Despertar

Un mar de cabellos castaños se desparrama en la almohada, mechones cubriendo un bello rostro ovalado.

Entre ellos se asoman sus labios rosados, la punta de su nariz, y el rubor de sus mejillas.

Su pecho sube y baja suavemente al respirar. Ella duerme de costado, mirando hacia mí,peligrosamente cerca.

He despertado a una escena similar antes.

Si, la mañana después de haber traído a Zelda a Ordon. Ese día juré que nunca antes la había visto tan terrenal.

Qué equivocado estaba.

Ahora está en mi cama, desnuda, apenas cubierta por las sábanas y las colchas.

Durmió conmigo anoche, después de habernos entregado el uno al otro.

Fue más increíble que cualquier fantasía que haya tenido antes. Sólo las Diosas saben que mi mente se volvió salvaje más de una vez soñando con esto.

Y ahora es mía. En sus propias palabras: mente, cuerpo y alma, todos para mi.

¡Más que quedármela, me la quiero acaparar toda para mí!

Diosas doradas, no castiguen a este campesino por ser tan codicioso. Y cachondo. Especialmente cachondo. Es que ustedes no tienen idea de las cosas que ella me hace y cómo me ponen.

Ahora no tengo idea de qué hacer.

¿Debería despertarla? No, arruinaría todo… y rayos, tengo que ir a entrenar… ¡los novatos me están esperando!

Me levanto, me ducho, todo casi sin quitarle los ojos de encima, pensando que si pestañeo, desaparecerá, tal como en mis sueños.

Pero no lo hace.

Ella es de carne - sus muslos y caderas rellenitas son para morirse - y hueso - ¿le dejé un mordisco en la clavícula? - y luz, ella es así de luminosa.

Me siento a su lado en la cama, y con toda mi fuerza de voluntad, me veo obligado a despertarla. Comienzo con un beso en su cabello que siempre huele a flores y su frente.

-Amor, despierta. Debo ir a entrenar - murmuro.

Ella se sienta tímidamente en la cama, dándose cuenta de su desnudez.

Por todas las Diosas, por qué eres tan dolorosamente hermosa.

Quiero despertar con esta visión por el resto de mi vida, verla cambiar con el paso de los años - el tiempo la volverá más bella aún -, pero siempre será la misma.

Mi Zelda.