GUARDIÁN

-¡Waaaaaaa! ¡Oni-sama!-lloraba una niña alrededor de 6 años de cabello rubio atado a dos coletas en forma de taladro y ojos color zafiro claro, que vestía un vestido rosa. El cual se encontraba sucio con manchas de barro. Producto de los niños que la estaban rodeando lanzandole bolas de barro a la pobre niña.

-¡Ya no eres tan importante como creías!-

Los niños molestaban a la pobre pequeña solo por ser una chica de alta cuna. No como ellos. Algunas veces los niños pueden ser más crueles que los mismos adultos.

Si no les gusta algo lo toman mal, en este caso fue la niña de pelo rubio.

-¡Alejense de ella!-un gritó se escuchó desde detrás del grupo de niños. Un niño de unos 7 años de edad, pelo color castaño de ojos color miel se paró frente a la niña con los brazos extendidos, protegiéndola de las bolas de barro. La niña aún llorando miró al niño frente a él. El castañito vestía unas ropas que se notaban estaban demasiado viejas.

-¡Vete de aquí apestoso!-grito uno de los niños, pareciendo ser el líder del grupo.

-¡No pueden hacerle eso a una niña!-grito el castaño firme a no dejar sola a la niña rubia. El castaño volteó para ver a la niña. La cuál lo miraba fijamente con lágrimas en los ojos-Estas bien-la niña solo asintió con lágrimas en sus hermosos ojos.

-¡Ravel!-todos los niños se asustaron al oír la voz de un adulto cerca.

Sin dudarlo los niños se fueron corriendo dejando solo al castaño y a la niña rubia.

El adulto que llegaba era un hombre hombre alto, midiendo 1,80m.; de cabello rubio y entrecorto, quién vestía un traje de color rojo y una camisa medio abierta con unos zapatos a juego.

-¡Ravel!-el joven adulto gritó hecho una furia al ver a su pequeña hermana sucia y con lágrimas en sus pequeños ojos.

-¡Oni-sama!-la niña no esperó a que su hermano llegará fue corriendo hacía los brazos de su hermano-¡Oni-sama! ¡Tenía mucho miedo!-

-¡¿Quién te hizo esto?!-el hermano de Ravel miró al castaño con furia-¡¿Fuiste tú no?!-

-Yo...-trató de hablar el niño pero fue callado por el adulto.

-¡No me interesan tus excusas, espero que tus padres, puedan pagar un buen abogado!-gritó eufórico el hermano de la niña. A quién tenía en sus brazos.

-Espera Oni-sama... el me defendió-dijo la niña con moquillos en la nariz por llorar tanto.

-¿Es eso cierto?-preguntó el rubio adulto. El castaño solo asentía-Ahhhh... lo siento me altere. Disculpa mi imprudencia-

-No sé preocupe-respondió el castaño. El rubio se acercó con su hermana, sujetándola de la mano, acercándose al chico. Colocándose sobre sus rodillas, para tener la misma altura que el castaño.

-¿Donde vives?-

El niño solo negó con la cabeza con la mirada agachada.

-¿No te acuerdas donde vives?-

El niño sólo volvió a negar con la cabeza.

-¿Entonces?-

-N...No tengo hogar-habló el niño con tristeza.

El rubio no sabía que hacer había tocado un tema muy delicado. Y el no era experto en esos temas.

La niña al ver que su hermano no respondía nada. Se acercó al castaño.

-Si no tienes hogar. ¿No te gustaría venir con nosotros a casa?-la niña rubia se paró frente al chico limpiándose las lágrimas, con una sonrisa en su rostro-Me llamó Ravel... Ravel Phenex ¿y tu?-

-Issei... solo Issei-El chico miraba a la niña un poco perplejo por la propuesta que le había dicho. Pero eso no le negó que respondiera a la otra pregunta-¿En serio puedo ir con ustedes?-

-Claro... Tu me ayudaste. Y en mi familia no nos justa deber favores-Ravel le sujetó la mano a Issei, haciéndolo sonrojar-Serás bien bienvenido en nuestra familia-Ravel le dio una sonrisa pura a Issei.

Esa sola sonrisa iluminó el mundo de Issei. Una que en ese momento el juró proteger hasta la hora de su muerte.

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-¡Maldito!-gruño un alumno calvo de la Academia Kuoh, al sentir como sus brazos estaban siendo estirados por la espalda-¡Ya te dije que me rindo!-

-Miren hay va otra vez-

-Siempre lo mismo-

-¿Cuándo entenderán que no deben de espiar los vestidores de mujeres y menos cuando esta Ravel Phenex?-

-Saben cómo se pone su fiel perro-

Un grupo de alumnos miraban la escena frente a ellos como si fuera lo más normal del mundo.

-¡Matsuda! ¡Maldito suéltalo!-un chico con lentes lanzó un golpe al agresor de su amigo.

-Lento...-fueron las palabras del castaño sujetando la mano del chico de lentes, moviendola aún lado, golpeando su rodilla haciéndolo arrodillarse-Débil...-dijo el castaño golpeando el soporte del chico haciéndolo dar una vuelta de 360 grados cayendo al piso noqueado-En que me quedé...-el castaño sujetó el brazo del calvo con su pie apoyado en su hombro.

-¡Ise detente ahora mismo!-una chica de cabello rubio con un estilo de coletas, se metía entre la multitud parándose frente al castaño con cara de enojó en su rostro-¡¿Que te dije?!-

-No entiendo la pregunta Ravel-sama...-

-¡No puedes ir por ahí golpeando a la gente! ¡Nos vamos! ¡A casa ahora mismo!-

Esta bien. Pero antes...-

CRACK

Fue el sonido del brazo del chico, al ser torcido por Issei.

-¡Ahhhh! ¡Me duele!-

-Bueno ya podemos irnos Ravel-sama-

-¡Estás castigado!-

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-Ravel-sama ¿Por que llora?-preguntó un castaño a su ama. La cuál lloraba a los pies de su cama.

-Vete... Quiero estar sola...-decía entre lágrimas a Issei

-No...-

-¡Te dije que te vayas!-Ravel le dio una bofetada a Issei, dejando su mejilla roja por el impacto, al darse cuenta de lo que hizo se puso más triste-L...lo siento Ise no quería lastimarte-

-No sé preocupe-respondió el castaño con una sonrisa-No dolió nada-Issei se sentó a su lado sujetándola de la mano-¿Que pasó para que llorará?-

-Mi novio Xavier terminó conmigo por no querer tener relaciones con él-Ravel se abrazó las rodillas amenazando con soltar lágrimas-Dijo que dependo mucho de ti, y que ni tengo nada bueno además de mis pechos grandes-

-¡No diga eso!-Ravel se sorprendio al escuchar la voz de su sirviente Issei-¡Sin usted no habría salido de las calles! ¡No importa lo que diga ese idiota!¡Usted es más que unos pechos andantes!-sujetándola de los hombros mirándola a los ojos, aguantandose las ganas de besarla-Es hermosa, fuerte, y muy inteligente. Si él no lo puede ver entonces no la merece-

-Ise...-Ravel sintió como su corazón latía a mil por hora, por aquellas palabras-¿Por que me dices eso?-

-¡Por que la amo!¡Siempre la he amado!-Ravel se sorprendio al escuchar esas palabras-Desde que me salvó de las calles, la he amado...-

Issei acercó sus labios a los de su ama para poder besarla. Juntandolos con éxito saboreando cada parte de su boca.

Ravel sólo se dejó llevar por los labios de su sirviente.

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Un adolescente despertaba en su habitación con el reloj despertador sonando a todo volumen. Con pesadez acercó su brazo hacía el botón de apagado para poder desactivar la alarma, cosa que no logró. Llevándose una grata sorpresa al no poder estirarse un poco más, sentía algo de peso extra sobre su cuerpo.

Con un poco de delicadeza deslizó las sábanas para poder ver quién es. Sonriendo al ver a la persona aferraba a su torso.

Era su ama y el amor de su vida Ravel Phenex. La chica que le salvó la vida, evitando que siga viviendo en las calles.

Le había dado un hogar, una familia y una razón para vivir, la cual era protegerla.

Sin darle más importancia al sonido molestó del reloj, el cuál ya había dejado de sonar, se aferró más al pequeño de su ama. Acurrucandose en sus cuello, deleitándose con su dulce aroma, buscando el mayor calor posible de su cuerpo. Sintiendo como ella también buscaba más contacto contra su cuerpo.

A pegándose a su cuerpo, haciéndolo sentir sus pechos sobre su torso. Eran suaves, firmes y muy esponjosos, como a él le gustaban, deslizando su cabeza de forma estratégica para poder enterrar su rostro en esos enormes pedazos de carne, que tanto le encantaban. Tocar, morder, lamer, chupar, apretar, entre otras cosas.

-¿Que crees que haces Ise?-sobresaltado al escuchar esa voz, el castaño levantó su rostro. Para encontrarse con los ojos zafiro de su ama, viéndolo con una sonrisa-Tan temprano y ya quieres tocarlas. Enserio si que eres un pervertido-

-Es su culpa Ravel-sama. Si despierto y me encuentro con tremenda delicia frente a mi, no podré resistirme a probarlas-ocultando su rostro en las almohadas de ama, respirando el olor que desprendía.

Su ama sólo se dejo hacer, le encantaba, todo de su sirviente le encantaba.

Sus besos, sus caricias, todo le encantaba, pero sobre todo lo que le hacía sentir a la hora de hacer el amor. Era lo más maravilloso del mundo, lo que le hacía sentir.

No se percató cuando su sirviente la había colocado debajo de ella. Abriendo los botones de su ropa para dormir, dejando sus pechos rebotar al aire.

-Ahh~~-soltando un gemido dulce, al sentir sus pechos siendo tocados por su sirviente-Estás muy animado desde muy temprano Ise-

-Lo siento no pude resistir-

-So...lo conti...nua-habló jadeando Ravel a sentir sus pechos siendo chupados por su sirviente-Ise... be...sa..m...-

No pudo continuar de hablar Issei la besó con desesperación, sin dejar de tocar los senos de su ama, abrazando su cuello Ravel se dejó llevar por el besó de su sirviente.

Usando un poco su lengua para abrirse pasó de los labios de Issei, Ravel empujó su lengua dentro de la boca de Issei saboreando su lengua como si de una golosina se tratará.

Sintiendo las manos de su sirviente apretar sus glúteos, sobre la ropa. Sabiendo que el quería tocar dentro.

-Si quieres tocar... solo hazlo...-

-Gracias...-fue el susurró que escapó de los labios de Issei.

Sacando el pequeño short que cubría la parte baja de su ama, sacándose los pantalones dejando su virilidad erecta lista para la acción.

Issei entró de un solo golpe dentro de su ama, la cual gimió de felicidad al sentirlo dentro.

No importaba nada.

Solo que ellos se amarán.

Eso es lo único que importaba en su mundo de felicidad.

No importa si su familia no lo aprobaba, ellos se amaban y eso era lo único que importa.

Nunca lo iba a dejar sola, eso lo sabía muy bien.

Ya que el era su guardián...