Epílogo

Buenas! Se me hace raro saber que está será mi última introducción por aquí. Ha sido un camino largo, tengo que reconocerlo... aunque también es cierto que siempre supe que completaría este fic. Tenía todas las ideas, sólo tenía que ordenarlas. Ha sido largo, repito, pero dicen que todos deberíamos de tener un hijo, plantar un árbol y escribir un libro, y con estas 940 páginas de Word ya he cumplido una de ellas xD

para que veáis como cambia una idea de la que escribes: la idea original era que Naruto simplemente se atrase de konoha y su trato a las naciones menores (sin atentado de por medio) y desertase junto con Anko, que iba a hacer de puente con su antiguo hogar de forma encubierta. Naruto con la ayuda de Shion, fundaría uzushiogakure de nuevo, y se aliaría con las naciones menores para luchar contra el Shinju, uniéndosele el consejo hokage después. Iba a ser narusaku 100% (Shion sólo sería una buena amiga y una especie de amiga con derechos de Naruto hasta que llegase la pelirrosada) y el único villano iba a ser Sanada (ni orochimaru, ni kyofu, ni Chikara). Una idea que, en cuanto intente articular, hacia aguas por todos lados. Pero, gracias a virar un poco el enfoque (me costó decidirme por narusaku-Narushion-Narusaku, temía que una de las dos féminas se quedase sin desarrollar, pero tuve suerte ahi y veo que os gustó) y a muchas ideas que me disteis en reviews y mp, pude hacer esta obra. Mil gracias a todos.

En mi haber, creo que el cuarto arco debería de haber tenido capitulos mucho más cortos. La media debería de ser 10000 palabras x capítulo, 15000 como muchísimo, y en muchos capítulos supere las 20000. Quizás eso os hizo más difícil la lectura, aunque intente compensarlo con la división en actos, que permite cortar un capítulo por mitad sin perderse. A ver, es mi primer fic realmente, el pobre ha sufrido lo mismo que todos los primogénitos: la inexperiencia. Pero estoy MUY satisfecho con el resultado final, imprimiré esta historia en papel y la guardare por casa para leerla siempre que quiera de nuevo.

Y si, tengo pensada una futura secuela. Es un proyecto muy lejano, pero la idea está clara. Naruto gaiden: Isan (legado), una historia con los hijos uzumaki y otros tantos de la nueva generación de protagonistas y con Izanagi y cierto señor que descubriréis hoy como villano. Pero antes, quiero leer y disfrutar un poco de todo, así que tardaréis en verlo. Sacaré entre medias Shio Gaiden: Kitsune no Fukushu (zorro de venganza), para quitaros la morriña XD Ha sido un placer escribir para vosotros, en mi dedicatoria final me explayaré a gusto.

Hoy tendréis un poco del futuro, como ha evolucionado cada pj principal. También tendréis una sutil referencia a la historia "candidatos a hokage", de mi tablón, ya sabéis que todas las que tengan la etiqueta "universo kitsune no kibo" están relacionadas. Espero que os guste, un saludo y mil gracias de nuevo!


-Aaaaaaaaaa- Personaje hablando

-Aaaaaaaaaa- personaje pensando

-Aaaaaaaaaa- Invocacion/Bijuu/inner sakura hablando

-Aaaaaaaaaa- Invocacion/Bijuu/inner sakura pensando

Renuncia de derechos: esta obra se hace sin animo de lucro, y obviamente Naruto y sus personajes pertecen a kishimoto. Yo solo escribo esta historia. NO AUTORIZO EL PLAGIO DE LA MISMA.


Las calles de konoha eran un hervidero. Entre las modernas pantallas de anuncios, las brillantes luces de los negocios, los raíles de los trenes interiores de la aldea y demás avances tecnológicos, la aldea se preparaba para un momento vital en su historia. Las madres se apresuraban con sus hijos, vestidos de forma más elegante que de costumbre, los tenderos cerraban sus negocios con prisa para no llegar tarde, y los que no podían abandonar su puesto de trabajo escuchaban con atención por la radio todo lo sucedido. Incluso, en lo alto del cielo, varios dirigibles con pantallas gigantes ofrecían el momento en vivo. Y, entre esa marabunta de gente, una persona iba contracorriente. Kakashi hatake era saludado de forma respetuosa por toda aquella persona con la que se cruzaba, y no era para menos. Kakashi hatake, rokudaime de konoha, modernizador de la aldea. Cada dirigente tenía un legado: hashirama la voluntad del fuego y fundación de la aldea, tobirama la adopción del sistema militar, Hiruzen el modelo de enseñanza shinobi actual y la época de paz más extensa de su historia, Minato salvar a la aldea de la hoja y darles un héroe en la figura de su propio hijo como jinchuriki, Tsunade la victoria en la cuarta guerra y un sistema sanitario envidiable, y Kakashi ese nuevo aspecto de la villa. Konoha había entrado de lleno en las nuevas tecnologías, y estaba a la vanguardia del progreso, como él quería. Teóricamente, él también debía de ir donde iba el resto, pero tenía algo que hacer. El peligris llegó al monumento a los héroes de konoha, que en ese momento estaba solitario y silencioso, y dispuso una vela de incienso a sus pies con un gesto serio.

-Hola chicos…- saludó el hatake, quitándose la máscara incluso. El shinobi siempre lo hacía cuando quería hablar con sus difuntos amigos de manera más cercana, era la forma que tenía de demostrarles que en serio ese momento era importante para él, estuviesen donde estuviesen. Rin nohara y Óbito Uchiha, el antiguo equipo Minato, solía reunirse aún cuando sólo quedaba uno de sus miembros con vida; y a ese grupo se unían Minato y Kushina, entre los miles de nombres que adornaban el monumento. El hokage se apoyó en un trozo libre del monumento con pesadez, sentándose en el suelo para descansar.- sé que no vine la semana pasada, pero es que hemos estado muy liados ese tiempo con los preparativos…

Como ya sabéis, dejo de ser hokage. ¡Al fin! En serio, es un honor, pero ya tenía ganas de escapar de ese despacho… todo el día con papeleo, la política y las reuniones, he echado mucho de menos mis años anbu… Casi me da pena por mi sucesor. Pobre Naruto, la que le espera. Si os soy sincero, no las tenía todas conmigo para que aceptase, se ha vuelto muy listo, estaría orgulloso de él Minato sensei. Fue madurar un poco, ver la realidad del cargo y huir de cualquier sugerencia de nombrarle como de la peste. Además, estaba muy contento con ese cargo de jounin sensei que me solicitó nada más regresar a la aldea tras la guerra, me enorgullece que su hijo me sucediese como sensei del equipo 7.- Kakashi no pudo evitar reírse ligeramente al nombrar esa faceta esquiva del uzumaki. Todavía recordaba cómo, literalmente, Naruto huía en su hirashin con una excusa absurda cada vez que oía las palabras "jubilación" y "Un sucesor fuerte", imposibilitando el que lo pudiesen acordar… era un chico muy listo.- Menos mal que Shikamaru pensó una forma de "forzar" su aceptación… me sabe mal haber propuesto a Sakura entre mis sucesores. Realmente ella podría desempeñar mi puesto perfectamente, pero habríamos perdido una excelente directora del hospital de konoha en el proceso… Desde la jubilación de Tsunade sama, mi estudiante ha asumido el mando de la política médica de konoha, y lo ha hecho con mano de hierro, pero sabíamos que la única persona capaz de convencer a Naruto de que tomase esa decisión tan estúpida, y que sólo lo haría si se veía también involucrada… es una larga historia que daría para su propia publicación, si os soy sincero.

A pesar de todo, no voy a negar que estoy un poco preocupado por él. Si, sé que es un chico hábil, y que saldrá adelante, pero a veces me pregunto si no sería mejor dejarle vivir su vida en familia a gusto, sin cargarle con más problemas. Ya nos volvió a salvar cuando Toneri ototsuki atacó el continente empleando la propia luna como arma… y, de todos los que fueron a luchar, él era quien tenía más razones para no hacerlo. Kushina sama, sé que se la está cayendo la baba con sus nietos, son un sol. Shio es la estudiante de la academia más destacada, la gran promesa de la aldea. Supera año tras año los máximos de puntuación en prácticamente todo, es una chica vivaz, muy popular, aplicada… muchos hablan de una hokage en ciernes cuando la ven. Está claro que a su padre no ha salido en ese aspecto estudiantil… Y luego están los gemelos. Shinachiku y Katsumi son idénticos, y a la vez son como el sol y la luna. Shinachiku me recuerda muchísimo a usted, Minato sensei, sólo que con ojos verdes en lugar de azules. Es tranquilo, muy reflexivo, pero a la vez no permite que insulten a ninguno de sus seres queridos. Tengo muchas esperanzas en él, ese chico ha heredado la mente de su abuelo y de su madre… En cuanto a Katsumi… jamás creí que la hiperactividad de Naruto fuese algo heredable. En serio, es una copia femenina de Naruto cuando era niño, ya ha provocado bastantes problemas con sus trastadas… espero que este primer año de academia consiga centrarla, aunque no las tengo todas conmigo… Menos mal que tienen a la pequeña hanami para compensar, sino Naruto y Sakura no darían abasto…

A veces me siento culpable por haberle cargado con ese puesto, lo admito. Tiene una familia perfecta, está casado con la mujer de sus sueños, es reconocido y respetado en todo el mundo… aunque es por esto último precisamente por lo que lo he nombrado. Tendrías que verlo óbito, cuando habla, cuando muestra sus ambiciones, sus sueños… todos alrededor se giran a observarlo, por nimios que sean. Era parecido a lo que lograbas tú conmigo cuando hacíamos equipo, por mucho que me esforzase en disimularlo. Es por eso por lo que le he designado como sucesor: es la voluntad del fuego personificada, y goza de la habilidad de hacer al resto sumarse a su sueño. Ya ha conseguido que la alianza se amplíe con las naciones menores, y convertir el continente en un lugar de paz donde los conflictos cada vez escasean más. Puede que algún día nos deje sin trabajo incluso, quién sabe… a lo mejor sería lo mejor para todos, un mundo sin ninja, con sólo el sudor de la frente como indicador de grandeza. Y hablando de grandeza, me da que hoy no voy a poder llegar tarde… al fin y al cabo, yo debo de anunciar a mi estudiante como nuevo kage y dar un discurso... Prometo que vendré mucho más a menudo ahora que tengo tiempo libre, aunque puede que me tomé unas vacaciones para ver mundo… y leerme mi libro ya que estamos, cada vez que lo abro encuentro un detalle nuevo…- Kakashi se levantó y se volvió a poner la máscara con una sonrisa, para luego girarse hacia el monumento.- Desearme suerte, que todavía temo que Naruto se haya fugado y tenga que ejercer mi cargo más tiempo…

El hokage se despidió de sus amigos difuntos, su gran nexo con el pasado; y se dirigió a la torre hokage, donde suponía que le estaría esperando su nexo con el presente. Su único equipo gennin era su gran razón para sonreír en esos momentos… eran sus hijos, a todos sus efectos. Atravesó las abarrotadas calles, y consiguió llegar a tiempo a la torre hokage. En la cima de la misma, un centrado Sai vigilaba el lugar junto a su escuadrón anbu, el afamado escuadrón tobirama, mientras la familia del daimyo y demás burócratas de la nación charlaban entre ellos. El peligris no tenía ganas de soportar a esa gente más de lo necesario, ya les había aguantado demasiado durante su reinado, así que se dirigió en busca de una cara amiga, y la encontró en Karin uzumaki. La pelirroja sonrió al verlo llegar, y se acercó a hablar con él. La uzumaki se había integrado plenamente en la aldea con el paso de los años, y actualmente dirigía los laboratorios del hospital de konoha, así como compartía el liderazgo del clan uzumaki con su primo. Su hija, Sarada Uchiha, una joven niña de la edad de los gemelos uzumaki, con el pelo negro corto y unos lentes similares a los de su madre, no se encontraba junto a ella en ese momento, por lo que el hokage supuso que estaría con su padrino y la familia uzumaki. Sarada, principal heredera del clan uchiha, estaba muy unida a esa familia, sobre todo a su padrino, Naruto uzumaki, su ejemplo a seguir. Le alegraba que la joven hubiese encontrado un ídolo como el rubio, aunque le inspiraba siempre la misma pregunta.

-Hokage sama…- saludo Karin con respeto, mientras Kakashi sonreía bajo su máscara.

-No hace falta que me llames así Karin, gracias a Kami me libero ya de esa carga…- comentó el hatake, obteniendo una risa de Karin.

-Ya, debe de ser agotador… espero que la legendaria energía de mi primo sea suficiente para que sobreviva…- rogó al aire la pelirroja, mientras Kakashi la sonreía y luego miraba con más seriedad, centrándose en lo importante.

-Sasuke…

-No vendrá. Sigue de misión al parecer…-declaró la uzumaki con un gesto neutro.

-Karin, lo siento…- se disculpó el hatake. En serio le decepcionaba que el uchiha no estuviese allí ese día, pero más aún que apenas pasase a ver a su familia. Desde fuera, todos pensaban que Karin era madre soltera, y no les faltaba mucha razón…

-No lo sientas Kakashi, es su decisión. Por mi parte, hace tiempo que no le espero.- confesó Karin con ese gesto indescifrable.- Me duele por Sarada… tiene ocho años y sólo ha visto a su padre una vez. Menos mal que tiene a Naruto... mi primo ha cuidado de ella mucho.- el hatake sonrió ante ese último detalle, el rubio no sólo era un gran padre, también resultó un gran padrino. Era común ver a Sarada como una más de la familia, comiendo con el matrimonio y sus hijos o acompañando al rubio a donde fuese. La joven uchiha, incluso dentro de su tradicional hermetismo, había revelado su gran sueño a su madre: ser hokage como su padrino.

-¿crees que le faltará mucho? La gente se impacienta…- comentó el hokage, intentando cambiar a un tema más ameno. Karin respondió con una sonrisa.

-Tú tranquilo, ya le tenemos sin escapatoria. Hay que admitir que finge muy bien, pero esta atacado de los nervios, sólo dice "dattebayo esto" y "dattebayo lo otro" y se queja del sombrero. Aunque ya sale, mira…- señaló la pelirroja, mientras la puerta de acceso a la azotea se abría.

En la plaza, la multitud se agolpaba, deseosa de ver a su nuevo hokage. Naruto uzumaki, de cero a héroe, de huérfano sin techo a nanadaime hokage de konoha. Una historia que llenaba de orgullo y esperanza a todo el que la oyese, y que ahora alcanzaba el momento culmen. Todos querían participar en ese momento de la historia. Y, entre todos, Tsunade senju contemplaba todo desde la primera fila, bebiendo con tranquilidad su zumo de naranja. Le habían ofrecido verlo desde la torre hokage, junto a las altas autoridades, pero la ojimiel lo rechazó de plano. No quería estar cerca de los burócratas, la bastaba con estar allí, viéndolo desde la distancia. Además, Sakura le estaba acompañando, el rubio no tendría escapatoria si recobraba el uso de la razón. Al fin su nieto cumplía su destino, y no podía estar más orgullosa, y estaba convencida del porvenir que le acompañaría. Cuando vio al rubio probándose la capa de nanadaime hokage en los ensayos previos, la senju se quedó sin habla, sintiendo algo que no experimentaba desde que vio a su abuelo así vestido: la sensación de contemplar una pieza encajar perfectamente en un sitio, la de ver a alguien predestinado a ese cargo asumir el poder. Un pequeño empujón la saco de sus pensamientos, y la rubia se dio la vuelta con un gesto severo para ver a tres jóvenes chuunin de unos dieciséis: una joven de pelo castaño y ojos azules, la cual era la que había impactado con ella; otra de pelo azul y ojos ámbar que la miraba con terror, y un chico callado de pelo rubio con mechones negros que observaba todo un par de pasos por detrás. Y los conocía a los tres… fueron equipo gennin de Naruto durante su etapa de jounin sensei.

-Tsu… Tsunade sama…- balbuceó la joven castaña, de nombre Suki, una joven huérfana que no paró de trabajar hasta graduarse en la academia, a pesar de sus escasas reservas de chakra, y lograr que la aceptasen en el programa médico de konoha para aprender de su ídolo a seguir, la doctora Sakura uzumaki. Tsunade la había dado algunas clases, tenía que admitir que no era una mala kunoichi médico, si no fuese tan torpe a veces podría hasta dejarla sin vigilancia cerca de los afilados bisturíes…

-Veo que se os pegó lo impaciente de vuestro sensei…- contestó la ex hokage, mientras la joven enrojecía. Por azares del destino, también acabo en el equipo gennin de Naruto, así que su trato con la senju era habitual.

-Lo sentimos Tsunade sama…- se disculpó la joven de pelo azul y curvas pronunciadas de piel suave, de nombre Kisaragi. Se trataba de la niña que desafortunadamente se había quedado huérfana el día del atentado contra Naruto, y a la que había atendido Sakura en su día para demostrar la cura del suero del dios árbol. Y, si Suki mostraba una admiración desmedida por Sakura, esta joven mostraba una adoración literal por el rubio. Naruto la había salvado la vida cuando era niña, y luego había vengado la muerte de su madre, para ella era el príncipe azul de todos los cuentos. Tsunade sospechaba que profesaba un amor secreto por el ojiazul, la joven se había esforzado de verdad para ser la novata de su año sabiendo que su sensei sería Naruto y sólo la faltaba tener corazones en los ojos cuando se refería al rubio. Lo cierto es que era una chica muy guapa y desarrollada para su edad, no le faltaban pretendientes, pero no temía ningún "accidente": ella lo adoraba tanto que jamás se arriesgaría a enfadarlo, y Naruto sólo tenía ojos para Sakura, por muy hermosa que fuese la joven.

-No pasa nada, ¿estáis nerviosos?- preguntó con una suave sonrisa, aunque su gesto se desdibujó un poco cuando observó al tercer integrante de ese antiguo equipo. Había algo en ese chico callado que la hacía sospechar, no sabría explicarlo… cómo miraba alrededor, cómo luchaba… pero sus pensamientos se vieron de nuevo interrumpidos por la enérgica Suki

-¡Por supuesto! No todos los días ves Naruto sensei con ese sombrero.- contestó una risueña castaña, mientras Kisaragi negaba de fondo con media sonrisa. Lo cierto es que ella tenía muchas ganas de ver a su sensei con esa capa, estaba convencida de que nadie podría hacerlo mejor que él en ese cargo. Suki la agarró con ansia de la manga de pronto.- ¡MIRA! ¡Ahí está!- entre los vítores y gritos de júbilo de los aldeanos, unas figuras se asomaron por el balcón de la Torre hokage.

Kakashi, rokudaime hokage de konoha, dio un conciso discurso agradeciendo la presencia de la aldea y alabando a su sucesor, hablando de la incombustible voluntad del fuego, y entonces dio paso al auténtico protagonista. Tsunade no pudo evitar sonreír al distinguir a la que consideraba su familia, ya les daría un buen abrazo cuando acabase la ceremonia. Pudo distinguir en un discreto segundo plano a su alumna más brillante con su pelo rosado suelto y una sonrisa inmensa, contemplando con orgullo a su esposo, junto a Shinachiku con ese pelo rubio y ojos verdes, a Shio con su pelo rojo fuego y esbelta figura, y a Sarada Uchiha con su pelo negro y gafas de montura roja. En cuanto a katsumi y Hanami, no las veía, pero sabía que estarían acechando, esas dos niñas eran igual de traviesas que su padre. En cuanto Naruto saludó al público con esa inconfundible sonrisa, vestido con esa capa blanca de llamas rojas y ese sombrero triangular que ya habían llevado seis ninja ilustres, el público estalló en extasis, rompiéndose las manos a aplaudir. Pero la Senju no lo hizo, quería disfrutar del momento sin interrupciones. Su nieto al fin cumplía todas sus metas: ser reconocido, tener amigos de verdad, salvar el continente, enamorar a la mujer de sus sueños, tener su propia familia que cuidar y ser hokage. Si hubiese faltado cualquiera de estos factores, su historia habría sido una de derrota y sin mensaje inspirador, he ahí la dificultad de su empresa. Aunque no pudo evitar reírse cuando un bulto de pelo rosado y ojos azules saltó a los brazos de su padre entre risas, obteniendo las de su padre. Hanami uzumaki, el ojo derecho de Naruto uzumaki. Y, aprovechando el momento, Katsumi uzumaki tomó el sombrero de su padre y se lo puso mientras saludaba al público, obteniendo aún más aplausos. Tsunade tenía que admitir que se salió del protocolo, pero Naruto uzumaki nunca obedecía reglas, era siempre así.

-Al fin lo ha logrado…- pronunció Kisaragi con orgullo y lágrimas en los ojos, mientras Suki reía.

-¡Katsumi es la mejor, mírala lo mona que está con ese sombrero gigante!- exclamó, para luego darse la vuelta hacia su compañero.- Y tú, podrías mostrar un poco de alegría, no todos los días te conviertes en ex alumno de un hokage.- le recriminó a su amigo de pelo rubio con mechones negros, que arqueó los hombros con pasotismo, aunque realmente estuviese atento a cada movimiento del rubio, como cada día de su vida.- Mira que eres aburrido kawaki...

En el reino de Shinigami, Hikari contemplaba el momento con una sonrisa de oreja a oreja. A veces odiaba su trabajo, como cuando murió Shion uzumaki para salvar el mundo; pero otras lo adoraba, como en ese momento. Toda esa felicidad, todos esos hilos entrelazándose entre sonrisas, ese color, esa vida…era maravilloso, el regalo de su madre en su más plena expresión. Se había tomado su tiempo para contemplar a ese Naruto sonriente, lleno de vida, rodeado de la familia que se merecía, y lo estaba de verdad disfrutando. Pero entonces, su poder decidió manifestarse, como hacía cuando algo importante modificaba de forma drástica el futuro. La imagen de la bola de cristal se difuminó, para dar paso a otra bien distinta: eran las mismas calles de konoha, pero se encontraban en ruinas, destruidas en su mayoría. Aunque su población seguía allí, con los rostros compungidos por el dolor. Predominaba el negro en las vestiduras, y el ambiente era frío y oscuro. Y, en el centro de la calle, escoltado por un grupo de shinobi, entre los que pudo distinguir a Konohamaru Sarutobi, Shikamaru nara o Karin uzumaki; y seguido de cerca por una desolada Sakura acompañada de sus cuatro hijos, se encontraba una marcha fúnebre, con un ataúd de madera blanca presidiéndolo. Y, dentro de ese ataúd, vio algo que la hizo emitir un grito ahogado. Se trataba de Naruto uzumaki. Presentaba un gesto tranquilo, pero su piel pálida, sus rastros de heridas y la falta del brazo izquierdo eran reveladores. Estaba muerto. No pudo evitar emitir lágrimas mientras caía de rodillas, recibiendo de golpe todo el porvenir de los acontecimientos hasta llegar a ese momento. Estuvo intentando asimilarlo una eternidad, hasta que una voz muy familiar la sobresaltó.

-¿Un día duro en el trabajo… hermanita?- preguntó con burla esa voz repugnante al lado de su oído. Hikari se giró con asco hacia las sombras del cuarto, y pudo verlo. Esa máscara dorada no era muy discreta que digamos, así como el que estuviese a ras de suelo, apoyado en sus brazos.

-Cierra la boca… izanagi.- le espetó, mientras se levantaba e invocaba su lanza de luz.- ¿Qué cojones haces aquí?- si fuese necesario, lo mataría. No sólo estaba su padre allí, también su hijo.

-Tranquila hermanita, no vengo buscando pelea…- respondió el dios del engaño, mientras en su máscara se reflejaba el rostro de Hikari con una mueca burlona.- Sólo venía a ver si seguías obsesionada con ese… ningen…- a pesar de su tono condescendiente en la mayoría de la conversación, ni el dios del engaño pudo evitar que se desprendiese odio de esa última palabra.

-¿envidioso de Naruto kun?- respondió con crueldad la diosa del tiempo, mientras izanagi apretaba los puños. Era un hecho que el ser que más envidia sentía era el propio dios de la envidia.- él arruinó tu plan y ahora solo puedes arrastrarte…- añadió, obteniendo una risa del dios del engaño como contestación. Una risa enferma, llena de rencor y de crueldad, una risa en absoluto agradable que cortó de golpe su discurso.

-¿que ese ningen… arruinó mi plan? No creo hermanita… soy Izanagi, dios del engaño, mis engaños siempre son el preludio de otro más grande.- amenazó el dios, para comenzar a deshacerse en trozos de cerámica marrón, no sin antes lanzar un último dardo.- ya has visto lo que ocurrirá, alguien más grande vendrá, y reclamará todo de él, y cuándo eso suceda… tú serás mi esposa… las campanas doblaron con la muerte del Shinju, y una vez dobladas… no pueden desdoblarse.- sentenció, mientras Hikari sentía un escalofrío de horror en su espalda.

Mientras, en un lugar lejano, en lo profundo del espacio, un planeta rotaba silencioso. Su superficie llevaba muerta eones, consumida por una fuerza extraña, y acabando con cualquier rastro de vida que alguna vez presentase el astro. Cadáveres de arbóreos y de extraños individuos de piel verde y rasgos extraños e indescriptibles regaban el suelo, destrozados, diseminados. Y, en medio del campo de batalla, una gigantesca raíz blanca comenzaba a pudrirse lentamente. Su poder había sido drenado hace tiempo, consumido por un depredador mayor. Junto a ella, tres figuras se podían entrever entre el caos. Una, de constitución robusta y piel blanca antinatural, observaba el panorama con un hacha de pura energía rojiza en la mano; mientras otra de misma dermis, de constitución mucho menos fuerte aunque todavía imponente, sostenía en el aire a una tercera. Debían de ser de la misma raza, vistos sus rasgos similares como esos ojos blancos sin pupila, pero la segunda figura estaba demostrando que eso no significaba que fuesen aliados. No, la segunda figura arrancó con fuerza el corazón del pecho de su enemigo, una esfera de poder púrpura pálido, y comenzó a absorberlo con un ojo rojo anillado que asomaba de la palma de su mano. Los estertores de muerte del individuo herido finalizaron el ritual, mientras el ser de los ojos rojos en las manos sonreía al ambiente. Otro muesca más…

-Mi señor, enhorabuena. Ha sido una gran batalla.- le felicitó el guerrero del hacha. Iba a responder cuando pudo sentirlo. Tenía una conexión íntima con los fragmentos del árbol blanco diseminados por el mundo, como el rastro que unía a una presa con su depredador, y acababa de percibir como uno de los árboles blancos desaparecía, absorbido por un ser ajeno a nada que hubiese sentido antes. Sentía poder en ese ser, sentía fuerza, un potencial inmenso, tanto que una sonrisa demente se dibujó en su rostro.- ¿está bien mi señor?

-Si… prepara a los guerreros, partimos de inmediato a un viaje largo. He localizado a una presa… diferente.- declaró el individuo de piel blanca y gris, obteniendo un asentimiento de su compañero, que de inmediato se dispuso a cumplir su deseo. Por un momento, el individuo de los ojos rojos anillados en las manos se quedó a solas, sin borrar su sonrisa, pensando en el futuro.- Es hora de conquistar un nuevo mundo…- pensó para si el gran Momoshiki Ototsuki, patriarca del clan de dioses. Y, en ese momento, hasta la misma tierra tembló. Las campañas habían doblado… y el mayor depredador de todos había acudido a su llamada.

FIN

"A mis padres, no hay mejor forma de fomentar la lectura en un niño que leer delante de él. A mi maestra preferida, que con sus consejos me ayudó a mejorar a muchos personajes. A villa, que me animó a escribir un libro. Y ante todo, a cada lector que se ha molestado en abrir este fic, en particular a Rizu Uzumaki, uzumaki Albert (mis dos uzumaki), Gera118 (con especial cariño por aquí!), In, Kitsunaro64 (en tu caso la despedida es un hasta luego, que te veo por mis otros fics xD), Aldevar (algún día publicarán nuestros mp como su propio fic, "naruhina vs narusaku, la batalla definitiva" xD), sinedd662, bossnoney, Kurai no kurai (esos dólares de la apuesta te los habrías llevado seguro XD), shigoda san (actualiza por dios! XD), andrew (adoro tus reviews), herart (a pesar de que el review fuese para quejarse XD), guest, 123-FS, otro guest más, taanqee92, leonelj5 (echo de menos esas postdatas), Tucker weasley, The diaker, sp mis 04, otro guest más, kuro oni, Ann carmesí (espero que te gustase la parte narushion), mi último guest, Nico25 y Enrique Osornio Machado, espero que os haya gustado el viaje. Quién ha leído mil libros, ha vivido mil vidas"