Hola a todos, aquí Lex, reportándose con el primer capítulo de la historia que se publicará durante toda la PrinceBlack Week. Es la primera vez que hago algo así, así me que encantaría que todos se unieran al evento, aunque sea solo a comentar y animar a las personas que van a participar en esto. El evento lo hemos organizado mi Beta G y yo, así que también denle amor a ella ¿Vale?

El primer prompt es Trabajos y Oficios.

Historia beteada por G. Mauvaise.


01.

Severus contó los galeones que Lestrange le entregó y los metió en su bolsillo justo después de asegurarse que era la cantidad acordada.

—Solo asegúrate de transcribirlo con tu letra —Rodolphus sólo asintió y guardo su pergamino dentro de su mochila sin ningún cuidado. El adolescente lo observó irse claramente disgustado, antes de bajar la mirada al pergamino frente a él y tachar el nombre de Rodolphus de su lista. El siguiente trabajo que tenía que hacer era para Regulus Black, tercer año, poción de confusión, veinticuatro pulgadas.

Severus tomó un pliego de pergamino y se puso a trabajar. Todavía tenía que terminar otros tres más y entonces podría comenzar con su propia tarea.

(...)

Severus se sobresaltó cuando un cuerpo se dejó caer a su lado en el sofá. Miró al chico con su corto cabello negro ligeramente alborotado por volar y los ojos grises brillantes mientras lo miraba.

—Padre me ha mandado una carta, quiere que empiece el cortejo a una de las Rosier —Severus alzó sus cejas, pero simplemente permaneció ahí, mirando al chico sin decir absolutamente nada por unos segundos, antes de encogerse de hombros y volver al pergamino frente a él. Aquel era un trabajo difícil, nivel EXTASIS, pero tenía la seguridad de que lo terminaría satisfactoriamente y podría cobrar los doce galeones sin ningún problema—. Severus, mi padre me quiere comprometer —insistió el chico casi lloriqueando, tomándolo del hombro y sacudiéndolo ligeramente, obligándolo a detenerse de escribir.

Bajo la pluma y se giró a mirarlo de nuevo.

—De acuerdo. Y eso me impide trabajar ¿por qué razón? —arrastró las palabras y lo miró duramente, pero casi al instante su máscara se rompió cuando los ojos de Regulus se llenaron de lágrimas, antes de levantarse y correr en dirección a sus habitaciones. Realmente no tenía la menor idea de que había pasado ahí. De acuerdo, Regulus se iba a comprometer, pero eso pasaba en las familias sangre pura todo el tiempo. Solo no podía ver cuál era el problema.

(...)

—Eres un nulo.

Severus levantó la mirada sólo para encontrarse con Lily mirándolo con el ceño fruncido y las manos en las caderas.

—Soy un nulo, pero ¿cuál es la razón esta vez? —preguntó, sonriéndole sin poder evitarlo.

Lily le devolvió la sonrisa antes de rodar los ojos y sentarse en la silla junto a Severus.

—Regulus ha estado molesto, lo que tiene molesto a Black, lo que tiene molesto a Potter, lo que los hace más ruidosos en la sala común, lo cual me molesta a mí —Severus asintió, pero se quedó esperando a que formulara, así que Lily gruñó—. Regulus está molesto por tu culpa.

—Está molesto... ¿por mi culpa? Pensé que ya habría olvidado lo de esa vez, no es como que yo pueda hacer cualquier cosa para que su padre no lo comprometa y...

— ¡Te voy a matar, Severus! —susurró con fuerza la chica pellizcando el brazo de su mejor amigo, que la miró como si le hubiera crecido una segunda cabeza—. Él no quiere que evites nada, el sólo... —Lily cerró la boca, se mordió los labios y gimió mientras golpeaba la cabeza contra la mesa— Severus, él no quiere comprometerse... pero no porque no le guste Rosier.

—No entiendo.

Lily lo miró con lastima por un momento.

—Él no quiere comprometerse porque tiene a alguien que le gusta.

—Oh... Ooooh... ¿Y quiere que yo le ayude con eso? Tú y yo sabemos que no hablo con nadie más que con uste-…

Rictusempra... —susurró Lily con rencor antes de ponerse de pie y dejar a Severus retorciéndose por las cosquillas en la biblioteca.

(...)

Severus se acercó a Regulus que estaba sentado solo junto al fuego y tomó asiento a su lado. El chico ni siquiera lo miró, pero Severus no se preocupó por eso.

—No me has pedido que haga tus tareas por un tiempo ¿Te está yendo bien en pociones? —preguntó, tratando de romper el hielo, pero Regulus solo permaneció quieto y en silencio sin dejar de mirar el fuego— No descuides tus calificaciones solo porque estás molesto conmigo —regañó apenas con ánimos, pero Regulus lo siguió ignorando.

Severus abrió la boca, pero se detuvo antes de abrirla de nueva y volver a detenerse. Podía ver cómo las lágrimas pendían de las pestañas de Regulus. Solo no podía hacerlo por más tiempo.

—Sabes que hago tareas de los demás por dinero, para pagar mi maestría en pociones al salir del colegio... Y soy mestizo... Tus padres nunca lo aprobarían... —murmuró bajando el rostro, mirando sus manos en su regazo, sintiéndose humillado, sintiéndose tan poca cosa como era en realidad en el mundo mágico.

—Pero a mí me gustas... —susurró Regulus en apenas un gemido, y Severus lo rodeó por los hombros con un brazo, atrayéndolo a su cuerpo y besando su frente.

Algún día... algún día sería un maestro de pociones y podría darle a ese niño idiota todo lo que deseara. Algún día.