¡Hola a todos! :) Pues vengo aquí a entregar mi participación en el amigo invisible navideño del foro La Noble y Ancestral Casa de los Black y espero que le guste a Laura Margon Friki, mi AI :)

Son una serie de viñetas sobre Oliver Wood y Katie Bell :)


Disclaimer: Todo lo que reconozcas es propiedad de JK Rowling

Aviso: Escrito para el "Amigo Invisible navideño 2017-2018" del foro "La Noble y Ancestral Casa de los Black". Y, de nuevo, espero que te guste Laura Margon Friki.


Café

Katie abrió la puerta de la cafetería, entró y sonrió levemente al ver a Oliver sentado en la barra, con la mirada fija en el café. Se acercó a él y apoyó una mano en su hombro, sobresaltándolo.

―¿Llego muy tarde?

Él la miró y negó con la cabeza.

―No, es que hemos terminado el entrenamiento pronto.

―¿Y cómo ha ido?

―Bien, bien. ―Sonrió y se encogió de hombros―. ¿Quieres que nos sentemos en una mesa o…?

―Eso estaría bien. Espera un segundo. ―Se giró hacia el camarero y sonrió―. Perdone, ¿me pone un café solo? Vamos a sentarnos en esa mesa del fondo.

―Claro, en seguida.

―Perfecto. ―Volvió a mirar a Oliver y se colocó un mechón de pelo―. ¿Vamos?

Oliver se levantó, cogió su café y siguió a Katie hasta una mesa vacía en un rincón. Se sentaron y la chica suspiró.

―¿Cómo estás?

―Un poco mejor.

―¿De verdad? ―Katie se mordió el labio―. Lo que hiciste fue… muy duro.

―¿Recoger cadáveres de niños y amigos? Oh, sí, claro, fue… ―Guardó silencio al verla apartar la mirada y suspiró―. Lo siento, Katie. No quería… Es que yo…

―Lo entiendo, tranquilo ―contestó ella.

―Solo me siento bien cuando estoy jugando al quidditch y puedo olvidarme de todo. Pero poco a poco mejoraré. ¿Y tú cómo estás?

―Bien. Bueno, no bien, pero… mejor. Supongo.

Ambos guardaron silencio, con la mirada fija en la mesa. Las cosas desde la Batalla no estaban siendo nada fáciles. Todos intentaban seguir con sus vidas, pero les estaba costando. Habían perdido a muchos amigos, habían visto cosas horribles, ¿cómo iban a superar aquello? Oliver y Katie quedaban varias veces en semana desde entonces, para poder hablar y desahogarse. Habían compartido muchas cosas en Hogwarts y ahora sabían que podían apoyarse el uno en el otro.

―¿Por qué no vienes al próximo partido? ―Murmuró Oliver, mirándola con timidez―. Te encanta el quidditch y seguro que así desconectas un rato.

―¿Para verte perder? ―Le preguntó con una media sonrisa.

―¡Eh! Yo nunca pierdo ―replicó, frunciendo el ceño―. Ven a comprobarlo si quieres.

―Sí, claro, será divertido. ―Katie sonrió―. ¿Cuántas entradas puedes conseguir?

―¿Cuántas? ―Preguntó, algo confuso.

―Sí, es por saber a quiénes puedo avisar.

―Oh, bueno, yo… da igual.

―Espera ―Katie frunció el ceño―, ¿ibas a invitarme solo a mí?

―No. Bueno, sí. Bueno, no… no lo sé. ―Se rascó la cabeza y suspiró―. Creo que puedo conseguir tres o cuatro. Yo…

―No.

―¿No, qué?

―No hace falta que consigas más de una entrada, pero con dos condiciones, Oliver: quiero un sitio de primera y salir después a cenar juntos. ―Sonrió―. ¿Qué te parece?

―¿Como una cita?

―Exactamente como una cita. Ya que nunca me la pediste en Hogwarts… ―La chica amplió su sonrisa―. Bueno, ¿qué me dices?

―Me encantaría, Katie.