Los personajes de Saint Seiya no me pertenecen a mi si no a Masami Kurumada, esto es sin ningún fin de lucro.

Capitulo 1 de 2. Tulipanes.

Julian,Shunrei y Shiryu.

By Starlight Saint Lu.

Tulipanes, las flores más caras de aquella tienda y muy difíciles de conseguir en Japón.

Sin embargo, poco le había importado a Shiryu cuando la belleza de aquellas flores le cautivaron y supo de inmediato que a Shunrei le encantarían, pues ella se había hecho una nueva afición a la floricultura. El dragón se hizo de un préstamo de Seiya y Hyoga quienes animados leyeron que al ser regaladas simbolizaban un amor puro y eterno, así que sin dudarlo ambos le incitaron a comprar aquella maceta con un bulbo a punto de florecer para la persona que más amaba.

Al llegar a la mansión Kido, Shiryu corrió al jardín en busca de la joven de origen chino mientras Seiya y Hyoga se adentraban al interior peleando con una bolsa de palomitas. A lo lejos, observo a Shunrei ordenando a Tatsumi ir una bodega próxima por abono, demasiada entretenida y profesional en su labor frente a un precioso rosal.

Para Shiryu verle tan feliz y tendida sobre la tierra, le conmovió, haciéndole verle como la mujer más hermosa aun en aquella tarea. Ligeramente despeinada y con sudor en su frente, la joven se alzó al verle a lo lejos.

- ¡Shiryu! -la dama agito su mano saludándolo mientras el sonriente santo se aproximaba, escondiendo su maceta en su espalda.

- ¿Cómo estas, hermosa? -le saludo el santo dándole un beso en la mejilla, pero sin acercarse demasiado con tal de no ser descubierto.

-Bien, me alegra que vinieras. -la china le señalo a su espalda - Quería enseñarte como han crecido estos rosales desde diciembre.

La dama jalo del brazo libre al santo, quien no dejaba de darle una sonrisa divertida.

- ¡Espera, primero cierra los ojos! -el santo se detuvo pillo.

- ¿Qué sucede? -la mujer le miro observando como el santo le miraba travieso.

-Cierra tus ojos.

-Bien…-el santo al verla con los ojos cerrados, tomo sus manos y le deposito la maceta sobre sus manos. -Ya ábrelos.

- ¡Shiryu! -grito sorprendida y maravillada la joven ante el rojo floral. - ¡Es bellísimo!

El santo sonrió complacido y sin esperarlo, la chinita se abalanzó sobre de él, mientras su rostro se ponía colorado.

-Es…un tulipán. -repitieron los dos al unisono, sonrojándose ambos en un tierno acto.

- ¿Cómo lo sabes?

-Me lo dijeron el a tienda donde lo compre, sabía que te gustaría.

-Me encanta-dijo ella sin poder quitarle la mirada al bulbo y sin pensarlo, le deposito un fugaz beso en la mejilla al dragón. -Gracias.

Realmente la amaba. Nervioso como un pequeño niño, el de cabellos negros le toco la frente a su amada.

-Estas sudando, té traeré algo de jugo ahora.

-Si.

La mujer vio al manojo de nervios del santo alejarse y continuo con su labor en los rosales.

De pronto, una limosina se estaciono al frente del portal de la mansión. En su interior un par de hombres se observaron el uno al otro.

-Sorrento, baja del auto y pregunta si la señorita Saori se encuentra en el interior. -Dijo el dios Poseidón con sobrada seguridad-Si no se encuentra, deja saludos y vámonos.

El otro le obedeció y penetro hacia el interior de la mansión dejando al silente dios, abrumado del incesante calor. Abrió la ventanilla de su carro y el dios observo a lo lejos a una simpática joven quien sobre el suelo y bajo el abrumador calor, acariciaba las plantas.

Julián estresado por el calor salió del interior de la limosina, y de una u otra manera pudo apreciar mejor a la joven. El dios se cautivó ante la belleza campireña de la joven china. Su piel blanca como nieve, sus labios rojos como deliciosa manzana y sus enormes ojos azules como mar le atraparon. Si, él quien había conocido a muchas mujeres espectaculares, modelos incluso celebridades que estaban dispuestas a hacer de todo por pasar un rato a su lado, sin embargo, ninguna le había despertado curiosidad como aquella joven.

Lentamente y embelesado camino hasta la joven que llenaba sus manos de tierra para plantar aquellas rosas en la mansión Kido. Shunrei poca atención presto a la mirada que le acechaba pues estaba perfectamente emocionada por plantar el bulbo que Shiryu le había dado.

De pronto, una sombra cubriendo el sol eclipso toda actividad de la joven, quien alzo su mirada hacia la silueta que estaba de pie observándola.

Para Shunrei, estar en presencia de aquel hombre le hizo temblar y cohibirse demasiado. Era demasiado guapo y alto como modelo de revista, su ropa parecía cara y su simple presencia le intimidaba. Incluso se avergonzó de estar ahí, arrodillada y con las manos cubiertas de tierra.

-Buenos días señorita. -musito Julián con su sobrada seguridad haciendo que la joven se incorporara torpemente.

-Buenos días. -dijo en un dejo de voz la joven china.

-Disculpe mi atrevimiento, pero, ¿por qué una dama como usted está ensuciándose de esta manera y jugueteando con esa flor?

La joven china bajo su mirada sin poder evitar que sus mejillas se tiñieran, sacudiéndose un poco la ropa.

-Yo solo quería plantar mi regalo, además me gustan las flores.

El dios sonrió irónicamente. No entendía como una chica prefería hacer tal cosa sin importarle manchar su ropa o peinado. Definitivamente no era como las chicas que conocía. Mientras la charla continuaba, Shunrei se limpió con la muñeca la frente pues el calor le jugaba en contra, logrando que en su rostro quedara un rastro de tierra, haciéndola lucir aún más adorable.

- ¿Tulipanes? -el dios sin duda podía reconocer aquella flor, pues para el eran de lo más comunes. Ella asintió nerviosa. En aquel instante, el dios estiro su mano y limpio sutilmente la mejilla manchada de la joven, quien tiño su rostro colorado. El dios sonrió ante el nerviosismo que provocaba.

-Lo siento. -el dios se disculpó ante el roce- ¿Has estado en Holanda o Italia? -la chica negó.

-En aquel lugar hay campos enteros de ellas, incluso tengo un par de casas de campos en aquel lugar con algunos de ellos.

- ¿Sí?, Vaya, me gustaría ir algún día a aquellos lugares. -dijo con inocencia la hermosa joven, inocencia que le parecía tierna al dios. El dios no dudo, la quería suya.

-No quiero ser imprudente, pero si me atrevo a pedirte tu número telefónico, ¿podríamos reunirnos en otra ocasión?

-Disculpe, yo no tengo teléfono.

- ¿Vives aquí con la señorita Saori?

-En realidad no, vivo en Rozan con mi padre y hermano. Aquí solo soy invitada de Saori.

-No importa, veré la manera de vernos de nuevo. -Sonrió el dios triunfante-Por cierto, ¿Cuál es su nombre, señorita?

-Shunrei.

A su espalda, Sorrento interrumpió aquella charla.

-Señor.

- ¿Saori está en el interior? -pregunto el dios sin dejar de mirar a la joven china.

-No, mi señor.

-Vámonos entonces.

El dio sonrió hacia la joven y tomo su mano a pesar de estar llena de tierra.

-Me despido bella dama, pronto nos veremos, hasta entonces. -el dios dio media vuelta y continuo su camino junto al marino.

-Pero señor…-tartamudeo la dama, si poder decir más ni negarse.

Al entrar al auto, Julián esbozo una sonrisa traviesa, extraña en él.

-Sorrento…-el marino atendió confuso-Averigua todo de esa joven y llévala hasta mi casa mañana en la noche, prepara una cena y cómprale algo bonito para que lo luzca. -el marino le miro absorto al dios que sonreía como en pocas ocasiones-Y por favor, quiero que traigan las mejores docenas de tulipanes y rosas a mi salón privado de igual manera.

-De acuerdo mi señor.

La mañana termino rápido en su tarea de plantar rosales sin que Shunrei pensara mucho en lo sucedido y para cuando llego la hora de la comida fue entonces que pudo hacerlo.

Shiryu y los chicos comían como todos los días en aquel comedor, demasiado ruidosos y riendo ante los chistes de Seiya y Hyoga, sin embargo, para Shiryu no pasó desapercibido el gesto callado y preocupado de Shunrei que solo jugueteaba con su comida sin dar bocado, por lo que no dudo en tomar su mano para llamar su atención entre el ruido y susurrarle:

- ¿Sucede algo Shunrei? Has estado algo callada hoy y ni si quiera has comido algo.

La joven sonrió y agito su cabeza nerviosa. No quería decirle nada a Shiryu, en el fondo ella tampoco deseaba prestarle mucha importancia al encuentro con aquel hombre desconocido. -No, no es nada Shiryu, no te preocupes.

La respuesta no dejo satisfecho al dragón, quien apretó aún más su mano para darle confianza.

-Puedes decirme lo que sea Shunrei, lo sabes.

-No te preocupes Shiryu, no pasa nada. -aseguro la chinita con una sonrisa triste.

-Dime si tengo que suplicarte para que me lo digas-dijo Shiryu preocupado.

-No es nada Shiryu, en serio.

-Está bien. -dijo el dragón con una mirada tierna. -Confió en ti.

La noche trascurrió sin mayor problema y para cuando amaneció, Shiryu no pudo dejar de preguntarse que había provocado aquel cambio en Shunrei. ¿Acaso se había molestado con el tulipán, estaba enferma o simplemente le había incomodado aquel regalo?

La joven para su sorpresa no había bajado a desayunar y para cuando dio la tarde tampoco había salido de su habitación a comer excusándose que le dolía un poco la cabeza. Y es que Shunrei estaba asustada, no sabía que decir ni cómo actuar ante lo sucedido. Había quedado de verse con un desconocido y sin saber que pretendía de ella; era una situación tan inusual que le tenía abrumada. Y es que en el fondo no deseaba que Shiryu pensara que no le importaba, que pensara que había conocido a alguien más o platicar si quiera del asunto al notarle nerviosa por lo que se enclaustraba en su habitación para no encontrarse con aquel chico de la limosina y no responder ningún cuestionamiento de Shiryu.

Shunrei paso el resto de la tarde pensando en aquel sujeto. ¿Qué deseaba de ella ,por qué le había hablado? El no parecía un tipo cálido y amable como Shiryu, si no un hombre parco y muy sereno. Era guapo y muy elegante sin dudarlo, pero no era el tipo de hombre que simplemente se fijaría en ella. Entonces ,¿Por qué le pidió su teléfono?

Un sinfín de cuestionamientos rodearon a la joven, quien confusa, decidio que tal vez debía compartir aquel suceso con la persona que mas confiaba y así acabar con sus nervios y ese no era otro que Shiryu. Decidida, salió de su habitación y fue a buscarlo.

En la sala, los cinco jóvenes de bronce jugaban un juego de mesa, sin embargo, el distraído Shiryu quien siempre ganaba esta vez se encontraba desconcentrado.

-¡Hey Shiryu te toca!-Grito Seiya hacia el dragón, quien veía sus tarjetas del juego muy atento.

-Si, claro.-dijo avergonzado el otro.

-Shun,¿Qué le sucede a Shiryu?, él esta algo distraído hoy, ¿no?- pregunto Ikki hacia Shun quien también veía a su amigo inquieto.

-Esta algo preocupado por Shunrei, no ha comido en todo el día ni salido de su habitación.

De pronto, Tatsumi irrumpió el interior del salón sosteniendo un enorme ramo de tulipanes amarillos con una nota. El calvo lo introdujo al interior de la mansión con la firme noción que aquel ramo era para Saori por lo que ni siquiera leyó la nota que venía en el.

-Hey Tatsumi, ¿acaso tienes un nuevo amante?-bromeó Seiya cuando el calvo deposito el ramo cerca de ellos.

-¡Cállate idiota!-grito el mayordomo con soberbia-Es un presente para la señorita Saori.

-¿Ah si?-los celos de Seiya se hicieron presentes en aquel momento. Tan pronto el mayordomo se retiro a anunciarle a Saori el presente, Seiya y los jóvenes guerreros dejaron de prestar atención al juego.

-¿Quién habrá sido?-pregunto Hyoga al grupo que negó sin respuesta.

Seiya inquieto, se alzo de su asiento y se acerco a tomar la nota del ramo entre sus dedos.

-Dice….-tosió antes el Pegaso molesto- "Para el tulipán de campo mas hermoso, Shunrei".

El grupo del salón hizo un silencio eterno dirigiendo sus miradas hacia el dragón, quien intrigado se levanto a leer la nota por sus propios ojos. Estaba perplejo y por su actitud estaba claro que él no había sido el del hermoso detalle.

Sin pretenderlo, Shunrei bajo de su habitación en aquel momento y observo al silente grupo de caballeros que le miraron profundamente ante su presencia.

Shiryu era el más incrédulo de todos.

Continuara…

Mis lindos lectorcitos,como que ya me habia pasado de tueste con mis historias y estaban muy depresivas ellas, por eso les quise compartir esta historia un poco mas intensa y llena de amorsillo de una de mis parejas favoritas. Ojala les haya gustado y no haberles hecho sufrir mucho con la intriga. Y si, soy la reina de los triángulos amorosos, asi que no se pierdan el desenlace porque no saben lo que se viene y esta fuerte. Ya casi lo termino,asi que aguanten poquito.

Saludos,gracias por sus palabras,tiempo y bendiciones.