke se pasó una mano por la cara. No sabía qué decir, porque en realidad no le importaba y tampoco sentía empatía. Ni siquiera lograba sentir lástima —. Pues... No sé, olvídate de ella, consigue otra chica y haz que te soporte...

Itachi entrecerró sus ojos oscuros.

— Cierto, olvidé que no tienes corazón.

Con eso dicho, Itachi se levantó de la cama simulando indignación. Sasuke lo escuchó murmurar varias cosas antes de verlo salir del cuarto.

— Está perdido — reconoció y fue directo a cerrar la puerta.

Pero bueno, quizá si entendía a su hermano de alguna manera.


Gracias por leer ~ Espero que les haya gustado el comienzo de esta dramática historia y contar con su apoyo. Los comentarios se agradecerán mucho 3